Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +


- Steph... Estas temblando demasiado.
- No... Nnnn... No, no te preocupes Lay... Layla, esssstoy, estoy bien.
Desde que había pisado la Antártida hacía dos días no había parado de temblar de frio, las cosas se ponían cada día peor conforme pasaba el tiempo ya que hacia más y más frío y mi cuerpo no lo soportaría, Layla había tomado la precaución de llevar una tienda de campaña para mi, se miraba bastante pesada y era uno de los productos más tecnológicos y caros que había visto, incluso tenía un calentador eléctrico a base de celdas solares precargadas, pero estábamos en un momento donde el sol no se aparecía por la Antártida; yo intenté decirle que yo la cargaba pues ella llevaba un vestido de corte ingles en encaje de Raplh Lauren con esos tacones bajos y un abrigo largo del mismo diseñador así que creí que ella estaría menos cómoda que yo, pero siempre sucedía que olvidaba que eran espectros y ni el clima, ni lo mucho que pesara un objeto les hacía mella. Elliot había llevado mantas para mi, parecían docenas y Kuri llevaba puesto arriba de su traje color gris otros dos abrigos de dormir tipo sleeping y una bolsa de dormir mullida y extra caliente, Kanon cargaba una mochila enorme con comida para mi, este iba vestido más casual y eso me hacía sentir mejor ya que yo iba muy envuelto y muy poco fashion, y no es que yo fuera muy vanidoso pero comparado con mis compañeros y después de dos días yo parecía un harapiento; mas aun a pesar de todo lo que ellos llevaban para cubrirme del clima feroz de la Antártida las cosas no estaban saliendo como yo las había planeado.
Mi idea era más del tipo, entrar, encontrar a Sid, darle un beso apasionado y salir de la mano con el ... Pero esto era un infierno congelado, literal un congelador de humanos. El panorama era de puro hielo y oscuridad, Elliot había dicho que no pudimos escoger peor momento para venir ya que en este momento la Antártida era el punto más frío y oscuro de la tierra, y aunque para alguien como yo que había nacido y crecido en Londres eso resultará una broma mala, apenas me daba cuenta de que era cierto, ya que había una penumbra densa y prolongada aquí.
- La Antártida es mucho más fría que el ártico, donde estuviste con Nefy pues tiene un nivel sobre el mar mucho más elevado, más de 3000 metros sobre el nivel del mar Steph, además de que la Tierra está más lejos del Sol en el invierno antártico y más cerca en el verano antártico. La distancia orbital contribuye a un invierno antártico más frío, extremadamente frío.
Y yo podía sentirlo en la sangre, entre más avanzábamos, se ponía más frío y más oscuro y ya me era casi imposible ocultar que todo estaba saliendo mal.
La tercera noche, era la víspera de Navidad, intenté hablar a mi mamá pero la señal estaba muerta, Kuri dijo que le enviaría un mensaje, volaría hasta donde hubiera señal y mandaría un mensaje de voz que yo había grabado.
" Mamá, feliz navidad, pronto estaré en casa, lo prometo y festejaremos juntos aunque no sea Navidad. Mamá te amo."
No podía seguir, incluso a mi mismo me estaba destruyendo está situación, tres días soportando este frio despiadado, soportando como quemaba mi rostro, soportando caminar kilómetros y además de todo, no haber hallado aún a Sid! Mi corazón no era tan fuerte. Y que tal que ya no estaba aquí? Y si se había ido sin mi? Sid! Sid! Siiiiiid!
- Siiiiiid!- Grite.
- Steph calma, estás bien?
Sentí la mano helada de Layla en mi frente.
- Layla!
- Maldición Steph tienes fiebre, esto es demasiado para ti, hablaré con Elliot.
- No!- Dije aferrándome a su brazo- No! Por favor Layla te lo imploro.
Ella me miro con esa mirada de que esperaba una buena razón. Desde que habíamos llegado ella dormía conmigo dentro de la tienda para vigilar mi sueño.
- Layla, ya estamos cerca por favor!
- Como sabes?
- Por que lo sé, debes creerme!
- Steph, ni siquiera se yo donde demonios estamos, este territorio es de Sid y tal cual pasó en el ártico, necesitaríamos toda una legión de Lilims para poder encontrar a Sid y tú dices que ya estamos cerca?
- Por favor! Por favor Layla, ayúdame, en serio no me siento mal, ayúdame y te prometo que si de verdad me siento mal te lo haré saber.
Ella me miro no muy convencida de mis razones y dijo.
- Si no se te quita esa fiebre para media tarde le diré a Elliot.
- Si, si Layla gracias!
- Le diré a Kanon que prepare algo para que desayunar bien?
- Pero qué hora es?
- Casi medio día, pero aquí no cuentes ni con un mísero rayo de sol y menos en este punto de la Antártida tan alejado.
Ella salió de la tienda de campaña y cerré los ojos, Sid. Tome aquel espejo y dije.
- Vamos... Muéstrame, muéstrame dónde está....
El espejo solo mostró una imagen azul borrosa que se desvanecía poco a poco... Estaba desesperado no podría soportar mucho más el frío, mire las quemaduras del frío en mis mejillas y dejé el espejo a un lado, Sid... Por favor, he venido por ti, ayúdame... Ayúdame Sid, llévame a ti mi amado pez... Pez... Mi muñeco de felpa ojón vino a mi mente... Una chispa diminuta comenzó a brillar. Ahí estás Sid!
Layla entro con el desayuno y por lo poco que vi, la nevada comenzaba a arreciar con fuerza.
Yo no dije nada pero esto nos atrasó un día más, el día de Navidad al fin pudimos avanzar un poco más pero yo ya estaba hecho pedazos, la fiebre se había apoderado de mi, mi cuerpo estaba tullido del frío, y estaba exhausto, no podía continuar ni un paso más. Terminé desplomándome en una colina de hielo.
- Steph!
Layla me tomo entre sus brazos y dijo.
- Tenemos que regresar!
- No!- Dije yo ya sin fuerzas.
- Elliot!-Clamó ella.
Kanon me levanto en brazos y yo quería patalear y negarme pero no podía, estaba congelándome.
- Lo siento Steph pero ...
- No! No! No! Sid!- Comencé a intentar gritar pero no podía, apenas si tenía un hilo de voz.
Ya estábamos casi en la mitad de aquel camino que subía hacia el punto más alto de la Antártida y ante mi fiebre bajamos a los pies de este, ahí una tormenta nos tomo desprevenidos y tuvimos que acampar.
Yo estaba enojado con Layla y la corrí de la tienda de la peor manera.
- Si de cualquier forma tú ya no eres humana, no produces ningún tipo de calor, vete!
Había sido malo y grosero con ella pero estaba enojado y mucho, conforme la tormenta avanzaba la noche se hacía más oscura y entre la fiebre y el ruido que está producía no me dejaba dormir. En un instante el cual aún no sé si este fue producto de la fiebre o mi necedad de ver a Sid, tome una navaja que era propiedad de Kanon y abrí por el otro extremo la tienda, si iba a luchar hasta la muerte incluso con mis propios amigos lo haría y lo haría bien! Salí corriendo entre la furiosa tormenta que arreciaba mas y más cada minuto, no sabía ni para donde corría, ni para que, solo sabía que estaba harto de no verle, ya no podía soportar más.
- Sid! Sid! Sid!- Comencé a gritar como loco, no podía ver así que ni siquiera me enteré de cuando deje de pisar terreno firme para caer por un barranco de hielo.
- Siiiiiid!
La caída me rompió la clavícula izquierda y la pierna del mismo lado pues todo mi peso cayo sobre esas dos extremidades, pero eso no era lo peor sino que fui a dar a una superficie acuosa que termino resquebrajada.
- Ouuuch, duele!- Dije intentando levantarme pero debido a mis fracturas no podía- Ayuda!- El frío estaba peor que nunca- Ayuda!
Suspiré y escuché el hielo resquebrajarse más.
- Ayudaaaaa!- Grite- Layla! Elliot! Kanon! Kuri! Sid! Ayudaaaaa!
Todo era negro y frío, estaba perdido e iba a morir, había sido un idiota! Qué raro en mi no? Comencé a llorar, quería estar con mi mamá, quería estar con el, había venido a buscarle y solo había encontrado la muerte.
Nadie vendría a ayudarme en aquella oscuridad... Nadie! Nadie... Estas solo Steph, siempre ha sido así.
- Steph, no te muevas ya voy!- De repente gritó la voz de Kuri desde arriba.
- Kuri! Kuri ayúdame!
Este saco sus alas y se dejó caer en picada pero era muy tarde, el hielo se rompió y el agua me trago en su helado interior, vi mi mano intentar salir de las aguas heladas pero también alcance a verla hundirse; intenté patalear para salir pero era imposible, con una pierna rota y una clavícula igual solo me hundía más y más.
" Mamá, Gabrielle, Ephy, Kuri, Yuri, Samael, Theobald, Elliot , Kanon, Layla, Sally, Benedetto... Sid perdónenme."
Me hundí sin pelear más, no podía, era simplemente imposible, ya no quería pelear, ahora estaría bien con este terrible corazón mío.
_________________________________________________________________________________
Del Libro de Yuri.

- No te voy a dejar morir Steph, maldición!
Estrelle mi puño contra el hielo para hacer el agujero más grande y metí mis alas, luego me avente a aquel lago congelado, ya había varias veces retado a Sid en su territorio por boberías, esta vez era para salvar al amor de su vida.
Nadé por esas aguas congeladas hasta que pude alcanzarlo, le sujete, Steph era un semi cadáver ya, subí rápido y donde pude alcanzar el límite del temprano, le pegue con todo mi poder para así salir de un salto, le aferre a mi con fuerza y rápidamente cruce ese lago sin que nada me detuviera. Una vez a salvó en tierra note que su pierna izquierda estaba jodida y su clavícula también, maldición! Le tomé en mis brazos y corriendo busque a los demás, esto no iría nada bien...
- Kuri! Steph! Por Satanás que sucedió?
- No se, seguro caminó sin sentido, lo encontré cuando se resquebrajo la capa superior de un lago que estaba por el sur y el cayó dentro.
- Maldición!- Dijo el líder.
- Su pierna- Dijo Layla.
- Está rota al igual que su clavícula.
- Consigamos un lugar donde guarecerlo, la tienda está jodida.
Encontramos una cueva glaciar pequeña, pusimos la mayoría de las mantas y abrigos para hacerlas de colchón y le desnudamos, la ropa estaba empapada y congelada como su cuerpo, yo cheque su pierna y mandé a Elliot a buscar algo para entablillarla, también su clavícula, la fiebre le aumentaba más y más, tanto que deliraba.
- Sid... has venido.
- Steph, soy yo, Kuri, tranquilo.
Sus ojos negros habían perdido ese brillo característico y se habían apagado de alguna forma, estaba seriamente preocupado, la tormenta afuera no cedía y no podamos moverlo hasta que está no nos diera espacio.
Una vez entablilladas las fracturas Layla se dedicó con un afán verdadero a intentar controlar su fiebre poniéndole paños húmedos hechos con partes de su vestido.
- Vamos Steph, vamos! Tú eres un chico fuerte.
Decía para animarse a sí misma. En tanto Elliot y yo nos reunimos.
- Dime la verdad Kuri, cual es la situación?
- Está muy mal Elliot, es urgente llevarlo a un hospital, urgente! Lo de menos es que pierda la pierna pero necesita radiografías para descartar una hemorragia interna, además la fiebre es muy alta y puede dañar su cerebro, no debimos dejarle venir, y menos después de lo que le paso en el ártico, su salud está muy jodida, tendrá suerte si por la mañana la tormenta cesa y podemos volar con el hasta un hospital, créeme que lo que menos quiero es...
- Lo se, regresarlo a Londres en una caja de madera.
Nos miramos uno a otro, Kanon hacía guardia afuera, el tiempo se acababa.
La noche pasó muy lentamente, el rubio empeoraba con cada segundo, la tienda estaba arruinada pues la había roto, algunas mantas se habían mojado con la nieve y ahora teníamos que guarecernos de la nieve en una sucia caverna de hielo, pensé en mi otra mitad, pensé tanto en aquel que ahora reinaba en los infiernos, que hubiera hecho el? Pensé también en ese mocoso, que pasaría si fuera el y no Steph? No! No era como que me importase pero ahora el era mío y lo mío no podía romperse así! Suspiré y desee con todas mis fuerzas que el amanecer llegará y sucedió pero la tormenta no cedió, empeoró.
Elliot salió a rondar los alrededores, está vez el tenía la guardia, Layla seguía cuidando al rubio con afán, era ya diciembre 28, apenas si un par de veces Steph había recuperado el conocimiento.
- Escuchó esas voces Laya, tu creerás que estoy loco.... Pero yo lo escuchó.
- Steph, tranquilo, bebé un poco de esto.
- Layla perdón por ser grosero, tú eres en realidad un angel...Tu lo eres...
- Ni se te ocurra despedirte, no tenlo voy a permitir. Mejor bebe, anda.
Sus latidos habían bajado de forma descomunal, su respiración era muy lenta, estaba en el portal de la muerte, la vida se iba de el, no por la pierna rota, no por aquella clavícula, no por la fiebre que era un peso extra, sino el frio lo estaba matando, Steph estaba muriendo de hipotermia. Kanon, Elliot, Layla y yo habíamos cedido nuestras camisas y abrigos a el pero su cuerpo débil ya no aceptaba calor, era un final horrible, el se había dado por vencido.
Esa noche el frío fue descomunal, la tormenta incluso formó un bloque de hielo en la entrada de la cueva, rugía feroz, era como si supiera lo que ocurría. Kanon estaba al lado de su bisnieto, junto a Layla.
Espectros tan poderosos, espectros eternos, espectros hermosos pero ninguno de nosotros podía transmitirle algo de calor al chico, ni una chispa. Que irónico no? Entonces donde estaba todo ese poder que ostentábamos?
En general desde que habíamos llegado a esa cueva glaciar nadie hablaba mucho, todos nos manteníamos alejados unos de otros, cerrábamos nuestras mentes, y así las horas pasaban más y más lentas.
- Layla...
- Steph, vamos bebé un poco.
- Layla el ya viene... Nos encontraremos pronto, será un mejor lugar.
- Steph...
- Que bueno que nos quedamos Layla, te dije...
- Si amor, si.
- Nos quedaremos hasta que llegue no es así?
- Si Steph, si.
Kanon miraba aquella escena y cerraba mas y más su mente, sabía que estaría experimentando un gran dolor, Kanon era un espectro novato y además el había vivido una pequeña parte de su vida como mortal, seguro ver aquello no era fácil para el, pero este jamás expresaría esos sentimientos.
Me senté hecho un ovillo y como todos los demás esperé a que llegara la mañana, a ver si con ella la tormenta cesaba o aminoraba un poco.
Querido Yuri, por favor cuida a Steph, pero si este es su final, entonces espérame pronto....
Todos y cada uno de los recuerdos donde aparecían ellos vinieron a mi tan claros y nítidos, en el te de la tarde con Ephy el ángel, cuando salíamos a bailar y conquistar por Londres e incluso cuando hurgamos en su mente para saber qué tipo de sueño erótico había tenido con nosotros... Kuri, Steph, no me dejen solo. Por favor.
________________________________________________________________________________
Del Libro de Elliot.
El cuento del corazón del mar.
Un estruendo se había escuchado por todo ese páramo desolado, la Antártida temblaba, rugía furiosa, lloraba la perdida de un amor joven. Entré de inmediato a la cueva y noté que nadie se había dado cuenta de aquello, ese temblor seguía, el hielo se cimbraba, los témpanos se rompían, el viento soplaba furioso, mi amado Kanon se había quedado dormido, rendido ante el dolor de perder a su único lazo humano, Layla le tomaba la mano intentando en vano evitar que la vida del rubio se escapara y Kuri se había encerrado en sí mismo, yo era el único que había notado aquel estruendo infernal así que salí y me alejé un par de kilómetros de aquel sitio, luego rugí, dejé salir un rugido enorme, un rugido de tristeza, un aviso, esperaba que el hielo me tragara y así poder desaparecer. No esperé mucho para regresar a la cueva y quedarme junto a Kanon, acariciando su cabello negro, su tez hermosa y blanca, pensado ... Qué haría yo sin el?
La madrugada se dejó venir pero la tormenta seguía, parecía que todo estaba dicho, la suerte del rubio había sido echada y no en su beneficio.
No sabía nada del mundo exterior, solo sabia que un latido humano se alejaba de nosotros cinco y no quería saber mas allá de eso, escuchar el ultimo latido de mi bisnieto, su ultimo aliento de vida, cuándo la pared de hielo blanca y gruesa que había formado la tormenta y que servía para evitar que el viento se colara se cayó en mil pedazos en un gran estallido de ira. Kuri alzó la vista, Kanon se despertó de golpe, Layla volteo para saber que perturbaba la paz de un moribundo y vimos con claridad esa silueta enorme.
- Idiotas! Qué demonios le hicieron?!
Era el... Al unísono todos le miramos con asombro y dijimos.
- Sid!
Este a paso firme se metió a la cueva y aventó a Layla a un lado, ella no se quejó, por el contrario, ni ella misma se creía lo que veía.
Sid tomo a Steph en sus brazos y beso su frente helada, de inmediato desplegó sus enormes alas negras y vaya que si lo era! Este era ya casi un demonio; y se acunó en ellas para intentar darle un poco de calor, un poco de el.
Todos observamos con alegría aquello, el lucharía por su amado, por quedarse a su lado, así debía ser.
________________________________________________________________________________________________

Su beso, había soñado tantas y tantas veces su beso, que no creí que fuera verdad, lloré, aunque suene estúpido, así lo hice, abrí los ojos al sentir esa calidez, entonces mi corazón fue estrujado al ver sus lilas, era el! Estaba frente a mi, me sostenía en sus brazos, era el, mi pez, mi Leviatán, mi Sid!
- Si Steph soy yo, ahora debes quedarte a mi lado de acuerdo?
- Sid- Dije en un jadeo- Eres tú, Sid yo...
- Shhh- El me calló con sus labios, eran sus labios! Cerré los ojos y lloré, lloré pues no quería dejarlo, quería vivir, quería estar a su lado, saque de la manta la mano libre y buena que me quedaba y acaricie su mejilla, si... Era el! Era el! Era su beso, ese beso que añoraba desde hacía años, Sid ámame!
Este se separó de mi, yo pelee más por su boca pero el dijo.
- Te voy a llevar a casa Steph, resiste está bien?
- No, Sid no me dejes, yo te amo.
- Nunca Steph, nunca más te voy a dejar, me entiendes? Nunca! Vámonos a casa.
Sentí como el me alzó en sus brazos y yo me acurruque en ellos, eran míos, míos por derecho, había peleado tanto que no me iba a rendir ahora, no podía, mamá, no puedo, por que mi sueño es que algún día yo te presente a Sid, que yo lo lleve a casa a cenar en Navidad y tú lo conozcas, no mamá, no me voy a rendir, no lo haré nunca. La conciencia se me iba desvaneciendo a pesar de que yo me aferraba con todas mis fuerzas a ella, temía que si perdía está no volvería a despertar, y entonces luché, con todas mis fuerzas luché, como hacía tiempo no lo hacía, pero al final y aunque había dado lo mejor me quedé inmóvil en la oscuridad, con solo el recuerdo de ese ultimo beso de amor verdadero. A lo lejos escuchaba esa caja de música pero esa no era la melodía que me hacia sentir horror sino me hacia sentir amor y dolor al mismo tiempo, por que yo sabia que era la melodía de Sid.
Promesas, recuerdos, encuentros, sonrisas, lágrimas, amor, dolor, Sid había sido el inicio de mi vida y muchas veces lo que parecía ser el final de esta. Aquella noche de brujas cuando te había visto por primera vez, cuando me tomaste, la pequeña caja de música con esa melodía que no era triste, ni alegre, era una melodía de amor, la noche que jure que te mataría pero, no puedo! Perdón Sid, pero no puedo cumplir mi promesa! Esa caja de música triste me hizo maldecir este estúpido corazón que latía dentro de mi, mientras sus lilas se clavaban en mi quebrándome por completo. Teníamos necesidad acaso de tanto dolor?
Sid... Acaso todo terminó?

Notas finales:

Gracias por leer!

:D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).