Kaname suspiró al salir del despacho del director, había conseguido ser profesor y custodiador de los alfas.
Aunque realmente no necesitaba de trabajar en la Academia estaba ahí por diversos motivos.
Con una mirada rendida recordó que era hora de presentarse en el edificio de los alumnos que decidían quedarse en los dormitorios de la Academia debido a que sus hogares estaban muy lejos.
Ahora sólo debía esperar que el hijo del director hicera su aparición y le guiara a los dormitorios.
Está será la última vez que acepte ayudarlo - siseó con molestia esperando fuera del despacho.
Mientras recordaba al causante de todo por algún motivo a su mente vino la imagen de aquel omega de la mañana.
Cuando lo vio sintió algo que nunca antes había experimentado, pues su aroma de impregnaba en su olfato adormeciendo su tensión.
Ni que decir de su alfa interno que se calmaba al tener a aquel omega tan intrigante cerca.
Kuran Kaname ¿cierto? - oyó una suave y fría voz a la vez que un fragante aroma a lirios blancos llegaba a él.
Kaname observó al joven en silencio, tenía una cautivante belleza pero tenía una aura fría que usaba para mantener a todos alejados.
Sí. El director me a dicho que serías mi guía a los edificios - respondió de forma tranquila.
Así es yo soy Zero Kiryü presidente de disciplina - se presentó el albino.
Mucho gusto Kiryû-kun - saludó y el chico asintió.
El menor guiaba a Kaname por el lugar indicando las rutas proncipales para trasladarse rápido por la Academia.
Kaname se mantenía en silencio mientras trataba de descifrar el motivo por el cual reaccionaba ante Zero pero este no parecía afectado por su aroma.
Kaname-sensei estos son los edificios de la Luna, para ingresar debe llamar y el encargado de custodiar la entrada lo guiará - comentó Zero deteniendose.
Kaname se detuvo un momento para admirar el lugar, era un gran portón y al parecer era muy custodiado.
Muchas gracias por todo Zero.- agradeció con una pequeña sonrisa.
El albino asintió y se despidió, Kaname pensó que era su imaginación pero el joven parecía sonrojado.
Cuando estuvo lejos del alfa, Zero respiró hondo mientras sus mejillas se teñían de rosa, su corazón latía desbocado mientras aún podía sentir el olor del varón.
Nunca había experiementado esa sensación de necesidad, algo en su interior le pedía más de la presencia de su nuevo profesor.
Él habrá sentido esto. - susurró para sí mismo- no lo imagino en estos aprietos - comentó con una risa apagada.
Se dirgirió a su casa donde se duchó y después de cambiarse bajó a cenar para luego ir al salón a distraerse un momento.
La bufanda que seguía tejiendo con Yuki entró en su vista y no pudo evitar recordar.
Se dejó caer rendido en el mueble mientras tomaba la bufanda, cerrando los ojos se permitió recordar el pasado.
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Sensei es un delito espiar a los alumnos - dijo mientras abría la puerta al ver unos juguetones ojos bicolor en el marco de su ventana.
El joven profesor ingresó de forma concienzuda ante la mirada hastiada de Zero.
Vaya - se sorprendió el mayor al ver el lugar, soltó un silbido - quien diría, eres la esposa ideal que un alfa desearía tener - alagó con descaro.
Y yo diría lo mismo pero estaría mintiendo - dijo con notable sarcasmo haciendo que el mayor hicera una mueca de fingida indignación.
Bueno a pesar de ser malvado conmigo yo seguiré queriendote - dijo el alfa en broma pero luego se puso serio - Bueno veo que ya es tarde así que debo irme - dijo con tono despreocupado pero Zero fruncio el ceño y lo detuvo.
Oh cariño se que me quieres pero es algo inapropiado que...-
Cállate - ordenó mientras se escondían.
Tks... Seguro te ha seguido - murmuró entre dientes.
Se podían oír unos gruñidos y unos pasos.
El aroma de un alfa se percibía y Zero hacía una mueca de asco al percibirlo pues era muy fuerte y desagradable.
Pensé que se iba a contener un poco más pero veo que es otro débil - comentó el alfa.
Eres un...¿sabías que te estaba siguiendo?- inquirió enfadado.
Lo sabía y ya te he dicho mi nombre; no sé porque siempre te olvidas de mí - atacó el más alto.
Zero se sonrojó al verse descubierto.
Sé tu mombre- mintió.
El de ojos bicolor le observó con suspicacia - y es...-
La charla se interrumpió cuando el alfa en celo entró a la casa, Zero iba a levantarse pero el mayor lo sentó.
Zero observó que el mayor estaba cerca, sus ojos biclores y su cabellera roja cobriza eran muy atractivas, además que sus rasgos eran bien parecidos.
Mi nombre es Rido - repitió con tono suave, el taheño se inclinó para rozar sus labios y luego se separó volviendo a su eterna personalidad.
El mayor no lo observó más pero cuando se paró frente al otro alfa- Vete - sólo bastó una palabra y el intruso huyó despaborido.
Bien, ya terminé de cuidar a mi princesa así que me marcharé - comentó Rido al girarse y ver que Zero no se veía en absoluto afectado por su voz alfa.
Yo podría haberme encargado, no es la primera vez que pasa - bisbiseo.
Bien entonces será un placer entrenarte mejor para que nadie más pueda lastimarte -
Zero sonrió - gracias Rido -
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