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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Proximo capitulo: Violacion multiple.... Adios a Layla.


Del Libro de Elliot.
La liebre y la tortuga.
- Elliot! Atrás de tu flanco izquierdo!
- Si!
Giré bruscamente a mi máxima velocidad y los vi, eran unos ocho tipos, presas fáciles. Los salté con facilidad y me posicione entre ellos, los primeros dos se fueron abajo de una patada luego tome altura hasta que pude tomar en cada una de mis manos sus cráneos y los estrelle con violencia . Aterricé para meterme entre las piernas de uno de ellos y hacerle trizas ambas piernas. En sus ojos podía ver el terror, pero sabía bien que no desistirían y yo lo quería de esa manera.
Yuri en tanto parecía deleitado, nunca pensé que matar le agradara tanto, no se miraba del tipo asesino pero su rostro era absolutamente adorable mientras se encargaba de unos veinte a su alrededor. Cosa de nada fue que los ensartara con una varilla de acero uno a uno mientras yo apretaba la tráquea del último tras de mi, un hombre corpulento de cuarenta y tantos con esposa e hijos, la foto de su familia fue su último pensamiento.
Al fin nos libramos de los criados humanos nos sentamos a reposar un poco, casi eran las cinco de la mañana cuando pudimos tomar un respiro.
-Hay que reconocer que los alemanes son muy buenos contrincantes eh?
- Si, y además muy persistentes...
Nos tiramos en medio de la llanura alemana con los cuerpos de la batalla regados por doquier.
- Pronto llegarán los miembros de la extinta asamblea de Alemania.
- Los que se supone comandaba Ephy, no es así?
- Si.
- Vaya, ya quiero que estén aquí, tengo tantas ganas de enfrentarles. Que tipo de asamblea podía comandar un ángel?
- Una de las peores, será muy arriesgado Yuri, un espectro como el discípulo de Aler no es para tomarse a la ligera.
- Lo se.
- Yuri, que sucede?
Este no me miro para nada ni se sorprendió de mi pregunta, más bien era como si estuviese escogiendo bien sus palabras.
- Mi querido Elliot no comprendo bien lo que dices...
- Que?!- Dije alzando la voz- No ? No! No puedes querer fingir ignorancia después de haber pensado la pregunta, así no funcionan las cosas Yuri, se que me entendiste y bien.
- No, no lo hice- Sonrió.
- Si, si lo hiciste- Proteste y me di cuenta de que este no me prestaba atención volvía a sumergirse en su mundo, era como si mi simple pregunta le hubiera recordado razones poderosas para estar ahí. Por que Yuri había venido conmigo?
- Hay que hacer una pira con los cuerpos.
Asentí y comenzamos a echar los cuerpos en una pira para mandarlos directo al infierno, el silencio entre nosotros era ensordecedor, pensé en aquel momento cuando yo había reclutado a los gemelos, en si Kuri no había cambiado mucho; seguía siendo el mismo espectro bonachón y ambicioso de siempre pero Yuri, el si había cambiado, y demasiado, yo pude suponer que el cambio era debido al amor que profesaba ante su gemelo el cual era el único que no se daba cuenta de que el amor que sentía su hermano iba más allá de la farsa que este suponía.
Yuri era el líder de asamblea típico, si hubiera sido por el jamás hubiera dejado la asamblea de Rusia; de lejos se le notaba el hastío por su existencia y por todo, no tenía a nadie más cercano que su hermano pero Kuri era demasiado simple como para darse cuenta, físicamente tan parecidos pero interiormente tan distintos, Kuri tenía ese aliento de vida único, era como si ambicionase todos los deseos carnales propios de los humanos, en cambio Yuri.... Quizás entonces era eso.
- Yuri- Dije yo arrastrando un par de cuerpos hacia la pira- Tu has venido a intentar morir verdad?
El arrojo un tres cuerpos sin piedad alguna como si fueran leños y observó la pila.
- Que cosas dices Elliot.
- Soy viejo no estúpido, y tú no vendrías a combatir Alemanes nada más por que si, tú no haces nada por diversión, es más creo no eres capaz de encontrar diversión en nada que no sea sugerido por Kuri y si Kuri no te sugirió que vinieras a matar alemanes no hay otra explicación. Lo que me lleva a que ambos sabemos que Kuri no te dijo que vinieras, tu viniste sin decirle a tu hermano gemelo, por lo tanto viniste a morir.
Ahí estaba! Ahí estaba esa mirada de frio natural, esa mirada vacía, llena de su esencia por eso el era el líder! Esa fría mirada era lo que hacía de Yuri un espectro de categoría.
- No es tu asunto amigo Elliot.
- Por que viniste a morir? Digo que es mi asunto por que debo saber que le diré a Kuri cuando regrese... El seguro estará muy curioso de saber la razón.
Este agachó la mirada y apretó los puños. Estaba realmente enfadándose?
- Digo es natural, tu te la pasas engañándolo y mintiéndole, pones esa cara de amabilidad cuando es simplemente sorprendente tu hastío por la existencia misma. Entonces si no me dices, pues tendré que ser yo el que le cuente a tu hermano por suposición que en realidad estabas harto de este sitio...
En un instante lo tenía frente a mi atacándome pero reaccione justo a tiempo y esquive su puño, esté giro e intentó lanzar una patada pero no fue tan rápido pues logré esquivarlo de nuevo.
- Te dije que dejaras de meterte!
- No puedo- Dije sonriendo.
Yuri estaba intentando alcanzarme con sus puños y yo trataba de esquivarlo aunque pude percibir que con cada segundo se volvía más ágil.
- Por que rayos no?
Dijo saltando a una altura enorme para intentar caer sobre mi con una patada.
- Por que eres parte de mi asamblea!
- Ya no más!
Grito el peliazul y entonces comprendí que sucedía. La sola percepción de aquello me dejó sin defensa y este me propinó un golpe en el lado derecho de la mandíbula tan fuerte que escuché como quebró mi hueso y me mandó volando por los aires hasta que impacte contra el piso, de inmediato se posiciono frente a mi, entrelazó las manos y dejó caer estás contra mi abdomen algo que pude haber esquivado pero no sentía ningun deseo de hacerlo, solo mire el cielo y cuando el iba a reanudar su impacto lo detuvo, se había dado cuenta de que yo me había enterado el por que estaba aquí a mi lado.
Un silencio largo e incómodo se formó en aquel campo que había visto una batalla feroz, la noche era agradable y la brisa soplaba como solo en Alemania podía, un gran lugar Alemania.
- Tu has sido elegido!- Dije en un susurro y Yuri se desplomó en el piso cubriendo se el rostro.
Me incorpore de un salto y le mire, cualquier otra cosa me hubiera dado igual pero aquello era peor de lo que imaginaba, Yuri estaba desesperado.
- No digas nada por favor, no digas nada Elliot- Susurró este aún con el rostro en sus manos.
Yo asentí y me quedé callado un buen rato.
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- Ese maldito de Yuri! Mira que engañar me de esa forma.
- No eres el único molesto Kuri- Dije entre dientes.
Ayer por la madrugada había despertado pues sentía un peso que me impedía respirar con normalidad.
Cuando pude abrir los ojos vi a Kuri a mi lado en la cama completamente recargado sobre mi pecho y abdomen.
- Que carajos haces aquí?
- Ya te vas a quitar la ropa? Esto está aburriéndome muchísimo, además haces ruidos de bebé al dormir.
Me sonroje por completo y le avente una almohada que esquivo con facilidad.
- Que demonios! Por que estás aquí Kuri?! Es pervertido mirar a otro dormir.
- Si claro como si Sid no lo hubiera hecho antes....
- Ah!
Sid... Eso me dejó atontado un segundo, el me había dicho que le gustaba verme dormir... Tuve que obligarme a reaccionar ante la presencia de Kuri que tenía una cara de fastidio.
- Pero...
- Entonces... Ya te vas a quitar la ropa Steph? Te juro que si tengo que esperar más tiempo caeré muerto....- Dijo el peliazul.
- Quitarme la ropa? Cómo por que haría eso?
- No se, Yuri dijo que cuando dormías a profundidad en algún momento tu te quitabas la ropa y bailabas desnudo de manera sensual, así que vine a esperar que sucediera. Tomar algunas fotos quizás- Dijo sacando su teléfono para mostrarme que estaba dispuesto a hacer eso último.
- Que? Queeee?- Pegué un grito .
- Shhhh! Vas a despertar a todos! Anda baila y ya me voy.
- Lárgate Kuri, no voy a bailar, no bailo cuando duermo.
- Ah no? Bueno al menos ya quítate la ropa...
- No me voy a desnudar! Fuera de mi habitación!
Tuve que correrlo varias veces y así fue como se me escapó el sueño de las manos, tuve que terminar la noche recordando a Sid. El era el único que podía mirarme mientras dormía todo lo que quisiera pero nadie más, Sid... Dónde estarás? Pensaba mientras mi mano recorría mi sexo, cualquier lugar del mundo sin Sid era un lugar muy solitario.
Al día siguiente estaba un poco desvelado por lo tanto más torpe de lo usual.
- Steph vamos a la plaza a comprar golosinas si?
Dijo el pequeño Louis y yo mire a su padre el cual le espeto.
- No Louis, Stephan está cansado pues al parecer no pudo dormir bien, no lo molestes.
El niño hizo un puchero y yo dije.
- No hay problema, vamos por golosinas, me encantan las golosinas!
-Stephan estas seguro?
Asentí y Gustave me miró con condescendencia y agradecimiento.
- Si! Papi podemos ir? Di que si anda! Di que si!- Decía Louis mientras daba saltos alrededor de su padre.
- Está bien, está bien, pero no tarden mucho y sobre todo no debes desobedecer a Stephan de acuerdo?
-Siiii! Yupi!
- Anda ve por una chaqueta! - Le dijo Gustave al pequeño- Y pregúntale a Luanne si quiere ir...
Durante estos dos días que habíamos estado en Mónaco había quedado prendado del pequeño Louis, era un niño encantador, la verdad hasta me había sorprendido a mi mismo fantaseando con tener unos cinco o diez con Sid... Luego recordaba lo estúpido que eso sonaba y volvía a la realidad.
Me había logrado llevar estupendamente con el pequeño Louis más no así con Luanne pues ella era un tanto ruda en su trato y además me miraba como si yo fuera un mutante, ella sabía que yo había perdido ese algo y honestamente sus miradas me hacían sentir mal e incómodo así que ella pasaba de estar en mi compañía para evitar ser retada por sus padres. En cuanto a Elliot y Yuri se habían marchado a quien sabe donde y Layla ... Bueno ella no podía acercarse al territorio de su hermana, Kuri me explico que era un tabú que una hija de Lilith se acercara al hombre de otra, pues debido a esa atracción fatal que causaban en los hombres, podía prestarse a luchas encarnizadas por " machos", eso a mi me parecía muy primitivo pero al fin y al cabo ellas eran espectros muy sexuales. Y de ese modo Layla permanecía del otro lado del país vigilando la frontera francesa.
En realidad la plaza no estaba muy lejos, era un día algo nublado pero agradable, al menos no llovía tanto como en Londres? Ahora que había conocido Italia y Mónaco me preguntaba por que rayos llovía tanto en Londres?
Compramos muchos dulces, había unas gomitas con forma de caracol que me encantaban, también compramos bombones de chocolate y algunos dulces ácidos. La verdad me gustaba mucho estar con Louis así que miramos por ahí en una tienda de juguetes pues el cayó rendido ante un lindo bote a control remoto.
- Mira Steph, mira!- Decía con el rostro lleno de ilusión.
- Un infante precioso su hijo.
- Ah?!- Dije y volví la cabeza para fijarme que una mujer muy hermosa estaba a mi lado- Perdón?
- Dije que su hijo es un infante precioso.
- Ah gracias... Pero no es mi hijo...
- En serio? Juraría que si lo es.
Yo me reí nervioso y me rasque la nuca.
- Bueno ... Jajajaja
- Y mire se lleva tan bien con mi pequeña Justine.
Vi que había una pequeña rubia a su lado. Era una niña muy hermosa, simplemente parecía una muñeca.
La pequeña y Louis vinieron. hacía donde estábamos la dama rubia y yo y mire a Louis un poco descompuesto.
- Hey que sucede?
- Me duele el estómago - Dijo y me dio los brazos para que lo alzara.
Así lo hice y dije.
- Con su permiso, fue un placer conocerlas.
- Espere, podemos llevarlos a su casa, mi coche está afuera y si gustan podemos llevarlos.
- No, no se moleste- Dije agradecido- Nuestra casa no está lejos...
No terminé de hablar cuando el pequeño Louis se retorció del dolor y yo sentí como sus pequeñas manos se aferraban a mis hombros.
- Me duele Steph...
- Lo se, lo sé, vámonos a casa.
- Por favor, insistimos.- Dijo la mujer bajando sus lentes y dejando sus ojos miel intensos ver.
- Por favor- Rogó su pequeña hija.
Su rostro era el de una muñeca de porcelana pintada a mano, realmente era impactante.
- De acuerdo gracias!- Dije.
Nada más con salir; ahí estaba el automóvil de la dama, un Bugatti Beyron color blanco. Abordamos la parte de atrás junto a su pequeña hija que no dejaba de mirar a Louis, este estaba completamente tieso debido al dolor y no dejaba de apretarme con sus manitas. En tanto yo frotaba su espalda para intentar calmarle, estaba muy preocupado, así que solo le indique a la mujer que fuera a la avenida de Ostende, ella arranco el auto a una velocidad increíble y yo aferre más al pequeño Louis contra mi, su carita de dolor me partía el alma y además estaba severamente preocupado.
Llegamos al fin a la puerta de la casa de Bree y la rubia que conducía dijo en un tono serio mirando a su pequeña por el retrovisor.
- Hemos llegado, ya fue suficiente Justine.
La pequeña le miro e hizo una cara de fastidio.
- Siempre arruinando mi diversión.
- Ah?- Dije sin comprender.
- Suelta al mocoso y dile que se meta a su casa- Dijo la niña.
- Que?!
- Lo que escuchaste Stephan Joggar, suelta al mocoso y dile que se meta a su casa, tu vienes con nosotras.
Yo mire a Louis y este se miraba más repuesto parecía que el dolor estaba cediendo.
- Pero...
La rubia mayor volteo y se bajó los lentes, sus ojos miel al fin mostraron su fiereza por completo.
- Mi nombre es Yves y soy un antiguo amigo de Laïla de la asamblea de París, así que como verás, esto es oficialmente un secuestro lindura.
-Que?
Me temblaron las piernas y sentí esa necesidad de ir al baño pues estaba asustado pero tenía que pensar en Louis primero.
- Louis estás mejor?
El pequeño asintió acunándose en mis brazos y yo te repuse:
- Bien entonces métete a casa y en unos minutos te alcanzó quieres?
Este asintió y se levantó con pesadez de mi regazo, yo le di sus dulces y este me miro.
- Todo está bien Steph?
- Si, si anda.
El pequeño bajo del coche y con el bajó la rubia mayor, toco la puerta y de inmediato regreso a abordar el coche para salir disparado a máxima velocidad.
- Estás nervioso verdad Stephan Joggar?
Pregunto la mayor y en un santiamén sentí como todo se oscurecía.
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Del Libro de Elliot.
La libre con escopeta.
- Me lo notifico tu amiga Inanna.
- Así que para eso te llamó.
Yuri asintió.
- Ya tienes el mandato?
- No, dijo que sería cuestión de que llegase al maestro y este lo firmara, entonces tendría que regresar a Rusia ...
- Te dijeron por que te había elegido?
- Me dijo que el trataba de terminar con aquello de gemelos al trono, que éramos unos de los tres pares de gemelos al trono que quedaban. Sabes cómo es la cosa Elliot.
- Ya sabe Kuri?
El negó con la cabeza.
- Por que?
- Por que no soportaría dejarlo, por que no toleraría ver su rostro destrozado, el es lo que más amo, lo único que amo de este sitio de porquería.
- Y es por eso que has venido a morir?
Sonreí pues el estaba mostrándose como de verdad era y esto era una ocasión rara.
- Elliot, hay veces que pienso que nada vale la pena, dime, tú eres mayor, dime por que es tan difícil sentir como yo siento, es tan difícil sentir algo, lo único que me hace sentir es Kuri, por que es tan difícil? Por que? Yo, a veces me encierro en mi interior y aún así trato de sonreír pero no siento nada, solo su toque cuando está a mi lado, pero es que no puedo dar más, no siempre soy de Kuri, no siempre soy de el y cuanto quisiera ser siempre de el , pues hay veces que me parece que me voy con el viento a un lugar donde el no puede seguirme, parece que quiero decirle tantas cosas, parece que no quiero decir nada entonces tantas cosas al mismo tiempo pero termino hundido en el silencio....
- Yuri...
- Lo miro y me parece que es lo único que me ata a la realidad y siento no darle todo lo que merece, siento tanto no darle mi propia existencia pero es que no hallo la forma de explicarlo, no creo siquiera que me hayas comprendido....
- Te entiendo Yuri... Todos los antiguos tendemos a pensar esas cosas y tú no eres una excepción.
- Pero yo no...
- No necesitas limitarte conmigo.
Prendimos fuego a los cadáveres y un humo negro comenzó a soltar una peste penetrante, los cadáveres humanos ahumados eran sumamente pestilentes.
- Yuri, si tú quieres yo puedo hacerlo...
El ruso me miro extrañado y yo no aparte la vista de la pira.
- Tu... Tú lo harías?
- Si así lo deseas yo te matare Yuri pero antes debes ayudarme a luchar contra los cuatro espectros que están próximos a llegar.
Yuri miro la pira con cadáveres frente a él y dijo.
- Quizás en unos cuatros cinco minutos quizás...
- Entonces ... Qué dices? No tiene que ser ahorita.
- Elliot...
Yuri en un segundo se posiciono a mi lado y me extendió la mano.
- Eres un gran amigo Elliot, gracias.
Gire hacia donde estaba el peliazul y le estreche la mano.
- Bien, tenemos que pelear...
- Si!
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Del Libro de Layla.
El Regreso.
- Alto.
- Oh no! No! No!
El vehículo se detuvo de golpe, forzando la máquina de una manera ruda e innecesaria, a leguas de notaba que no habían cambiado nada.
- Oh no! No! No tu!
- Hola Yves- Saludé en francés- Es un placer verte también- Dije con sarcasmo.
-Hola ..... Laïla!
- Vaya veo que aún te gusta la alta costura y los vestidos ... Buen gusto para ser varón.
- Que quieres mi preciosa Laïla?- Dijo Yves con un tono de fastidio.
- Al rubio que has dejado inconsciente en el asiento trasero.
- Lo siento amor pero está preciosidad viene a Francia con nosotros.
- Lo siento pero esa preciosidad es mía.
- Tuya?! - Respondió con exageración- Vaya, vaya y dime desde cuándo a una hija de Lilith le gustan los machos castrados?
- No te voy a permitir esa ofensa Yves.
- No es una ofensa Laïla, y si lo es no la cometí yo sino el gran maestro K. Anda a reclamarle a el.
- No me exasperes.
- Mira mi adorada Laïla, no vamos a pelear aquí en la frontera de Francia eh? Pues este es territorio de ambos pero yo tengo las de ganar.
El echó una mirada al asiento trasero y dijo.
- Recuerdas a Justine, cierto?
La pequeña de cabellos dorados se asomo por una de las ventanas y me miro con ese semblante demoníaco.
- Sabes de sobra que Justine puede matar al chico con solo una mirada. No se, le puede reventar un órgano vital o algo así, ya sabes que frágiles son los humanos, si tú sobrino con un poco de dolor en el estómago ya estaba llorando.
- Tocaste al hijo de Bree?- Dije sintiendo la ira correr dentro de mi- Grave error Yves.
- Si bueno pero ahora eso no interesa pues yo tengo al pequeño humano llorón, el premio del maestro.
- Exacto, el humano es del maestro.
- Si bueno pero eso no es problema, al maestro no le importan mucho sus contratistas.
- Este si.
- Vaya si, es lindo pero no creo sea diferente.
- Bien si no me crees déjame decirte algo.
Yves levantó la ceja en señal de interés.
- Este contratista subió al totschläger a líder de asamblea de primera categoría, lo nombró guardián de una de sus propiedades y no dudes que el totschläger vendrá por el....
- Así que totschläger eh? Ese pequeño ladrón y asesino. Interesante.
Yves golpeteo con los dedos el volante del carro mientras meditaba. Al fin dijo:
- Bien mi hermosa Laïla, tu vendrás con nosotros es tiempo de que nuestro amado diamante rosa regresé a Louvre.
- Que?!
- Si no vienes por tu cuenta con nosotros le digo a Justine que le reviente el corazón.
Dejé que el silencio inundara por unos minutos el espacio entre nosotros y luego dije.
- De acuerdo. Pero quiero al humano conmigo en todo momento.
- Bien, pero recuerda que a la primera falla Justine lo matara. Ahora sube preciosa.
Subí a la parte trasera del vehículo y vi a Steph inconsciente, le habían dejado así de un golpe, mire el manchón de su pantalón, le habían asustado al punto de mojarse, intenté contener mi ira pues está crecía con forme sentía su cercanía. Lo tome por los antebrazos y lo metí en mi regazo, abrace su espalda y sus piernas como a los pequeños, bese sus cabellos.
"Descuida Steph, tengo un plan y nada te va a suceder"
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Yuri
A veces... No! Casi siempre era tuyo, casi siempre por que a veces me encerraba en mi mismo, a veces no te contaba nada de lo que en verdad sucedía, como me sentía en verdad, y así pasaba siglos sin decir nada, solo te miraba y seguía en ese silencio del cual nunca te contaré....
Yo en realidad... Siempre desee no existir... Desee tanto no ser yo.
Mi querido Kuri tú nunca me fallaste, y en serio lamento tanto haber sido de esta manera, ser tuyo y de nadie. No poder ofrecer más, no tener la capacidad de poder darte más, no poder darte mi completa existencia, mi " vida" entera, mi esencia demoníaca. Solo te pude dar esto...
En realidad solo desee desaparecer de este mundo... Desee tanto no estar limitado por esta piel...
A lo lejos vi la sombra de aquellos personajes de la asamblea de Alemania... Kuri que oscuro es el amanecer no lo crees así? Lo siento hermano, quizás no pueda lograrlo esta vez y me odies por ello... Sonreí, estas cosas me parecían graciosas, gemelos idénticos pero después de tantos años de guardarme todas esas cosas, sabia que quizás Kuri también tenía cosas que solo eran suyas y que yo ignoraba y quizás no comprendería así como yo tenía estas cosas que eran tan mías que se quedaban guardadas dentro de mi, en las entrañas de mi existencia, de donde provenía todo este frío y vacío, quizás yo también daba por sentado muchas cosas y entonces estas cosas que eran tan propias de mi, se me pasaban desapercibidas pues era incapaz de verlas, como sucede con los defectos en los humanos.
- Que hace un Ruso en territorio de la gloriosa asamblea de Alemania?
- Vine a enseñarles un poco de historia- Conteste sarcásticamente.
- Maldito infeliz, te voy a dar lo que has venido a buscar....
Mire a Elliot y este sonrió...Ambos bandos corrimos hacia el enemigo, dispuestos a chocar de frente una contra el otro.
Ahí estaba mi instinto demoníaco, ahí adentro, en el interior de mi ser, ahí donde corría la esencia de Mammon, donde nacía su esencia infinita y malvada... La nieve comenzó a caer, mi querido Kuri, tu piel y mi piel se parecen pero yo... Desapareceré pues ya no somos uno mismo, ahora soy del viento que corre por estas llanuras. Lo siento, lo siento....

 

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