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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

HOLAAA…


NO ESTABA MORIDA. ASLDKFJA HAHAH


Aquí estoy nuevamente, y con una actualización… PERDON POR TARDAR, NO HE TENIDO TIEMPO PARA ESCRIBIR


Quiero agradecerles grandemente por haber leído el capitulo anterior, me hizo muy feliz ver sus bellas lecturas. Sobre todo, muchas gracias a esas lindas personitas que me dejaron sus comentarios hermosos. Gracias en verdad, siempre son muy motivantes.


Disculparan ustedes si hay faltas de ortografía, revise lo escrito pero supongo más de algo se paso.


Espero les guste.


Sin más que decir por ahora.


A leer.

 


JUST FRIENDS


—Capitulo 13—


¿Cuan imbécil podía llegar a ser?


 


 


Eithan tenía una nueva rutina.


Una rutina en la que en ningún momento entraba en contacto directo con William. De esto ya era una semana. Una semana en la que no le hablaba, una semana en la que parecía ser más cercano a Jonna, una semana desde que Julian había plantado en su cabecita peli-negra, la semilla de la duda. Semillita que no quería de ninguna forma que germinara y se volvió un gran e imponente roble.


En las mañanas se levantaba temprano, tomaba una ducha, se vestía y desayunaba y luego se marchaba al instituto. Solo. Cuando tenía actividad en su club se concentraba al máximo y daba lo mejor de sí, como siempre. En clases, prestaba mucha mayor atención, lo que significaba que su vista siempre estaba en el frente y trataba de no observar a su alrededor. En el receso, se sentaba en la misma mesa que Jonna y ambos se enfrascaban en una seria conversación, de anime, Jonna tenía una repentina curiosidad por el anime. Cuando terminaban las clases, se despedía de su amigo rubio y luego se marchaba a casa, hacia sus tareas si le habían dejado, y luego se largaba a casa de Jonna, pues en verdad el chico parecía tener mucho interés en el anime, así que se dedicaban a ver en su habitación.


Eithan principalmente se centraba en no pensar, necesitaba no darle tantas vueltas a las palabras de Julian.


Cristal quería a sus amigos. Era unos raros, pero en verdad los quería. Así que observar a Eithan tan distanciado de Will le hacía punzar el pecho. Ella quería intervenir, quería ayudarlos, pero no sabía cómo hacerlo.


No tenía idea de si Will lo sabía, pero la expresión de Eith cada vez que lo veía era… desgarradora. Y es que el de ojos grises al parecer trataba de ignorarlo, pero Cris se había dado cuenta que a veces simplemente volteaba a verlo por inercia, y cuando notaba lo que estaba haciendo, volvía a lo suyo con una expresión peor en el rostro. Y es que puede que Eithan tampoco lo supiera, pero Will hacia lo mismo, y su expresión era tan anhelante.


¿Por qué no solo arreglaban las cosas?


¿Por qué los hombres eran tan estúpidos?


 


Otro que había cambiado de rutina era Julian.


Sus horarios de siesta habían disminuido de tiempo. Lo que significaba que ya no dormía en la clase de Historia Universal. De hecho, las siestas habían desaparecido, al menos voluntariamente, ya que al no tomarse ese tiempo que el profesor Evan, amablemente le había concedido, sus momentos de sueños involuntarios estaban un tanto descontrolados.


En una ocasión, a una joven de una clase diferente, casi se le salía el corazón del pecho al encontrarlo desparramado al pie de las escales que conectaban con la azotea, por suerte se había dormido allí, y no era como si se hubiera caído por estas.


Y si, Julian sabia lo estúpido y peligroso que era, pero es que enserio tenía un motivo para hacerlo. Bueno… algo por el estilo.


¡Maldición! Ni él mismo se entendía.


Se suponía que lo detestaba. Que detestaba la forma en la que creía que podía sentarse en su mesa y hacerle compañía. La forma en la que guardaba silencio y lo observaba sin hacer que fuera incomodo en realidad. La forma en que lo acompañaba hasta su salón y se mostraba siempre alerta por si se dormía. Sobre todo, detestaba la verdadera sinceridad que veía en sus ojos cuando le decía que quería que fueran amigos.


Nadie, desde que se había transferido en ese nuevo Instituto, se le había acercado queriendo ser amigos, pues ser amigos significaba mucha responsabilidad. Su enfermedad era un tanto delicada y había que tener cuidado y siempre estar alerta. Nadie quería eso. Nadie quería estar pendiente de un chico enfermo al que casi no conocían. Y estaba bien, a Julian le bastaba con su primo y Eithan, y Cristal que de vez en cuando se le acercaba.


¿Por qué tuvo que meterse ese imbécil rubio oxigenado?


¿En qué momento comenzó a acostumbrarse a su presencia al punto de sentir un retorcijón en su pecho al ver la forma en la que lo ignoraba cuando se cruzaban por los pasillos mientras se dirigían a la cafetería?


Y si, ese era el motivo por que Julian ya no tomaba siestas, pues las únicas veces que veía a Jonna era para los recesos, si se tomaba ese tiempo para dormir significaba que no lo vería. Y Julian últimamente estaba sintiendo demasiadas ganas verlo.


Sentía asco de sí mismo, pero no podía negar que extrañaba un poco la presencia de ese rubio. Se suponía que lo quería fuera de su vida… pero ahora que ya lo estaba, Julian sentía su pecho oprimirse por ello. Así como en ese momento que veía a Eithan conversando con el rubio oxigenado ese. Julian se sentía estúpido por estar ahí, viéndolos. Ni siquiera tenía una bandeja con su refacción, solo estaba ahí, dirigiendo miradas intercaladas entre sus manos sobre la superficie de la mesa y ellos.


Se preguntaba qué pensaría Jonna si notaba sus miradas.


Maldito infeliz. ¿Por qué tenía que llegar a perturbar su vida y después solo se largaba? Bueno, sabía que fue culpa suya… ¿pero no pudo insistir un poco más?


«¿Y que si insistía? —Le dijo una voz en su mente—. ¿Hubieras aceptado ser su amigo?».


Julian no lo sabía.


 


William… William…


William se sentía como un completo idiota, y eso era decir demasiado poco. ¿Qué clase de mierda había hecho a su mejor amigo?


En el mismo segundo en el que vio a Eithan levantarse de su lugar y darle la espalda, se arrepintió de lo que había hecho y comenzó a pensar que quizá y Julian tenía razón. Quizá y en verdad tenía rocas en vez de cerebro.


—Oye, Will —la voz de Alessa se escucho a su costado. Ambos también se encontraban en la cafetería.


Will no le puso atención.


Esa semana que había transcurrido desde su momento de idiotez, había sido la peor semana de Liam. Había tenido que caminar solo al Instituto en las mañanas, en el salón de clases Eith ni siquiera volteaba a verlo, en los pasillos lo ignoraba, en la cafetería se plantaba con Jonna a conversar y tenía el descaro de sonreír. Sonreír cuando él estaba que explotaba de la ansiedad por ser él, el motivo de sus sonrisas y no ese tonto de Jonna. De todos modos, ¿Por qué rayos estaba llevándose tan bien con el rubio? Era cierto que eran amigos, pero tampoco era como si fueran tan cercanos. Liam se sentía terrible. Lo extraña tanto. Extrañaba a su mejor amigo, demasiado.


Extrañaba como Eithan lo esperaba para ir juntos al Instituto, extrañaba sus conversaciones en el camino, extrañaba las miradas que se daban cuando sabían que pensaron en lo mismo respecto a algo en específico, extrañaba las risas seguidas a esas acciones. Extrañaba su voz hablándole, su rostro sonriéndole, sus ojos grises viéndolo solo a él.


Era terrible y desgarrador pasar por las mañanas frente a su casa y no verlo, era doloroso contemplarlo hablar con Jonna, sonreírle a él.


Un dolor intenso, agudo y punzante atravesaba su pecho cada vez que Eithan lo ignoraba. Y más lo atormentaba el hecho de saber que todo era por su maldita culpa. Por su culpa Eithan ya estaba a su lado.


¡Imbécil!


—Will —volvió a llamarle Alessa. El de ojos verdes volvió a ignorar a la chica.


Él tenía la mirada fija en dirección a la mesa en la que se encontraban Eithan y Jonna, así que la chica siguió la vista y al descubrir que era lo que Liam observaba tan ansioso, solo hizo que ella rodara los ojos con notable fastidio. Estaba comenzando a hartarse de esa estupidez.


William no podía estarse quieto, sus pies se movían de arriba hacia abajo y sus manos no dejaban de sudar. Quería acercarse a Eithan, quería volver a hablarle como siempre… pero tenía miedo, miedo a que el peli-negro estuviera tan molesto que pudiera mandarlo a freír cebollas, o peor, que simplemente continuara ignorándolo sin importar cuantas veces le hablara. No lograba decirse y eso era demasiado cobarde su parte, sin embargo, observar como Jonna le sonreía y le pasaba el brazo por el cuello, y Eithan correspondía la sonrisa, le dio el valor que necesitaba.


Se puso repentinamente de pie, sacándole tremendo susto a Alessa, y luego camino hacia la mesa donde se encontraban los chicos… seguido por la chica.


Al estar frente al rubio y peli-negro, se quedo estático, ¿Qué se suponía que iba a decir? Las manos le temblaban de los nervios y no ayudaba el hecho de que Eithan había volteado a verlo y sus grises ojos estaban fijos en él. El rostro de su amigo de infancia estaba completamente serio.


—Emmm… Hola —se sentía tan estúpido. Intento sonreír pero estaba seguro que había sido una sonrisa incluso más tétrica que la que Kageyama Tobio le dio a sus compañeros del Karasuno en el primer encuentro oficial contra Aoba Johsai, capitulo 22 de la primera temporada, segundo 18 de empezado el episodio. Pensar en ello le dio una idea—. Hoy no tengo nada que hacer… y me preguntaba si no querías ir a ver anime a la casa.


Eithan lo observo por largos segundos sin decir absolutamente nada, luego desvió la vista y observo a Alessa, quien se encontraba junto al oji-verde.


—O tal vez hacer otra cosa… lo que tú quieras —Liam estaba desesperado porque aceptara. Quería que todo volvía a como era antes.


Los grises ojos del peli-negro buscaron a Jonna, quien le sonrió de medio lado. Liam odio esa mirada que ambos se dirigieron, era como esas miradas que Eithan y él se daban, esas que ambos sabían que significaban que ambos estaban pensando en lo mismo.


Y vaya que lo estaban.


«Solo porque hoy no tiene nada que hacer. Lo peor es que ni siquiera se disculpa». Tanto Eithan como Jonna pensaron.


—Lo siento —dijo al fin el peli-negro de media coleta y ojos grises—. Ya tengo planes con Jonna.


Jonna sonrió una vez más e hizo el signo de «amor y paz».


Ante esas palabras, Liam sintió una fuerte punzada en el pecho. Así que así es como se sentía Eithan cuando lo dejaba de lado, pensó el de ojos verdes.


—¡Oh! —exclamo, sintiendo que los ojos le ardían. Paso saliva fuertemente—. Entonces, ¿Mañana?


—También ya tenemos planes —tomo la palabra el rubio de ojos caramelo—. Lo siento —no parecía realmente sentirlo en lo absoluto.


¡Maldito roba amigos!


—Ah, ya veo… —entonces cometió otra estupidez. Una peor, mucho peor, que la anterior—. ¿Tan rápido me cambiaste? —dijo viendo al peli-negro a los ojos, al instante se arrepintió de sus palabras. ¿No podía haberse quedado con la maldita boca cerrada? ¿No podía pensar de forma coherente antes de hablar?… Él y su maldita lengua.


Lo único que Eithan hizo fue verlo y luego reírse con ironía nada camuflajeada.


—Vete a la mierda, William.


Dicho eso, tanto Jonna como Eithan se levantaron de sus lugares, fueron a devolver las bandejas y tirar la basura, entonces se marcharon de la cafetería.


Will llevo ambas manos hacia sus labios, cubriéndolos y sintiendo que podía llorar justo en ese momento. No podía creer la pendejada que había dicho, él precisamente.


¿Cuán imbécil podía llegar a ser?


 


Julian había observado toda la escena, y tenía buen sentido del oído así que había escuchado la conversación. Pensaba, por supuesto que pensaba, que William era un reverendo idiota y eso confirmaba que él tenía razón. Que tenia piedras en vez de cerebro, pero…


De alguna forma él también pensó lo mismo.


Y era estúpido el sentirse así, pues eso era algo que siempre se aseguro de tener bien metido en la mente. Jonna era un chico que se andaba de falda en falda, o pantalones, nunca tenía nada o se tomaba en serio a nadie. Y Julian detestaba que creyera que podía acercarse a él y obtener lo que quería y luego dejarlo de lado. Julian no era ese tipo de persona y odiaba en verdad que Jonna creyera que podía conseguir eso de él.


Pero entonces vio sinceridad y eso lo hizo dudar de si ese rubio quizá y estaba cambiando, pero no, seguro era una treta.


Sin embargo ahí estaba Julian, deseando, desde no sabía cuándo, que fueran ciertas sus palabras y que en verdad quisiera estar cerca de él sin importar su rareza, su carácter. Pero ese pensamiento estaba presente, ese que le decía que Jonna no podía cambiar de la noche a la mañana, y menos por un chico como él.


Y ahí un hecho que lo demostraba.


Había estado un tiempo pero se alejo y busco a alguien más, a Eithan, así de rápido. ¿Así de fácil cambia de objetivo? Claro, por supuesto. Era Jonna después de todo.


Y, ¡demonios!... eso dolía. Dolía que no hubiera insistido un poco más. Y Julian odiaba eso porque aun no terminaba de creerse que incluso si no estaba seguro de si aceptaría ser cercano a él o no, hubiera querido que insistiera más y no se alejara.


¿Qué tal Jonna en verdad estaba cambiando y él fue tan idiota como para herirlo y volver a hacerlo caer por la forma tan cruel en la que le hablo? Pero, ¿y si solo quería lo mismo que buscaba en las demás personas con las que se metía?


Julian quería ir y zangolotearlo y preguntarle si de verdad, de verdad quería ser su amigo y no solo quería engatusarlo y luego alejarse. Quería saber que ese sentimiento que se había instalado en su pecho gracias a ese maldito rubio oxigenado, no era debido a una esperanza estúpida de que quizá y ese chico tan guapo, porque maldición no podía negarlo, Jonna era muy guapo, pudo haberse fijado de forma sincera en él… pero él fue tan idiota como para alejarlo sin darle una oportunidad de conocerlo realmente y no dejarse influenciar tanto por los rumores que lo rondaban.


Si era así al menos podía pedirle perdón, y quizá obtener sus miradas y sonrisas de nuevo. Estaba bien si no volvía sentir interés, al menos su indiferencia ya no dolería tanto.


Entonces una vocecita le dijo que si, dolería, que dolería y mucho ¡Maldición! Todo era culpa de ese maldito rubio oxigenado.


Antes de darse cuenta, ya había enterrado el rostro en la mesa de en la que se encontraba.


Estaba dormido.


 

Notas finales:

Eso fue todo por ahora.


Fjsldfkjañiesjñes


¡¡¡¡¡SUFRAN PERRAS!!!!! O sea, hablo de Will y Julian. Hahaha. Malditos primos.


Si les gusto el capitulo pueden hacérmelo saber por medio de un comentario, es muy importante para mí el saber que opinan, pues los review son una fuente de inspiración hermosa.


Hasta luego.


Sayo. 


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