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Solo a tu lado quiero estar. por mariangel chan

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CAPITULO 3

MI CAMBIO

 

5 AÑOS DESPUES.

        El pasar del tiempo fue rápido, y no hubo novedad de la familia Uzumaki. Naruto creció cambiando su aspecto y volviéndose una persona tímida e introvertida. Ese día en el aeropuerto lo había afectado, su amigo ya no estaba con él y sentía que ya nada era lo mismo. Los primeros dos años se escribían correos contando sus anécdotas en la escuela, pero de un momento a otro esos correos dejaron de llegar.

 -Quieres ir a mi casa, tengo pastel de chocolate- una invitación imposible de rechazar.

-Hinata por tu culpa es que estoy engordando- la chica sonrió culpable. Ella era la única que estuvo con él en sus momentos tristes, lo consoló y trato de levantarlo durante toda la primaria; volviéndose su mejor amiga. Más tarde cuando llego a la secundaria conoció a un par de chicas llamadas; Sakura e Ino, sus constantes peleas le hacían su día un tanto divertido.

-Hinata ya te he dicho que tienes un cabello precioso, muchos chicos se morirían por estar contigo- Ino practicaba su trenzado en ella, nadie podía negar su belleza; alta, rubia, ojos celestes una inteligencia brillante y gran corazón, tenía unos cuantos pretendientes ocultos. Pero eso no le quitaba el hecho de pertenecer al grupo de “Los inadaptados” o así habían decidido denominarlos los chicos populares.

        Sakura leía un libro recostada en el césped no prestando atención a la conversación. Una chica ruda que practicaba karate. Por su mal carácter mantenía a los estudiantes alejados por miedo a ser golpeados.

        Naruto y Hinata a su vez eran conocidos como los novios fenómenos. Como ella era bajita y el regordete daba una visión cómica, siendo siempre el centro de burlas. Los cuatro formaban parte del grupo de los inadaptados. Preferían ignorar a diario los comentarios y pasar por desapercibidos.

-¿Debe gustarte alguien cierto?- pregunto Ino, Sakura cerro su libro mirándola fijamente.

-Porque soy el centro de las interrogaciones, pregúntele a Naruto-  Se excusó perfectamente porque ambas chicas voltearon a verlo con brillos.

-No me gusta nadie, todos son unos idiotas en el instituto- dijo levantando sus hombros –Lamento por decepcionarlas-

-Aunque ahora que lo pienso, eres muy atractivo Naruto- Coloco un dedo en su barbilla analizándolo con la mirada.

-Ahora que Ino lo menciona, es cierto. Si fueras más delgado y tu cara no estuviera llena de acné fueras la sensación- Este la fulmino con la mirada, le molestaba un poco cuando mencionaban su acné, últimamente estaba meditando en ponerse bajo tratamiento –Y con un corte diferente…-

-¡Es suficiente!- ambas bajaron la cabeza cuando vieron al rubio levantarse e irse.

        Las clases siempre transcurrían de manera tranquila. Entre las horas libres se escapaba cualquier comentario ofensivo pero nada para molestarse. Lo difícil de sobrellevar venía a la hora del almuerzo, los deportistas considerados más bravucones que atletas  veían esa hora como el blanco perfecto. Entraban a la cafetería con aires de grandeza llevándose por delante a cualquiera que consideraran un estorbo. Naruto y las chicas comían en una mesa alejada.

-¡Que cuentan grupo de inadaptados!- Suigetsu reposo el balón de baloncesto en la mesa. Los cuatro giraron los ojos; no podían dejarlos en paz.  Pero nada podía ser peor para ese día a menos que las tres chicas más deseadas en el instituto llegaran; lo cual hicieron, su aparición fue inmediata.

-¡Qué asco! No hables con ese club de perdedores- su voz chillona resonaba en el ambiente.

 Karin conocida por el rango de su padre y líder de ese grupo de perras en celo, como lo llamaba Naruto.

       La siguiente era Tayuya; una hermosa pelirroja con la habilidad de derretir a todo el instituto con sus encantos, las malas lenguas comentaban su meta de acostarse con doscientos hombres antes de llegar a los 18.

        Y la última Konan, la única con sangre en las venas, era una chica linda y amable,  con un noviazgo de un año con Pain; un chico que jugaba en defensa para el equipo de baloncesto. Konan desentonaba por completo el grupo, se preguntaban cómo podía ser amiga de esas víboras.

        Todos se fueron a sentar en su mesa reservada o la “zona exclusiva” como la llamaban.

-La semana pasada Pain me coqueteo- dijo Ino mirando con furia ese grupo.

-¡No puedo creerlo! Konan que es tan buena chica, lástima que no puedo decir lo mismo del resto-

-------*-*------

            La siguiente mañana cuando entraron al instituto, los populares les jugaron una broma abriendo los rociadores del césped mojando sus uniformes, Sakura comenzó a gritar que los mataría si se los encontraba pero se calmó al ver como Hinata soltaba una lágrima y salía corriendo, ambas fueron por ella dejando al rubio solo. Dio un largo suspiro y camino hasta su casillero para sacar ropa seca. No era la primera vez que esos idiotas le jugaban bromas pesadas.

            En ese momento se interpuso en su camino un chico llamado Hidan; otro perteneciente al equipo de baloncesto. Coloco su brazo en su casillero impidiéndole el paso, Naruto se limitó a mirarlo y lo ignoro. Al ver que la víctima no prestaba atención, lo tomo por el cuello de la camisa y comenzó a arrastrarlo hasta el baño más cercano.

-¡Que rayos te pasa! ¡Suéltame, suéltame!- luchaba por zafarse. Tomo impulso mordiéndole la mano, este lo soltó. Naruto se levantó corriendo de prisa a su salón; estaba cansado de esa maldita escuela, quería desaparecer, en esos momentos deseaba que Sasuke estuviera allí, tal vez las cosas serían diferentes.

            La campana sonó, maldijo por llegar tarde a clases y corrió más deprisa. Al llegar el profesor lo regaño mandándole a sentar, en su camino Karin le coloco el pie y este cayo causando una gran risa en la clase. Hinata lo ayudo a levantarse.

-Pero que tierno, la novia ayuda a su gran gordo-

-¡Cállate maldita pera!- escupió conteniéndose de no lanzársele encima.

-¡Señor Uzumaki vaya a dirección!-

-Pero…-

-¡A dirección!- salió sin antes azotar con fuerza la puerta.

            Eso era el colmo, todos habían visto como Karin provocaba su caída y él iba a dirección ¡Era tan injusto! Todos estaban a los pies de esa zorra solo porque su padre tenía poder. Caminaba hacia la oficina del director muy enfadado. Al llegar toco y el hombre lo mando a pasar. Kakashi Hatake era un gran amigo de la familia Uzumaki, su gran ventaja. El director sabía perfectamente que sus idas a dirección no serían por mal comportamiento.

-¡Kakashi estoy cansado de esta escuela! ¡Estoy harto de esa víbora de Karin! ¡Y de los descerebrados de los deportistas! ¡Y de…- se calló al momento de observar otra persona desconocida en la sala. Kakashi se rasco la nuca nervioso – ¡Oh! Me disculpo no sabía…-

-Tranquilo, solo estoy finalizando la inscripción del nuevo estudiante. Puedes tomar asiento mientras esperas- obedeció y se sentó en los sofás. En los minutos siguientes escucho como ambas personas interactuaban y trataba de descifrar el rostro del nuevo pero nunca voltio. Solo podía mirar desde su lugar que tenía una ancha espalda y sus cabellos negros tenían un peinado a la moda.

-Gracias por aceptarme a mitad de año- se levantó y dio su mano al director. Naruto también se levantó para tomar su lugar de hablar con el director.

-Te veré a partir de mañana Sasuke Uchiha- el rubio sintió como el corazón se le detuvo un momento, cuando estuvo cerca de la persona visualizo su rostro.

       “Sasuke Uchiha” se repitió en sus pensamientos. Solo conocía a una persona con ese nombre; Su mejor amigo de la infancia. Quedo perplejo del cambio de su amigo, estaba mucho más alto, su piel seguía siendo de una tez blanca pero esta vez resaltaba músculos en la parte de sus brazos, su cara totalmente lisa y sin ninguna imperfección dándole un aspecto más varonil. Para el leguaje de las chicas este sería el perfecto hombre ardiente que no dudarían en acostarse a tan solo unas horas de conocerlo. Había quedado sin habla. Por un momento el chico lo miro y Naruto no respiro; lo reconoció, ese momento se lo imagino tantas veces, el momento de su reencuentro. Ambos se abrazarían y se dirían lo mucho que se extrañaron… Pero no fue así.

-Buenos días- fueron las únicas palabras que salieron de su boca antes de marcharse. Una punzada cruzo por su cuerpo.

            Las demás horas pasaron muy rápido. Sasuke fue asignado a su clase y todas las chicas e incluso sus amigas se lo comieron con la mirada cuando se presentó. Naruto solo se limitaba a observarlo de arriba abajo, en realidad era su amigo. No solo cambio físicamente sino en su personalidad. Sonreía a cualquier chica y sus palabras salían con mayor fluidez. Durante todo el día demostró  ser don perfección.

       En la hora del almuerzo los populares lo invitaron a sentarse en la zona exclusiva y en la salida en ningún momento lo dejaban solo. Lo que más dolía para Naruto era no haber sido reconocido.

-¡Es muy ardiente!- rara vez Sakura hacia ese tipo de comentarios.

-¡Ojala fuera mi admirador! No dudaría en decirle que si- Durante todo el día el centro de atención fue Sasuke en todo el instituto.

-Dicen que viene del extranjero-

            Hinata se mantenía al límite de la situación, esa mañana había reconocido a Sasuke y en el almuerzo le pregunto al rubio si había tenido oportunidad de cruzar palabras con él, pero este solo negó con la cabeza perdido en sus pensamientos.

-¡Chicas! Gracias por la invitación pero ya tengo planes- Sasuke revisaba su móvil.

-El fin de semana no te escaparas-Karin le dio un beso en la mejilla antes de irse, lo mismo hizo Tayuya. Naruto suspiro y comenzó a caminar hacia la salida, estaba harto de esas escenas.

-¿Quieres que te acompañe?- el rubio le sonrió, Hinata podía percibir cuando el necesitaba compañía –A lo mejor necesites a alguien esta noche- Naruto la abrazo agradecido, ambos comenzaron a caminar rumbo a su casa. Las chicas se despidieron y se fueron por un camino contrario.

            Solo eran quince minutos a pie así que casi nunca tomaban el bus.

         Estaba deprimido, Sasuke no se había tomado ni la molestia en mirarlo. Sabia de su cambio físico, está bien no era el mismo Naruto de antes, pero exageraba al no reconocerlo… o fingía no conocerlo. Ese pensamiento lo frustro. Ahora Sasuke parecía una estrella de cine y el… bueno él no era para nada atractivo. Entonces eso era, Sasuke sentía vergüenza; no podía culparlo, cuando en un solo día de clases ya tenía toda una reputación de chico popular. Se perdió en sus recuerdos del pasado.

            Hinata vio la actitud ausente del rubio, quiso hablarle para animarlo pero se percató de que Sasuke iba tras de ellos con las manos en los bolsillos. En un momento sus miradas se encontraron la chica se sonrojo y Sasuke a su vez parecía aliviado y corrió con una sonrisa.

-¡Hinata! ¿Eres tu cierto?- ella asintió –Menos mal, pensé que estaba equivocado- seco el sudor de su frente. Naruto salió rápidamente de sus pensamientos y abrió sus ojos al ver como su amigo estaba frente a ellos.

-¿Sasuke?-

-Sí, soy yo. Pensé que no me reconocerías. Estas muy cambiada-

-Lo mismo digo de ti. ¿No se supone que estabas en Europa?-

-A mi padre lo trasladaron nuevamente, los jefes lo necesitan. Llegue hace tres días- El azabache estaba sumergido en la conversación que no se dio cuenta del chico al lado, luego se disculpó y se presentó, Naruto no podía creerlo; de verdad no lo reconocía. Hinata se quedó sorprendida.

-¿Vas a casa?- Ella quería gritarle; como pudo olvidar la apariencia de su mejor amigo.

-En realidad fui invitado junto con mis padres a la casa Uzumaki. Y ando un poco perdido, me preguntaba si tu sabias…-

-Claro soy la mejor amiga de Naruto-

-Naruto, me pregunto cómo estará. Estoy un poco nervioso sabes…- el rubio abrió la boca y Hinata lo acompaño. Este estuvo a punto de hablar pero el otro lo interrumpió diciendo que iba retardado. Así los tres caminaron en un silencio incomodo hasta la casa de los Uzumaki, cuando llegaron el menor abrió la puerta y Sasuke se extrañó.

       Los padres estaban reunidos en la sala contando sus anécdotas. Kushina saludo con una amplia sonrisa a Hinata y corrió al encuentro del menor de los Uchihas dándole besos en las mejillas, Minato se acercó y lo saludo dándole un cumplido de lo mucho que creció. Hinata observando el ambiente decidió no estar allí y se despidió con unas buenas noches.

-Cobarde- susurro Naruto antes de comenzar a caminar a su habitación.

-¡Uzumaki Naruto, no vas a saludar a los Uchihas!- regaño su madre. Sasuke abrió sus ojos al darse cuenta que todo ese tiempo Naruto estuvo con él.

-Ee-h H-ola- 


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