Tres años han pasado desde la muerte de Ace, después de eso empecé a vivir con mi hermano menor Luffy, fue un poco difícil pero ya todo va bien –eso he pensado- después de terminar la universidad comencé con mi vida laboral, Koala y yo a entramos a una empresa que es dirigida por Dragón, padre biológico de Luffy, no es mucho lo que hago pero ayudo con los gastos, aunque siempre se he dicho que Luffy es mi hermano, la verdad es que no somos hermanos de sangre, solo de crianza, Dragón me adopto luego de que mis padres desaparecieran y me dejaran solo en las calles a mi suerte, ahí fue donde conocí a Ace y Luffy, al principio no me parecía la idea de estar con ellos pero por mas que los alejaba ellos seguían aferrándose a mí, nunca supe como llego Ace a la vida de Luffy pero me alegraba que llegaran a la mía.-
¿Estás bien? - oí detrás de mí.
Voltee y ahí estaba Koala, me tomo de la mano y acaricio mi mejilla.- Gracias Koala.- dije al mismo tiempo que tomaba su mano.- Me ayudas mucho.
Le prometí a Luffy que te cuidaría.- dijo la chica.- ¿Qué pensabas?
Recordaba mi infancia.- dije mientras rodeaba la cintura de la chica.- Si nos ven así creerán que tenemos algo sentimental.
Lo se.- dijo Koala al mismo tiempo que colocaba sus brazos alrededor de mi cuello.- Así las chicas de aquí no se acercaran a ti.
Cruel.- dije haciendo un puchero.- ¿Quieres que me quede solo?
Si.- respondió la chica.- No quiero que salgas con alguna chica.
¿Celosa?- dije.- ¿Quieres ser la única en mi vida?
Idiota.- dijo Koala molesta.- ¿Olvidas a Marco?
Al oír ese nombre, mi corazón se aceleró y mi cara se sintió caliente, acerque más a Koala, no dije nada y solo deje que la chica me abrazara más fuerte, ese nombre me da alegría y tristeza al mismo tiempo.-
Perdona Sabo.- dijo la chica al notar mi conflicto.
Está bien.- respondí.- Han pasado 3 años, no sé por qué aun me pongo así.
Por qué lo amas.- dijo Koala, dejo de abrazarme y se dio la media vuelta.- Sabo ¿Seguirás esperándolo?
Si.- respondí seguro.- Lo esperare.
No dijo nada Koala, se giró hacia a mí y sonrió, eso me decía una sola cosa "Estoy contigo", dejando los sentimentalismos nos dirigimos a nuestros lugares de trabajo, al llegar a mi lugar sonó mi celular, al ver que el numero era de Luffy salí a responder.-
Hola, Luffy ¿Qué ocurre?- dije pensando que algo podía estar mal.
Tranquilo, no es nada serio.- respondió mi hermano menor.- Quiero pedirte un favor.
Está bien ¿De qué se trata?- dije sin dudar.
Quiero ir a la tumba de Ace este fin de semana.- dijo Luffy.- Hay algo que quiero decirle.
Está bien.- dije, rasque mi cabeza y suspire.- Este fin de semana visitaremos a nuestro hermano.
Gracias.- dijo Luffy.
Luffy ¿No podías decírmelo en casa?- pregunte, al pensar que lo vería en la cena.
Sí, pero quiero que lo hables con mi padre ahora.- dijo mi hermano menor.- No quiero que ese fin de semana estés trabajando.
Cierto.- dije, reí un poco al oír a Luffy como un niño pequeño.- Lo arreglare hoy.
Luego de eso colgué y me dirigí a la oficina de Dragón, ya parado en la puerta toque y del otro lado se escuchó respuesta abrí la puerta y ahí estaba el padre de Luffy y mi salvador, revisaba unas hojas y se podía ver parte de la cuidad por la ventana detrás de él.-
Sabo.- dijo Dragón.- ¿Ocurre algo?
Todo está bien.- respondí rápido.- Este fin de semana ¿Puedo tenerlo libre?
¿Por qué?- comento mi jefe.- ¿Paso algo en casa?
Luffy quiere ir a la Tumba de Ace y quiere que lo acompañe.- dije, no pude evitar sentir nervios al pedir algo así.
Está bien.- respondió Dragón.
Gracias.- dije feliz.- Pagare esos días con horas extras.
Eso pensé.- dijo Dragón, se puso de pie y camino hacia a mi.- Por favor, no mimes mucho a Luffy.
Lo se.- dije al tener frente a mí a Dragón.- Pero siento que esto es importante para él.
Dragón sonrió y revolvió un poco mi cabello, me despedí de él y salí de la oficina, al oír cerrarse la puerta detrás de mí, suspire y acomode mi cabello, me dirigí a mi lugar de trabajo pero antes de poder dejar el pasillo que va a la oficina de Dragón mire a alguien parado frente al elevador al final del pasillo, continúe caminado y al estar cercas pude ver más claramente al sujeto y no podía creer lo que veía.-
M-Marco.- dije asombrado de velo parado frente a mí.
Sentí como se aceleraba mi corazón y mi cara se comenzó a poner roja, no podía moverme, Marco sonrió y se acercó a mí, me abrazo y susurro unas palabras que no podía creer.