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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Próximo capitulo: Sally se ha perdido en la India. Steph hace un trato con el Dios de los ladrones.

 Gracias por leer y comentar!



Benedetto había sido devuelto la noche siguiente completamente inconsciente en brazos de Kuri y solo llevando una sabana encima, el peliazul nada más lo dejo en su habitación y sin decir una palabra partió a quien sabe donde.
Nosotros en lugar de quedarnos a esperar nos movimos a Somalia sin que Yuri nos diera un motivo.
Benedetto se levantó al medio día siguiente, yo estuve a su lado todo el tiempo pues había sufrido una fiebre terrible y yo podía ver en el las marcas de las huellas de Kuri, era como ver en el pasado.
- Que... Qué sucedió? Dónde ... Estoy?
Dijo aún afiebrado.
- Benedetto que bueno que despertaste! Estas en el bote con nosotros!
- Ah?
- Acaso no recuerdas nada?
El silencio se hizo presente unos instantes y luego el se hizo un ovillo y metió el rostro entre las rodillas
- Oh Dios si fue real.... Fue real- Dijo comenzando a sollozar. En otra parte del bote Yuri se quejo fuerte y claro.
- Benedetto tranquilo!
Apenas si lo toque y el con fuerza me rechazo.
- Suéltame! Tú eres su maldito cómplice!
- No... Espera!
- Me engañaron y caí! Soy un idiota! Pero tú! Cómo pudiste...?Yo confiaba en ti...
- Ah? Yo?
- Eres de lo peor, eres una basura!
- Espera! Tranquilo!
- No! Tú eres una ....
- Basta!- Dijo fuerte y claro la voz de Yuri que entraba a la habitación con paso apesumbrado- Si no te callas me veré en la necesidad de ponerte a dormir, Stephan no ha hecho otra cosa que cuidar de ti y no necesita tus reclamos, así que cálmate y cuando tú amo vuelva con lo prometido entonces podrás despotricar contra tu amo.
Al ver a Yuri Benedetto se quedó congelado y se puso más pálido de lo que ya estaba, no pudo decir más, pero era comprensible, incluso yo me asusté al ver el rostro de Yuri que era una máscara de horror.
Yuri en cambio dio media vuelta y se marchó sin decir nada más.
Benedetto estuvo muy callado durante toda la tarde, yo creía que evitaba hablarme pues aún seguía muy enojado conmigo pero al ocaso dijo.
- A ti también te secuestraron verdad?
- Ah?
- Perdón, no quería ser grosero contigo es solo que fui un estúpido en creer que sería así de fácil, jamás creí que acabaría también secuestrado por una mafia que me ... Qué me ...
- No, Benedetto, no es lo que dices! No son una mafia.
- Ah?
- Nadie ha sido secuestrado.
Él me miro sin comprender nada.
- Mira, es verdad lo que te dije, son espectros, en este momento Kuri seguro está luchando con los secuestradores de tu hermana, en serio!
- No, no entiendo nada.
- Mira se que es difícil de creer y más cuando pasa eso...- Dije poniéndome colorado hasta las orejas- Tu sabes...
- Te refieres a como ese maldito me violó?
Este no decía aquello con ira sino más bien con tristeza.
- Si... Bueno, eso es difícil, pero verás que cuando tú hermana regresé sana y salva habrá válido la pena. La asamblea de Londres es una de las asambleas más poderosas!
- Ah?- Este se abrazo las piernas y dijo- Da igual, ese maldito violador... Le odio! Solo espero que Aramis este bien y regresé tal como dices.
- Verás que si, ahora debes comer algo, has estado muy enfermo.
Este desprecio la comida nuevamente a pesar de todos mis intentos por persuadirle, así que al fin cuando desembarcamos en el puerto de Mogadiscio en Somalia, Benedetto bajo del bote con un suero amarrado al antebrazo. Yuri se lo había colocado a fuerza y bajo la amenaza de que si no comía lo internaría en un hospital.
Yo ayude a convencerle de que comiera y aunque fue muy poco lo que comió, sentí mucho gusto cuando al fin lo hizo por cuenta propia.
De ahí en adelante nos conducimos de noche, la verdad no supe ni donde, solo pude poner la cabeza en la almohada de aquella cama de latón oxidado y me sumí en sueños demasiado pesados junto a Benedetto.
Por la mañana despertamos y Yuri nos vigilaba atento, las ventanas y puertas habían sido tapadas a cal y canto para que apenas un diminuto y débil rayo de sol se colara intencionalmente dispuesto a alumbrarnos en aquella oscuridad.
Había ya alimentos de sobra para el día y la tarde, pues no saldríamos hasta la noche. Así que nos mantuvimos ahí en silencio un rato hasta que yo me aburrí y quise platicar con Benedetto, pero este se volteo, cruzo los brazos y se quedó dormido, entonces fui con Yuri y me puse a platicar de boberías. Yuri conmigo era completamente opuesto a como era con Benedetto y yo no entendía el por qué. Tampoco lo pregunté.
Cuando el sol estaba terminando su faena Kuri se levantó y nos ordeno alistarnos, yo fui a despertar a Benedetto pero no hubo necesidad, este ya estaba despierto, había permanecido sumido en el silencio.
- Que hacemos aquí Steph?
- No lo sé pero confía un poco quieres?
- Lo siento... No puedo.
Yo puse mi mano sobre su hombro y asentí.
- Entiendo por lo que pasas, yo también pase lo mismo Benedetto, pero descuida todo estará bien.
Salimos listos para lo que Yuri nos tuviera preparado y este condujo un Jeep hasta las áridas planicies de Somalia donde no habitaba más que la tristeza y la desgracia, niños muriendo, padres enfermos y mujeres mutiladas, me identifique con ellas ya que sabía por las noticias que les mutilaban los genitales en absurdos rituales y yo me sentía igual, el capricho de una ofrenda me había hecho los mismo a mi, yo había visto cientos de veces aquellas noticias sobre Somalia pero era muy diferente verlo en vivo, me sentí muy enfermo y frágil al ver todo aquello pensando; que derecho tenía yo de ser feliz cuando todas esas personas vivían una existencia así? Sentí el abrazo de Yuri y hundí mi rostro en su costado, no podía parar todos aquellos sentimientos.
- El hombre elije el existir así Steph, no es nada de ti.
Benedetto también se miraba afectado, aunque fue más resistente que yo.
Al cabo de un rato, en un árido campo que parecía tener el tamaño de un amplio campo de fútbol, Yuri paró el Jeep en medio de la nada y pude entre la penumbra de la noche visualizar a un chiquillo rubio, me quedé sorprendido, usaba ropa completamente negra que hacía lucir su tez más blanca, conforme nos acercamos, ya sin el vehículo; note que era un poco más alto que yo, que sus ojos eran azules como el cielo y que su rostro era divino, la chamarra negra que llevaba encima apenas si le disimulaba esas ojeras enormes y contrastantes, en las bolsas de esta era donde sus manos se escondían, sus jeans negros delineaban sus piernas delgadas pero bien firmes y sus tenis negros ideales para andar en tabla decían que era un niño apenas.
- Te saludo Ikú.
- Saludo- Dijo el chiquillo rubio y luego me lanzó una mirada pesada encima- Este es el niño eh?
-Si, el es.
-Stephan Joggar eh?
Yo no sabía ni qué decir ni que hacer.
- Lo siento en verdad- Dijo Yuri y me pasó el brazo por la cintura- Steph este es Ikú.
Algo en ese niño me ponía de nervios, eran quizás sus ojos, esa expresión tan parecida a la de Ephy, como si estuviera resentido con el mundo.
- No es nada personal Stephan Joggar- Contesto el rubio que había leído mi mente, al tiempo que sacaba una mano de su chaqueta y me la ofrecía.
- Yo...- Extendí mi mano pero pare en seco el saludo cuando vi el guante que enfundaba su delgada mano..." Espectro de muerte" Pensé de inmediato.
- Vaya lo has adivinado eh?- Confesó el rubio y yo me deje caer de nalgas al suelo aterrorizado.
- Tranquilo Steph, no te va a hacer nada.
Yuri comenzó a tranquilizarme y a frotar mi espalda, Benedetto se acercó a mí también.
- Que sucede? Steph estas bien?
Yuri le apartó sin nada de cuidado y me metió en sus brazos, estaba aterrorizado, así que el gemelo saco una de esas pastillas que ya eran parte de mi dieta diaria y me la metió a la boca con agilidad.
- Vamos Steph pásatela....
Tarde unos momentos en obedecer y otro tanto en recuperar la cabeza debido al tranquilizante.
- Descuida Stephan Joggar no he venido a dañarte ni a ti ni a.... Benedetto Lancaztri.
- Ah, como es que sabe mi nombre? -Pregunto el castaño.
- No querrás saberlo Benedetto- Respondí por instinto.
El rubio se puso en cuclillas y me sonrió.
- Yo vi a tu Leviatán, hablé con el.
- Ah?- De inmediato gatee hasta donde estaba aquel espectro de muerte, benditos calmantes que me permitían no sentir ese pánico- Donde esta Sid? Qué sabes de el?
- Por el se de ti Stephan Joggar.
- Dímelo señor de muerte, te lo... Te lo suplico.
- Ahora ya no me temes eh?
- Si te temo señor, pero es gracias a la medicina y a otras cosas que puedo hacer esto.
- Dime algo Stephan Joggar, por que persigues la propiedad de otro? Pues bien sabes que el Leviatán es del maestro K. no es así?
Yo infle las mejillas y baje la mirada, todos tenían que recordarme aquello?
- Si- Conteste sin ganas.
- No te pongas así, yo mismo admito que Leviatán tiene muchas razones para amarte como dice pues eres una criatura hermosa Stephan Joggar.
- El...- La voz se me quedó atorada en la garganta- El dijo que me amaba?
- Vamos a charlar en esa piedra quieres? Me gustan las piedras, las piedras son cómodas. Vamos , en lo que este par tienen su propia conversación.
Mire a Yuri aún con miedo y este asintió y recalcó.
- Yo te cuido Steph.
La muerte me guío a unos metros donde había una piedra bajo un árbol muy bajo.La muerte tomo su lugar en la piedra y me señaló la tierra, yo tome lugar ahí.
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Breves notas de Yuri.
Enemigo natural.
Que es lo que hablarán? Cuando vendrá ese maldito violador homo? Será que estoy cayendo en un tono del que no puedo salir?
- Calla tu ruidosa mente niño.
- Yo no dije nada!
- No, lo piensas que es peor.
El castaño me miro con desconfianza y se apartó de mi un par de pasos.
Yo no estaba nada interesado en socializar con el o siquiera dirigirme a ese ladrón pero Kuri llegaría al alba seguramente y traería lo prometido, entonces regresaríamos a la India y sería el final de nosotros, le odiaba sin ninguna razón más que todas las que conocía, mi propia ambición y eso era suficiente.
- Disculpe, se que no le agrado pero ... Cuando volveremos? Quizás su hermano ya haya regresado y al no encontrarnos...
No le podía tolerar ni un poco así que le interrumpí.
- Kuri siempre sabe donde estoy, el me ama tanto- Hice hincapié en esto- Que siempre lo sabe, siempre lo sabrá, ahora cállate.
Este torció el gesto y se dejó caer en la tierra.
Yo le di la espalda y me mordí el dorso de la mano, me lo hubiera mordido hasta arrancármelo pero era una completa idiotez. Mi propio regalo hacia Kuri, un regalo que quería matar.
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Relato de Ikú
- Que hace un Leviatán de agua en una tierra árida cómo está?
Tú Leviatán estaba bebiendo del rio tal como lo hacen los Leviatanes.
- Quiero beber de este río.
- Tanto mar y a Leviatán se le antoja beber de este río insignificante?
- El agua de río es un hilo plateado de Dios.
- Dios? Has venido a hablar de el?
- Todos los espectros de muerte son así siempre?
- Así como?
- Así de inconformes?
- Cuando tu trabajo sea la muerte de seres inofensivo ya me dirás entonces que placer y confort encuentras en el.
- La muerte no es un trabajo que tenga que ser confortable o placentero, la muerte es una necesidad.
- De este lado del mundo, la muerte ha dejado de ser una necesidad para convertirse en un vicio maligno. Niños con las costillas contables me observan cada minuto, sonríen, me observan pensando que soy la única paz que calmara sus dolencias, pero eso es sólo un engaño, la muerte no calma nada, solo arranca de tajo tu presencia del mundo para que puedas estar en un plano diferente.
- Quizás para ellos eso sea un consuelo y tienen derecho a creerlo.
- Un Leviatán asegurando que los humanos tienen derechos? Confiesa ahora.
El Leviatán pego sus labios al agua y cerro los ojos, un Levitan cerrando sus ojos y con la guardia baja es algo raro de ver. Pero más lo es, un Leviatán hablando bien de los humanos, es su naturaleza tan cambiante la que hace que los amen y los odien con rapidez, todo en un mismo ciclo.
- Confiesa Levitán.
- No tengo que confesar nada, no importunes a un espectro en su paz.
- Jajajajaja y tú crees que tu puedes estar en paz? Un mar violento como tú en paz? Jajajaja seguro que no es fiable.
El Leviatán abrió los ojos y me sonrió.
- Por la luz más hermosa!- Lo que vi en sus ojos era ese destello de vida, vida humana y esencia de Leviatán unidas- No puede ser! Di que no es cierto.
- Encontré mi calma Ikú señor de la muerte.
- Pero... El maestro K.
- Kyrie no es lo importante, yo ya decidí y lo seguiré. De cualquier forma está hecho y mi corazón ya emite ese sonido tan irritante por el.
Yo podía escuchar sus latidos, en el agua se pueden sentir, la vibración es incansable.
- Leviatán, y ese latido es por un humano?
- Ese latido, está mirada y la sonrisa.
- Es lindo? Es educado? Es inteligente? Es poderoso? Cuéntame de el?
Una sonrisa diferente, el Leviatán mostró esa sonrisa que era una tarde de mar en calma, rodó la mirada y dijo.
- Es muy lindo, cabellos como rayos de sol cálido y tez nívea, ojos negros como estrellas apagadas y ni la misma Venus fue pensada para ser tan linda, contrastante pues tan lindo como torpe, ese niño es un manojo de emociones, educado? No podría decir que llegue al inglés promedio.
- Es inglés entonces?
- Un pequeño soldado inglés.
-Inteligente como los grandes ingleses entonces?
- Por Satanás no. No es inteligente como esos grandes ingleses de los que hablas, el es inteligente de otro modo.
- No hay otro modo de inteligencia, no seas charlatán.
- Claro que si, es inteligente cuando se trata de ser lindo, ingenuo y emocional.
- Bien, entonces es poderoso no es así? Seguro mueve masas con sus discursos, el don de la retórica es su fuerte y quizás por ello te atrapó, quizás usa esos dones supuestos de inteligencia para manipular a solicitud.
- Nada de eso señor de la muerte...Su retórica no es competitiva con una niña de escuela elemental que vende galletas, en si es torpe para elegir sus palabras, no podría lograr mucho con ello, al contrario es fácilmente manipulable y algunas veces su ingenuidad roza en la estupidez.
- Rico?
- No.
- Entonces? Cómo es que una criatura tan absurda como la que describes ha ganado lo que muchos poderosos sabios han peleado?
- Por que es esa simplicidad lo que me agrada, Stephan no es algo tan común como se mira, en este mundo lleno de humanos cónicos, todos están tan desesperados por sobresalir que se vuelven brillantemente vulgares pero ah! Ahí está la gran contradicción... Estrellas muy brillantes en el negro firmamento compitiendo unas con otras, uno queda deslumbrado con tanto brillo, pero ahí está la pequeña estrella del ocaso, sabes a lo que me refiero; que no compite en la noche oscura, no, ella brilla primero desde el ocaso y hasta el amanecer sin importar el brillo intenso de las otras estrellas, no teme e ese brillo, no teme a no resaltar y al final en el alba brilla! Al final brilla y brilla con tal intensidad como para ser llamada estrella, una luz que puede pasar desapercibida, que se puede tomar como inútil o sin sentido en la negra noche, de cero funcionalidad, es la que en el rojo ocaso y en el amanecer suelta su luz con tal violencia. Así es el. Así es mi pequeño, no inteligente, no hábil y torpe Stephan. Si el me sonríe deja salir toda esa luz, me ciega, si el llora o está preocupado apaga esa luz y me quedo a oscuras, si el duerme tranquilo eso es mi calma señor Ikú. Ese humano logro con la simpleza de un niño conectar su alma con el mar.
- Así que un humano tan simple que es extraordinario eh? Qué emoción, quiero conocerle!
- Y lo harás señor de la muerte, es por eso que he venido, necesito un favor.
- Ah?
Me sentí emocionado, intrigado y complacido. Un favor por un favor a un Leviatán era un favor por un favor. El rubio me miro sin comprender. Yo continúe.
- Leviatán fue a Sudamérica, su corazón está en su corazón y el dijo que tú sabías donde estaba su corazón, así que no era necesario que el lo dijera, Leviatán sorbió el agua y la escupió tres veces, la luna estaba alta luego de aquello; dijo que debías hacer tres paradas...
" Ve a ver a Kukulcan y besas sus aguas, dile a Elliot que se disculpe con su maestro Jasy Jatere y besa a Ayayema en la frente mientras le dices que le quieres.... Pero no más que a mí"
- El Leviatán dijo que cuando hayas cumplido esas tres paradas entonces verás la puerta.
- La puerta? Qué puerta?
- Ah eso no lo sé Stephan Joggar, yo pregunté lo mismo pero ese Leviatán se metió al río y se hizo uno con el, un momento bastante incómodo si me preguntas, aunque en esta desolación a mi nadie me pregunta nada, por que si un humano me pregunta quizás se moriría.
El rubio me miro espantado y yo le recorrí el cuerpo con la mirada, tal cual había dicho el Leviatán, y aunque era una pena enorme aquel capricho del maestro K. que terminó con su virilidad, sentí deseos de tocar su pequeño botón de flor, pasar mis dedos huesudos por aquella línea de su trasero, seguro tenía muslos muy suaves, la vida estaba tan impresa en el que tan solo su tímido aliento de vida me hizo estremecer, la pequeña estrella de un Leviatán ausente.
- Ni te imagines cosas- Interrumpió aquel príncipe - Steph ve y vigila a ese tonto!
El amo de la asamblea de Rusia sentía un auténtico odio hacia aquel italiano. El rubio sentía una especie de empatía en cambio.
- Señor de Mammon, el amor debería ser celebrado no odiado.
- Amor el que le profesaría yo, no un vulgar humano.
- Tu príncipe de Mammon le profesas amor y por eso lo has elegido para el, aunque le deseas tan consciente y el ama a otro y le desea tan inconsciente, que dilema eh?
- Cállate señor de los muertos, que puede saber alguien que tiene prohibido amar a cualquier especie.
- Que tú furia contra el amor no te ciegue señor de la avaricia, yo no tengo prohibido amar, he amado tanto que no creerás lo fuerte que es el amor en mi, más sin embargo no he podido ser amado de nuevo debido a mi naturaleza, pero no pierdo la esperanza de que alguna criatura vuelva a amarme como Silai.
-Ikú señor de muerte, enamorado de un ciervo.
- Silai fue mi único amigo y compañero. Pero tu no lo entiendes señor de Mammon, por que tú no has sido amado, cuando seas amado lo entenderás.
- Cállate.
- Descuida, lo serás, solo tienes que ser valiente y lo serás, y entonces entenderás. Por ahora es inútil lo que yo te diga, tu hermano está cerca será mejor que te prepares para recibirle...
- Que pretensioso señor de la muerte eres. De dónde sacaste esa ropa pretensiosa?
- El Leviatán me la ha obsequiado, es linda no?
- Es pretensiosa.
Aquellos viajeros se despidieron de mi, el espectro que estaba a punto de entregarse a su destino, ese que probaría el amor una sola vez y con eso sus labios se llenarían de miel, pero dejarían los de su par más próximo secos, el chico que se encargaría de hacer nueva miel para el y aquel rubio que estaba destinado a no tener paz pues deseaba a un imposible, deseaba luz en la oscuridad y la oscuridad siempre es oscuridad. Sentí ganas de decirle un secreto a aquel rubio, sentí ganas de contarle su breve historia en la tierra, pero por alguna razón, ese niño que ahora era propiedad del espectro más grande me recordaba a mi amado Silai, ajeno a su propio dolor y futuro, así que me calle y volví a mi piedra, mi cómoda piedra, pues la muerte en Somalia estaba siempre muy atareada.
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Regresamos casi al alba al bote, se miraba que Benedetto estaba fastidiado y aturdido, yo tenía un nudo en la garganta pues al fin sabía adónde dirigirme para encontrar a Sid y Yuri parecía molesto consigo mismo.
Nada más al entrar vimos a Kuri con los ojos cerrados como si durmiese, tendido en el enorme sofá de cuero de la estancia con un bulto con piernas blancas sobre su pecho, Benedetto reaccionó de inmediato y abrió los ojos de manera descomunal, Kuri abrió los ojos con pesadez y miro al castaño que se acercó temblando hacia el.
- Aramis?
Benedetto quito la sucia manta que cubría aquel bulto y una pequeña pelirroja de no más de tres años se dejó ver, estaba muy pequeña y delgada, sus pómulos se marcaban de sobremanera y llevaba un vestido de un verde metálico bastante feo.
Benedetto la tomo entre sus brazos como creyendo que era un engaño, como si cuando tocara a la niña está fuera desaparecer pero eso no sucedió.
La pequeña solo se removió en los brazos de su hermano y abrió de poco en poco los ojos.
- Beny.
- Aramis!
- Cumplido- Dijo Kuri que parecía agotado.
- Stephan, ayúdalos en lo que necesiten, el barco zarpará en un par de horas hacía la india, por ahora es todo.
Dijo Yuri e hizo un ademán de que nos retiramos con las manos.
- Si. Vamos Benedetto, seguro quieren hablar, vamos - Dije yo apresurando a los hermanos que recién se encontraban.
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Del libro de Kuri.
Sonríeme.
- Y esa carita?
- Kuri, lo sientes mucho verdad?
- Fue un viaje largo.
- Y tú con las alas quemadas.
- Suenas agrio Yuri.
- Estoy agrio, no sé por qué tenías que ayudar a ese humano idiota! Bien sabes que hacer una buena obra te resta pureza y aún así has hecho tal acto idiota.
- También sabes que codicio a Steph y haría cualquier cosa por tirármelo, sonríe Yuri, está vez me sacrifiqué por los dos, cuando Steph este en medio me lo agradecerás pero ya luego te tocará a ti.
- Idiota!
Las manos del más sensato levantaron al otro y lo condujeron hacia la bañera, el bote encendió su potente motor y se adentro en aquella peligrosa agua, uno fue desvestido por el otro, el que fue desvestido deseaba otra cosa que no era al que lo desvestía y el que desvestía deseaba al desvestido, con cuidado dentro de la bañera, agua fría, agua helada, sales aromáticas y unas alas chamuscadas apenas si de las puntas.
- Yuri...
- Que?
- Sonríeme.
Dijo en una orden.


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