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JUST FRIENDS por LunaMarcel

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Notas del capitulo:

Hola.


Aquí estoy nuevamente, y con una actualización.


Quiero agradecerles grandemente por haber leído el capitulo anterior, me hizo muy feliz ver sus bellas lecturas. Sobre todo, muchas gracias a esas lindas personitas que me dejaron sus comentarios, me sacaron una sonrisota.


Disculparan ustedes si hay faltas de ortografía, revise lo escrito pero supongo más de algo se paso.


Espero les guste.


POR CIERTO, SOLO PARA ACLARAR: las «J» en los nombres, se pronuncia como «Y». Por ejemplo: Jonna se lee Yonna. Aparecerá otro nombre con «J» por ahí, así que ténganlo presente. XD


Sin más que decir por ahora.


A leer.

 

JUST FRIENDS

—Capitulo 5—

Tan Indefenso

 

Esa mañana cuando William se despertó, lo último que cruzo por su cabeza fue que encontraría un sobre de color rosa y con aroma a perfume de mujer, dentro de su casillero.

Pero ahí estaba.

El sobre cayó en el suelo en el mismo momento en el que Will abrió la puertecilla, así que tuvo que inclinarse para recogerlo. Observo hacia ambos lados del pasillo, esperando encontrar a alguien que se mostrara el suficientemente culpable, pero todos parecían estar ocupados en sus propios asuntos. Al menos las chicas y chicos que también hurgaban en sus casilleros, los cuales no eran muchos.

—¿Qué es eso? —le cuestiono Eithan apareciendo al lado contrario por el que el oji-verde observaba. El chico había ido a los sanitarios en el mismo instante en el que la campana que indicaba el receso sonó.

—Pues no lo sé. Parece una carta.

—¿Una carta? —el oji-gris le arrebato el sobre a su amigo y lo observo de ambos lados—. No tiene remitente ni destinatario. Además de que es rosado y huele a perfume… ¡No jodas! ¡Es una carta de amor!

—¿¡Eh!? ¡No puede ser! —fue el turno de Liam para arrebatarle el sobre a Eithan e inspeccionarlo por fuera. Es que no se atrevía a abrirlo—. ¡Es una carta de amor! ¡No puede ser otra cosa!

—¡Te dejaron una maldita carta de amor! —Eithan le pasó el brazo por el cuello y luego restregó su puño contra la cabeza del oji-verde—. Maldito suertudo.

Will sonreía a la vez que se quejaba un poco, pues el gesto de su amigo estaba lastimándolo. Pero entonces se quedo observando el sobre durante unos segundos… algo no cuadraba.

—No puede ser para mí —susurro.

El peli-negro dejo de molestar su cabeza y sin dejar de abrazarlo, le levanto el rostro con la mano libre e hizo que lo viera a los ojos.

—¿Por qué lo dices?

—Pues… ya sabes —Eithan se encogió de hombros sin entender—. ¿Es que no recuerdas cuantas veces nos rechazaron en la secundaria? Siempre nos decían que éramos unos raros y feos.

Algunas chicas que escuchaban la conversación de los dos amigos, de forma disimulada, sintieron ganas de asesinar a quienes osaron decir tales cosas de Eithan y William.

El oji-gris de media coleta se alejo de su amigo y luego se cruzo de brazos en pose pensativa, entonces poso la vista en Liam y lo observo detenidamente. Lo cierto era que desde que conocía al oji-verde, siempre lo había visto igual. No pensaba que fuera feo de ninguna forma, pero tampoco sabía que pensaban las chicas, así como a quien consideraban atractivo y a quién no. Según él, Liam no había cambiado nada, y si así era, entonces continuaba siendo raro y feo. Lo que significaba que quizá y en verdad la carta no fuera para él. Eithan podía pensar que era atractivo, pero las féminas por lo visto no… tontas.

—¿Entonces para quién crees que sea?

Liam lo medito por unos segundos. Lo más probable era que, quien sea que lo hubiera dejado, se haya confundido de casillero, así que solo había dos opciones: o era para la chica del casillero de la derecha, o era para el chico del casillero de la izquierda. Luego de pensar un momento más en ello, creyó encontrar la respuesta

—Es para Juli. No hay otra opción.

A las chicas que continuaban escuchando disimuladoramente, les cayó una gotita de sudor en la sien.

Eithan se llevo una mano a la barbilla.

—mmm —lo medito—. Pues sí.

A ojos de las jóvenes ellos eran tan… tan… tan guapos.

—¿Me acompañas? Le iré a entregar la carta, creo que está en su salón.

—Ya rugiste.

—Y hablando de rugidos, vamos rápido porque me muero de hambre.

—Okay.

Cruzaron por los pasillos conversando entre ellos, intercambiando ideas de lo que posiblemente diría la carta, o quien pudiera ser la chica que la escribió. Como siempre, los chicos atraían miradas aquí y allá. Aunque puede que no todas eran de chicas enamoradas de ellos, pues algunos chicos los veían con asco porque creían que estaban juntos, mientras otros con extrañeza porque ellos… eran raros.

—Hola —se les pego Jonna en un momento dado. El chico sonreía a la vez que se lanzaba a por el cuello de Will y pasaba su brazo por este—.Creí que estarían en la cafetería. ¿No irán a refaccionar? —de alguna forma, su voz sonaba un tanto melosa mientras continuaba pegado al oji-verde y se restregaba un poco.

—Ya iremos —dijo el casi rubio—. Solo iremos a dejar algo a otro salón.

—Sí, es una ca…

—¿Qué cosa es, Will? —Jonna no dejo que Eithan terminara de hablar, por lo cual el chico de ojos gris plata frunció el ceño. Al rubio le hizo gracias saber que había molestado al de media coleta.

Will por el contrario ni le prestó asunto.

—Esto —le mostro el sobre.

—¿Una carta de amor? —La sonrisa de Jonna se esfumo y su entrecejo se frunció— ¿Tu la escribiste?

—No, Idiota —respondió Eithan, un tanto fastidiado.

—¿Para quién es? —el rubio había ignorado completamente al peli-negro, lo que molesto incluso más a Eith.

—Es para Juli, es prim…

—Le estoy preguntando a William, no a ti —volvió a interrumpir Jonna, claramente molesto.

Por supuesto que estaba molesto. Ver esa maldita carta de amor y pensar que Will la pudo haber escrito queriéndosela dar a alguna chica, lo puso de los nervios, tanto que ni siquiera pensaba claramente. Pues de ninguna forma William le entregaría una carta de amor a una chica, usando un sobre rosa. Era obvio que quien la escribió fue una chica, no un chico. No Will.

Esa fue la gota que derramo el vaso de la paciencia de Eithan. Un tic se hizo visible en su ojo izquierdo. ¿Quién se creía ese idiota? Era cierto que eran amigos pero, ¿qué maldita actitud era esa? Y sobre todo ¿porque carajos se pegaba de esa forma a Liam? Liam era su mejor amigo, no el de Jonna. No iba a dejar que lo acaparara de esa forma y lo dejara de lado a él.

Primero que nada, se planto frente a los chicos y quito el brazo de Jonna de los hombros del oji-verde. Segundo, fue él quien ahora paso su brazo por los hombros de Liam y lo atrajo a su cuerpo. Tercero, le dirigió una mirada fulminante a ese rubio oxigenado.

—Liam no tiene porque darte explicaciones. Así que, shu, shu —hizo un gesto de manos indicando que se fuera por donde había llegado.

Luego se giro sobre su cuerpo y avanzaron por los pasillo retomando el rumbo hacia su destino, dejando a un muy indignado Jonna tras ellos.

—Idiota —susurro Eithan, aun con el cejo fruncido.

Liam lo observo de reojo con una sonrisa en los labios.

—No te enojes, Eith.

—No estoy enojado.

El oji-verde rodo los ojos.

—Lo que tú digas —suspiro. No entendía el porqué de lo que acaba de ocurrir entre Jonna y Eithan, y sobre todo, porque su amigo oji-gris parecía tan molesto—. Mejor démonos prisa que tengo hambre.

Aun abrazados, continuaron yendo hacia su destino.

 

Jonna había estado de muy buen humor, y entonces Eithan ya le había bajado toda la alegría.

—Ni tiini pirqui dirti ixpliciciinis —dijo, burlándose de lo dicho por el oji-gris.

Dio un hondo suspiro completamente desganado.

Lo que peor humor le ponía, era que Eithan tenía razón. William no tenia porque darle ninguna explicación de lo que hacía. Si quería darle esa maldita carta de amor a alguna chica, pues podía hacerlo y punto.

—Que porquería —susurro.

Estaba de pésimo humor. Por lo cual decidió que se saltaría las siguientes clases. Pensó ir a la azotea, pero si se ausentaba sin una excusa le pondrían una amonestación y no quería eso, así que pensó en pedirle ayuda a la encantadora señorita Nina. Ella era un amor de persona, seguro que lo ayudaba y permitiría que durmiera un rato en una de las camillas de la enfermería.

No tardo nada en llegar, y rápidamente abrió la puerta e ingreso.

—¡Señorita Nina, la necesito, me duele el corazón! —dijo de forma dramática mientras llevaba a una mano hacia su pecho y estrujaba la tela de la camisa blanca que era su uniforme.

Iba a agregar algo más, pero rápidamente noto que ella estaba con alguien, y la espalda de la mujer que usaba bata blanca impidió que Jonna observara de quien se trataba.

—¡Oh, Jonna! —La señorita Nina giro el rostro y le regalo una amable sonrisa. Ella tenía el cabello castaño recogido en una coleta alta, y los ojos de un azul muy bonito—. Ahora te atiendo, permíteme que termine aquí.

—Por supuesto —fue hacia la silla que estaba en un extremo y tomo asiento.

El rubio se dedico a pasear la vista por toda la enfermería, y luego observar la espalda de la mujer y tratar de observar de forma disimulada quien era el paciente.

—Así, levanta el rostro y cierra los ojos para evitar un poco el mareo —dijo la castaña—. ¿Aun quieres vomitar?

—No —dijo una voz masculina, pero un tanto suave…al rubio se le hizo un poco familiar.

Jonna observo como la mujer parecía limpiar algo con un algodón impregnado con alcohol. La señorita Nina, en verdad era muy alta. El rubio no podía observar el rostro del chico.

—Creo que lo mejor será que te quedes aquí al menos lo que dure la siguiente clase luego del receso.

—No, está bien… ya estoy mejor.

—No, no lo estas, así que quédate aquí.

—No quiero faltar a las clases.

—No seas terco.

—Me voy —el chico se puso de pie, ante la indignación de la mujer.

Fue en ese momento en el que Jonna al fin fue capaz de observar su rostro. ¡Oh, joder! Abrió los ojos como platas a la vez que observaba al peli-negro de ojos celestes.

Era ese mismo chico con el que se había topado hacia unos días atrás.

Jonna hizo una mueca, y entonces esa mirada inquietante se poso en su persona. ¡Mierda! Desvió la vista al instante… era tan patético que se reía internamente de él mismo.

El chico alejo la vista de Jonna y se dirigió hacia la puerta, o eso intento al menos.

No dio un solo paso cuando la vista se le nublo, haciendo que se precipitara hacia el suelo. La señorita Nina grito e intento sostener el cuerpo del chico antes de que cayera, sin embargo, no tuvo éxito. Aun así, el peli-negro jamás llego a caer, pues los brazos de Jonna lo rodearon antes de que diera de lleno en el azulejo.

Si le pedían a Jonna que explicara del porque lo hizo, simplemente diría que no tenía idea, pues cuando se fue a dar cuenta, su cuerpo ya se había movido solo.

El rubio observo la mirada perdida del chico que yacía sobre sus brazos, ese gesto de somnolencia continuaba presente, sin embargo, la intensidad había disminuido drásticamente. Jonna noto que el chico era muy delgado, uno solo de sus brazos bastaba para rodear completamente su cintura. No pudo evitar pensar que se veía tan indefenso en ese momento. Nada que ver a la primera impresión que había tenido de él.

Jonna agito su mano frente al rostro del chico, quien ni siquiera pareció notar el gesto, pues continuaba con la mirada perdida. No lo pensó dos veces antes de cargar al peli-negro cual princesa y luego colocarlo sobre la camilla más cercana. Él tenía los ojos abiertos, pero parecía observar el infinito.

—¿Qué le sucede? —cuestiono… un tanto preocupado.

La señorita Nina observo al chico sobre la camilla y suspiro.

—Él…

La puerta se abrió repentinamente. La castaña y el rubio giraron la vista hacia quien había abierto. Eran dos chicos, William y Eithan. Jonna recordó entonces porque estaba en la enfermería en primer lugar. Sin embargo, el mal humor había sido remplazado por la preocupación.

Will no dijo nada, solo desvió la vista hacia el chico que reposaba en la camilla y luego termino de entrar y se dirigió rápidamente hacia el peli-negro.

—Julian —le llamo. No hubo reacción del chico—. Julian, soy yo, William —nada—. Julian —Liam se mordió el labio inferior con fuerza—… Julian —susurro, acariciando la piel de su mejilla.

Jonna se dijo a si mismo que por lo que sus ojos observaban, debía sentirse un tanto celoso. Aun así, lo único que podía sentir en ese momento era preocupación por el chico sobre la cama.

—Ahora mismo firmo el permiso para que puedan llevarlo a casa —hablo entonces la señorita Nina.

—Gracias —respondió Eithan en vez de Will, pues el chico continuaba observando a Julián y acariciando su rostro.

El rubio presente observo como la castaña hacia lo dicho y le entregaba dicho permiso al peli-negro, quien lo guardo la bolsa de su camisa blanca. Lo vio posarse junto a Will y susurrarle algo al oído, que no alcanzo a escuchar, y luego el oji-verde asentir y salir corriendo de la enfermería.

—Yo le explicare a los profesores el porqué de sus ausencias. Solo dime que clases tienen luego del receso.

Eithan asintió y procedió a informar a la mujer. Jonna se mantenía en silencio. Aunque quería preguntar muchas cosas, sabía que no era prudente en ese momento. Pasaron unos cuantos minutos en los que vio como Eithan observaba al chico peli-negro, quien parecía llamarse Julián, con cierta ternura. Incluso la señorita Nina lo observaba de la misma forma.

¿Qué le sucedía a ese chico?

Will apareció nuevamente por la puerta, cargando su bolsón tanto como el de Eithan, así como el de Julián, suponía. Vio entonces como el oji-gris paso los brazos bajo la espalda y piernas del peli-negro, cargándolo cual doncella.

Quiso decir algo al verlos salir de la enfermería, pero su garganta se mantuvo cerrada.

—¡Oh, Jonna! —Exclamo la señorita Nina luego de unos segundos, recordando que el chico se encontraba presente—. Ahora si puedo atenderte —sonrió—. ¿Qué sucede? —cuestiono al no obtener respuesta del rubio.

—¿Eh? ah no, nada.

Y sin decir nada salió el también de la enfermería. Se dijo que no era asunto suyo, que no tenía porque estar preocupado. Sin embargo lo estaba. Estaba muy preocupado por Julian.

El resto del día no pudo estar tranquilo en ningún instante. Intento concentrarse en las clases. Pero la expresión del rostro de Julian no abondo su mente por más que lo intento, e incluso ya en su hogar continuaba cuestionándose que le había sucedido a ese chico.

Esa noche antes de dormir, se prometió a si mismo que averiguaría que sucedía con el peli-negro de mirada intensa.

 

Notas finales:

Hasta ahí llego.


¿Qué tal?


Ah, ¿Esos fueron celos de amigo, Eithan? nu, nu, nu… nadie se lo cree.


Jonna, cosita.


¿Qué creen que ocurre con Julian?


Si les gusto el capitulo pueden hacérmelo saber por medio de un comentario, es muy importante para mí el saber que opinan, pues los review son una fuente de inspiración hermosa.


Hasta luego.


Sayo.


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