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ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

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Notas del capitulo:

Hola a todos!

Gracias por leer!

Bueno ya esta en el grupo de face( abajo dejo la direccion) el especial del 14 de febrero, donde ademas proximamente se estara publicando el manga :). Espero les guste y si mi trabajo lo amerita me dejen un review!

Esperando se lo hayan pasado bien en San Valentín les mando un abrazo!

Lory B.

Aqui el link del grupo de face: https://www.facebook.com/groups/618455968590773/?__tn__=HH-R



Breves notas de Bennedetto.
Incapaz.
El señor Jasy Jatere recorrió de un lado a otro el borde de la cama de Kuri mirándolo con la curiosidad de los niños. Había traído al señor Kanon al hospital pues desconocía como llegar a la casa del señor Elliot o como él la llamaba su guarida y al leer mi mente creyó que el hospital era el sitio del señor Elliot, me pareció bueno que así hubiese sido pues así podía tener a todos más cerca... A todos menos a Steph que parecía no querer venir a verme.
- Steph es el premio del maestro K?
- El premio?
- El rubio de ojos negros que me visito en Paraguay?
- Si, ese es Steph pero por que dice que es el premio del maestro K? Quien es el maestro K.?
- Acaso no sabes nada?
Yo negué con la cabeza y este dijo.
- Ah! Entonces no te diré.
- Ah?! Por que?
- Por que no.
- Pero señor Jasy Jatere.
- Ya te dije que no me llames señor.
- Es cierto lo siento señor... Perdón Jasy Jatere.
Este sonrió y yo pensé que era igualito al señor Elliot.
- Tsk! No es verdad, Nannar es igual a mi no yo a él, yo lo crié.
- Ah pues supongo no fue su mejor trabajo.
-Oye!
- Lo siento señor... Perdón Jasy Jatere.
- Mmmh quizás sea la verdad. En si no se que sucedería, cuando Nannar encarnó el era muy lindo, con esos ojotes de color del mar y su carita de niño bueno, en ese entonces los humanos nos trataban muy bien sabes? Eran buenos tiempos.
- Parece haber querido mucho al señor Elliot.
- Ah! Yo adoraba a Nannar por eso lo bautice así.
- Nannar?
- En la mitología mesopotámica Nannar era el dios de la luna.
- Vaya!
- Lo bautice así por que la noche que encarnó había una luna hermosa, una luna llena de color azul que resplandecía sobre el Éufrates y el Tigris, lo recuerdo bien, iba perfecto con esa mirada pérdida de inocencia.
- Vaya...No puedo imaginar al señor Elliot con mirada inocente.
Dije pensado en las múltiples veces que yo había visto la mirada pervertida del niño albino. Eso me dio escalofríos, de donde habría aprendido su actual comportamiento?
- Ah, quizás yo haya sido un poco indulgente con él en sus primeros siglos de vida.
- Ah?
- Bueno es que era tan lindo y además tenía esas mejillas que me gustaba pellizcar y manosear....
Al hablar de sus recuerdos los ojos del niño de cabellos de oro se iluminaban de manera que parecían unos pequeños luceros, yo preparaba la nutrición de Kuri mientras él contaba sus relatos y me parecía muy sorprendente escuchar a alguien que había vivido tantas eras.
- Entonces es su culpa?
- Lo siento es que no podía dejar de mimarlo y hacer o darle lo que quisiera por que en realidad era tan lindo que siempre conseguía hacer sus caprichos e inevitablemente se salía con la suya!
- Eso no es excusa!- Dije completamente desilusionado.
Puse la cama de Kuri en posición vertical y por medio de su sonda comencé a darle su nutrición mientras le hacía cariños en su cabeza.
-Además lo dice quién mima de esa forma al señor de Rusia.
- Bueno pero él está enfermo.
- Ah, quizás pero eso será solo por ahora... Estas consciente de que solo hay dos salidas para él?
Miré a Kuri que parecía estar a gusto.
- Muere como humano o se salva como maldito. Y estoy seguro ninguna te convence.
Era cierto Kuri no podría seguir así durante mucho tiempo. Yo sabía que últimamente le costaba estar estable, había que limpiar cada vez más la mucosidad de sus pulmones, algunas veces la piel de este no me daba tregua y las úlceras me daban mucho trabajo, su peso no subía en absoluto y había que vigilar el estado en como trabajaban sus riñones constantemente.

-Dime algo muchacho, tú lo amas por lo indefenso que está ahorita, por que te necesita y por qué te has vuelto su cuidador, su sustento, él en este momento es cien por ciento dependiente de ti pero...Lo amarás cuando no sea así? Cuando ya no te necesite pues como espectro será diferente la situación y lo sabes, entonces también lo amarás? Aunque sea perverso y codicioso? Dime, lo amarás?
Voltee a ver a Kuri, este tenía ese gesto de paz, seguramente estaba buena la fórmula nutricional, le di un beso cariñoso en la mejilla y seguí alimentándolo, no había pensado en eso, quizás la apariencia humana y la debilidad de Kuri era algo diferente a su aspecto feroz de espectro, yo ya lo había conocido bien, ya había visto esa mirada feroz en él y había conocido esa parte oscura de su ser pero... Miré de nuevo a aquel que estaba alimentado, aquel que dependía de mi en esa cama.
- Está bueno verdad? Va mejorando no?
- Está incapaz.
- Ah?
Me había olvidado del niño.
- Que él está incapaz.
- Incapaz?
- Su cerebro ya está muriendo, no es como que esté ahí, en su cerebro ya no hay nada, está fragmentado, roto. Ya no reconoce tu voz, no sabe que quieres decirle, no sabe ni quien eres, no tiene recuerdos, ni conocimiento del significado de las palabras, por lo consiguiente no sabe si está bien esa mezcla o no, no puede entenderte. Sé que es difícil para comprender pero su condición actual, tan ajeno al mundo es igual a su habitual comportamiento de espectro no lo crees?
Miré de nuevo a Kuri, sentí una especie de pérdida pero el seguí aquí conmigo.
- Iré a ver a Haru- Dijo el niño y se fue.
Terminé de alimentar a Kuri y le di su porción de agua, luego lo enderece contra mi pecho y lo metí en mis brazos para comenzar a darle palmaditas en la espalda.
- Kuri, por favor no te vayas nunca, en ningún sentido, no te vayas.
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Del libro de Samael.
De las cosas del ladrón de mentes.
- Genial... Atrapado en una jaula... No hay duda que la estupidez se pega, todo por juntarme con ese rubio.
Estaba encadenado y a lo lejos se seguía escuchando los gritos de Theobald, hora tras hora, tras hora. Al menos eso me decía que seguía vivo pero como? Cómo habían llegado a él si yo lo había dejado al cuidado de Kanon? A menos que... No! Kanon jamás... Osh! Que bodrio de existencia.
De repente entro aquel espectro de nombre Ivka junto a sus secuaces raros.
- Señor de Belcebú, necesito tu ayuda, tu lealtad hacia tu nueva asamblea se vera si me ayudas.
- Ja! Yo jamás acepte que está fuese mi nueva asamblea, tengo una y es buena.
- Tenías, por que ahora tus compañeros ya pisaron Rusia y necesito que me ayudes.
Al escuchar aquello mis sospechas se volvieron una realidad, los chicos estaban aquí ya y yo no había servido de mucho.
- Que quieres?
- Necesito que a como dé lugar te metas en sus cabezas y me muestres sus peores miedos, sus peores temores!
- No tienen.
- Si tienen señor de Belcebú, todos tienen!
- No tienen, crees que son una asamblea tan poderosa nada más por qué si? Acaso olvidas que estas hablando de la asamblea del asesino?
-Buen, buen comienzo! Ese asesino, él! Dime qué es lo que más teme, dame la idea que está en su cabeza, proyéctala para mí.
- Por que crees que puedes vencerlos?
- Por que todos tienen un punto débil, el tuyo es ese muchacho y no necesite ser un ladrón de mentes para saberlo.
- Entonces para que me quieres?
- Por que quiero los detalles, por ejemplo del Totschläger se que es esa basura de espectro pero necesito detalles... Necesito saber cosas íntimas de tu ex líder de asamblea, detalles que solo su pequeña y asesina cabeza puede saber.
- Ya mismo?- Dije con sarcasmo.
- Si se pudiera claro que si- Respondió él de la misma manera.
- Imposible- Sonreí ante una idea tan estúpida.
- Por? Acaso el señor Belcebú está indispuesto o va a salir un rato.
-Podría seguirte el juego pero incluso el sarcasmo no iría bien con una idea tan idiota como esa.
- Que quieres decir?- Dijo algo enojado- Acaso eres incompetente?
- Quizás si pero no tanto como tú, que crees que es ser un ladrón de mentes eh? Crees que es tan fácil como adivinar el pensamiento humano? Los humanos se confiesan hasta con el lenguaje corporal! Por Belcebú! Creo que tu plan es algo idiota y fracasará, por eso el Totschläger siempre gana, nunca han pensado bien las cosas en lo que a él se refiere.
- Hazlo!
- Que?
- Que lo hagas o el chico se muere!
Ante esa frase me levanté de inmediato y dije.
- Que no escuchaste? Crees que accederemos tan fácil a sus mentes?
- El único amo y señor anterior de la honorable asamblea de Rusia, el amo Yuri, siempre dio órdenes claras y que se tenían que ejecutar sin importar su complejidad Así que hazlo!
- Sabes de sobra que incluso contigo aquí frente a mí, pasar siquiera a un pensamiento vano y fugaz que tengas requiere que yo evada una serie de candados!
- Me impaciento señor de Belcebú!
- Bien! Bien! Que quieres saber y de quién primero?
- El asesino! El maldito niño asesino primero!
-Bien lo haré!
Ese idiota! Mira que compararse con Yuri, pensé, él nunca hubiese planeado algo tan tonto!
- Todo lo que se refiera al Totschläger!- Dijo con una sonrisa de malicia.
Para ser un ladrón de mentes había requerido yo muchísima práctica, todo había comenzado a una edad joven en el Lilim y en ese entonces mi madre me había dicho algunas cosas importantes sobre aquello.
Primero era que entre más cerca estuviera de mi víctima sería más fácil y esto era un hecho! La mente de un espectro puede ser completamente detenida o sumamente rápida y eso me la ponía complicado, pues sus rangos de ondas cerebrales se desatan en una inconsistente cadena de altibajos debido a ello y por el rango de distancia entre los ejes de la mente de Elliot y la mía sería un problema pero pude sortearlo debido a que no necesitaba yo leerle la mente a Elliot, sino más bien solo necesitaba decirle algunas cosas que yo sabía de él, bueno yo y toda la asamblea.
- Lo único que puedo leer en este rango de distancia es que al asesino solo le importa una cosa y ese es Kanon.
- Belfegor! Magnífico eso ya lo sabía!
-Mmmmh y si ya lo sabías por que me preguntas?
- Esfuérzate maldición!
- Bien lo haré pero de esta manera no puedo, tengo demasiadas restricciones.
Dije señalando las cadenas.
- Bien! Drak! Yakk!
Los menores ingresaron a mi jaula y me desataron los tobillos.
- Mmmmh- Dije intentando recordar algo que fuese útil.
- Vamos! Vamos!
- Oye! Esto es algo que toma tiempo si lo quieres bien realizado!
- Más te vale que así sea por que si no, tu muchacho lo paga!
Me concentre en tratar de encontrar a Elliot con la mente, sabía que con las cadenas de San Nicolás de Bari mi poder había decrecido por mucho pero ahora tenía un poco más y mi mensaje podía llegar a él.
- Y bien?
- Mmmmh- Dije intentando llegar a Elliot.
- Y bien?!
Yo guarde silenció y entonces dijo.
- Yakk! Trae al muchacho!
- Espera!
- Y bien?
- Elliot fue el que dejó sin poder a Kanon!- Dije de golpe confiando en mi suerte.
- Eso ya lo sabía! Lo sabe todo el mundo!
- Si pero... Lo que tú no sabes es que Kanon no lo sabe.
Este puso una cara de complacencia y dijo.
- El mundo entero se lo ha dicho en la cara.
- Él no lo cree, si haces que Elliot confiese entonces lo tienes! El odio de Kanon pondrá de rodillas a Elliot.
- Bien! Ahora trabajemos algo para la Lilim.
- Layla!
- Y más vale que sea bueno!
Este ordenó que me volverán a colocar las cadenas y en cuanto esto fue realizado se marchó junto a sus cómplices. Yo me deje caer de nuevo y me hice un ovillo. Había jugado una carta muy peligrosa como delatar a Elliot pero ahora y contra la reducción de mi campo de poder tenía que buscar la manera de poner sobre aviso a la asamblea.
Lo siento Theobald, siempre he sido yo el problema y tú has terminado pagando.
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Del libro de Elliot.
Cazando al cazador.
- Te fastidiaste solo!
Comprendí lo que esa voz me había querido decir, el que estaba frente a mí no era Kanon, no mí Kanon! Era un maldito impostor y aunque yo había sido un espectro muy benevolente durante mi existencia y detestaba pelear no había algo que me hiciera enfadar más que alguien o algo se metiera con Kanon o con la imagen que mi cabeza tenía de él, por que en mi interior él vivía en un capullo de cristal.
Me lance entonces contra el impostor y comencé a abatirlo a golpes, Kanon sabía todo de mi y jamás me hubiese traicionado, tonto de mi!
" Ahora me atacas? Acaso esto es tu verdadero yo y jamás me amaste?"
Dijo el impostor pero yo seguía furioso y sus palabras no hicieron otra cosa más que causar que me convirtiera en el monstruo que era yo en verdad. Deje salir mis cuernos que y mis garras y este continuó.
" Así que este es el verdadero tu eh? El que decía que me amaba y que haría lo que fuera por mí"
- Correcto- Dije apenas controlándome - Te amo Kanon es por eso que no puedo tolerar esto!
Me lancé contra el y tal y como aquella voz en el viento había dicho, aquello no era real sino una vil ilusión, una falsificación de la majestuosidad de mi amado hijo.
Nada me duró pues destruí al farsante en un abrir de ojos, y en cuanto su cuerpo cayó a la nieve de inmediato desapareció con la fría brisa de Siberia.
- Sigues tu!
Dije mirando a Ivka y este pareció sufrir un cambio, sus ojos ya no reflejaban nada.
- Cobarde!- Me lancé contra él y comencé a golpear su cuerpo que ni siquiera se defendía en absoluto, algo no estaba bien aquí. Los golpes que yo había hecho en él y que habían causado un daño severo no desprendían ninguna clase de esencia, sino parecían fragmentos. Me quedé quieto por unos momentos y lo observé, no era un espectro... No! Era un... Un espejo!
De inmediato se quebró por completo y se hizo una especie de ceniza blanquecina que por el terrible viento se esparció con facilidad.
- Maldición! Era una trampa!
De inmediato me di cuenta de que todo había sido una maldita trampa pero... Con que objeto? Mi cabeza de inmediato me respondió, ganar tiempo.
- Para que? Para que ganar tiempo?
Me deje caer en la nieve... Para la muerte de Kuri. Un silencio se hizo en mi en tanto el viento azotaba con todo su poder y no pude evitar el rugido que emanó de mi pecho. No!
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Del libro de Samael.
Los sueños del Lilim.
- Maldito! Belcebú bastardo!
- Que?
- El asesino se dio cuenta!
- Se dio cuenta?
- Más te vale que me digas cómo derrotar a la Lilim o en este instante lo mato.
- Que?
- La Lilim! Su debilidad!
- No tiene!
- Como que no tiene?
- Como oíste! Es una hija de Lilith, fue entrenada para ser fuerte y poderosa bajo cualquier situación.
Dije aburrido, cerré mis ojos y pensé en aquellos días en el Lilim.
Mi madre les tenía prohibido a mis hermanas acercarse a mí o hablarme siquiera, se la pasaba diciendo cosas cómo que yo era el varón perfecto, incluso muchas veces pensaba que su devoción ciega hacia mí era horrible, ella decía que no era hijo de Adán sino de un ángel caído y de su poderoso vientre, el fruto perfecto y en mis primeros años de vida no me importaba en lo más mínimo pues yo era como Sally, solo quería estar en sus brazos, mamar de su pecho y sentirme bien en su regazo pero conforme crecí eso fue cambiando, miraba las luces lejanas desde la playa del Lilim, un mundo ajeno pero que se me antojaba mío, creía que ese lugar era como las estrellas, brillantes y coloridas. Nunca me considere especial pero tampoco pesimista, yo era lo más parecido a un ser humano común y corriente pero no había nacido ni humano, ni Lilim, ni espectro al cien por ciento, yo había nacido híbrido y toda mi vida había vivido así, y tal y como sucede en la vida común jamás había pensado en lo malo que era ser un híbrido pues en mi cabeza sólo existía ese paraíso de luces y colores. Del cual un día Layla me había encontrado fantaseando como cada que estaba solo jugando y esa pequeña bruja se había reído de mí, pero nadie se reía de Samael de Belcebú el favorito de la cortesana de Babilonia. De inmediato puse a Layla en su lugar.
- Las luces son fantásticas... Sí que lo son!- Decía y yo mismo me contestaba- Te imaginas Samael de Belcebú? Dueño de toda esa luz! Lo imagino! Lo imagino! Alto muy alto! Desplegando las alas y justo en el punto más elevado casi tocando el universo, ahí arriba, bajo la luz más hermosa! Ahí! Un montón de sueños y esperanzas se dejan caer, la luz inunda todo y ahí está mi hogar...Entonces los sueños se despliegan por aquí y por allá! Todo brilla y es tan luminoso que el mundo entero se da cuenta de que el gran Belcebú estaba ahí....Y los fuegos se hacían fuertes y los humanos veían lo que yo veía! Todo era burbujas de color y fantasía y entonces la casa se abrió y... - Layla salió de repente provocándome un susto.
- Que pasó con toda esa fantasía y color eh?
Dijo burlona la Lilim. Cómo me avergüenza decir que me puse a llorar ante sus burlas, yo siempre había tenido esos sueños, demasiados para ser un híbrido.
- Por que lloras?
- Por que te ríes de mí... Y no es fantasía.
- No me río, solo fue una pregunta, te molestan las preguntas o te molesta quien la hizo.
- No me molesta nada de eso pero no me gusta que se rían de lo que veo.
- Ah? Ves eso?
Este afirmó.
-Quizá suene tonto, o quizás creas que yo soy tonto pero no me importa.
- Por que pensaría eso Samael?
- Las demás se ríen o hacen gestos de brujas.
Yo sabía por las historias que contaban mi madre y mis hermanas que jamás de los jamases debías llamar a una Lilim bruja pues eso era un término que se usaba para las hijas de Adán que además eran señaladas por tener tratos débiles con espectros de cuarta y era tan ofensivo como si a una señora de buena clase y reputación le dijeran que era la consorte del rey de los vagabundos. Muy ofensivo! Mucho y fue por eso que su risa me causo una gran impresión, acaso había perdido la razón?
-Jajajaja brujas eh? Acaso tú has visto una bruja? Jajajaja qué gracioso, las Lilims brujas?
Incluso se tiró al suelo a reír, en ese momento Layla me pareció una chica linda, quizás de grande sería una esposa fenomenal pensé, pero en ese entonces era demasiado joven para comprender la naturaleza de mis hermanas y mi madre, aún así a veces pienso que si tuviera una esposa me gustaría una como ella.
- Pero que cosas dices Samael?!
- Lo... Lo siento no quise decir eso...
- Estuvo bien, algunas Lilims quizás si lo sean pero para eso nacieron- Se explicó con un tinte algo melancólico.
- Que tonto, yo no pienso ser así, no pienso ser lo que los demás quieren que sea, yo solo quiero... Hacer mis sueños realidad.
La corregí de inmediato y está en un gesto que pocas veces es típico de las Lilims puso sus manos suaves en mis mejillas para inmediatamente comenzar a masajearlas de manera dolorosa.
- Eres muy pequeño para decir eso, mira nada más que cachetes tan gordos.
- Deja! Deja! Deja!
Ella ya era muy fuerte y a pesar de que eso me había dolido, más me dolía que me dijeran que era muy pequeño para hacer cosas, yo siempre había creído que se podía hacer lo que uno desease siempre y cuando de verdad lo desease.
- No soy pequeño! Yo se lo que quiero y quiero ser feliz! Más allá del oeste hay un mundo de luces esperando por mi y será mío!
- Ah sí? Y cómo vas a salir de la isla de Lilith, donde siempre es de noche?
- No sé aún pero aún a través de la oscuridad, o todo lo que esté a mi paso aún si no se que es, lograré llegar!
- No sabes cómo es ese lugar o si? Nunca antes has ido al mundo humano...
- No importa, no me importa eso, no me importa si tampoco nadie hubiera estado ahí antes o nunca!
- Por que hacer algo así? Qué bobo...
- Que tonta eres! Por que ya te dije que yo voy a vivir a mi manera, no voy a vivir por siempre en este refugio que aburrido sería eso, yo soy el dueño de mi destino y viviré en el mundo que yo quiera, que sentido tiene estar aquí entonces si no haces lo que de verdad quieres? Si no tomas la responsabilidad de tu libertad y te arrojas al vacío? Yo quiero ir a ese mundo de color y luz, quiero hacer mis sueños realidad y así cuando suceda a mi padre poder decir....- Me había costado nada darme cuenta de eso en mi corta existencia pero mucho me costo confesarlo ante alguien más - Que existí como quise existir, en un mundo que yo diseñé para ser feliz.
Ella no respondió nada más, ninguna burla o argumento en contra de mi idea de existir como yo deseaba. Desde ese día Layla y yo nos volvimos inseparables en secreto, yo a menudo iba a verla mientras entrenaba con las Lilims, me escondía bien para que nadie más pudiera verme, incluso mentía y me saltaba lecciones importantes para poder estar con ella un tiempo, platicábamos de todo lo que se pudiera hablar.
- Tendremos una casa muy bonita y enorme!
- Y enorme!- Reafirmaba ella y ponía un poco de si- Y lujosa, quiero plantas y mármol.
- Bien! Así la construiremos, muy grande y lujosa!
Yo había miles de bocetos para ella, incluso los construía a escala en la arena de la playa norte. También había hecho un modelo de madera que era parecido a lo que ahora es Louvre, y lo modificaba a pedido y exigencia de ella. Más habitaciones, más ventanales, que un acabado que otro acabado... Así gastábamos muestras tardes, inventando un futuro juntos, lo mas tedioso era cuando ella tenía misiones que cumplir en su entrenamiento pues se ausentaba semanas y eso hacia que de nuevo me sintiera solo, pero cuando llegaba siempre traía consigo un obsequio para mí, ya fuesen plafones, vasijas, collares, cerámicas o arena de Persia siempre había algo para mí y eso comenzó a ser una colección de objetos que se volvió muy preciados, eso además de que me hablaba de todo lo que había visto y conocido, sabía que me gustaban los detalles y no perdía ni uno en sus maravillosas descripciones, eso me hacía deleitar. Podía imaginar cada lugar que ella había visitado, e incluso cuando yo comencé a los siete a entrenar no dudaba en pasar todo mi tiempo al lado de Layla ideando nuestro mundo, por que ya era nuestro.
Comenzó a ser algo muy notorio entre las Lilims y mi madre que yo tenía una cómplice pero en si nadie pudo descubrir de inmediato quién era y mientras la existencia transcurriera en paz en el Lilim nadie se ocupo de aquello.
- Me tienes harto!- Dijo aquel espectro enervado y sacándome de golpe de mis recuerdos para regresar a la jaula donde yo estaba.
- Te dije que no tiene- Repetí mecánicamente.
- Yak! Drakk! Traigan al mocoso!
Estos de inmediato obedecieron y salieron dando saltitos alegres de la habitación.
- Espera! Espera! Puedo intentarlo.
- Más te vale que así sea!
Su actitud me cabreaba mucho y por un momento me deje llevar.
- Y si no que? Acaso planeas culparme por que tus planes son una estupidez!
Este se cruzo de brazos y dijo.
- A ti no.
Luego de eso entraron los secuaces con Theobald que se revolvía y lloraba sin contención.
- Samael! Samael!
- Sino a él.
Dijo y de inmediato me puse en pie y me tense.
- Theobald! Theobald resiste!
Estos en un movimiento rudo lo pusieron de rodillas e Ivka le tomó por la cabellera.
- Ahora si señor de Belcebú, haz tu trabajo o está asamblea tendrá que prescindir de tu acompañante.
- Bien pero no le hagas daño!
Concentre mi mente, deje salir mis alas y pensé que esta vez sí la había jodido, amaba a Layla pero Theobald era mi sueño, estaba entre la espada y la pared.
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Del libro de Layla.
Consorte.
- Se una buena mujercita y no te haré daño.
Dijo mientras yo rendía mi espada a sus órdenes.
- Ahora más te vale seguir las instrucciones al pie de la letra o el mocoso pierde!
Maldición! Odiaba estar a las órdenes de un varón! Divise a lo lejos unas nubes oscuras de tormenta y pensé en la forma de salir de esto, pero como? Sally no sería en nada de ayuda sino por el contrario sería una piedra gigante en la espalda. Maldición mi madre cometió un error al dejarlo con vida! No había lugar en el mundo para una criatura como él.
- Eika! Loika! Las cadenas!
- Si maestro!
Las niñas desaparecieron mientras este tomaba a Sally por el cuello apretándolo a manera de que no pudiera hablar.
- Oye!- Me quejé- No lo dañes! Ya acepte obedecerte.
- Lo sé pero es divertido dañar a los humanos de otros espectros?
- Pues no sé de qué otro espectro te refieres que no sea de mi madre, Lilith!
Este sonrió de lado y dijo.
- No me digas que vas a negar tu amor por este humano.
- Que?
- Eres mala mintiendo lilim!
- Perdón... Dijiste amor?
- Como sea, no me importa en lo más mínimo es solo que debes conocer tu lugar. Sé bien que eras consorte en la asamblea de París y ahora tendrás el honor de ser consorte de la de Rusia.
- Así que eso es lo que pretendes eh, Ivka?
- Que más! En si ustedes las Lilims no me sirven para nada más que para eso, te voy a destrozar con mi fuego infernal mientras te cojo!
Sus palabras me hacían arder pero tenía que mantener la compostura y me distraje con las nubes y luego con las pequeñas que regresaban con una bolsa de terciopelo púrpura y bordados dorados. Las malditas cadenas de San Nicolás de Bari!
- Póntelas!
Dijo este al tiempo que las pequeñas me entregaban las cadenas con sus enormes sonrisas aperladas. Miré al tonto de Sally y el viento trajo esa voz de nuevo... "Cualquier cosa que mantenga tu existencia, haz... La tormenta pasará entonces."
"Samael". Lo llamé, "Samael, que sucede?" Pero al parecer su voz se desvanecía con el viento.
-Rápido Lilim!
Dijo Ivka y apretó el cuello de Sally un poco mas causándole daño.
- Bien! Bien! Pero debes darme tu palabra de que cuando las tenga puestas no lo vas a dañar ni un poco más.
- Mmmh no estás en posición...
- No! - Lo interrumpí- No lo estoy pero es eso o yo lo veo morir y luego te mató.
Este sonrió de lado y dijo.
- Vas a ser una fiera en la cama! Una gran consorte!
Lo mire con ira y dijo.
- Acepto! No le haré daño si sigues mis instrucciones y te portas como una hembra obediente.
De inmediato e intentando ignorar sus palabras me puse las cadenas las cuales pesaban muchísimo y quedé encadenada de tobillos y muñecas.
- Que delicia verte usando cadenas!- Dijo relamiéndose los labios- Arrodíllate mujer!
Lo mire con más desprecio y dijo en un rugido.
- Que te arrodilles!
-Bien- Me arrodille y dije - Ahora déjalo en paz!
- Bien aunque él también irá encadenado.
De inmediato Ivka soltó el cuello de Sally y este cayó a la fría nieve.
- Sally!
Le tomo unos segundos reponerse y con lágrimas en los ojos me miró y corrió hasta donde estaba yo de rodillas.
- Layla! Gracias por salvarme! Creí que moriría!
Dijo en un perfecto inglés.
Miré su iris y aquellas nubes lejanas nos alcanzaron dejando caer sobre nosotros una nevada dura, demasiado dura.
- Que dijiste?
Pregunté mirándolo a los ojos, esos ojos negros que miraban agradecidos hacia mi, hacia un vacío que era imposible.
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No quería salir de mi habitación, sentía pena por mi, pena y ganas de darme de golpes a mi mismo, me había acostado con Whip a las primeras de cambio y quizás esa no era la peor parte del asunto sino que sus caricias me habían apagado un poco la sed de amor de aquel que se había marchado, habían resanado un poco el hueco vacío en mi pecho que la ausencia de Sid me había dejado. Y ahora? Sid... Vuelve que siento que todo se nubla.
Whip me había ido a buscar en un par de ocasiones y con la navidad tan cercana y sin Sid la depresión me atacó peor cuando mi mamá me dijo que esta vez la pasaríamos con el tío en Whitby. Yo quería negarme a ir pero ante la solicitud angelical de Roja no pude negarme a ir con ellos... Aunque yo tenía mis reservas de si yo debía pasear mi presencia frente al mar.
Aún así mi mama empaco unos días antes y esa tarde del 23 para sorpresa mía Whip paso por nosotros en su coche.
- Whip... Que... Que haces aquí.
- Hola mi vida! Hoy soy tu chófer!
- Que?
- Bueno es que tu mamá me dijo que pasarían la navidad en Whitby y yo me ofrecí a llevarlos.
- Pero...
- Roja es muy pequeña y seguro el viaje en tren no será fácil para ustedes si ella se pone inquieta.
- Whip...
Miré el mar en sus ojos y las mejillas se me pusieron rojas de inmediato, yo había abusado de su confianza aquella noche, me había comportado mal de principio a fin y además había sido un cobarde al no haberle dado la cara después. Así que tenía que hacer lo correcto.
- Whip yo... Yo quiero...
Su mano se posó sobre mi cabeza y acarició mi cabello con suavidad.
- No tienes que decir nada mi amor, la verdad yo... Yo estoy muy feliz por lo que pasó y como sea que termine me alegro mucho que haya sucedido pero hoy no estoy para hablar de placer aunque...- Este se acercó a mí oído y dijo- De recordar tu estrechez puedo ponerme muy duro- Yo di un salto ante esas palabras y este se separó de mi oído- Pero hoy soy su chófer y punto.
Miré a Whip aún avergonzado de lo que había dicho y este sonrió y paso a la casa ante la orden de mi mamá.
Partimos al cabo de media hora, Whip iba al volante de su Ford fiesta color azul platino, mi mamá iba de copiloto pues yo le había pedido en secreto que me dejara atrás con Roja, no me sentía preparado mentalmente para ir un rato a su lado. Aunque al parecer Whip la llevaba muy bien o mejor dicho excelente con mi mamá y Roja atrás conmigo iba muy contenta, a excepción de los momentos en que Whip y yo intercambiábamos algunas palabras pues Roja se ponía atenta como si de algo de vital importancia se tratase cuando en realidad Whip y mi mamá intentaban incluirme en su conversación de una manera sencilla.
Llegamos a Whitby a la casa de mi tío James que de inmediato al ver a Roja la subio en sus brazos y le dio un beso. Roja había conocido a toda mi familia en las fiestas de Halloween y mi mamá casi juraba que era como su hija pérdida pues se había acoplado tan bien a ella que ya existía un lazo irrompible entre ellas.
-Yo bajaré el equipaje- Dijo Whip y mi mamá sonrió, le agradeció y se adentro en la casa.
Yo me quedé mirando al mar que parecía agitado, Sid... Donde estas?
- Te gusta mucho el mar verdad mi amor?- Dijo Whiy mientras sacaba el equipaje de Roja.
- Mmmh si bueno es que...
- Te recuerda a tu perro gigantón?
- Que?
- Que si te recuerda a tu perro gigantón? Ya sabes, el carácter difícil del mar y además al mar hay que tenerle respeto pero no miedo.
Me quedé pensando en sus palabras, tan ciertas! Pero iba más allá, Sid era dulce como la espuma del mar, tranquilo y a veces tan explosivo, relajante como su sonido y fuerte como su furia, no es que le tuviera miedo a Sid sino a una vida sin él. Después de todo que sería de nosotros sin el mar?
Me quedé embobado mirando a Sid y pensé... "Por que estamos tan cerca Sid y tan lejos al mismo tiempo?" Escuche como Whip cerraba su maletero pero por un momento dejo de importarme incluso la invitación de mi mamá a qué pasará a tomarse una taza de té. Solo fue cuando mi tío James me increpó con severidad que pude salir de mis pensamientos sobre aquel mar que se había marchado a Rusia.
- Stephan!
Di un salto ante el toque de mi madre que me miró con preocupación.
- Mandé!- Dije con una voz bastante fuerte.
- Pero que niño! Siempre en las nubes!
- Hijo te sientes bien?- Dijo mi mamá que me miraba preocupada.
- Si! Si! Solo estaba pensado...
- En la inmortalidad de la ostra o en qué?- Pregunto mi tío.
- Lo siento tío, yo...
- Está bien, ya se cómo eres tú Stephan.
Me sentí avergonzado y Whip dijo.
- No será necesario, yo la verdad no pensaba quedarme.
- Vas a ir a casa de tus padres para la Navidad no es así Whip?
- Ahhh... No! En realidad iba a trabajar.
- Que? Por que?
- Bueno es que muchos de mis compañeros querrán pasarla con sus familias y yo los apoyo cubriéndolos.
- Pero y que dice tu mamá y tu papá sobre eso?
- Murieron- Dijo Whip mirando a un lado, y entonces se convirtió en objeto de atención para todos los presentes.
-Ay Dios! Hijo no sabía qué pena como lo siento.
- Descuide, eso fue hace años.
- Whip...- Dije instintivamente al ver esa mirada en él - No quieres pasar la Navidad con nosotros?
- Eso ya se lo había ofrecido yo!- Dijo mi tío James.
- En serio?
- Siempre estás en las nubes Stephan.
- Gracias amor pero... No es necesario.
- Ya te habías ofrecido a cambiar con alguien?
- No... La verdad no, pero seguro querrán cambiar el turno más noche.
- Whip...
- Entonces no se diga más!- Dijo mi mamá con entusiasmo - Te quedas a celebrar la Navidad.
Whip volteo a ver a mi mamá y yo también.
- Si aún no has cambiado con nadie el turno entonces debes pasar la Navidad aquí.
- Lo agradezco Cathy pero ...
Mi mamá puso esa mirada retadora, se cruzo de brazos y dijo.
- Y no acepto un no por respuesta.
Whip la miró sonrojado, era una de las pocas veces que se ponía de ese tono y mi tío James dijo.
- Si yo fuera tu no la haría enojar, Cathy puede ser tan dulce como bestia.
- Que dijiste James?!
Whip me miró buscando una afirmación a lo que mi tío había dicho y yo asentí.
- Bien, entonces me quedo. Aunque... No traje nada de equipaje.
- Ah no te preocupes- Dijo mi tío- Mi hijo Anthony es de tu tamaño, estos niños crecen demasiado! Él no vendrá por que está en Madrid así que te puedo prestar algo de él.
- Ah no es necesario, puedo comprar algo en cualquier tienda.
- Como gustes muchacho.
- Solo que alguien tendría que indicarme dónde hay una tienda de ropa. No conozco este sitio.
- Ah, Stephan te puede dar un tour por Whitby, te va a encantar, el mar inglés es lo mejor no es así Stephan?
La simple pregunta me dolió. Mi tío estaba equivocado, el mar de la Antártida era el mejor.
- Entonces no se diga más!- Dijo mi mamá - Voy a hacer una lista de las cosas que se necesitan para mañana en lo que tú y Whip van a comprar lo que él necesita y en lo que tu tía Henriette llega.
- Bien- Dije y en cuanto mi mamá le entrego la lista a Whip, de inmediato marchamos a hacer las compras.
- Whip, perdón.
Dije al salir de casa.
-Por?- Dijo él y abordamos el coche.
-Por que mi familia se vio un poco entrometida en tu vida, si no quieres pasar la Navidad con nosotros no tienes que obligarte.
Whip encendió el coche y dijo.
- Tu quieres que pase la Navidad contigo amor?
- Bueno no se trata de eso.
- Solo di, si o no- Dijo este serio.
- Si- Dije asintiendo además con la cabeza.
- Eso es todo lo que necesito saber Steph, yo quiero estar junto a ti por siempre.
Este arranco y yo dije.
- Perdón aún así, mi mamá no debió preguntar lo de tus padres.
- Eso no tiene importancia mi amor.
- Pero...
- Vamos a pasarla bien quieres?
Este sonrió y añadió.
- Tu mamá es una mujer muy alegre y decidida eh?
- Y que lo digas!- Dije suspirando.
Fuimos a comprar a una plaza y luego a comer algo o más bien solo yo pues este solo pidió cerveza.
- Whip?
- Dime mi amor.
Dijo al tiempo que daba un trago enorme a su cerveza.
- También...- Yo mire a la mesa, a mi plato, intentaba buscar un sentido a mis propias palabras pero para lo que diría no había ningún sentido- Yo... Yo...
- No tenemos que hablar de eso sí no quieres mi vida, yo solo quiero estar junto a ti.
Subí la mirada con una auténtica cara de sorpresa y vi que este se terminó su cerveza de un trago.
- Pero... Es que...
-Mi vida, se que tú quieres a perro gigantón y la verdad es que comprendo que su ausencia te afecta, yo te amo Stephan, te amo en verdad y no me importa nada más que verte feliz. Y si el verte feliz significa que no quieres hablar de lo que pasó por mí está bien.
- Gracias- Dije a punto de llorar.
- Pero tampoco me quita el que lo haya disfrutado muchísimo- Dijo y esto último me hizo sonrojar tremendamente- Estás buenísimo mi vida!
- Whip!
- Que?- Dijo riendo- Es la verdad...
- No comiences!
- No comienzo, es la verdad!
Yo entorne los ojos y dije.
- Además no solo es eso lo que te quería comentar.
- Dime amor?
- Bueno es que... Es que... Me preocupa que bebas tanto. Te vas a enfermar.
Dije yo serio pero este se rió y dijo.
- Descuida mi amor, yo lo tengo todo controlado.
- Whip...
- Se que eso suena a lo que dicen los borrachos de quinta pero ten por seguro que jamás me he perdido al grado de no cumplir con mi trabajo o mis obligaciones.
- Pero...
- Solo me gusta beber por que sabe bien. Pero si quieres ayudarme lo puedo sustituir bien por tus besos!
- Que?! Whip!
- Es verdad! Me encantaría poder besarte todo el día por todas partes pero supongo ahí si afectaría mi trabajo mi amor.
- Whip!- Dije completamente rojo.
- Si quieres puedo intentar cambiar la bebida por eso.
- Whip, basta!
Este se rió y dio otro trago a su bebida.
- Entonces seguiré con lo mío.
La noche se dejó venir rápidamente y para cuando regresamos mi tía Henriette y mis primos ya habían llegado.
- Steph te tocará compartir la habitación con Whip!- Dijo mi mamá.
- Que? Por que mamá?
- Por que si! No querrás que yo duerma con él o si? Digo a mi no me molestaría...
- Mamá!
Ella río y a completó.
- Entonces no te quejes!
Yo fui a darle la mala nueva a Whip, el cual se la tomo con tranquilidad, con excesiva tranquilidad.
La cena fue pasada las siete de la noche y la pase muy bien, aunque de vez en vez volteaba a ver a la ventana, cuando escuchaba al mar azotarse contra la playa, cuando escuchaba ese ruido un nudo pequeño se me hacía en la garganta y la melancolía volvía a mi, pero entonces ya fuese el toque de Whip, la vocecita de Roja o la risa de mi mamá me devolvían a la paz de mi hogar; pero mejor que yo la habían pasado Roja y Whip. Ella era un toque dulce de flor en la mesa de la familia, su cabello encendido y sus ojos multicolor eran la perfección y su personalidad juguetona y dulce hacían la delicia de la familia. Whip también había encajado a la perfección, se llevó muy bien con todos y estaba demás decir que mi mamá hablaba maravillas de él, todo cierto pero... Comencé a desear que Sid también hubiese venido, aunque Sid no tenía el carisma de Roja ni la personalidad de Whip, no! Sid era diferente, él era un niño, siempre intentando competir, por lo que sea y con lo que fuese, ese era Sid, un mar embravecido con los demás y luego venía a mí y me mostraba sus aguas calmas.
La cena terminó y la sobremesa duro bastante, casi hasta la media noche donde nos despedimos pues mañana había muchas cosas que hacer.
Whip y yo subimos a la habitación que nos correspondía y yo me fui a poner la pijama de inmediato, cuando salí listo para dormir, vi a Whip mirando por la ventana hacia el mar, parecía pensativo.
- Whip?
Este no volteo pero el vidrio reflejaba que estaba muy metido en sus pensamientos.
- Whip?- Me acerque a él y lo toque.
- Mandé mi vida.
- Estás bien?
- Si.
- Seguro?
- Si! Si! - Dijo esbozando una sonrisa- Es impresionante el mar no es así?
Yo no miré, no quería ver y solo respondí al azar.
- Si! Si! Lo es, vamos a dormir.
Este se quitó la camisa y yo me metí a la cama, luego él se sentó a mi lado en la cama y se quitó el pantalón, al ver esto yo me tape hasta arriba esperando a que terminara, pero esto tardo un poco, que tanto hacia? De sorpresa escuché un clic y todo se puso mas oscuro así que me descubrí de las cobijas y vi que el ya no estaba y la luz había sido apagada.
- Whip?
- Que pasa amor?
Me enderece y vi que estaba en el piso con una almohada.
- Que haces ahí?
- Bueno aquí voy a dormir.
- Ah? Por?
- Como que por?
- No... No comprendo.
- Bueno bombón supuse que te sería muy incómodo compartir la cama conmigo y no pretendo que te sientas así.
- Pero Whip....Es incómodo el piso.
- Te dije que no me importa nada más que verte feliz Steph y así es en todos los sentidos. Descansa mi vida.
Este se acomodó de nuevo y me sentí terrible, Whip era mi invitado y no era cortés que durmiera en el piso, en dado caso yo debía ser el que estuviera ahí.
- Whip?
- Dime amor?
- Sube- Dije abriendo la cama para que esté se metiera.
- No mi vida descuida, estoy bien.
- Por favor- Dije apenado.
- Seguro?
Asentí y este tomo su almohada y vi que solo traía un pantalón deportivo color gris que había comprado hacia un rato.
Él se acomodó separado de mi y yo me sentí algo incómodo pero era lo correcto.
-Oye Bombón, puedo hacerte una pregunta?
- Dime.
- Mmmh tu familia no sabe que tienes novio verdad?
- Claro que no!- Dije avergonzado.
- Mmmh entonces tu boda aún está bastante lejos- Dijo como para si mismo-Eso es bueno...
- Whip!
-Lo siento mi vida pero ya te dije que voy muy en serio y si te soy honesto ese asunto de tu boda con Santinni me tenia severamente preocupado, supuse que el motivo de que no se casarán de inmediato sería la corta edad de Santinni, pero con su poder económico llegue a la conclusión de que este podía pagar o sobornar a quien fuese. Pero ahora que lo pienso es más por ti que por él... Ja!- Dijo sonriendo- Que bueno.
- Pero Sid es mayor de edad...
- Ese perro gigantón no tiene más de veinte amor, vamos no soy tonto! No creas que te juzgo por que te gusten más chiquitos, en si eso es una ventaja a mi favor ya que yo también soy menor que tú pero es que entre nosotros hay menos edad que entre Santinni y tú no?
- Mmmh bueno... Más o menos...
- Así que ahora que lo pienso quizás también yo pueda proponerte matrimonio mi vida.
- Que?! Whip!
- Por que no? Steph, yo quiero estar contigo toda la vida. Es en serio! Quiero estar junto a ti por siempre y hasta que me muera.
- Ay Whip ya es tiempo de dormir.
Este se acercó a mí y me tomo por las mejillas.
- Steph, dame un beso.
- Que? No!
- Por que?
- Por que yo estoy con Sid!
- Steph, no es justo!
- Ah?
- No es justo!
- Whip tu ya sabías...
- Lo sé!- Hablo el tratando de reprimir el coraje que sentía pero nada más no lo conseguía- Se que tú estas con ese mocoso pero no es justo que yo no haya tenido mi oportunidad! Dame una cita! Un beso! Déjame amarte a mi modo aunque sea un día y si después de eso decides que aún así amas al mocoso de Santinni entonces te prometo que yo mismo me alejo!
- Whip...
- Quiero estar junto a ti Steph!
- Yo...
- No es justo!
Whip se dio media vuelta enojado y no dijo más. Me sentía terrible por él. Pero que podía hacer? Yo amaba a Sid y aunque también quería a Whip, era muy diferente amar a querer a alguien.
- Whip?
Este no reaccionó, todo estuvo en silencio y quiero durante un buen rato. Supuse que se había quedado dormido y entonces me sentí muy miserable, allá afuera se escuchaba el mar que se estrellaba contra los riscos y yo estaba tan cerca de él y tan solo. Sid... Donde estas? Me hice un ovillo y me deprimí por no poder darle a Whip lo que el merecía, quizás por eso la falta de Sid me hacia tanto mal, quizás Whip se sentía así.
- Perdón Whip -Susurré - Perdóname.
Este se volteó hacia mi lado y dijo.
- Perdón amor... Soy un tonto.
Yo lo mire sorprendido.
- A veces me desespero por que te amo muchísimo pero no es justo para ti tampoco ponerte en esa posición.
- Whip.
- Se que lo extrañas y no volveré a ser tan tonto. Esperaré mi turno, lo prometo.
Una especie de frío me caló hasta el interior y me pegue a Whip.
- Whip, perdón.
- No tienes que decir nada amor.
Este no me tocó, yo cerré los ojos y él solo me arropó más. Querido Sid...Yo también quiero estar junto a ti.
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La noche en que la caída del Oficial June Whipper fue su triunfo.

El ruido del mar era implacable, mi mente se trastornaba con sus violentos choques contra la playa y las rocas. No podría dormir eso era seguro y no había nada que hacer, prefería no dormir a que él me viera así. Había jurado nunca más volver a ver esa mirada sobre mí y desde entonces hasta ese momento lo había cumplido.
El rubio se había quedado bien dormido cerca de mí en poco tiempo, Whip tonto, habías mostrado tu lado más infantil al decir ese ridículo " No es justo!", demonios! Que era justo y que no? Hacia años había perdido esa noción de justicia. Yo lo metí entre mis brazos y besé sus cabellos.
- Te amo Steph.
Le susurre quedo y pase la noche en vela ya que no habían sido de gratis todo ese tiempo en las fuerzas armadas británicas y aquel ruido me recordaba a aquellos choques intensos de fuego armado, entonces los rostro venían a mi, todos ensangrentados, los cuerpos livianos de mis compañeros, de los enemigos, detestaba pensar que había ascendido tan alto matando padres, hijos y hermanos. Me había ido de mi patria para buscar una gloria de lodo y cenizas y que había obtenido? Medallas! Condecoraciones absurdas que hubiesen sido más dignas en mi ataúd.
La mañana siguiente no me moví en absoluto pues el rubio bonito estaba aferrado a mi hasta con las piernas, sus labios rosas salivaban sin parar y además se notaba que estaba durmiendo muy a gusto así que no me atreví a mover ni un músculo por temor a despertarlo. Le había dicho que quería estar junto a él y si esta era la forma que bendición.
No fue hasta las diez y media que mi rubio se despertó con la carita hinchada de tanto dormir.
- Buenos días amor- Dije dándole un beso y atesorando ese momento de poder pasar una mañana junto a él, de poder verlo despertar, abrir sus ojitos color negro y ver su carita sonrojada.
- Whip... Buenos días!
Al sentirse dentro de mis brazos este se tenso y yo tuve que liberarlo.
- Lo siento amor, pero te pegaste a mí y yo estuve encantado de abrazarte.
- Lo... Lo siento! - Se disculpó nervioso y de inmediato se puso en pie.
- Hay que bañarse amor, nos bañamos juntos?
- Que?! Whip!
- Jajaja era solo una broma! Pero me alegra que lo considerases!
- Eso no fue así! Además primero quiero comer algo.
- Muy bien mi vida yo sí quiero una ducha así que supongo que te veré en un rato.
Me di un buen baño y cuando baje Steph estaba junto a Roja y su primo Gerard viendo televisión en el sillón, sonreí al notar lo feliz que se miraba con cosas tan sencillas, quizás eso era lo que yo siempre había extrañado de mi viejo yo.
- Whip! Quieres sentarte?- Me dijo su mamá que ya andaba muy apurada con los preparativos de la cena de Navidad.
- No Cathy, mejor te ayudo en algo.
- Mamá Whip no ha desayunando- Dijo Steph sin apartar la vista del apartó.
- Como es eso? Que no piensas desayunar?
- Ah, si... Bueno...
Cathy podía ser relajada o una madre estricta si se lo proponía así que me tomo del brazo y me llevo al desayunador de la cocina que ya estaba atestada de cosas para preparar la cena de Navidad.
- Que quieres que prepare? Es una lástima que mi hermana Henriette haya salido a comprar el vino ya que ella prepara unas gachas tremendas! Pero dime qué quieres desayunar y lo hago!
- Mmm café estaría bien Cathy, gracias.
- Ajá y que más?
- Mmmh por ahora es todo.
- Ay niño no piensas desayunar más que café?
- Eso es lo que normalmente desayuno en la comandancia.
- Un donut?
- No- Me causo gracia su propuesta, como si yo fuera un cliché de policía- No me gusta lo dulce.
- Pero no puedes estar sin comer hijo! Cómo crees? Por eso estás tan delgado! Te hago un desayuno inglés?
- En serio con solo café trabajo bien Cathy, aunque de verdad te agradezco el gesto.
- Whip es siempre así- Dijo Steph que aún vestía pijama- Pero ofrécele un trago y verás... Mamá yo quiero más cereal!
Yo me sonroje al escuchar aquello y Cathy me miró con ese gesto de duda.
- No es cierto Cathy, bueno es que... Yo...
Esta tomo un sartén y lo puso sobre la flama.
- Pues me importa poco que desayunes jovencito, te haré una tortilla y te la vas a comer!
Yo miré al rubio que sonreía complacido por sus palabras delatoras.
-Pero Cathy...
- No se hable más del asunto!- Dijo con decisión y luego comenzó a vociferar para si- Mira que desayunar nada más café! Que niños de hoy, mi madre me vende por dos burras y una paca de trigo si le digo eso!
Steph se sentó a mi lado a esperar su cereal y yo me acerque a su oído y le dije en voz queda
- Está te va a costar dos besos muy caros amor.
Este se sonrojó y me dijo a media voz.
- Por que? Te hago un bien!
- Si quieres hacerme un bien desnúdate y móntame- Le dije de nuevo en un susurro.
Este se levantó y se fue a su sillón y yo tuve que recibir y comer aquel desayuno que Cathy había preparado para mí, la verdad es que me había desacostumbrado a este tipo de trato y me fue muy extraño el desayunar acompañado, mi cabeza volvió a esos lugares donde un desayuno de tostadas francesas un poco quemadas me habían sido ofrecidas en una mañana de domingo.
" - Se ven mal pero están buenas June
- Eso lo juzgare yo- Había caído y mordía el anzuelo, en efecto, estaban buenas- Mmmh no se, falta algo... Que será? Que?
Sus ojos café intenso me miraron y se sonrojó.
- Ven acá - Dije jalándola por la diminuta cintura- Falta un beso- La senté en mi regazo y probé sus labios- Ahora sí están perfectas!
Su sonrisa, su cabello rubio y sus ojos café oscuro eran mi hogar y un estruendo se escuchó, algo tan potente que todo me lo había arrebatado"
- Está bien así o más cargado Whip? Whip?! Whip?
Di un salto y miré a Cathy, lo había recordado de nuevo.
- Mandé?
- Que si así está bien el café o más cargado?
- Más, dos cucharadas más cargado por favor.
De nuevo el hambre se me había ido y comí lo que pude intentando obligarme a olvidar de nuevo, maldición! Necesitaba un trago!
Para mí buena suerte el resto del día me ofrecí a llevarlos a donde quisieran para que pudieran comprar lo que necesitasen, el resto de la mañana lleve a James a la peluquería lo que me dio un momento para pasar a un pub y tomarme algo fuerte, por la tarde lleve a Cathy, a Henriette, Charlotte y a Roja al centro comercial, querían un vestido para Roja y uno para Charlotte que era la novia del primo de Steph, en tanto mi rubio seguía perezoso mirando televisión o durmiendo a ratos.
Yo aproveche y compre una pequeña anforita de Cognac y un repuesto que bien cabían en el bolsillo interior de mi chaqueta. Luego de que se bañara y se pusiera fino acompañe a Steph a comprar el Santa secreto para Roja, aunque parecía un poco triste.
- Que podrá gustarle a las niñas?
- No se amor, tu te pareces más a una- Se me salió decir aquello y Steph torció el gesto.
- No me parece gracioso.
- No te enojes lindura ya sabes que es broma.
- No es gracioso. Me enoja que hagan esas bromas.
- Al menos se te quitó esa cara de infelicidad que detesto, prefiero verte enojado que triste.
- Ah?- El se me quedó mirando- Se me nota tanto?
- Vamos amor! Sé que tú quisieras estar en este momento con perro gigantón pero verás que el perro policía no es menos divertido.
Este me mostró una sonrisa más animada y dijo con una risita:
- Whip te acabas de decir perro policía.
- Por ti soy hasta una comadreja policía amor. Que dices? Vamos a divertirnos buscando el regalo de Roja?

El rubio acepto, paseamos por una pequeña plaza y comenzamos a mirar y discutir sobre que comprarle a la pequeña y caprichosa pelirroja que adoraba a Santinni como si fuera su propio padre, así para cuando llegamos con el regalo eran las siete de la noche y ya casi todos estaban listos, su tío James vestido de manera preppy, su hijo Charles y su esposa Cleare muy casuales con sus conjuntos Burberry de temporada y sus pequeños a la vieja usanza inglesa, se miraban adorables, por otra parte estaba la tía Henriette con el clásico vestido negro de CH, poco ornamento en si y su hija Catherine que era de mi edad pero ya tenía un hijo de siete años de nombre Gerald, también estaban el primo Alí con su novia Charlotte y ellos lucían formales y bellos, se notaba el amor juvenil en definitiva, estaban Roja con su vestido escocés y Cathy al igual que su hermana con un vestido negro de Armani bellamente adornado con unas perlas en su cuello, y ahí estaba Steph, con una sudadera guinda con una diminuta abejita bordada en el lado izquierdo, pegada a su corazón, una chamarra Ben Sherman en color verde militar y unos jeans deslavados.
Yo había comprado unos jeans negros y una camiseta polo negra, me puse mi chaqueta y estaba listo!
A las nueve y cuarenta se sirvió la cena y puedo afirmar que habían pasado muchos años de que yo había comido tanto, comí de todo y eso era debido al recuerdo de la comida casera que tenía. Desde niño había sido mi favorita, contrariamente al rubio, detestaba los alimentos procesados en exceso o que no fueran hechos por manos conocidas, era tan quisquilloso en ese asunto que incluso comer en cafeterías o restaurantes era algo complicado para mí ya que yo amaba cualquier tipo de comida hecha en casa, amaba las verduras al vapor de mi madre y con ese queso que ella sí que sabía gratinar, siempre había sido de buen comer y en mi niñez jamás me habría saltado un desayuno como ahora lo hacía, incluso en el ejército aunque odiaba la comida industrializada que nos daban, incluso ahí jamás había faltado a mi deber humano de comer pero después de aquella falla terrible en la que fui deshonrado, simplemente el apetito mío murió.
- Whip. hijo quieres más?- Dijo la tía Henriette y yo asentí.
- Si muchas gracias! Todo está delicioso.
Steph me miró como asombrado y complacido, quizás era por verme repetir un plato por primera vez.
Después vino la sobremesa, se contaron muchas historias, sobre la familia de Steph, sobre la juventud de Henriette y Cathy y sobre Steph cuando era un niño, donde pude saber que desde pequeño parecía una niñita y su mamá un par de veces le había puesto vestidos y moñitos, ahora entendía más cosas sobre Steph.
- Recuerdas que a los diez aún mojabas la cama sobrino?
- Tío!
- Es cierto! - Dijo su primo- A los diez aún eras un niño de pañales.
Steph se puso rojo y Cathy le dijo.
- Bueno no tiene nada de malo, a mi no me molestaba en absoluto, Steph los necesitaba para estar más cómodo y eso no tiene nada de malo.
- Ah Cat, yo muchas veces te dije que no era bueno que lo dejaras usar esos pañales tanto tiempo!- Dijo su tío James.
- Ah James tu calla que Charles no dejo el pecho hasta los cinco y la mamadera hasta los siete, te salió cara la ortodoncia. Al menos Steph se orinaba por miedo pero Charles estaba muy consentido!
Su tío James se puso rojo y su primo Charles se rió con un tinte de vergüenza.
- Y tu qué dices Henriette?- Dijo el tío James defendiéndose.
- Ah yo nada!- Dijo su tía Henriette alzando los hombros- Ya sé que Alí era terrible, no puedo negarlo.
- Terrible? Es poco- Dijo Cathy- Alí te hacía llorar a cada rato, recuerdas cuando fue su primer día en el kinder? Que gritaba que lo estabas secuestrando y hasta un policía te detuvo?
Alí se puso rojo cual tomate y Steph me susurró al oído.
- Discúlpalos Whip siempre nos hacen quedar en ridículo, pero ya sabes que los padres todo lo exageran.
Steph lucia apenado con la mirada baja, tome su mano por debajo de la mesa y le susurre muy quedó y despacio.
- Steph, a mi no me importa nada si usaste pañales o si aún los usarás, yo así te amaría.
Este se puso rojo de inmediato y entonces el tío James se dirigió a nosotros.
- Ah muchacho no creas que somos tan malos, es solo que nos gusta molestar a nuestros hijos de vez en vez.
- Ah no se preocupe James mis padres solían hacer lo mismo con mis amigos o mis novias, contaban las cosas más vergonzosas para reírse.
- Tu si entiendes!
-Entonces cuenta algo tu Whip- Dijo Alí ya menos sonrojado.
- Que?
- Si, cuenta algo- Dijo su novia con entusiasmo.
Yo miré a los comensales y todos esperaban que yo contará algo sobre mi.
- Bueno es que no se que...
- De cuando eras niño- Dijo mi rubio- No tiene que ser vergonzoso.
- Bueno es que... Yo... Yo ya no me acuerdo- Dije con la boca llena de mentira.
- Como es eso?- Dijo Henriette- De algo te has de acordar June?
- Ahhh, bueno...
La mirada expectante de todos me hizo ceder y solté uno de mis recuerdos.
-Yo...
A mi mente vino la imagen borrosa de mis padres, la sonrisa de mi padre y la mirada de mi madre.
- Yo detestaba bañarme- Solté de repente entre risas- En serio lo odiaba y me ponía como un gato cuando se trataba de meterse a la ducha, a veces entre mi madre y mi padre tenían que lidiar conmigo, una vez tome hojarasca y tierra del jardín y la metí en el desagüe de la ducha para que se tapara a propósito y nadie tuviera que ducharse por que yo consideraba que era una perdida de tiempo.
Unos cuantos soltaron un par de risas y entonces yo seguí.
- Mi padre no podía explicarse que sucedía y llamo al fontanero, este comenzó su trabajo de destapar el desagüe de la ducha pero en serio que había metido mucha hojarasca y cuando este metió presión peor, mi madre y mi padre estaban ahí mirando cuando un chorro de lodo áspero y con mal olor los baño a los tres, bueno el olor les duro días- Dije recordando aquello y todos parecían divertidos.
- Te castigaron?
Pregunto el primo de Steph.
- No, mi madre no tenía ni idea de cómo había llegado eso ahí.
- Y tu padre?- Pregunto el tío de Steph- Él seguro si se dio cuenta.
Yo miré a la nada y parecía que aún miraba a aquel hombre que me había interrogado un buen rato a solas, lejos de su esposa.
- Mi padre me dijo que sabía que lo había hecho yo pero que no se enojaría si le confesaba como lo había hecho. Yo le confesé que había desmenuzado finamente la hojarasca y la había mezclado con tierra y pegamento y que lentamente la había introducido con un pedazo de manguera al ducto.
- Y te castigo tu padre?
- Si- Mentí divertido.
Todos se echaron a reír y yo recordé aquellas palabras que no pronuncie ante mis convidados.
Mi padre no me había castigado, al contrario se había puesto a reír y me había dicho esa terrible frase..."Tu eres mi orgullo".
Después de eso pasamos a la sala de estar para charlar y brindar con la champagne por algo que me pareció muy conmovedor.
- Por seguir juntos - Dijo la tía Henriette.
- Por seguir juntos - Dijeron todos, yo apenas en voz baja.
Luego de eso charlamos un poco y para la media noche Steph tomo a Roja que ya había caído dormida, en brazos y se despidió.
- Feliz Navidad a todos y hasta mañana.
- La vas a acostar tu bebé?
- Si mama.
- Regresas Steph?- Pregunto Alí pero el rubio negó con un gesto y se retiró.
Yo no sentía deseos de irme a acostar, quería seguir bebiendo ya que si marchaba a dormir no sabía si podría soportar estar al lado del rubio en la cama sin tocarlo así que era mejor quedarse a beber y desquitar las ganas con el alcohol.
- Te la has pasado bien Whip?- Me preguntó Cathy.
- Claro que sí Cathy todos han sido maravillosos!
- Disculpa si te hemos faltado en algo o si te he obligado a algo... Cómo desayunar.
- No, estuvo bien, me gusta mucho la comida casera.
- Y a mí me gusta mucho que estés cerca de Steph, no había tenido la oportunidad de agradecerte bien el cuidar tanto y tan bien de él, desde el día en que se perdió y hasta hoy.
- No tienes que, la verdad es que... Desde que lo conocí, Steph es muy especial para mí.
Cathy dio un trago a su bebida y dijo.
- Estas enamorado del tonti de mi hijo, verdad Whip?
- Ah?! Que?
Ella afiló la mirada y dijo.
- Me lo vas a negar?
- No, bueno no es eso Cathy, yo...
- Jajajaja no tienes por qué negarlo, Steph es muy lindo; yo y su padre lo hicimos con mucho amor y ganas! Solo los mejores ingredientes, bueno al menos en el físico, en cuanto a lo de pensar no todo se puede en la vida eh?
Mire sorprendido a Cathy que le dio un último trago a su bebida y dijo.
- Parezco ingenua pero no lo soy hijo, no lo soy.
- Yo.... Yo no quiero que malentiendas nada Cathy...
- Yo no malentiendo nada Whip, tu quieres ser el novio de mi hijo y eso es todo.
Yo me sonroje, esta mujer era más lista y hábil de lo que se mostraba. Sentí por un momento la curiosidad de preguntarle si sabía que su hijo tenía novio o algo de su orientación sexual pero no me atreví y solo baje la mirada.
- Se lo que piensas- Dijo con una sonrisa pícara.
- Ah sí... Y qué es lo que pienso?
Ella volteo a verme y sus ojos azules me parecieron muy sensuales, Cathy no estaba mal del todo.
- Tu quieres saber si a mí me gusta que mi hijo ande con Sid.
Ella lo sabía?! Lo sabía! Cathy soltó una risa natural y dijo:
- Mírate la cara nada más hijo! Acaso creías que lo ignoraba?
- Bueno yo...
- Mira mi Steph es muy lindo pero nunca ha sido bueno con el trato hacia otros, es demasiado torpe y tímido, además de que su físico le dificulta hacer amigos hombres, la verdad ni a su propio padre le hacía gracia la forma de ser de Steph, Steven siempre tenía esa mirada ruda para él, desde que cumplió dos años y mostró ese carácter tímido, desde que las personas decían que Steph estaba muy bonito, jamás dijeron varonil o guapo, no! Él era bonito, era un niño muy bonito, como lo es una pieza de arte o una flor; entonces comenzó a no ser del agrado de Steven, siempre tan agresivo con Steph, y más si estaba bebido, por eso Steph se hacía pipi, tenía a veces tanto miedo de su padre, que yo tenía que mediar las cosas y lavar a diario las sábanas de Steph, por eso jamás me moleste de que mojara la cama o la ropa y usualmente no me enojo con él, por eso podría pensarse que lo sobre mimo pero fue una infancia difícil, Steven siempre dijo que quería un hijo varón y cuando nació Steph fue muy feliz pero conforme creció parecía que había algo en él, yo siempre pensé que era su físico pues decía que se parecía a su padre biológico, mi esposo había sido adoptado y creo que alguna vez conoció a su padre biológico, nunca quiso revelar nada de ese encuentro pero en definitiva ese hombre le hizo daño, y este daño Steven quería hacerlo a Steph pero no lo permití, no señor! Yo amaba a Steph y lo protegí con todo lo que pude y por eso a bien gracias Steven murió muy a tiempo por que si no...- Cathy hablaba con sentimientos reprimidos pero en su mirada se notaba que no la había pasado bien y aún recordando aquello no lo hacia- Pero el caso es que yo estaba muy preocupada por Steph, nunca tuvo amigos cercanos de verdad, no tenía un plan de vida, no había algo que lo motivara, que lo moviera de su zona de confort y yo no me se eterna, yo quiero que él sea feliz y que enfrente la vida, que se diera cuenta de que no todos lo ven con la mirada de su padre y entonces tuviera más confianza en sí mismo y aunque luego el muy burro se desaparece por días o le entra la locura como a su padre prefiero que Steph sienta algo a que no sienta nada y todo eso comenzó cuando el viejo Santinni le dio empleo, ya no pasa horas en su habitación solo, ya tiene más amigos y se preocupa más por las personas que le rodean, ya es capaz de adquirir ciertas responsabilidades y aunque aún es algo torpe lo he visto esforzarse y tratar de mejorar, incluso en mentir; mira que intentar ocultar que le gustan los hombres fingiendo que Layla es su novia?!
Dijo sonriendo.
- Él dijo eso?
- Si, y yo me esforcé en hacerle creer que le creía. Steph es muy malo mintiendo.
- Pero por que no le dices que lo sabes?
- Por que Steph es muy tímido y frágil, no ha sido capaz de decirme que anda con Sidney aunque todo sea muy evidente y de él debe salir el decirme, aunque le reconozco su progreso al traerlo a casa y dejar que conviva conmigo, antes jamás hubiera hecho eso y no quiero que se sienta presionado o juzgado. Quiero que cuando me lo diga es por que siente plena confianza en mi y sobre todo en él.
Eso fue más forzado por Santinni que por el rubio pensé yo sabiendo que ese perro gigantón seguro se había invitado solo.
- Entonces si quieres saber si estoy de acuerdo en que mi hijo ande con Sidney Santinni te diré que aunque tengo mis objeciones como que es en definitiva mucho más chico de edad que Steph y también en que su padre no es de mi agrado me parece que Sidney lo ama mucho en verdad, su forma de tocar a Steph, de hablarle o de mirarlo... Así es como una madre quiere que toquen, le hablen y vean a su hijo.
Yo enmudecí ante sus palabras, pensé que quizás yo había llegado tarde y Santinni también tenía la preferencia de Cathy.
- Aunque... No me molestaría que tú fueras mi familiar si eso es lo que mi hijo quiere, Whip- Dijo ella y me miró con determinación a los ojos- Yo solo quiero que Steph sea feliz y si es con Sid o contigo, eso es lo que quiero, quiero verlo sonreír por que Stephan significa todo para mí.
Cathy tenía un ligero rubor debido a la bebida pero hablaba más centrada que nunca.
- Cathy?
Ella me miró y en ese momento supe que tenía que ser mío el rubio.
- Yo también... Quiero que él sea feliz y quiero hacerlo feliz. Yo... Yo amo a tu hijo.
Ella se paró, me dio un beso en la mejilla y susurro a mi oído.
- Lo sé, lo sé June, cuida bien su corazón quieres?
- Te lo juro.
Esta se alejó para despedirse de sus parientes y yo me quedé ahí a tomarme la botella de ron que tenía junto a mi, la demás plática fue sin importancia, en ese momento ya solo podía pensar en Stephan y en cuanto lo amaba. A las tres de la mañana subí a la habitación y lo encontré despierto mirando el mar por la ventana.
- Pero mi amor...
Este volteo de inmediato y se secó las lágrimas.
- Whip, este... Yo... Ya casi me iba a dormir.
Cerré la puerta tras de mí con algo de molestia por que sabía el motivo de su llanto.
- Steph?
Este intento disimular y dijo con la sonrisa rota.
- El escándalo del mar que no deja dormir...
Yo me acerque rápidamente y le cerré la cortina.
- Steph perdón pero esto no me parece bien.
- Ah? Que dices Whip?
- No mí amor, yo prometí que cuidaría tu corazón y que te haría feliz y eso voy a hacer.
Le tome de las mejillas y le di mi mejor beso, al principio se resistió y me separo con fuerza.
- No! Whip que....- Este se dio cuenta del tono tan fuerte en que hablaba y lo bajo- Que haces?
- Te amo Steph, te amo, dime qué no tengo ninguna esperanza, dímelo y aquí acaba todo pero si la tengo y con honestidad en tu corazón me dirás la verdad, si la tengo, quiero que me dejes hacerte feliz.
- Pero yo estoy con Sid...- Dijo el rubio en voz baja y con la mirada oculta.
- Steph- Dije yo sujetando sus mejillas y buscándole la mirada- Él no está aquí, yo sí y te amo igual o más por qué yo jamás te voy a dejar. Tu eres lo más importante para mí.
Sus ojos negros revelaron como su espíritu estaba muy quebrado por culpa de Santinni y unos lagrimones se colaron por sus mejillas. Yo me incline y le dije aliento con aliento.
- Yo quiero verte sonreír siempre, déjame hacerte feliz Steph por favor déjame hacerte feliz.
Luego de eso busque sus labios y le besé. Al principio no obtuve respuesta pero bastaron unos segundos para que sus labios se movieran al compás de los míos y que este me pasará sus bracitos por los hombros.
En ese momento me sentí en casa de nuevo, me sentí bendecido y todos los demonios que me perseguían el pequeño rubio los ahuyentó con sus labios rosas.
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Del libro de Sid.
Ahuyentando fantasmas.
- No puede ser...
- Si puede Sid y lo es! Siempre fuiste un espectro bastante estúpido, es una pena por que eres muy lindo, ahora escucha bien, te vas a quedar aquí en ese mugroso cráter a pensar en tu actuar.
- Glenn tu moriste...
Este enfocó sus esmeraldas en mi y dijo.
- Y?
- Esto... Esto no es posible...
- Sid por favor, no me vengas con la idiotez de que ya te volviste un escéptico inútil?
- Glenn, yo... Yo no sé que está pasando... Tu no deberías estar aquí.
- Ni tú tampoco y ambos estamos, así que bien!... Mi orden expresa es que te vas a quedar aquí enterrado en el hielo hasta que estés dispuesto a servir a tu amo bien de nueva cuenta, entonces vendré por ti y podremos volver.
- A donde?
- A casa! A donde más?
- Glenn eso... No es posible.
Este se sentó en un pedazo de hielo y dijo.
- Por? No te atrevas a contrariarme Sid, bien sabes que estás atado a mi y que eres mío de por vida por que me diste tu corazón.
Mi corazón, mi corazón se lo había dado a Glenn, pero ya no más, mi corazón estaba ahora resguardado en otro sitio a miles de kilómetros, con el rubio de mirada oscura y labios rosas como flor, ese que había dejado entrar a un espectro a su casa, a su vida y a su corazón, yo había tocado a media noche en la oscuridad y el me había abierto sus brazos. Steph me había dejado entrar bien dentro de él, entre sus partes más íntimas, eso había conseguido vencerme después de todo, yo estaba de rodillas pero ahora solo frente a él, hasta donde había caído por el rubio? Cerré los ojos y recordé los besos tiernos que este me daba, su forma de amarme y pedirme amor, sus tonterías y como su nariz finita se arrugaba cuando se ponía de malas. Steph era algo que en definitiva no podía olvidar, era un humano sencillo a más, como un jardín pequeño pero íntimo, si! Él me había llevado a amarlo así de intenso, él siempre estaba en mi mente, ahí adentro, mirándome y sonriendo, ese gesto que decía que ahora Stephan Joggar era todo lo que yo quería, todo lo que necesitaba y siempre estaría ahí, justo ahí. Sentí entonces ganas de meterme en sus brazos, unas ganas irremediables de volar hasta Londres y amarlo desmedidamente, decirle las palabras correctas, pagar el precio que fuera por que me dejara amarlo hasta desaparecer, estaba muy perdido de amor por él y ese rubio tonto a veces me parecía que no estaba consciente de aquello entonces eso me volvía más loco de amor.
- Entendiste Sid?
Yo asentí y respondí.
- Glenn..
Este dio media vuelta y me miró con esos ojos que alguna vez creí míos.
- Lo siento pero... Yo tengo que volver.
- Que?
- Que yo tengo que volver.
Una fría ráfaga de viento se alzó y nos envolvió.
- Yo te ame mucho pero ahora mi corazón ya está en otra parte.
- Eso... Eso no es posible! Yo tengo tu corazón...
- No- Negué con la cabeza- Lo tiene alguien más.
- No puede ser... Yo... Yo te maldije!
Dijo este con ira en la voz.
- Si.
- Tu corazón no sería más que de mi sangre....
Asentí aún con la mirada baja.
- No sé por qué estás aquí Glenn, deberías estar muerto pero yo... Yo ya tengo todo lo que necesito y está a millas lejos de aquí.
- No es verdad! No es... No puede ser yo...- Este se quedó pasmado, parecía que un conflicto en su cabeza se desarrollaba a pasos agigantados y entonces se tomó del cabello y dijo- Yo jamás hubiese soltado tu corazón y jamás tuve desende.... - Este hizo una pausa y me volteo a ver con ese gesto desquiciado que había adquirido los últimos días- Lo voy a encontrar Sid, te lo juro!
- Glenn, no me hagas pelear contigo.
- Te atreverías a alzar tu puño contra mi? Tu?! Tu que me quebraste el espíritu? Tu que me abandonaste a mi suerte?
Este me soltó un puñetazo pero me moví rápido y él cayó a la nieve.
- Te odio Sid, esconderte donde puedas por que voy a encontrar a tu pequeño niño secreto y lo voy a quemar.
Glenn se levantó con la torpeza de los humanos y se alejó a paso lento, como si algo estuviera mal con su cuerpo.
- Glenn! Espera!
Pero el tal Ivka se nos interpuso.
- Bueno creo que la pequeña reunión de amor no salió tan bien así que maestro Leviatán terminemos la lucha!
Yo me puse en posición defensiva, tenía que terminar con este pronto y alcanzar a Glenn que no podría ir muy lejos, no sabía por qué estaba aquí pero tenía que averiguar qué sucedía y detenerlo si él suponía un peligro para Steph.
Saqué mis alas y me fui al combate pensado en su calor y en su amor, Steph espérame, jamás seré derrotado mientras te tenga a ti.

 

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