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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

:)



 Abrí los ojos a pesar de que aún seguía oscura la habitación pero yo ya estaba satisfecho de sueño y en un despertar muy placentero me talle los párpados y me incorpore. Esa no era mi casa, ni mi cama, pero... Miré mi cuerpo desnudo que se sentía pegajoso y caliente, me quité la sabana que me cubría y miré mis muslos que estaban manchados en tanto yo seguía aletargado y entonces miré a mi alrededor para reconocer la habitación. Era... Era la habitación de Whip! Carajo!
De inmediato tome mi teléfono y miré la hora, eran las cuatro y media de la tarde! Londres estaba nublada de nuevo, yo reaccioné y busque mi ropa, la hallé bien doblada en un extremo de la cama, que había hecho?
Me vestí de inmediato y salí a la estancia y al comedor buscando al dueño de la casa para disculparme por haber sido impertinente anoche.
Entonces me hallé en la mesa un desayuno de waffles y chocolate que se supone debió estar caliente hacia horas y tomé la nota que estaba ahí.

Mi amado bombón, me fui al trabajo, te deje algo de desayunar; no es mucho pero así no regresaras a casa con hambre, siento que en mi casa no haya mucho más de comer; pide un taxi para regresar te deje dinero.
Te amo más que nunca.
Whip.
Me senté a llorar literal por lo que había hecho, yo... Yo simplemente me había dejado guiar por mi soledad y no había pensado con claridad, miré la comida y mi estómago gruño, no me gustaba desperdiciar así que comí rápidamente y me fui sin llamar al taxi o tomar dinero, me fui así nada más cerrando bien la puerta. Mi mamá y Roja al verme llegar se sorprendieron.
- Steph hijo me tenías preocupada.
- Stefy donde estabas?
- Lo siento mamá, se me pasó el trago- Mentí.
- Ay hijo, me hubieras llamado.
- Lo siento.
- Eso supuse cuando Whip me dijo que seguías bien dormido en su lugar.
- Whip te llamo?
- Si bueno, él anoche me mandó un mensaje que decía que te acompañaba a casa y luego tú me dijiste que te ibas a quedar en su casa no?
Yo asentí y ella continuó.
- Pero en la mañana estuve llamando a tu teléfono y no contestabas así que llame a Whip y me dijo que estabas bien dormido, que le daba pena despertarte ya que te había dado molestias anoche pero que si quería lo hacía y la verdad le dije que no, como no habías estado durmiendo bien pensé en dejarte descansar pero te lo tomaste muy en serio- Dijo ella mientras reía.
- Mamá te molesta si me voy a dormir otro rato?
- No bebé pero ya comiste algo?
- Si!
- Bueno si necesitas algo llámame!
- Si llámanos Stefy!
Subí las escaleras hasta mi habitación y me tendí en la cama.
Había engañado a Sid! Lo había engañado! Había sido infiel! Perdón Sid pero es que... No puedo solo! No puedo!
Quería gritar mi desgracia, mi pena evidente de que yo mismo me había roto el corazón así que llené la tina y me desnudé para sumergirme en ella hasta la cabeza y una vez ahí solté un alarido terrible, un alarido de dolor ante mi penosa situación. Grite para que Sid escuchará donde quiera que estuviese y me perdonará.
Salí de darme un baño y volví a mi cama a hacer lo que mejor sabía hacer después de comer cereal, dejar de pensar.
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Notas de Beni.
Decisión.

Al mirarlo me parecía que nuestra historia era algo que el tiempo desvanecía con cada segundo. Lo puse de lado, ahora su cuerpo tenía esa levedad tan propia de alguien que quiere irse; pero no podría dejarlo, me aferraba a todo y con todo.
- Tonto Kuri, tu no debes dejarme!
Gire su espalda y note que una a una las vértebras se le marcaban y le causaban laceraciones que seguro le dolían.
Había dispuesto esta tarde ir a buscar al señor Kanon por tercera ocasión pero simplemente no había podido encontrarlo. Además hacia una semana que Steph no se dejaba ver, yo sabía que tenía una depresión muy severa por la partida del señor Sid pero tenía que aferrarse a algo, yo mismo cada día tenía que aferrarme a cada segundo de la vida de Kuri, me importaba un bledo si había quedado como un vegetal y nunca se pondría bien o si este decidía despertar que era lo ideal, yo solo quería que él se quedará conmigo, que no me dejara nunca! Cada segundo con él me era tan valioso que lo disfrutaba y me aferraba a el. Pero Steph se hundía sin el señor Sid y ya había yo escuchado a Kuri muchas veces contar cómo este se había pirado por muchos años cuando el señor Sid se apartó de su lado, pero por amor a Dios! Steph tenía que ser más listo y creer más en el señor Sid no? Tenía que serlo!
- Tiene que ser más listo, no Kuri?
Kuri dio un quejido, los doctores decían que ese era uno de los reflejos más comunes entre otros como ritmo de sueño-vigilia irregular, coma o escape de orina. Pero como dije; yo tenía que aferrarme a algo más allá, quería pensar que Kuri estaba atrapado ahí y que estaba luchando a mi lado por vivir.
Yo había llamado a Steph un par de veces y este siempre decía que se sentía indispuesto, había veces que no contestaba y llamaba a su madre o a Aramis que me contaban que Steph estaba muy deprimido, la verdad ahora yo desconocía bastante a Aramis pues cuando la escuchaba hablar junto a Nonna ella se escuchaba muy segura, yo naturalmente estaba preocupado por ella así que había ido a verla en un par de ocasiones y a pesar de que Steph no salía de su habitación Aramis parecía tranquila y feliz.
- Benny cómo está il Signiore Kuri?
- Bien amor.
- Benny no seas malo con él y te aproveches de que esta enfermito para darle verduras.
- Aramis!
- A veces así eres!- Dijo ella sonrojada.
Yo me reí y esta se sentó en las piernas de su Nonna y la acarició con ternura.
- Como está el niño?-Pregunto la mamá de Steph que había conocido a Kuri en algún momento.
- Ah, bien gracias por preguntar.
Cómo aquellas veces me había dado cuenta de que a Aramis no le faltaba nada y estaba bien, decidí que podía enfocarme en buscar al señor Kanon por rumbos más alejados de Londres, además de que ir por las cosas que Kuri necesitaba para atenderlo en su día a día era más fácil así que tome un curso de manejo intensivo por las noches cuando salía de cuidar a mi ruso tonto y aprendí en ocho días a manejar lo básico.
Me hice de uno de los carros de Kuri aunque algo nervioso pues un Camaro Z28 convertible edición limitada no sería nada barato de pagar si le pasaba algo pero por ahora todos sus bienes y su dinero estaban bajo mi mando y de todos los carros que tenía él, el Camaro Z28 era el coche más barato, malditos ricos bastardos!
Una tarde donde Kuri estaba realmente muy tranquilo y todo parecía ir bien decidí darle sus medicamentos e intentar acostarlo temprano, lo acurruque junto a mí y pegue su cabeza a mi pecho.
- Vamos Kuri se buen chico y duérmete quieres?
Este incansable en darme la contraria tardo más de lo usual pero se durmió al fin después de un buen rato. De inmediato tome el coche y me dirigí con rumbo al noroeste de Londres, me había llevado bien con el coche y entre más lo manejaba más mío lo sentía, tal cual pasaba con Kuri. Solo me faltaba recorrer el noroeste de Londres y peinar lo más lejos que pudiera la zona, tenía un presentimiento sobre que y como podía hallar al señor Kanon, estaba muy preocupado por él.
Llegue a Valliere Rd. No tenía una razón para aparcar ahí pero en la acera había una casa Blanca con las puertas abiertas, no lucia muy elegante pero tenía algo.
- Exactamente, tiene algo!
Dijo un jovencito de doce años que media menos que yo y tenía el cabello pelirrojo y rizado.
- Benedetto sígueme y encontrarás lo que buscas.
Yo sentí miedo y desconfianza pero el señor Sid me había encomendado esa tarea y todos hacían su parte, así que yo no podía fallar.
Baje del coche y seguí al chico cuando una mujer me pasó su brazo por los hombros. El chico pelirrojo sorprendido ante la presencia femenina que yo desconocía de quién se trataba se volteo y dijo.
- Usted no es bienvenida señora.
- Que descortés de parte de tu amo el no invitarme a su reunión, más cuando tuve muchos conflictos para decidir que ponerme.
La mujer de inmediato de puso delante de mí y ante su tacto supe que no era una humana.
- Le reitero que debe marcharse señora.
- Si lo hago, mi amo se va a enfurecer conmigo así que prefiero declinar.
- Entonces oponentes seremos a partir de este momento!
- Así será!
Ambos se pusieron en posición de batalla y de una habitación salió un chico que apenas si estaba en plena pubertad.
- Atlas no, para.
El pelirrojo hizo caso al castaño claro y este se recargo en la puerta y cruzo lo brazos.
- Mi señora Nun, este no es el momento ni la ocasión de que peleemos.
- Arista de Mammon es cierto lo que dices pero bien sabes que las órdenes no se discuten.
- Se acatan, es por eso que comprenderá que no tenemos que pelear, esta no es la asamblea de su amo ni mucho menos un asunto que le concierna al Leviatán del norte es por ello que le pido se retire y nos deje trabajar.
- Eso es cierto Arista, no nos interesa ni el chico, ni el señor de Rusia que yace en esa cama de hospital, pero... Por desgracia esta ubicación ya está dentro del territorio de mi amo y a él le disgusta muchísimo el conflicto callejero.
- Ah?- Se sorprendió el pelirrojo.
- Bien, solo entonces permítanos irnos con nuestros premios y no habrá ninguna batalla aquí.
- Con gusto...- Dijo la mujer- Cuando me derroten!
- Que remedio, Atlas! A ella!
Ambos se lanzaron contra ella al mismo tiempo y ella dijo bajito.
- Descuida Benedetto yo los protejo a ti y a tu amo.
De inmediato se lanzó al combate.
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Del libro de Samael.
Desquiciado.

La batalla fue disminuyendo su intensidad pues al parecer el tenía problemas para sostener un combate de alto rendimiento, pero entre más fallaba en sus estocadas los alaridos de mi amado se escuchaban más altos.
Lo que me causaba desconcierto mas aun así sabía que no eran verdad. De una estocada le atice un par de heridas de profundidad y este se replegó indicando que la suerte estaba echada en esta batalla.
- Termíname señor de Belcebú, hazlo.
- Ese es mi objetivo!
- Solo te diré una cosa, si me terminas su preciada vida se va conmigo.
- Que?
- Ese es mi maravilloso poder, puedo atar la existencia de cualquier ser que viva a mi.
- Que?!
- Que si me desapareces, él se va conmigo! Y si no lo haces igual lo mataré, solo hay una forma de que puedas conservar a tu humano con vida y esa es uniéndote y prestando tu servicio de ladrón de mentes para nuestra asamblea.
- Imposible!
- Entonces mátame y ponlo a prueba!
Yo me quedé petrificado, estaba contra mi propio muro y mi propia Falcata.
Pensé en Theoblad y me sentí terrible, yo sabía que tenía un deber que cumplir como espectro y sobre todo hacia mi padre el príncipe de Belcebú, obediencia eterna, poseer a humanos y tener contratistas era importante para poder cumplir la misión y ser más poderosos pero jamás podía bajar mi arma y cometer un pecado para salvar a un contratista y menos a uno como mi Theobald, así que pedí perdón al cielo y baje mi Falcata.
- Me rindo, haré lo que digas pero déjame ver a Theobald.
Este sonrió de lado y dijo.
- Bien pensado. Guarda tu arma.
Yo así lo hice y me quedé quieto.
- Yakk, Drak!
- Si amo!
- Las cadenas!
Los niños corrieron veloces y regresaron pronto cargando un saco muy pesado, lo pusieron frente a mí y se replegaron de nuevo.
- Póntelas!
Abrí la bolsa y vi aquellas cadenas, eran las cadenas de San Nicolás de Bari, cadenas hechas especialmente para contener a espectros. Le eche una mirada a Ivka y este asintió.
- Comenzamos con la desobediencia señor de Belcebú?
- No!- Dije y de inmediato las tomé, nada más con tocarlas sentía que se electrificaban.
- Aprisa señor de Belcebú.
Las puse sobre mis muñecas y mis alas y también sobre mis tobillos.
-Bien hecho! Ivanka!
Dijo este en un grito y una pequeña de cabellos blancos y recortados de manera uniforme salió detrás de una enorme y pesada cortina. Vestida a la vieja usanza Rusa y sosteniendo un espejo se me acercó y saco una llave del espejo y cerró las cadenas sobre mis muñecas con cuidado de no tocarlas pues eran peligrosas para cualquier espectro.
- Andando!
Dijo cuando terminó de cerrar estás. Caminamos entonces por aquel pasillo hasta una sala enorme que parecía el salón desde donde el líder se situaba a dirigir la asamblea, en una de las paredes estaba la pintura de aquellos gemelos malditos que habían llegado al trono y que gracias a la astucia de uno de ellos habían logrado sobrevivir a la maldición de tener que acabar uno contra otro.
Pero que frío se miraba Yuri en esa pintura, que aburrido y que hastiado de si mismo y de su corte. Diferente a su hermano que sonreía con naturalidad.
La pequeña Ivanka saco sus alas y no soltó su espejo cuando se alzó y me tomo por el antebrazo para elevarse conmigo y dejarme dentro de una jaula de oro que pendía del techo. Maldición! Miré su espejo vacío, seguro que alguna función debía tener.
- Presta tus servicios bien ladrón de mentes y no le haremos nada a tu hijo.
Yo me hice un ovillo y estos cerraron las jaula y desaparecieron de aquel sitio.
- Maldición!
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Del libro de Elliot.
Vencido.

- No puedo...
Dije recibiendo un golpe tras otro.
- No puedo, perdón Kanon no puedo levantar mi puño contra ti, lo siento.
Este saco su Katana y me la enterró en el pecho, mas aún así su Katana no significaba mucho para mí, no tenía el poder de las demás espadas de otros espectros pero esa mirada, esa mirada sobre mi tenía el poder de la misma luz divina de destruirme.
Este me soltó una patada con gran fuerza que me llevo a estrellarme contra un glaciar; de inmediato saco sus alas y me apuñaló repetidamente con su katana. En definitiva Kanon era muy débil criatura pero incluso él con esa debilidad si hacía repetidamente daño sin dejar a mi cuerpo reponerse podía llegar a causar un daño.
"Me robaste mi poder! Mi existencia! Y no me diste nada a cambio!"
- Kanon yo.. Yo te amo.
"Y crees que eso significa algo ahora?"
Este me tomo con sus enormes manos por el cuello y comenzó a apretar hasta que lo quebró y caí al piso.
"Maldito! Te odio!"
Este comenzó a aplastar mi cráneo, mi cuerpo comenzaba a ceder ante sus ataques y yo pensé que quizás esta vez sí sería lo mejor poder morir por voluntad propia en manos del ser que más amaba, eso fue hasta que esté me llamo de esa manera.
"Lo que me da más gusto es que alguien tan débil como yo será el que recuerden como el que mato al Totschläger"
De inmediato abrí los ojos y mi cuerpo se tenso.
- Que dijiste?
"Que eso es lo que eres, un maldito asesino, un Totschläger! Y que seré recordado por eso!
Me levanté furioso y le atice un buen golpe a Kanon, entonces una voz conocida hablo por un débil canal a mi mente.
"Ese no es Kanon, es una ilusión, no caigas Elliot"
- Ah?
Me separé pronto de Kanon y tome mi distancia.
" Quien es? Que es lo que dices?"
Pregunté por ese ligero canal pero nadie respondió, Kanon se dejó venir contra mí y yo aún atontado y algo débil le dejé que me volviera a aprisionar enterrando su Katana contra mi hombro.
" Pregúntale algo que solo él sepa"
Dijo de nuevo la voz.
- Ah?
Este en mi distracción enterró más hondo su Katana y un poco de mi esencia se escapó.
" Pregúntale"
Insistió la voz, yo comenzaba a tener las de perder cuando le sujete por el hombro con mis garras y le dije.
- Quien me puso ese apodo tan horrible?
Kanon no comprendió y yo insistí.
- Contesta Kanon! Si tú eres quien dices me vas a responder por que lo sabes!
- Si te respondo me dejaras asesinarte?
- Sin mover un solo dedo.
Dije. Este sonrió con maldad pura en los labios y dijo.
- Después de que asesinaras a tu asamblea se esparció ese nombre que te lo puso el único sobreviviente, un espectro joven de cuarta al que después mataste y que lo detestas por que sabes que él pudo avisar a las demás asambleas y todos se enteraron de tu vergüenza! Ahora cumple y muere!
Dijo este que enfiló su Katana contra mi cuello. Yo sonreí y dije en un murmullo.
- Te fastidiaste solo...
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Del libro de Layla.
Chica lista!

La Shashka era potente pero algo faltaba en ella, me parecía que Kuri seguía con vida pues este no podía aprovechar el máximo poder de aquella espada ni todos sus usos.
Yo me defendía rápidamente de sus constantes ataques sin perder de vista a mi hermanastro que se retorcía en aquel costal llorando y gritando.
Estaba preocupada no por Sally, sabía de antemano cual era la orden expresa de mi madre, hasta me parecía escucharla rebotar una y otra vez en mis oídos, " preservar la vida de Sally es prioridad me entiendes Lilu?". Que fastidio resultaba tener un hermanastro así y que tu madre se pusiera sentimental por él, las cosas en el lilim no debieron ser fáciles todos estos años y menos para las pequeñas lilims guerreras que crecieron al lado de Sally, madre puede ser muy sobreprotectora si se lo propone, así era con Samael, el pobre no tenía libertad alguna sobre sí mismo, siempre tenía que escapar de la compañía femenina, eso hasta que creció y se hizo más rebelde, sentí un poco de lástima por el que estaba atrapado en aquel saco, nunca podría probar la libertad de recorrer el mundo y ver sus colores brillantes así como lo hicimos Samael y yo, madrugadas y atardeceres bañados en sangre y oro, vientos intensos en las cimas de las montañas y el brillo del roció en las horas más heladas, cuando caía como diamantes sobre las flores.
Su espada me dio una buena estocada en el hombro y entonces reaccioné de golpe.
- Deberías tomarte esto muy en serio Lilim!
Maldición! Había sido tocada por la Shashka! Di una pirueta hacia atrás y miré el daño, carajo! Mi vestido!
Arranque la manga y vi que si había alcanzado a herir pero no muy profundamente, entonces me dio tanta irá por ser un Gucci diseñado exclusivamente para mí!
- Esto te costará caro!
Me lancé contra él y este de inmediato reaccionó, parecía muy concentrado en mi, le atice unos buenos golpes mandándolo contra la nieve y sin perder tiempo le propine unas patadas, pero él era un espectro muy fuerte y de inmediato logró quitarme de encima aun así estaba tan enojada que lo perseguí un par de kilómetros hasta que de nuevo chocamos en un ataque de su Shashka contra mis manos desnudas. Ya me hacía yo sin una de mis manos pues sabía que la Shashka de Kuri era un arma de peligro pero entonces la espada solo hizo función de eso, no me causo daño más allá, qué sucedía con la Shashka? Acaso era por que aún no se acoplaba a Ivka? Este intentaba cortar mi mano izquierda que es donde caía más el filo de su espada pero le estaba costando trabajo así que aproveche el momento y aún arriesgando más mi mano con la derecha le sujete el cuello y se lo rompí, eso me daría unos instantes, o eso creí más así no ocurrió; sino él me enterró aquella espada en el costado fallando al blanco de darme en el vientre y de inmediato nos separamos, Ivka cayó inerte de rodillas.
- Maldito!
Dije yo mirando mi costado que mostraba lo podrido de mi cadáver, maldición! Yo no era hija de un príncipe como Samael, había sido mortal alguna vez y aunque mi cadáver sanaba más rápido que el de un humano y ya no podía sentir dolor también era cierto que si lo hería tardaba más que el de mi hermano en sanar y que tenía más límites, y eso me cabreaba sobremanera. Sin pensar en mi cadáver y con la furia en la garganta me lancé contra él que sorprendentemente ya estaba recuperado y nos enfrascamos en una pelea uno a uno, detestaría perder contra un mocoso así que aún a pesar de las heridas di mi mejor pelea, pues si bien era cierto que yo usualmente tenía menos poder que los espectros también había una vieja advertencia que decía que jamás hicieras enojar a una lilim y este tipo ya había destapado la caja de Pandora.
Un ataque tras otro comenzaba perder el ritmo y yo a ganar tiempo para poder analizar la ruta a seguir para vencerlo hasta que esté en definitiva se dio cuenta de que no estaba en buena posición y de inmediato volvió a intentar escapar regresando a donde se habían quedado Sally y sus secuaces. De inmediato lo seguí y cuando arribe al lugar este tenía a Sally por el cuello.
- Ríndete lilim, o lo dejo como a Kuri.
Miré a Sally que tiritaba de frío cuando sentí la presencia de Samael, pero donde?
- Entonces mujer? Te rindes o lo dejo hecho un guiñapo?
Me detuve en seco cuando escuché la voz de mi hermano.
"Cualquier cosa que mantenga tu existencia, haz"
La voz rondaba en el viento que corría veloz, yo sabía que era la última instancia de Samael para poder comunicarme algo, el viento, pero por que había dicho aquello?
- Tienes un segundo! Te rindes o lo daño?!- Dijo Ivka apretando más el cuello del moreno.
- Maldición!
Ivka sonrió y yo caí de rodillas.
"Cualquier cosa que mantenga tu existencia". Rezó de nuevo la voz de Samael, ahora su presencia era más fluida, como si estuviera en todas y en ninguna parte al mismo tiempo, que demonios estaba ocurriendo? Miré a Ivka y este parecía que no estaba notificado de aquello. Miré la nieve blanca bajo mis manos y note que no me había dado cuenta de cuando perdí la capacidad de sentir frío. Recordé aquellas noches en el lilim al lado de Samael, era un enano.
Samael había nacido como un hijo de Lilith, su cuerpo no había sido escogido como envase sino había sido diseñado en el poderoso vientre de mi madre, él había sido un niño muy callado siempre o eso creíamos todas las lilims pues teníamos prohibido hablar con él, hasta que una noche lo encontré en un jardín jugando, parecía un poco melancólico.
-Entonces sueños se desplegaban por aquí y por allá! Todo brillaba y era tan luminoso que el mundo entero se daba cuenta de que el gran Belcebú estaba ahí....- Decía el enano de cabello negro mientras yo lo observaba en la oscuridad- Y los fuegos se hacían fuertes y los y las humanos veían lo que yo veía! Todo eran burbujas de color y fantasía y entonces la casa se abrió y...
Yo me deje ver por este que de inmediato enmudeció y se me quedó mirando asustado, Samael de Belcebú asustado, eso había sido muy gracioso.
- Que pasó con toda esa fantasía y color eh? Que paso cuando la casa se abrió?
Pregunté burlona, no era ningún secreto que las lilims que habitábamos el jardín de Lilith no teníamos una relación buena con el hijo del espectro, y era normal detestar al único varón de la isla. Pero su respuesta fue la menos detestable que encontré, los ojos de Samael se hicieron enormes y cristalinos y de inmediato se puso a llorar.
Samael como espectro era incapaz de llorar pero como él nació de Lilith, mientras estuviera en la protección de madre podía ser un híbrido de espectro y lilim, que era una especie de humano más longevo, tal como nosotras.
- Por que lloras?- Dije fastidiada y me puse en cuclillas.
Este se detuvo y me miró con esos ojos suplicantes.
- Por que te ríes de mí... Y no es fantasía.
- No me río, solo fue una pregunta, te molestan las preguntas o te molesta quien la hizo.
- No me molesta nada de eso- Dijo sentándose en el suelo- Pero no me gusta que se rían de lo que yo veo.
Dijo haciendo un puchero.
- Ah? Ves eso?
Este afirmó.
-Quizá suene tonto, o quizás creas que yo soy tonto pero no me importa- Dijo con la mirada baja mientras se secaba una lágrima.
- Por que pensaría eso Samael?
- Las demás se ríen o hacen gestos de brujas.
Ese comentario... Ese comentario me hizo gracia y no pude evitar soltarme a reír a carcajadas. Samael al principio se asustó y luego se me quedó viendo como si la loca fuera yo.
- Jajajaja brujas, eh? Acaso tú has visto una bruja? Jajajaja qué gracioso, las lilims brujas?
Terminé tendida en el suelo junto a él y este espero a que me calmase.
- Pero que cosas dices Samael de Belcebú.
- Lo... Lo siento no quise decir eso...
- Estuvo bien, algunas lilims quizás si lo sean pero para eso nacieron- Dije yo más tranquila y hablando más para mí, intentando explicarme a mi misma el por qué las cosas debían ser así, y así serían.
- Que tonto, yo no pienso ser así, no pienso ser lo que los demás quieren que sea, yo solo quiero... Hacer mis sueños realidad.
Miré a Samael que parecía a esa joven edad tener una determinación de acero, ningún niño podría hablar con tanta convicción, entonces puse mis manos en sus mejillas y se las jale muy toscamente.
- Eres muy pequeño para decir eso, mira nada más que cachetes tan gordos- Dije yo mientras este se quejaba de mi maltrato.
- Deja! Deja! Deja!
Yo me reí y lo solté al ver su piel pálida completamente roja, seguro le había dolido mucho aquello. Este de inmediato se sentó a sobarse las mejillas con los ojos rojos.
- No soy pequeño! Yo se lo que quiero y quiero ser feliz! Más allá del oeste hay un mundo de luces esperando por mi y será mío!
- Ah sí? Y cómo vas a salir de la isla de Lilith, donde siempre es de noche?
Sus ojitos aún cristalinos me miraron con fiereza y respondió.
- No sé todavía eso pero aún a través de la oscuridad, o todo lo que esté a mi paso, aunque no sepa que es, lograré llegar!
- No sabes cómo es ese lugar o si? Nunca antes has ido al mundo humano...
- No importa, no me importa eso, no me importaría si tampoco nadie hubiera estado ahí antes o nunca! Yo sea donde voy! Jamás lo olvido!
- Por que hacer algo así? Qué bobo...
- Que tonta eres! - Dijo ya sin furia, lo mire sorprendida y este sonrió aún con las mejillas rojas - Por que ya te dije que yo voy a vivir a mi manera, no voy a vivir por siempre en este refugio, que aburrido sería eso, yo soy el dueño de mi destino y viviré en el mundo que yo quiera, que sentido tiene estar aquí entonces si no haces lo que de verdad quieres? Si no tomas la responsabilidad de tu libertad y te arrojas al vacío? Yo quiero ir a ese mundo de color y luz, quiero hacer mis sueños realidad y así cuando suceda a mi padre poder decir....- El sonrió con timidez y dijo en voz baja- Que existí como quise existir, en un mundo que yo diseñé para ser feliz.
Sus palabras y esa sonrisa me parecieron lo más hermoso del mundo, yo había sido criada para seguir las aburridas reglas del lilim, entrenaba para ser sucesora de asuntos de Guerra de mi hermana Baäl Seëm. Pero yo no quería en definitiva nada de eso, no quería ser sucesora de nadie, quería acostarme con hijos de Adán y Lucifer, ser feliz y libre así como todas las lilims pero... Eso era un tabú, nosotras debíamos ser fuertes, poderosas y hermosas, estábamos malditas para siempre, en cambio él; él parecía sacado de la misma estrella de la mañana, pequeño pero astuto y dispuesto a conseguir sus sueños, sabía lo que quería y era demasiado listo para saber que su camino estaba lleno de retos y tropiezos, lo que me causo una especie de fascinación para hacer crecer un retoño de aquella esperanza en mi corazón en ese entonces apenas unos años aun joven.
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Notas de Beni
Confesión.
Estaba severamente preocupado, la señora que me estaba defendiendo llevaba las de perder, esos dos se estaban metiendo contra una mujer y no bastaba con eso sino que de manera abusiva! No era justo dos contra uno.
- Por que tu eres un humano inútil y no sabes pelear!
Dijo el pelirrojo de nombre Atlas. Me molestó que leyera mi mente y le contesté de inmediato!
- Baja para que sea justo!
Este me miró de reojo y yo comprendí que me estaba metiendo en muchos problemas, pero es que simplemente no estaba bien, y no toleraría aquello.
"Descuida Benedetto yo estoy bien, no atraigas el problema a ti, si algo te pasa tu amo se queda en esa cama sin que alguien le tienda la mano, recuerda que él depende en estos momentos al cien por ciento de ti, que sería de él si no vuelves?"
Recordé a Kuri y me detuve pero parecía que ya era tarde, el pelirrojo estaba frente a mí.
- Listo para medir fuerzas niño?
Comencé a temblar y me quedé callado.
- Eso temí, pero descuida solo te voy a dar una lección rápida para que aprendas a no meterte con un espectro.
El espectro de nombre Atlas ensanchó sus omóplatos y junto los puños, sus alas se desplegaron, luego puso una rodilla en el suelo y levantó las manos, una luz intensa se fijó sobre él.
- Te prometo que si te va a doler, más, mucho más que a tu amo.
Yo me cubrí el rostro, no había pensado con claridad y ahora era tiempo de pagar pero no era la que primera vez que me metía en esos líos, aquella vez con Jasha de Belfegor también me había puesto al tu por tu con él sin pensar en que ellos eran espectros y yo un humano! Una luz que traspaso mis párpados de una forma intensa se hizo presente y yo solo pude evocar el rostro de Kuri, él sonreía, él era el de antes, inquieto, molesto y ruidoso. Kuri perdón te fallé, no te cuide como debía, yo... Me sentí profundamente triste por que por mi estupidez Kuri estaría solo! Solo en ese hospital, en esa cama, solo! No habría quien le besara por las mañanas al despertar, quien le alimentaria y quien le regañase, quien le diera sus baños de esponja y buscará alguna marca en su piel, quien le contara el mundo a través de sus ojos, no habría quien le acostara o lo meciera un rato antes de dormir, no habría mas... Kuri!
Un gruñido se hizo presente y me obligó a abrir los ojos. La mujer estaba frente a mí recibiendo con su espalda el impacto que por su rostro era bastante fuerte.
Me quedé petrificado al verla sufrir así y resistir así. El tipo parecía disfrutar el hacerle daño, pero yo no podía continuar así.
- Basta! Para!
Este se detuvo y ella cayó sobre mi, ambos fuimos al suelo.
- Señora! Está bien?
- Tranquilo Benedetto, me han dañado pero les falta aún para desaparecerme.
- Señora...
Esta se levantó con trabajo y yo intenté ayudarla pero aquellos mocosos ni tiempo le dieron cuando se lanzaron contra nosotros, más sin embargo ella recibió los ataques.
- Huye de aquí!- Dijo antes de ser golpeada por primera vez y luego los tres se enfrascaron en una lluvia de golpes, yo estaba aterrado así que decidí correr sin mirar hacia donde iba y así sin rumbo terminé en una habitación que estaba más a o menos en ruinas pero ahí estaba él.
- Señor Kanon!
Grite de felicidad, aunque no se miraba tan bien, más bien estaba muy mal.
- Señor Kanon!
Su cuerpo estaba postrado en una vieja cama de latón oxidado y este parecía que había sido quemado. Las cosas no pintaban bien cuando me acerque y vi las marcas en su cuerpo.
- Señor Kanon! Señor Kanon despierte!
- Imposible será eso humano.
Un tercer muchacho hizo su aparición, tenía el cabello azul oscuro y una mirada amarilla y furiosa.
- Quien... Quien...
- Mi nombre es Andrea y mis hermanos y yo formamos el trío de la selva de Borneo.
- Ah?!
- Dudo que sepas dónde queda eso...
- Claro que sí! Es una isla entre Malasia e Indonesia!
Este sonrió de lado y dijo.
- Atlas! Arista!
De repente el cuerpo de la mujer salió volando y se impactó contra una de las paredes de la habitación causando un gran escándalo y haciendo un gran agujero a esta. Yo la miré y parecía muerta.
- Se... Señora!
Los otros dos mocosos aparecieron en la puerta y se pararon a cada lado detrás del de cabellos azules, el que se hacía llamar Atlas dijo.
- Esa tonta Nun cree que puede contra espectros de categoría como nosotros pero ella no es más que un espíritu de cuarta.
Yo miré a la señora ahí tirada y al señor Kanon y supe que ahora sí estaba en peligro y muy superior a cualquier otro.
- Bueno al menos eres más listo que estos espectros de cuarta, así que estoy seguro que no pondrás objeción en desaparecer pues bien sabes que contra nosotros nada se puede hacer- Dijo Arista.
Maldición! Maldición! Recordé que le había prometido al señor Sid y a Kuri que no haría tonterías y había caído en la peor de todas, no sentí pena por morir sino por dejar a Kuri ahí solo, en esa cama de hospital, quien le haría compañía? Sentí pena por que yo quería un final diferente, la muerte no me preocupaba, al fin y al cabo todos teníamos que morir pero dejar a Kuri solo? Yo, después de todo yo solo quería verlo feliz, había perdido mucho, como todos y al final de eso se trataba el asunto no? Todos habíamos perdido a alguien, yo sabía bien que significaba eso, había perdido a mis padres y quizás en algún tiempo la esperanza pero el había venido a fastidiarme el plan de rendirme y ahora no solo me había devuelto está esperanza sino también el poder estar cerca de alguien y sentirme como si fuera parte de ese algo, como una familia.
- No te preocupes ninguno sobrevivirá así que se verán en el infierno!
- Idiota!- Dijo la señora a Atlas mientras se reía.
- Así que la Nun se pelea con el humano para ser el primero en desaparecer eh?
- No! Más bien me río de ustedes... Por que si matas al humano tu desapareces.
- Ah! Quiero saber por qué?
- Acaso no se han dado cuenta? El humano no tiene contrato!- Dijo la señora.
- Que?
El de ojos amarillos me miró asombrado y un poco extasiado.
- El señor de Rusia cometió un error?
- No fue sin intención, el señor de Rusia lo blindo contra sus traidores espectros de asamblea.
- Ah! Que magnífico! Es soberbio!
- Si lo matas, entonces violas la máxima ley y tu desapareces!
- Chica lista! Bueno entonces nos lo llevamos y listo! Arista! Tráelo.
La señora de inmediato se puso en pie de nuevo pero el pelirrojo le dio tremenda patada y fui tomado por rehén por su compañero.
- Suéltame! Bajame!
Dije intentando patalear y pegar con mis puños en su espalda pero este me tenía muy bien sujeto.
- Ahora si, es tu final espectro de quinta!- Dijo el pelirrojo y tomo a la señora por el cuello apretando hasta que se escuchó como trono este.
- Si yo fuera tu no dañaría mi propiedad.
Dijo una voz de niña.
- Ah?!
Los tres espectros de inmediato se pusieron en guardia y comenzaron a buscar la voz.
-No puede ser...
- Andrea, es posible...
Dijo Atlas y sentí como el que me tenía sujeto se tensó. Nadie dijo una sola palabra solo buscaban velozmente con la mirada a ese alguien.
- Que molesto que hayas fallado Nun, estoy cansada de este ejercicio de confianza.
- Maestro!
Todos giraron hacia la ventana rota y desvencijada.
- En serio que ya tuve suficiente de esto.
Una figura pequeña en las sombras se dejo ver, parecía la de una niña, entonces está se movió y apenas si se mostró.
- Maestro!
Dijeron los tres al unísono y de inmediato Andrea se arrodilló de inmediao sus secuaces le hicieron segunda. La sombra aquella avanzó hacia nosotros y al fin pude verla más o menos entre aquellas sombras.
Una niña de no mas de trece años o eso parecía, su aspecto era bastante malo, parecía muy enferma, estaba extremadamente delgada, al punto de que sus huesos se distinguían a la perfección desde los de los hombros, las costillas y los brazos qué horror!
-No pretendo saber que hace el trío de la selva de Borneo en mi territorio y tan lejos de su casa?
- Maestro, nosotros solo vinimos por lo que es de nuestro maestro.
-Mmmhhh- La niña que traía como vestimenta un vestido blanco y hecho harapos casi y venía descalza camino hasta donde estaba el cuerpo desvencijado de la señorita, la toco ligeramente y está de inmediato se puso en pie como si nada.
- Maestro!
- Nun deja de descansar- Dijo como si su secuaz se hubiera echando a dormir y nadie le hubiera roto el cuello.
- Si maestro perdone.
La señora de inmediato se puso detrás de ella y se inclinó en una pose de sumisión absoluta. La niña hecho un vistazo por la habitación, miró el cuerpo del señor Kanon y luego me miró a mi. Sus ojeras eran impresionantes, en verdad debía estar al borde de la muerte pero dentro de aquello había cierta belleza o más bien demasiada belleza en ese caos que su cuerpo pintaba, esos ojos lilas que eran muy parecidos a los del señor Sid y su cabello negro... Quien era esta chiquilla?
- Más te vale no averiguarlo humano.
Me sorprendí ante sus palabras pero de inmediato recordé que ellos podían leer la mente.
- Nun, quien es este?
- Maestro, es el no contratista del señor de Rusia que yace postrado en la cama del hospital.
- Por que está ahí el señor de Rusia? A qué juega ahora?
La señora sonrió amablemente y dijo.
- Maestro recuerde que la asamblea de Rusia le quitó su poder y lo dejo como un cadáver humano.
-Que terrible, por que quieren vivir en asambleas si es tan complicado? De cualquier manera siempre terminan así, demasiados problemas, eso es mucha molestia. Y este quien es?
Dijo señalando al señor Kanon.
- Él es Haruki de Belfegor maestro...
- Ah ya me acordé... Es el que dejaron en la peor condición no es así? Al que ese asesino dejo en un estado de completa inutilidad?
- Ese mismo maestro.
La niña se acercó a Kanon y susurro, apenas si pude escuchar lo que decía.
- Nadie nunca encontró algo tan poco importante, una existencia desperdiciada así, basura, desperdicio. Lo siento en mi, por que culparme?
Ella alzó el hueso que emula a su brazo y su rostro pintaba de un trágico terrible, de inmediato adivine su intención y quise detenerla pero la señora me aferró por el brazo con rudeza y solo pude cerrar los ojos cuando en un movimiento rápido su brazo desapareció.
No! Pensé y no quería abrir los ojos pero el sonido de las reacciones de sorpresa de los presentes me obligaron... Un niño de cabellos dorados que se parecía bastante al señor Elliot estaba ahí y había interceptado el golpe de la niña. Quien era él?
- Por que te quejas de que no pueden destruir tus pertenencias y tu haces lo mismo con las de otros Nefy?
- El mismo maestro Jasy Jatere, que honor.
- Lo mismo digo Nefy de Leviatán aunque el saludo sería más dulce si no trataras de acabar con la pertenencia de mi discípulo.
- Tu discípulo siempre rompe sus cosas, no tiene sentido conservar algo así no crees?
- No veo que las tuyas sean muy funcionales, mira nada más que paliza le dieron a tu Nun el trío de Borneo.
- Nun ya estaba rota, me gusta por que no es importante, no la protejo por que la ame, Nun sabe que no la amo, solo me parece útil... A veces y si en algún momento alguien la termina no me dolerá en absoluto por que ya está dañada.
- Mmmh es un buen punto Nefy pero no olvides que no todos piensan así, mi amado adora especialmente a este espectro aunque esté roto.
- Que tonto es eso.
- Lo sé pero no tiene nada que ver conmigo o contigo; solo así es...
- Entonces ya que el maestro Jasy Jatere ha interferido por su mimado discípulo yo nada tengo que hacer aquí. Nun! Vamos!
- Si amo!
La señora me miró unos momentos y yo la sostuve por la ropa un poco antes de que se fuera atrás de la chiquilla que ya había desaparecido.
- Gracias.
- Así que tú eres él...
- Ah?
- No veremos pronto Benedetto.
Esta desapareció en un abrir y cerrar de ojos, unos momentos después el trío de espectros jóvenes se fueron tras de ellas sin decir nada más.
Yo fije mi vista en el niño de cabellos dorados y este ni siquiera se cuidó de mi, traía como indumentaria un faldón de oro con un cinturón bordado en un idioma extraño.
- Es guaraní Benedetto.
- Guaraní....
- Estuviste en mi tierra y no aprendiste mucho, eso no es parte de ti.
Sus palabras apenas hicieron eco en mi pues intentaba saber de donde provenía ese idioma pero apenas si recordé que habíamos ido a América Latina hacia un tiempo cuando buscábamos al señor Sid pero...
- Paraguay aún tiene hablantes del Guaraní.
- Es cierto! Entonces es usted aquel terrible espectro que tanto temía el señor Elliot.
- Nannar! Ese bobo!- Dijo acariciando la mejilla de Kanon- El causante de esto.
De inmediato me pare y corrí al lado del señor Kanon que aún dormía.
- Por favor no lo dañe!
El niño me miró con curiosidad y dijo.
- Entonces quieres que te dañe a ti?
Yo temble al escuchar aquello pero no me moví, apenas si pude repetir lo que había escuchado.
- Yo... Yo no tengo un contrato con Kuri si me haces daño quebrantas la ley!
- Cual ley?
- La ley!- Respondí con miedo y sin saber que más decir.
- Pero la ley no aplica si tomas un cordero virgen y derramas su sangre en el lugar del pecado, acaso no has leído la biblia? Ahí lo explican todo!
- Que?! Ay no!
El niño me miró con atención, estaba en problemas de nuevo! Por que no dejaba yo de actuar como Steph? Al parecer lo tonto se contagiaba!
- Jajajajajajajaja!
Se soltó a reír el pequeño y yo dejé de comprender lo que pasaba.
- No seas tonto muchacho! Solo estaba siendo bromista!
- Ah?
Este se tomó su tiempo para retomar la compostura y dijo.
- Me conocen como Jasy Jatere, espectro de la belleza y las cosas estéticas, mi discípulo es el que tú conoces con el nombre de Elliot y vine a protegerlos.
- Ah? Protegernos?
- Al premio del maestro K. Steph, a este espectro que es la razón de existir de mi pequeño pupilo, al señor de Rusia o lo que al parecer queda de él y a ti!
- Eso es en serio?
- Si! Oye por que otra razón creerías que me enfrentaría a un Leviatán?
- Un Leviatán?
- Esa que tú viste ahí y que creíste una niña es Nefy el Leviatán del océano del Norte, amo y señor del polo Norte, nunca te acerques a ella pues aunque parece inofensiva y suele ser algo distraída es letal.
Sentía que las piernas me temblaban, no podía creer mi nivel de estupidez al ponerme así en peligro.
- Lo sé, los humanos suelen ser muy tontos aunque hay peores que tú.
- Entonces... No ha venido a dañarnos señor Jasy Jatere?
- Claro que no! Nunca ha estado en mi naturaleza dañar a alguien y menos a un humano sin contrato y que al parecer sigue el camino del bien.
Me deje caer de golpe al piso.
- Gracias Dios! Gracias!
- Auch! Oye!- Se quejó el niño de cabellos dorados.
- Lo... Lo siento! Lo siento mucho!
- No lo digas de nuevo por favor!- Dijo sobando sus pequeñas orejas- Ahora tenemos que regresar, tu al lado del señor de Rusia y yo llevaré a este niñote a la guarida de Elliot.
- Pero...
Miré aún con un poco de desconfianza al niño y este lo noto de inmediato.
- Descuida, en serio y por esta vez estoy de su lado.
- Lo, lo siento no quise desconfiar pero...
- Ya sé que su asamblea tiene muchos enemigos algunos justificados por la necedad de mi amado discípulo y otros sin razón alguna pero yo no soy su enemigo, sabes por qué?
Lo mire y este me pareció un niño muy bonito, era un sueño o acaso era real esa belleza en alguien tan pequeño, este miró a Kanon con esa misma mirada que a veces el señor Elliot le daba. Como si fuera algo muy preciado. Yo negué ante su pregunta.
- Por que me gusta proteger las cosas pequeñas y sencillas de la existencia, para mí muchas de estas cosas que todo el mundo cree sencillas y rutinarias, pequeños actos sin importancia son los que más disfruto, cultivar un jardín o huerto, un saludo amistoso, un beso, ayudar a alguien que lo requiere, compartir un momento, esas cosas que parecen sencillas son las que amo y este espectro se las enseñó a mi pequeño Nannar, algo que a mí me costó mucho tiempo que apenas pudiera percibir, este espectro que realmente carece de algún poder maravilloso pudo apaciguar la tempestad en el corazón de mi amado hijo solo con esas pequeñas cosas.
Miré al señor Kanon al igual que él, era cierto lo que decía, solo el señor Kanon gobernaba sobre la voluntad del señor Elliot y este solo escuchaba y se movía a petición del señor Kanon.
- Exacto, te imaginas que poder tan fabuloso es el poder tocar el corazón de alguien, sin importar si es humano o espectro? Esas pequeñas cosas siempre pasan desapercibidas pero no para mí, y es por eso que vine a ayudarlos, hasta que Nannar regrese yo custodiaré el territorio de Londres.
Yo asentí y me puse en pie.
- Gracias!
Él me miró y sonrió.
- Ahora ve con el señor de Rusia, es una suerte para él que en este país nunca haya sol- Dijo mirando al señor Kanon- Pero en definitiva yo sí lo voy a extrañar un poco.
- Lo sé- Dije evocando el sol de Italia- Es muy cálido. Nos veremos en la casa del señor Elliot, cuidelo mucho por favor.
Yo salí de ahí y aborde mi coche, tenía un presentimiento sobre el señor Jasy Jatere y sobre el rumbo que tomarían las cosas. Llegué por la tarde de nuevo al hospital y de inmediato fui al lado de Kuri que parecía que estaba despierto pues sus ojos estaban a medio abrir.
Me trepe a su lado en la cama y le di un beso en la frente, este emitió un sonidito.
- Kuri, regresé.
Tome su mano y en ese momento sentí una especie de paz, era acaso una de esas pequeñas cosas que el señor Jasy Jatere había dicho? Kuri siempre las hacías por mi, intentar estar cerca con argumentos baratos, cuando me enseñaba para que pudiera aprobar el examen, incluso aunque fuera estricto, cuando me hacía berrinches y todas esas pequeñas cosas que yo había siempre pasado por alto pero ahora veía.
- Kuri, se bueno y pelea por quedarte quieres?
Este emitió otro sonido que tenía un matiz raro debido a la traqueotomía.
- Quédate Kuri por que yo... Te... Te amo.

 

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