Cinco días han pasado desde que mi hermano Ace murió, después del funeral y entierro Luffy se ha quedado en casa conmigo, para él ha sido difícil lo ocurrido, esa casa donde vivía con Ace hay muchos recuerdos, y el saber que no vera a su hermano de nuevo le hacía imposible el permanecer ahí, Koala acepto a Luffy para apoyarlo, pero estoy seguro que lo hace para que no me sienta solo, pero no solo mi hermano menor se queda aquí, también ese hombre, Marco, después de todo lo que paso el decidió irse con su familia pero Luffy no lo dejo, quería tenerlo cercas, cosa que para mí era difícil. Al despertar mire a mi lado y ahí estaba mi pequeño hermano, aun dormido y abrazando mi brazo, con cuidado lo aleje de mí y me levante.-
¿Sabo?- oí detrás de mí.- ¿Adónde vas?
Duerme Luffy.- dije al aun dormido hermano menor.- Voy a la cocina
No respondió y se durmió, lo tape y salí del cuarto, me dirigí a la cocina y ahí estaba, el hombre del que me había enamorado, preparando el desayuno, mi corazón se aceleró y solo podía pensar en ir a abrazarlo y decirle buenos días como si fuéramos amantes, pero ahí estaba otra vez la imagen de Ace, de repente todo pensamiento se fue.-
Buenos días- dije nervioso.
Buenos días, en un rato más estará el desayuno.- respondió sin voltear a verme.
Gracias.- dije mientras caminaba a la cocina.
¿Cómo esta Luffy? - dijo Marco.
Aun duerme.- dije ya más tranquilo.- Pero cuando huela el desayuno despertara rápido.
Marco apago la estufa y se giró hacia a mí, no dijo nada y solo me miro, mi cuerpo no se movió y no dije nada, era un silencio que muchos conocen como incomodo, solo esperaba a que despertara Koala y rompiera con este silencio, mire en dirección a las habitaciones pero no veía a mi compañera de cuarto.-
Koala salió temprano.- dijo Marco.- ¿Quieres que me vaya?
N-No.- dije rápido.
Sabo.- dijo Marco.- Si quieres decirme algo, hazlo por favor.
¿Decirte algo?- pregunte confundido.
Sabes a lo que me refiero.- dijo Marco serio.- ¿Ya no quieres saber más del accidente?
No.- dije.- Por el momento, no hablemos de eso.
Pero.- dijo Marco acercándose a mi.- ¿No quieres saber si fui yo quien lo mato?
Puedo pensar muchas cosas.- dije mientras lo esquivaba y me dirigía a la estufa.- Pero que tú provocaras la muerte de Ace no es una de ellas.
Sonreí y al voltear hacia el pude ver una pequeña sonrisa, me voltee rápido y sentí como mi cara se coloraba, mi corazón se aceleró y mi mente solo mostró el rostro sonriente de Ace, sacudí la cabeza un poco y volví a la realidad, nos dispusimos a desayunar, Luffy no tardó mucho en bajar al ser llamado por Marco, los tres nos sentamos y sin más empezamos a desayunar, pero con Luffy cercas nunca se puede tener un desayuno tranquilo, después de desayunar nos fuimos al sofá y empezamos a platicar.-
Sabo ¿Cómo va tu trabajo final?- pregunta Luffy sosteniendo un plato con galletas.- ¿Lo terminaste?
No.- respondí.
¿Es el trabajo para terminar tu carrera?- pregunto Marco.
S-Si.- respondí nervioso.- Pero no es mucho lo que me falta.
Si necesitas ayuda avísame.- dijo Marco.- Ace me hablo de tu trabajo, puedo ayudarte si tú quieres.
Gracias, quizás te tome la palabra.- dije.- ¿Qué te dijo Ace?
Solo dijo que era difícil para ti plasmar tus ideas en ese trabajo.- dijo Marco.
No es fácil darle forma a unas ideas desordenadas.- dije, reí un poco y me puse de pie.- Disculpen que me retire así, debo volver a mi trabajo.
Está bien.- dijo mi hermano menor.- Iré con Marco de compras.
¿De compras?- pregunte confundido.- ¿Es cierto?
Si.- respondió el fénix.- Pero no puedes ir en pijama, ve a arreglarte.
Muy bien.- respondió Luffy feliz, se puso de pie, dejo el plato en mis manos y se dirigió a mi habitación.
Gracias.- dije después de oír cerrarse la puerta.- Gracias por animar a Luffy.
No hay nada que agradecer.- dijo Marco.- Lo mejor será cuidar de Luffy.
Ambos sonreímos y no dijimos nada más, regreso Luffy y ambos salieron, al ver que estaba solo en casa comencé con la limpieza de la casa, no tarde mucho pero me ayudo a calmarme, fui al cuarto de baño y note que había ropa que lavar, la revise y vi una de las camisas de Marco, la tome y la extendí, comparado con las mías, las de Marco eran un poco más grandes, la acerque a mi rostro y aun olía a su perfume, sin darme cuenta lagrimas caían y no sabía por qué –eso pensé- traicione a mi hermano, pero no podía negadlo más, aún estoy enamorado de Marco y quiero que sea mío, perdóname hermano mio, pero no dejare a Marco.