Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

ESPECTRO... DE DOLOR L2 por Lory Backon

[Reviews - 44]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola a todos!

Como pasaron las celebraciones de Halloween y dia de muertos?

Espero  la hayan pasado fenomenal, aca los espectros celebraron el cumpleaños numero quien sabe de Sid... Que le habrá dado Steph de regalo?

Gracias por leer!

 



Las oficinas de Redmoon estaban por Harlow, así que después de dejar a Roja, regresé a casa a darme una ducha y fui de inmediato a reunirme con Sid, las cosas no habían terminado como a mí me hubiera gustado, este había herido a Whip y además no parecía tener remordimiento alguno, también es que Sid no me ayudaba en nada, entre más quería yo poner tierra de por medio, él más se aferraba a nosotros, más quería pasar tiempo espiándome y menos atendía su trabajo en Redmoon, bueno tanto era su problema con evitar la realidad que después de la última pelea cuando vino a dejarme a Roja tan tarde y me obligó a llegar muy noche casa de Whip que al otro día, tal y como había prometido a Roja, fui a buscarlo a Redmoon y me encontré con la noticia de que Sid había resuelto marcharse a Devon así nada más! No me había dejado más que un mensaje en mi buzón....

"Mi amado Steph buscaré un poco de silencio por qué necesito pensar, no olvides que te amo y siempre lo haré, regreso en quince días, Sid"

Nada más con escuchar eso el latido de mi corazón se disparó y a eso justamente me refería! Cada que Sid se marchaba el mundo se caía a pedazos, por suerte para mí, está ves estaba ahí Whip para pegar esos fragmentos y unirlos.

La verdad cuando escuché su tonto mensaje primero quise llorar y luego me puse furioso, como se atrevía a irse y dejar ese mensaje? Si de verdad me amara como decía estaría a mi lado no? Aunque... Bueno, después de todo yo lo había cortado... En fin, me sentía enojado por qué más allá de todo sabía que Sid se había ido a Devon para evadirme y me sentí aun más enojado cuando esté no regreso en quince días sino en un mes.

Así que cuando él me habló con ese tono dulzón y suave, ese tono que se usa cuando una mujer está enojada, una cosa más a la lista de cosas que me hacían enojar, que Sid me hablara de aquella manera, en fin, cuando me dijo que el pasaría por Roja esa tarde, y que después me invitaría a cenar a un lugar maravilloso, no dude ni un momento en tomar la ducha rápida y ponerme unos shorts de cazador en color caqui, una playera cualesquiera y me dirigí hacia aquel sitio.

Las oficinas centrales de Redmoon no tenían nada que ver con las oficinas de Moonlight o Blackmoon, estás parecían demasiado elegantes, el edificio principal parecía hecho de cristal y se miraba muy moderno, me gustó y en definitiva sí me hubiera gustado trabajar ahí, en fin; desde la recepción una chica linda me interceptó.

- Buen día, en que puedo ayudarte?

- Hola, emmmm bueno vengo buscando al señor Santinni.

Ella se me quedó viendo en aquella forma en la que ya había yo olvidado, y es que mi voz no correspondía con mi apariencia física, no tenía una voz grave pero tampoco era una voz de chica como se hubiera esperado cualquier persona, que molesto era aquello.

- El señor Santinni no se encuentra en el país- Contestó mientras intentaba adivinar mi sexo.

- Ah?

- Su... Su nombre es?

- Ah sí! Yo soy Stephan Joggar, trabajaba para el en Moonlight y me urge verlo.

- Stephan Joggar....

Otra chica de cabellos castaños le dio un codazo y le señalo algo que yo no pude ver pues estaba en la isla de la recepción.

- Ah! Ah! - Dijo de manera primero sorprendida y luego nerviosa- Mil disculpas señor Joggar, no es que le estuviéramos negando a su novio... Perdón a su... Al señor Santinni hijo, es que usted preguntó por el señor Santinni y yo creí que...

Su compañera le soltó otro codazo y se dirigió a mi con suprema cortesía, esto se tornaba raro.

- Por aquí por favor.

De inmediato paso una tarjeta por el torniquete de cristal y este me dejó pasar.

-Lo escoltó hasta el piso del joven Santinni.

- Gracias...

La chica intentaba ser discreta pero yo notaba la mirada de scanner que me tiraba de vez en vez. Llegamos al fin al piso doce y ella me hizo la señal de que la siguiera fuera del ascensor, yo la imite y de inmediato unas puertas de cristal con las insignias del Leviatán me toparon de frente.

Ella tocó un timbre y unos momentos después salió una linda muchacha de no más de 25 años pero con una cara de amargura que le hacía parecer mayor.

- Está aquí.

- Quién? Quién está aquí?- Dijo ajustándose sus lentes para focalizar mi imagen mejor.

- Ah ya veo - Respondió y luego de eso le dijo en un tono un tanto antipático- Ahora regresa a tu lugar, yo me haré cargo.

- Sí señora.

La recepcionista se marchó sin mas y la otra chica me hizo pasar.

Una oficina de cristales Swarovski era lo que escondía aquel sitio, quien demonios hubiera diseñado eso? Ese Sid! Seguro se había extralimitado gastándose toda la plata de la empresa! Pero que le pasaba?

- Es sorprendente no es así señor? Esta oficina fue rediseñada por el antiguo CEO de la compañía, se dice que sus hijos, unos gemelos muy lindos le dieron la idea de remodelar el edificio aunque me enteré que hace poco uno de ellos falleció, que triste no lo cree así?

De principio no sabía a quien se refería pero luego de eso de inmediato caí en cuenta y recordé que hacía diez años yo mismo había presenciado aquella ruleta rusa y que los gemelos habían quedado al frente de aquella empresa... Aún estaba Yuri con nosotros y Sid y yo... Bueno... Pensar en aquellos días dolía y en este momento no podía darme ese lujo de sentir todo ese dolor pues mi corazón entonces reventaría ante Sid y en ese momento necesitaría toda mi fortaleza para hacer lo que venía a hacer.

-Llegamos señor.

Sus simples palabras me sacaron de mi cabeza de golpe y me encontré ante una puerta de cristal en color negro que lucía muy pesada.

- Adelante por favor.

- No me va a anunciar primero?

Pregunté tontamente.

- El joven señor Santinni dejó instrucciones de que usted no gustaba de ser anunciado, que le chocaba tocar las puertas así que dio la orden de guiarlo hasta la puerta de su oficina y dejarlo hacer lo que quisiera.

Ese maldito de Sid! Cómo era posible que ventilara mí mala educación! Ósea no es que yo no fuera educado, es que a veces olvidaba tocar la puerta... Maldito Sid! Tonto! Tonto y mil veces tonto! Es bien sabido que los ingleses somos los mas educados del mundo!

- Gracias!- Dije y me metí farfullando unas maldiciones hacia ese pez!

Dentro y como siempre, la oscuridad reinaba a todo lo que daba, encendí la luz del celular y con eso evité tropezar con todo lo que esté tenía regado. Ah! Ya yo conocía bien ese desastre en el que Sid habitaba, si señor! Muchas veces había ido al suelo de cara por qué este gustaba del desorden.

La oficina se me hacía desconocida y es por eso que no ubique de inmediato el escritorio sino hasta que escuche su voz.

- Steph que bueno que viniste a mi, solo quiero abrazarte, cuidado con la taza rota que vas a pisar a tu izquierda.

Di un salto del susto y de inmediato me fije en mi lado izquierdo, ahí estaba una taza hecha añicos, parecía de un juego de té antiguo y por lo tanto caro, alguien había hecho eso y seguro el culpable estaba ahí.

Busque con la lámpara a Sid y lo encontré unos metros más adelante repantigado en un sillón roído y viejo de un color ya muy desgastado. Las pesadas cortinas estaban apenas un milímetro abiertas y un ligero destello de luz solar pasaba por ahí.

- Sid? A dónde fuiste?

- Eso no es importante Steph, estoy aquí, dame de tu amor por favor.

-Sí es importante, pensé que regresarías hacia dos semanas por tu mensaje, pero...

Ubique entonces mejor la oficina, el escritorio de madera en el que Sid me había poseído por primera vez estaba al norte de la oficina y miraba de cara al sur lleno de papelería esperando a ser revisada por Sid, una espera inútil.

Avance entre los libros y las cosas regadas por el suelo y vi que había estantes de libros mal acomodados, Sid ni siquiera se había tomado el tiempo de desempacar bien sus cosas.

-Steph, ven acá pronto, necesito tus labios.

Ya muy cerca del pelinegro miré que solo traía los pantalones de un traje color negro y un cinturón color café, pero nada más, sus pies blancos cual mármol me gustaban mucho y luego ese torso de hombre, Sid era muy guapo, en definitiva era un asalto a la razón el verlo así. Su cabello recogido por esa media cola, cascadas de bucles definidos caían por su espalda y hombros y su expresión pérdida, sid se abandonaba al mundo con solo una mirada.

Él volteo a verme y sus lilas tenían el gesto más suplicante y desgarrador que yo les había visto.

- Sid...

Este estiró la mano hacia mi en un gesto de que la tomará. Yo correspondí y de inmediato me jaló hacia él.

- Sid que...

Me plantó un beso muy apasionado y cargado de su amor y su tristeza que no pude rechazar, quería a Sid pero necesitaba dejarlo ir.

Sus labios desarrollaron una especie de ansiedad y sus manos corrieron dentro de mi pantalón, ahí fue cuando pensé que no era una buena idea.

- Sid mmmm Sid!

- Steph por favor necesito tu amor, lo necesito más que nunca.

- Sid...- Fue lo ultimo que alcance a decir en un suspiro pues él ya tenía mi sexo y jugaba con el.

Rápidamente y como si yo fuera un niño pequeño me quito el pantalón y la ropa interior y los boto lejos, de inmediato comenzó a besar mi cuello mientras sus manos jugueteaban una en mi entrada y la otra en mi sexo, que manera de amar la de Sid.

Yo ya estaba empapado y deseando tenerlo dentro, mi mente lo pedía, no! Lo añoraba dentro de mi, el calor que Sid me producía con ese juego de sus dedos fríos dentro era algo delicioso, entonces sentí su lengua jugar con mis pezones hasta excitarlos y de inmediato le ordené.

- Sid pronto! Hazlo duro! Hazlo ya!

Este con una mano y rápidamente bajo su cremallera y me ensartó en él, no puedo negar que coger con Sid tenía un nivel al que Whip aún no podía llegar pero quizás algún día podría.

Cerré los ojos sintiendo a Sid adentro y de inmediato las estrellas y el universo exploraron en colores.

- Más duro!!

Exigí y él me tomo por la cadera y comenzó a azotar mi pelvis contra la suya, la sensación era intensa y no tardé en correrme.Luego de aquello Sid me tomo por las nalgas y sin salirse de mi interior se levantó.

- Sid!- Dije yo sorprendido y sintiendo el latido de mi corazón ante su movimiento.

- Sabes que no te dejaría caer jamás.

- Si pero ...

- Tu sobrepeso no es problema para mi.

- Que?- Reclamé algo molesto ante la evidente falta de tacto, sí había ganado algo de peso pero y? Acaso tenía problemas?

- Sabes que no tengo problemas con que hayas ganado peso Steph, me gustas mucho así y así te amo.

Eso me sonrojo, maldición! No me leas la mente Sid!

Este me besó con pasión mientras me llevaba en sus brazos y bien penetrado hasta el escritorio.

Una vez ahí, me saco su sexo y me dejó sentado ahí.

-Que... Que pasa?

- Steph quiero ver tu cielo.

Eso me sonrojo de inmediato pero no opuse resistencia cuando él me giro, yo me apoye sobre mis antebrazos para que Sid levantara mi cadera.
No es que me gustara que me vieran el culo pero no era la primera vez que Sid me pedía aquello así que aunque aún me avergonzaba yo siempre había accedido, de cierta manera tenia esa especia de confianza cuando Sid me pedía eso pues el era la única persona que conocía cada centímetro de mi piel..

- Sid?

- Steph, eres maravilloso!

Paso su mano por mi trasero con suavidad y me sentí avergonzado, este lo acarició un poco y luego su dedo se metió en mi entrada, cerré los ojos pues eso me calentaba mucho y sentí como me escurría ante su toque.

- Ya?

- Solo un poco más.

Este comenzó a besar mis nalgas y mi perineo, eso desató una ola de calor que me hizo temblar y poner tensos mis pies.

- Te amo Stephan, esto es una obra celestial.

Entonces sus labios comenzaron a besar y a chupar mi entrada causándome un placer enorme y desbordante, tanto así que comencé a salivar como idiota y tuve que aferrarme con las uñas al escritorio.

- Oh! Oh, Sid!

Sid jugueteaba con su lengua en mi interior y me hacía unas cosquillas deliciosas, yo no era tan fuerte y me vine rápidamente entonces sin darme tiempo a reponer Sid me jalo hacia abajo y me la metió por completo haciendo de aquella experiencia una sórdida melodía de pasión.

Con cada embestida yo pedía más fuerza, y dejó de importarme si este me partía en dos, si me desgarraba o si me mataba, Sid lo estaba haciendo fenomenal, podía ver el universo en colores y no me ocupaba más que de sentir todo ese placer que venía en oleadas gigantes.

Sus besos, sus caricias, su sexo en mi interior, Sid, Sid tenía que ser un ángel de verdad para poder causarme estás sensaciones y en ese punto no me importaría si moría en sus brazos por qué yo ya estaba en el cielo.

- Te amo, Steph, te amo y no me importaría tampoco desaparecer en tus brazos.

- Oh Sid!

Me besó con ternura la mejilla y yo terminé una vez más batido de la entrepierna y exhausto. Tanto así que ni siquiera me pude poner en pie, los ojos se me cerraban y mis músculos nada más estaban tan relajados que no respondían a mis órdenes.

- Tranquilo yo te limpiaré, duerme Steph.

-Yo... Sid yo...

- Descansa, luego hablaremos.

Sid me subió a sus brazos y me acunó ahí hasta que mis ojos dejaron de ver por completo.

Soñé, soñé sin soñar pues no había nada que soñar más que el cielo y yo ya había estado en él y lo había sentido. Me sentí bendecido en mi sueño vacío pues lo que había sentido era demasiada felicidad y no sabía si la merecía o no, solo sabía que la felicidad era un cielo tachonado de estrellas de colores y ahí en medio creí haber visto a Sid.

Ahora no podía engañarme, él era un ángel de Dios en verdad.

___________________________________________________________________________________

Del libro de Sid.
Océanos negros.

Había olido su perfume natural, el exquisito olor de su piel desde que había estado a un par de cuadras de mi lugar.

Había estado en Devon más de dos semanas y luego había nadado hasta Anglesey donde los hermanos demonio tenían una propiedad, ahí me había refugiado, en ese mar que nunca cesaba de darse de topes contra la escarpada costa, el mar jugaba un juego enfermo como el que yo mismo estaba jugando, algo que era imposible de ganar.

Pensé mucho en esos días, pensé y pensé en mi rubio y en su amor y en sus besos y en sus caricias y entonces la vi ahí parada.

- Que haces metido en mi?- Dijo de forma burda.

- El mar también es mi casa- Protesté.

- Si, pero este es mi mar.

- No seas fastidioso Nefy.

El leviatán se hundió en la marea de manera rápida y al instante siguiente emergió.

- Un Leviatán solo en la costa siempre despierta sospechas, que haces aquí y por qué no veo a tu humano cerca?

Lo imite y me hundí un segundo para sentir el agua helada del mar del extremo norte del planeta y luego emergí.

-No es tu asunto, acaso tú no tienes un humano torpe que andar persiguiendo? Ya te cansaste de tanto chasco?

Nefi se sentó en el agua y me miró con seriedad.

- Acaso me espías?

Jamás pensé que respondería eso, ahora en que tipo de juego enfermo andaría?

- Si estoy detrás de un humano, pero esta vez el del chasco parece ser otro, seguro Allen estaría feliz de verte tan infeliz.

-No digas su nombre- Rugí.

- Puedes alardear todo lo que quieras Leviatán pero no puedes ocultar lo evidente, no estás contento y sobre todo empeñaste tu corazón en una réplica de Glenn Allen.

- No es una réplica!- Deje salir mis alas furioso y me eleve de golpe - No voy a pelear contigo

- Nadie está peleando, tonto Leviatán.

- Tu también eres un tonto Leviatán!- Le dije alzando la voz y me marché de inmediato.

" Puedes correr Leviatán pero no te esconderás jamás del dolor" Dijo por último Nefy a mi mente.

Regresé a la propiedad donde no podría sentir la presencia de ningún Espectro, Nefy era necio pero sabía de sobra que jamás se adentraría donde hubiera humanos cerca o asentamientos humanos próximos. A falta de mar me metí a la alberca y ahí permanecí hasta mi regreso a Londres.

Yo recién regresaba a Londres y supe que sucedería, la primera noche lo vi llegar en el carro del perro policía y su cuerpo olía a sexo, su piel emanaba ese aroma de sudor y semen que me incendio y tuve que ir a resguardarme a Redmoon, destruí unos estantes de libros para intentar mitigar el infierno que me consumía pero no resultó y tuve que ir a buscar a Elliot, pero ese enano no estaba en casa pues había resuelto irse a Derby unos días! Le llamé por teléfono y el mocoso estaba de coito con Kanon así que solo obtuve dos afirmaciones secas expresadas en " ajá" y un " Busca a Samael" luego el tono de que había colgado.

Ni tardo fui a casa del hijo de Belcebú y este parecía tener una espantosa noche, los gritos de su pupilo se escuchaban por todo el lugar, si algún humano lo hubiera escuchado seguro habría salido corriendo horrorizado ante aquel escándalo. Samael me hizo pasar a pesar de mi cara que expresaba una urgencia de lucha y pocas ganas de convivir.

- Es mala noche para visitar- Dijo este.

- Que sucede?

Pregunté intentado ser paciente.

- Lleva días así, solo llora y grita y ruega por qué lo suelte pero si lo hago solo se hace daño, hace unos días cedí y este se arrojó de la ventana, no es la primera vez que lo hace, está es la sexta, detesto tenerle amarrado como un animalito pero no tengo otra opción.

- Un sedante?

- No quiero drogarlo, Theobald es muy propenso a hacerse dependiente de los medicamentos.

- Estás perdido.

Samael se sentó en la escalera de mármol de su casa, no era posible y yo lo sabía pero lucia muy cansado.

- Y bien?

- Bien?

- A que has venido Sid?

- Supongo que es mal momento para retarte a un duelo no es así?

- Imaginas bien.

Este contra su altiva costumbre se encorvó y recargó los codos sobre sus rodillas.

-Tengo tanto conflicto sobre mi que me encantaría poder darme con todo contigo en estos momentos hasta que uno de los dos desapareciera pero no puedo dejarlo.

- Y la bruja de tu hermana?

- Se ha ido a Malta unos días.

- Bien...

De repente se escuchó un grito ensordecedor y desgarrador.

- Samaeeeeeellll!!!!!

El espectro voló hasta la habitación de donde provino aquello y yo lo seguí, pero fue un error, pues lo que vi me impactó con severidad.

El joven discípulo de Samael estaba atado de pies y manos a la cama de hospital a la que había quedado confinado, el chico se revolvía y peleaba y pataleaba para zafarse de las correas pero solo conseguía enrojecer sus muñecas.

- Samael suéltame! Suéltame espectro idiota! Te odio vete! Vete! Vete! No! Samael no te vayas! No me dejes! Nosotros somos, somos... Somos uno! Samael! Suéltame!

Reclamaba y se retorcía a punto de las lágrimas luego volvía a la furia y así pasaba de un estado a otro, a mi no me daba miedo el verlo así, mas bien me hería, me hería en los recuerdos pues yo había visto así a Glenn. Este había pasado así la última etapa de su vida, atado a una cama y medicado, pero lo trágico del asunto es que este niño era mucho mas joven de lo que Glenn había sido en aquellos momentos.

Yo recordaba bien esos ataques de ira que le daban y como este peleaba contra un mal que no venía más que de su corazón humano, Glenn, él me miraba de la misma forma que Steph cuando herí al policía aquella noche. Miré a Theobald fijamente y de golpe me cayeron los recuerdos.

" -Maldito Sid idiota déjame ir! Te odio! Maldito el día que me encontré contigo? Maldigo todos los momentos que compartimos y todo lo que eres! Te maldigo Sid! Sid! Sid? No, no puedo, no puedo maldecirte, Sid no puedo por qué aquí estás y yo estoy aquí también y nosotros.... Nosotros... Nosotros estamos atados el uno al otro, Sid! No me dejes! Di algo!

Por las noches Glenn perdía más el control pero yo estaba ahí para tomar su mano en intentar calmar sus miedos.

- Sid... Sid no te vayas! Podemos estar juntos por siempre si tú me das eso.... Sid? Sid?"

- Sid te vendo mi alma a cambio de libertad!

Enfoque de nuevo hacia la voz que me hablaba y no era otra que la de Theobald.

- Si me liberas te daré los que quieras, mi alma! Mi cuerpo!

- Basta Theobald!- Amenazó Samael con un afán terrible y luego volteo a verme buscando una reacción en mi, algo que le dijera que yo estaba interesado en el trato queme ofrecía su pupilo, pero yo ya conocía esos trucos también, Glenn se había vendido a tantos otros que medio planeta le había conocido el culo.

Di media vuelta y salí de esa habitación, Theobald no era de mi gusto y más allá de eso jamás tomaría algo que no fuese mío y yo ya tenía algo muy bueno en casa.

- Sid lo siento- Dijo Samael que me había seguido- No desconfío de ti sino de él.

- Descuida, conozco eso de sobra.

Samael asintió y dijo:

-Lo siento hoy no puedo serte de utilidad.

- Descuida, vendré a verte después.

Eché a volar sin mirar atrás, solo escuchando esos gritos infernales que me arrastraban a un pasado que quería olvidar. Volé alto, buscaba pelea y si no había nadie en la tierra disponible podría buscar más arriba, seguro los enemigos estaría dispuestos a darme mi merecido.

No tuve que esforzarme mucho para despertar su furia ante mi intromisión en sus terrenos, los cielos estaban prevenidos de que el mal estaba en su territorio y los relámpagos y las centellas no se hicieron esperar, esquive unos cuantos pero con cada segundo su puntería mejoraba y el número de enemigos crecía. La situación no sería sostenible por mucho tiempo así que de inmediato saqué mi Nautilus y con esta revente una centella, luego otra y una más, eso hasta que un rayo efectivo cayó sobre mi hombro izquierdo mandándome de cabeza directo al río Támesis. Al menos había obtenido una pelea, no?

Regresé a Redmoon algo fastidiado me quite la ropa y me senté frente a la ventana a ver la luna, Steph por qué siento que te he perdido? Por qué siento que hemos caído muy abajo, allá donde la luz no puede llegar.

Me senté aquella noche y las siguientes pensado que quizás así se sentía el miedo humano, yo no sabía mucho de los humanos pero entre más sabía, más miedo si eso es lo que ese sentimiento de oscuridad dentro de mi era lo que sentía, más miedo me daba. Entonces llegó él, inundando con su olor todo mi mundo, Steph olía a caricias robadas, inestables y sobre todo ajenas.

Yo había dado órdenes expresas que incluían una foto del rubio, estas expresaban que cuando esté viniera se le dejara pasar a mi oficina sin ninguna restricción o revisión.

Llegó ante mi con los planes bien marcados en su pequeña cabeza pero yo lucharía hasta el final por qué no hubiera un final. Steph te amo... Te amo tanto y te amare por siempre.

- Sid? A dónde fuiste?

- Eso no es importante Steph, estoy aquí, dame de tu amor por favor.

-Si es importante, pensé que regresarías hacia dos semanas por tu mensaje, pero...

-Steph, ven acá pronto, necesito tus labios.

- Sid...- Yo acerqué al rubio a mi regazo- Sid que...

Le planté un beso mientras esté pensaba a gritos cuanto me amaba y como estaba a punto de dejarme en libertad, maldición Steph! No quiero libertad, quiero vivir prisionero entre tus piernas por siempre.

- Sid mmmm Sid!

- Steph por favor necesito tu amor, lo necesito más que nunca.

- Sid...

Entonces le hice el amor, le di todo lo que tenía, mostré mis cartas, solo las mejores y con las manos arriba en un juego de rendición que seguro perdería me dejé derrotar.

El cayó exhausto y yo lo acune en mis brazos y le dije en secreto:

- Steph te amo, siempre lo haré y desearía haber sido digno de ti... Yo sé que mereces amor, mucho amor y quiero dártelo por favor no me dejes solo. No me dejes...

Steph despertó hasta que el sol se ocultó.

- Que hora es?.Preguntó aun adormilado el rubio mientras se secaba la comisura del labio que se había escurrido con saliva.

- Casi las siete.

- Ay Dio....

- Shhhh!- Dije yo intentando que este no terminara la frase.

- Roja!

- Mandé por ella, descuida se quedó toda la tarde en tu casa con Kuri, le llame a tu mamá y supongo por la hora que ella ya está con Roja, además le dije que me estabas ayudando en algo importante y que por eso estabas aquí.

-Ay Sid debiste despertarme! No puedo perder el tiempo así, además tengo que...

En su cabeza apareció la imagen del policía y yo solté aquello sin filtro.

- Tienes que ver al perro policía ese?

- Sid...

Este se quedó parado mirándome fijamente y yo que no podía contener el infierno en el que vivía le dije:

- No me gusta nada que le hables o lo mires Steph, no me gusta! Tu eres mío! Mío!

- De nuevo eso!- Dijo el rubio y comenzó a ponerse su ropa pero yo rápidamente me posicione frente a él y este dio un salto de miedo que casi lo manda al suelo, a tiempo lo sujete por la cintura y lo senté en la mesa. Tomé su ropa interior y se la metí en las piernas.

- Sid, puedo vestirme solo!- Protestó.

-Me gusta mimarte Steph.

Este se dejó vestir, sabía que yo encontraba placer en hacerlo por el pues era mi forma de sentirlo cerca. Cuando acabe de abrocharle las zapatillas deportivas él se puso en pie y dijo seriamente.

- Sid yo...

Pero de inmediato lo calle con un beso de amor y luego otro y otro hasta que el rubio me rechazó.

- Sid basta! Intento decir algo importante!

La realidad caía pesada sobre mi. Un silencio se ubicó entre nosotros y yo di la espalda a Steph. Este se tomó unos momentos y luego intento seguir.

- Sid, lo que quiero decir es que...

Pero de inmediato lo volví a interrumpir.

- Steph, te amo... Si! Te amo...

- Sid....Yo...

Sentí su cuerpo vibrar ante mis palabras y pude incluso sentir como su valor se venía abajo.

-Steph no hay nadie en el universo que te necesite como yo, que te ame así, nada se acerca a la manera en que te amó, nada!

Me gire hacia él y camine hasta estar frente a frente, su carita de asombro me desgarró el pecho en amor por el rubio.

- Steph quiero sentir tu piel, me gustaría sentirla como un humano, desearía poder hacerlo y entender un poco aquello... Pero...No se como, no entinedo como hacerlo, no puedo. Steph... Te amo.

- Sid...

Aparte un mechón de su rubio cabello y acaricié su mandíbula fina con suavidad.

Su silencio duró poco.

- Sid, no podemos seguir juntos, nos está haciendo daño, mírate! Jamás habías estado así, ni yo... Nos hemos perdido en esto, si tu no estás o te vas simplemente pierdo la cabeza, ya no se estar con personas humanas como yo, si te vas lejos se abre un agujero en mi pecho y me traga y me hace perder la cordura, es muy duro cuando te vas, necesito recuperar mi vida sin ti!

- Steph, si quieres no me iré de tu lado nunca más sin importar que pase.

-No! No es eso lo que quiero, quiero volver a ser yo sin ti! Sin preocuparme de que algo pase y te vayas o desaparezcas! Sid necesito volver a ser yo! Solo yo!

- Solo tú o el policía también?

- Ahí está! Eso es otra cosa que no puedo manejar, tus celos son terribles! No puedo con ellos!

- Si no puedes con ellos no veas más al policía.

- Whip es mi amigo.

-Los amigos no tienen sexo entre ellos a menos que seas de la especie de Elliot.

- Sid, yo no... - Lo mire con suspicacia y este grito-Oshh! No leas mi mente! Mira, toleraba que fueras grosero con Layla por qué ella es poderosa como tú y sabía que podía defenderse bien ante ti, pero no era como que me gustara que le dijeras cosas groseras, ella siempre me cuidó.

- Sí y se cobró los cuidados en Francia violándote no?

-No me violó...Bueno no tanto así- Dijo recordando aquel dolor que había sentido al ser poseído por la Lilim y el horror de verla en su forma natural.

- Ah no? Entonces lo que le hizo a tu bellísima entrada que casi la desgarra es una caricia suave?

-Basta! Sal de mi mente!- Respondió afectado - Tu me dejaste! Tu no estabas! Te fuiste! Te fuiste!

Steph se abrazo a si mismo recordando ese dolor, yo pude sentirlo desde algún lugar dentro de mi amado rubio y también sentía esos océanos que con cada segundo nos separaban más y más.

Le metí en mis brazos y este temblaba como una hoja. La soledad que Steph había experimentado en aquellos años había sido un trauma muy fuerte para su frágil ser y le tomo unos minutos intentar esconder sus emociones bajo una fachada más segura, yo no quería seguir fingiendo, no ganaría nada de seguir así, entonces Steph me apartó y dijo.

-Toleré lo de Layla pero también golpeaste a Whip, Sid Whip es humano y no tiene la misma fuerza que tú y no te detuviste a pensar en ello, que hubiera sucedido si algo le hubiera ocurrido? Pusiste en peligro su vida y la tuya!

- Yo no estoy vivo Steph.

- Es lo mismo, sabes que tu maestro te hubiera matado de saber que heriste a un humano, no?

Guarde silencio, Steph tenía ese punto a su favor, era contra las reglas dañar a un humano.

- Sid no podemos seguir así, tus celos te van a causar problemas y me los causan a mi, ya intentamos ser amigos y simplemente no puedes respetar un acuerdo, te dije que no podías ir a mi casa y no has cumplido, te pedí no más besos o caricias y tampoco, no puedo más Sid, es por eso que...

- Steph te amo y sabes que preferiría desaparecer antes que estar sin ti.

- Eso es una amenaza?

- No... Es una verdad.

- Osh Sid, eso no funcionará en mi! Lo siento...

- Steph me estás tirando hacia abajo.

- En serio lo siento pero... Debemos terminar.

Lo miré y sus ojos negros estaban decididos.

- Sid ya no quiero verte, no vayas a mi casa o me busques, esto se acabó en verdad.

- Steph no, espera...

- Sid es lo mejor, si no estamos juntos no nos haremos daño nunca más.

- Steph!

Este dio media vuelta pero yo ágilmente lo tome por la muñeca y lo detuve, luego de eso lo gire un poco y me dejé caer de rodillas abrazándome a su cintura, para el fue una sorpresa completamente.

- Steph, te lo suplico, no me abandones!

Me arrastraría hasta el final, rogaría y suplicaría su misericordia, me humillarla si él lo pidiera y haría lo que fuera por qué este no me dejara.

- Sid!

- Steph... Por favor no me dejes! No me abandones, te amo, siempre lo haré.... Te amo Stephan! Te amo!

Este con sus delicadas manos tomó mis brazos e intentó soltarse de mi agarré, lo perdía.

- Sid no! No supliques Sid! Lo siento mucho...

- Steph!

- Se terminó... Sid yo no... No quiero volver a verte, por favor si quiera dame eso, sí?

- Steph...

- Sid, si en verdad me amas como dices no me buscaras más, no me llamarás ni irá a mi casa, si me amas me dejaras libre.

Sus palabras... Steph jamás se dio cuenta de que sus palabras me ataban a algo que acabaría conmigo, por segunda ocasión por su delicada y perlada boca me condenaba a un infierno.

- Sid, prométemelo!

Negué con un ademán y este repitió:

- Sid si me amas lo prometerás! Promételo!

La condicionante ahí estaba de nuevo.

- Sid me amas?

Asentí y el rubio bonito ordenó.

- Promételo.

- Steph... Yo...

- Promete que harás lo que te dije; que es el final, que serás libre y me dejaras a mi libre también. Promételo.

- Yo...- Con la mirada oculta sellé mi extinción- Lo prometo.

Mis brazos cedieron antes sus manos y el poder de la promesa hecha y mi pequeño soldadito ingles se apartó de mi lado.

- Sid, gracias... En verdad espero que te vaya bien y que seas feliz, sé que ahora todo es duro pero algún día cambiarás de parecer y veraz que no era así... Crecerás mucho y yo también aunque... Siempre te voy a recordar Sid, siempre. Gracias en verdad.

De inmediato se marchó de ahí, yo aún pude sentir su amor, oler su perfume; pero no entendía nada, si Steph me amaba, por qué me abandonaba?

Me quedé ahí de rodillas hasta el día siguiente y el que siguió y el que siguió...

_______________________________

Que acababa de hacer?

Salí corriendo como el cobarde que era, di un portazo y me quedé recargado en la puerta pensando; en verdad deseas esto? En verdad deseas dejar a la persona que más has amado para tomar un camino desconocido? Me sujete el pecho pues estaba aterrado, Sid! Sid! Que había hecho con nosotros?

Algo dentro me dolía, algo que se rompía como cristales y se enterraban en mi pecho pero las cosas había sido así y ya no podía mirar atrás, eso sería aun más doloroso, así que decidí salir de Redmoon de inmediato para encontrar que el cielo de Londres se había oscurecido y amenazaba con llover de forma torrencial. Regresé a casa y mi mamá estaba mirando televisión.

- Steph, bebé ya cenaste.

- Ah, sí mamá.

Dije sin esforzarme, entonces un relámpago ensordecedor iluminó la casa, parecía que había caído cerca pero eso ni siquiera me distrajo de la pena que sentía, en cambio mi mamá si se asustó.

- Ay Dios mío! La tormenta parece sería.

- Me voy a la cama.

Subí un par de escalones y mi mamá me alcanzó.

- Steph, bebé estas bien?

Voltee a verla y asentí.

- Estoy algo cansado mamá.

- Descansa amor.
Asentí y seguí mi camino escaleras arriba. Me atrinchere en mi habitación, llene la tina me quite la ropa y me sumergí en esta para hacerme un ovillo.

- Sid... Perdón, pero tengo que elegirme a mí.

Hundí la cara en el agua y solté un grito de dolor, el dolor de sentir aquellos cristales enterrados en mi pecho y el dolor de saber que yo estaba jodiendome a un ángel de Dios, el dolor de no confiar en mí mismo y en lo que hacía. Así había caído en la oscuridad y así había provocado dolor al último rastro de amor que quedaba en mí.

" Sid, se terminó, nuestra historia se terminó..."

 
Notas finales:

:)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).