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Fairy Tail: No todo es un cuento de hadas. por Reflejo

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Notas del capitulo:

Espero que les guste el capitulo.

  Un nuevo día ha empezado. Hoy me levante temprano para darle las gracias a Erza por dejarme vivir con ella. Faltan 24 días para mi cumpleaños y aunque estoy emocionado también estoy triste porque este será mi primer cumpleaños sin mi hermano cerca, sin siquiera verlo, y eso me entristece. Hace no más 13 minutos llegó un repartidor, ayer compré un pastel de merengue con fresas para agradecerle a Erza todo lo que ha hecho por mí. Por otra parte el repartidor me avisó que en la segunda caja que trajo estaba un cartelito de chocolate que pedí que dijese “Gracias por todo”. Sabía que le encantaría por lo que me sentí feliz.

-          Haru, nos vamos… - ¡rayos! El regalo no está listo.

  Ya no podía ocultarlo, Erza lo vio. Saque el cartelito de la cajita en la que lo trajeron y lo coloque en la cima del pastel lo más rápido que pude, lo tome y se lo acerque a Erza. Levanto el pastel para que lo viese, pero el pastel me impedía ver el rostro de Erza por lo que eche mi cabeza a un lado con tal de ver la expresión en su rostro. Parecía que sus ojos brillaban de la emoción y fascinación al regalarle el que se supone es su dulce favorito.

-          Haru… este pastel… ¿Es para mí? – baje el pastel puesto que se me cansaban los brazos.

-          Sí, pero descubriste la sorpresa sin estar lista – sonreí.

  Me abrazo fuertemente. Supongo que ya había leído el cartelito.

-          Haru, gracias.

-          Gracias a ti, por todo el tiempo que me has dedicado y todo aquello que me has dado y enseñado.

  Erza beso mi frente antes de separarse de mí y dirigirse a cortar un gran trozo de pastel y meterlo en una lonchera para poder comer pastel en el gremio.

  Hoy haría una misión con Gray. El mejor amigo que he podido tener desde que llegue al gremio. Somos casi inseparables. Las misiones y entrenamientos son los únicos momentos que estamos separados pero le pedí a Gray que hiciéramos una misión juntos puesto que nunca la habíamos hecho, y ahora que Laxus se negaba a entrenarme tenía mucho tiempo libre.

-          Buen día chicos - Saludamos al mismo tiempo mientras entrabamos al gremio.

-          Oye Haku – me llamo Romeo – ha llegado una caja para ti.

-          Tal parece que tienes una admiradora – todos sonrieron por el comentario de Cana.

  Camine hasta la barra en donde se encontraba Mirajane. Ella saco la caja que se notaba algo pesada de detrás de la barra y la coloco frente a mí. Mirajane pasó de ser “La demonio” a la dulce y cariñosa Mirajane que hoy nos atendía con una cálida y grata sonrisa que antes nunca nos mostró. Pienso que Mira-san quiere que este gremio no olvide cuan cariñosa era su hermana Lissana Strauss. Debe ser duro asumir un papel que jamás fue tuyo, pero quizá Mira-san se sienta bien con recordar a su hermana adoptando su suave forma de ser.

  La caja era metálica con una cerradura mágica pero tenía la llave a un lado. Lo peculiar de esta clase de cerradura mágica es que solo puede abrirse usando magia sobre la llave para darle forma, y la cerradura solo puedo poseer un patrón, si alguien memoriza la llave con exactitud es posible recrear la llave. La llave tomaría la forma a través de mi recuerdo y magia. Pero yo solo conocía dos llaves de memoria: la de casa de Erza y la de mi antigua casa, y temía que fuera la segunda. Forcé a mi magia a salir, pues apenas ayer descubrí como podía emitirla. La llave tomo la forma de la llave de casa de Erza, pero no funciono, por lo que opte por la de mi antigua casa y para mi desgracia, si giro. La caja es grande ¿Qué guarda dentro? Quiero saber lo que es pero a la vez no. Esta cerradura mágica no solo se puede abrir usando magia para moldear la llave, esta clase de cerradura es creada predestinada para un único patrón, solo por esto tengo ciertas ansias de abrirla, porque nadie más que mamá, Makoto y yo sabíamos a la perfección el patrón de la llave. No espero más, si sigo esperando moriré de ansiedad.

  Las lágrima empezaron a salir y un grito destrozado fue lo único que emití raspando mi garganta. Grité tan fuerte que creía que quedaría afónico.

  Sentí que me abrazaron, no sabía quiénes pero me los imaginaba: Gray y Erza.

  Todos estaban absortos, sorprendidos, atónitos por ver el contenido de la caja.

  Lo que sí pude darme cuenta entre mi sufrimiento, fue reconocer un incremento en mi poder mágico por la ira explosiva que este momento invadía mi cuerpo.

  Laxus estaba molesto. Nadie del gremio sabía quién era, pero por lo que acababan de ver, entendían que yo si la conocía, y también que era alguien importante para mí.

  Dentro de aquella caja que estaba destinada a llegar a mis manos estaba la cabeza cercenada de mi madre mantenida con nieve.

  Laxus bajo lanzándose de la sala de magos clase S para tomar la caja y buscar apartarla de mí. Estaba por votar la caja junto a la cabeza, pero no quería que lo hicieran. Tome fuerza que no sabía de donde las había sacado para arrebatarle de las manos a laxus la caja, caja que en su interior también había una nota que estaba junto a la cabeza cercenada de mi madre.

“Era mi trofeo, pero creo que tú lo deseas más”.

  “Shanon” 

  Ya para este punto mis fuerzas me abandonan dejándome caer de rodillas en el suelo, aun consciente pero a la vez perdido en los pensamientos que ahora se adueñan de mi mente.

  Alguien me levando en sus brazos, lo sé, lo siento, pero si me toca ser sincero mi cerebro parece haberse desconectado de mis ojos y del resto de mi cuerpo, no puedo moverme, no quiero hacerlo. Alguien más abre la puerta y me adentran a la enfermería del gremio para acostarme. Escucho gritos que vienen desde afuera como si discutieran pero mi cerebro no procesa lo que dice quien grita y tampoco asocia la voz con alguien entre mis recuerdos. Escucho que quienes están en la habitación conmigo están hablando, pero tampoco puedo asociar sus voces ni interpretar sus palabras. Solo sé que mis lágrimas no han dejado de salir y lo sé porque veo borroso y siento un extraño contacto que se extiende desde mis ojos hasta mis orejas y humedecen el interior de estas. Peor que no poder moverme, es no poder hacerlo con esa sensación extraña en mis oídos. Ya no escucho ruido en la habitación, tampoco en el exterior. Pero ahora muero por poder escuchar algo que no sea el sonido de una habitación vacía en la que resuena una gota unirse a una pequeña y poco profunda fosa de agua a la que ni el viento mueve.

‘¿Por qué?’.

  Creo que alguien me habla, mas no creo que haya alguien conmigo ahora.

‘Todo fluye según quiere fluir, ¿Por qué te estancas?’

  Ahora lo recuerdo. Mamá siempre decía que el rio no era lo único que fluía, todo en la vida fluía aun si no lo viésemos, pero la naturaleza fluye ante nuestros ojos y a veces no sabemos cómo fluir junto a la naturaleza tan cambiante.

  Pude calmarme y estabilizar mis emociones. Entre mis pensamientos sobresalió el recuerdo de la misión que tendría con Gray hoy, por ello no pude evitar levantarme de golpe para dirigirme al salón principal del gremio. Ya habían pasado varios minutos en los cuales yo estuve en la habitación. Una vez bajo el umbral que daba al gran salón mire en todas direcciones, pero era justo en la puerta del gremio que estaba Gray preparado para salir.

-          Haru, deberías descansar. - me aconsejo el maestro Makarov.

-          Lo siento maestro, pero el mundo no se detendrá un momento para mí.

  Le contesté antes de correr tras Gray. Me le acerque y me detuve a su lado para poder caminar a la par de él.

-          Deberías descansar. - dijo Gray.

-          Si lo hiciera, irías solo a esa misión.

  Gray se sorprendió y un leve sonrojo decoró sus mejillas.

-          Haru, prométeme que no harás una locura. - dijo Gray acuclillándose frente a mi mientras me tomaba de las manos.

  Natsu siempre decía que Gray era un cubo de hielo y más, pero quizás lo decía por su magia, porque sus manos, ahora que las toco, son cálidas y reconfortantes.

-          Lo prometo.

*

  Hemos llegado al lugar de la misión. El papel decía: “Traer vivos o muertos”. Se trataba de unos ladrones que son magos.

  Cuando los encontramos estaban robando. Predecible.

  Son 6. Gray se enfrentaba a 3 y yo a 3. Peleábamos a los puños, o al menos yo. Gray y los ladrones usaban magia y yo parecía ser el único en desventaja, pero para equilibrar la situación saque mis dos espadas que la verdad no me servía de mucho. Los golpeaba, les hacía pequeños cortes pero no los dañaba a fondo. Eso, hasta que en uno de los cortes rasgue la camisa de uno de los ladrones los cuales no podían dañarme puesto que esquivaba todas sus magias. En el trazo que corte del pecho de la camisa de uno de los ladrones pude ver que en su pecho se hallaba la marca de “Serpent smilig” y ver ese insignificante detalle me hizo hervir la sangre en cólera. ¿Es que estoy destinado a toparme con este maldito gremio oscuro?

  Parecía que era ahora cuando se estaban organizando para atacarme coordinadamente. Uno de ellos se acercó para atacar de cerca mientras que los otros dos se preparaban para atacar a distancia.

  Sin ningún remordimiento ni clemencia corte la mano derecha del que venía a pelear en combate cercano, para luego lanzar una de mis dos espadas hacia uno de los que estaban alejados, clavándole la espada en uno de sus ojos. Hice un corte en la pierna del que planeaba pelear mano a mano logrando que cayera para luego correr en dirección del tercero, este se asustó y se pasmo pues ni se movió para evitarme. De una patada en la rodilla le rompí la pierna al tercero y mientras caía le clave mi espada en su estómago, salte cayendo al lado del que le perfore el ojo, le quebré un brazo dándole un golpe en el codo haciendo que su brazo se doblara al lado opuesto al que le correspondía naturalmente logrando también que su hueso saliera de su piel. Saque la espada de su ojo para cortar al que iba a pelear mano a mano, alce mi espada para cortar al hombre que se hallaba de rodillas pidiendo piedad mientras lloraba pero, cuando al fin me digne para acabar con su vida Gray detuvo mi ataque tomando la espada por el filo, claro que creando hielo entre su mano y mi espada. Me quito la espada y me golpeo. Me sorprendí por eso. Gray golpeándome molesto.

-          ¡Haru! ¡¿Qué demonios haces?!

-          Pe-pero decía vivos o muer…

-          Prométeme que no volverás a matar.

-          Yo solo…

-          ¡Haru! ¡Prométemelo!

  No respondí, solo no pude aguantar las ganas de llorar al sentir las lágrimas golpear contra mi voluntad y escapar de mis ojos. Me derrumbe en el suelo sin fuerzas para seguir de pie. No entiendo porque se molesta conmigo. Mi madre, ellos la mataron y tuvieron su cabeza por no sé qué razón, me la enviaron para torturarme, me violaron, me hirieron e hirieron a mi madre, ¿Por qué pareciese que ellos son las víctimas? ¿Por qué? No lo entiendo, solo entiendo que sus fuertes palabras me golpean diciéndome que lo que hice es algo que Laxus y Gray odian ver. Creo que lo he vuelto a echar a perder pero aun no entiendo bien la razón por la que lo que hago no es bueno o justo.

-          Lo siento… lo… lo siento… perdón, perdóname.

  Gray se dejó caer a mi lado y me abraza. La presión que ejercía sobre mí me hacía sentir protegido, y a la vez frágil, tan frágil como un cristal cuarteado que está a punto de romperse.

-          Haru, Fairy Tail es un gremio que acepta todo tipo de solicitudes, pero nunca aceptamos matar. A menos que sea muy necesario por el peligro que corra tu vida o la de alguien más… – “Mi vida” “La vida de ellos” – pero tú ni siquiera diste lo mejor de ti.

  En este momento es cuando caigo en cuenta con las palabras de Laxus; “La vida no es un juego”. Jamás me gusto matar porque era hacer sufrir a alguien más, pero ¿Y ahora? ¿Qué es diferente ahora? ¿Quién dijo que yo podía decidir sobre la vida de los demás?

  Tenía mi rostro apegado al pecho de Gray. No podía verle la cara, me avergonzaba. Gray tomo mi rostro para que lo mirase, pero mis lágrimas no paraban de salir. Él limpio mis mejillas, se acercó a mí y beso mi frente. No sabía a qué se debía eso, pero podía asegurar que algo dentro de mí se sacudió. Me abrace a Gray y este dio un pequeño brinco por el sorpresivo abrazo.

-          Hoy ha sido un día difícil para ti, será mejor descansar por hoy.

-          Quiero ir a casa.

-          Bien, te llevaré a casa.

  Gray me levanto entre sus brazos. Siento algo familiar en este sentir, como si ya hubiese estado entre sus brazos. Me aferro a la camisa de Gray para no ver lo que acabe de hacer con esos hombres, uno de ellos aun emitía quejidos de dolor y con fuerza intentaba no escucharlo sufrir. Sentí gran calma al oler el perfume de Gray. Huele suavemente a sudor y suavemente a canela. No supe más después de caer dormido en sus brazos. 

Notas finales:

Jejeje tengo capitulos hasta el 7 por ahora y seguire escribiendo muchos más.

Por otro lado. No me maten por hacer que Haruka sufra, es inevitavolo. Escuche hace poco un dicho: "Los resultados justifican los medios", y solo por esta frase sean pasientes para ver a lo que llevan las circunstancias que estoy haciendo pasar a Haruka.

Estare publicando capítulos semanalmente para no enredarme.

Ya sin mas que decir, muchas gracias por leer y espero que les haya gustado el Capítulo 4.


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