Después de cenar y despedirnos llegue a casa y mi padre había mandado un paquete a mi apartamento. Dejándome con el una nota.
"Llama más seguido que aún no te deshaces de mí, necesitamos hablar, ¿Estás comiendo bien? Llámame.
Papá."
La caja contenía varía correspondencia mía que llegaba a casa de mis padres, después de los problemas en secundaria y su divorcio, decidieron enviarme a vivir a un pueblo con mi abuela y cuando llegó el momento de pensar en la universidad decidí que quería vivir solo y dejar de ser una carga para ella, recibía ayuda de mis padres con la renta del apartamento y yo aportaba algo con los ahorros del trabajo que hacía en las vacaciones en el pueblo de la abuela.
Las cartas tenían remitente distinto, algunas, no más de dos, compartían en mismo. La inicial "A" estaba en casi todas dejándome mucho que desear, sin sorprenderme por el escritor de aquellas, a lo sumo, quince cartas, las coloque de nuevo en la caja y me quede sentado sin saber que hacer.
Sabía que Andrew estaría en esta escuela el próximo mes y aun no había pensado en alguna solución. Me recoste junto a la caja mirando al techo y tratando de encontrar una solución, me quede dormido.
>> Volvía a estar en secundaria y Andrew reía como loco mientras yo cantaba a todo pulmón y alguien más me tomaba por los hombros haciéndome coro.
Sonreímos y cantábamos en la casa de Luhan, gritabamos a todo pulmón y saltabamos como monos por toda la sala, brincando de un sillón a otro y aterrizando en el suelo con una pose ridícula.
-¡Waa! Tengo hambre, Andrew cocina algo. -Ordenaba Luhan. -Marck ¿Qué se te antoja?
-Pues -Comenzaba diciendo.
-No les haré nada. -Se quejaba Andrew divertido. -Pidamos algo.
-Oh vamos cariño, tú cocina es mejor. -Decía Luhan dejando caer su cuerpo sobre el de Andrew.
-¡Basta! Asqueroso. -Se burlaba Andrew. -Bien, lo haré, así que muévete... No, asqueroso es que estés vivo. -Decía Andrew mirándome con odio.
"¿Qué?"
De repente ya no estábamos en la sala de la casa de Luhan, estábamos en el pasillo de la escuela, detrás de Andrew estaban todos los chicos que conocía y otros a los que no les conocía el rostro.
Mire a todas partes y no era mi cuerpo, era el de Luhan, me recargue en la pared y note que estaba llorando.
-¡BASTA BASTA BASTA! -Gritaba, pero no era mi voz, era la voz quebrada y ronca de Luhan.
De un segundo a otro volví a ser yo, de mis manos escurría sangre y el sonido de los grillos y ranas se volvía intenso a pesar de estar en un aula de clase, a mi lado estaba Luhan abrazando sus piernas y apretandolas con sí mismo, sus ropas estaba cubiertas de un rojo carmesí y varías raíces aprisionaban su cuerpo haciendole daño, al otro lado estaba Andrew dándonos la espalda y con su cabeza sobre el piso. Frente a nosotros estaban varios chicos y chicas de la escuela, estaban los papás de Luhan, de Andrew y también los míos, varios rostros desfigurados nos miraban con asco.
Comenzaron a gritar cosas que al principio no entendía y después sus palabras crueles y claras se enterraban en cada uno de nosotros como cuchillos.
-Dan asco. -Decía una chica de la clase de a lado.
-¿Por qué no mueren? -Decía uno con odio.
-Deberían de morir. -Se burlaba otro
-Maricones. -Decían varios y escupian a mis pies.
-¡Yo no soy ningún maricon! -Se defendía Andrew. Nos miraba suplicantes y las raíces se enredaban tambien en su cuerpo, asfixiandolo, de un momento a otro nos daba la espalda, en eso se levantaba con tranquilidad y desaparecía de entre la multitud. Comencé a llorar y el pánico me consumía Luhan tomo mi mano y todo se silencio.
Ya no había nadie gritandonos, esta vez sólo éramos él y yo.
-Lo siento, lo siento, lo sie- Repetía esas palabras hasta que ya no podía más y mi garganta se sentía seca y mi pecho vacío, Luhan se colocó frente a mi pegando nuestras frentes y sin soltar mi mano habló con tranquilidad.
-Todo está bien, no es tu culpa. Podría besarte para que... -Su voz parecía alejarse. Sus labios se movían pero no sabia que estaba diciendo, las últimas palabras las dijo con claridad. -... Lo hice por nosotros tres.
Escuche su risa y yo también reí, entonces desperté.<<
Mis lágrimas caían y mi cabeza comenzó a doler, me lleve las manos a la cara respirando con fuerza, me arrastre como pude a la cama sosteniéndome de las cobijas haciendolas caer y colocándome debajo de las almohadas, seguí llorando.