JUST FRIENDS
—Capitulo 16—
Como antes
Julian tuvo que fingir que tenía un poquito de comezón en la comisura de sus labios y cubrir estos con una mano, para así tener que evitar la vergüenza, otra vez, de que Jonna lo observara sonreír.
De solo recordar ese momento del día anterior, le daban ganas de tirarse de la azotea del instituto.
Sacudió la cabeza para alejar esos recuerdos, pues la vergüenza provocaba sonrojos en sus mejillas, y lo último que quería era que esa rubia oxigenada lo viera también sonrojado. Por lo que se apresuro a dirigirse hacia la puerta de su salón. La campana que indicaba el receso había sonado hacia un par de minutos.
—Hola —saludo Jonna. Una sonrisa de esas que él sabía que derretían glaciares estaba dibujada en sus labios.
Julian paso saliva.
—Hola —dijo y cruzo por su lado.
¡Joder! El de mirada somnolienta quería darse duro contra el muro él mismo. ¿¡Porque demonios tenía que sentirse tan jodidamente feliz, porque Jonna fuera a buscarlo otra vez a la hora del receso!?
Si pudiera hacerlo, se arrancaría el corazón y lo apuñalaría una y otra vez. ¡Estúpido órgano que saltaba en su pecho al ver a ese pelos de elote!
Al ver qué lo pasaba, Jonna amplió su sonrisa y luego se apresuro a alcanzarlo y caminar a su lado. Siendo sincero consigo mismo, Jonna no creyó que volvería a caer. Bueno, ya había caído antes cuando lo vio dormido sobre la mesa, lo llevo a la enfermería y le pidió a la señorita Nina que si Julian preguntaba, que por favor dijera que había sido el Profesor Evan quien lo había llevado. A lo que se refería Jonna, era que no pensó caer de nuevo y que Julian lo supiera perfectamente.
—¿Puedo preguntar una cosa? —hablo el rubio de mirada caramelo.
Julian asintió sin voltear a verlo. Saber que lo tenía a un lado ya lo alteraba demasiado. Daba gracias que su expresión no demostraba como se sentía en ese momento, porque si no, qué vergüenza.
—¿Por qué dejaste de tomar tus sientas en el receso? Últimamente te estás quedando dormido donde sea.
El de ojos celeste hielo sintió que las mejillas comenzaban a arderle demasiado.
—No es de tu incumbencia —fue su brusca respuesta.
De ninguna forma iba a decirle, a esa rubia loca, que el motivo era él. Que dejo de tomar siestas para poder verlo en el receso porque era la única hora en la que podía hacerlo. Después de todo, Jonna era de tercer y Julian de segundo ingreso. Jamás iban a coincidir en los pasillos, puesto que los de segundo y tercero tenían salones en diferentes pisos.
¿Por qué Jonna lo impulsaba a hacer tremenda estupidez? Él, mejor que nadie, sabía que nada bueno podía salir de dejar de tomar sus siestas matutinas. Si sus tíos se enteraban, y esperaba que William no dijera nada, le daría el sermón de su vida. Julian solo quería que esa rubia ya no provocara nada en su persona, pero no sabía qué hacer.
Después de lo ocurrido uno esperaría que Julian fuera menos agresivo con él, pero en realidad Jonna espero ese tipo de respuesta. En ningún momento creyó que Julian cambiaria su forma de ser de un día para otro, después de todo, ese lado suyo lo hacía bastante lindo. El rubio creía que estaba un poco mal de la cabeza por pensar de esa forma porque, enserio, enserio, Julian le gustaba mucho así de agresivo y cortante en su personalidad.
Ambos, en completo silencio, caminaron por los pasillos en dirección hacia la cafetería.
Allí, tanto Eithan como Liam los esperaban en una mesa, los chicos estaban uno frente al otro. Parecían un tanto incómodos porque solo jugueteaban con la comida sin decir ni una palabra entre ellos. Julian sintió ganas de golpearlos, pues seguramente en la mañana mientras iban al instituto, había sido la misma historia.
Como sea.
Dio un hondo suspiro y luego fue a por algo para refacciones, Jonna siguiéndolo de cerca. Una vez ambos con sus bandejas, se dirigieron hacia donde se encontraban sus amigos. Jonna tomo asiento Junto a Eithan y Julian junto a William.
—¡Hey¡ —fue el rubio el primero en hablar. Le dio un codazo a Eithan—. ¡Qué gran conversación la que están teniendo¡
Julian rodo los ojos por el más que obvio sarcasmo. Sin embargo, al parecer, ni Eith ni Will parecieron detectarlo. El de ojos celeste hielo lo supo al ver sus caras de no entender nada.
—No teníamos una gran conversación —respondió el de ojos grises y media coleta alta.
—Ni siquiera estábamos hablando —secundo el de ojos verdes y cabello casi rubio peinado de forma desordenada hacia un lado.
Jonna sonrió divertido y Julian cerró los ojos e inhalo y exhalo hondamente, tranquilizándose, para no enterrarles la cara a esos estúpidos chicos contra sus refacciones.
—Era sarcasmo —dijo Julian, irritado.
—Ah —respondieron Will y Eith a la vez.
Entonces todos en la mesa se sumieron en un mutismo que hizo que a al más bajito de los cuatro le diera un tic en el ojo. Suspirando, dirigió la mirada hacia Jonna, quien había estado observándolo todo el rato.
«Has algo al respecto». Ordeno, formando muecas.
«¿Cómo qué?». Quiso saber, haciendo ojitos.
«Yo que sé». Juli se encogió de hombros. «Alguna de tus estupideces».
«¿Perdón?». Jonna estaba indignado.
El rubio hizo un gesto tan gracioso, que cuando se llego a dar cuenta, Julian, ya tenía una pequeña y suave sonrisa en los labios. Acto que hizo que Jonna casi se derritiera ahí mismo. Cuando el de ojos somnolientos cayó en la cuenta de lo que estaba haciendo, su semblante se torno completamente serio y desvió la vista hacia la bandeja donde reposaba su refacción. ¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!
Jonna sonrió suavemente al ver que las orejas de Juli estaban rojitas.
—Chicos —llamo la atención de tanto Eith como Will—. Estaba pensando…
—¿Tú piensas? —cuestiono irónico, Julian, por simple inercia. Automáticamente, Jonna lo observo con los ojos entrecerrados y fingida molestia. Juli tuvo que morderse el labio inferior para no reírse, carcajearse, ahí mismo. ¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición! Gesto que, claro, Jonna encontró muy provocador.
—Si pienso —aclaro fingidamente molesto y señalando al chico con el dedo índice—. Pero volviendo al tema. El otro día vi una publicación en Facebook, de la convención que habrá este mes, y estaba pensando —le mando una mirada de advertencia Julian para que no osara volver a interrumpirlo. El de cabellos negros solo levanto las manos en son de paz, otra vez aguantando la risa mordiéndose el labio. ¡Carajo! ¡Carajo! ¡Carajo!—, ¿Por qué no vamos todos juntos?... Eithan ha estado mostrándome algunos animes y pues creo que es genial todo ese asunto. Así que quiero ir a ver. ¿Qué dicen?
Eithan se le quedo viendo durante algunos segundos, luego busco la mirada esmeralda de Liam. Ellos, en realidad, en todo el rato que llevaban ahí y desde la mañana, no se habían visto directamente a los ojos. Cuando sus miradas se encontraron fue algo como: «¡Waahh!». Solo de esa forma podrían describir como se sintieron en ese momento.
—¿Tu qué dices? —Eithan cuestiono. Luego de ese periodo de alejamiento entre ellos, él había asumido que ya no irían juntos a la convención—. ¿Vamos?
Liam sonrió.
—Si —acepto. Will era otro que no creyó que fueran a ir juntos, así que estaba muy feliz por ello—. ¿Tú qué dices, Juli? —cuestiono a su primo, sin embargo, sus ojos verde esmeralda no se despegaron de los gris plata de Eithan.
Julian observo la atmosfera que ahora rodeaba a ese par, luego observo disimuladamente a Jonna, quien lo veía directamente.
—Sí, ¿Por qué no? —acepto.
—¡Yey! —El rubio festejo—. Hasta podríamos hacer eso que llama Coldplay.
La cara divertida e irónica por parte de Julian fue monumental. ¡Joder! ¡Joder! ¡Joder!
—Esa es una banda, estúpido.
Liam y Eith se carcajearon de la risa al escucharlos.
—¡Ah! Que idiota —el rubio se rasco el cuello.
—Demasiado, si me preguntan.
En realidad, Jonna lo había hecho a propósito. Las sonrisas de Juli eran tan hermosas que no le importaba verlas si eran provocadas por burlarse de sí mismo.
—Bueno, el asunto es que entendieron —los otros tres en la mesa asintieron—. Entonces, ¿Qué dicen? ¿Vamos los cuatro de col…?
—Cosplay —Juli interrumpió.
Jonna hizo un puchero.
«¿Cómo un tipo tan alto y raro puede verse así de adorable?». Julian quiso golpearse la cabeza luego de tan estúpido pensamiento.
Entonces sucedió:
—¡Aaaahhh! —Tanto William como Eithan gritaron.
El rubio y el de ojos celeste hielo dieron un brinco en su lugar, por tan repentina acción.
—Tengo los cosplays… —dijo Eith.
—Perfectos para ustedes —Termino, Liam, la oración.
Jonna sonrió en festejo, mientras que Juli hizo una mueca.
—Ay, terminan la frase del otro —observo a cada uno respectivamente—. Son tan tiernos que quiero vomitar.
Eithan y William se vieron a los ojos luego de las palabras dichas por el más bajito de los cuatro. Se sonrieron mutuamente a la vez que las mejillas de ambos se tornaban rojitas. Pero no desviaron la vista en diferentes direcciones, ellos se observaban directamente. Otra vez estaban metidos en su burbuja.
—Y… ¿Qué cosplays serian? —quiso saber Jonna, realmente interesado.
La burbuja pareció desvanecerse un poco, solo para que los chicos volvieran a sonreír, y luego Eithan observara a Julian, y Liam clavara su vista en Jonna. Luego, Will observo a Juli y Eith a la rubia loca que tenia a la par. Finalmente, verde esmeralda y gris plata se encontraron una vez más, sus ojos brillaron y en sus labios sonrisas más amplias se formaron.
«¡Los cosplays de verdad les quedarían perfectos!». Liam dijo, completamente emocionado.
«¡Ya lo sé!». Eith respondió de igual forma.
«¡Juli va a molestarse!». La sonrisa del oji-verde se amplió más si era posible.
«¡Y conociendo a Jonna, estará emocionado!». El de media coleta estaba seguro.
—¡Wow! —Exclamo Julian—. Están teniendo una conversación mental. Es escalofriante.
Ante sus palabras, Jonna sonrió, pues ellos también habían tenido una parecida hacia tan solo unos minutos atrás.
—¡Ya dígannos cuales son los cosplays! —la rubia loca exigió.
Will fijo sus ojos en Jonna, y Eith clavo su mirada en Juli.
—Kise Ryōta —dijo, el de ojos esmeralda.
—Kasamatsu Yukio —respondió, el de media coleta alta.
La reacción de los chicos fue instantánea.
—¡Ay, no me jodan! —Juli estaba completamente indignado, pues estaban comparándolo con un personaje que, aunque era agresivo y siempre estaba golpeando a su kōhai, le tenía cariño y se preocupaba por él.
«¡Ha! ¿¡Yo, preocuparme por Jonna!? ¡Jamás!». Pensó el de mirada somnolienta. Sin embargo, no negó el hecho de que le tenía cariño.
—¿¡Eh!? ¿¡Quien es, quien es!? ¿¡Quien es Kise Ryōta!? —el rubio sonreía completamente emocionado—. ¡Díganme! ¿¡Quien es!?
—¡Hahaha! —El oji-esmeralda se carcajeo, ignorando completamente a Jonna—. ¡Incluso se parecen mucho!
—¡Definitivamente! —concordó el oji-gris—. Aunque Jonna tiene los ojos color caramelo y Kise color miel. ¡Pero ambos son rubios y tienen esa personalidad tan rara!
Jonna se sintió un tanto ofendido, mientras que Julian no pudo refutar y se reía internamente.
—¡Y Juli tiene los ojos casi del mismo color de Kasamatsu así como su cabello negro y desordenado! Aunque es mas enano y escuálido, y su cabello es más largo… ¡Pero tienen esa misma expresión de mala leche y agresividad!
Julian era ahora el indignado, mientras que la rubia se carcajeaba a viva voz.
—Quieren que los golpee, ¿verdad?
Su comentario solo logro que, tanto Eithan así como Liam y Jonna se rieran más a su costa.
¡Maldito Jonna! ¿Cómo osaba a burlarse de él?... Juli le dio un punta pie por debajo de la mesa, por lo que el rubio dio un gritito y chillo de forma exagerada. Mientras que al de media coleta alta y al casi rubio solo los observo con una suave y sutil sonrisa en los labios. Parecían tal cual como eran antes de que la estúpida de Alessa se metiera entre ellos.
Era bueno que volvieran a ser esos mejores amigos que siempre habían sido.
—Hola, Will.
Y las sonrisas se esfumaron en un santiamén.
—¿Qué es tan divertido? —Cuestiono, Alessa, al momento que se quedaba de pie junto al de mirada esmeralda.
Jonna frunció el entrecejo, mientras que Julian dio un gruñido molesto. Eithan, por su parte, tan solo suspiro y desvió la vista hacia ningún lado en específico, completamente resignado.
La atmosfera tan alegre y familiar que habían formado entre los cuatro, definitivamente se había arruinado con la presencia de la chica.
William tuvo un retorcijón en el pecho al observar la expresión de Eithan. No quería volver a verla nunca más. Jamás.
—Algo que no entenderías porque es solo entre nosotros cuatro —respondió Liam—. Y ya que estas aquí me ahorra el tener que buscarte para decirte esto: Tuve problemas con mis amigos debido a tu presencia constante estas últimas semanas, y es algo que no quiero que vuelva a suceder —Alessa hizo una mueca—. A todos les molesta tenerte cerca y el hecho de que lo estuvieras irritó de sobre manera a Eithan, lo que provoco que peleáramos y distanciáramos. Estar alejado de él fue terrible para mí y lo extrañe demasiado… no quiero que algo así vuela a suceder, ni por ti ni por nadie. Porque entre tu o cualquiera, y él —desvió la vista, buscando los grises irises de su mejor amigo, quien ahora lo observaba con una media sonrisa en los labios—, definitivamente lo escojo a él.
Y entonces ellos crearon una vez más su propia burbuja, una donde nadie más importaba, una donde Liam poso la mano sobre la de Eith suavemente, y este volteo la suya para poder acariciar sus suaves dedos. Nada más importaba, solo ellos dos y ese momento, esa caricia, esa mirada y esa sonrisa dulce que compartían.
—¡Ah! ¿Disculpa? —la mueca molesta de Alessa no tardo en aparecer. Indignación completa desprendía el aura de la castaña.
—¡Que te vayas, estúpida! ¿No entendiste?
Jonna observo con una sonrisa orgullosa a Julian.
Toda emoción, entonces, pareció desaparecer del rostro de Alessa cuando clavo sus ojos negros en los celeste hielo de Juli. Luego observo a Jonna, seguidamente a Eithan y Liam, quienes seguían en su propia burbuja. Finalmente, sus ojos volvieron al rostro del más bajito de los chicos… ella sonrió.
Pero su sonrisa era despectiva y no auguraba nada bueno. Al contrario.
—Cuídate —le dijo a Julian, y se dio la vuelta y se marcho.
La expresión del de mirada somnolienta se vio perturbada, él busco los ojos caramelo de Jonna, quien lo observaba con preocupación y odio infinito hacia Alessa. Esa maldita estúpida.
—¿Esa idiota acaba de amenazarte?
—Eso… creo —. Julian mentiría si dijera que no estaba un tanto asustado. La mirada que Alessa le había dirigido, le erizo los vellos del cuerpo.
Entonces, al igual que Liam había hecho a Eithan, Jonna poso su mano sobre la de Julian y acaricio el dorso de esta suavemente.
—No voy a dejar que nada te pase. Te lo prometo.
Julian se mordió el labio inferior. Sus mejillas habían comenzado a arder. Algo en su pecho se sentía deliciosamente cálido y reconfortante.
—Gracias —susurro, sonriendo tímidamente sin despegar sus ojos de Jonna.
El corazón del rubio golpeteo fuertemente contra su pecho ante tan hermosa vista. Definitivamente no iba a dejar que nada le sucediera a ese precioso chico de ojos celeste hielo y mirada somnolienta.