Era tiempo de confesar.
- No! No! No!
Era tiempo de confesar la verdad.
- No! No! Di que no es verdad!
Era tiempo de confesar la verdad que había detestado desde que fui creado junto a mi hermano.
- No! No! Maldición no!
Kuri se abalanzo contra mi escritorio lleno de papeles, todo el orden que había impuesto a mi contabilidad se había marchado bajo sus poderosas manos.
- No!
Por un momento me alegré de su dolor, y es que yo se lo estaba provocando, no Steph, ni ese niño ladrón sino yo. Yo era por primera y única vez el dueño de su dolor.
- No! Yuri dime qué es una broma cruel.
Me quedé callado.
- Ya!- Dijo enfadado mi hermano- Ya, di que es una maldita broma! Yaaaaa!
Se fue contra mi a golpes pero no me defendí. Me tomó por las solapas de la camisa y me impactó contra la estantería, toda se hizo añicos.
- Te odio! Te odio Yuri, te odio!
Nuevamente arremetió y fuimos a destrozar mi escritorio.
-Te voy a acabar! Nooo!
La furia de Kuri era latente, era algo que yo ya me esperaba pero aunque la estaba disfrutando enormemente tenía que acabar con todo, ahora era un elegido. Solo un ataque más...Uno solo.
- No! No! Eres un....
Un mueble de madera tras otro, tras otro, sus ojos estaban hinchados en furia, Kuri...Yo... Yo...
- Basta- Dije serio y ocultando la mirada- Basta Kuri.
- No! No basta!
- Por favor- Suplique.
- Desde cuando lo sabías?
- Desde Roma.
- Por eso Inanna no me dejo pasar verdad?
Guarde silencio. Kuri me azotó de nuevo con toda su fuerza espectral contra la pared.
- Verdad?
- Si.
- Y por eso ella te apartó de los demás cierto?
De nuevo mi silencio y de nuevo su violencia.
- Si.
- Tu sabías y yo te pregunté y no me dijiste nada! Por que demonios? Por que? Por que? Quiero saberlo ahora!
No quería decir nada, no quería hablar, era un posición muy peligrosa la mía y yo era un cobarde. Maldita sea!
- Dímelo ahora maldito imbécil!
Mi silencio. Mi silencio, era todo lo que podía ofrecerle.
- Eres un cobarde Yuri, te odio! Te odio!- Sus feroces fauces me lo gritaron al rostro- Te odioooo!
No pude soportarlo más y lo arroje al otro extremo de la habitación con violencia, este impacto contra unas repisas de caoba que hicieron que sus cervicales se rompieran. Pude escucharle, pude sentir ese dolor ajeno.
- Tienes que entender Kuri, no era mi maldita decisión! Nunca nada lo ha sido!
A este le tomó un par de minutos reacomodarse y ponerse en pie.
- Te odio, vete, se príncipe y no me fastidies más, por que odio.
Dio media vuelta y salió de aquella habitación, todo esto era un desastre, tenía una semana para presentarme en la sede y convertirme en un abismo de obscuridad, tenia solo una maldita semana para ser obscuridad completa y no era momento de ponerme a pensar con franqueza y frialdad.
Saque mis alas y volé hasta la habitación de Kuri la cual tenía el cerrojo echado en la puerta.
- Shashka!
Saque mi espada y de un solo golpe hice la puerta añicos. Kuri sacaba toda su ropa y sus pertenencias.
- Que haces?- Pregunté.
- Me voy.
- A donde?
- A donde no te importa.
Mis puños se crisparon e intenté controlarme.
- Kuri basta, hablemos.
- No me interesa hablar contigo, sabes por que?
- Por que?
- Por que te odio! Te odio por que vas a irte y se que estás feliz, crees que no sé que esto es lo que deseabas con fervor, crees que no vi todos estos años tu apatía? Esa frialdad? Ay por Satanás! No soy rubio eh?
- Kuri...
- Seguro estás feliz, seguro estás muy feliz, ya vas a ser el demonio que siempre quisiste, estarás en el lugar perfecto para ti y serás feliz al fin.
- Kuri...
- No! Cállate! Te detesto y nunca más quiero ver o saber de ti así que por mi puedes joderte por el culo.
Este tomo aquel bolso de piel y cruzo junto a mi, no! No! Kuri yo quiero... No
- No!- Grite y sujete su muñeca mientras escuchaba sus huesos tronar- No!
El rostro de Kuri era hermoso y memorable.
- Kuri...Yo te amo... Yo quiero que seas mío, yo... Yo no puedo existir si no estás junto a mi.
Jalé de tal modo a mi hermano que lo metí en mis brazos e incline la cabeza un poco para besarlo con pasión, lujuria y amor.
Mi lengua se metía en su cavidad oral y se abría espacio a tropezones. Masajeaba la suya, saboreaba su aliento y reconocía cada pliegue de sus labios... Yuri quédate junto a mi... Grite a su mente.Al fin pude separarme de el, que me miro con desconcierto.
- Te amo- Dije oculta do la mirada- Amarte es lo que más me gusta, Kuri yo...
- Es... Es en serio?
Le mandé a volar contra un tocador de madera de roble el cual soporto bien el impacto. Volé hasta donde esté estaba, abrí sus piernas con brusquedad y me metí en ellas, hice que con sus brazos me rodeara y comencé a besarle como si fuera el fin de todo. Al principio sus labios estaban confundidos y no tenían idea de cómo responderme .
- Kuri quiero que seas mío siempre, tú me has marcado y no puedo existir si no estas- Grite- Kuri quédate junto a mi!
De un zarpazo le arranque la camisa.
- Yuri... yo...
- Detesto cuando hablas de Stephan, detesto a ese niño Benedetto, detesto a Sally y a todos los que te miran, te ambiciono Kuri, te quiero para mi y solo para mi.
Bese su pecho y mordí sus pezones, este me rechazo pero no me importo, mordí su cuello y este tiro de mis cabellos, mis colmillos se enterraron más a su carne dura hasta atravesarla.
- No, maldición!
Dijo mi hermano y yo baje mi beso hasta su pecho, bese mordisquee y lamí sus pezones, no eran de un rosado vivo sino de un blanco muerto pero para mi eran el cielo. Kuri me había robado el corazón desde que habíamos sido creados y me estaba costando mucho el cumplir mi deber.
Este intento pegarme con su pie en la espalda pero yo estaba ya muy caliente y me costaba controlarme, quería que fuera mío, quería amar a Kuri como el iba a amar a ese ladrón.
Le tome por las nalgas y le acerque a mi, su cara era una mueca de tristeza, yo estaba causándole tristeza a lo que más amaba. Me detuve en seco.
- Lo siento, lo siento en verdad Kuri no fue mi intención, yo estoy mal. Yo... Yo solo quería estar junto a ti...Yo quiero... Ser el.
Dejé caer mi cabeza rendida en el hueco entre su cuello fino y su clavícula de mármol.
- Eres un idiota Yuri.
Yo no me moví.
- Eres un idiota, como pudiste pensar eso?!
Sus palabras me daban terror, no quería escuchar su rechazo, no quería.
- Eres un idiota...Idiota... Como pudiste pensar que yo no te iba a amar?
De inmediato y mecánicamente levanté la cabeza.
- También te amo, claro que también te amo.
Su rostro era tan hermoso, con esa expresión de perdida total, como si fuera un ángel abandonando la esperanza.
- Es... Es en serio?
- Si. Eres lo que más amo. Por eso... Por eso te odio.
- Ah?!
- No pensaste acaso que siento pena por mi, todo este tiempo juntos y apenas dices que me amas pero también dices adiós. No quiero Yuri idiota!
- Perdón, tenía miedo.
- Ah? De?
- De que no me amaras... De que me detestaras y me dejaras solo.
- Yuri tonto. Acaso no he permanecido junto a ti?
Su mirada y la mía se encontraron de golpe.
- Acaso no estado a tu lado a pesar de saber tu hastío por la existencia? A pesar de que como espectros no tenemos el concepto carnal de hermano, yo sé que tú y yo somos uno, lo sé y lo siento en mi esencia, siempre he sabido que tú eres más poderoso que yo, y siempre supe que serías el elegido por nuestro padre, y todo eso lo he sabido desde siempre por que somos uno, somos el mismo en un envase igual. Yuri dime acaso no creías que sabría de tu amor?
- Pero... Yo me esforcé en no molestarte con ello.
- Quizás, pero tú siempre me defendiste de nuestro padre, aún a costa de lo que te pudiera pasar, en la asamblea siempre peleaste por que los demás me dieran mi lugar, y aunque nunca fue lo tuyo eso de disfrutar la existencia siempre lo hacías para complacerme, vinimos aquí por que yo quería, tú eres el rey de la apatía pero siempre lo hiciste por mi, siempre sonriendo falsamente por mi, de hecho aceptaste a Stephan por mi no es así?
Yo asentí con vergüenza.
- Se bien que te desespera su estupidez.
Baje la mirada avergonzado.
- Y se que detestado a Benedetto por mi.
Nada más de escuchar su nombre se me encendió la mirada.
- Como no voy a amarte... Yuri te amo, te amo y me duele no poder entregarte mi corazón que te pertenece, esas malditas leyes!
- No importa. Es tarde.
- Hace poco Steph me preguntó que sucedía entre nosotros sabes?
Yo le mire pero no pregunté lo obvio.
- Le dije que no había nada entre nosotros por que yo no era tu gusto, pero sabía que no era así, sabes que Stephan es muy transparente y desde que tú le confesaste que me amabas cada que nos veía el tonto pensaba cosas muy tristes aunque siempre creí que el exageraba, sabes que es muy sentimental. Deberías haber sentido tremendas tonterías que pensaba...
- Cosas súper cursis y melosas seguro...
- Si!
Ambos nos reímos del rubio. Eso era de esperarse. Las risas cesaron pronto y un silencio abismal y asqueroso se abrió paso.
- Perdón...- Dije intentando romper con este, pero otro le siguió.
Me aferre a él con fuerza y este se aferro a mi, sus piernas se cruzaron por mi cintura con fuerza atrapándome.
- Todo se ha terminado, lo siento Kuri.
- No... No puedo dejarte ir... Yuri, Yuri poséeme.
Mire a mi hermano con sorpresa, acaso había escuchado bien?
- Si, poséeme, ahora por favor.
- Pero... La ley de...
Este en un movimiento muy violento me aferro por los cabellos y me beso con tanta intensidad que de inmediato me prendió.
- Yuri idiota! Cógeme ya!
Yo al escuchar esto le aferre por las nalgas y comencé a besarlo, me comía sus labios con ansiedad brusca, trace un camino de besos hasta su pecho, lamí sus clavículas, bese sus hombros, chupe sus pezones, lamí su pecho de mármol. Baje por su vientre y desgarre su cinturón. Kuri se deshizo de mi camisa y ambos ya estábamos bien duros, las caricias se volvían arranques de lujuria, uno ambicionando al otro y viceversa.
Besos intensos, sus labios, sus duros labios mal intencionados me mordieron y yo correspondí la mordida. Dejó caer sus zapatos y yo me encargue de sus pantalones, nuestros torsos chocaron con violencia volviéndose uno, más cerca, más cerca, su cuerpo helado comenzó a soltar su esencia que tenía una maldad inferior a la mía que la hacia deliciosa, Kuri era simplemente exquisito.
Sin avisar o sin ningún tipo de contemplación se la metí, se la metí una y otra y otra vez. Se la metí hasta adentro, sus muecas de dolor eran hermosas, chocaba los dientes con intensidad, mi esencia le estaba quemando, le quemaba como el mismo infierno.
Pero era una necesidad de ambos encontrarnos de esta manera, inhalar la esencia del otro, Kuri jadeó de dolor, yo no podía darle más que eso, dolor, pues era todo lo que tenía y el lo sabía.
- No... Pares idiota!
Seguí embistiéndolo, una tras otra, besando, lamiendo y mordiendo. Las cosas se encendían conforme pasaba más tiempo embistiéndolo, sin darme cuenta mis alas se salieron de su lugar, la habitación de hizo más estrecha, Kuri jadeó al verlas y sus ojos no se apartaron.
- Eres ya un demonio Yuri...
- Lo se, todo ha llegado al final...
Un par de embestidas más y me deje caer sobre el.
- Yuri...
- Kuri no quiero dejarte, no quiero que el te tenga.
- Te refieres a ...
- Si! A ese maldito ladrón! Tu eres lo que más amo, no quiero esta maldita soledad Kuri, nunca la he querido. Tu eres lo único que mi corazón reconoce, tú eres su dueño legítimo, te lo has apropiado y aunque eso está mal no puedo hacer nada por ello. Así que perdón pero tengo detestarle, tengo que odiar a ese ladrón Kuri por que te quiero para mi, te ambiciono tanto, no puedo compartirte con nadie más! Yo... Yo no puedo existir sin ti...
Levanté el rostro y de nuevo esa colisión de miradas, Kuri era una obra de arte que mis ojos a veces no soportaban así que tuve que apartarme y darle la espalda.
- Perdón Kuri, pero yo quiero ser ese humano imbécil! Yo quiero ser el!
Escuche como Kuri se bajó de aquel mueble y camino hacia la cama.
- Yuri, estoy mal yo también.
Voltee a verle y este estaba sentado con las piernas abiertas y los hombros relajados.
- Me da miedo tu prisa por decir adiós, el tono en que lo dices, es como si tú te estuvieras despidiendo rápidamente, como si fuera a ser por siempre, y eso me aterra, Yuri me da miedo que pienses eso, yo mismo siento miedo de que se que no puedo existir sin ti, me cuesta aceptar que sucederá, yo...
- Kuri.
Este levantó la mano en señal de que lo dejase terminar así que guarde silencio.
- Esto esta mal, muy mal, no puedo negarlo, todo esto es un desastre, yo puedo desaparecer si tú no estás.
- Jamás! Jamás lo permitirme! Me escuchaste? Nunca!- Grite furioso.
- Ah no? Pero tú sí te puedes ir?
- Kuri...- Dije más calmado.
- Siento pena por mi mismo Yuri, siento pena por que apenas te tengo a mi lado después de todos estos siglos estando juntos; apenas te tengo a mi lado y ya no tengo tiempo, tú dices adiós y yo me quedo hundido en la miseria.
- Perdón Kuri...
- Yo... Yo...
Su voz había cambiado, los espectros como Kuri y yo no podíamos llorar, no éramos capaces de tal cosa pero su voz había cambiado, su voz era una súplica de tristezas acumuladas, realmente se estaba hundiendo la situación.
Tuve que obligarme a ver y mi hermano gemelo extendió su mano hacia mi.
- Yuri...
Tome su mano y este se tendió en la cama, yo me tendí sobre el.
- Yuri...- Dijo con esa voz quebrada- Yuri, yo quiero que estés junto a mi, quédate junto a mi por favor!
Comencé a embestirle nuevamente y este solo repetía.
- Yuri, quédate junto a mi por siempre.
Le aferre por la nuca y por el muslo, este me aferro con su pierna por la cintura y con sus manos por la espalda, las embestidas eran cada vez más fuertes y yo sentía a mi esencia vibrar.
- Yuri, yo no puedo quedarme solo, sin ti, quédate junto a mi.
Bese a Kuri que me aferraba con fuerza pero tenía la mirada perdida. Maldición! Maldición! Me amaba y tenía que dejarle. Mi esencia se encendió más y más hasta que no quedo más y mis cuernos emergieron. Mis enormes y retorcido cuernos eran enormes, mis alas se agitaron y las plumas ennegrecieron. Las garras de mis pies se aferraron a la cama y mientras comenzaba a darle con todo mi poder a mi gemelo le susurre al oído.
- Tienes que entender Kuri, yo no lo decidí...
- Quedarte, quédate por favor, yo no puedo...- Susurraba el.
Sus gestos me hacían desearle más, mi esencia crecía en su interior y estaba siendo liberada para arrasar con todo dentro, estaba muy duro y el se deshacía entre mis brazos.
Le embestía con tanta fuerza y con tanta codicia que apenas si note que mi esencia se lo estaba tragando, me lo estaba tragando literal, maldición, Kuri estaba sufriendo un dolor terrible, estaba ardiendo, se quemaba y no decía nada?! Por que no decía nada?
- Kuri?!
Tuve que parar mis embestidas pero de inmediato el se aferro a mi con sus dos piernas, con sus brazos e incluso uñas y dientes, entonces grito con fuerza.
- No, no! Quiero que estés siempre junto a mi Yuri idiota!
Comprendí que si yo hacía mío a Kuri físicamente el se daba por vencido, demasiados sentimientos para una sola partícula, estaba feliz, Kuri me amaba, me amaba al punto de dejarse vencer y todo para complacerme, sin duda a la persona que Kuri le entregará su corazón sería muy afortunada... Una pena que no pudiera ser yo.
Acaricie sus cabellos y salí de su interior con cuidado.
- Que.... Por que?- Dijo este con el rostro descompuesto.
- Kuri, soy inmensamente feliz.
- Ah?!
- Kuri yo no voy a permitir que desaparezcas, tú eres lo único bueno que yo tengo aquí, quiero que existas y seas muy feliz, solo de esa forma podré hacerlo, cuando esté en esa oscuridad recordaré tu dulce rostro en este momento y sabré que aún existes; entonces no me sentirle solo, ni triste, ambicionare volverte a ver y eso será suficiente para seguir...
Sus ojos eran un par de zafiros enganchados a mi corazón en esa expresión de abandono.
- Yuri...
- Kuri, yo quiero ser el... Quiero que me dejes estar en su lugar, aunque sea por el resto de esta semana... Puedes?
Kuri me jalo hacía el para plantarme un beso de verdadero amor.
- Si- Dijo en voz baja.
- Yo quiero estar en su lugar- Le susurre al oído.
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Habíamos pasado una semana en el hospital debido a que Samael quería hacerle pruebas a Sally para determinar que tanto le afectaba el retraso que presentaba. Sally era muy dulce, aunque no fue fácil que aceptase quedarse en el hospital así nada más. Tuve que quedarme con el día y noche, así que hasta la siguiente semana pude ir a mi casa, intenté ir solo pero no pude al ver a Sally llorando en el piso mientras los gemelos lo contenían, recordé que en la India se había escapado del palacio de Shiva por que yo me había marchado así que me arriesgue y lo lleve conmigo a casa.
- Así que es hermano de Layla?
- Ah si mamá, lo que sucede es que Layla tiene un perro muy agresivo y no puede quedarse con el...
- Un perro?
Yo era pésimo mintiendo, pero no se me había ocurrido nada más creativo.
- Si un perro enorme y como verás Sally es bueno... Especial, y la mamá de Layla nunca está, entonces el perro... Y Layla no puede tampoco, si Sally y el perro... bueno... Dime crees que podamos alojarlo unos días?
Mi mamá me miro con ese gesto de que no me creía nada pero haría como que si.
- Claro que si! Además es muy lindo, me recuerda a ti!
- Ah? Claro que no.
- Si, mira tiene los ojos de tu padre.
Mire a Sally y este sonrió.
- Vamos a comer algo, dime Sally tienes hambre?
Sally se adapto bien a mi casa, y pronto se ganó el corazón de mi mamá que por alguna razón enfocó todo ese instinto maternal que le había quedado rezagado, en el.
Yo estaba ansioso por saber cuándo partíamos a buscar a Sid de nuevo, además teníamos que llevar a Sally con la hermana de Layla a no sé dónde, así que regresé a trabajar esa misma semana, aún a pesar de que Layla que era la que ahora estaba a cargo de Moonlihgt me ordeno tomarme una semana de vacaciones, aún así fui. En Moonlihgt, las cosas seguían exactamente iguales, era tan raro saber que del otro lado del mundo habían sucedido tantas cosas y todas las personas en Londres ignoraban eso. Supongo así trabajaba el mundo, mientras que aquí no pasaba nada, seguro pasaban más cosas en el mundo que incluso en este momento yo estaba ignorando.
Caminaba rumbo al trabajo pensando en todo eso, pensaba en Sid y en mi, también en Sally, que sucedería si Sally no se adaptaba a vivir con la hermana de Layla? Y si ella era como Layla y no gustaba de el? Qué tal si... Al suelo fui a dar por distraído.
- Ouch!!! Duele!
- Debería fija... Nene ? Eres tú!
Abrí los ojos, un caballo? Subí la mirada y vi ese cabello negro recogido por un listón azul a la nuca, uniforme de policía y ese mar contenido en sus ojos. Este bajo de un salto y se paró frente a mi.
- Oficial June?
- Pero amor, dime June nada más.
- June...
Este me ayudó a levantarme .
- Estás bien? No te hiciste daño?
- Si, no se preocupe, estoy bien.
- Que bueno! Tiene mucho que regresaste?
- Awww, si bueno no... Pero como es que sabe...
-Bueno, pase por tu lugar un par de veces, le pregunté a tu madre por ti, me dijo estabas de viaje de trabajo en Japón.
- Si... Bueno...
- Bien nene no quiero perder más tiempo.
El oficial June me tomo por la barbilla y pasó su brazo por mi cintura.
- Ofi...Oficial ...
- Te voy a ser completamente honesto lindura, quiero salir contigo.
- Ah?!- Dije no entendiendo aquello.
- Hoy, paso por ti. A qué hora sales de Moonlihgt?
- Pero... Oficial.
- Escúchame lindura, no voy a aceptar un no. Voy muy en serio contigo.
- Pero...
En serio? Ir en serio? Que quería decir con eso? Pensé.
- Así que dime, a qué hora?
- Pero...
- A que hora lindura?
- Es que...
- Escúchame bien Steph, no voy a aceptar un no, dame solo una cita y ya.
- Es...Está bien oficial, una salida de amigos a nadie le quita nada... Además hoy es viernes...
- Bien dicho! - Dijo besando mi frente- Paso por ti a las...?
- A las seis está bien.
- Bien, te veo en la puerta principal de Moonlihgt.
- Eh... Si!
El dio media vuelta y trepó a su caballo y yo recordé la última vez que el me había dejado en Moonlihgt.
- Oficial June?
- Si lindura?
- Por favor, sin caballos esta vez de acuerdo?
Esa sonrisa, esa sonrisa me desarmo.
- Claro que si, de acuerdo!
Amor Yaoi
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