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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:


 

Próximo capitulo: Sid contra June, o mas bien todos contra June.



Del Libro de Kuri.
Falta de avaricia.

Días oscuros, días y nada más, una especie de medida de tiempo que se alargaba más y más hasta que cometí aquella tontería de irme a mi asamblea y quedar atrapado por el hechizo de ms allegados colegas, entonces quede hecho un inútil humano. Pero cuando se es un humano se comete un error tras de otro y de inmediato me enferme pues mis sentidos estaban más que embotados. Humano torpe. Humano torpe.
- Como te sientes hoy?
Dijo el mocoso italiano. Yo no respondí.
- Hoy hay sol y te ves mejor, pasaste un noche agitada pero espero hoy estés mejor.
Este me acerco una bandeja con el desayuno. Un caldo de pollo y un zumo de manzana natural.
Yo le miré y dije.
- Y tu?
- Yo ya desayuné.
Lo escrute con fiereza y el retomo la palabra.
- Me levante a las cinco y media a preparar el almuerzo de Aramis y arreglarla para el colegio. Luego hice el desayuno de todos, el zumo es fresco y el caldo también. Debes comer cosas naturales o nunca te pondrás mejor.
El... El se había levantado temprano para hacer todo esto?! El estómago me dolía horrible y tenía la boca reseca así que sin más preguntas comencé a comer y nada más con la primera cucharada sentí el alivio. Esa sensación me gustó y comencé a comer con muchas más ganas.
El italiano aguardo hasta que yo terminé de comer y dije.
- Gracias por la comida, estuvo deliciosa.
- De nada.
Nos quedamos un momento en silencio y luego el se levantó y fue directo a correr las cortinas.
- No! El sol....
Dije y de inmediato me di cuenta de que el sol por ahora no podía tocarme más.
- Aquí casi no sale el sol- Dijo él mirando por la ventana. No sabía por qué pero Londres me pareció un sitio más lúgubre de lo acostumbrado- Te voy a preparar el baño, seguro querrás darte un baño con agua calientita.
Este no espero a que yo respondiera y se metió al baño de inmediato a prepararlo.
En definitiva me sentía mucho mejor, así que me puse en pie, aún estaba un poco débil pero lo hice y fui despacio hasta la ventana aún con el temor de encontrarme con la luz del sol. Había luz, pero apenas la típica escasa luz de Londres, no más, no menos y aunque me sentía temeroso aún sin tener un buen motivo me gustó poder asomarme a una ventana sin tener la piel achicharrada.
-El baño está listo- Dijo el mocoso que al verme en pie desvió la mirada.
- Gracias.
De inmediato me pase de largo a la tina y tome por primera vez un baño como se debía.
Me desnude y entre en el agua que estaba caliente, no como si quemará; sino estaba perfecta, olía a rosas y sales y entonces caí en cuenta de que yo había tomado baños con anterioridad pero ninguno como este, pensé en que seguro un baño así le hubiera gustado mucho a Yuri. Como espectros nosotros tomábamos baños con sales y burbujas pero no sentíamos el agua, no podíamos sentir el líquido en la piel, ni como está envolvía nuestro cuerpo y lo lamía proporcionando cierto alivio. No, no había ninguna sensación de alivio al entrar en contacto con el agua, solo era una mera formalidad para asear el envase que habitábamos llamado cuerpo pero nada más.
Más sin en cambio, hoy sentía por primera vez el placer de tomar un baño.
La puerta se hizo escuchar y el hablo detrás de ella.
- Ya cambie tus sábanas, no te vayas a quedar dormido pues te resfriaras! Afuera está tu pijama limpia, descansa un rato más, estaré abajo si necesitas algo grítame, bien?
- Si... Gracias.
No entendía por qué ahora estaba siendo amable conmigo, la verdad no me importaba mucho, me relaje un rato y luego salí y encontré tal cual él había dicho, ropa de cama y una pijama limpia, me vestí y me senté en la cama, a un lado en una mesita de café había una garrafa con zumo de manzana y otra con agua.
Limpio y de nuevo en la cama limpia también, me senté a observar a mi alrededor. Podía escuchar el sonido de mi corazón. Que raro era ser un humano, no me acostumbraba a la idea de tantos ruidos provenientes de mi cuerpo. Al fin cuando tuve seco mi cabello me recosté de nuevo, estaba aburrido de estar solo pero era obvio que él no quería hacerme compañía, quien sabe, a lo mejor si tenía buenas razones para despreciarme.
Terminé dormido de nuevo, era agotador ser humano así que apenas supe cuando él entró a la habitación y con un toque ligero en mis hombros y de manera muchísimo más delicada que la del rubio novio de Sid él me despertó.
- Hey, es hora de comer.
- Ah? No, más al rato, ahora no.
- Vamos tienes que comer a tus horas.
-Mmmh y qué horas son esas?
- Ya mismo. No seas remilgoso. Siéntate y come, luego podrás dormir.
- Ya que!
Me desperece y me incorpore, el puso la bandeja en mi regazo y me presento algo más decente.
- Compota de brócoli y zanahoria y un poco de caldo de res.
- Mmmh...
- Ten cuidado aún está caliente.
Por inercia tome el caldo y lo olí, tenía un olor bastante agradable.
- Si no te gusta puedo hacer uno de pollo.
Lo probé despacio pues si estaba muy caliente pero estaba muy bueno, en realidad estaba mucho mejor que el de pollo.
- No, está bien así. Gracias.
- Bueno, come y cuando necesites algo o termines me llamas. Estaré abajo.
Este se retiró y yo me quedé ahí, sin moverme. De nuevo solo. Di un largo suspiro y dejé la comida a un lado, me acurruque en la almohada y me quedé viendo al tazón de caldo.
Pasó el tiempo y el subió de nuevo.
- Que sucedió?
-Ah? Que sucedió de que?
- No has comido nada, no te gusto verdad?
- No si pero... No tengo hambre.
- Pero tienes que comer.
- Mas al rato.
- Nada de más al rato. Voy a calentar de nuevo esto y regreso.
Apenas si se demoró unos cinco minutos cuando lo tuve de regreso.
- Aquí está. Come.
Me incorpore, estaba harto de pelear así que me senté a comer el caldo y nada más. En lo que yo comía el caldo él miraba por la ventana hacia el jardín pero nadie decía nada más.
- Terminé- Dije veinte minutos después.
- No vas a comer la compota?
- No.
- Como gustes!- Dijo con un tono enfadado, tomó la bandeja y salió de mi habitación.
Me recosté de nuevo y sentí un hueco en el pecho que me tragaba. Había fracasado en todo, le había prometido no hacer estupideces y ya para este momento debía ser considerado primo hermano de Steph, carajo!
Me quedé recostado ahí sin moverme, bueno más o menos por que a los humanos les es imposible no moverse, así que me quedé lo más quieto que podía e intente dormir pero nada, luego llegó la pequeña Roja, azotando puertas y ventanas y todo lo que estuviera a su paso por mi habitación, con trabajo se trepó a mi cama y me dio un enorme y sorpresivo beso en la frente.
- Signiore Kuri, como se siente el día de hoy?
- Bien roja, que tal la escuela?
- Molto difficile!
- Por?
- La tua lingua è molto difficile!
Su pequeño y natural acento italiano me causo risa y ella dijo.
- No se ría de mi Signiore Kuri, es serio esto.
-Claro que lo es Roja, no me río de ti, estoy contigo en tu sufrimiento, es solo que me pareció gracioso que digas que es mi lenguaje el de los ingleses cuando yo no soy inglés.
- Ah?! De dónde viene el Signiore Kuri?
- Rusia.
-Ru...sia?
-I russkiy yazyk slozhneye!
- Que?
Dijo la pequeña Roja con una carita de verdadero asombro.
- Dije que " Y el ruso es un idioma más difícil"
- Owww, Signiore Kuri es maravilloso! Usted es maravilloso!
En ese momento entro el mocoso y dijo.
- Aramis a comer!
- Beni, el Signiore Kuri puede hablar ruso, sabías? Tu no hablas ruso Beni, él puede enseñarnos, no es así Signiore Kuri?
- Ve a comer Roja.
- Pero nos enseñará a hablar ruso?
- Si, pero ahora ve a comer.
- Pero yo quiero comer con el Signiore Kuri, Beni.
-Pero ya sabes las reglas Aramis, anda.
- Déjala comer aquí conmigo.
- No, la regla es que coma en el comedor no?- Dijo el mocoso desafiante.
-Pero yo quiero que Roja coma aquí.
- Si, Beni además el Signiore Kuri puede comer la compota que no quiso comer hace rato, no es así Signiore Kuri?
Yo hice una mueca y ella me miró con esos ojos enormes y expectantes y no tuve de otra más que decir.
- Si. Lo haré, pero tú debes comer bien.
- Si.
- Pero...
- Anda Beni, te ayudaré a subir las cosas.
- No, está bien así. Yo puedo solo.
- Sube también ti comida Beni, no lo olvides eh?
Noté como el mocoso le echaba una mirada de disgusto a Roja, vaya la pequeña si que era bastante lista y mandona. Ella se acomodo a mi lado y dijo.
- Signiore Kuri, diga algo en ruso.
- Que quieres que diga Roja?
- Algo importante como... Me puede dar un poco de su pastel de chocolate?
Yo entorne los ojos y dije.
- Eso es algo importante?
- Si Signiore Kuri, que tal si estoy en Rusia y tengo mucha hambre de un pastel de chocolate? Ese sentimiento de hambre es horrible. No me gustaba cuando vivía en Italia, ni creo que algún día mi guste.
Comprendí entonces que ella aún temía a volver a esa mala época donde no tenían ni para comer, sentí que había pasado tanto tiempo dormido que apenas era como si despertara.
- Roja?
- Si?
- Tu nunca volverás a pasar hambre o pobreza, eso a ti no te va a pasar. Te diré cómo se dice Disculpe, dónde puedo comprar un pastel de chocolate? Pero eso por qué cuando crezcas y viajes mucho sepas cómo pedir un pastel o cualquier cosa que desees en Rusia donde por cierto se de buena fuente que los dulces y postres son deliciosos.
Ella sonrió y el mocoso entro en la habitación con una bandeja enorme con la comida de los tres.
Esta vez me dio más hambre y terminé toda mi comida y me asegure de que Roja también lo hiciera. Ella pasó el resto de la tarde conmigo, le ayude a hacer los deberes en lo que el mocoso lavaba la vajilla. Luego de eso jugué con ella a los naipes y ella comenzó una plática muy singular.
- Signiore Kuri, puedo comentar algo con usted?
-Claro Roja, que sucede?
- Es sobre Beni... Bueno... Es que, le voy a pedir que si se siente solo, no dude en llamarlo.
- Ah?
- Usted y él están tan solos en esta enorme casa todo el día. Él tampoco desayuno mucho por que se siente solo pero mire, ambos comieron muy bien y eso es por qué a ambos les gusta la compañía. A mi también me gusta pero yo solo estoy por la tarde, en la matina si el Signiore Kuri se siente solo, haga caso a mí y llamé a Beni. Vera que no es tan cabeza dura como él parece. Llámelo si se siente solo, llámelo Signiore Kuri.
Sus palabras me dejaron anonadado. Roja era muy lista en verdad.
- Mi lo promete señor Kuri? Lo hará?
- Lo intentaré Roja.
Ella sonrió y yo repetí.
-No sonrías así, dije que lo intentaré que no es lo mismo que prometerlo.
- Para mí es suficiente.
Unos minutos más tarde el mocoso la llamo para que tomara un baño ya que mañana tenía lecciones de piano y de natación y de inglés.
Al día siguiente ya había pasado la primera noche sin fiebre, así que cuando Roja vino a darme un beso de buenos días pude sentirla más no abrí los ojos ya que los escuche que hablaban.
- Aramis! Vas a despertarlo y él necesita descansar.
- Solo quería darle un beso.
- Por que tanto afecto hacia él?
- Por que no Beni?
- Ah... Bueno es que...
- Mamá decía que había que ser buenos con el que se portaba bien con nosotros y tú también lo decías, no sé que te pasa eh? Yo sé que tú también quieres al Signiore Kuri.
-Que tonterías dices!
- Shhh! Vas a despertarlo!
Ellos callaron unos momentos y Roja continuó.
- Beni conmigo no debes tener secretos, tu lo quieres tanto como yo.
- Pero Aramis estás loca o ciega? Si él y yo nos llevamos muy mal.
- Por que se quieren, si no fueran cabezas de piedra la pasarían muy bien como mi papi y Stefy.
- Vamos ya! Basta de tanta tontería!
- Beni?
-Ahora qué?- Dijo el mocoso fastidiado.
- Por favor, se bueno con él.
- Ah?
- El ya no tiene a su hermano para protegerlo, solo nos tiene a nosotros.
-Pero...
- Además... No crees que nunca habrá nada mejor que tú casa?
- Ah? Aramis tu estás diciendo que..- Hubo un silencio y luego él retomo- Anda que llegas tarde.
- Signiore Kuri se molestará si llego tarde.
- Exacto, él se molestará. Anda.
Luego se hizo el silencio y no pude escuchar más voces pues me volví a quedar dormido.
Desperté a media mañana. El mocoso estaba abriendo en silencio las cortinas y entonces hizo una expresión de alegría.
- Vaya! Es la primera vez que veo el sol en este sitio.
- Que bien, yo igual.
El volteo asustado y yo me talle los ojos.
- Voy por tu desayuno, espera un minuto.
Él se apresuró a salir de mi habitación y yo me levanté muchísimo más repuesto, las piernas ya me soportaban bien y ya no me sentía mareado ni me dolía la cabeza así que sentí el vientre hinchado, esa presión; yo sabía que tenía que hacerlo por muy desagradable que fuera.
Me dirigí al baño y e hice lo mío sentado, justo en ese momento entró el mocoso y se me quedó mirando.
- Perdón- Dijo con las mejillas coloradas.
Salió huyendo de ahí. Terminé de orinar y me lave las manos luego salí y él dijo.
- El desayuno está servido, si necesitas algo llama.
Este no me miró en absoluto y yo me quedé serio hasta que él se fue corriendo.
Me senté en la cama y observé la bandeja de comida, esa sensación de nuevo que me nublaba el apetito. Por que? Yo había permanecido solo durante mucho tiempo como espectro, no siempre estaba pegado a Yuri y más aún así sentía mucha vitalidad y brío pero ahora, como humano estaba acaso haciendo algo mal?
Me recosté y miré el dosel de la cama.
" Llámelo si se siente solo. Llámelo Signiore Kuri."
Esas palabras de Roja...Pero y si me mandaba al carajo? Ya antes lo había hecho, además siempre tiene esa cara, si él se siente solo por que no viene... Bueno aunque yo también me sentía solo... Pero no! No lo llamaré! No! Aunque... Yo soy el amo y esta es mi casa, así que si yo deseo compañía debo tenerla no? Obvio que si! Yo debo tener todo lo que deseo! Si, y en este momento deseo compañía!
Tome el teléfono y le marqué a su celular. El timbre sonó un par de veces y cuando el descolgó, yo colgué.
-Por Satán que miedo!
Me creí a salvo y dejé un enorme suspiro salir cuando mi celular timbro y salte del susto.
Debería contestar? No! Si! No! No! Si No! Tome el teléfono y justo cuando iba a contestar el colgó. Pfffft vaya chasco! En cierto sentido me sentí aliviado así que me deje caer en la almohada y un segundo después él dio un portazo estridente y salto dentro de mi habitación.
- Que pasa? Estás bien?
- Por Satán me espantaste!- Dije pegando un grito.
- Estás bien?!
- Si- Dije más calmado y él también se calmó.
- Y entonces?
- Entonces que?
- Para que me llamaste?
- Ah bueno... No para nada. Me equivoqué de número.
- En serio?- Dijo alzando una ceja.
- Si.
- Bueno- Este dio media vuelta y yo sentí un hormigueo en el cuello
- Bueno ya que estás aquí...
- Ah?- Dijo parando en seco y rotando la cabeza.
- Bueno quiero saber si tú... Si tú quieres desayunar aquí...No es que tengas que hacerlo o que sea imprescindible o imperativo...
- Ah eso...
Él avanzó hasta la puerta y desapareció cruzándola. Eso era un evidente no. Había sido un rechazo monumental, y yo de idiota! Seguro parecía muy desesperado. Bah! Me recosté de nuevo y aparté la bandeja de comida, ese mocoso y yo no nos debíamos nada, que demonios me había hecho pensar que el sería si quiera un poco amable conmigo? Pfffft!
- Te vas a dormir o vas a desayunar?- Dijo este dándome otro susto.
- Por el amor a lucifer, deja de asustarme!
- Así tendrás la consciencia!- Replicó.
Mire que traía en las manos otra bandeja con comida y se sentó en la ventana más alejada, aquella que daba al jardín y dónde el sol pegaba duro.
- No tengo consciencia mocoso.
- Que bueno por que si la tuvieras estaría muy negra, bien por ti.
Este se sentó y dijo.
- Buen provecho.
Me quedé mirando atontado, entonces él... Había aceptado venir a desayunar conmigo? Este dio un bocado a su comida, unos huevos revueltos con tocino que la verdad olían bastante bien.
- Que no vas a comer?
-Ahhhh... Si, si.
Tome mi plato y vi la compota de color verde y el caldo de verduras. Me sentí a disgusto.
- Por que yo esto y tu eso?
- Ah?
- Quiero de eso también, es huevo no?
- Por qué tu eres el enfermo aquí.
-Mhhh que conveniente- Dije con sarcasmo.
- Si quieres tú puedo hacer unos iguales solo que sería patético morir de diarrea.
- Quee?!
- Dime, quieres o no?
Yo apure mi compota y mi caldo, estaba delicioso, obvio si quería comer lo mismo que él pero demasiado tiempo como doctor viendo esos casos como para desear algo así, además si orinar me costaba mucho ja! Morir de diarrea no estaba en mi lista de cosas por hacer como humano.
Al fin terminé y él me recogió el plato y preguntó.
- Quieres dormir más o quieres que te prepare el baño.
-Mhhh necesito un baño.
- Bien, lavare esto y después subiré a preparar el baño.
- No es necesario, yo sé hacerlo.
- Bien, entonces me retiro.
El salió sin más y yo de inmediato me prepare el baño, sabía cómo hacerlo pues era el único ritual que los espectros compartíamos con los humanos.
Salí y vi que él ya había acomodado las almohadas y dispuesto la cama para que yo me volviera a acostar pero no quería hacer eso, tenía que apurar la obra de remodelación y además ese mocoso y yo ajustaríamos cuentas. Baje la escalera hasta la cocina donde le encontré acomodando la loza en las repisas viejas.
- No vale la pena.
- Ay por todos los santos!- Dijo el pegando un brinco- Que demonios haces aquí?
- Es mi casa.
- Ya lo sé pero debes descansar.
- Ya me harte de descansar, es normal no?
- Supongo pero...
Él me miró buscando algún indicio de que yo era un espectro de nuevo, pero me adelante y dije.
-Descuida sigo siendo humano y débil, pero no me voy a quedar acostado hasta que me salgan raíces. Ahora bien, tenemos mucho que hacer.
- Ah?
- Como va la obra?
- Igual.
- Bien, iremos al despacho de los arquitectos y apresuraremos el asunto, luego iremos a comprar un lavatrastos y todo lo que necesites por que estoy seguro de que aquí nada funciona.
-Ehhh si bueno no funciona nada pero...
- Pero?
Mire al mocoso, parecía un poco desconcertado.
-Bueno no es imperativo, no es una orden tampoco pero... No tienes por qué hacer ese trabajo, contrataré servidumbre que lo haga.
- Ah?
- Ni tu ni Roja deben hacer otra cosa que no sea estudiar.
- Te molesta que lo haga?
- No, pero no te traje aquí para hacer la limpieza. Tu eres mi contratista no mi sirviente.
Su mirada mostraba una confusión y yo seguí.
- Entonces? Vienes o no?
- Mmmmh si, bueno supongo podemos pasar al mercado a comprar más víveres.
- Supones bien. Dile al chófer que aliste el coche.... Por favor- Masculle esto último en tono bajo.
Di media vuelta y no quise ver su expresión. No era fácil para mí hacer o decir algo así y seguro tampoco era fácil para él aceptar el estar en mi compañía.
Fuimos primero al despacho de arquitectos donde no tuve de otra más que ponerme pesado.
- Mi padre paga mucho dinero por esa remodelación que ya mismo debería estar finalizando!
- Pero señor Aleksándrov las esculturas italianas que pidió y el mármol no son fáciles de conseguir, la piedra que ha mandado pedir tampoco, son cosas difíciles y nada baratas.
- Es por dinero?
- No nada de eso!
- Mire señor Sousyer, gástese lo que sea, pero termine a tiempo, contrate más gente si es necesario, pero yo quiero esa casa ya mismo!
Salí hecho un demonio y el mocoso me siguió hasta el auto, de inmediato abordamos y comencé a reírme.
- Ah? Que pasa? Que es tan gracioso?
- Hubieras visto su cara cuando me vieron entrar ahí?! No daban crédito! Desde que los contrate creyeron que yo era un vampiro, podía leerlo claro en sus mentes pero ahora jajaja su rostro lo decía todo! Estaban muy asustados y contrariados.
-Y no será que tus gritos fueron los que los pusieron así?
- Ah?- Me le quedé mirando y dije- Que falta de humor el tuyo eh?
-No es eso; es solo que ellos hablaban y tu respondías a gritos.
- Es evidente que no sabes cómo tratar a estas personas.
- Quizás sea cierto, pero no crees que deberías ser más comprensivo.
- Comprensivo? Por?
- Escuche la conversación y no creo que ellos pudieran hacer mucho si pediste todos esos artículos lujosos, la verdad también vi los planos de la remodelación, es casi una reestructuración de tu casa, si no me equivoco estaba diseñada como un palacio Ruso no?
Yo asentí y él continuo.
- Pues bien, tu les pediste todas esas locas ideas que le prometiste a Aramis sobre un palacio italiano y aunque agradezco que seas bueno con ella, no creo sea bueno que la mimes tanto ya que esa es tu casa y además ya que pediste ese cambio estructural tan difícil deberías darles más oportunidad de poder cumplir su cometido.
- Ah? No te gusto el plano de la remodelación.
- No, no me malentiendas, si me gustó por que me recuerda a mi amada patria pero en primera creo que tú debes decorar tu casa como tú quieras y en segunda creo que debes ser más comprensivo, más empático, ningún dinero vale que tengas que aguantar aquellos gritos.
El guardo silencio durante el resto del viaje. La segunda parada fue un almacén de lujo en Londres, donde paseamos por el los pasillos hasta llegar al de los lavavajillas.
- Elije el que gustes.
- Ah? Pero...
- Ya te dije que voy a contratar servidumbre pero eso llevará un poco de tiempo debido a que no es tan fácil que nos asignen servicio en Roma que es el lugar que nos provee servidumbre y una agencia de aquí no sería seguro. Así que elige la mejor, la que te dé menos trabajo.
- No me molesta lavar los trastes.
-Lo se, pero ya te dije que tú deber es estudiar y no quiero que descuides eso por las labores de hogar. Así que elije.
- Buuueno.
Él comenzó a mirar con detenimiento cada una y un vendedor se acercó.
- Disculpe señor Aleksándrov me han apenas notificado que usted ha venido, es un placer que nos eligiera como proveedor.
- Ve a ese niño de ahí?
- Ah sí, ese joven.
- Atiéndalo a él, yo no sé de estas cosas, quedó claro? Ah y pídame un vaso de agua bien fría.
- Claro que sí señor Aleksándrov.
El vendedor llamo a una asistente para tomar mi pedido y luego fue hacia el mocoso y comenzó a tratarlo con la misma pleitesía que a mí.
Dos horas y un cuarto más tarde salíamos del almacén, él con algunas cosas de más y yo con un calor excesivo.
- Seguro que no hay problema con que haya comprado está loza?
- Mocoso esa loza es una baratija no se por que no fuimos a comprar loza a Fortnum And Masón, ahí venden cosas más exclusivas.
Este abordó el coche y yo le seguí, no hizo caso a lo que le decía pues miraba excitado aquella loza que el mismo había elegido.
Me quedé observándole un buen tiempo, ni se dio cuenta pues estaba embelesado con todo aquello así que ni siquiera me prestaba la mínima atención, por n momento sonreí, al verlo ahí comprando esas baratijas sentí una especie de regocijo con cada pequeño gesto que él hacía. Cerré los ojos y quise disfrutar de aquel momento, baje la ventanilla del coche para poder sentir el aire y refrescarme. Desde cuándo Londres era tan caluroso, demonios?
En un santiamén sentí un tacto frío.
- Por que no me dijiste que te sentías mal?
- Ah?- Contesté yo aún atarantado.
- Tienes fiebre de nuevo.
Me forcé a abrir bien los ojos y avisparme rápidamente pero apenas si llegue a más o menos ver su cara de enojo.
- No te enojes mocoso, no es nada. Ahora vamos al supermercado.
- Nada de eso. Vamos derecho a la casa a que descanses.
Sonreí y dije.
- Nos vamos a morir de hambre sin comida.
- Aún tenemos y si no voy yo al supermercado, descuida que por eso no hay problema.
-Que mal.
- Ah?
- Yo quería conocer el supermercado. Que mal!
Cerré los ojos y escuche como el daba la orden de regresar a la casa pero yo ya no estaba en este plano. Que mocoso tan simplucho emocionarse por unas baratijas del almacén. Que poca avaricia tenía alguien así, pero que importaba ahora eso mientras estuviera a mi lado... Que poca avaricia poseía ahora yo.
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Breves notas de Benedetto.
- Beni no lo dejes solo.
- Ah?
Había aceptado la responsabilidad de cuidar de ese demonio pervertido pues me había dado lástima y además era obvio que Aramis lo tenía en alta estima, así que esa noche me quedé a su lado aplicándole paños fríos es la frente, chispas! Estaba realmente enfermo, famélico y se miraba muy pero muy jodido. Además él había dicho aquello de que no se rendiría por mi hermana, quizás fueran todas mentiras pero yo comenzaba a creer que en verdad sentía genuino aprecio por Aramis, también estaba aquello que había dicho y que por alguna estúpida razón se me había quedado guardado y eso era lo de que él me deseaba, que él me quería para él. Un pensamiento bastante homosexual, pero se me había quedado atorado en el cerebro y esa obsesión no se fue de mi cabeza durante la noche. Noooo! Que demonios estaba pensado! Maldición!
Seguramente estaba pensado esas tonterías por el cansancio, ya que me había quedado a cuidar su fiebre durante toda la noche, monitoreando que estuviera abajo de 37. Y solo había cedido hasta la madrugada donde apenas si pude conciliar el sueño durante unas horas pues a las cinco y media me levanté para tener lista a Aramis.
El resto de la mañana pasó sin novedades, se dio un baño y durmió, yo en tanto estaba solo en aquella enorme mitad de casa y la otra mitad que estaba en reconstrucción. Tanta casa para nada! No tenia hambre así que me salte el desayuno y espere a Aramis para comer, no era agradable estar tan solo. Él en cambio parecía no tener problema con ello, seguro estaba acostumbrado a la soledad.
Por la tarde hizo berrinche y no quiso comer más allá del caldo, ya estaba grande y no le iba a rogar, así que me fui a mi habitación hasta que llegó Aramis. Ella era un bálsamo para mí, era la vida de la casa. Llego gritando y azotando las puertas.
- Beny hola! Como ha estado il Signiore Kuri?
- Ah... Si yo también me alegro de verte Aramis. no quiso comer nada pero no importa, anda ve a lavarte y baja a comer.
- Voy a darle un beso al Signiore Kuri.
- Aramis no!
Muy tarde ella ya había subido la escalera corriendo muy a pesar de que teníamos prohibido correr en la casa. En si teníamos prohibido muchas cosas pero creo que Aramis aún no tenía muy claro el significado de aquella palabras.
Yo prepare todo para la comida abajo en el comedor como había dictado las reglas él y resultó que no, que el señor había cambiado la regla de comer solo en el comedor, así que tuvimos que comer en su habitación gracias al chantaje de Aramis. Ella de pasó toda la tarde junto a ese demonio en su habitación, haciendo sus deberes y jugando seguramente. Yo no estaba cómodo ahí así que me aparte a la cocina, ojala fuera un sitio más habitable, al menos podría hacer otras cosas como cocinar postres o galletas pero no, la mayor parte de las cosas de la casa o no servían o no tenían la instalación y solo estaban de adorno.
Esa noche ya la paso sin fiebre pero al día siguiente Aramis antes de irse a sus actividades pasó a darle un beso. Por qué molestarse con alguien como él? Ella en ese instante me recordó lo que mamá siempre había dicho...
" Beni uno siempre debe ser bondadoso con quien nos haya mostrado su bondad y más con quien no lo haya hecho. Pues la bondad es un deber del ser humano y no una virtud como todo el mundo dice"
Mi mamá había sido tan bondadosa que había muerto por ello. Pero Aramis era una niña y aún así podía comprender de bondad. Luego ella argumento algo que relacione de inmediato con las palabras de ese individuo...
" Por favor se bueno con él.... Él ya no tiene a su hermano para protegerlo, solo nos tiene a nosotros"
Y aquello último que me dijo mientras salíamos de su habitación.
" No hay nada mejor que estar en casa"
Después de aquello yo la interrogue.
- Aramis, acaso tú ya ves este lugar como tu casa?
- No Beni para nada, mi casa es donde estés tu y el Signiore Kuri, aunque no está mal la nueva casa que il Signiore Kuri nos va a constituir eh?
-Pero Aramis...
Su mirada fuerte con esos ojos de dos colores tan peculiares me dijo sus verdaderos sentimientos.
- Beni, tú quieres volverte a Italia, con hermana Maninna pero yo no, ahora estoy bien, ahora estoy muy lejos ya y me agrada Stefy y papi y la princesa y Elliot y su amiguito que no habla y Sami y su hijo crecido Teobaldo y me agrada mucho il Signiore Kuri por que todos ellos han sido buenos y nos quieren.
-Pero Maninna también nos quería.
- Pero hermana Maninna tenía su familia.
- Dime algo Aramis, ella hacía distinción entre sus hijos y tu?
- No Beni, nunca! Pero cada día me sentaba a esperar en la cama a que llegarás de todos tus trabajos, quería darte un beso y abrazarte, quería jugar y a pesar de que Maninna era buena siempre sentí que fuera de mi cama yo estaba en un sitio que no era mío.
- Ah?!
- Pero aquí, Beni; aquí me siento bien, me gusta la nursery y aunque me cuesta el idioma me siento bien cuando il Signiore Kuri me explica, me siento bien de pedirle un segundo plato de sopa, siento está casa mía y mis vestidos que él me ha dado.
- Es por el lujo y el dinero?
- No Beni, es por que aquí sí hay un espacio para nosotros. Il Signiore Kuri estaba solo y nosotros también, él estaba perdido y nosotros también y nos encontramos para estar unidos. Siempre querré a hermana Maninna pero yo encontré a mi familia y mi lugar en el mundo aquí.
- Aramis pero por qué no me dijiste nada sobre cómo te sentías?
- Es que te veías tan contento Beni que no quise molestarte.
- Que?
- Te has esforzado tanto por ser bueno conmigo y darme todo que hubiese sido mala si te decía eso.
El transporte llegó y ella dijo una cosa más.
- Aramis....
-Beni no lo dejes solo.
- Ah?
- No lo dejes sólo, yo puedo entenderlo bien pues si Beni se fuera y me dejara mi corazón se rompería mucho, mucho, nada se podría hacer por mi ya nunca más; Beni, tu eres mi Beni y te amo.
- Aramis?
Ella se secó los ojos y después sonrió.
- Pero yo te tengo conmigo Beni y ahora me voy.
Yo la detuve de la pequeña muñeca y la metí en mis brazos.
- Te amo Aramis.
- Te amo mucho Beni. Te amo pero se me hace tarde.
Luego de eso ella se marchó, saludando con una sonrisa por la ventana del autobús.
Intenté volver a dormir pero fue inútil, así que Aramis se había sentido de esa manera todos estos años. Cada día que vivimos con Maninna, yo regresaba del trabajo y ella me sonreía y parecía que todo estaba bien, pero cuando me abrazaba yo sentía aquella ansiedad proveniente de su toque. Maninna había sido muy gentil y buena con nosotros pero tenía que reconocer que a pesar de todo nosotros no éramos sus parientes ni nada por el estilo.
Cada mañana yo me iba al trabajo, dejaba a Aramis dormida en la cama que compartíamos. Regresaba ya tarde y ella seguía ahí, nunca bajaba de la cama, nunca había pensado en cómo se había sentido todo este tiempo pues pensaba solo en lo duro que era nuestra vida pero incluso así me felicitaba a mi mismo por hacerlo bien. Que idiota había sido.
Le lleve el desayuno y por error le vi en el baño, eso me puso muy rojo y salí huyendo. Yo daba por hecho que era la naturaleza de Kuri ser orgulloso y nunca me iba a llamar para pedirme mi compañía pues él si no lo tomaba a la mala o por la fuerza no era feliz; pero cuando mi celular sonó y vi que el número procedía de su teléfono de inmediato conteste, pero él no dijo nada. Insistí un par de veces pero nada, así que me preocupe y subí la escalera dando enormes zancadas para irrumpir en su habitación y encontrar que él estaba bien.
-Que pasa? Estás bien?
- Por Satán me espantaste!
- Estás bien?!
- Si.
- Y entonces?
- Entonces que?
- Para que me llamaste?
- Ah bueno... No para nada. Me equivoqué de número.
- En serio?- En serio creía que yo me iba a creer esa mentira?
- Si.
- Bueno- Idiota engreído, pensé dando media vuelta para marcharme.
- Bueno ya que estás aquí...
- Ah?- Era en serio? Él me iba a pedir algo?
- Bueno quiero saber si tú... Si tú quieres desayunar aquí...- En ese instante las palabras de Aramis vinieron a mi mente y él a completo -No es que tengas que hacerlo o que sea imprescindible o imperativo...
- Ah eso...
Acaso en verdad él lo estaba pidiendo? No es que tenga que ser imperativo? Salí de la habitación para ir por mi desayuno, pero de regreso lo encontré derrotado sin probar bocado.
- Te vas a dormir o vas a desayunar?- Ese pequeño miedoso respondió.
- Por el amor a lucifer deja de asustarme!
- Así tendrás la consciencia!
Me senté lejos de él pues aunque ya no parecía tan peligroso no dejaba de ser un desviado y además yo quería sentir un poco el calor del sol, cosa que en Londres era casi imposible.
- No tengo consciencia mocoso.
- Que bueno por que si la tuvieras estaría muy negra, bien por ti. Buen provecho.
Yo comencé a desayunar, pero de inmediato me di cuenta de que él no estaba comiendo.
- Que no vas a comer?
-Ahhhh... Si, si.
Él vio su plato y luego el mío y de nuevo regreso la vista al suyo con bastante inconformidad.
- Por que yo esto y tu eso?
- Ah?
- Quiero de eso también, es huevo no?
- Por qué tu eres el enfermo aquí.
-Mhhh que conveniente.
- Si quieres te puedo hacer unos iguales solo que sería patético morir de diarrea.
- Quee?!
- Dime quieres o no?
Luego de aquello sus ojos se abrieron como platos y comenzó a desayunar con prisa, que bobo era jajaja sonreí de lado y terminé mi comida.
Este se preparó el baño solo aún a pesar de que se lo ofrecí y creí que descansaría pero salió con que iríamos a ver a los arquitectos de la construcción, no me pareció una buena idea pues había estado muy enfermo pero no replique.
Pobres de todos los que teníamos que tratar con él pues hasta la recepción se escuchaban los gritos que el demonio ese estaba dando a los arquitectos.
Al fin termino de gritar y salió como si nada con rumbo al auto, donde nada más se metió y comenzó a reírse como un loco.
-Ah? Que pasa? Que es tan gracioso?
- Hubieras visto su cara cuando me vieron entrar ahí?! No daban crédito! Desde que los contrate creyeron que yo era un vampiro, podía leerlo claro en sus mentes pero ahora jajaja su rostro lo decía todo! Estaban muy asustados y contrariados.
-Y no será que tus gritos fueron los que los pusieron así?
- Ah? Que falta de humor el tuyo eh?
-No es eso, es solo que ellos hablaban y tu respondías a gritos.
- Es evidente que no sabes cómo tratar a estas personas.
- Quizás sea cierto, pero no crees que deberías ser más comprensivo.
- Comprensivo? Por?
- Escuche la conversación y no creo que ellos pudieran hacer mucho si pediste todos esos artículos lujosos, la verdad también vi los planos de la remodelación, es casi una reestructuración de tu casa, si no me equivoco estaba diseñada como un palacio Ruso no?
Él asintió y yo sabía que en cualquier momento este me diría que no me metiese en lo que no era mi asunto pero aún así proseguí.
- Pues bien, tu les pediste todas esas locas ideas que le prometiste a Aramis sobre un palacio italiano y aunque agradezco que seas bueno con ella, no creo sea bueno que la mimes tanto ya que esa es tu casa y además ya que pediste ese cambio estructural tan difícil deberías darles más oportunidad de poder cumplir su cometido.
- Ah? No te gusto el plano de la remodelación?
- No, no me malentiendas, si me gustó por que me recuerda a mi amada patria pero en primera creo que tú debes decorar tu casa como tú quieras y en segunda creo que debes ser más comprensivo, más empático, ningún dinero vale que tengas que aguantar aquellos gritos.
Luego de eso nadie dijo nada y fuimos a comprar una lavavajillas nueva.
- Elije el que gustes.
- Ah? Pero...
- Ya te dije que voy a contratar servidumbre pero eso llevará un poco de tiempo debido a que no es tan fácil que nos asignen servicio en Roma que es el lugar que nos provee servidumbre y una agencia de aquí no sería seguro. Así que elige la mejor, la que te dé menos trabajo.
- No me molesta lavar los trastes.
-Lo se pero ya te dije que tú deber es estudiar y no quiero que descuides eso por las labores de hogar. Así que elije.
- Buuueno.
Yo comencé a mirar aquellos artículos de lujo y nada más de ver los precios sentía que me iba a endeudar de por vida, un empleado muy amable se me acercó y me asesoro en todo. Tarde algo de tiempo pero al fin elegí uno y consulte con él si podía llevarlo aunque fuera bastante costoso.
- Si quieres llevar diez por ese precio barato, llévalos.
- Diez? Para que demonios querría yo diez?
- Para aventar en pala.
No comprendí bien, pero al fin lleve el que quería, y tontamente me distraje comprando otra loza y una cafetera y portavasos y otras cosas.
- Seguro que no hay problema con que haya comprado está loza?
- Mocoso esa loza es una baratija no se por que no fuimos a comprar loza a Fortnum And Masón, ahí venden cosas más exclusivas.
Estaba tan absorto en mis compras que para cuando me di cuenta y lo vi con los ojos cerrados y las mejillas coloradas lo supe. Estire mi mano y toque su frente, estaba ardiendo.
- Por que no me dijiste que te sentías mal?
- Ah?
- Tienes fiebre de nuevo.
- No te enojes mocoso, no es nada. Ahora vamos al supermercado.
- Nada de eso. Vamos derecho a la casa a que descanses.
El puso esa sonrisa boba y dijo.
- Nos vamos a morir de hambre sin comida.
- Aún tenemos y si no voy yo al supermercado, descuida que por eso no hay problema.
-Que mal.
- Ah?
- Yo quería conocer el supermercado. Que mal!
-Regresamos de inmediato a la casa- Dije al conductor.
Volvimos de inmediato a casa y lo subí en mi espalda para llevarlo a su habitación. Maldito idiota! Por que daba tantos problemas? Lo dejé en su cama y le quite el saco, la corbata y los zapatos.
Baje a la cocina, llene una bandeja con agua y subí de inmediato, tome unas toallas de manos y me quedé a su lado aplicando compresas frías.
- Tsk! Que molesto eres, pero ya que!
- Lo siento mocoso.
Eh? Se había disculpado? El aún no había abierto los ojos para nada y su respiración era bastante agitada.
- Por que no me dijiste que te sentías mal?
- Es que te veías tan contento...
Dijo con la respiración entrecortada y apenas un hilo de voz.
- Tonto!
Me quedé mirándole mientas intentaba bajarle la fiebre. Te veías tan contento... Eso mismo había dicho Aramis.
" Kuri en realidad es muy dulce" Había dicho Steph y la princesa Layla. Acaso ellos sabían algo que yo no? Esa tarde a su lado me hizo pensar en aquella vez cuando me salvó de ahogarme. Había terminado quemado por mi falta de sensatez y aun a pesar de que me odiaba lo hizo... En verdad me odiaba? Trataba a Aramis como a una princesa aún a pesar de que seguramente me detestaba... Pero en verdad me detestaba?
Hacia unos meses me había dicho que sería su sirviente si no estudiaba una carrera, pero en el almacén había dicho que mi único deber era estudiar... Deje de comprender que sucedía pues me hacía sentir nervioso toda aquella situación. Pero de sus palabras ya no venían órdenes sino peticiones disfrazadas de una casi indiferencia...
Unos días más tarde al fin y con mucho esfuerzo pude erradicar la fiebre.
- Ya podemos ir al supermercado?
- Osh pero que lata das! Por qué sigues molestando con eso? Ni por que estabas enfermo dejas de ser tan molesto?
- No. Ahora dime cuándo iremos al supermercado?
Mire la pequeña alacena en la que guardaba toda la comida y medite unos momentos.
- Bien, supongo que hoy. No queda más zumo para ti, absorbes zumo como esponja y Aramis quería que comprara unas galletas con formas de animales.
- Galletas de animalitos y zumo. Vamos!
Dijo el diablo levantando el dedo índice y caminado hacia la puerta.
- Espera! Ya que ahora comemos mas aquí será mejor elaborar una lista más minuciosa de lo que compraremos, así no derrocharemos de más.
- No es importante eso, lo importante es comprar todo lo que queramos.
- Eso es estúpido.
- No. Se llama solvencia económica alta y podemos darnos ese gusto.
Dijo dando de saltitos por aquí y por allá.
-Escucha bien diablo de mocoso; si me voy a hacer cargo de esta casa lo haré a mi manera.
Él paro con su jugueteo alegre y me miró con esos ojos azules tan profundos que me causaron un escalofrío horrible en la espalda.
- Que?! Que te pasa? Te volviste a sentir mal?
Él negó con la cabeza y caminó en dirección a mi rodeando el pequeño desayunador blanco en el cual no habíamos tenido oportunidad de comer , yo le imite pues no sabía a que se debía ese gesto o esa necesitada cercanía.
- Que?! Por Dios, dime que tienes?!
- Nada, nada es solo que... En serio has aceptado hacerte cargo de la casa?
- Si, bueno quien más podría hacer algo así? Además no es gran cosa, no creas que es por que tu y yo... No!
- No! Claro que no!- Dijo frunciendo el seño.
- Obvio no!
- No, ni amigos somos eh? Solo somos contratistas.
- Obvio!
- Obvio!
- Es solo que dejarte el cuidado de la casa a ti sería lo mismo que dejársela a Aramis! No son aptos para cuidar de sí mismos...
Él no entendió que había dicho hasta después de unos minutos.
- Oye!
- Es la verdad- Dije intentando ser molesto pero al ver su expresión supe que había fallado.
Sus ojos azules tenían esa expresión de alegría y en sus labios se había formado una pequeña curva que intentaba ser discreta pero apenas si lo lograba. Era lo que se podía describir como una sonrisa minimalista? No, era una sonrisa completa, descarada y feliz, no! Era una sonrisa que no quería ser una sonrisa, me pareció graciosa y me voltee pues ese gesto me pareció muy tierno y causó que mi sonrisa se desbordara un poco más de lo que podía permitirme delante de él.
Al fin fuimos al supermercado, increíble! Era en serio eso de que no había visto un supermercado.
- Hay que llevar esto?
- Por enésima vez no!
- Por que no?
- Por que no necesitamos ostras Austriacas.
- Por?
- Por que tú no puedes comerlas, a Aramis le disgusta comer productos del mar y son muchas para que yo las coma... Además nunca las he probado.
- No las quiero comer mocoso, podremos ponerles ojos y bocas y jugar un rato con ellas.
- Eso es estúpido.
- No, no lo es; además podemos molestar a Sid con ellas.
- Menos!
- Eh? Por?
- Por que no quiero líos con el señor Sid.
- Buuuu.
- Déjalas.
- Pero...
- De-ja-las!-Dije.
- Ay que mocoso tan aburrido.
Este me obedeció de inmediato y fue a dejar esas ostras a su lugar pero regresó con un paquete de cereal con un cotorro en la portada.
-No puedes llevar eso.
- Por?
- Por que aún no puedes comer esas cosas y cuando lo hagas no te va a gustar o no te harán bien, créeme!
- Pero son de colores y se ven buenas.
- No.
- Pero, además, tienen un cotorro muy mono mira!
- No.
- Pero, además de eso traen un premio.
- Que no.
Decía mientras seguía comprando lo que de verdad necesitábamos.
- Pero...
- No.
Este me paseo la caja de cereal por la cara y dijo.
- Anda, solo un poco si?
- No.
- Por que no?
- Por que no.
- Pero mira...
- No Kuri, no es no! Ay pero si eres más terco que Aramis, anda ve a devolverlo.
Dije parando en seco y con la voz un poco alta debido a que ya me había exasperado.
Su mirada! Ese maldito chantajista hasta parecía que le había aprendido a Aramis la forma de chantajearme.
- Perdón Ben.
Dijo y se giró para ir a dejar el cereal... Acaso me había llamado por mi nombre? Bueno no mi nombre, mi nombre; pero si un diminutivo. No me había llamado mocoso ni nada de eso. Me sentí un poco miserable, no era fan de derrochar dinero pero esa caja de cereal no podía ser muy costosa o al menos no más que las otras cosas que había querido llevar así que por que no darle un pequeño gusto? Y además; después de todo era su dinero, que derecho tenía yo de decidir sobre el?
- Hey Kuri!
- Ah?
Él giro de inmediato y yo me frote la nuca un poco avergonzado.
- Si quieres eso puedes llevarlo.
Sus ojos azul turquesa dejaron escapar esa mirada de nuevo, era alegría acaso? No, era más allá de eso.
- En serio?
- Si, pero solo puedes llevar una cosa bien?
- Si!
Dijo volviendo de prisa con su cereal.
- Oye Ben crees que le guste a Roja?
- Si... Bueno esas cosas siempre son del gusto de los niños.
- Ah bien!
- Por?
- Por que no tiene caso comprar algo que no le va a gustar a Roja.
- Bueno si te gusta a ti...
- No es sólo eso, Roja y yo tenemos que comer del mismo cereal.
- Por?
- Por diversión. Tú sabes exclusividad.
- Ah? No te entiendo para nada.
- No importa me entiendo yo.
- Bueno, anda vamos a ver el pasillo de los productos de limpieza.
- Que complicado es ser humano, necesitan tantas cosas como comida y cosas de limpieza y más...
- Bueno supongo te acostumbras.
Pasamos por el pasillo de limpieza y yo tomé una escoba y un trapeador.
- Oye Ben, por qué no compras una buena aspiradora y un mop automático?
-Ah? Es que son más caros.
Él me miró con esa cara de no comprender y dijo.
- Y?
- Puedo?
-Mmm hoy por la tarde voy a llamar a mi banco para que tengas una extensión de mis tarjetas, necesitas manejar tu propio dinero.
- Ah? No! No es necesario.
- Si lo es.
- Pero yo no tengo dinero. Todo es tuyo.
Él me miró con seriedad y dijo.
- Escucha bien Ben, no importa de quien sea el dinero; eres mi contrato después de todo y tienes derecho a los beneficios que eso conlleva.
- Pero...
- Además de aquí en lo que comienzas a generar el tuyo con lo que sea que estudies podrás disponer de lo que tengo. Después de todo yo no lo ocupo para nada, es solo papel.
- Gracias... Se lo pagaré cuando gane el mío propio.
- No es necesario- Dijo él.
- Si lo es!- Respondí pero antes de continuar este dijo.
- Ya se que no quieres deberme nada y blah, blah, blah, pero si así van las cosas tómalo como un pago por tus servicios.
- Mis servicios?
- Bueno me has cuidado bien y te harás cargo de la casa, además me acompañas....
Este junto sus manos en la espalda y camino adelante.
- Pero... Esos no son servicios...
- Como sea, creo que ninguno quiere deberle al otro no es así?
Volteo en un movimiento sutil y elegante y yo al ver su gesto asentí.
- Te prometo no derrochar tu dinero. Tendrás cuentas claras.
- Eso no importa, ya te dije que es solo dinero. Humanos!
Dijo en una mueca pícara y volteo a ver su cereal con emoción.
En definitiva yo no comprendía para nada a Kuri, aún siendo ahora humano no podía entender que pasaba por su mente pero en definitiva esta vez pensaba que quizás si podía ser algo bueno.
Terminamos las compras ese día, la verdad es que a mí parecer había gastado bastante, pero él ni se inmutó ante la cifra que tuvo que desembolsar.
Luego fuimos a casa y me ayudó a acomodar todo. Que rabia sentía contra mí mismo ya que mientras él leía cada etiqueta de cada producto que habíamos comprado y se sorprendía con los ingredientes yo pensaba... Algunas veces este demonio si puede ser muy dulce. Solo algunas veces!
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Del libro de Kuri.
Secretos.

- Veo que las cosas han mejorado entre Benni y tu.
- Más o menos.
- Él ya acepto llevar tu casa y tu dinero, no es así?
- Si.
- Y entonces?
- Sid... No lo voy a lograr.
- Ah?
- Un par de días atrás vino mi representante bancario a traer las extensiones de tarjeta que solicité para Ben, pero también vino por un asunto muy especial que tú y yo ya sabemos cuál es no?
- Kuri...
- Le pedí que pusiera en una cuenta para Ben, 77 millones de libras.
El Leviatán se recargó en mi escritorio y cruzó los brazos.
- Tan mal están las cosas?
- Si- Dije yo asintiendo con firmeza- Mi cuerpo está muriendo muy rápido. Me doy cuenta de que la situación ni mejora, ni siquiera se estabiliza.
- Demasiado tiempo funcionando para un cuerpo humano.
- Lo se.
- Pero para que vas a dejar una cuenta a su nombre si, si tú desapareces o mueres el se va al infierno contigo?
- Por que...Ben no va a ir al infierno.
Sid guardo silencio esperando mi explicación.
- Benedetto no firmo un contrato verdadero conmigo. No lo permití...
Confesé.





























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