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Fairy Tail: No todo es un cuento de hadas. por Reflejo

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Notas del capitulo:

Quisiera que me disculparan por la tardanza tuve dificultades con la señal de internet.

Aqui esta el capitulo 5, espero lo disfruten.

  Hoy 12 de diciembre es un día muy especial, o debería serlo. El día de hoy cumpliré 9 años.

  Lissana Strauss, murió hace un mes. Noviembre. La nieve cae y pienso que este año el invierno llego demasiado tarde. El gremio hace ya un tiempo que se ha recuperado de tal perdida, se vuelven a escuchar las risas, las peleas entre Gray y Natsu se han presentado como eran antes, todo ha vuelto a ser como antes; todo menos Mirajane que de su actitud ruda paso a ser linda y considerada y aunque eso ya lo había notado a excesivamente poco tiempo de la muerte de Lissana, empiezo a pensar que fue más una promesa que le hizó que el querer que nadie olvidase lo que es ser atendido con calidez, pero es ahora cuando entiendo que durante los primeros días pudo estar reteniendo en si misma el carácter con el que la conocimos. Juró no volver a usar su magia de Satan Soul, creo que aún se siente culpable por no haber tenido la fuerza de herir a su hermano para poder detenerlo. Por otro lado, Laxus ya no trata a nadie dentro del gremio, ni siquiera nos habla, solo nos dirige palabra para decirnos que todos somos iguales de inútiles y débiles.

  Hoy cumplo seis meses desde que ingrese en este maravilloso gremio, mas no me siento muy bien. Es mi primer cumpleaños sin mamá y sin mi hermano que por más que investigue y busque sigo sin saber de su paradero.

  Nací con un hermano idéntico, con un único carácter físico que nos diferencia; nuestros ojos. Mientras que yo tengo los ojos celestes casi blanco, mi hermano, Makoto, tiene los ojos de color azul tal cual un zafiro, tal cuales los de mi madre.

  Entre Makoto y yo, era yo el más calmado y cariñoso, pero según mi mamá, también era o soy el más peligroso. Solía decir que siempre los más tranquilos son los más peligrosos, pero temo que es más un viejo dicho que algo real. Makoto mataba animales o se peleaba con otros niños y no sentía el mínimo arrepentimiento, pero no lo hacía por defenderse o comer los animales que cazábamos, yo entendía que Makoto disfrutaba de herir a los animales antes de matarlos y papá también lo sabía, pero jamás se lo dijo a mamá, y yo no era capaz de sabotear a mi hermano sin saber si podían castigarle. A diferencia de él, yo no podía, me sentía mal con lastimar a otro ser vivo, lloraba y me arrepentía. Llegue a matar a un conejo, pero fue porque papá me lo exigía. Hoy entiendo que matar animales es algo inevitable, es algo que las personas hacen para comer, y si lo veo de otro modo, nunca me negué a comer la carne de estos. No puedo juzgar, pero si aquel brillo enfermizo en los ojos de Makoto.

-          ¡Feliz cumpleaños!

-          Gracias Romeo, pero ya me deseaste un feliz cumpleaños esta mañana – respondí sin muchos ánimos.

-          ¿Por qué no estas feliz?

-          No es nada. – sacudí mi cabeza y sonreí. No hay que estar triste. – Mejor vayamos al gremio. Ya es tarde.

-          Sí.

  Makoto aún debe estar allá afuera, y yo debo de encontrarlo.

  Estábamos practicando. Durante todo este mes, desde la misión que hice con Gray, he entrenado a Romeo y mientras el entrenaba con algún ejercicio repetitivo yo meditaba. Descubrí que la mejor forma para saber cómo emitir mi magia es a través  de la meditación. Claro que ahora tengo que fortalecer mi magia junto a mi cuerpo, tal como Natsu, Erza y todos los demás, pero no puedo decir que la meditación es menos valorada, no, la meditación me ha ayudado a saber cómo manejar mi magia y también me ha ayudado a entender poco de lo que trata mi magia. Claro que no sé con exactitud pero estoy dando todo de mí para entender cómo funciona y que tipo de magia es. Levy una vez me ayudo a encontrar un gran libro que tiene todos los tipos de magias registradas en todo Fiore. “Enciclopedia mágica”.

<<Narración omnisciente>>

  En el gremios.

-          ¿Están listos? Miren que Romeo y Haru deben de venir en camino – advirtió Macao.

-          ¿Dónde está gray? Necesitamos algún adorno en el centro del salón. – dijo Erza.

-          ¡Ya traje el pastel! – grito Gray entrando al gremio.

-          Gray, algo para en centro del salón.

-          Tómalo por hecho.

  El mago de hielo junto sus mano invocando su magia de creación de hielo. Creo una estatua de nuestro protagonista Haruka Mitotsu rodeado por todos los miembros del gremio. Levy Mcgarden, maga de la escritura uso su magia para escribir en el hielo una frase significativa:

“Poco tiempo en la familia de Fairy Tail y miles de risas compartidas, con la más cálida sensación de un hogar”.

-          Las decoraciones están montadas – dijo una peli-verde que llegaba a escena.

-          Gran noticia. ¿Entonces está todo listo?

-          Pues te aviso que Romeo y Haru están próximos a entrar.

  Todos dentro del gremio se pasmaron. No sabían si faltaba algún detalle, si todo estaba listo, si era suficiente con la decoración o si era muy excesiva, todo lo que sabían era que ya no tenían tiempo así que sin esperar todos se prepararon.

  Las puertas del gremio se abrieron dejando a la vista a los dos miembros más jóvenes del gremio de magos Fairy Tail que parecían hablar sin darse cuenta del escenario dentro del gremio. Cuando las puertas del gremio se abrieron en su totalidad fue cuando nuestro pequeño protagonista miro el interior del gremio escuchando en unísono a los miembros presentes gritar alegres aquellas palabras que a Haruka le movieron las emociones junto a aquella demostración de parte de todo el gremio, o al menos la mayoría de ellos.

<>

-          ¡FELIZ CUMPLEAÑOS! - gritaron todos dentro del gremio.

  La sorpresa que recibí fue grande, jamás hubiese esperado que me hicieran este gran detalle.

  Durante este mes en el que no he ido a misiones con nadie lo he tomado para calmar mis ideas. No quiero conseguirme con Serpent Smiling, no sé cómo reaccionaré, por esa simple razón he preferido no salir y mentalizarme que mí deber no es juzgar la vida de las personas. Si merecen vivir o no, no es algo que me corresponda designar.

  Sea como sea. Creo que estará magnifico pasar un momento alegre después de tantas cosas. El sol ha caído, pero nosotros nos recién levantamos. Fiesta.

  Durante toda la noche reímos, bailamos, y bebimos, o al menos los demás puesto que no tengo la edad para beber alcohol, así que los acompañaba con jugos. Realmente no sé bailar, pero Erza y Gray insistieron. Baile con Erza, Mirajane, Bisca y de último, Gray. Bailar con él me dio mucha risa, porque fue extraño bailar con otro hombre para empezar, además que no supe la razón por la que me sentía tan raro con su tacto o su cercanía. Los nervios me hacían reír.

-          ¿Por qué te ríes? – me pregunto.

-          ¿Cuán raro es que dos hombres bailen juntos? – reí por su expresión de sorpresa.

-          Agradece que no puede empeorar. – esta vez fue él quien rio.

-          ¿Qué no sabes que es de mala suerte decir que algo no puede empeorar? – esta vez reímos ambos – Además, no pienso que bailar contigo sea algo malo – dije apenado, nervioso y todo sonrojado por mi propio comentario pero sin dejar de ver a sus ojos.

  Gray se sonrojo y desvió la mirada apenado. Reí por esa expresión tan linda en su rostro. Al verme reír Gray también rio. No sé lo que pasa entre nosotros, no sé qué será de nosotros, pero estoy feliz de que Gray  parezca sentirse igual que yo. Ambos reíamos, pero eso solo duro hasta escuchar a Mirajane hablar.

-          Muy bien, sin cambiar de pareja, prepárense para el baile de la noche.

  Gray y yo nos tensamos. Esto es increíble. El vals es el único baile que creo saber bailar bien, y la cosa está en que la mano del hombre va en la cintura de la mujer, es decir, ¡somos dos hombres! Miro a los demás y estos se están riendo. Nos hacen esto a propósito.

  Gray me mira con un leve sonrojo, yo también estoy sonrojado, lo siento en el calor que se instaló en mis mejillas.

-          Este… Haru… ¿Cómo? Ehhh…

-          Hay que divertirnos ¿no? – dije apenado pero decidido a no dejar que algo tan simple me frenara de seguir divirtiéndome.

  Tome su mano y la lleve hasta posarla en mi cintura. Creo que jamás hacer una acción se sintió tan incómoda pero a la vez tan anhelada, una sensación única de verdad. Él se sorprendió y no era para menos, ¿Cuántas veces hemos estado en una situación igual? No recuerdo alguna por lo que entiendo a la perfección que este sorprendido, apenado o algo por el estilo.

  La verdad es que llevaba desde que Gray beso mi frente sintiéndome extraño con su cercanía. En este momento estoy temblando pero de alguna manera estoy muy feliz. Estoy nervioso y Gray se ha dado cuenta de ello.

-          ¿Estás bien?

-          La verdad es que sí. – mi voz tambaleo.

  Por un momento vi a Gray acercar su rostro al mío y no supe evitar contener la respiración. Mi corazón se agito y mi pequeño cuerpo se estremeció, pero no fue lo único en estremecerse.

  De pronto un terremoto se hizo presente estremeciendo todo el gremio. Todos se agarraban de donde podían puesto que el temblor era muy fuerte, pensé que el gremio se caería sobre nosotros pero deje de pensar en lo que podía ocurrir cuando un hombre entro caminando como si nada al gremio llevándose toda mi atención. Dejo una caja sobre la barra para luego darse la vuelta y Salir del gremio con la misma calma con la que ingreso en el edificio. Lo más extraño fue que justo unos segundos después de que el sujeto saliese dejo de temblar. Erza no esperó nada para correr hacía la puerta en busca del hombre.

-          No hay nadie afuera – aviso Erza entrando una vez más al gremio.

  Yo me acerco a la caja que estaba envuelta por papel de regalo y  en cuanto toque aquel obsequio pude identificar que era una caja de madera, pero estaba fría y eso me causaba una extraña sensación.

-          Haru, no creo que sea bueno que la abras – me aconsejó Mirajane.

  Vi a Natsu mirando la caja con molestia. Natsu dijo en un tono muy bajo de voz: “Son unos malditos”. Tengo miedo, no sirve de nada negarlo. Mis piernas tiemblan, mi corazón esta agitado, pero no era nada semejante a lo que sentí hace unos segundos con Gray. Mi temor me impide abrir la caja pero mi curiosidad pide a gritos que abra la miserable caja para poder quitarme esta sensación. Me dispongo a quitar la tapa de aquella caja que estaba llenándome de intriga y de un punzante dolor. Levanto un poco la tapa pero, envuelto en un rayo llego Laxus azotando las puertas del gremio y quitándome la caja  de las manos para volver a cerrarla.

  Empecé a llorar al ver la expresión de Laxus. Igual a aquella vez; ira, odio, desprecio.

-          ¡DEVUELEMELA! – grite.

-          ¡NO QUIERES SABER LO QUE ES!

-          ¡ES MI MADRE! – Laxus reemplazo su gesto de ira mal contenida a una de sorpresa ante mi declaración.

  Nadie decía nada. Todos estaban absortos por mi confesión.

-          ¿Cuánto piensas que he esperado esto? – pregunte con todo el dolor en mi pecho – Estuve esperando a que trajeran  otra parte de mi mamá, es por eso que Gray me está haciendo el favor de mantener fría la cabeza de mi madre – mi confesión impacto a todos. Gray se rasco el hombro incomodo ante la mirada de todos, pero más por las miradas molestas de Erza, Laxus y Natsu – Sé muy bien lo que se acerca, por eso solo pido que no hagan lo que creen mejor para mí – sigo llorando mientras hablo - ¡NO CREAN QUE NO SÉ LO QUE NECESITO! – Erza me abrazo por la espalda mientras Laxus bajaba la mirada. El equipo Raijinshuu no se ha movido de la puerta del gremio y observan todo con una mirada que no supe identificar – Lo que necesito es enterrar a mi madre como lo que fue y no a pedazos como si fuera basura. La enterraré completa. Eso es lo que quiero, lo que necesito.

  Lo último lo dije en un hilo de voz, no me quedaba más, ni voz, ni fuerza. Laxus dejo la caja en el suelo del gremio y camino a la salida del mismo.

*

  24 de diciembre del año 783. Magnolia está en el ajetreo navideño. Se organizó una feria en la plaza central y casi todos los ciudadanos están aquí. No hay casi lugar por el que caminar. Fairy Tail se unió a participar en eventos de canto, teatro, competencia físicas y vigilancia. Son más de las 6 de la tarde y el sol se acaba de ocultar. Las farolas de la feria y las de las casas comenzaban a encenderse y una cálida sensación se adentra en mí.

  Estoy en un puesto de la feria vendiendo comida. He aprendido a cocinar con el único propósito de hacerle buena comida a Erza, me gusta cuando se deleita comiendo. También aprendí a hacer postres pero lo que más preparo es pastel de crema con fresas. Desde aquí puedo oír a Natsu en los puestos de comida de la feria, solo agradezco que no sea el mío porque no sabría cobrarle a un amigo.

-          Chico, quiero yakisoba – pidió una señora.

-          Y yo quiero ramen con huevo y tres ruedas de naruto (Para quien no sepa “naruto” son rudas de masa de pescado condimentado) – pidió un chico que vestía una gabardina con la capucha puesta. Me daba mala espina.

  Serví primero al chico puesto que el ramen estaba listo desde hacía rato, solo le hice esperar a que se calentar a mecha baja, por otra parte estaba friendo la yakisoba en presencia de los que estaban. Mientras más visible fuera menos desconfiaban de la procedencia del alimento.

-          Tenga señora – le serví a la señora y puse el plato frente a ella. Ella agradeció y empezó a comer.

-          ¿No eres muy pequeño para atender un puesto de comida? – preguntó el chico.

-          Si se refiere a que tengo que estar parado sobre un banquillo para estar a la altura de la cocina. Sí, soy pequeño – hice referencia a mi estatura viendo a mis pies logrando que el chico viera tras de la barra y viera el banquillo sobre el que estoy parado – pero yo me basto en esto.

  Suspiro resignado.

-          Que bien.

  Lo miré detenidamente. A pesar de estar cubierto por la capucha no parecía ser mala persona.

  De pronto se escuchó un grito proveniente de los puestos vecinos. La señora de la yakisoba se asustó pero le dije que se tranquilizará mientras que yo me quitaba el mandil y salía de mi puesto con algo de calma. El chico encapuchado también se levantó pero él se me había adelantado.

-          Ustedes, si no dejan al hombre no me haré responsable de lo que les pase – hablo el chico.

-          Ja, ¿tú y cuantos más? – rio uno de los tres hombres.

  Uno tenía de rehén al señor que vendía golosinas, tenía una espada, otro tenía un hacha y el que hablo tenía un mazo.

  Sin previo aviso entre en escena de un salto clavando mi rodilla en la cara del hombre que portaba el mazo. Rápidamente enrolle mis piernas en su cuello y haciendo uso del impulso y mi fuerza lo hice dar una vuelta separándolo sus pies del suelo y estrellando su espalda contra el piso.

-          ¿¡Qué mierda!? – grito el del hacha – ya verás.

  El encapuchado al ver al del hacha dispuesto a pelear se impulsó clavando su pie en el estómago del hombre y pateándolo hacia arriba para luego esperar a que bajara lo poco que se elevó y patearlo hacia un lado haciendo ver como si fuese una molestia. Él lo hacía ver como algo fácil.

-          Si se acercan lo mato – amenazó el tercer ladrón posando su espada en el cuello del rehén.

  Estaba por intentar negociar con el ladrón para que no lastimara al pobre hombre que aparentaba tener más de 50 años, pero no pude soltar ni una palabra puesto que el encapuchado empleo uso de magia mostrando como se formaba en su mano izquierda una especie de guante. La espada del ladrón fue arrebatada de sus manos y atraída al guante del chico a mi lado. No sé qué tipo de magia es, no hubo sellos, ni círculos mágicos, solo magia saliendo y creando ¿armaduras? ¿Es una magia de creación? No pude seguir pensando en su magia por recordar que faltaba uno de los ladrones.

-          ¿te lo dejo? – me preguntó el chico.

-          Ve y termina tu ramen – él hizo caso omiso y se alejó seguido de mi mirada. Volví mi mirada al ladrón y sonreí - ¿Qué harás?

  Se le notaba nervioso, temeroso pero creo que “a tiempos difíciles, medidas desesperadas”. El ladrón corrió hasta mi ¿Piensa venir de frente en serio? Estando cerca de mi saco con rapidez un puñal, el problema es que no lo vi a tiempo. Pensé en esquivarlo pero ya no tenía tiempo, y es justo en ese instante que veo un brazo pasar por mi costado con el puño cerrado y estampándose en el rostro del hombre mandándolo a volar unos dos metros. Miré para atrás de mí y era el mismo chico encapuchado.

-          G-gracias.

-          No es nada.

-          Creo que te debo un favor. ¿Cómo te lo puedo recompensar?

  Él chico lo pensó pero no dijo nada y fue a terminar de comer su comida.

  Law y Droy llegaron a la escena y se llevaron a los tres hombres mientras yo me retiraba de regreso a mi puesto. El chico ya había comido, pero seguía esperando sentado, la mujer ya no estaba pero dejo el dinero en la barra al lado de su plato. Entre a mi puesto y me dispuse a ponerme mi mandil.

-          ¿Dónde aprendiste a pelear?

 

  Esa pregunta fue algo repentina e inesperada, al menos para mí.

 

-          Tuve quien me enseñara en Fairy Tail, pero creo que no se sentiría orgulloso de mí al enterarse que no vi a tiempo el puñal.

-          Todos erramos en algún momento.

-          ¿y tú? ¿Perteneces a un gremio? ¿De dónde vienes?

-          Estoy buscando un gremio que no sea individualista. Me dijeron que los magos de cierto gremio siempre dice ser una familia, solo por ello estoy aquí en Magnolia.

-          Bueno, si te parece mañana mismo vas a Fairy Tail  y te unes. Esta para allá, llegado al mar – señale una dirección.

-          Mañana veré, también busco un gremio fuerte para seguir mejorando - reí ante lo dicho por él.

-          Entonces te esperaremos ansiosos de conocerte – dije sonriendo de manera sincera – porque Fairy Tail es lo que buscas.

*

  Es 25 de diciembre y nadie anda por las calles. Pocas personas se quedaron despiertas dentro de sus casas esperando ver amanecer el día en que comenzaba a última semana del año, el día en comienza la cuenta regresiva de los días que quedarían antes de recibir el año nuevo esperando que sea mejor que el anterior.

  Son las 5 de la mañana. Todos nos reunimos en el gremio para las 11 de la noche del día de ayer para recibir la navidad en familia. Laxus y los Raijinshuu no estuvieron. Cana estuvo triste puesto que un tal Gildarts no estaba en el gremio, me dijo que era el mago más fuerte en el gremio pero que siempre estaba haciendo misiones de rango S o SS, es decir, misiones que duraban de 2 a 10 años o a veces más tiempo.

  Estoy trotando por la calles de esta ciudad que no ha sufrido grandes desastres desde las casas que salieron volado con el ataque de mi madre contra en hombre de Serpent Smiling. Intento no pensar en el pasado, ni en mi madre, solo me quiero concentrar en mi hermano que no he encontrado datos de él. Incluso he buscado en los registros forenses cuando perdí las esperanzas de encontrarlo, pero esas esperanzas volvieron a mí cuando descubrí que no estaba entre esos registros. Sé que esta por ahí, pero no sé dónde.

  Hay un hombre parado frente a las puertas Fairy Tail. Esa gabardina de color negro es lo que me hizo recordar al chico de ayer. Aumente la velocidad para alcanzarlo pero cuando cerca estuve se volteó y lanzo un golpe a mí. Salte por encima de él con el susto que me produjo su rápida reacción, busco golpearme mientras caía tras él detuve sus golpes y dando un salto sin soltar sus puños busque patearlo, no para lastimarlo sino para alejarlo, pero él se alejó para no recibir mi golpe.

-          Soy el niño del puesto de comida – dije poniendo las manos en posición defensiva.

  El chico bajo su guardia y me miro detenidamente.

-          Lo siento. Escuche los pasos y creí que sería algún atacante – se excusó.

-          Tranquilo – reí nervioso - ¿Vienes a unirte? – él asintió con la cabeza – pues entra, yo hare el papeleo.

  Entramos al gremio. Todo estaba tranquilo. Mirajane estaba limpiando y Erza ayudándola mientras que otros como Gray y el resto estaban dormidos sentados, en el suelo o sobre una mesa. Mirajane nos vio caminar a la barra y a mi sacar una planilla de las que se entregan al ministerio mágico para avisar de algún nuevo mago. Erza fue quien se acercara a preguntar que hacíamos a lo que le informe del ingreso de un nuevo miembro. Creo que Erza incomoda un poco al chico puesto que le hacía muchas preguntas, bueno, preguntas además de las que yo debía hacer para llenar el registro como: ¿Qué tipo de magia usas? ¿De dónde vienes? ¿A qué clase de mago perteneces? Y otras preguntas como: edad, fecha de nacimiento y otras modalidades. Pero entre tantas preguntas solo me falto la primera… preguntar su nombre.

-          Me llamo “Blake Crimson”

  Fue divertido. Viene del continente Arakitashia exactamente del gran imperio de Alvares, su magia se llama alquimia y es un mago clase A.

Notas finales:

Se que estoy demorando demasiado para entrar en la historia cronologica en la que entra Lucy pero pronto, más tardar el capitulo 8, veremos la inclusion de esta.

Gracias por leer.


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