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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Próximo capitulo: Steph se recupera del incidente con Nefy pero tiene un apuro y ese es volver a la Patagonia cuanto antes!


Del libro de Elliot.
El cuento de la bruja de las nieves.
La maldita Nun se había llevado a Steph y a Sally! Estaba furioso, furioso por completo y en una total desventaja, no solo por que ya era un líder de asamblea primera sino por que era un maldito Leviatán el que se había llevado a Steph, un Leviatán! Sid iba a tener que hacer más que rentarme películas hard porn diez años para pagarme el que yo fuese a enfrentar a un Leviatán para salvar el trasero de su amorcito. Pero yo no era el único que estaba así desde que Ayayema había venido a la cabaña a ese paso tan lento y característico de el, a darnos la noticia. Layla por su parte estaba furiosa, sabía que si la noticia de que su hermano no había llegado a manos de Laim sino que había sido raptado por un Leviatán llegaba al Lilim y a oídos de Lilith ella pagaría las consecuencias. En tanto Kuri también no podía mostrar más preocupación por el rubio, tanta que su chico se sentía tan incómodo como era posible y ni que decir de mi Kanon, en cuanto la noticia llegó a la asamblea el se dispuso a salir en su búsqueda pero era muy peligroso aquello y tuve que detenerlo.
- Maldición, maldición! Se lo dije a mi madre y a Samael pero no quisieron escuchar!
- Calma Lilu- Dijo la hermosa Laim que había sido informada al llegar en compañía de Layla- Ahora nada se puede hacer.
- Como está Kanon?- Pregunto Kuri.
- La noticia lo tiene perturbado, tuve que chantajearle para que se durmiera, no lo culpo, yo estoy igual de tenso, necesito una buena cogida!
- Y que vamos a hacer Elliot?
Yo me senté en el sillón mullido, sabía que no tenía otra alternativa más que ir a su guarida a intentar rescatar al rubio y al moreno.
- Tengo que ir- Dije con decisión.
Aferre mis manos a los reposa brazos y estos crujieron bajo mi poder.
- Elliot!
- No puedo dejar a Steph a su suerte, el no va a resistir y además Sally...
- Yo iré contigo!- Dijo Layla con mi misma decisión.
- No!
- No puedes impedírmelo Totschläger! El retrasado mental es mi medio hermano y soy responsable por el, además si esa Nefy tocó a Steph te juro que ....
- Calma Lilu!- Retomo su hermana Laim- Tengo una sugerencia que quizás no te va a agradar mucho pero es una gran idea y quizás la única posibilidad.
- Ah?
Todos escuchamos atentos la idea de Lailm, era cierto que seguro traería problemas a Layla pero ella acepto y a partir de esa idea comenzamos a trazar un plan para rescatar a ambos de las garras del Leviatán del Norte.
La noche siguiente partimos hacia nuestros diferentes destinos, Laim, Kanon y Benedetto se quedaron en la Patagonia, ella no podía dejar su territorio​, yo no quería bajo ninguna circunstancia que Kanon se viera frente a frente con el Leviatán, ya había sufrido mucho en Paraguay bajo las garras de mi maestro y no quería volver a ponerlo en un peligro igual o peor, este protestó pero le prohibí tajantemente hacerlo, su rostro fue de desilusión, ambos sabíamos además que el no era lo suficientemente fuerte como para venir a una misión tan peligrosa además alguien debía quedarse con el humano y Ayayema.
" Tienes que regresar, sin importar que, prométemelo" Suplico mi amado oriental.
- Kanon.
"Promételo!" Exigió.
- Kanon, que amor tan orgulloso es el tuyo, claro que lo prometo, regresare, siempre lo hago eh?
A mi no me gustaba prometerle cosas sin sentido pero esta vez tendría que hacer una excepción.
Marchamos los tres de regreso a Inglaterra, tardamos sólo una noche en llegar, Samael nos recibió contrariado así que de inmediato le explicamos lo que había sucedido. Aún con la fatiga de tener que volar y esquivar los rayos del enemigo, los hijos de Lilith emprendieron la marcha hasta el Lilim.
Kuri fue directo a casa de Steph para buscar las llaves del portal y poder regresar de inmediato a la Patagonia junto a su humano.
- Elliot las tengo!
- Fue difícil?
- Si, la mamá de Steph las había guardado en su habitación junto con unas cosas de cuando el era bebé, era un niño adorable no lo crees?
Dijo sacando una foto de Steph mientras su mamá lo bañaba en una cubeta de madera, parecía una niña desde pequeño.
- Si muy mono!
Este guardó la foto del rubio y se despidió, él cuidaría de Theobald hasta que Samael regresara y luego volvería a la Patagonia, ya que estábamos muy vulnerables cuando nos encontrábamos separados.
Yo saque mis alas enormes y negras, y me lance entre los rayos del enemigo que me indicaban que no era bienvenido en las alturas y que habían nublado a Londres. Volé hacia el lugar que era el refugio del Leviatán del Norte, los ancestrales y fríos témpanos de hielo en Groenlandia.
Al llegar a Tasermiut Fjord de inmediato me reuní con Layla.
- Layla, han logrado el cometido?
La amargura de su rostro me dijo que si, pero ella aún para confirmar aquello asintió.
- Tu?
- Si.
- Samael ha regresado para cuidar de Theobald, espero no te importe.
- En absoluto, incluso entendería que tú misma quisieras irte, esta quizás sea una batalla que no podamos ganar.
- Elliot, sabes bien que yo amo a Stephan y no le voy a dejar con ese bruja de Nefy, además de que después de todo, ese bobo de Sally es mi hermano y la única que puede hacerlo sufrir soy yo.
Sonreí ante aquel comentario, era una forma rara de expresar preocupación por su hermano, pero así era ella.
- Vamos!
- Si!
Caminamos a paso humano a través de los fríos fiordos de Groenlandia hasta donde comenzaban los campos de hielo, ese lugar donde todo perdía su color natural y adquiría el blanco, ahí estaba ella, descalza, con ese traje tan de los noventa, un traje sastre que mostraba la buena figura que tenía.
- Señora Nun es un placer.
- Maestro Nannar, tiempo de no verle, señorita Lilu, un placer.
- Señora Nun, por favor podemos evitar esto y bien lo sabe, entréguenos a los humanos y nosotros daremos media vuelta enseguida sin molestar más.
- Maestro Nannar me temo que esa no es decisión mía sino de mi maestro Ran.
- Esa Nefy! Qué se cree? Acaso ella sabe a quien raptó?
- Si, claro que sí! Stephan Joggar el juguete del maestro K. No es así?
- Si y también a Sally! Hijo de Lilith!
- Ah? Hijo de Lilith? El pequeño con retraso mental?
- Ese mismo y vengo a exigir lo devuelvan!
- Ah, eso no lo sabíamos señorita Lilu, aunque es algo interesante, no lo dudo.
- Señora Nun por favor, denos a Stephan, no tiene sentido luchar.
- Más aún así... Me temo que pasará maestro Nannar.
- Déjamela a mi Elliot, ve por mi rubio y mi hermano.
- Layla...
Mire a Layla que adoptó una posición defensiva, llevaba puesto el traje de las Lilims de mayor rango.
-Vete... Ahora!
Grito al y tiempo que desplegaba sus enormes alas y se dejaba ir contra la Nun.
- Si!- Dije apresurandome a volar más allá de la entrada de los campos.
- No pasará maestro Nannar!
Dijo la señora Nun y se lanzó contra mi pero Layla la interceptor en una barrida muy sucia.
- Ahora verás el poder de una hija de Lilith espectro de cuarta!
Yo pronto las deje atrás, seguí a mi máxima velocidad y llegue al lugar indicado en fracciones de segundo.
El sitio era hermoso y desolador, por entrada tenía un enorme glaciar, lo recorrí a pie, no quería seguir volando y menos en el refugio de un Leviatán, así que seguí mi instinto natural e intenté llegar a la cámara principal pero parecía estar siendo guiado por alguien más que yo mismo.
Guardé todo mi poder dentro de mi, puse bajo llave mis pensamientos y mi corazón y deje que se me guiará hasta un enorme cubo de hielo, parecía que adquiría más voluminosidad conforme pasaba el tiempo pues las capas que tenía este no era aún muy gruesas y pude notar que bajo estás había una especie de madera o metal.
- Bien- Dije en voz baja y me preparé para destruirlo.
Yo era Nannar dios de la luna de Mesopotamia, y mostraría mi fuerza a quien quisiera vérselas conmigo.
Dejé salir todo mi poder de nuevo y mis alas se alzaron, todo era tan excitante y nuevo, enfile mi puño contra aquel cubo y me lancé sin dudar.
- Waaaaaaaa!
Mi puño impacto contra el cubo de hielo y la energía de inmediato se disperso por este, me tomé un momento para mirar que sucedía, pero no sucedió nada... Lógico el maestro estaba en casa.
- Más que eso Nannar, el amo está presente.
La voz, era la voz de aquel Leviatán. Me gire despacio y la vi, estaba en los huesos, ojeras, rizos de ébano y ojos lilas.
- Maestro Nefy.
- Vamos, solo Nefy, ahora dime Nannar, que haces en mis dominios?
- Vine por lo que robaste mío.
Ella sonrió y dos colmillos blancos y perfectos relucieron bajo sus labios.
- Nannar, Nannar. Cómo está tu novio el japonés?
- Mejor que nunca no puedo decir lo mismo de tu Nun, que en ese momento esta presentándose frente a una hija de la primera mujer.
- Ah que bien, me alegra de que Nun se divierta y practique.
- Nefy acaso no te importa que Lilu acabe con ella?
- Debería de importarme? Si Nun no puede defenderse por sí misma entonces no es más que una carga, una debilidad! Aunque bueno, seguro bien sabes lo que digo eh?
Sus palabras me causaron ira y dejé caer mi puño contra el suelo de hielo.
- Dame a los humanos! Ahora!
Una grieta enorme se abrió desde donde mi puño de había estampado hasta sus pies de mármol.
- Interesante Nannar, aunque ese golpe poderoso no destruirá mi caja de hielo, ya que está formada por mi poder, mi propio poder. Peeero.... Si lo que deseas está ahí dentro puedes llevártelo, en verdad esperaba algo sensacional y fue muy decepcionante.
Esta se acerco a mi lugar y yo me tense, su poder era algo asombroso.
- Yo hablé con el Leviatán de la Antártida, solo quería conocer al nuevo dueño, sabes que el anterior era un peligro Nannar, yo no quiero tener que suceder ni quiero pelear, este niño podría ser la razón de una guerra entre Leviatanes, quizás un pretexto perfecto para que el mismo K pelee y yo no deseo eso.
Me pasó de frente y yo la seguí con la mirada. Se paró frente a una capa de hielo irregular, me miro y me dijo:
- La sorpresa es que no tiene nada de espectacular o especial, es lo más vulgar que un humano puede ser.
La mire y acercó sus labios al hielo y susurró.
- Cualquier deseo por existir te mantendrá vivo.
De inmediato un rectángulo se iluminó, un pedazo de hielo cedió, era una puerta que la niña había abierto.
- Intenté ser gentil con el humano.
Esta se retiró a paso lento, yo mire hasta que desapareció por una de las grutas blancas, tenía esa manía como K. de dejar sonar aquella caja de música, era muy molesto.
De inmediato mire aquella puerta, podía ser una trampa pero no tenía de otra, se miraba oscura y apenas si se escuchaba un ruidito. Ella podía contenerme dentro de la caja quizás, su poder era suficiente para eso y más; pero yo jamás abandonaría a Steph, así que entré.
La oscuridad no era ningún problema para los ojos que de inmediato localizaron de donde venía el ruido, una pequeña construcción de madera muy mal hecha, de ahí venía un resplandor amarillento y aquel ruido, me di prisa y note que la puerta solo tenía una cadena la cual rompí con extrema facilidad, para ingresar al lugar y quedar completamente sorprendido.
En aquel espacio el cual era muy reducido solo había un televisor de pilas, viejo no era gran cosa y frente a él, en una silla, solo en ropa interior y atado de manos y pies estaba el rubio, pero lo que me impactaba en verdad era su rostro, de su boca escurrían gruesos hilos de baba y sus ojos negros estaban fijos en la pantalla, no parpadeaban ni apartaba la vista, incluso cuando me acerque a tocarle este siguió mirando el televisor que solo transmitía aquella interferencia.
- Steph! Steph! Estas bien? Tranquilo ya mismo te saco de aquí.
Tome sus ataduras y como si fueran de papel las rompí, la habitación estaba a buena temperatura así que intenté apartar su vista de la pantalla pero era imposible sus ojos se movían hacía ella.
- Steph! Steph reacciona! Soy yo Elliot! Vamos!
La televisión seguía encendida así que deje al rubio en la silla y tome el televisor, de un azoton lo hice mil pedazos.
- Maldita cosa del infierno!
Dije al tiempo que terminaba de hacerlo trizas.
- Ahhhhh!- Se quejó el rubio y se agarro con ambas manos la cabeza- Noooo! Duele mucho!
- Steph!
Corrí a su lado y este se revolcaba en la silla, luego se dejó caer al piso.
- Tranquilo! Estoy aquí!
- Elliot duele! Duele! Duele mucho!- Decía pegándose con los puños en la cabeza.
- Ya! Ya!- Lo sujete fuerte entre mis brazos para evitar se hiciera daño- Tranquilo, estoy contigo.
Estaba furioso, le habían hecho daño y eso no lo iba a permitir, me costó mucho poder calmarle, nada más le soltaba las muñecas o aflojaba mi agarre y este volvía a hacerse daño y revolcarse de dolor.
- Steph vamos, necesito que seas fuerte, necesito llevarte!
- No! Me duele mucho Elliot haz que pare! Haz que pare!
- Maldición!
Le tome de las muñecas para intentar alzarme con el pero apenas si pude un metro o menos pues este se revolcaba del dolor, salí atropelladamente de aquel sitio y busque la salida principal, no podía luchar con ese maldito Leviatán! Ya que si soltaba a Steph este se daría de golpes. Que le había hecho esa odiosa de Nefy?
Al fin ella me dejo ingresar a su sitio, una espaciosa caverna hecha de hielo cristalizado como antesala que daba lugar a aquel sitio, una bóveda que terminaba abierta hacia la oscuridad del último punto de la tierra.
- Veo que ya lo encontraste Nannar, ahora puedes agradecerme y marcharte.
- Que le has hecho Nefy?
- Yo?
Dijo ella con cinismo mientras yo colocaba a Steph en el suelo con la mayor delicadeza posible y le sujetaba entre mis brazos de nuevo.
- Aaaahhh!- Se quejaba este.
- Nada! Nada! Solo lo trate con cortesía.
- Que le hiciste?!- Dije enfadado.
- Ahora te enfadas? No entiendo , lo único que hice fue ser hospitalaria, en su mente leí que le gustaba ver el televisor así que lo puse a ver televisión hasta que llegaras.
- Ah?!
- Si bueno, esas cosas vulgares son del gusto de los humanos no?
- Nefy...
- Solo que debido a la polaridad magnética que existe aquí tuve que hacer unos ajustes en sus impulsos nerviosos ya que si no solo vería la interferencia y como no quería ser molestado por el hice unos arreglos en las partes de su cerebro que controlan los movimientos de los ojos para que no los cerrará para nada, así no se aburriría y no molestaría.
- Lo has jodido, bruja!
- Espectro, una bruja es otra cosa.
- Aaaahhh Elliot!- Se quejó Steph, yo lo sujete con más fuerza.
- Tranquilo Steph aquí estoy y yo te voy a defender.
- Bueno, bueno ya que no eres educado vete.
- Y Sally? Qué le has hecho? Quiero a Sally ya mismo!
Ella se sentó en un bloque grueso de hielo y dijo.
- No, lo siento Nannar pero a ese me lo voy a quedar.
- Claro que no! Exijo que me des a Sally ya mismo.
- Vaya Nannar no seas prepotente, recuerda con quién estás hablando.
- Lo se Nefy, y tú también no debes olvidarlo, y tampoco debes olvidar a quien acabas de hacerle daño, Sid no te lo perdonara.
- Yo no le hice nada a nadie, fui cortes solo eso!
- Ahora Nefy, dame a Sally y me iré, de otra forma ...
- De otra forma que? Vas a pelear contra mi? Vas a soltarle y pelear contra mi? Qué aburrido.
Le mire con desprecio, luego mire a Steph, estaba sufriendo mucho.
- Además aunque te lo diera, el retardado es mi artículo de colección, y nada podrás hacer.
- Ah?
- Acaso no lo ves?
Ella señaló el pedazo de hielo sobre el que estaba sentada, ahí, congelado con un gesto de sorprendido estaba Sally, maldición!
- Descuida no morirá, soportara y se quedará ahí hasta la eternidad.
- Nefy!
- Que?! Sabes Nannar, estoy comenzando a molestarme, vienes a perturbar mis dominios, a exigir y a argumentar señalando con tu dedo a un culpable pero no es acaso el Leviatán de la Antártida el culpable! Él le ha dejado solo! Él le dejo a su suerte sabiendo lo inútil, llorón y débil que era este niño, si! Él lo dejo! Quien podría hacer tal tontería, lo más lógico era pensar en que Kirye iría tras el, que yo o que nuestro hermano mayor viniera en su búsqueda... Ese Leviatán estúpido mando al cordero a la boca del lobo, el mundo es demasiado peligroso para alguien como el.
Yo mire a Steph que seguía luchando para zafarse de mi agarre, Steph... Baje la cabeza, quizás tenía razón Nefy, era demasiado para el, Steph ya había sufrido mucho cuando quedó atrapado en su propia mente, recordar aquello me hizo pedazos el corazón, recordar el verlo postrado en esa cama sin moverse, la cara de Kanon de preocupación, luego de eso vino el maestro K. Él le quito su masculinidad, le arrebató la oportunidad de tener hijos, le aplastó la confianza y ahora el rubio detestaba mirarse desnudo, le rompía el corazón el saber que " No estaba completo", lo de Layla en Francia lo remato, su sonrisa apenas era un esbozo de por que había quedado de hace tiempo atrás, finalmente esto.
- Perdón Steph- Dije y le tome las muñecas coma firmeza y decisión.
Sus ojos negros, ojerosos e hinchados de tanto llorar me miraron, Steph suplicaba por paz y yo sé la daría. Sin aviso estrelle mi cabeza contra la de el y este cayó noqueado al suelo, una herida abierta dejó caer unas gotas de sangre en el piso helado, al lado de su cuerpo. Me quite la camisa y la pashmina y lo puse sobre ellas, estaba helado, acaricie sus cabellos y le bese la frente.
- Perdón.
Luego de eso caminé hacia donde estaba Nefy y me puse en guardia.
- Si vamos a pelear, hagamos que valga la pena Nefy.
Ella pintó una sonrisa de lado y repuso.
- Estás seguro de que deseas pelear Nannar? Tú, qué tanto lo detestas pero fuiste creado para ello?
- Nefy, nunca me gustó pelear pero se que lo haré si debo.
- Pues no debes Nannar, ya te di al premio de Sid, que más da el otro tonto.
- Lo siento pero no puedo permitir algo así. Steph podría torturarme con alabanzas si dejo que te quedes con Sally.
- Entonces peleemos Nannar.
Ella tomo una postura de ataque y yo asentí, sabía que pelear con un Leviatán era casi un suicidio, pero aún había una pequeña posibilidad de ganarle.
Pequeña, pequeña posibilidad. Pequeña.
______________________________
Del Libro de Layla.
Espectro VS Espectro
Esa Nun no rival para mi, pero algo si podía admitir era que a pesar de la diferencia de pureza en nuestra esencia, ella estaba dispuesta a todo por su maestro, no tenía miedo de desaparecer o ser aniquilada por mi, no! Esa mujer no tenía miedo a nada y eso le permitía combatir con todas sus fuerzas, en cambio yo, tenía demasiados miedos, mis preocupaciones por el rubio eran unas de tantas, al igual que no convertirme en un monstro o peor aún perder todo y a todos, dejar a Samael solo, todo apuntaba a un blanco fácil en mi espalda, sin importar los vientos o miles de años que yo tuviera; esa parte de mi humanidad estaba muy dentro de mi.
Ella saltó y yo hice lo mismo, colisionamos en el aire con tal fuerza que el ruido que se produjo fue estridente, tanto así como para hacer temblar el hielo bajo nosotras.
Nuestras manos entrelazadas hacían crujir los huesos.
- Una hija de Lilith fuerte y altiva, justo como me gustan.
- Lo mismo digo Noon!
Ambas nos separamos rápidamente y ella se lanzó a mi con esas garras afiladas, yo le propine una patada que la mando a volar pero ella supo controlar su velocidad y giro para patearme el pecho.
- Nunca en el rostro de una bella Lilim.
- Se agradece- Dije yo lanzando mis puños furiosos contra su cuerpo- Lo mismo digo.
La pelea estaba muy reñida hasta que noté como el suelo temblaba, Elliot? Pensé, entonces ella se distrajo un momento, seguro Nefy también era el culpable, yo le propine un puñetazo y la mandé a volar. Luego de eso me fui contra ella pero en ese instante me di cuenta de que estaba sucediendo, al estar distraída ella pudo devolverme el golpe mandándome a volar contra una enorme formación de hielo pero no me importó mucho, estaba escuchando aquel coro, aquella canción que yo conocía bien, estaba aterrada y perdida en mi mente.
La Nun se dio cuenta muy tarde, las voces ya eran muy claras.
" No estás sola, lo sabes, no estoy solo, lo sé"
El blanco páramo desolado de Groenlandia temblaba bajo las plantas de mis hermanas. Su cielo negruzco se tornaba en miles de figuras de ángeles que volaban. Al fin habían llegado.
" No estoy sola, lo sé, no estas sola lo sabes"
Una mancha enorme que comenzaba a tomar forma, un ejército de Lilims marchaba con singular disciplina por los paramos, traían su ropaje de gala, una armadura de plata, escudos del mismo material con el escudo de mi madre, el árbol y la serpiente, al frente las pequeñas Lilims que marchaban a un paso más apresurado cantando con sus pequeñas voces afinadas, coros angelicales, encabezando la primera fila estaba Lotta cantando a todo pulmón, tras de ellas las adolecentes con sus alas extendidas, altivas, orgullosas, y conforme se enfilaban las de atrás el rango de edad aumentaba.
- Lilims?- Dijo la Nun con sobresalto- Maldición! Sabía que el tontito tenía algo especial.
- Te había dicho que es un hijo de Lilith- Dije yo poniéndome en pie y ella escapando del sitio a su máxima velocidad.
La marcha del ejército de Lilims avanzaba no solo por tierra sino por aire también, las más experimentadas volaban sobre aquellos témpanos en formaciones en v y v invertida a una distancia prudente, donde los enemigos de la oscuridad no se sintiesen invadidos.
Mis hermanas menores pasaron de largo a mi lado y tuve que esperar hasta reincorporarme a donde a mi me tocaba, que era uno de los sitios más alejados del inicio.
Marchamos cantando aquella vieja tonada, una tonada que nuestra madre nos había enseñado mostrando que las hijas de Lilith jamás estarían solas ni mucho menos desunidas, todas éramos una misma.
" No estás sola, lo sabes, la oscuridad no es para siempre, no estás sola. No estoy sola, lo sé, cómo sea, donde sea y aunque estemos separadas pero seguimos juntas, no estoy sola, al final estamos juntas, hija de Lilith, no estás sola."
___________________________________________________________________________________________

Del libro de Elliot.
El hada de negro.
Ninguno de los dos se había movido, estábamos analizando uno al otro, sabía que Layla podía acabar con la Nun, y que aunque la Nun era un espectro, su pureza era menor a la de Layla, Layla era vieja y mañosa y su fuerza radicaba en que era descendiente de Baal Adramelek, el dios pagano. Así que yo esperaba ella llegará a salvar a Steph y yo pudiera hacer algo por el pequeño Sally, lo poco o mucho que pudiera hacer no le dejaría a su suerte.
De un momento a otro su sirviente, Nun llegó con una actitud más que excitada, esa mujer que pocas veces perdía la calma en ese momento se mostró agitada.
Pero a todo esto, donde estaba Layla? No era posible que ella le hubiera ganado. Yo me tense aún más y Nefy sonrió de lado con amargura.
- Nefy!
De repente se escuchó una tercera voz que yo podía reconocer a la perfección pero que jamás creí volver a escuchar.
- Nefy!- Volvió a reclamar el nombre del Leviatán del ártico.
Yo di media vuelta y ahí estaba ella, alta, hermosa, su cabello eran hilos de cobre lustroso, sus pechos eran manjares níveos y sus ojos eran de terciopelo rojo.
- Lilith- Saludo el Leviatán del Ártico- Tiempo sin verte.
Yo mire a la primera mujer con excitación, nada más verla me ponía duro.
- Vine por mi hijo Nefy.
- Ah? Lilith no sé que decir...
- Dame a mi hijo Nefy!- Reclamo furiosa Lilith- Quiero a mi hijo!
- Lilith, es algo muy raro que tú pelees por un varón, no crees que es un hijo de Adán más? No estarás perdiendo la mente por algo así verdad?
- Quiero a mi muchacho ahora!- Grito la primera mujer haciendo retumbar el hielo.
El silencio reinó pero no por mucho tiempo, pues el suelo comenzó a temblar, un temblor de miles de pisadas que entraron por cada túnel que conducía a esa cámara.
- Mi hijo Nefy, es la última vez que lo pido de buenas, se que eres uno de los cuatro Leviatanes pero créeme que no querrás enfrentarme y aunque ganarás, después tendrías que enfrentar a Nannar y luego con cada una de mis hijas verdad?
Nefy hizo una mueca de disgusto.
- Bien.
Esta se acercó al hielo en donde estaba atrapado Sally y susurró unas palabras.
- "Quiero saber una vez más que estás despierto, tiempo eterno, tiempo de hielo, llévate mi dolor"
El bloque de hielo se hizo mil pedazos, no era hielo de verdad, era parte de su esencia que tenía al chico.
Sally cayó al suelo de manera pesada y dio un lloriqueo.
- Buaaaaa!
-Sally- Dijo Lilith que abrió sus brazos hacia el pelinegro, este la vio y sus ojos brillaron, pero ese brillo se apago de inmediato cuando vio a Steph inconsciente y herido.
- Steph!
Gateo hacía el y yo me acerque a él.
- Tranquilo Sally, estará bien.
- Acaso piensan quedarse todos en mi lugar? No tengo tanto espacio para visitas no deseadas.
Dijo Nefy y se sentó aburrida en su loza de hielo.
Lilith se acercó a Sally despacio y le tomo de la mano.
- Vamos Sally.
Lilith se llevó a Sally con el y salieron primero, una vez que la primera mujer se había retirado, de las filas de Lilims salió Layla que envolvió al rubio en su chal.
- Elliot que sucedió?
- No se pero habrá que llevarlo al hospital pronto.
- Vaya! Solo intentaba ser cortes, el ama ese aparato que idiotiza humanos no?- Se excusó la anfitriona.
- Ah?
Layla miro furiosa a Nefy.
- No me mires así Lilu.
- No te vuelvas a acercar a el.
- No estoy interesada en el, quizás solo tenía un poco de curiosidad por saber qué tipo de persona era la que había despertado de nuevo el corazón de mi hermano; pero la verdad no puede ser más simple y aburrido, ese niño no tiene nada más sorprendente que su estupidez.
- Cállate Nefy!
- No estoy interesada, con razón mi hermano es tan aburrido y tonto, si le gustan ese tipo de personas... Créeme no tengo ningún interés en el, ahora que le he conocido he cambiado de intereses. Todo para su buena fortuna.
Layla se notaba ya muy enojada, era cierto que hoy la suerte estaba de nuestro lado pues si Nefy no fuera el Leviatán que es, perezoso y despreocupado, si Nefy tuviera el espíritu guerrero de su hermano Nereo, seguro ya habría estallado una guerra en Groenlandia.
- Layla vámonos!
Ella alzó al rubio en brazos y seguimos a las Lilims que marchaba de regreso cantando aquella hermosa melodía.
En los fiordos de la costa de Groenlandia una a una rompieron filas para adoptar una posición diferente ya que para regresar al Lilim; las Lilims mayores debían llevar un par de menores con ellas y emprender el vuelo a una altura intermedia entre el mar y el cielo, algo muy difícil de poder lograr.
La primera mujer beso a Sally en la boca y le dijo.
- Soy muy vieja y estoy muy cansada cariño, no vuelvas a darle preocupaciones a mamá.
Sally solo aplaudió con entusiasmo y dijo.
- Sally hambre. Mamá, Sally hambre.
Este comenzó a buscar el pecho de Lilith con la boca pero ella lo apartó con suavidad y dijo:
- Si, Sally se bueno quieres?
Este se rascó la cabeza y dijo.
- Hambre mamá leche!
- Ese es mi chico!
Lilith se dirigió a Layla y está se hinco ante su madre, pero lo que le siguió nadie se lo imaginó.La mano poderosa de Lilith se estampo en la mejilla de Layla con intensidad.
- Lilu idiota, si hubieras hecho bien tu trabajo no tendría yo que venir a salvar a tu hermano! Qué decepción causas Lilu!
Layla no dijo nada y acepto el sermón así nada más.
- Espero no tener que volver a salir Lilu, si algo le vuelve a pasar a Sally por tu culpa, te juro que te encerrare en el Lilim para siempre!
Una vez dicho eso Lilith dio media vuelta y desplegó sus alas enormes y negras pero antes de emprender el vuelo me dijo.
- Nannar, gracias por tu amabilidad hacía con mi ingenua y tonta hija y por no olvidar salvar a mi hijo Sally, la luz más hermosa te lo recompensara y yo también algún día.
- Mi señora Lilith, no debe agradecer nada, es una delicia el volverla a ver.
Su mirada fue tan dulce, definitivamente ella seguía siendo una chiquilla muy tierna. La misma con la que yo había procreado a Xtabay. Su aroma delicioso, su mirada tierna, su fragilidad de roca, la primera mujer era simplemente una criatura de agraciada y exquisita belleza.
Esta partió junto con sus hijas pero una de ellas se acerco a nosotros.
- Lotta!- Dijo Layla.
- Como está? Qué le pasó? Se pondrá bien?
-Lotta, no lo sé, tranquila- Decía Layla atropellada mente, entonces la pequeña me miró.
- Oye niño! Qué me miras? Acaso nunca has visto a una mujer preocupada por su hombre?!
Layla se quedó pasmada ante tal comentario y yo sonreí.
- Lo siento!- Dije en forma de una divertida disculpa.
- Lotta, basta! Sabes quién es el?
La niña me hecho un vistazo y luego negó con la cabeza.
- El es el maestro Nannar, es uno de los mas viejos y ha sido amante de nuestra madre!
- En serio?!- Dijo la pequeña con exagerada sorpresa- Pero que le pasa a mamá? Acaso se volvió pedofilia?
- Más o menos- Dijo Layla con cara de resignación.
- Oye!- Me queje yo.
- Disculpe pero...- Me interrumpió la niña- Se pondrá bien verdad?
Ella le hecho una mirada de desconsuelo al rubio que estaba en brazos de Layla y yo dije.
- Es más fuerte, necio y obstinado de lo que crees.
Por la mejilla de la pequeña rodó una lágrima, lo miraba con tanta devoción y amor que si no hubiese sido por la diferencia de especies yo hubiera apostado al amor puro de aquella pequeña lilim.
- El es mi futuro esposo, algún día me casare con el, ese es mi sueño y sin el ese sueño no funciona.
- Descuida, te doy mi palabra de que nada le va a suceder, yo te lo voy a cuidar, ahora debemos partir, entre más pronto lleguemos a Londres mejor será para el. Lo comprendes?
Ella asintió y con su manita se secó las lágrimas, dio un beso en la frente del rubio y le dijo.
- Vas a estar bien querido- Beso su mano derecha y recitó de nuevo- Vas a estar bien, confío en ello.
Yo puse mi mano en su hombro; ella asintió, se levantó y dijo.
- Hermana dile que la próxima vez que lo vea habré ya ganado mis alas!
Layla asintió y la pequeña sonrió de una manera hermosa, luego de eso se fue a reunir con la Lilim que la llevaría de regreso a casa.
Layla tomo a Steph en brazos e hizo lo propio, desplegó sus alas y se elevó en medio del cielo y la tierra, yo en cambio iba un poco más alto fungiendo como un escudo por cualquier cosa.
Llegamos a Londres antes del amanecer y de inmediato llevamos al rubio al hospital, Samael tenía que verlo.


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