Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Próximo capitulo: Beni escapa de Kuri, pero acude a la persona menos indicada para pedirle ayuda.



 Esto no era nada bueno, es más, era más allá de rayar en lo malo, en lo pésimo, en lo exorbitantemente terrible. Tenía frente a mi al oficial June Whipper y a mi Sid, ellos frente a mi y cada uno frente a frente y al parecer yo sabía que ellos sabían quienes eran.
Sid lucia soberbio en ese traje negro de corte ingles, sus bucles atados a esa media coleta y la camisa blanca y pulcra, las lilas tensas como el gesto, el oficial June llevaba su uniforme de policía que lo hacía verse tan apuesto, el ceño fruncido y los labios tensos en una mueca de enfado.
No se habían dicho ni una palabra pero a leguas se miraban que no se caían bien.
- Ammmhhh...Ammmhhh...
Dije un par de veces para intentar romper el hielo pero a mí mismo no se me ocurrió que decir, así que miré mi té y el pastel que tenía delante de mi, era uno de los favoritos, crema inglesa y fresas... A Kanon también le gustaban las fresas, por que no estaba aqui para ayudarme con esta terrible situación? Tomé mi tenedor y pinche una fresa, me la lleve a la boca. Simplemente deliciosa, pero seguro sabría mejor sin tanta tensión en el ambiente, mire mi tenedor y me sorprendió notar como este tenía los dientes chuecos, era una imperfección casi invisible pero en un momento donde solo quieres evadir la realidad presente, una pequeña imperfección como esa sugiere una puerta de escape a la medida. Cuantos tenedores así me habrían tocado en mi vida? Cuál era el número normal de tenedores con dientes enchuecados que una persona podría tener en su vida? Habría alguien que llevará tal estadística? Suspiré sin darme cuenta y luego di un largo y tendido.
- Aaáaaaaa....
- Que te sucede Steph?
- Te sientes mal primor?
Sus voces me sacaron de aquel mundo fantástico de tenedores conspiradores con dientes chuecos.
- Primor?- Repitió Sid enfadado.
- Sid, el es el oficial June Whipper. Oficial June Whipper el es Sidney.
Ellos se miraron con rencor, y luego Whip le extendió la mano a Sid pero este se cruzó de brazos y dijo.
- Lo siento soy Italiano y nosotros no nos saludamos así.
- Ah si, pues esto es Inglaterra y tú estás aquí mismo no?
- Quien sabe!
- Entonces eres un holograma?
Estos siguieron su palabrería hasta que yo dije.
- Baaaasta! Suficiente! Los dos!
Ambos me miraron sorprendidos y luego Sid hizo una mueca.
- Lo siento dulzura pero el comenzó.
- No es cierto- Dijo Sid rápidamente.
- Si es cierto.
- No, no lo es.
- Que si!
- Que no.
- Si es cierto, si es cierto!
- No lo es y no lo es.
- Si lo es, es cierto al cien.
- No lo es ni al tres.
- Yaaaa! Ay por favor, parecen niños y si no se van a comportar será mejor que se vayan!
- El empezó- Dijo Sid comenzando de nuevo.
Yo le dedique la peor de las miradas y el se calló de nuevo.
- Ahora bien, el oficial June Whipper es un gran amigo mío- Dije a Sid- El me ayudó mucho durante... Este tiempo.
- Te ayudo?- Dijo Sid- Que clase de ayuda fue exactamente?
- Ah?
- De la que el precisaba cuando le abandonaste - Susurró Whip.
- Ah sí? Y si se puede saber, qué tipo de ayuda el precisaba?
- No se.
- No sabes?
- No recuerdo.
- Yo creo que lo recuerdas a cada momento.
- Ah sí? Como sabes? Acaso lees la mente?
- Si- Dijo mi espectro muy orgulloso de si mismo y yo me pegué con la palma de la mano en la frente.
- Claro que no!
- Claro que sí.
- Nadie puede.
- Yo si.
- Que no.
- Que si
Estaba harto de esas peleas de niños de preescolar así que decidí levantarme y pretender que me iba, aunque era evidente que sin Sid no podía ir a ninguna parte, el era el que me había bajado a la pequeña sala de mi casa. Aún así me pare pero lo hice con tal entusiasmo que perdí el equilibrio, me fui de frente contra la mesa de te y caí de bruces... En realidad no caí, ni siquiera pude tocar la mesa pues Sid y su maravillosa rapidez me tomaron en sus brazos ante un oficial que no se explicaba como era que aquel chico de pelo negro había podido ser tan rápido, era como si el mismo me hubiera empujado y tomado en sus brazos.
- Estás bien Steph?- Dijo Sid con verdadera preocupación.
- Hey dulzura te encuentras bien? Pero... Qué sucedió? Qué rayos?!
- Nada, nada! Solo por favor dejen de pelear! Se acaban de conocer... O no?
Ellos se miraron y luego cada uno miro al lado contrario.
- O no?
- No!- Dijeron al unísono.
Sid me sentó de nueva cuenta y me pasó el brazo por los hombros a manera de reafirmar su territorio, yo me quite su brazo de inmediato y el me pegó más contra el, Whip entrecerró los ojos con disgusto. Necios!
- Ayer por la mañana....
_________________________________________________________________
La versión no oficial del Oficial June Whipper.

- Ayer por la mañana dulzura, tu mama me llamo para decirme la noticia de que habías regresado el día anterior, eso me puso especialmente de buenas y creí que habías ido a trabajar como siempre ya que no sabía que te había ocurrido, tu mamá no lo mencionó- Dije desesperado de ver como estaban muy juntos, ese idiota me miraba desafiante- En serio no sabía que nadie te había cuidado como mereces dulzura.
Dije en tono desafiante para provocar al que lo tenía atrapado.
- Ah? No Whip esto fue un descuido mío ya te lo dije.
- Yo jamás me permitiría un descuido así.
- A ti jamás se te va a permitir nada!- Dijo el tal Sid.
- Ay basta! Sid, Sid por favor déjalo continuar.
El perro gigantón torció el gesto pero obedeció a mi pequeño.
- Bueno la cosa es que terminé mi turno a las siete y fui directo a Moonlihgt, la empresa donde trabajas; pero como no sabía bien en donde, ósea en que piso, hablé con la recepcionista y ella me indico la sección de mensajería en el piso tres. Pero la verdad iba distraído y terminé en el piso más alto, en fin, ahí fue donde lo encontré...
Recuerdo bien que al verlo no me pareció un mal tipo, pero no podía decírselo a Steph, y menos frente a ese perro gigantón. No señor! No le diría que incluso pensé en lo lindo que se miraba con ese gesto fruncido de manera tan teatral, este me abordo con sutileza al verme perdido en aquel lugar. El miró mi placa y dijo:
- Si... Dígame oficial le puedo ayudar en algo?
- Ah, disculpe este es el piso de mensajería?
- Ah no, en absoluto, este es el piso del CEO.
- Ah? Cielos! Disculpe creo que me he pasado unos pisos.
- Si, bueno algunos.
Le sonreí con naturalidad y el esbozo lo que parecía una sonrisa bastante sincera.
- Yo voy hacia abajo, lo acompañó.
- Gracias pero no quiero molestarlo.
Le mire unos momentos y pensé que si ese era el piso del CEO y yo sabía que Santini había regresado a retomar el control de Moonlihgt el debía ser un empleado cercano a el.
-Soy el encargado de el área de mensajería interna justamente, dígame oficial sucede algo?
- No, No- Dije mientras abordamos el ascensor- Nada de eso solo vengo a recoger a alguien.
- Ahhh, una novia será?!
- Si algo así... Bueno en eso ando.
El dígito el piso tres que apenas había yo notado que estaban en caracteres romanos y luego dígito la planta baja.
- Pues mucha suerte, si es alguien que trabaja en la empresa debe ser una persona muy difícil de tratar. Si lo sabré yo...
Río el y me pareció una risa muy limpia, la verdad es que estéticamente era muy guapo pero la atracción que este chico generaba iba más allá, era como si fuese un ángel caído, una criatura extraordinaria que de cuando en cuando revelaba su brillo.
- Seguro que si.- A complete.
El elevador se detuvo una ocasión nada más por unos momentos que aun trato de olvidar, y fue llamado un par de veces pero en cuanto los empleados veían al chico optaban por no subir, se ponían de nervios. Al fin llegamos al piso tres y el fue tan amable de acompañarme a la recepción de mensajería. Ahí una empleada le miro y de inmediato corrió hacia donde esté se dirigía, me pareció en ese momento o que era más importante de lo que decía o parecía o que era un jefe terrible.
- Señorita Bourdeau el oficial viene a buscar a alguien por favor bríndele toda la ayuda que precise.
- Si señor.
Luego de dar aquella orden el se volvió a mi, era un chico menor que yo, como podía ser él el jefe de mensajería?
- Si logra su cometido oficial avíseme con la señorita Bourdeau, yo le invitaré unas copas por la feliz ocasión.
Dijo con una sonrisa tímida pero bastante linda, apenas había caído en cuenta de que sus ojos tenían ese relleno lila. Pero quién tenía en este mundo ojos de ese color?
- Claro que sí.
- Con su permiso.
Yo aún estaba atontado cuando el se retiró. La verdad ese aturdimiento me duro unos minutos hasta que la chica me hizo volver en mi mismo, pero el ya se había marchado.
- Hey... Vaya ni siquiera se su nombre... Disculpe señorita, cual es el nombre de su jefe?
- Mi jefe?
- Si, ese muchacho que vino conmigo.
- Ese no es mi jefe oficial, ese chico tan apuesto- Dijo y lanzó un suspiro de amor- Es el hijo del señor Santinni.
- El hijo del señor Santinni?
- Si, es muy apuesto no?
- Entonces dice que no es el jefe de mensajería?
- Bueno pues así como tal no, pero su papá es el CEO de la empresa así que el es el jefe de lo que guste y mandé, incluido mi corazón- Dijo ella en forma de broma; lo cual no causo en mi ni una simple risa, me pareció extraño que mintiera pero supuse que no le podía decir a todo el mundo quién era y apenas en ese momento se me hizo comprensible la actitud de los demás empleados en el elevador.
Apenas era un niñato de unos 19 o 20 años y aunque no me pareció un chico pesado me molesto un poco que no me dijera la verdad, pero todo paso a segundo plano al cabo de que me enteré de que no había ido al trabajo.
Luego de contar lo mas relevante y callar cualquier buena opinión sobre el joven de bucles negros y piel pálida que tenía frente a mi Steph dijo.
- Ahhh así que si se vieron antes eh?
- La verdad ahora entiendo todo mejor.
- A que te refieres Whip?
- Pues a que jamás conté con que esa persona en tu vida era el hijo de Santinni, por eso tú tienes privilegios siendo solo un mensajero.
- Ah? Privilegios? Claro que no. No es así.
- No me mal intérpretes Steph, no te juzgo por eso ni nada por el estilo, solo que ahora comprendo por qué te eligen a ti para esos viajes por el mundo y por que cuando te perdiste la empresa buscaba por ti.
- Yo no tengo privilegios especiales de ese tipo y menos por eso.
El volteo a ver al perro gigantón y yo también.
- Si es por eso.
- Queeee? Pero yo trabajo muy duro Sid!
- El otro día revisé la contabilidad y tus descuidos ocasionaron perdidas no muy significativas pero perdidas.
- Entonces despídeme y ya!- Dijo cruzándose de brazos.
- No quiero Steph.
- Si dices que soy un inútil.
- No lo eres, yo no dije eso. Gracias a ti he podido trabajar mejor... No por las noches claro! Por que eso supone muchas distracciones para mi y eso se ve reflejado en perdidas; pero en definitiva nadie me da la motivación que tú me das, que tú piel me da, que tú...
- Cállate!!!! Cállate!!!
El perro gigantón guardo silencio y sonrió de lado.
- No Whip no lo escuches, cuando Sid esta de pesado no hay de otra que hacer de sordo, jajaja en fin, no es importante mi papel en Moonlihgt sino que por favor les pido sean amables entre ustedes, al menos en lo que me quitan tanto yeso, si? Además quien sabe, quizás si se lleven bien después de todo? Si se agradaron en el elevador de la empresa...
- No te confundas primor, no creo que agrado sea lo que dos extraños que se encuentran por error sea lo que sientan uno por otro.
- Whip...
- Eso es cierto Steph, además cómo crees que podría agradarme el hombre que codicia lo mío.
- Ah sí y que es lo tuyo?- Dijo el rubio.
- Pues tu, que más?
- Sid no me gusta que digas esas cosas, no soy una propiedad.
- Eres mío.
-Sid!
- No te atrevas a llamarlo de nuevo como a un objeto- Me puse en pie de inmediato, estaba comenzando a perder los estribos.
- Whip... Calma.
- Es mío- Dijo el enorme muchacho poniéndose de pie también- Mío y de nadie más.
- No por favor- Dijo el rubio de manera apenada- Por favor!
Mire su cara de angustia y tome mi gorra de oficial y mi chaqueta.
- Escucha primor, no creo que para ninguno aquí sea desconocido lo que sucede. No hay ninguna clase de razón o sentido en que me digas que actuó con el razonamiento de un tonto que se niega a dejarte en libertad pero no puedo y quiero decirlo frente a él, así jamás se dirá que el camino que elegí no era el más honesto, aunque a decir verdad es que no se como va a terminar esto para mí y eso aumenta mi confusión. Yo te quería para mi y había soñado con tu regreso... Sin el claro!- Yo desvíe la mirada a un lado y dije- Y se que no es tu problema, quizás ni siquiera mío pero de repente me encontré viviendo así contigo, en una vida que no era mía y que no podía dejar atrás, esa es una vida al lado tuyo.
Con todo el valor que me quedaba volví a mirarlo y este tenía un semblante de mortificación.
- Sonríe primor, no es tan malo, lo único que quiero decirte es que te lo dije una vez y lo diré delante de él... No pienso perderte, no puedo cederte y no voy a dejar de quererte solo por que ahora ya tenemos compañía.
El perro gigantón cerro los puños y me pareció más grande que hacía unos momentos; pero no me importaba nada excepto dejar clara mi postura de que no me rendiría.
- Sid basta! Ve arriba un momento por favor!
- No lo creo.
- Sid- Dijo el rubio por lo bajo- Por favor.
- Que no!- Dijo el chico inflando el pecho.
- Entonces yo iré.
Dijo Steph e intento ponerse en pie de nuevo y de nuevo casi cae al piso, aquel gigante de cabellos negros alcanzó de nuevo a sujetarlo y dijo.
- Un minuto nada mas.
- Bien.
Este me dedico una mirada de desdén puro y se marchó.
- Whip yo... Yo no sé que decir, solo ... Solo puedo decir... Perdón!- Dijo subiendo la mirada inundada- Yo no entiendo por qué las cosas no pueden ser como antes? Por que nosotros no podemos ser los de antes?
- Dulzura tranquilo.
- No! Déjame decirlo... Whip yo no estoy seguro de que signifique todo esto que sucede, no creo que Sid o tú lo sepan tampoco, somos tres personas que han sido entramadas por la vida en la peor forma. Escucha Whip tú eres muy especial para mí y te has vuelto alguien muy querido, contigo me siento bien, muy bien, contigo me siento como nunca, solo no sé que decir sabes? Yo no quiero hacerte daño, por que si yo lo hago, si hiero a alguien mas, si lo hago; no me lo perdonare y quizás nunca sabremos que hubiera resultado de esto.
El habló de esa forma tan precisa y clara que sentí aquel disparo de una completa y arrasadora tristeza dentro de mi; que aunque intenté disimularla seguro solo me veía mas patético.
- Whip... Yo...
- Descuida primor- Dije aún sin verlo y busqué en mi reloj un pretexto barato para huir de la situación, era algo cómico, yo jamás había huido del peligro como militar, ni siquiera cuando se rumoraba que nos mandarían a misiones en medio oriente, como policía menos! Me enfrentaba a cualquier tipo de situación sin miedo, pero esto de estar frente a este lindo rubio me dejaba desarmado- Cielos amor que tarde es! Bueno te veré luego de acuerdo?
- Whip...
- Tengo que llegar a preparar todo sabes! Pero nos estaremos viendo.
- Whip...
Este bajó la mirada afligido, esta lindura solo me la ponía más difícil.
- Hey!- Dije poniendo una rodilla en el piso y tomando sus manos, su mirada oscura se encontró con la mía- Hey! En serio volveré a verte, te lo dije una vez, yo no me rindo así de fácil, además no hay nadie, ni siquiera ese perro gigantón o mil demonios que te pueda cuidar como yo lindura.
- Whip no digas eso.
- Es verdad! Vendré la próxima semana al viernes de postres con tu mamá.
Me paré rápido y bese sus cabellos, luego salí huyendo, como el cobarde que era.
Llegue a mi apartamento y me puse a beber, de nuevo había vuelto a los días de Wishkey y cigarrillos. Saqué aquel vestido del cajón y me tiré en la cama mientras lo sujetaba con fuerza y rememoraba como le quedaba, como sus muslos se ajustaban a el, como se deslizaba en sus hombros, como le hacía lucir como un sueño imposible. Cerré los ojos y sentí sus labios, era una fantasía más volver a tenerle sobre mi, sentir su calor, su cuerpo encima excitándome, yo quitando lentamente su vestido, siendo dueño de el.
__________________________________________________________________________________

Sid se había quedado conmigo cada noche desde que regresé a casa, lo cual era bueno pues podía quedarme dormido con mucha tranquilidad en sus brazos. Lo único malo fue como sucedieron las cosas ese día que este y Layla me fueron a dejar.
Layla bajo de su coche con un collarín, una férula en la pierna derecha y muletas.
- Es una broma?
Sid torció el gesto y ella dijo.
- Para nada, si a ti te pasó algo muy malo a mi también debió haberme pasado no lo crees así? Sería muy sospechoso que siempre te pasará a ti lo malo y a mi nunca, es más voy a decir que Yuri murió en el accidente.
- Que? No!
- Por?
- Por que mi mamá se va a traumatizar y nunca más me dejara salir! De echo tu farsa ya me parece mucha exageración.
- Que malo eres Steph y yo que vi un tutorial de cómo caminar con muletas.
- Será mejor que no digas lo de Kuri- Dijo Sid a Layla y luego se dirigió a mi- Será mejor que no digas nada.
- Que?! Pero...
En ese momento salió mi mamá de la casa y de una expresión de felicidad paso a una de asombro y luego a una de verdadera tristeza.
- Steph bebé que... Qué te pasó?
Sid me traía en brazos y Layla caminó unos pasos hacia la entrada con el semblante de tensión más notorio.
- Pero por Dios qué sucedió?!
Ante la expresión de mi mamá la actuación de Layla mejoró ya que hizo una mueca de dolor absoluto y Sid torció el gesto.
- Nada mamá, vamos adentro.
Mi mamá miro a Sid un momento, yo estaba muriendo de los nervios, que tal si mi mamá se había dado cuenta de lo que había entre nosotros? Quizás con esa poderosa intuición femenina que tenia podía saberlo en un par de miradas, que iba a hacer? Otra cosa que no me había puesto a pensar! Ay no! Y si se daba cuenta de que eran espectros? Y si se daba cuenta de que a mí me gustaba un hombre que no era un hombre? Me aferre mas a Sid y este avanzó hacia el interior de mi casa, Layla nos siguió despacio.
Al fin Sid me acomodo en uno de los sillones principales y se sentó a mi lado derecho, luego quedó Layla y en el sillón de enfrente se sentó mi mamá, la escena parecía la de una mujer que estaba a punto de retar a sus tres hijos.
- No te preocupes mamá, no pasó nada.
- Es mi culpa Cathy- Dijo Layla interrumpiendo- Pero antes déjame presentarte a mi primo Sidney Santinni.
Sid se paró y fue donde mi madre tomo su mano y la besó luego hizo una reverencia y dijo.
- Encantado de conocerla señora Joggar.
Layla puso una expresión de arrepentimiento y yo me quedé boquiabierto tal cual mi mamá a la cual apenas si reaccionó diciendo.
- Santinni?
- Si señora.
- Santinni como el empresario de Moonlihgt?
- Es mi padre.
Mi mamá me miro y luego a Layla.
-Si, su padre se casó con una tía mía- Dijo esta sonriendo con amargura- Ahora sí te explico lo que sucedió...
- Pero mírate tú también Layla! Pero es que, por Dios, que acaso escalaron el Everest?!
Layla hizo otra mueca de dolor y mi madre la noto más está vez.
- Ay hija estas bien?
- Si, si, solo duele un poco mi pierna. Gracias.
- Que sucedió?
Layla y yo nos miramos con complicidad pero sin advertir que sería Sid el que tomaría antes la palabra.
- Me temo que fue mi culpa señora- Sus lilas produjeron un brillo singular- Stephan salió en medio de una fuerte tormenta a buscarme, cayó por un barranco helado y ahí fue donde se fracturó. Créame que estoy completamente afectado por eso aún y estoy a disposición de lo que desee hacer conmigo.
Sid miraba a un lado y hacia abajo con ese gesto natural de angustia que en ese momento acentuó aún más.
- Pero que...
- No! Ay Sid no seas melodramático- Dijo Layla- Mira Cathy lo que sucedió es que hacíamos senderismo y tal cual dijo Sid, este se adelanto mucho, la verdad la Patagonia tiene muchas colinas heladas muy escapadas lo sabes- Decía la chica de cabellos de cobre con esa retorica que usaba cuando quería envolver a alguien en sus trucos- Sid es muy ágil en eso pero a Steph le falta práctica y ni que decir a mi, la verdad no tengo ni idea por que surgió eso del senderismo pero el caso es que Steph y yo decidimos ir en contra de mis primos los gemelos y quisimos alcanzar a Sid, yo no me fije bien, resbale y caí en un barranco, Steph intentó sujetarme pero no ocasionó más que este se fuera abajo conmigo, el me protegió con su cuerpo en la caída y bueno ahí estuvimos hasta que Sid y mi tío y mis primos nos encontraron. Lo siento Cathy... Fue mi culpa.
- Pero... Pero que...
Mi mamá miro a Sid con preocupación y luego se dirigió a nosotros en un acto realmente sorprendente.
- Pero que pedazos de pelmazos son ustedes? A quien se le ocurre salir atrás de alguien en un lugar tan peligroso para alcanzarlo?! Qué demonios les sucede?! Pudieron haber muerto! No es culpa de este pobre niño, miren nada más esa carita de aflicción par de burros! Steph que demonios te sucede? Por que no detuviste a Layla? No tienes diez años ya hijo! Y tú Layla, jamás lo creí de ti, yo conozco a Steph y se que no es muy inteligente pero tú?!
Yo mire asombrado a mi mamá, espero no hubiera querido decir lo que yo pensaba.
- Perdón Cathy!
- Definitivamente hablaré de esto con tu madre Layla!
- Si- Dijo la chica agachando la cabeza.
- En fin, al menos no pasó a más y están bien, aunque- Mi mamá volteo a verme y dijo- Tu estás castigado.
- Mamá! Por favor, tengo casi treinta años!
- Pues actúas y piensas como de tres!
Yo torcí el gesto y me cruce de brazos.
- En fin!- Dijo mi madre, dio un enorme suspiro y corrió a abrazarnos y darnos de besos.
Layla se notaba muy familiarizada con mi madre tal como yo pero Sid nos miro sin comprender bien, no sabía lo que ocurría en su cabeza pero por su gesto el tampoco lo sabía.
- Que bueno que están bien los dos, me alegro tanto! Layla hija estas helada!
- Si, supongo aún no me he repuesto del todo.
- Si, seguro has cogido más frío y bueno Londres no es una playa de palmeras que digamos. Deberías haberte quedado descansando.
- No Cathy te dije que lo traería aunque he fallado en hacerlo a salvó.
- Descuida, lo bueno es que no pasó a más, aunque vaya que si han sido algo estúpidos eh? Bonita pareja que hacen.
En ese momento Sid se levantó con los puños crispados y mi mamá volteo a verlo un segundo después de nosotros.
- Ay mi vida- Le dijo en un tono melifluo- Tranquilo, no pasa nada, no fue tu culpa que estos dos zopencos se fueran tras de ti sin ninguna clase de precaución, ven acá.
Layla agrando los ojos y se tensó, yo al verla y al ver a mi mamá acercarse a Sid hice lo mismo. Ella puso sus manos a manera de envolver la quijada de Sid en una caricia y suavemente con sus dedos le hizo esta.
- No te preocupes corazón, no es tu culpa nada. Ven siéntate, tranquilo.
Entonces ella paso sus brazos delgados y finos por su cuello amarfilado y este se encorvo, ella le abrazo con ternura y el me miró sin saber que hacer.
Layla y yo le hicimos gestos de que le correspondiera y este lo hizo así, con una máxima de delicadeza. Después de eso los espectros se despidieron de nosotros no sin que mi mamá quedará con Layla que le avisará a su madre que quería hablar con ella, Layla pretexto un poco diciendo que su madre había salido de viaje pero que volvería la semana siguiente. Mi mamá confiaba plenamente en ella pues ella nunca le había dado algun motivo para no hacerlo, así que Sid y Layla marcharon dejándonos a solas, eso hasta la noche; que Sid había prometido volver a dormir conmigo.
- En serio es el hijo de Santinni?- Dijo mamá sorprendida.
- Si...Eh si.
- Es muy jovencito, es casi un niño! Cuantos años tiene?
- 19 o 20.
- Se ve muy chiquito y además está tan guapo!
- Mamá! Eres una señora no?
- Que?! Ay Steph también soy mujer- Dijo risueña.
- Mamá!
- Ya, ya parece que fuera tu novio!
El color me invadió el rostro y le dije molesto.
- Pero qué cosas dices mamá?!
Ella río divertida, aun a pesar de todo, estaba muy feliz de ver nuevamente a mi mamá, ella me dio un beso y me sentí como en casa aunque hacía falta algo... Y ese algo llegó por la noche.
- Que sucede Steph?
- Te has demorado demasiado- Dije aún inquieto.
El se acercó a mi cama y se sentó frente a mi. Yo puse una cara de entre disgusto y vergüenza.
- Lo siento- Dijo él acariciando mi mejilla.
Yo rodé los ojos, no era para tanto pero el que el demorará aunque sea un poco me había angustiado más de lo que intentaba disimular, la ansiedad se había disparado en mi con los primeros minutos de retraso.
- No es para tanto- Dije un poco fastidiado- Entra a la cama.
- Lo siento Steph- Continuaba repitiendo- En verdad lo siento.
- Ya te dije que no es para...- Al verlo comprendí que Sid podía también estar destrozado en alguna clase de sentido- Sid?
- Yo te hice eso verdad? Yo te rompí la mente. Yo te rompí el corazón.
- Hey no! No! Sid no! Vamos sabes que es solo una rabieta eh?
- Perdón. Yo no planeaba regresar Steph, quería dejarte vivir una existencia en paz, quería que tuvieras una vida maravillosa, una familia normal, pero ya estaba mi corazón muy enganchado a ti.
- Sid...
- Cuando me presente en la santa sede ya era muy tarde. Quería ganar tiempo para volver y darte lo mejor de mi, fui encerrado y ahí escribí esa carta junto a lo que sería mi voluntad sí dejaba de existir, yo en verdad quería liberarte de todo esto, más sin en cambio...
Sid se encorvo hasta que su frente todo la colcha que cubría mis piernas y sus rizos negros se esparcieron por mi cama escapando de su espalda para dejarla desnuda.
- Sid, mírame, por favor!
Esto era algo desconocido para mi, era una parte de Sid que jamás había visto y que en definitiva me había tomado por sorpresa.
- Sid, Sid, mírame por favor.
Este se incorporó poco a poco y su mirada era la de un completo ángel, recordé entonces aquella visión del ángel que era el creador del maestro, ese que miraba con tanto amor a Dios, en definitiva Sid tenía que ser una parte de el.
- Sid, no digas esas cosas!
Me acerque más a él hasta quedar aliento con aliento. El lucía realmente triste.
-Sid, yo estoy contigo ahora , siempre será así, no hay nada que tú digas que me haga amarte menos, nunca! Me escuchaste?
Sus lilas me miraban fijamente.
- Ven, ven a acostarte junto a mi, ven y abrázame.
El obedeció y se recostó a mi lado, me metió en sus brazos aunque por alguna razón yo podía sentirlo aún angustiado.
- Sid, no pienses en eso más, la pase mal sin ti pero el que te alejó fui yo y además... Tú, en realidad nunca te fuiste, siempre estabas conmigo, tú siempre me ayudaste, siempre que estaba en problemas pensaba en lo que me habías prometido de no dejar que algo me pasará y ahí estabas, siempre para ayudarme a salir, siempre. Además, yo solo deseaba verte una vez más, decirte todo lo que sentía y dejarte decidir, Sid por favor no te quedes con lo que sientes dentro, háblame quieres? Háblame pues de ahora en adelante yo estaré siempre contigo, en tus peores momentos, nunca nadie te va a hacer daño Sid, nunca volverás a estar solo, me escuchaste? Yo siempre estaré a tu lado. Hare de todo para estar contigo siempre!
- Steph?
Yo mire hacia arriba y lo vi, se notaba más tranquilo.
- Dime?
- Cántame una canción para que pueda dormir.
Sonreí y dije.
- Eres un idiota Sid!
-Dijiste que harías de todo.
-Idiota! Todo excepto eso!
Ese era mi Sid, un idiota exasperante.
_________________________________________________________________________________________________
Del Libro de Sid.
Elevador.
Sabía que había roto su cabeza, su corazón y su alma y ahora Steph era muy susceptible a cualquier tipo de ataque, eso lo hacía un blanco aún más fácil, pero el ahora era el dueño legítimo de mi corazón, el corazón del océano. Le había explicado que el tenía que comerse el diamante pues ahora era el propietario y así lo dictaba la regla. En el mundo solo había cuatro diamantes de ese tipo y una imitación creada para K. la cual los humanos habían nombrado Hope o de la esperanza, pero era una burda imitación de mi corazón, el corazón de un Leviatán que era un diamante más puro y de un azul más limpio.
Al fin Steph se tragó el diamante, entonces la marca apareció en su nuca visible y en su pecho de manera no visible, la marca del Leviatán, la advertencia clara de que el era mío.
Tuve que llevarlo a casa y pude entonces conocer a mi madre por ley. Tan adorable como el rubio, una mujer hermosa y delicada de ojos azules intensos y cabello cenizo con unos toques de rubio aún. Después de un regaño justificado dejé a Steph para que estuviera un poco con su madre, no era tan bueno que perdiera contacto con los de su especie, yo en cambio me retiré a la empresa.
Cada noche sin falta asistí a dormir junto a él, entraba por la ventana que este dejaba sin seguro y por el amanecer volvía a Moonlihgt, volvía para poner todo en orden y a pensar, seguía muy enojado o más, si! Todo esto iba más allá, estaba furioso y devastado por todo el daño que había recibido el rubio. Furioso conmigo y con K. El me tendría que ver una vez más, quisiera o no.
Pero eso no era lo peor de todo, sino más bien un principio, ya que unos días después descubrí que Steph había sido salvado por alguien más... Ese oficial tonto! Un simple Bobby de Londres!
El contó de cierta manera nuestro encuentro cuando el iba a mi territorio a buscar a mi propiedad! Y casi todo lo que dijo fue cierto a excepción de que mientras bajábamos por el elevador, esa única ocasión en que se detuvo dio tal sacudida que ese oficial fue a dar a mis brazos, ese idiota tampoco dijo que habíamos terminado aliento con aliento y menos contó la osadía a la que se atrevió! Tampoco es como que yo fuera menos culpable de aquel beso, durante todo ese tiempo tenía mis encantos expuestos, ese hombre me atraía en cierta forma, desde que lo había visto perdido, desde que había olido la loción que se pegaba a su piel, desde que había decidido interceptarlo para que no entrara a mi guarida en ese piso, sabía que tenía algo que me era familiar.
Por eso en aquel elevador lo recibí en mis brazos y deje que sus labios se juntan con los míos, pero jamás pensé que todo eso que me inquietaba era nada más y nada menos que una atracción hacia mi propiedad. Pero ese perro policía estúpido no tocaría lo mío, no mientras existiera y nunca cuando ya no lo hiciera, Stephan Joggar era mío. Mío! Y mío!


 
Notas finales:

Gracias por leer!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).