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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Próximo capitulo: Capitulo doble de fin de mes!
Steph y Sid vuelven a las andadas pero... Hay un encuentro poco agradable entre Sid y su nuevo rival.



Desperté del sueño más pesado y largo que había tenido desde hacía tantos años, desde que había soñado que el se había marchado. Tenté con la mano un tubo de plástico, suaves y calientes mantas, una luz que me cegaba por completo, donde estaba mi mamá? Dónde estaba Sid? Sid! Sid! Acaso lo había soñado todo, luché por despertar pero esa luz, sentí que un pánico me invadida a medida que los segundos pasaban y el cuerpo comenzó a dolerme de manera inaudita.
- Aaaaahhh me duele- Me queje.
Un apretón en mano y luego ese bálsamo.
- Tranquilo Steph, aquí estoy, dime quieres que llame a la enfermera?
Era su voz! Era su voz! Ladee la cabeza y mi vista se aclaró, ahí estaban esos bucles negros atados por un listón viejo de color rojo, ahí estaba esa cara de ángel de Leonardo o Rafaello, ahí estaban esas lilas y ese gesto natural de sufrimiento, este acarició mis mejillas con sus dedos suaves, se sentía tan bien, tanto alivio en una caricia.
- Ssss...Sid?
- Steph, quieres que llame a la enfermera?
- Eres tú! Es un sueño?
- No Steph, no es un sueño, aquí estoy, ahora dime qué te duele?
- Sid, yo...
Mi barbilla comenzó a temblar, tenía tanto que decir y hacer.
- Sid yo...
Me cubrí con la mano libre del cabestrillo los ojos y caí rendido ante el, este me tomo en sus brazos con una suavidad extrema y dijo:
- Ya, ya, tranquilo, estoy aquí, siento mucho que hayas pasado por todo eso, soy un estúpido pero mírame quieres?- Se separó un poco de mi y me busco la mirada- Vamos Steph mírame, anda!
Yo apenado le mire, sus lilas, tal como las recuerdo, enormes, con ese brillo, era el!
- Steph nunca más te voy a dejar, es mi maldita culpa que estés aquí, así, pero te prometo que nunca más te voy a dejar, nunca! Me escuchaste? Yo te voy a cuidar el resto de tu vida.
Le sujeté con mis máximas fuerzas, estaba tan feliz, todo este tiempo había tratado de completar mi alma y el era justo lo que necesitaba. Él era lo que más me hacía falta, lo que yo quería y lo que más me había dolido perder.
- Sid, no sabes el daño que me haces cuando te alejas, yo... Sid tú eres todo lo que pido, que te quedes a mi lado, no quiero que me dejes, por favor! No me dejes, por que yo... Yo te amo! No quiero que dejes de estar a mi lado nunca, no quiero repetir lo que sucedió cuando ya todo iba a terminar, Sid!- Estaba desesperado, me faltaba el aire, sentía pánico.
- Steph, calma.
- Sid yo...
- Voy a llamar a la enfermera, necesitas dormir. Seguro te duele la pierna.
Yo me sentía patético, estaba implorando su amor, no era así como debía ser, mire mi cuerpo, una pierna enyesada, la clavícula igual, un aspecto terrible de seguro, no me dolía la pierna, yo ya había conocido el dolor verdadero con su partida, algo que no quería volver a sentir nunca. Ese mismo dolor me había tragado lentamente, me había dejado medio vacío, había expuesto todas mis debilidades, me había quitado todo lo que sentía, atrapado en mi mismo.
- Yo con nada me he quedado...- Susurre.
Sid se levantó de la silla, yo miraba mis manos apoyadas en las mantas, este iba a salir a llamar a la enfermera cuando alcance a sujetarle la mano. Estaba cálida?
- Sid...
Él me miro y yo continúe.
- No te vayas...
- Steph, solo voy a...
- Sid, yo... Yo no estoy tranquilo si no estás junto a mi, yo...
Levanté la vista y le dije agitado.
- Yo sin ti no estoy tranquilo Sid, quédate, quédate por favor!- Respiraba de prisa- El aire se me acaba así que por favor quédate!
Él me miro completamente asombrado, mis ojos goteaban, mi respiración era irregular, sus lilas estaban fijas en mi, muy fijas. Un segundo después el asintió con firmeza y con cuidado se sentó en mi cama, me tomó por los hombros con delicadeza y me pegó a el.
- Tranquilo Steph, aquí me voy a quedar.
- Ay Sid, perdón, se que soy patético pero... Sin ti, todo se me acaba, el mundo se cae a pedazos, yo... Yo sin ti no funcionó, sin tus besos o tus caricias, sin tus ojos. Todo, todo se me acaba, todo se va!
Él me frotó la espalda y beso mi frente.
- Steph, a mi me sucede lo mismo. Sin tu voz nada puedo escuchar, no tiene sentido, mi propia existencia se acaba.
Cerré los ojos y el comenzó a acariciar mi cabello.
- Sid, no te vayas, se que viene el alba pero por favor... No te vayas!
- No lo haré, me quedaré a tu lado.
Sonreí ya con los ojos cerrados.
- Sid me puedo dormir en tus brazos?
Este me beso la cabeza y dijo.
- No hay un sitio que te pertenezca más Steph, puedes dormir ahí todo lo que quieras.
Sentí entonces su tibieza, su piel suave de terciopelo, sus cabellos perfumados, yo había sentido así a Sid solo una vez y aún podía recordarlo.
- Sid?
- Que sucede Steph?
- Feliz noche de San Silvestre.
Aún con los ojos cerrados sabía que el sonreía tan humanamente que yo también sonreí.
- Feliz noche de San Silvestre Steph.
Al rededor de una semana estuve recuperándome de aquella hipotermia, y por las fracturas, Sid me había llevado de emergencia al hospital regional de Ushuaia, había llegado volando hasta un techo a unas calles del hospital, y caminó desnudo hasta el hospital donde me entregó de inmediato a los doctores.
Tras de el llegaron los demás y se inventaron pretextos baratos, como que estábamos haciendo turismo en la montaña. Layla y Elliot terminaron de comparecer ante las autoridades médicas y tuvieron que usar un poco de aquel poder de convencimiento que ellos poseían.
Lo bueno fue que esa semana no me separé para nada de Sid, a menos que cuando Layla me aseaba, eso por que yo se lo había rogado a Layla para que Sid no viera mi vergüenza de no estar completo, pero nada más, incluso dormía en sus brazos, Sid se la pasaba mimándome así que cuando el peligro pasó, de inmediato comenzaron a hablar sobre el regreso a Londres.
- La madre de Steph nos va a matar- Dijo Layla.
- No puede matarlos.... O sí?
Dijo Benedetto.
- Claro que no! - Repuso Kuri.
-Uuuuh no saben cuán aterradoras son las mamás cuando alguien hiere a sus bebés, son unas verdaderas asesinas.
-Es cierto...- Dijo Benedetto pensativo.
- Vaya!- Dijo Elliot- Pobre de ti Layla.
- Ah? Qué quieres decir con que pobre de mi?
- Pues si por que ella sabe que Steph iba contigo, yo solo soy un niño, a Kanon ni le conoce y bueno no creo que te puedas ayudar mucho de Kuri, el no es de fiar. Así que como yo lo veo estás sola en esto.
- Queeee?- Dijo ella.
- Oye!- Protesto el ruso.
- Yo me voy a hacer responsable, nadie más - Dijo Sid.
Yo le mire, ese gesto de aflicción que puso me hizo sentir mal.
- No, Sid, no es cierto! No es culpa de nadie verdad chicos?
Ellos me miraron y luego a Sid.
- Si, todo es su culpa!- Dijo la pelirroja
- Completamente su culpa!- Afirmó Elliot
- No hay más!-Reafirmó Kuri
- Que?! Por supuesto que no! No es culpa de Sid!- Pelee con furia y Benedetto interrumpió.
- Eso es cierto chicos no es culpa de Sid...
- Benedetto... Gracias...
- También es culpa de Steph, el ya esta muy grande como para no saberse cuidar solo, fue algo estúpido salir a correr en medio de una tormenta de nieve por un lugar que no conocía... Ósea seamos sinceros, no es lógico.
- Yo estoy con el - Dijo Layla.
- Eso es cierto, Steph siempre nos la pone difícil -que Dijo Elliot.
- Bien dicho niño- Dijo Kuri.
- Ay Benedetto no me ayudes más quieres?
El italiano hizo una cara de vergüenza y yo mire a Sid, el aún tenía esa cara de arrepentimiento, como si cargará el mundo sobre sus hombros. Yo solo pude poner mi mano sobre la de el.
El viaje de regreso tuvo una escala en Houston Texas, y luego fueron once horas de viaje hacia Londres, al fin! Mi hogar, estaba de regreso y venía de la mano de Sid.
Llegamos al medio día y tuvimos mucha suerte por que llovía a cántaros y el día estaba muy nublado, acordamos principalmente por idea mía que me quedaría al menos quince días en Moustrapp con Sid, así que al llegar a Heathrow nos despedimos de Layla.
- Nos vemos Steph.
Ella me dio un beso en la mejilla, luego de eso miro a Sid con pesadez y se marchó sin decir nada.
Kuri y Benedetto se despidieron de igual manera y yo le dije a Benedetto que llevará a Aramis a verme pronto. Él lo prometió y se marchó con tristeza en la mirada, pues si bien era cierto que las cosas habían mejorado con Kuri, no era como que lo hubieran hecho mucho, eso aunado a que el extrañaba su natal Italia supongo no era fácil para el vivir en la lluvia incesante de Londres.
- Cuídate Steph- Dijo secamente Kuri, la partida de Yuri en definitiva lo había mermado.
Kanon y Elliot se ofrecieron a llevarnos a Moustrapp, el viaje fue callado así que yo me recargué en el hombro de Sid y dormité un poco todo el camino, el estaba conmigo de nuevo y ahora estaría bien.
Al fin en Moustrapp Sid me llevó en sus brazos; pues debido a las fracturas tenía que usar una silla de ruedas ya que las muletas no me servían de nada con la clavícula jodida, pero Sid no permitía que yo la usará en ningún momento, siempre estaba llevándome en sus brazos, desde que me dieron de alta hasta que me depositó en la cama de la alcoba principal fui y vine en sus brazos, a mi me daba algo de pena pero el era tan dulcemente terco.
Kanon nos ayudó con el equipaje y luego se despidió con un gesto de reverencia tradicional a Sid y una dulce caricia a mi cabeza.
Yo no me había percatado de la situación hasta que el japonés se marchó y me di cuenta de que al fin estábamos solos! Sid y yo solos una vez más, después de casi nueve años de ansiarlo, de soltarlo, de desearle, ahora sí; al fin nos habíamos quedado a solas.
Sid cerró la puerta de la habitación principal, la cual era de principio más grande que la planta baja de mi casa, en estilo Victoriano completamente, una cama de madera de roble enorme con su dosel y muebles muy pero muy viejos con esos tallados tan antiguos que eran todo su gusto en definitiva. Sid no dijo nada y fue directo a encender la chimenea, el era muy hábil y de inmediato el calor se sintió, era tan suave y adorable... Luego de que se aseguró que el fuego estuviera bien, dejó el atizador en su lugar y regresó a mi lado, yo baje la cabeza, se me subió el color al rostro y no sabía ni qué decir o como actuar pero el me tomó por sorpresa desplomándose en mi regazo.
Lo mire sin decir nada, este solo se oculto como un niño pequeño en mi regazo, apretaba con las manos la colcha, parecía que quería destruirla.
- Ehhhh... Sid... Qué... Qué pasa? Te sientes bien?
- Yo...
El levantó la mirada y tenía ese gesto natural de ángel.
- Yo estoy desecho sin ti Steph, perdido sin ti... Intenté ser fuerte todo este tiempo pero cada día ansiaba verte de nuevo...Ese maldito ruido no me dejaba en paz, repasaba una y otra vez como era que te había dejado ahí, en la nieve, en la oscuridad, como es que te había dejado partir, nunca había conocido esa sensación, no se parece a alguna otra que yo haya conocido, cada día fue una batalla con ese maldito ruido de mi corazón; amarte tanto y sin tener el control y ahora... Estas roto, te has roto por mi...
- Ah... Sid bueno mi pierna va a mejorar eh?
- Es mi culpa, maldición, maldición!
- Ah? Oye ya te dije que mi pierna va a sanar, no es como que sea irreparable.
Sid de nuevo me miro con esa intensidad que le caracterizaba y sus lilas me dijeron algo más... El sabía algo más allá de mi pierna o mi clavícula rota.
- Que te dijeron?
Le espeté ya con más preocupación. Su mirada era tan limpia, sus labios que causaban provocación en mi se abrieron para decir.
- Nadie me ha dicho nada Steph, yo quiero saberlo por ti y por nadie más.
- Sid, yo, yo no he actuado bien, desde aquel día me la pasé haciendo tonterías que solo causaban pena a los demás...
Comencé a contarle todo, desde lo de la carta de Theobald, como había arrojado al mar las cosas de Glenn Allen y de el en Norfolk, que había dejado de ir a trabajar para beber diario, le conté como me había fugado de casa y le había prendido fuego a todo, como me había quedado atrapado en mi mismo y como Samael me había rescatado, obvio omití la parte de que Ephy me había violado y la de cierto oficial.
- Luego de eso leí tu carta... Me arrepiento tanto de haber actuado así, lo juro y te pagaré todo lo que arroje al mar.
El acarició mi cabeza y se sentó en mi cama.
- Ya te había dicho que todo eso era tuyo, lo dejé escrito como mandato en mis deseos, todo Norfolk es tuyo Steph, así que supongo que te vas a pagar a ti mismo pero eso es bastante extraño así que recomiendo que dejes tu propia deuda contigo así.
Yo lo mire creyendo que bromeaba pero su rostro me dijo que no era así, eso me causo risa, ese era mi Sid, el siempre lo tomaba todo tan literal.
Acaricié su rostro, el intentó recomponer su gesto suave por aquel duro que siempre se obligaba a tener pero yo continúe.
- Eso no es todo Sid...Cuando al fin salí de aquel estado de locura, fui a Roma a ver al maestro K.
Sus ojos se hicieron enormes, seguro eso era algo que no se había esperado. El parecía que iba a decir algo y yo le puse el dedo índice en la boca en señal de que me dejara continuar.
- El me dijo que eras de ella, vi la estatua que tiene de ti... Me contó de quién es espectro y toda la cosa...
- Steph!
- No, por favor déjame continuar... Yo...Yo deseaba más que nada en el mundo volver a verte una sola vez, decirte que sentía haber sido tan necio y orgulloso y que lo que había dicho antes de que te fueras era cierto, que te amo, que te necesito a mi lado, que mi alma es tuya, tenía que encontrarte Sid, todo fue muy rápido...
Sujete las mantas de mis piernas y las torcí con frustración.
- Yo quería, no! Yo quiero que estés conmigo pero por elección, quiero que seas feliz conmigo, por que tú me hayas elegido no por una casualidad o por lástima u otras razones Sid, el maestro dijo que tú no tenias elección, ella dijo que quizás estarías conmigo un tiempo pero si ella quisiera tendrías que volver a ella o a suceder a tu padre, dime es cierto?
Él asintió con gravedad.
- Si, es cierto.
Mis manos se movían nerviosas.
- Yo en serio quiero que en elijas y quizás era la única posibilidad existente me entiendes? - Hice una pausa pues la voz se me cortaba al recordar aquello- Ella dijo que tenía que firmar un contrato ya fuera para tenerte o para no perderte como yo lo entendí, no quiero tenerte por un contrato pero no quiero que se me devuelva mi vida anterior a ti, a conocerte a ti o a los miembros de la asamblea, yo... Yo te elijo a ti por convicción, y es por eso que prefiero vivir atado a la oscuridad cualquiera que está sea a regresar a lo que era antes... Yo.
- Steph tu...
Su voz sonaba amarga. Yo levanté la mirada inundada para enfrentar aquello, el negro de mis ojos contra el lila de los suyos.
- Yo firmé un contrato con ella, firmé con el maestro K!
En un gesto hermoso y humano el cerro los ojos como si algo le hubiera golpeado en su interior y solo escuché como susurro un:
- No.
- Lo que tú elijas está bien, y puedes cambiar de elección en cualquier momento, Sid, yo puedo ser celoso, estúpido y caprichoso pero de verdad quiero que seas feliz y elijas por ti y para ti. No pienses en tu deber o en como se sienta el otro, por favor Sid hazlo desde tu corazón, y bueno sería muy genial si tu corazón me eligiera a mi pero si no, te juro que estaré feliz por ti.
- Estúpido calla!- Dijo el y me metió a sus brazos- Yo no tengo corazón... Te lo has quedado tu.
Disfrute unos momentos estar en sus brazos y luego el dijo.
- Cual fue la ofrenda?
- Ah?!
- Cual fue la ofrenda?
Yo le aparte de mi y recordé aquello que había perdido.
- No lo sabes acaso?
El negó con la cabeza pero dijo.
-No lo sé Steph; pero lo supongo.
Yo asentí y me recosté en la cama, tome aire con profundidad y luego baje mis pantalones junto a mi ropa interior, cerré los ojos dando otra respiración profunda.
Por unos instantes no escuché nada así que abrí los ojos lentamente y justo como me temía, su semblante contaba lo destrozado que estaba. Mi corazón estaba roto, si ese había sido el objetivo del maestro al quitarme mi hombría, lo había logrado. Sid había enmudecido por completo, sabía que no podía llorar pero seguro era justo lo que hubiera sucedido de haber podido, no quiero! Pensé. No quiero que me vea así!
De inmediato tomé mi ropa e intenté subirla pero no podía, estaba atascada en algún punto de mis muslos, traté más duro y más hasta que se escuchó como la tela de mi pantalón se rasgaba.
Baje la mirada y pare mis estúpidos intentos. Ahí estaba yo, patéticamente intentando huir de las miradas, intentando no llorar, pero nunca conseguía ni una ni otra. Me cubrí los ojos con la mano libre e intenté no sonar muy desesperado, intentaba llorar bajito, contener estos sentimientos absurdos, bueno lo intenté hasta que sentí su mano en mi sexo y su beso en mi frente.
- Steph, no llores más.
- Pero... Pero...- Me quité la mano de los ojos- Ya no soy un hombre completo Sid, soy algo, un fenómeno.
- No seas tonto, Steph tu eres un hombre con o sin testículos. Eres un hombre por que así naciste, sin importar si te gustan las mujeres o los hombres, si crees en Dios o no, si te hace falta algo o no, eso no te define, solo la genética lo hace y contra tu cara de niña bonita y todos los que hubiéramos apostado por una X, tu naciste con una Y, dime qué no volverás a pensar en algo tan absurdo como que no estás completo. Tienes todo lo que yo necesito Steph.
- Pero.... Tú cara lo dijo todo.
- No te confundas, mi cara solo fue un reflejo de que esta vez K. Fue muy lejos, pero descuida Steph no es más que eso. Quizás también siento que en algún momento tu hubieras querido tener hijos no?
Yo baje la mirada y dije.
- Si pero de cualquier forma esta jodido.
- Steph por que dices eso?
- Pues es que tú eres un espectro hombre y yo un humano y bueno hombre también...
- Eso lo sé pero por que dices jodido? Ya te había dicho yo que ese vocabulario en una boca tan delicada se escucha terrible.
Voltee a verle, había olvidado que a Sid eso le molestaba.
El acaricio mis mejillas y movió su mano más abajo.
- No sabes lo necesitado que estoy de ti Steph, te soñé tantas veces, tu calor, tu estrechez.
- Sid... No... Me, me avergüenzas por favor!
Rogué yo mientras me calentaba también ante su tacto.
- Que te avergüenza? Eres tan hermoso, no has cambiado nada, al contrario te has puesto más lindo.
Me sonroje completamente y aunque sentía vergüenza por lo que me faltaba, también necesitaba desde hacía mucho tenerle dentro, yo estaba ya medio duro y comenzaba a lubricar, me estaba tardando más tal como me había dicho Samael que sucedería pero también había dicho que no perdería el libido al cien por ciento, y bueno Sid si que sabía cómo activar mi libido, me recostó en la cama con ternura y comenzó a besarme el cuello con delicadeza, yo cerré los ojos mientras el me besaba y manipulaba mi sexo. Lo amaba tanto.
Sid bajó hasta mi pecho en besos y caricias y lamió mis pezones, yo jadee por lo bajo y este subió y me plantó un beso, otro y yo exigí otro más.
El bajo de nuevo en un camino bien trazado hasta mi vientre y lo beso, luego hasta mi sexo y comenzó a chuparlo, yo me estremecí por completó, me aferré con mi mano sana a las colchas y eché la cabeza hacia atrás, cerré los ojos y tal y como la primera vez esos puntos de colores felices, estaban ahí, brillando lento, intenso, apagándose en transiciones descompuestas, no tenían un orden o un sitio, solo iban y venían, de aquí para allá.
Sid hacia un trabajo estupendo con su boca y en cuestión de minutos me corrí.
Me sentía avergonzado por mi falta de control pero cuando abrí los ojos y vi su expresión, era tan hermosa, se notaba feliz.
Me plantó un beso y acarició mis mejillas, yo sonreí por que el sonreía. De inmediato intenté voltearme pero sin un brazo me era imposible, el me tomo por la cadera y con suavidad bajó mi ropa hasta quitarla por completo.
- Estás bien Steph?
Yo asentí pues ya estaba muy lubricado. El se metió entre mis piernas, abrió mi compás y metió sus dedos en mi interior, yo di un quejadito y me mordí el labio inferior, el con sus dedos exploraba mi cavidad, aún me conocía bien, aún me amaba, Sid tomó mi pierna derecha; la hechó a su hombro y comenzó a embestirme, puse mi mano derecha alrededor de su cuello y este se acercó a besarme la mejilla con amor.
- Te amo Stephan Joggar.
Susurró en mi oído, yo sonreí pues eso me hacía muy feliz.
- Te amo Sid.
Él me embestía con gentileza, y yo quería más. Que sucedía? Donde estaba toda esa fuerza y rudeza que el tenía hacia conmigo? Vamos Sid, más duro, más!
- Lo siento Steph, se que te gusta más rudo pero no quiero lastimarte, así que por ahora seré suave.
Me sonroje, como había podido decir eso?
- Por que lo gritas en tu cabeza.
- Basta de leer mi mente- Dije mordiendo su lóbulo.
Al fin terminamos el me ayudó a bañarme y a ponerme una pijama de lana, el clima en Londres estaba más frío que nunca, o sería por que en Latinoamérica era más cálido? Además después de la hipotermia en la Antártida cualquier frío me impactaba mucho. Luego de que cenara y ya cuando estábamos acostados.
- Sid puedes dormir a mi lado? Sé que no duermes pero...
- Claro que si pero antes... Espera un segundo.
El salió de la habitación dejándome con la palabra en la boca. Realmente no supe a donde fue pero cuando regreso, traía consigo una pequeña bolsa que lucía muy descuidada y vieja.
El se sentó frente a mi y dijo:
- Stephan Joggar, tú me dijiste que querías que yo eligiera, que tomara mi felicidad ante todo, no es así?
Yo asentí con miedo, siempre inseguro.
- Bueno- El se hincó frente a mi y tomó aquella bolsita- Stephan Joggar, yo te elijo a ti por convicción, te doy mi corazón por convicción.
De la bolsa sacó una joya hermosa, un diamante color azul mar, me quedé pasmado y lo mire.
- Este es mi corazón de verdad Steph, tú lo hiciste latir de nuevo y es todo tuyo.
- Yo... Sid yo...
El puso la joya que era preciosa en mis manos, pesaba y de inmediato nada más la toqué pude escuchar el latido, era un ruido bastante sonoro.
- Descuida, solo se escuchas si los dos lo tocamos. Pero eso es por ti y para ti.
Sid lo dejo en mis manos y quitó las suyas.
- No! No!- Dije yo- Ponlas de nuevo, esa es mi recompensa por favor, Sid ponlas de nuevo.
El obedeció y escuché aquello, no pude evitar llorar, todo había válido la pena, tenía el corazón de Sid...
- Steph.
- Perdón Sid ya sabes que soy muy tonto.
Él me miro con ese gesto natural y yo quise dormir escuchando aquel sonido que ahora era mío. El tomó algunos almohadones y subió mi pierna, luego se recostó a mi lado derecho dentro de aquella enorme cama.
- Sid?
- Si?
- Abrázame, tooooda la noche.
El me obedeció. Mamá, papá, Gabrielle, Ephy, Yuri, Kuri, Elliot, Kanon, Layla, Samael, Theobald, Whip, Sally, Benedetto, Aramis, Dios...
Gracias a todos yo había vuelo a tener mi paz, cerré los ojos y después de nueve años, volví a dormir tranquilo, muy tranquilo.
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Del Libro de Elliot.
El país de la miel.
- Maldita sea Sid! Qué esperabas que hiciéramos?
Dijo Kuri con un tono de verdadero enojo, ya que este había lanzado a Layla contra el muro de su propia casa.
- Cualquier cosa excepto tocar lo mío!
- Era eso o lo iba a matar un maldito afrodisíaco! Ese mocoso estaba sufriendo; era eso o un ataque al corazón!
Sid era un necio que no entendía de razones. Este saco sus enorme alas negras y dijo.
- Toco lo mío, comió de lo mío!-Gruñó el Leviatán.
Layla se puso en pie y se sacudió el vestido que se había estropeado rompiéndose de la parte inferior, un vestido de más de cien años roto por los ataques de celos de Sid.
- Mi hermana te hizo un favor!
Al escuchar esto Sid se arrojo contra Layla, ella de inmediato sacó sus alas y se arrojo contra Sid, yo decidí alzar mis brazos a Kanon para que este me sentará en sus piernas, esto iba a ser largo y aburrido.
Un estruendo se escuchó en el cielo al chocar ambos espectros y Kuri me miró para decir.
- Elliot no vas a poner orden en esto?
En ese instante Layla y Sid se estaban dando con todo mientras conversaban sin importar si alguien los oía o no.
- Tocaste lo mío y se que lo quieres para ti, se que nadie más lo desea como tú.
- Mejor dicho ni yo, Sid.
- No lo niegas eh?
- No tendría por que, ya lo sabes.
- Es mío, Stephan es mío por que fue hecho para mí.
- Vaya, parece que lo que dices luce como algo real, aunque nunca se sabe.
- Stephan es mío y no quiero que lo vuelvas a tocar.
Estos se enfrascaron en una pelea puño a puño y los enemigos comenzaban a lanzarles rayos y centellas para que bajarán a arrastrarse en la tierra como los bichos que eran.
- Si tú no lo hubieras dejado tanto tiempo solo, nada le hubiera pasado, tú no lo viste quebrarse y caer.
Dijo Layla al tiempo que esto sacaba a Sid de combate y ella le propinaba un puñetazo con una fuerza tremenda. Sid cayó en barrena pero unos metros antes de tocar el suelo se recompuso y voló hacia ella.
- Por que tenía que darle mi corazón , ramera del infierno!
Este le dio con toda su fuerza en la mandíbula mandándola a volar.
Layla se volvió un punto diminuto y Samael duplicó la altura donde estaba hasta alcanzar a Sid.
- No se puede morir - Dijo Sid al ver la mirada furiosa de Samael.
- Ya te dijo y todos dieron fe aquí de que fue para salvarle. Por que jodidos has hecho eso?
- Eres un idiota Samael, eso ya lo sé! Tampoco es como que esté muy feliz por eso, tu hermana deseaba a Steph desde antes que me fuera, no es ningún secreto, aunque ahora sin sus testículos seguro hubiera preferido morir antes que acostarse con el.
- Y entonces por que carajos le golpeas?
Layla regresaba volando presurosa y esquivando los rayos del enemigo.
- Por que ella le ha pegado de nalgadas a Stephan en Roma, quien demonios se cree golpeando el trasero suave de mi propiedad? Stephan y su trasero es mío! Mío! Escucharon?
Kuri, Samael y Kanon se quedaron atónitos ante tal respuesta.
- Layla?
Esta se sacudió los vestidos ya hechos unos harapos una vez más y asintió.
- Si, yo le di vigorosas nalgadas al rubio en Roma.
- Layla!- Dijo Samael reprochando- Con que motivo? Debe ser uno bueno.
- En realidad no!- Layla miro hacia un lado- Se me antojo ponerle unas palmadas bien duras en el trasero y ya, este desobedeció una orden simple y bueno fue cuando se perdió y yo aproveche y le nalguee para mi propio placer.
Samael descompuso el rostro y dijo.
- Ustedes son unos idiotas!
Luego de eso bajaron hasta donde estábamos Kanon y yo.
Al fin nos reunimos los seis que quedábamos de la asamblea de Londres, Kuri espectro de Mammon, Kanon espectro de Belfegor, Samael espectro de Belcebú, Sid espectro de Leviatan, Layla hija de la primera mujer y yo.
- Ahora que sabes todo por Steoh, nosotros te diremos lo demás, descuida. Aunque tendremos que apresurarnos pues perdieron el tiempo en su tonta pelea y el alba está cerca.
Nosotros contamos a Sid uno a uno lo que había sucedido desde que el se había marchado, el declive en el que cayó el rubio y como todo se tornó hasta el extremo de que su vida peligró, la despedida de Ephy, la pluma de ángel de Sadkiel , lo cual comprobó la teoría que yo le había dicho a Kanon, la cual era que Sid ya conocía el secreto de Ephy, pues cuando se lo dijimos ni se inmuto, nadie quiso preguntar pero seguro todos se dieron cuenta de aquello, contamos sobre la trampa del maestro y sobre la proclamación de Yuri, este reflejó en su semblante pena por aquello y es que nadie, pero nadie quería ser llamado a servir.
Contamos todo y cada uno de los detalles y justo a tiempo terminamos, el amanecer nos pisaba los talones y Sid había dejado al rubio sumido en sus sueños, así que dimos prontitud a tomar la resolución de estar un tiempo quietos dentro de nuestro territorio hasta que encontráramos la manera de poder sacar al rubio del aprieto de tener un contrato con el espectro de Lucifer.
__________________________________

- Sid?
Tente el espacio a mi alrededor, donde estaba? Había sido un sueño? No! Yo seguía en aquella enorme cama en Mousetrapp pero no estaba el. Que sucedía? Mi pecho comenzó a agitarse, sentí pánico, tenté mi pierna, enyesada como lo suponía, mire mi clavícula, seguía rota pero el no estaba.
- Sid? No, carajo! No!
- Steph? Qué sucede? Por que hablas de esa manera tan temprano?
El apareció en la puerta, sus lilas me devolvieron el aliento de nuevo, sus rizos negros perfectamente recogidos en media coleta por el listón, llevaba puesto un traje color negro, camisa blanca y zapatos negros, Sid era un ángel.
- Por que sigues pensando esas tonterías Steph? Ya te he dicho que no lo soy.
Yo solo sonreí a lo bobo y dije.
- Donde estabas? Por que te fuiste?
- Fui a darme una ducha al amanecer y a ordenar el desayuno para ti.
- Desayuno?
- Si, la comida más importante del día o al menos eso escuché una vez en la televisión.
Me quedé perplejo había olvidado que Sid estaba traumado con las cosas que sucedían en la televisión.
- No estoy traumado Steph, acaso no la televisión refleja la realidad humana?
- No siempre- Dije yo con una cara de incredulidad.
- Bueno a mi me parece que si.
Yo intenté moverme a la orilla de la cama pues quería ir al baño, pero Sid me atajó justo a tiempo.
-A donde vas?
- Ammmm...
Me acerque a su oído y le susurre que tenía una necesidad enorme de ir al baño.
- Te llevo.
- Que? No!
Él no escucho como siempre y me colocó justo en el lugar donde tenía que estar, pero no sé movió ni un centímetro después.
- Y?
- Y?- Repitió el.
- Sid, puedo hacer pipí sin que estés aquí presente, no me voy a caer eh?
- No lo sé, tomando en cuenta tu historial...
- Fuera de aquí!- Le grité.
- Que quisquilloso - Reclamó el y se dio media vuelta- Estaré afuera, llámame cuando acabes para venir por ti.
Yo amaba mucho a Sid, nunca había dejado de amarlo en todo este tiempo pero había olvidado lo insoportable que podía ser algunas veces; aún así sonreí, el estaba a mi lado de nuevo.
Al terminar de vaciar mi vejiga no pude ni dar un paso cuando él me subió a sus brazos y me llevo de nuevo a la cama.
- Que fastidioso eres Sid.
- No es importante Steph, ahora lo importante es que estés bien pronto.
Lo mire y este me acercó una bandeja con un desayuno completo al estilo inglés. Tostadas, té, etc...
- Y esto? No me digas que ya hay personas de servicio aquí?
-Claro que no, hoy mismo Elliot me va a ayudar a contratar personal. Aunque eso toma su tiempo.
- Oye pero si había antes no?
- No.
- Cuando te conocí, la primera vez que estuve aquí, había mucho personal.
- Personal? Servicio aquí? En Mousetrapp?
Yo asentí y el puso un gesto pensativo al tiempo que yo daba un sorbo a mi te.
- Ah Ya!
- Ya recordaste?
- Si, eso que viste no eran más que almas del infierno que traía Yuri para servir en el día de San Silvestre, si! Almas torturada a su servicio, quizás en esa fecha fueran de Yuri o mía,s no se. Solíamos traer muchas almas pues no nos gustaba ser molestados por humanos curiosos.
No pude soportar y terminé escupiendo el te a un lado.
- Como que almas?! Almas, almas?
- Pues que más que almas Steph-Dijo el alargándome una servilleta y tomando otra para limpiar mi barbilla que escurría té.
- Ósea eso eran fantasmas?
Dije invadido por la sorpresa y el terror.
- No, eso suena absurdo Steph, eso es muy fantasioso; solo eran almas en pena que nos sirven.
Eso me puso los pelos de punta y comencé a temblar.
- Y ahorita... Ahorita hay...
El acarició mis mejillas con su mano helada.
- Tranquilo, de saber que te pondrías así no hubiera dicho nada.
- No... No... No es eso Ssssid. Es que...
- Descuida, ahorita no hay nadie más en esta casa, solo tu y yo.
Yo seguí temblando y el se trepó a la cama a mi lado y me metió entre sus brazos.
- Solo tu y yo, y yo te protejo Steph-Dijo al tiempo que besaba mi cabeza.
Me tomo algo de tiempo el recomponerme y terminar de desayunar.
- Sid?
- Dime Steph.
- Entonces tu cocinaste esto?
El me miró incrédulo y dijo.
- No Steph, lo he mandado pedir, que te lo acabo de contar.
Mire el último bocado y me reí. Lo que había dicho me había espantado el susto.
- Y?
- Y?- Repetí yo imitándole.
- Que es gracioso?
- Que tú no cocinas nada eh?
- No es importante Steph.
- Jajaja entonces si algún día vivimos juntos moriré de hambre, jajajaja, que mal.
- Cuando vivamos juntos tendrás personas que te cocinen lo que tú desees .
- No es lo mismo- Dije un poco enfadado- Sería lindo que me hicieras un pastel en mi cumpleaños, o algo.... No sé.
- Steph tú tampoco sabes cocinar.
- Claro que si!- Respondí molesto- Yo me he puesto a leer libros de horneado y de muchas cosas! Los leí para cuando....
Me quedé callado, había estado a punto de avergonzarme a mi mismo, no podía confesarle que había soñado con un futuro juntos, con hijos y una casa blanca, con el yendo al trabajo por la mañana y yo quedándome en casa para prepararle la comida para cuando el llegará del trabajo por la tarde... No podía hacerlo, que acaso era una ama de casa de los años cuarenta?!
- Ese es un buen sueño Steph pero yo no puedo comer, y esa es una de las razones por la cual no puedo cocinarte algo, para cocinar se debe tener el sentido del gusto el cual yo no poseo, nunca he sabido a que sabe una tostada o una fruta, no tendría ni idea de cómo combinar todo eso.
Yo asentí y baje la mirada, estaba avergonzado, el había leído en mi cabeza y además lo que el había dicho era cierto, las lágrimas cayeron rápidamente rodando desde mis mejillas y yo intenté ocultarlo. Era cierto todo aquello, Sid era un espectro no un humano y aunque yo supiera cocinar gracias a que leyera todos esos libros nada cambiaría.
- Eso no es cierto.
Él se posiciono en un rápido movimiento frente a mi y me levanto el rostro.
- No... no importa Sid.
- Se que si te importa Steph pero estás equivocado, no importa que yo no pueda comer lo que tú preparas, no importa si no tengo sentido del gusto o del olfato, yo puedo saborearte, puedo sentirte, puedo hacer todo por ti. Todo.
- Sid perdóname soy un tonto! Yo lo único que quiero es estar contigo y que tu me ames.
- Steph, yo te amo, y si quieres una casa blanca, si quieres que yo me vaya por la mañana temprano al trabajo, si quedarte en casa a preparar la comida para cuando llegue lo podré hacer por que te amo, tu tendrás todo lo que sueñas tener Steph.
- Yo solo sueño con estar siempre a tu lado.
Dije metiéndome en sus brazos, el me beso la cabeza y me abrazó.
- Además se de buena fuente que tu mama tuvo que enseñarle a nuestro hijo a comer otras cosas que no fueran dulces por que tú nada más no atinaste a enseñarle algo.
- Ah!?- Me quedé helado ante su comentario. Me despegué poco a poco de el y le mire.
- Nuestro... Nuestro hijo?
- No decidiste adoptar al hermano de Layla?
- Sally!
- Dicen que era muy parecido a ti.
- Si bueno, no es para tanto, pero como te enteraste de Sally?
El rodó la mirada y yo masculle entre dientes.
- Layla!
- En fin, me hubiera gustado poder conocerle y verte de madre sobreprotectora.
- Que? Como que madre?
- Y que más, yo su padre, tu su madre no?
- No! Yo su padre!
Él sonrió de lado y se incorporó.
- Seguro, como eres tan masculino.
- Que?!- Dije encolerizado- Sid, repite lo que dijiste!
- Voy a prepárate el baño Steph.
- Sid! Sid ven aquí y repite lo que dijiste! Siiiiiid!
Grité y grité pero este ya había desaparecido en el pasillo de la puerta de la habitación.
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Del libro de Sid.

Una vez dejado a Steph dormido, me dirigí a la reunión de la asamblea, al fin le había dado mi corazón a su dueño, su legítimo dueño.
Stephan me había contado cosas sobre lo que había sucedido pero lo que el decía y lo que su mente proyectaba eran distintas en algunos puntos, sobre Layla, sobre lo que Ephy había hecho y el había omitido, sobre un oficial de policía, sobre su hijo adoptado. Eso que el callaba me encendió por dentro pero sabía que el callaba aquello por todo el dolor que le traían esos recuerdos y que quería evitarme el tonto. Así que me callé y le entregué mi corazón pues a pesar de todo lo que hubiera pasado, jamás podría pagar el sufrimiento que vivió Steph en todo este tiempo, así que me callé para hacerlo feliz.
Acudí a la reunión y le propiné una golpiza a Layla, no solo por violar a Steph sino por tocar su trasero con duras palmadas solo para satisfacer su placer sexual.
Al final abandonamos la pelea más aún así antes de reunirnos con los demás ella dijo.
- Eh Sid! En verdad no siento lo de las nalgadas pues... Quiero que sepas que Steph me gusta, mucho! Incluso lo amo y si te descuidas lo haré mío a voluntad.
- Sucia ramera de Babilonia! Si lo vuelves a tocar serás polvo de la primera mujer!
Me disponía a bajar cuando ella soltó de sopetón.
- Lo amo, como tú lo amas.
Regresé a su altura y dije molesto.
- No lo amas como yo, a ti te importa que el pueda venirse en ti, a mi no.
- Lo amo en mi forma Lilim así como tú en tu forma espectro.
- Es mío.
- Lo se Sid... Lo sé.
Nuestras miradas chocaron con violencia.
- Entonces mantente lejos.
- Sabes que es irónico? Que si el maestro no hubiese hecho eso, en algún momento el me hubiera elegido, incluso tú mismo me hubieras elegido.
- Que estupidez es esa?
- Cuando el hubiera querido hijos, tu mismo me lo hubieras entregado pues yo soy la única que podría darle aquello de una manera segura, cuando el necesitará eso... Me pregunto que hubieras hecho Sid?
Bajé de inmediato y ella también, ninguno de los dos hablamos más. Era evidente que Layla amaba lo mío y aunque estaba agradecido con ella por cuidarlo en mi ausencia, si tenía que eliminarla lo haría.
Ellos me contaron sobre lo que Steph había omitido, cada palabra de aquel relato me hería, yo había querido proteger al rubio de los peligros del exterior y había aplazado mi ruta para eso y el había resultado herido con aquellas cosas de su interior.
Luego de aquello hirvió en mi el deseo de venganza, quería cobrármelas con todas las personas que habían osado tocar a mi propiedad.
Pero ya era la madrugada y tenía que regresar a su lado, antes de que despertara pues quería estar con el todo el tiempo que me fuera posible, antes de que cualquiera ya fuera K. o yo mismo hiciera un movimiento.

 

 

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