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¿Amante? por Pikacha-sama

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Notas del capitulo:

Jajajaja, holis a todos.

Perdonen el retraso, digamos que estuve en cortes comerciales.

De nuevo, Shiki tu capítulo hermosa :)

Gracias a Midori por su corrección y sin más, continuamos :)

 

[4]

¡Luce hermosa!: retoca tu rostro, arregla tu cabello y luce lo mejor posible para él.

            Naruto era guapo y lo sabía. Era relativamente joven, tenía 28 años y un cuerpo atractivo, el que se hubiera casado joven se debía a otros factores, pero no importaba, se sentía hermoso y eso era lo que contaba en su autoestima. Esa mañana en especial, se había arreglado su cabello, se había puesto su mejor ropa y esperó a que fuera la hora del partido de futbol de Menma.

 

            Lo sorprendería con su belleza delante de sus amigos para que pudiera presumir de su padre doncel. Estaba tan extasiado con la idea de poder lucirse delante de los compañeros de su hijo que jamás sintió la mirada recelosa de su esposo. Sasuke estaba que ardía en celos por la actitud, vestimenta y el encanto que destilaba su pareja al caminar.

 

            ¡Estaba frustrado! Había hecho muchas cosas ese mes para intentar lograr sus metas y parecía que el rubio iba en un camino contrario a él. Naruto se estaba estresando demasiado con su trabajo y vio la oportunidad perfecta para empezar con sus maquiavélicos planes, escondió las pastillas anticonceptivas de su esposo y esperó a que la ley de causa y efecto hiciera lo suyo, pero Naruto había estado tan cansado que habían tenido sexo solo una vez en todo el mes.

 

            La situación se le salió de las manos con sus celos estúpidos con Menma y habían terminado más distanciados que nunca. Incluso, seguía durmiendo en la habitación de huésped cuando bien podría haber aprovechado ese tiempo en la concepción del hermano menor de su hijo, pero Naruto, estaba en un plan donde si quiera lo dejaba tocarlo.

 

            Añadiéndole un plus, se había enterado por la vecina entrometida de enfrente que un muy querido amigo del rubio lo había visitado hace unos días atrás cuando no había nadie en casa, desatando aún más sus celos. Shikamaru era un inoportuno que le había dado batalla en la universidad por la atención de Naruto, sin embargo, cuando el rubio lo prefirió, se retiró valientemente de la batalla.

 

            Sí, sentía que sus celos estaban al borde del termómetro. Naruto se había vestido sexy para el partido de futbol de su hijo ¡Donde Shikamaru siempre iba a apoyar a los niños porque su sobrino participaba en ellos! ¡¿Qué diablos estaba pasando?! Sus malditos celos lo estaban dominando más que nada y sentía que pronto iba a estallar una revolución.

 

            — Ve a cambiarte, dobe. No te llevaría a un partido de Menma con esa ropa.

 

            El rubio, al igual que su hijo, no le miraba nada de malo a su vestimenta. Sabía que los leggins contornando su cuerpo llamaban mucho la atención, pero no por eso iba a cambiarse. Necesitaba hacerle ver a su hijo lo genial que era, antes de que comenzara a engordar.

 

            — ¡Debes ser una broma, teme!

 

            — ¿Cuándo te he hecho alguna?

 

            Lo meditó por dos segundos, Sasuke no era un tipo que las hacía, pero no le miraba lo malo a su vestimenta ¡ni siquiera iba enseñando piel de más! Sólo se había puesto atractivo para llamar la atención de Menma y sus compañeros. Pero ahí estaba su esposo reprimiéndolo, lo observó por unos minutos y se dio cuenta de la severidad de sus palabras. Joder, que Uchiha también iba con ropa provocativa, esos lentes de sol estaban de más en su guardarropa y él no decía absolutamente nada ¿es que quería opacarlo de nuevo?

 

            — Púdrete, Uchiha, no estoy de humor para tus celos ´ttebayo.

 

            — No subirás a mi auto hasta que no te cambies, usuratonkachi.

 

            Naruto no necesitó escuchar más para tomar a Menma de brazo y subirse a su coche sin remordimiento. No iba a permitir que nada ni nadie lo opacara en su momento de brillar, las malditas inseguridades de su esposo se podían refundir en lo más profundo de mente. Se iba a dedicar a ser el mejor papá del mundo y nadie lo iba a detener.

 

            — Adiós, papá —  se despidió el pequeño con una sonrisa de superioridad en el rostro. Le estaba dando jaque mate con su arrogancia, entre los dos siempre había sido una pelea continua por la atención de Naruto y su hijo llevaba la delantera en su pequeño jueguito.

 

            Cerró los ojos tratando de tranquilizarse, pensando en la concepción de su único hijo. Había jugado sucio cambiando las pastillas anticonceptivas en aquel tiempo por los celos fundamentados del ex novio de su esposo. El maldito pelirrojo le había declarado la guerra, añadiendo que no jugaría limpio de ser necesario, un mes después el rubio ya estaba embarazado por su persona. Sabía que eran jóvenes para ser padres, pero había sido su mejor jugada.

 

            Una muy inteligente, el padrino de Naruto había estallado en cólera con la noticia “obligándolo” a tomar la responsabilidad, siendo una “victima” de la situación. El problema habían sido sus padres al rechazar a su candidato por el espíritu tan independiente y altanero que tenía, pero eso poco le importó, sería él quien se casara con el rubio, no sus padres.

 

            Suspiró frustrado consigo mismo, sus celos eran monstruosos, más al sentir a Naruto tan distante de sí. Anteriormente había pasado que peleaban y no dormían juntos, pero a lo máximo era una semana, ahora llevaban tres semanas y sentía que en cualquier momento se arrastraría como gusano detrás de él, sin embargo, su orgullo lo mantenía temple a la situación.

 

            Reprimido, tomó las llaves del auto y emprendió hacia el dichoso partido de futbol.

 

 

 

 

 

Se dulce e interesante: una de tus obligaciones como esposa es distraerlo y hacer feliz.

 

            Naruto llegó demostrando una gran sonrisa mientras los amigos de Menma lo miraban como si fuera el mejor. Había hecho diez dominadas sin fallar alguna, en la última subió la potencia hasta que la pelota cayó en su cabeza e hizo diez cabezazos llamando la atención de los padres. Muy pocos conocían al rubio, Sasuke era quien la mayor parte del tiempo asistía a los eventos de su hijo y eso sólo lo hacía sentir peor. Se dio ánimos mientras escuchaba los susurros de los niños diciendo que Menma tenía al mejor papá del mundo.

 

            Su cabeza se irguió con orgullo.

 

            — ¡Vamos Menma, los ayudaré a calentar! — gritó eufórico el rubio, su pequeño asintió tomando el balón y dirigiéndose a la cancha. Su papá la haría de portero mientras los demás asistían a su encuentro.

 

            Cuando Sasuke llegó no le gustó para nada lo que encontró. Varios de los padres de los niños estaban en las bancas hablando del atractivo trasero que tenía cierto rubio. Naruto estaba dando todo un espectáculo con esos leggins y él tenía la culpa por haberlo permitido salir de casa así. Carraspeó la garganta llamando la atención de los hombres.

 

            Sai se sorprendió de ver a Sasuke escuchando a sus espaldas, sabía los celos de su ex compañero de universidad y decidió agregar la fea pareja que hacían juntos, sin más, el contrario se le fue encima sin contemplar la situación. Estaba rabioso, cegado por sus problemas maritales para comprender que el chico sólo bromeaba.

 

            — ¡Papá! — gritó Inojin mirando como su padre era cruelmente estrangulado.

 

            — ¡Sasuke, suéltalo! — exigió el rubio sin poder creer que su esposo estuviera lo suficientemente demente para atacar a otro padre de familia. Joder, que ya no los invitarían a esos eventos que a Menma tanto le gustaban. Separó a duras penas a su esposo del contrario mirando el rostro desilusionado de su hijo.

 

            — ¡Esto no se quedará así, maldito engendro! ¡Con un Uchiha nadie se mete! — vociferó el susodicho mientras se soltaba del agarre del rubio. Estaba furioso por todo, la maldita abstinencia lo tenía peor de lo que creía, al más mínimo roce estallaba. Se tocó la cabeza, totalmente frustrado. Tenía ganas de matar a alguien.

 

            No solo el pequeño azabache estaba decepcionado, Naruto también ¿Cómo era posible que todo el esfuerzo que estaba haciendo su esposo lo tirara a la basura en un abrir y cerrar de ojos? Negó con cabeza mientras suspiraba, estaba tratando de controlar la bilis que lo estaba molestando, no quería creer en lo egoísta que era su pareja.

 

            — Papá… —susurró su pequeño retoño llamando la atención de Sasuke.

 

            El rubio no pudo más que gruñir bajo al ver que su hijo prefería a su otro padre, aun, en la situación que estaban teniendo. El azabache se giró tratando de controlar su cólera, pero le era imposible, Naruto era demasiado sexy para su propio gusto, siempre tenía que llamar la atención más de lo que debería. Apretó los puños tratando de borrar el ceño fruncido y miró a su primogénito.

 

            — No debes de preocuparte, Menma — soltó el rubio con calma, — tu padre se disculpará con Sai, ¿verdad, teme? — preguntó en un tono tan dulce, pero tan falso que a Sasuke le causo escalofríos. 

Notas finales:

¿Qué paso? te estoy mirando y sé que no pensabas dejar comentarios, ¡te pillé! Jajajajaja, dejen comentarios por favor :) La juerga a penas comienza ;)


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