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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

Holaaa...

¿Como les va, preciosuras? Jwndkwndlwmf ¡¡Lo sé, lo sé!! Me tarde demasiado esta vez. Pero, en serio que no era mi intención. Verán, no tengo computadora, por lo que escribo en celular, pero resulta que viene el maldeto y se muere. Y yo así como ¡Yo te amaba, desgraciado! La cosa es que estuve sin teléfono un buen tiempo. Pero ya tengo otro, y rapidito me puse a escribir la actualización. Y esperó de verdad que les guste.

A las hermosas personas que leyeron el capítulo anterior, y a quienes me dejaron su sensualón comentario, quiero decirle que las amodoro un chingo. En serio. 

Por los posibles horrores de ortografía, mis más sinceras disculpas. Leí el doc pero estoy segura que más de algo se paso, ya saben que soy bien pendeja. 

Sin más que decir, lo dejo leer. 

 

 

 

 

 

 

 

JUST FRIENDS

—Capítulo 24—

Llorar esta bien

 

 

—¡Eso estuvo increíble! —Jonna se veía eufórico. Sus labios mostraban una gran sonrisa y sus ojos brillaban de emoción. El sudor perlaba sus sienes mientras caminaba y el viento le azotaba con delecia el rostro.

Eran casi las ocho de la noche y tanto él como Eithan, Will y Juli caminaban por la acera sin ningún destino aparente.

—¡Es la mejor convención a la que he ido!

—Es la única a la que has ido —Julian dijo con irónica diversión, aunque su expresión era estoica.

William, a un costado de su primo, emitió una suave risita. Eithan iba junto a él, abrazándolo por los hombros.

Los cuatro acaban de salir de las instalaciones donde se llevo a cabo la convención. Y, como Jonna había dicho, estuvo espectacular. El ambiente había sido simplemente fantástico, así como todo lo que sus ojos habían podido observar. Puestos de comida, venta de artículos, musica, representaciones, cosplays, muchos cosplays fantásticos de personajes que el rubio no tenía idea de quienes eran, pero increibles al fin y al cabo.

Jonna estaba un tanto afónico. ¡Era genial!

Como habían acordado, ellos cuatro también estaban haciendo cosplay, pero el vestuario que utilizaban no era como los uniformes de Seirin o Kaijō, si no más bien ropa casual, pero con las características de los personajes. En el caso de Eithan se coloco una peluca roja y se puso lentillas también rojas, además de que utilizó unos pequeños implantes en las cejas. En el caso de Liam era similar, solo que la peluca y lentillas eran de color celeste.

A Julian lo obligaron a cortarse un poco el cabello, pero solo esa fue su modificación, pues el cabello y los ojos ya los tenía, aunque era mucho más bajito y escuálido que Kasamatsu, sin olvidar que sus ojos eran mucho más claros. Lo mismo fue con Jonna, quien en realidad guardaba cierto parecido con Kise Ryōta, pensaba Juli. No sólo en el físico si no en personalidad también.

Los dos eran unas rubias estúpidas.

—Yo me corte el cabello —habia dicho el de mirada somnolienta, con cierto brillo travieso en los ojos. Los cuatro estaban en la habitacion de Liam, preparandose para el gran día—. Jonna debería perforarse la oreja, igual que Kise.

Jonna había puesto cara de susto tremendo. Mientras que a Liam y a Eith les había parecido una excelente idea. Y, entre lloriqueos, Eithan había inmovilizado a al rubio. Julian, para sorpresa de los tres, ya tenía preparado todo de antemano para dicho acto. Él, con una sonrisa psicópata, había tomado la aguja y la había esterilizado correctamente, luego su sonrisa se ensancho al escuchar los chillidos que Jonna dio mientras le perforaba la oreja y le ponía el arete.

Liam había grabado todo mientras se reía a carcajadas.

La sorpresa fue que, con un poco de delineador de ojos y el arete, además de un planchado de cabello pues estos eran un tanto rizaditos, se parecía incluso más. Eithan y Liam se parecían a Taiga y Tetsuya, pero Jonna era simplemente identico a Ryōta. Algo que las chicas notaron en la convención, pues no perdieron la oportunidad de detenerlo a cada que podían para tomarse una fotografía con él. Y lo peor de todo, era que el muy maldito parecía disfrutarlo en demasía. Su preciosa sonrisa derritió varios glaciares ese día. Desgraciado.

Habían ido de un lado hacia otro, observando y comprando cosas, tomándose fotografías con quienes se las pidieran. Habían gritado y reído con las presentaciones, y cantado a todo pulmón y saltado con la música de los invitados. Sus celulares estában hasta el tope de fotos y vídeos tomados para el recuerdo.

—¡No puedo esperar para ir a otra!

—¿Quieres parar de gritar? Estamos justo al lado —Julian negó con la cabeza.

—¡Lo siento, estoy algo sordo! —la sonrisa en sus labios no desapareció. Y, aúnque resultaba irritable, Julian tenían que admitir para sí que era una sonrisa hermosa—. ¿Cuándo sera la siguiente? —cuestiono el rubio estirando el cuello y viendo a Eithan y Liam.

—Dentro de un par de meses —Will respondió. Aparte de ser abrazado por su novio, él iba abrazando con cariño infinito a un peluche. Este tenía apariencia redonda, súper gordo, con una mata de cabello negro azabache y ojos afilados y azules. Era un peluche del anime «Haikyu!!» Los famoso cuervitos de Karasuno, que de cuervitos no tenían nada más que el color. Este era de Kageyama Tobio, y tenía un tamaño bastante considerable.

—Vendremos, sin duda —dijo Eithan. Él, al igual que su novio, abrazaba un peluche con su mano libre. Este también era un cuervito, pero este twnia una mata de calbelloz rwvueltoncolor naraja y ojitos redonditos, Hinata Shōyō.

—¡Ah! No sé si podre soportar la espera —dramatizo el rubio. Julian rodó los ojos y le dio un golpe con la punta de los dedos en las costillas. Jonna solto un chillido patético.

—¿Y que hacemos ahora? —quiso saber el peli-negro.

Liam volteo a ver a su novio de reojo. Ellos habían hablado de que hacer luego de salir de la convención, pero ni Julian ni Jonna estaban al tanto de ello.

—Yo… irémos a ver a alguien. Ustedes pueden regresar.

—¿A quien? —Juli lo observó inquisidoramente. Pero lo que vio en su mirada, una mezcla entre anhelo, miedo y remordieminto, le dijo que era mejor no insistir. Al menos no en ese momento—. Bueno, supongo que volvere a casa. ¿Sabe la tía que llegaras tarde? —cuestiono viendo a su primo, este asintió—. Entonces me regreso —se despidieron y luego giro sobre sus tobillos y comenzó a caminar por el camino contrario.

Jonna lo observó com una sonrisita antes de también despedirse de los chicos y agradecerles por haberlo llevado. Después corrió hasta alcanzar a Juli.

Llevados unos cuantos minutos de caminata silenciosa bajo un cielo despejado con hermosas estrellas brillando en el, Jonna hablo.

—¿Sabes a quién irán a ver?

Juli lo observo por el rabillo del ojo.

—No específicamente pero… supongo que creo saber a quién —Jonna tenía curiosidad, pero no cuestionó más.

Últimamente estaba algo extraño con Julian. Más callado y no tan atosigante. Cuando estaban los cuatro juntos, como hacia no mucho, era el mismo chico molesto y exagerado que era, pero cuando estaban ellos dos solos, la cosa cambiaba notoriamente. No lo admitiría en voz alta, pero eso le provocaba un nudo en la garganta muy feo al de ojos celeste hielo. Como ácido bajándole por La laringe.

—Te llamas Jonathan —dijo, antes de darse cuenta. Era algo que había estado rondando en su mente desde hacia varios días. Se alarmó al dejarlo salir, pero fingió que su intension había sido hablar de ello.

Jonna volteo a verlo con una sonrisa que no mostraba los dientes, era extraña. Como esos emojis que no sabias si estaban felices, incómodos o querían matar a todos a su alrededor.

—¿No lo sabías?

El peli-negro negó con la cabeza.

—Todos te decían Jonna… creí que…

—Ah, bueno… —se rasco la mejilla, un sonrisita bastante tierna se le dibujo en el rostro—. Jonna es como un mote que me puso alguien especial —Julian alzo una ceja, esa persona debía ser realmente muy especial su ponía ese tipo de expresión en Jonathan. Se sintió molesto por alguna razón.

—¿Quién?

—Mi hermana —ah, su hermana. Claro. Juli se abofeteo mentalmente—. Era menor que yo por un dos años. No podía decir mi nombre cuando era pequeña y en cambio decía: «Jon…na». Así que me quedo Jonna —y parecía muy orgulloso de ello, noto el de mirada somnolienta.

Julian no estaba seguro si estaba bien preguntar por su hermana, puesto que Jonna había puesto una expresión, si bien era de felicidad y orgullo, también había nostalgia y tristeza impregnadas en ella. Pero Jonna continuó hablando antes de que se desidiera.

—Ella tenía un sistema inmunológico muy débil, por no decir nulo. Caía enferma con demasiada facilidad, tenía un cuerpo delicado y frágil. Una simple gripa era muy peligrosa, incluso un pequeño corte podía tener consecuencias desastrozas si no se trataba con rapidez… —guardo silencio por algunos segundos, segundos en los que Juli sintió que le estrejuban el corazón. La tristeza en la mirada en los ojos caramelo de Jonna la caló hasta los huesos—. Cuando ella se fue —prosiguio, y sus palabras hicieron que un escalofrío le bajara por la columna al más bajito. Tanta tristeza en su voz—, mi madre y yo estabamos a cada lado de la cama del hospital, sosteniendo sus manosentre las nuestras. Y ella, a pesar de lo mal que se sentía… nos sonreía. Ella trataba de tranquilizarnos a nosotros, que llorabamos sin detenernos.

—Seguro era una chica fantástica —Julian no sabía que más decir.

—¡Lo era! —Jonna sonrio, y esta era una sonrisa muy genuina, pero la tristeza continuaba brillando en sus irises—. La adoraba. Era la luz de mis ojos.

Oh, diablos… Julian era hijo único, por ello no podía decir que entendía lo que era perder a un hermano a quien amabas tanto. Pero sí que había perdido personas que eran todo para él, a sus padres. Así que, en verdad, sí entendía el dolor de perder a un ser amado.

—¿Sabes? En sus últimos momentos, ella me dijo que no llorara… —carraspeo un poco la garganta y parpadeó, las lágrimas ardían detrás de sus ojos—, porque amaba mi sonrisa y quería verla una vez más. Me hizo prometerle que no… que no permitiría que nada la opacara, ni siquiera la oscuridad que parecía estarme consumiendo en ese m-momento.

Detuvo sus pasos y bajo la mirada, sus manos eran puños cerrados fuertemente contra sus costados. Julian se planto frente a él, sintiendo que tiraban de su corazón con fuerza, destrozándolo. Si lo veía llorar estaba seguro que lloraría con él. Pero Jonna alzo la vista, y en sus labios se había dibujado la sonrisa más hermosa que Juli le había visto alguna vez; sus ojos estaban tan achinados, que prácticamente se encontraban cerrados, y una pequeña lágrimita salada le acaricio con suavidad la piel de su mejilla. Él abrió los ojos al sentir como, con una dulce caricia, limpiaban esa gota de cristal liquida.

—¿Por qué lloras? —cuetiono al ver como los ojitos de Julian estaban empañados. Se veía tan bonito, pero a Jonna no le gusto verlo así.

—Jonna, perdón —susurro—. Perdón por sacar el tema.

Jonna quiso besarlo en ese momento, él eran tan lindo y dulce.

—Esta bien… perdoname tu por poner tan sad el ambiente —sonrio con cierta pena—. Los ánimos por la convención estaban hasta el tope y vengo yo y te cuento esta historia.

—No, no —el peli-negro negó con la cabeza sin apartar su pequeña mano del rostro del rubio, quien no se quejaba en absoluto. Ese gesto por parte del más bajito lo hacia muy feliz, su pecho se sentia increiblemente muy cálido—. Gracias por contarme, en serio. Lo aprecio mucho.

Y, entonces, hizo lo más surrealista que Jonna alguna vez le había visto hacer. Juli alzo ambos brazos, los paso por detrás del cuello del rubio y tiro de él hacia su persona. Jonna, conmovido de sobremanera, se dejo hacer y se inclino hasta apoyar su rostro en el pequeño y flacucho hombro del peli-negro, él lo estrujó con fuerza contra si y Jonna, sintiendo que tenía su permiso, se aferro fuertemente a su estrecha cintura.

Julian lo sintió temblar contra su cuerpo, y unos suaves sollozos le acariciaron los oídos. Lo abrazo con más fuerza.

—Jonna, yo… —susurro bajito, un nudo le apretujaba la garganta—. Yo también amo tu sonrisa —el rubio dio un respingo, y los latidos de su corazón se dispararon como una ametralladora. Su corazon resonaba y golpeaba con tanta fuerza, que Julian lo escuchó latir en sus oídos y lo sintió martillear contra su pecho; sintió también como el rostro de Jonna se calentó de golpe… y el suyo también lo hizo.

¡Diablos! ¡Era tan vergonzoso!

—Pero… esta bien llorar de vez en cuando —prosiguió, de alguna forma se las arregló para que su voz no titubeara—. No siempre tienes que sonreír. Lo que tu hermana quería era que no te dejaras consumir por el dolor, que salieras adelante incluso si ella ya no estaba a tu lado; que no te contuvieras y te obligaras a tener una sonrisa en los labios cuando lo que en verdad querias era llorar. Asi que no te contengas. Llora. Llorar también es bueno, ¿Entiendes?

Jonna asintió sin despegar su rostro del hombro de Julian. Este lo escuchaba sollozar y sorber la nariz, además de que el agarre en su cintura se había intensificado; pero aun así Juli sentía que lo abrazaba con cuidado y suavidad.

Permanecieron en la misma posición, permitiendo que el rubio se desahogara cuanto quisiera o hasta que se sintiera mucho mejor, por lo que no supusieron exactamente cuanto tiempo. Pero no importaba. Podían estar así una eternidad, y no importaba. Estaba bien. Muy bien. Se sentía correcto.
Cuando se alejaron, Jonna no tuvo el valor para levantar la mirada y mostrarle tan patética visión de si mismo a Julian, y Julian no lo presiono, tan solo tomo su mano y entrelazo sus dedos.

—Vamos —dijo, y comenzó a caminar retirando de Jonna; este moqueaba y se restregaba los ojos con la mano libre.

—G-Gracias —susurro.

La única respuesta que obtuvo fue que la fuerza de agarre entre sus manos aumentó. Pero eso fue más que suficiente para abrazar su alma y conmoverlo hasta los huesos.

 

 

Liam y Eithan tomaron un taxi. Dentro del vehículo, el de cabellos castaños claros permanecía recostado contra el hombro de su novio, mientras que sus manos estaban entrelazadas sobre el muslo del más alto. Eith mantenía el peluche de cuervo, Shōyō, bajo su brazo libre y Liam sostenía el suyo, Tobio, sobre sus piernas.

El de ojos verdes acariciaba suavemente el dorso de la mano de su chico, dándole ánimos. Podía notar lo nervioso que se encontraba. El insesante moviento de su pierna izquierda y el leve temblor de su mano derecha lo dejaba más que claro. Y, a decir verdad, él también se encontraba un poquito nervioso. Esperaba de todo corazón que todo fuera bien para Eith. Observo sus manos entrelazadas y no pudo evitar esbozar una sonrisa, aunque tampoco lo impidió.

Si estaban en el instituto o en casa de cualquiera de los dos, estar así enfrente de otras personas que no fueran Julian o Jonna, era algo que, aunque quisieran, no podían hacer. Pero allí y en la convención, donde nadie los reconocía, podían permanecer de esa forma. Y lo habían hecho.

Habían caminado de la mano y nadie los juzgaba o veía mal, al contrario, las chicas se emocionaban y pedían fotografías de ellos y con ellos. Allí eran libres de mostrar su amor sin contenerse.

A Liam le hubiera gustado permanecer siempre allí, en ese mundo donde el amor no era algo estrictamente entre hombres y mujeres. Donde podías amar a quien quisieras sin ningún temor. Donde todo era alegría.

—¿En que piensas?

Él alzo la mirada, y se topo con los rojizos ojos, gracias a las lentillas, de Eithan. Liam tan solo sonrió.

—En que te amo —deposito un besito en los labios del peli-rojo, después volvió a recostarse en su hombro.

Su mirada se fijo en el espejo retrovisor, y noto que el taxista los había visto y desde luego escuchado. Pero el hombre tan solo sonrió sin maldad, a Liam le pareció notar cierta ternura en sus ojos castaños. Ciertamente le sorprendió, una sorpresa agradable. Era bueno saber que no todas las personas del exterior los rechazaban.

—Yo también te amo —le dio un beso en la sien.

—¿Nervioso? —Cuestionó. aunque, claro, Liam sabía que lo estaba.

—Oh, siento que me voy a vomitar.

El taxista observo por el retrovisor, alarmado.

—Ah, es solo un decir —Eithan rápidamente lo tranquilizó. El hombre le sonrió—. No es cierto, si quiero vomitar —susurro muy bajito a Liam, este soltó una risilla. Si no lo hacia sobre él no había problema.

—Todo ira bien.

—¿Tu crees?

—Eso esperó, al menos —eso no tranquilizó mucho al más alto—. Pero, a ver, ¿Qué tan mal puede ir?
—Ah, ¿Qué me saque todos los dientes y me grite que me odia?

—¡Jamas lo haría! —se alejo de su hombro —. ¡No seas un exagerado! —Le dio un puñezato en el brazo, indignado, por lo que Eithan se quejo divertido—. Tú y yo sabemos que no es esa clase de persona.

—Lo sé —rió con nostalgia—. Pero aun así tengo miedo.

Liam volvió a recostarse contra su hombro y volvió a entrelazar sus dedos.

—Te entiendo… pero recuerda lo que dijo Evan.

—Profesor Evan —corrigió en burla, ya que él lo había corregido en la azotea cuando había dicho Evan sin la profesión agregada.

—Oh, callate. No estamos en el instituto —una risiilla emano de la garganta de su novio.

Entonces el silencio reino entre ellos por algunos segundo, pero no era incomodo ni nada por el estiló.

—Todo ira bien —repitió Liam—. Ya veras que sí.

—Sí.

En verdad esperaba y deseaba de todo corazón, que su novio tuviera razón.

 

 

 

Notas finales:

Yyyyyyy hasta aquí.

¿Que les pareció?

Esperó que les haya gustado, esto removió demasiado mi corazón. Jsndkdmdkfd 

Mis chicos son un bendito amorsh. ¡Los amo! 

Bueno, si el capítulo si gles gusto, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso y sensual comentario, yo lo leeré y responderé con mucho gusto. Pero si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, solo no me insulten mucho que mi alma sufre. 

¡Se me cuidan!

¡Besos y abrazos para todos!

¡Hasta la próxima! 


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