CAPITULO 18
MI PROFESION
Por un momento su tiempo se detuvo.
Dejo caer la pluma en el escritorio y fijo su mirada detallando cada parte de la persona al frente.
-Buenos días ¿Se encuentra el señor Uzumaki?- Sai parpadeo un par de veces cayendo en cuenta que aún no había respondido la pregunta “Pensara que soy idiota”
-Está en una reunión con Lady Tsunade. Debe estar por venir-
-Gracias, si no te importa lo esperare aquí- El azabache asintió lentamente ofreciendo el asiento a su lado. Trato de volver a lo que estaba haciendo pero le fue imposible, ese hombre lo tenía realmente nervioso. Levanto la mirada un poco para volver a detallarlo, tenía los brazos cruzados y un semblante serio vestido con un traje gris; para el resultaba bastante atractivo.
-Soy Gaara, su novio- no pudo evitar sentirse decepcionado.
-Soy Sai, su asistente-
-¿Asistente? No sabía que tuviera uno-
-Lady Tsunade me contrato hace una semana para ayudar al señor Uzumaki. Estaba preocupada por la cantidad de trabajo acumulado. Aun así el señor lo hace todo, es una máquina del trabajo-
-Ni lo digas, es muy testarudo cuando se trata de trabajo-
-¡Mira quién habla!- ambos alzaron la mirada. Naruto estaba recargado de la puerta -¿Qué haces aquí?-
-Tengo el día libre y pensé en salir a cenar- Sai suspiro, era una verdadera lástima que fuera su novio. El rubio observo la hora; ya era bastante tarde, mando a casa a Sai y recogió sus cosas –Quiero disculparme por lo de hace días, en serio tenía mucho trabajo ¿Cómo te fue en la cena con tu familia?- esa noche se dejó llevar por la lujuria y no hablaron sobre el tema, hasta ahora podía preguntar.
-No te preocupes, mis padres están como siempre- Gaara evito preguntar por la familia Uchiha, anduvieron en auto hasta un restaurante donde comieron. El observaba con gran precisión los movimientos de su novio; como comía, hablaba e incluso como respiraba, sabía lo paranoico que estaba haciendo pero desde el encuentro con Sasuke Uchiha, Naruto actuaba diferente… o más bien eso pensaba, hoy todo fue muy normal, como siempre. En serio estaba siendo paranoico. Terminaron de comer y dieron un paseo por el centro.
Se estacionaron cerca de una plaza y se sentaron para comprar unos helados; lo de siempre. Comenzaron hablar de trabajo, sus familias y el pasado; como lo hacían siempre. Naruto se mostraba sonriente en la conversación. De verdad todo está bien, no entendía por qué se preocupaba tanto. Cuando decidieron irse a casa una pareja que caminaba al frente llamo su atención.
-¡Mama!- la pelirroja volteo y cuando reconoció a su hijo se le lanzo en brazos.
-¡Eres un mal hijo! No nos vemos desde la cena y ni siquiera nos escribes- Minato abrazo a su hijo retirando a una madre que lloriqueaba en su hombro.
-Tenía trabajo, lo siento-
-Siempre es lo mismo, deberías tomarte unas vacaciones- hizo un puchero y los tres rieron. Kushina vio a Gaara a su lado y lo saludo.
-Ni siquiera debe tener tiempo para ti, pobre Gaara- Minato extendió su mano a modo de saludo, aun no se acostumbraba del todo.
-Yo también estoy muy ocupado, así que puedo entenderlo completamente- sonrió. La pelirroja volteo los ojos “tal para cual” pensó. Estuvieron unos minutos hablando de su muy pronto regreso al pueblo y querían despedirse con una pequeña reunión en su apartamento, obviamente los Uchihas no podían faltar. Además de hablar de sus próximas vacaciones y pasarlas un tiempo con ellos ¿Desde cuándo no vas al pueblo? Le pregunto su madre y quedo pensativo… tal vez unos 10 años.
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Sasuke revisaba los pacientes hospitalizados como de costumbre, pero no podía dejar de pensar en Naruto; seguía siendo el mismo después de todo.
“Pensé que llevarías a tu novia a la cena” él pensaba que tenía novia ¿Por qué? Bueno era muy estúpida esa pregunta. No es muy común ver a un hombre de casi 30 años sin siquiera una relación. Y luego de haber terminado con Naruto nada volvió hacer igual, trato de salir con algunas chicas que conoció en la universidad pero le fue imposible continuar. No dejaba de pensar en él. Pensó en tratar con un hombre, pero resulto fatal. La cuestión era, que no por estar enamorado de un hombre significaba poder salir con otros. Estaba muy equivocado. Solo quería salir con un hombre en su vida, y ese era Naruto.
Llevo su mano a su frente. Pero fue muy tarde, el ya salía con alguien. Cada puto momento pensaba en eso, en ese alguien que salía con el rubio. Alguien más lo abrazaba, besaba y le hacia el amor. Concluyo sus visitas y se fue a la sala de descanso a recostarse, al abrir la puerta encontró a Itachi bebiendo café.
-Buenas noches, me estoy volviendo adicto a estas cosas- levanto el vaso de café. Sasuke saludo de vuelta y se sirvió un vaso igualmente –Tenia años sin verte ¿Cómo te ha ido?-
-No tan bien como a ti- el otro sonrió divertido.
-¡Oh vamos! Yo tuve que hacer lo mismo para estar en mi posición actual. Ser residente es una experiencia excitante- bebió un sorbo observando el estado desaminado del menor.
-Itachi puedo decirte algo divertido- comento como si nada y el mayor lo alentó a que siguiera –Cuando salí con Naruto pensé que me estaba siendo infiel contigo- el mayor casi se ahogaba cuando se dispuso a tomar otro sorbo.
-¿Qué te hizo pensar eso? Solo éramos amigos y aun lo somos-
-Lo sé, soy un gran idiota ¿Cierto?-
-Si te refieres a lo del beso eso…- Sasuke se rio.
-No es nada de eso. Olvídalo, paso hace mucho tiempo. Solo quería decírtelo- se levantó terminando su café y despidiéndose –Me deje llevar por celos-
-Sasuke- el nombrado volteo –Naruto sufrió mucho con su ruptura. No esperes que las cosas sigan igual-
-¿Debes odiarme por lo que hice?-
-Para nada. Eran jóvenes, el pasado queda atrás lo que verdaderamente importa es el presente- “Lo que importa es el presente” Sasuke sonrió.
-Gracias Itachi- salió de la habitación más animado. Porque vivir en el pasado, porque vivir tras los errores cometidos. Estaba decidido. Robaría a Naruto de las manos de ese alguien.
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Gaara estornudo entrando en la oficina de su novio; no tenía tiempo para ocuparse de resfriados. Últimamente terminaba los casos y demás papeleo a la velocidad de la luz para poder tener tiempo en las noches y dedicárselo a Naruto.
Sai casi se murió del susto cuando escucho la voz del abogado de la nada. Esa noche se veía especialmente guapo, y no pudo evitar suspirar. Pregunto por su jefe y le informo que se había ido a casa de Lady Tsunade a terminar los últimos detalles del desfile. Gaara bajo la cabeza decepcionado; sería mejor comprar algo de regreso a casa.
-Admiro al señor Uzumaki es muy aplicado y tiene mucho talento- Sai pensó en voz alta, Gaara se dio la vuelta y sonrió.
-Le tienes aprecio. Naruto es increíble- Sai se golpeó mentalmente, tenía la costumbre de tener pensamientos y comentarlos para el mismo. Asintió devolviendo la sonrisa –Ya es tarde ¿No deberías irte a casa?-
-Solo acomodare esto y me iré- señalo el escritorio.
-Si quieres te llevo, a este ritmo perderás el último tren- al menor casi se le salía el corazón del pecho, algo en su interior le decía que se negara, pero no quería eso. Asintió levemente. Gaara lo llevo hasta la casa de sus padres. El joven estaba muy inquieto dentro del auto.
-Ser abogado debe ser una profesión difícil- movía sus dedos para calmar su ansiedad.
-Lo es un poco. Es difícil mantener un cliente contento- cambio la velocidad del auto, Sai miraba deseoso cada uno de sus movimientos –Pero ¿Y tú? ¿Naruto es exigente?-
-No, en el poco tiempo he aprendido mucho del. Tengo muchas expectativas- señalo donde debía cruzar.
-¡Oh! Yo vivo a un par de calles- el azabache no disimulo su asombro –Eso nos hace vecinos- la sonrisa de Gaara le provocaba un breve paro cardiaco.
-Estaré para cualquier cosa que me necesite- quiso ser tragado por la tierra al decir esas palabras; Como podía decir aquello sin ninguna vacilación.
-Eres muy amable, Sai, gracias- el asintió y se bajó del auto con un gracias y un buenas noches. Sai subió a su habitación con una enorme sonrisa, ese abogado era tan agradable y guapo, chillo con la almohada en su rostro… pero, ese pero lo hizo bajar de la nube, era novio de su jefe.
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Un hermoso rubio de pelo largo bajaba de un avión “Por fin estoy devuelta” pensó. Camino rodando una maleta pequeña por el aeropuerto. Su apariencia era el centro de atención robándose todas las miradas del lugar; estaba más que acostumbrado. Salió a tomar un taxi un poco decepcionado, se levantó sus lentes negros observando un hombre de cabellos negros acercándosele, no dudo en tirársele encima.
-Te juro que si no me venias a buscar, te mataba- su francés era exquisito.
-Diez años fueron suficientes para que se te olvidara mi idioma- respondió en francés a la perfección. Sasuke abrazo a Deidara.
-Deje de practicarlo y se me olvido. Pero te tengo a ti como maestro- sonrió. Caminaron hasta el auto –Debes ir al desfile, ni se te ocurra cancelarme-
-Obvio que iré mientras no sea en la noche- codujo el carro hasta su apartamento. Deidara se había vuelto un modelo muy solicitado en Europa y era su primera vez que lo pedían fuera del continente; eso lo halaga en sobremanera. Dejo su maleta en la única habitación extra del apartamento y se sentó a comer. Deidara y Sasuke a pesar de la distancia seguían siendo muy unidos, siempre se mantenían en contacto por correo electrónico o teléfono. Él estuvo allí detrás de una pantalla todos esos años para animarlo.
-¿Cómo esta Naruto?- termino de comer y se sentó en un sofá frente a un televisor.
-Esta cambiado físicamente, aunque sigue siendo el mismo. Pero ahora tiene novio-
-¿Y qué?- ambos rieron, Deidara no cambiaba en absoluto.
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Gaara golpeaba su escrito con frustración “Y justamente a un día del desfile de Naruto” pensó. Su caso más importante se había adelantado y para colmo su cliente lo habían citado en un tribunal fuera de la capital de emergencia; el abogado contrario había encontrado pruebas físicas de que su cliente era culpable. Si no se iba ese mismo día el hombre seria encarcelado 20 años por homicidio siendo inocente.
Su asistente entro a la oficina informando de la salida a las 3 pm en punto ni un minuto más ni un minuto menos o perdería el tren. Marco al rubio disculpándose de todas las formas existentes por no estar en el desfile, Naruto lo animo en el caso y le dio un gran alivio. Así era él. Le dijo cuanto lo amaba, colgó y tomo sus cosas para ir a la estación de trenes. Luego se lo recompensaría.
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-¿Todo bien?- pregunto Sai depositando el café de esa tarde.
-Si tranquilo, solo un poco estresado por el desfile de mañana- sintió como un nudo empezaba a formársele en la garganta. Gaara no estaría a su lado. Esfumo esos pensamientos tristes, no podía darse el lujo de cambiar de humor cuando se aproximaba un desfile -¿Llamaste a los modelos?-
-Todos confirmaron la hora. Lady Tsunade se reunirá con ellos y los diseñadores en la noche- Sai miraba una tabla en su mano.
-¿Y los diseños?-
-Evaluados, revisados y guardados. Los modelos se verán fabulosos- Asintió satisfecho con el trabajo de su asistente. Nada podía salir mal mañana, se secó el sudor de la frente con un paño. Tomo su móvil buscando entre los contactos a Itachi.
“Tengo un desfile mañana por la tarde. Me gustaría que vinieras” envió, no paso ni dos minutos cuando vibro su móvil.
“Encantado iría, dame la dirección” sonrió respondiéndole. Itachi era el mejor.