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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Gracias por leer.

- No!
Había gritado el pequeño rubio entre sollozos desesperados. Su perro gigantón y yo nos habíamos lanzado de frente uno contra otro a puños y patadas, y yo había alcanzado a propinarle un par pero es que este mocoso parecía de acero. Ni siquiera se había inmutado al recibir mis golpes!
- Ya basta por favor! Basta!
El perro gigantón aún no me había atacado pero se miraba muy tranquilo.
Un par de puñetazos a su rostro que nunca llegaron pues era tremendamente rápido, así que comencé a dejar de tener dudas, este mocoso había sido entrenado en varias disciplinas marciales como yo, quizás había servido en el ejercito también.
- Paren por favor! Paren! Ya!
En un movimiento demasiado rápido, el mocoso me pego con sus puños en el estómago y me mandó a volar contra un pilar del jardín. El golpe fue directo a mi espalda.
- Sid, carajo estás loco?!
Yo miré la carita del rubio, estaba completamente empapada de sus lágrimas, eso me recordó nuestra feliz vida juntos. Esos momentos donde él era solo mío.
- El es mío! Mío y de nadie más - Grito el mocoso con una voz terrible.
Yo me incorpore y me lance contra él de nuevo, pero este se movió increíblemente rápido y dijo:
- Stephan es mío para siempre!
Yo alce mi gancho izquierdo contra su mandíbula pero mi golpe no le hizo absolutamente nada! Por que?
- Mío para siempre!
Este junto sus manos sobre su cabeza y las dejó caer contra mi espalda con una fuerza terrible. Apenas si escuche su voz gritar de horror cuando me impactó contra el suelo.
De repente vi su cuerpo desnudo, yo había tenido muchas veces ese sueño de poder poseer al rubio, estar dentro de él, pero no había sido solo un sueño, yo había estado con él en una ocasión y desde entonces era el único pensamiento dulce en todas estas noches tan solitarias.
- Maldito! Sabía que habías tocado lo mío!
Dijo el mocoso y me levanto por el cabello.
- Que tanto dices?
- Tu tocaste lo mío! Lo tocaste con tus asquerosas manos!
No sabía cómo demonios se había enterado, quizás me había declarado solo o quizás este tipo me había indagado, no sabía, pero si sabía que contestarle.
- Tu lo dejaste solo y a su suerte!
- Jamás, escúchame bien imbécil, jamás! Jamás estuvo solo!
El mocoso me arrojo contra las sillas, como es que era tan fuerte? Me estrelle de frente contra estas y aunque yo estaba perdiendo pude notar un cambio en él, Santinni estaba perdiendo la cabeza así que me aproveche de esto.
- Tu... Tú lo abandonaste, estaba sucio, hambriento, perdido y no te importó. No se qué tipo de amor deja desprotegido a lo que más ama, no se lo que pasó entre ustedes pero lo hiciste llorar mucho- Dije poniéndome en pie ya con esfuerzo-Y si se que tú no estuviste ahí, y yo si, yo estuve ahí para intentar hacerlo sonreír.
Este se me fue encima y me propinó unos golpes muy certeros en la cara, Dios era tremendamente fuerte!
- Sid! No! Para, Sid para!
-Steph es mío! Mío!
Pude esquivar dos golpes pero su rapidez era tanta que de inmediato tropecé y este se sentó en mis costillas aplastándolas como si pesará una tonelada.
- Yo nunca deje de protegerlo.
- Que importa! Tú no estabas con él y si él fuera mío, yo jamás lo dejaría solo. Jamás me iría de su lado!
Decir eso me costó mucho mas allá de dos buenos puñetazos que me reventaron el labio y la nariz.
- Te voy a matar!
- Adelante Santinni, que importa!
- Te romperé el brazo!- Dijo el mocoso ya con la mirada desquiciada y tomo mi brazo con una mano.
- No importa que me rompas todos los huesos, eso no cambia nada! Amo a Steph y si es necesario yo daría mi vida por él! No me importa si tú puedes darle todo el maldito dinero del mundo o los lujos que yo jamás podría darle, yo lo amo y nunca lo voy a dejar, mientras respire voy a estar con él, amándolo y protegiéndolo.
- No puedo soportarlo- Dijo Santinni en voz baja y ocultando la mirada en los espesos bucles que le caían en el rostro- Stephan es mío! Mío! Él se va a casar conmigo! No puedo tolerarlo! No puedo, no puedo!
Este posicionó su otra mano alrededor de mi cuello y comenzó a apretarlo, este chico estaba demente y me iba a matar.
- Te romperé el cuello, él es mío, mío, fue hecho para mí!
El mocoso engreído comenzó a ejercer fuerza castigando mi tráquea pero eso había pasado a segundo plano después de escuchar aquello de que Steph se iba a casar con él. Eso me hizo reaccionar se un poco y comencé a pegarle de puñetazos en el rostro pero Santinni ya estaba completamente fuera de sí y arremetía contra mi garganta con fiereza sin sentir ningún tipo de dolor.
- Sid! Siiiiiiiiid!- Grito el rubio de manera horrible y desgarradora - No lo mates! Para por favor! Nooooo!
El oxígeno comenzó a ser insuficiente y eso hizo que mi fuerza disminuyera cuando de repente una ráfaga de viento me devolvió el aliento.
Inhale con muchísima necesidad y exhalé despacio, así un par de veces hasta que me di cuenta que el hermano del niño, aquel japonés enorme había mandado a volar a Santinni contra la reja de la entrada del jardín.
Yo miré al japonés con agradecimiento pero este solo se enderezó y se quedó quieto mirando hacia donde había mandado al otro a volar.
- Whip!- Corrió el rubio hacia mi- Estás bien?
- Si amor. Descuida.
Sus ojitos llorosos y ese gesto de extrema preocupación me causo ternura.
- Ay Whip, estás sangrando!
- Descuida nene. Estaré bien.
- No! Debes irte ya!
- No! Dime amor, es cierto eso de que te vas a casar con Santinni?
- Whip, vamos te acompaño.
Yo lo tome de la cintura y lo mire fijamente a los ojos.
- Dime Steph, te vas a casar con él?
-Yo....
Sus ojitos se volvieron a humedecer y comprendí que era verdad. Entonces el momento fue interrumpido de nuevo por Santinni que se había puesto en pie como si nada y parecía estar furioso. El japonés enorme tomo una postura de defensa pero parecía tenso, como si Santinni fuera un oponente más fuerte, quizás me había ganado a mi pero el japonés era enorme y además seguro también sabía artes marciales así que, acaso no se supone debería ganarle?
- Sid!- Grito el niño pequeño que camino con lentitud hasta donde estábamos y se puso adelante del japonés, pero que podía hacer un niño pequeño contra Santinni?
- Sid, estás perdiendo la cordura! Te ordenó que te detengas ya mismo!
Santinni no reaccionó, este parecía completamente ido de su mente.
-Kuri! Llévate a Steph, al oficial June y a tu Benedetto ya mismo!
- Si señor!
Apenas note que el niño ya no parecía tan niño sino que había tomado un aire más maduro lo cual me pareció raro.
- Elliot!- Dijo el rubio.
- Lárgate Stephan yo me haré cargo! Sid en este momento no está en sus cabales.
- De prisa- Dijo aquel que se llamaba Kuri y entre él y Steph me ayudaron a incorporar y salir de aquel sitio.
Cuando iba por la entrada al hall volví la cabeza y note que Santinni se iba contra el niño, que demonios? Acaso estaba loco?!
- Tengo que regresar!- Dije yo intentando zafarme de los que me ayudaban - Hay un niño en peligro!
- Whip no!
- Steph soy un policía! No puedo dejar que eso ocurra....
Sentí un inesperado dolor en la nuca y todo se volvió negro.
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- Cálmate ya Steph, el policía va a estar bien.
No podía dejar de llorar, como había sucedido esto? Como habíamos llegado a este punto? Por que, Sid? Ver aquella mirada me había aterrorizado demasiado, no sabía que Sid podía tener aquella mirada, ni que sería capaz de matar a alguien.
Llegamos a casa del oficial y Benny me ayudó a subirlo.
- Estás seguro de que no quieres que te llevemos a casa?
- No! Me quedaré a ver qué todo esté bien y cuando Whip despierte llamare a un taxi.
- Steph- Dijo Kuri- No hagas más tonterías quieres? Sé que estás asustado por ver a Sid de esa manera pero ya te lo había dicho, Sid es el mar y el mar es muy celoso, jamás dudará en destruir a lo que quiera quitarle lo suyo.
Solo pude asentir y dejar que se marcharán.
Regrese a la habitación donde habían dejado a Whip en su cama completamente inconsciente. Mire las heridas y note que Sid se había propasado, le había reventado el labio inferior, le había causado una hemorragia nasal y tenía un ojo morado e hinchado, además de los múltiples golpes que habían dejado manchas violáceas en su cuerpo.
Fui a la cocina y tome un paño, comencé a aplicarlo para secar la sangre de sus labios y nariz y donde estaban aquellos moretones.
No tardó mucho tiempo en recobrar la consciencia pero en definitiva no había manera alguna de que luciera menos mal de lo que se veía.
- Whip!
Este abrió un ojo pues el otro estaba completamente hinchado.
- Corazón eres tú! Como te sientes?
- Ay Whip que pregunta! Más bien como te sientes tú?
Él sonrió y dijo.
- Como si un perro gigantón me gustaría hubiera atropellado.
- Whip, quieres que te lleve a un hospital?
- No amor, no es necesario, estaré bien...
El intento levantarse pero yo no lo permití.
- No! No te levantes, que deseas?
- Bueno, de ti un beso.
Yo me quedé mirando sin saber que decir o hacer y él sonrió.
- Es broma primor, deseo un poco de agua.
- Yo la traeré.
Fui a la cocina de su pequeño lugar y tome una botella de agua fresca, saqué de la nevera hielo y lo puse en una bolsa que al tiempo envolví en una toalla de cocina.
- Toma, además te traje hielo para tu labio.
- Gracias amor.
- Ay Whip estoy muy apenado contigo. Yo...
- El apenado soy yo amor, jajajaj ouch!- Dijo quejándose severamente.
- Estás bien? Whip que te duele? Vamos al hospital!
- No amor, descuida solo duele si me río. Pero te decía que el apenado soy yo, jamás considere que tú perro gigantón fuera tan fuerte, creo que alarde demás y lo subestime por completo.
- Bueno...
- Pero debes saber que no pienso dar un paso atrás Stephan, aunque te hayas comprometido con él.
De inmediato nuestras miradas chocaron pues había olvidado que durante la pelea se había enterado.
- Yo... Yo no quise mentir solo que, no quería que nadie supiera... No estoy listo. Perdón.
- Descuida amor, no me molesta en absoluto, ya te dije que no pienso retroceder contigo Steph, ahora más que nunca voy muy en serio, si te pierdo no creo poder vivir...
- Ah? Que cosas dices Whip! No digas eso!
- Por?
El desvío la mirada y dijo.
- Escúchame bien Steph, no te cases con él, no sin darme una oportunidad a mi. Yo no soy rico como Santinni, no tengo una enorme mansión, vivo en un lugar que rento, no tengo un coche del año o deportivos y mi familia no es de una posición privilegiada, jamás podría comprarte un anillo como el que seguro él te dio o cosas como las que te regala, por que no podría, pero te amo y todo lo que quiero es hacerte feliz por qué tú eres lo más valioso para mi y ten por seguro que jamás, jamás te dejaría solo, jamás me iría de tu lado!
- Whip...
- Yo quiero ser para ti lo que tú necesitas, quiero que me compartas de tu alegría y de tus problemas, de tus logros y de lo que te pone triste, dime acaso él lo hace? Acaso Santinni sabe todo aquello? Dime, él te escucha? Sabe de tus necesidades? De lo que te pone triste o feliz? Yo quiero saber todo Steph, quiero que compartas todo eso conmigo. Quiero que me ames y que te sientas amado, por que tú eres mi todo, te has convertido en lo más importante para mí, desde que nos conocimos que no estabas bien, desde ese momento cambiaste sin siquiera saberlo algo en mi, tu presencia me hace tanto bien, me da paz, me divierte y sobre todo me hace tanto bien, por todo eso comprenderás no puedo renunciar, esas son mis razones Steph, cuáles son las de él?
La determinación con la que Whip hablaba me aterraba pues se metía en mi interior.
- Y es por eso que yo jamás, jamás me marcharía de tu lado, menos cuando más me necesites, no lo haría Steph, aún ahora que estás comprometido con él, me tienes de rodillas, implorando que seas mío. No importa que, nada en el mundo podría dejar de hacer que yo te amé.
Él al fin guardo silencio y yo no supe que decir, quería salir corriendo pero en el estado en que estaba Whip sería terrible que hubiese hecho aquello.
- Whip, yo...
- No digas nada Steph, solo quería que lo supieras...
- Debes descansar.
- No, te llevaré a casa.
- No. Como crees?
- No te dejaré ir solo, dame unos minutos y...
- No! Llamaré a un taxi.
- No Steph, yo te llevo.
- Whip por favor.
- Te lo acabo de decir, tu eres lo más importante para mí, todo lo que puedo ofrecerte es amor completo e incondicional y protegerte de todo.
Whip se incorporó despacio y fue a su armario.
Yo miré alrededor, era cierto su casa era muy pequeña a comparación con Mousetrapp pero era muy acogedora. Este se quitó la camisa y vi que su torso tenía grandes manchones púrpuras, Sid había hecho eso. Entonces me cubrí la boca y se me erizo el vello de los brazos. Era la primera vez que caía en cuenta de la fuerza de Sid y entonces me percate que en la boca del estómago sentí un pequeño dolor... Acaso era miedo esa sensación? Acaso estaba experimentando un sentimiento de miedo por Sid?
Whip estaba muy lastimado y con problemas se puso otra camisa.
- Te ayudo- Pregunté.
- Descuida nene, estaré bien.
- Seguro no quieres ir al hospital?
- No, solo necesito un trago.
- Whip- Dije y me acerque a ayudarlo- Déjame ayudarte no seas necio.
Él sonrió y acepto. Yo le ayude a ponerse la camiseta y cuando al fin terminamos de hacer esto le ayude con una chaqueta de piel.
- Gracias amor.
En un acto inesperado, Whip tomo mi mejilla y me planto un beso en los labios, un beso pequeño y tierno. Yo no supe que responder, en realidad sólo me quedé ahí, quieto y sin moverme.
- Vamos a dejarte.
- Whip...
El extendió su mano y tomo la mía. Luego de eso solo lo seguí hasta el estacionamiento, abordamos su coche y me dejó en la puerta de mi casa.
- Descansa amor.
- Whip?
- Si?
- Por favor cuídate, quieres?
El intento una sonrisa pero su rostro lastimado sufría al intentar hacer la curvatura del labio así que solo se despido con la mano y de inmediato se fue.
Yo entré a mi casa, mamá estaba dormida pues ya era la madrugada y nada más al cerrar la puerta me desplome a llorar, tenía tantos sentimientos a flor de piel. Whip me amaba pero dentro de todo me había hecho una pregunta que había abierto una interrogante en mi, por que me amaba Sid? Ok, yo ya sabía que su amor era real, que él me amaba en verdad pero... Por que? Yo sabía por qué yo lo amaba pero él? Llore hasta el amanecer y por consecuencia llegue tarde al trabajo, con los ojos hinchados y unas ojeras de miedo.
La verdad no tenía ganas de ver a Sid, pues aún sentía miedo de él y cuando el medio día llegó y él no había pedido mi presencia en su oficina como era costumbre me sentí un poco tranquilo, además estaba el hecho de que si nos veíamos no sabría que decirle, si reprochar el que casi matará a Whip o el que le dijera de nuestro compromiso o tantas cosas más.
Al fin en la salida fui directo a casa a dormir, aunque desperté varias veces durante la noche y es que me hacía falta los brazos de Sid.
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Del libro de Elliot.
El país de no se puede coger a gusto!
- Con un carajo Sid, cuando te vas a marchar?
Este estaba repantigado en una esquina oscura de mi despacho, vestido con un traje completamente negro con camisa negra y corbata negra y usaba unos lentes oscuros que lo hacían ver completamente tétrico.
- Sid, te estoy hablando! Sid! Sid!
- Deja de fastidiar.
Dijo en una voz apenas audible.
- Si no te largas voy a abrir las cortinas y dejar que te rostices.
- Elliot tu menos que nadie podría hacer eso, no quieres quedar tú también hecho polvo. Además yo estoy jodido pero tú, no te atreverías a dejar tu feliz existencia por un capricho bobo.
- Feliz existencia? Llevas una semana en mi despacho como un maldito mueble! Mi existencia sería feliz si te largas y me dejas coger con Kanon a gusto!
- Al menos tú tienes a Kanon. Y por cierto en nada te estorbo aquí.
- Ay Sid ve a hacer el favor de buscar a Steph y pedirle perdón. Y si me estorbas, qué tal que quiero tirarme duro a Kanon en este escritorio eh?
- Tu no eres señorita pudor Elliot, si quisieras lo harías.
- Yo n,o pero Kanon no va a dejar que nos mires- Dije cruzándome de brazos.
- Eso es otra cosa, cojan en otra parte!
- Lárgate Sid! Busca a Steph, ruega su perdón y vete para poder coger!
- No puedo.
- Ah no?
- No!
- Por?
- Ya te dije, me tiene miedo.
- Y no es para menos te pusiste con un demonio, casi cometes una estupidez.
- Lo se, por eso he decidido quedarme aquí hasta hacerme piedra.
- Pues tu cerebro ya lo está logrando, no seas idiota Sid, es normal que Steph te tema pues nunca te había visto así pero estoy seguro te extraña.
- Como sabes?
- Por Asmodeo el príncipe de la lujuria, Steph te ama! El miedo es normal, es parte de su esencia humana pero lo que debes hacer es agachar esos cuernotes de Leviatán y pedirle perdón y no volver a tocar al policía.
- Ese maldito perro policía! Lo tocó! Yo sabía que eso no había sido producto de su imaginación, lo sabía!
- Si, pero debes controlarte, en primera por que Steph lo tiene en alta estima y en segunda y la razón más importante es por que si matas a un humano con el cual no tienes un contrato, si tu matas a un humano bueno ya sabes cuál es el castigo inmediato no?
-Desaparecer.
- Exacto y ahí sí vas a joder mucho a Steph, así que ve, discúlpate y por amor a Lucifer, intenta controlar ese carácter tuyo!
Sid no se movió ni un poco; no dijo nada mas, ese Leviatán idiota no se iba a mover, muy hombre para poseer a Steph y muy niño para ir a pedir perdón. Como si el rubio idiota se lo fuera a comer, por los siete pecados capitales! Era de Steph de quién hablábamos, no un tirano, no un ser de suprema inteligencia, era de Steph!
- Sid idiota!- Dije yo y me fui de malas a Moonlight, a buena hora me habían nombrado líder de una asamblea de tarados, es más; lo único que me faltaba era que Sally se reintegrara y lo nombrarán mi segundo al mando y seguro me iría mejor que con estos espectros! Había un Karma que estaba pagando y muy caro, y ahora me tocaba arreglar sus tonterías.
Pedí a Kanon que se vistiera y me llevará a Moonlight, este así lo hizo, era la primera vez que se le miraba contento de que yo metiera mi nariz en asuntos ajenos.
- Hola Steph!
Saludé al rubio de ojos hinchados debido a que seguro había llorado todas las noches y complexión más robusta por comer toda la semana helados, donas y chocolates para intentar mitigar la depresión de tener un pez retardado de novio.
- Hola Elliot, que sucede?
- Que pequeño tan mono!- Se escuchó a lo lejos que una de las secretarías decía al tiempo que me miraba con ternura, por Satán y sus compinches! Desee que alguien me matara en ese instante.
Kanon me miro de forma desaprobatoria y yo sonreí, era broma, le dije a su mente.
- Oye te invito un café.
- Lo siento pero estoy trabajando.
- Descuida se de buena fuente que al dueño de la empresa no le importara que su novio se desaparezca un ratito conmigo.
- Elliot! Shhh!
- Ajá! O vienes conmigo o grito que estás comprometido con Sid Santinni.
Steph puso cara de sorpresa y luego frunció el gesto.
- Bien! Bien! Dame un segundo
Se alejó con pereza y fue a consultar con su jefe. Yo lo miraba con detenimiento y este hablaba de forma preocupada con su superior al mando hasta que al fin salieron los dos y dijo.
- Bien pero no te tardes mucho Joggar.
- Gracias señor!
Kanon soltó una risita queda y yo de inmediato leí su mente. Ese rubio canalla le había pretextando a su jefe que me había ganado en mis pantalones y que me iba a llevar con el hijo del señor Santinni pues yo era su primo menor!
- Que?!- Dije yo mirando con rabia a Steph.
El jefe de Steph me miró con curiosidad, buscando una mancha que no existía en mi ropa y luego se retiró.
- Steph por que inventaste eso?
- Shhh! No había más que decir, no soy bueno mintiendo- Respondió en voz baja.
- Eso es obvio, no tengo manchada la ropa!
- Anda tenemos un poco de tiempo, tengo que regresar al trabajo.
Fuimos a una cafetería cerca de Moonlight.
- Steph, Sid está hecho un perfecto imbécil.
Steph miró su frappé de chocolate con extra crema batida y lo removió un poco.
- Se que tú también estás mal y además estás asustado pero no pueden seguir evitándose.
- Elliot yo...
- Steph, Sid perdió el control pero entiende, Sid es un Leviatán y por ende es el más celoso de los espectros.
- Ya sé, es solo que no entiendo por qué no puede intentar llevarse bien con Whip. Sid sabe que lo amo a él, entonces por qué no confía en mí?
- Steph, Sid confía en ti, pero si fuera por él, te tendría en un capullo de cristal alejado del mundo. El mar así es, es implacable cuando ama algo, terriblemente celoso pues no tolera que el objeto de su afecto sea mirado por otros y por supuesto y te lo digo ahora que aún es tiempo, Sid es terriblemente violento. Será atroz si alguien te toca siquiera con una pluma.
- Pero...
- Además seamos honestos Steph, ese policía no te quiere como amigo nada más, él te quiere como algo más y debes entender que Sid solo está actuando como su naturaleza le indica; recuerda, él no es humano, no son celos humanos los que Sid tiene, son celos de demonio, celos de mar.
- No es justo. Yo amo a Sid y mucho pero no es justo! Whip es mi amigo, Sid debe entender que yo solo lo veo como a un amigo y nada mas. Yo no puedo alejarme de todos los que quiero por que Sid se sienta de esa manera, lo amo y él es mi mundo, es el único que he amado y amare pero él también debe de poner de su parte.
- Bien! Por que no se lo dices?
- Por que ese idiota no ha venido o si ha venido no me habla!
Dijo el rubio enojado y dando un sorbo profundo a su enorme a su frappe, cuando terminó se tomó la cabeza entre las manos y dijo.
- Waaaa cerebro congelado! Friiiiio!
- Eso no es novedad- Dije yo en voz baja, lo que provocó que el rubio me viera con ira.
- Steph, tú tienes miedo de Sid?
El rubio medito un momento y dijo.
- A veces si- Luego hizo una pausa larga, yo intentaba descifrar sus pensamientos cuando continuo- Pero me da más miedo estar sin él.
- Ve a hablar con Sid, lleva una semana en mi casa sin moverse de un rincón.
- Sid- Susurro el rubio.
- Y no deja coger a gusto.
Steph al escuchar esto último abrió los ojos como platos y me miró con sorpresa. Kanon movió la cabeza en señal de desaprobación por mi comentario y se paró a liquidar la cuenta para evitar seguir escuchando mis palabras así que yo increpe a Steph.
- Oye ese pobre policía quedó muy mal verdad?
- Si.
- Me lo suponía, aunque sea el humano más fuerte del mundo en nada se compara la fuerza humana a la fuerza de un espectro de primera como Sid y no quiero hacer peor el asunto Steph pero Sid apenas lo tocó, estaba como desquiciado cuando él y yo nos enfrentamos, pero debes saber que Sid no uso ni el uno porciento de su fuerza con él.
- Eso no ayuda mucho Elliot.
- Lo se, solo te lo digo para que consideres la realidad, Sid no es humano, es un demonio casi y no quiero arruinarte la boda pero así será siempre, si Sid pierde la cabeza va a cometer una estupidez, en ti esta no dejarlo hacer tal cosa, entiendes?
- Pero que puedo hacer?
- No lo se Steph, cada espectro es diferente. Yo sé cómo es Kanon y se cómo sería yo en esa situación pero desconozco a los demás y para mí, aún para mí, Sid es un misterio. Solo un Leviatán podría ayudarte pero, créeme no quieres encontrar un Leviatán que no sea Sid.
Este afirmó y en su cabeza paso rápidamente la terrible experiencia con Nereo y con Nefi. Luego de esto el rubio agachó la mirada.
- Así que considera bien si deseas estar con Sid pues si no hubiera sido por Kanon quien sabe que hubiera pasado.
- Y que sucedió cuando nos fuimos?
- Pues lo más lógico, jamás dejaría a Kanon enfrentar a Sid, no estoy loco, obvio Sid lo desaparece y eso no pasará mientras yo exista, como bien sabes ya, Kanon es el de menor fuerza entre nosotros, pero aún así le sería fácil vencer al policía pues su fuerza es mayor que la de los humanos pero menor que la de un espectro de rango. Así que tuve que interponerme y pelear con Sid, detesto pelear pero por Kanon nada es suficientemente detestable. En fin peleamos hasta que Sid entro en sus cabales y luego se dio un baño de puso ese traje y comenzó a hacerme la vida imposible de otra manera mas chocante.
Kanon regreso a la mesa y ambos guardamos silencio unos minutos, pero eso no duro micho hasta que Steph dijo.
- Muchas gracias Kanon, gracias por ayudar a Whip aún arriesgando tu propia vida.
Kanon asintió y lo miro con ternura, yo sabía bien que él amaba a Steph, aunque de una forma muy diferente a como todos los demás, él lo veía en sí como a su pequeño nieto y detestaba verlo llorar o sentirse miserable, Kanon era tan joven que en si aún no había perdido esa parte humana y quizás nunca lo haría pues él había logrado lo que todos los demás no, y eso era engendrar a alguien como Steph.
- Ahora vámonos que tienes que regresar al trabajo.
- Gracias por la comida.
- Pasaré de regreso por ti para que vayas a ver a Sid y lo saques de mi casa.
- Ah?
- Es en serio, hoy me apetece darle unos buenos azotones a Kanon y no puedo por qué tú pez sigue ahí metido.
Steph se puso de color carmín y Kanon se cubrió los ojos con la mano en señal de desaprobación de nuevo.
- Estás invitado si gustas unirte Steph.
- Paso Elliot gracias.
- Bien, entonces nos veremos por la tarde.
Steph asintió y se marchó. Nosotros hicimos lo propio y regresamos a la casa pero nos llevamos una enorme sorpresa al ver que Sid ya no estaba ahí, quizás había regresado a Moonlight a hablar con Steph. De inmediato telefonee al rubio y le informe.
- Bien, a la salida subiré a su oficina.
- Bien, yo iré a preparar mis látigos, aún estás invitado a venir a la fiesta de los azotones.
El rubio colgó el teléfono, que grosero. Me quedé ahí en mi despacho pensado... Los problemas se incrementaban, lo celos de Sid serían algo difícil de llevar incluso para mí, y es que había una buena razón por la que muchas asambleas no contaban con un Leviatán era esa misma, un Leviatán era una criatura de impulsos, era algo incontrolable y peor aún un Leviatán enamorado. En buen lío me había metido. Eso además de que ni siquiera habíamos hablado de Rusia y de lo que ahí había sucedido o de lo que sucedería o de como revertir todo este problema con el maestro, debía haber una forma de zafarme de todo pero... Por ahora tenía un deseo sexual de azotar a Kanon hasta que su piel se partiera y estaba dispuesto a darme un descanso de tanto embrollo para un ratito de placer.
- Kanon! Estás listo?
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Del libro de Layla.

Visitas indeseadas.

- Que quieres aquí Sid?
- No tengo donde ir.
- Que tal tu casa?
- No.
- Que te dice que aquí serás bienvenido?
- Nada, solo me sentaré por aquí a disfrutar de la miseria.
- Carajo! Lárgate Sid!
- No quiero Layla así que ándate y ve a hacer tus cosas de mujer, no se, lo que sea que hagas.
- Idiota! Le voy a decir a Samael que estás aquí.
- Si eso quieres.
Subí de inmediato la escalera hasta el piso donde se encontraba la habitación de Theobald. Toque la puerta y cuando recibí la indicación de que podía pasar así lo hice. Cruce el recibidor y en la estancia de aquel sitio encontré a Theobald tirado en el piso haciendo tremendo berrinche a mi hermano que lo miraba desde arriba con excesiva paciencia.
- No quiero y no quiero!
- Esa no es una buena razón Theobald además ya te dije que te ibas a divertir mucho en la escuela.
- No! No quiero, es tonto!
-Theobald vamos, levántate del piso.
- No! Yo quiero quedarme con Samael! Quiero quedarme! Quiero quedarme aquí contigo!
Este comenzó a patalear y a hacer mas notorio su berrinche.
- Que haces Theobald, levántate ya mismo- Dije yo enfadada.
Theobald nada más con verme se puso en pie y se refugió en los brazos de Samael. Aún en su estado actual este me temía, lo cual no era de sorprenderse, al fin y al cabo hijo de Adán.
- Sid está abajo.
- Seguro buscando refugio.
- Correcto!
- No pienso meterme en sus asuntos, si Sid y tu van a pelear por el rubio tonto no me meteré.
- Samael!
- Lo siento Lay pero no lo haré, no creo que sea prudente pelear por alguien como Steph, no es mal chico pero si es un idiota de primera, tu una altiva hija de Lilith te vas a poner a pelear por un pequeñejo sin cerebro? Eso no te hace mejor que Sid.
- Pero lo deseo.
- No es cierto, no tiene bolas y no puedes desearlo.
- Samael!
- Deja en paz a Sid.
Este tomo a Theobald de la mano y bajo junto a él a saludar al Leviatán.
- No tengo donde quedarme- Dijo Sid al ver a Samael.
- Bien, solo no espantes a Theobald, puedes deambular por donde te de la gana mientras él no se sienta amenazado por tu presencia.
- Me iré al rincón del despacho aquel.
- Como gustes Sid, pásala bien.
El Leviatán se dirigió a donde le había dicho a Samael y este desapareció por la cocina con su amado humano. Idiota Samael! Dije abriendo mi mente a todos los espectros presentes en la casa.
- No soy idiota- Dijo desde la cocina- Soy sensato, deja en paz a ese rubio tonto.
De inmediato fui al despacho donde Sid estaba en un rincón oscuro intentado mirarse digno de lástima, que le ocurría?
- Tu sabías no es cierto?- Dijo él.
- Saber? Qué?
- Sabías lo que ocurriría.
- Sid soy una Lilim no una vidente.
Este bajo sus lentes negros un poco a manera de que nuestras miradas se encontrarán y cuando eso sucedió, confesé.
- Si. Yo sabía que el policía te iba a desquiciar tarde o temprano y que serías tan tonto de caer presa de tus arranques de celos.
Él subió de nuevo sus lentes complacido por haber obtenido su respuesta.
- No te voy a ceder a Steph nunca, él es mío.
- No hará falta, si tú sigues así él te va a dejar y yo aprovechare mi oportunidad.
- Steph es mío. Bruja!
- Steph es humano Sid, acaso no te has dado cuenta? Él no va a tolerar que lo apartes de todos y menos de alguien a quien él aprecia, además el policía tiene razón en algo, tú lo dejaste solo. Estás en un callejón sin salida.
Sid no dijo más pero yo continúe.
- Escúchame bien Sid, no es mi intensión jugar a tus espaldas mi juego, te lo diré fuerte y claro, June Whipper es el mejor de tus rivales, amo a Steph y lo quiero para mí y sabes que yo también soy competitiva, quizás me cueste mucho derrotarte pero a él no, el policía tiene mucho de ganar sobre ti y yo puedo ganarle al policía.
- Él es mío!- Grito con voz potente, tanto que cimbro el despacho.
- Eso mismo es lo que te hará perderlo, tu falta de cordura... En fin, si quieres pelear, por mi no te detengas, yo no soy un humano y ten por seguro que te daré una buena pelea.
Sid se paró y se marchó de la casa. Samael al escuchar el portazo, salió de la cocina y me miró.
- No podías dejarlo así verdad?
- No. Lo siento hermano.
- Lay?
- Si?
- Aprende a perder quieres?
Su comentario me dejó desarmada. Regrese en silencio a mi despacho y abrí uno de los cajones que tenía con llave. Ahí estaba el rubio mirándome atento y aquel mechón rubio que yo había robado hace tiempo. Por que era que después de tantas y tantas etapas de la tierra que había vivido, por que él? Era un Breton común y corriente, entonces por qué?
Me sentía sucia así que fui a darme un baño de tina.
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Era la hora de la salida cuando subí a la oficina del " Señor Santinni", la recepción estaba igual de desolada que siempre. Me adentre en la oscura habitación donde esperaba encontrar a Sid pero nada! Tropecé un par de veces mientras cantaba su nombre pero no hubo respuesta alguna, al fin llegué a la ventana y despacio corrí un poco las cortinas dejando pasar un mínimo haz de luz.
- Vamos Sid sal ya, hay que hablar.
Pero conforme abría la pesada cortina me di cuenta que no había nadie ahí, todo estaba hecho un desorden.
- Sid.... Donde estas?
Me senté en su silla de madera frente a ese enorme escritorio y miré que todos los papeles estaban desperdigados por doquier, este hombre en serio no le importaba la empresa cuando tenía problemas, si así era Sid. No sabía bien que buscaba pero comencé a mirar los papeles ahí sueltos, contratos, recibos, y había unas hojas que contenían escritos con la hermosa caligrafía de Sid pero estaban en otro idioma. Carajo!
De regreso decidí pasar a ver a Whip y llevarle unos bizcochos para ver si ya se sentía mejor y es que él había intentado regresar al día sigue a su trabajo pero su jefe inmediato no lo permitió debido a que aún no estaba bien, es más, ni siquiera se veía mejor y nada más el esfuerzo de presentarse a la estación a trabajar le ocasionó casi un desmayo, así que le dieron dos semanas de descanso así que más a la fuerza que de ganas tuvo que tomarlas. Luego de eso iría a casa de Elliot a avisarle que Sid tampoco estaba en su oficina, seguro estaría en Mousetrapp así que le pediría a Kanon el favor de acompañarme a su casa.
Pase por los deliciosos bizcochos y por un par de cocoas calientes, me parecían ideal para hacer sentir bien a alguien enfermo, así que llegue a su lugar y toque un par de veces, pero nadie respondió.
- Whip? Acaso habrá salido? Se habría sentido mal y habrá ido al hospital? Dios, que tal que si! Ay Whip!
Saque mi teléfono de inmediato y justo al marcar el automático este apareció por la escalera con una bolsa muy sospechosa.
- Hola primor, que agradable sorpresa.
- Whip donde estabas?
El saco de su bolsa una botella de Whiskey y luego un paquete de cigarros.
- Ah?
- No solo de pan vive el hombre amor.
- Pero te vas a poner a beber?
- Bueno ya que no estoy en servicio, si.
- Whip! Pero no creo sea correcto en tu estado.
- Pero sabe bien mi vida.
Dijo el abriendo la puerta e invitándome a pasar.
- Te traje bizcochos y cocoa caliente, mejor bebe eso.
Él dejo su bolsa de vicios en la mesa y se plantó delante de mí.
- Por que eres tan lindo? Por que?
Dijo agarrando mis mejillas.
- Whip yo...
- No me la pones fácil amor, nada fácil.
- Me preocupo por ti Whip, es natural, eres mi amigo.
- Y tu el hombres que amo- Dijo él y me besó la frente con delicadeza, para luego dejarme ahí e ir a tomar un vaso y servirse un trago.
- Mejor bebé esto- Le di la cocoa en la mano y le quite el Whiskey, por todos los cielos olía bastante fuerte, como podía en su estado estar bebiendo?
Este se sentó en la pequeña mesa y me miró, yo me senté frente a él. Aún tenía el labio reventado y un ojo muy morado, era justificable que no lo hubiesen dejado trabajar.
- Whip estás comiendo bien?
- Claro que sí amor- Dijo abriendo el vaso de cocoa y probando un poco, de inmediato hizo una cara extraña.
- Sabe mal? Necesita más azúcar?
- No primor, está muy buena solo necesita un toque de casa- Él tomó la botella de Whiskey y le hecho una buena medida a la cocoa , le dio un buen trago y le hecho aún más y así hasta que estuvo de acuerdo en el sabor que él deseaba obtener.
- Whip! Qué asco!
- Descuida primor, incluso el té lo tomo así.
- Tienes un problema con la bebida.
- Tengo muchos problemas mi amor. Entre los cuales un pequeño rubio de cara bonita que no deja de rondar por mi cabeza.
- Whip! Esto es serio!
- Esto también Steph. Contigo nunca iría en broma. Te amo, lo sabes no?
El mar de sus ojos se topó con los míos y me puse inmediatamente de color rojo.
- Whip....
-Te amo Steph y quiero que estés conmigo hasta que me muera, quiero que estés junto a mi, no puedo prometer un para siempre pues eso sería falso pero si te puedo prometer que mientras yo respire quiero estar a tu lado. Whip.... No pude soportar y baje la mirada.
- Whip yo no sé qué decir...
Este se encorvo y tomo mis manos entre las suyas pero no dijo nada. Era muy extraño, yo estaba profundamente enamorado de Sid, él era el amor de mi vida pero sabía plenamente que también podía amar a Whip siempre y cuando yo no hubiese conocido a Sid, aunque para esa posibilidad era muy tarde ya.
Al fin de cuentas puse un par de pretextos y salí huyendo de la situación, siempre que pensaba en esas cosas terminaba sintiéndome mal por que después de todo yo estaba con Sid.
Fui entonces a Mousetrapp pero estaba cerrada, toque y toque pero nada que abría Sid, yo sabía que ahí no había servidumbre pues Sid detestaba que hubiera humanos en su casa, solo algunos que él ya conocía o que la sede asignaba a los espectros, estuve ahí un buen rato intentando; entonces decidí llamarle por teléfono, no era como que quisiera arreglar las cosas de esa manera pero al menos si decirle que. debíamos hablar de frente; pero Sid no contesto, le marqué veinte veces y no contestó.
Eso disparó una alarma en mi, de inmediato telefonee a Elliot pero igual el contestador y luego a Layla y ella me dijo que había estado ahí molestando por la tarde pero que luego había decidido irse más no sabía ni ella ni Samael a donde. El que Sid desapareciera así me causaba una ansiedad terrible, lo odiaba cuando hacia eso.
Regrese a Moonlight e igual no había nadie, decidí ir a casa de Kuri y tampoco estaba ahí, solo hablé con Benedetto pues no quería preocupar a Kuri ya que sabía que no estaba muy bien de salud y se le miraba a leguas así que le dije a Benny que no le mencionara nada a Kuri y cuando él me preguntó que qué haría, le dije que iría a casa y mañana lo buscaría, pero era una mentira...
Le marqué como desesperado unas cuarenta veces más y le dejé mensajes en el buzón rogándole que no me abandonará de nuevo, llorando y suplicando, estaba ya mal y era muy de noche cuando iba en el autobús de regreso a casa y pase por delante de ese sitio. Hacía tanto que no había ido ahí... Es barato y silencioso decía Sid... Ese cementerio donde le gustaba estar, de inmediato pedí como loco al conductor que me dejara bajar ya mismo! El hombre puso una cara de fastidio pero no me dejó bajar así nada más sino hasta donde me correspondía.
Corrí hacia aquel sitio que estaba cerrado y busque la forma de llegar al otro lado lo cual era trepando. No era la primera vez que lo hacía pero no por eso se me hizo mas fácil y comencé a creer que lo que decían los chicos sobre mi aumento de peso comenzaba a ser verdad, un poco... Vaya que si me costó subir y bajar no tanto pues ya a unos metros me caí y aterricé en mi trasero.
- Duuuuuuele! Duele! Duele!
Me pare apenas pude y miré a mi alrededor, mierda! Qué sitio tan escalofriante, de todos los hombres que pude haber amado, elegí al único que le parece que los cementerios son lindos y baratos! Y luego dice que no es vampiro!
Comencé a caminar aún adolorido por la caída y una lluvia ligera se dejó caer, por que no? Si esto es Londres y aquí llueve todo el tiempo, carajo!
Camine por espacio de media hora o más y fue entonces cuando me di cuenta de que no estaba llegando a ninguna parte, o más bien ya no sabía en donde estaba? No me parecía el mismo lugar de siempre... La oscuridad que había ya en ese punto de la noche no me dejaba ver con claridad o identificar algún punto, así que decidí regresar; pero ya era muy tarde y tampoco había dejado un rastro de migas para identificar por donde había venido, ni señal para usar mi teléfono. Comencé a creer que había hecho una cosa bastante estúpida al venir, quizás era otro cementerio y me había confundido, quizás estaba en otra parte, quizás solo quería componer la serie de tonterías que había hecho pero... Pero siempre era un estúpido! Estúpido Steph! Estúpido Steph, estúpido!
Me senté debajo de un árbol, elegí el que se veía menos tétrico y comencé a llorar de desesperación. Sid dónde estás? Un rayo seguido de un trueno bastante horrible y escandaloso me hicieron cerrar los ojos y cubrirme los oídos. No quería que esto pasará, solo quería ver a Sid de nuevo, quería hablar con él, estar juntos de nuevo; pero había terminado así, y aquí, en un lugar donde ni siquiera podía escuchar mi propio eco.
- Steph que pasa?
Escuche esa voz y de golpe abrí los ojos. A unos metros de mi vi su enorme figura ahí parada, sus lilas y sus bucles negros empapados de lluvia. Se acercó despacio, como si él fuera un malvado lobo y yo un pequeño conejo.
- Por que estás aquí?
- Ssssid?!
Este se puso en cuclillas una vez que estuvo frente a mí y acarició mi cabello húmedo y mis mejillas.
- Que pasa? Por que lloras?
- Sid....
No podía ser de otra manera, nada más al ver a Sid todo el amor que sentía por él se volvía una eufórica fiesta dentro de mi. Me le fui encima y me aferre a él hasta con las uñas.
- Sid tonto! Tenía miedo! Mucho miedo!
- De que Steph?
- De todo, eres un tonto, me has dejado solo!
- Pero estoy aquí, y no me fui a ninguna parte.
- Pero si serás idiota! Tú debes estar conmigo!
Dije alzando la mirada llorosa aún. Sus lilas me miraron con sorpresa y luego él puso ese gesto de entender cómo me sentía.
- Perdón Steph, es que creo que estabas muy temeroso de mi y molesto conmigo.
- Si lo estoy pero no significa que no te ame o no te quiera cerca, grandísimo idiota!
- Perdón Steph.
Dijo Sid apretándome contra él y yo de inmediato busque su boca que sin dudar obtuve en un jugoso beso apasionado. Ahora no solo era todo el amor que sentía por Sid dentro de mi, sino que fluía de mi cuerpo al suyo y viceversa. Solo la falta de aire fue lo que nos detuvo pero en ese momento, la intensa mirada de Sid me atrapó, tenía ese gesto de suplica. Por que Dios había diseñado un rostro así? Una expresión natural tan hermosa? Sería acaso una trampa? Sid comenzó a acariciarme con ternura pero poco a poco bajo las manos hasta mi entrepierna y las cosas se pusieron calientes. Yo me ruborice y me tendí en el pasto marchito de aquel cementerio, él me bajo el pantalón y todo lo demás y comenzó a besarme la entrepierna, lo cual me puso duro de inmediato, una cosa que sólo Sid sabía hacer.
De inmediato pasó a besar mi sexo y luego a chuparlo, me cubrí con los antebrazos los ojos pues la sensación de placer era terriblemente fuerte y no aguantaría mucho sin correrme, era el cielo en la boca de Sid lo que me hacía sentir amado en verdad y esa sensación no podría dejarme nunca en paz.
Tal como dije no tarde mucho en correrme y Sid me miró complacido, así que yo me cubrí de la vergüenza la cara por completo con las manos .
- Déjame verte Steph.
Yo negué en un movimiento de cabeza.
- Vamos, déjame verte quieres?
- Osh Sid, tu solo quieres regodearte.
Él se posicionó arriba de mi y me aparto las manos del rostro con suavidad.
- Eres muy lindo Steph y más cuando tienes vergüenza.
- Vete al diablo!- Dije enojado y apenado.
- No entiendo esa frase de vete al diablo, el diablo es un ente no un lugar, en dado caso aún no he sido promovido a demonio aún.
- Osh Sid cállate y bésame quieres?
Él asintió y me besó una vez más y otra y otra con esa pasión, su lengua y la mía bailaban al mismo compás y mi corazón estaba a punto de estallar cuando él subió mis piernas a sus hombros y sin dejar de besarme comenzó a estimular mi entrada.
Los dedos poderosos de Sid eran los únicos que gobernaban ese sitio y sin problema me dejó bien lubricado y listo para la acción.
- Te amo Steph y no quiero que sientas miedo de mi.
Dijo él al tiempo que me daba la primera estocada con una fuerza que sentí que el impacto me iba a partir y entonces cerré los ojos, lo bese y pensé en todo lo que había vivido sin él, aunque era cierto que Sid me había mostrado un lado de él que yo no había visto pero del curso había sido advertido por los demás chicos de la asamblea, tan bien era cierto que recordar el dolor de que mi pez no estuviera, de escuchar aquel silenció ensordecedor cuando gritaba su nombre, cuando había caído y no estaban sus brazos para sostenerme, cuando había deseado llenarme de este amor que ahora tenía dentro y solo había quedado un eco lejano de él...
- Steph, yo nunca te voy a volver a dejar- Dijo Sid que había leído mi pensamiento y se metió en la cuenca de mi cuello- Nunca, te amo demasiado y siempre lo haré.
Sentí entonces una estocada furiosa tras otra, Sid estaba desesperado por hacerme sentir su amor.
-Sid... Te amo, no lo olvides nunca.

 

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