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El Emperador y el pirata por reydelosPK2

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Un nuevo inicio


-¿Te cuento algo?-Pregunto el muchacho de cabellera castaña y ojos verdes, con piel pálida y su ropa suelta al otro joven que hacía a su lado, este de cabellera castaña ojos color miel y tez blanca pero algo bronceada por el sol. Ambos de similar edad compañeros de infancia, de hecho el ojos miel fue quien dio con el ojos verdes en una de la muchas ciudadelas destruidas por los conflicto políticos que atravesaron muchos reinos tras la guerra con el demonio dador de vida. Como un pacto de supervivencia se hicieron amigos y declararon hermanos para lidiar con la cruda realidad del mundo que enfrentan los huérfanos.


-…- El mayor no dijo nada solo miraba el suelo y es que estaban colgando de los pies… sentía la sangre subirle a la cabeza… ¿Cuánto tiempo podrían aguantar sin caer inconscientes? Se preguntó mirando al guardia que comenzaba a cabecear por el sueño.


-Vamos sé que me escuchas… es ridículo que trates de aplicar la ley de hielo- regañaba el ojos verde comenzando a sentirse culpable de su actual situación, jamás fue su intención que los traicionaran.


-ok… ¿qué quieres contarme?- le pregunto de mala gana el ojos miel resignándose a perdonarle después de todo era su única “familia”.


-Anoche soñé con que éramos piratas y navegábamos por el mundo entero, conseguíamos mujeres, dinero… éramos los piratas más poderosos que existieron.


El mayor sintió ganas de golpearlo, de hecho se balanceo y termino golpeándolo con su cuerpo


-Noticias, si somos piratas y por tu estupidez y adivina que… estamos capturados por los hombres del reino…- miro la insignia del soldado sin poder reconocerla


-Celeste- repuso el menor calmadamente


-Eso. Celeste, suerte tendremos sin no nos cortan la cabeza, idiota ya te había dicho que no confíes Drago… solo nos han usado para distraerles.


-Eres un exagerado. Es lógico que nos usaran… es parte de la iniciación.


-Tom Hiddleston…- le llamo por su nombre completo con ese tono de molestia que solo ponía cuando hablaba en serio- olvida esa tontería de ser un pi…-


-Shuu…- Le interrumpió Tom- ya se durmió


-HA, ya era hora… ya comenzaba a dolerme la cabeza- repuso- Haz tu gracia- ordeno olvidándose de su enfado, sintiendo como Tom fácilmente se llevaba hasta llegar a tocar sus pies, como las cuerdas de sus muñecas eran cortadas por una daga que escondió entre sus mangas- esto va doler…- dijo resignado a caer al ver como su cuerda era cortada y no había terminado de deshacer los amarres de sus manos.


Plas


Cayo al suelo  más bien puso poner sus manos que aun estando amarradas amortiguaron el golpe y el ruido. Girando cual acróbata se puso de pie mirando a Tom caer cual gato sobre sus piernas.


-¡¿QUÉ DE…?!-Trato de gritar el soldado del reino de celeste al momento que abría los ojos y miraba a los prisioneros libres y el mayor de ellos darle una patata que lo tumbo al suelo donde rápidamente lo ataron para después colgarlo


-Gusto en conocerte… que la pase bien- se despidieron ambos jóvenes mirando en su entorno una forma segura de escapar de ese navío perteneciente al reino Celeste.  


-¿Y ahora qué?-Pregunto Nairb


-simple. Tomemos el barco y recorramos el mundo- Nairb rodo los ojos. Porque Tom siempre quería recorrer el mundo. Nairb solo quería encontrar un hogar donde vivir en paz, pero no… Tom siempre terminaba a arrastrándolo al mar… a una inestabilidad total donde un día vivian bien y al siguiente luchaban por salvar sus vidas.


-Tonto… Si no recuerdas hay más de cincuenta soldados en este barco resguardando el embarco de la reina Iris, no creo que todos sean tan idiotas como el anterior. Incluso creo que algún general pueda estar escondido por allí. Lo mejor será huir


-¡JAMAS!- Tom se colgaba de un poste de madera llegando a la cima de algunos cajones de municiones- tomaremos este barco y emprenderemos en busca de nuestros destinos…- sacaba de una de las cajas cargas de pólvora y se las arrojaba a Nairb-Tu eres bueno para esto- le ánimo y el mayor rio de un lado. Tom jamás le hacía caso, pero bueno… el tampoco deseaba abandonar al menor, estaba seguro que si seguían vivos era porque estaban juntos… Aunque supuso que vivir mejor solo.


Busco con la mirada algo que sirviera para contener la pólvora y también algo para prenderla. Giro a ver al guardia atado y terminado se ser colgado al poste de madera por Tom. Sin dudarlo se acercó a Tom para robarle la daga y cortar la capa del soldado. En pocos minutos tenían una buena provisión de bombas de pólvora y un mechero mecánico. Tom miro a Nairb y asintió. Para que negarlo su hermano era listo y bueno con las manos, capaz de crear cosas que jamás llegaría a pensar posibles.


-Bien ahora a por ellos- dijo animado Nairb.


-A por ellos- repuso Tom saliendo a la superficie para de nada volver a entrar. Justamente afuera sobre la cubierta el resto de los soldados realizaban la limpieza de la nave y un general de celeste supervisaba. Al abrirse la compuerta que conectaba a la parte del depósito y el calabozo todos los soldados miraron y el general también y descubrieron sus prisioneros mirándoles cual idiotas.


-¡Abran!-Ordenaba el general de celeste cabreado, al notar que la compuerta fue trabada por los dos bribones con una daga.


-¡Apúrate! –Gritaba Toma Brian el cual solo miraba por todos lados. Ese era un general, se distinguía por su armadura elegante del resto, supuso que la daga no lo detendría por mucho tiempo.


-Maldición, maldición- renegaba Nairb sin saber que hacer, solo se le ocurría una idea pero era muy arriesgada y además estaban en medio del mar…- No me apures- protesto contra su hermano para resignarse, no había más salida que esa. Deposito cuatro cargas de pólvora  y las prendió corriendo donde Tom para esconderse en una esquina


Ambos miraban como la compuerta casi era abierta, esa daga parecía un alfiler para la tremenda fuerza del general.


La explosión hizo que todo el barco se balanceara de un lado a otro, los que estaban distraídos no pudieron evitar caerse al perder el equilibrio. El general tampoco pudo evitar soltar la manilla de la entrada al sótano y correr a un extremo del barco para ver el tamaño del daño de la flota y allí los vio. Ambos bribones saliendo por ese hueco nadando cual renacuajos


-Señor- llamo uno delos soldados, mostrándole una par de pistolas


-No, déjalos, quiero ver como sobreviven… después de todo estamos en medio del mar. Dudo que puedan sobrevivir…- concluyo el general riendo divertido. De verdad le tomaron por sorpresa desde el primer momento que les vio. Aunque no se dejó ver para darles algo de esperanza, pero esos dos tenían potencial para ser soldados o quizás… un verdadero dolor de cabeza. Sin duda esas aguas siempre tuvieron piratas que se multiplicaron después de la guerra con el dador de vida.


-No se robaron nada- dio uno de los soldados revisando la mercancía- deben ser novatos o quizás unos idiotas- se burlaba. Reparar el barco no sería complejo- La Reina no se molestara mucho.


El primer general seguía riendo sutilmente, claro que Iris no se molestaría por esta nimiedad, peores cosas había soportado, pero no estaría demás incrementar la vigilancia y reducir el número de piratas.



En medio del mar ambos cuerpo flotaban sin dirección. Cansados de nadar y por ser de noche, se dejaron flotar amarándose la muñeca del uno al otro para no separarse por causa de las corrientes de mar.


-Lo siento…- dijo Tom comprendiendo que nuevamente su sueño de ser libre y recorrer el mundo entero causaba problemas


-un lo siento no sirve de nada…- reto Nairb elevando su mano y mirando su anillo. Ese anillo  negro que tenía cual adorno una pequeña esmeralda que solía brillar señalándole la dirección a la cual ir. Si… su anillo. Aquel que siempre porto desde nacimiento, fue ese anillo el que lo llevo hasta Tom, fue ese anillo, quien lo salvo de muchas cosas… supuso que era afortunado… sus padre lo quisieron, hallan pasado lo que halla pasado con ellos, tuvieron al decencia de dejarle ese anillo.


Sus ojos cansados se rindieron y cerraron.


Entre sueños pudo oírlo. Una vos divertida


-Recuerda entonces… Es tu única oportunidad para regresar… Encuentra a Gaya y podrás quedarte en el mundo de los vivos… falla y tu alma será destruida.


Abrió los ojos aterrado mirando el sol y sintiendo su piel seca y quemada. Mas ya no estaban en el mar, ahora estaban sobre arena. Se levantó y busco a Tom, este no estaba a su lado.


-¡Tom!-Le llamo con miedo de haberle perdido- ¡Tom!- nuevamente con desespero


-Aquí-Llamo el menor y el corazón de Nairb se calmó y camino torpemente sobre la arena en dirección de su hermano, el cual se hallaba sobre una palmera sacando tantos cocos como pudiera.


Pasaron el resto del día buscando la manera de abrir los cocos, pues en esa isla no había ni una maldita piedra.



-Así que…- Repuso Iris mirando a su primer general- nuevamente aparece la molestia de los piratas…- supero restándole importancia. Diez años pasaron desde la guerra con los demonios. Unos piratas no eran nada porque preocuparse, sin embargo que su primer general los dejara escapar… No le agradaba mucho.


-Reforzaremos la vigilancia- anuncio el general y la reina asintió tragándose su enfado.



Lograr la estabilidad en cada uno de los reinos tras la guerra no fue fácil, pero se lo logro en una gran mayoría. Thor a los cinco años de sus inútiles intentos y tras recibir un puñetazo de su hija comprendió que era imposible recuperar a Ikol. La estatua del demonio seguía adornando su biblioteca, mas solo era eso. Una estatua. Con el dolor en su pecho, analizando su vida tomo ejemplo del resto y comprensión de su estado. Como emperador debía gobernar su reino y eso hizo.


Recuperar al fe de las persona no fue tarea fácil, pero se esmeró día tras día en solucionar las disputas y usando la fuerza y el miedo en esos reinos que mostraron más resistencia, impuso y aplicando leyes lógicas y justas  que con los años convencieron a estos reinos de que era lo mejor. Todos en trueno miraron con buenos ojos el que su emperador finalmente hubiera madurado.


Este nuevo mundo no era como el anterior. No era un mundo que deseara guerras y luchas, de aceptar esas armas usada por los generales y los reyes, era un mundo que gritaba por seguridad, paz y tecnología. Que a gritos pedía olvidar lo sobre natural y mantenía como tabú la historia. Nada deseaban  saber de los demonios.


Las tradiciones comenzaban a cambiar, rey no era el que tuviera una espada, ahora rey era el que era elegido por el pueblo. La democracia reinaba en varios reinos que por alianza seguían siendo parte del imperio de Asgar.


Solo un reino parecía seguir hundido en la oscuridad: Zafiro. La espada de su último rey adornaba lo que fue el campo de batalla con los demonios en el reino Fuego, al igual que las otras espadas de reyes muertos, pero estas con el tiempo hallaron un dueño. La espada de Zafiro seguía terca como su gente. No aceptaba dueño alguno. Un reino rico pero hundido en el conflicto eterno, donde la mafia gobernaba y explotaba a las personas. El tráfico de seres humanos era aterrados y la tecnología que alguna vez los destaco cayó en manos de la mafia y era usada para mantener fuera a los demás reinos de sus tierras, sin mencionar que era muy afines con los piratas pues estos se encargaban de llevar el contrabando de joyas a vender a los demás reinos del continente este. Thor miro resignado lo inútil de sus esfuerzos. Zafiro no admitía gobernante, incluso la nueva orden de las palomas blancas que salían en defensa de los inocentes se mostraba recio en aceptar intrusos en el reino y odiaban al Emperador pues le echaban la culpa directa de su desgracia. Zafiro se volvió tierra de nadie, el reino más rico y con armamento tecnológico que los otros reinos imitaron y compraron para mejorar su desarrollo.


Judas parecía el único rey metiche que de vez en vez intentaba con su ejército irrumpir las fronteras de Zafiro y a veces era recibido por la orden de las palomas blancas y otras veces no. Por más que intento subsanar las heridas de ese reino tarde fue. Los abandonaron cuando los necesitaron… Ya no había vuelta atrás, Ellos ya no confiaban en nadie.


Marflow también lo comprendió y con el dolor de su alma lo acepto. Ambos reyes regresaron a sus reinos.  Judas cada año acudía a Fuego para depositar flores a la tumba conmemorativa de su amigo de infancia y hermano Brian el último rey de Zafiro.


-Hola…- susurro Marflow apenada. Cuantos años sin poder hablarse bien. Cuantos años esquivando las miradas por sentirse culpables de su muerte. Uno por sentirse incompetente, la otra por haber llegado tarde. Simplemente la amistad que los unía se rompió y convirtió en miedo.


-Hola…- finalmente Judas se dio el valor de hablarle y mirar a la mujer que amaron. Realmente todo parecía tan lejano. Diez años dolía como si su muerte fuera reciente, mas al verse todo precia tan lejano. La propuesta de matrimonio, Brian irrumpiendo, sus juegos… todo.


-Te vez bien- repuso Marflow y Judas rio tontamente


-Quisiera decir lo mismo de ti, pero no me acostumbro a tu nuevo brazo


-Si. Yo tampoco, es una mierda. No puedo moverlo, es solo decorativo, por más que me pongo la prótesis esta es molesta. Lenta y no hace lo que yo quiero


-Si él estuviera vivo de seguro te hubiera fabricado una mejor prótesis a la altura de tus necesidades…- repuso Judas mirando al tumba de Brian.


-si él estuviera vivo… muchas cosas serían mejor de las que son ahora…- repuso Marflow arrodillándose para poner las flores que ella trajo.


-Marflow…- Llamo Judas mirándola, sus cabellos ahora cortos hasta la oreja no aminoraban su belleza, el brillo de eso ojos verdes, su delicada figura no se veía estropeada por al perdida de su brazo. Seguía siendo hermosa, pero su mirada reflejaba la sombra del dolor y el peso de la amarga realidad.


Judas se acercó a ella poniéndose de frente, pisando sin querer la tumba de Brian.


Marflow arqueo las cejas mirando a su amigo de infancia. Ya no era tan joven como recordaba, ya tenía cuarenta años. Sintió como este tomaba la mano de Marflow


-Recuerdas que antes de la guerra…- guardo silencio sintiendo que su acción era un acto de traición, si por ese sentimiento se mantuvo lejos de Marflow todos esos años, pero ahora no podía solo callar su corazón, necesitaba un heredero, no dejaría a su reino caer en la misma miseria como a Zafiro, pues por más que busco nadie parecía mostrar la capacidad de dominar su espada, y su gene no aprecia de acuerdo en aceptar a un extraño como nuevo rey- Yo… te amo y quiero pasar el resto de mis días contigo a mi lado y con los hijos que podamos o no tener


Marflow abrió los ojos y recordó su declaración del pasado. Rio sutilmente


“¿Y tú… no tienes nada que decirme?” recordó la pregunta que le hizo a Brian, pues a ser sincera los quería a ambos pero Brian se clavó en su corazón tras su muerte, se preguntó si él la amaba y recordó al paloma de papel que Yuuki le entrego. Cuando sin querer la deshizo pudo leer dentro de esta:


“Quieres casarte conmigo… y si no se puede. Conmigo y Judas. Nos podemos turnar”


Entre lágrimas rio a carcajadas… para nuevamente caer derrumbada por el dolor de su muerte.


-Si…- Dijo Marflow, la demonio de fuego. No dejaría lo que quería a la surte, prefería tenerlo cerca, amarlos y compartir con él el tiempo de vida que le quedara. Los humanos eran efímeros, los demonios tenían una larga vida. Sin embargo ahora mismo deseaba estar con judas para siempre.


La boda fue anunciada en todos los reinos, y por primera vez después de la guerra, nuevamente los reyes de cada reino se juntaban bajo un distinto objetivo: felicitar a la pareja y desearles prosperidad.



-Mira esto- señalo Tom a Nairb el periódico de ciudad embarco. Regresaban a Zafiro para ver que trabajillos de contrabando podía coger. De seguro comercializar algunas piedras valiosas.


-Una boda- repuso Nairb leyendo detalladamente- parecer que estarán todos los reyes y reinas presentes. Sera en Fuego, incluso el emperador estará allí- se vio interesado y es que desde que decidieron hacer realidad el sueño de Tom de ser piratas ya habían pasado un año y tenían la valía de ser reconocidos como los piratas de metal. Solo dos en su barco, más la maquinaria usada y sus destrezas les hacían únicos y temidos por los barcos cargueros, incluso la cabeza de ambos tenía precio.


Nairb con sus 23 años comenzaba a hacer figuras de papel, palmas para ser exacto que lanzaba y veía volar cual aviones. Tom jugueteando con sus dagas antes de lanzarlas al poste donde un objetivo estaba pintado, Lanzo las dagas y ambas encajaron en el centro del objetivo paralelamente.


-Entonces… el plan es infiltrarnos en fuego y robar la bóveda de tesoros- interrogo Tom a Brian que seguía pensando en la estrategia.


-Teóricamente sí. Pero aún me falta más información… Si queremos ser respetados debemos demostrar que ni los generales o reyes pueden detenernos, que mejor que agredir a la reina demonio en el día de su boda…  Imagínate, pasaremos a ser famosos y temidos.


-Y por qué no tratamos con trueno… el emperador tampoco estará en su reino y no tiene generales. Lo veo más fácil.


-No se trata de ser más fácil o no, lo que pasa es que no será un trabajo en el mar, sino sobre tierra, en mar contaríamos con el respaldo de nuestros cañones y demás armamentos. En tierra podríamos infiltrarnos fácilmente pero al momento de sacar el botín será molesto. Si fuéramos más sería mejor, pero solo somos dos…


-Mejor. Con tu inteligencia y habilidad de crear cosas, con mi agilidad y destreza… será pan comido hacernos con los tesoros de esos ricachones- animo Tom. Nairb suspiro y asintió mirando su anillo que brillaba. Entonces debían estar en lo correcto ese anillo jamás le fallo y siempre que nombro a fuego brillo.


-Entonces…- Tom le mostro una moneda- Cara fuego y cruz Trueno. Ambos son buenos blancos, la moneda fue lanzada al aire y cogida por Tom.


- Cara…- Anuncio Nairb mirando la moneda ya rebelada sobre el brazo de Tom, ambos rieron como si nada pasara. Era hora de alistar las cosas.


Su fama se basaba en robar a navíos comerciales y sus armas tecnológicas, en usar su astucia para engañarlos. Hubo una vez que el mismo Tom con su labia logro hacerse de una embarcación sin usar la violencia, solo un juego de cartas. Era su vida. La vida de piratas. Mientras estuvieran juntos y contaran con dinero para financiar sus hobbies la vida parecía divertida. Pero…


Ambos arquearon las cejas al ver sobre custodiado por soldados de todos los demás reinos el Reino de fuego. Al parecer la pareja de tortolos no se limitaron con la seguridad. Nairb tomo el periódico del pueblo y leyó para luego negar, al parecer habían rumores de que la reina de fuego estaba embarazada y por ello la sobre protección, pues su padre el emperador no dejaría que nada perturbara a su hija en su embarazo.


-Es el padre…- dijo Tom calmadamente, le parecía lógico su demencia


Tomo el periódico y miraba asombrado pues en el mencionaban la edad de ambos y no, no encajaban


-Como puede ser su padre si tiene casi la misma edad…- reprochaba


-Es un demonio…- dijo Nairb- quizás solo al adopto como su hija. Yo que sé.


-¿Y ahora qué hacemos?


-Ya estamos aquí de todos modos. Vallamos a la fiesta, quizás podamos encatusar a un par de nobles y hacernos de algunas joyas…-propuso Nairb resignado y a la vez divertido. Siempre quiso ver una fiesta de gala, a ser sincero el mundo de la aventura le gustaba pero en su interior añoraba la estabilidad de un hogar fijo, las reglas, las normativas y el poder… Pero era huérfano, sin hogar… que camino les quedaba a los olvidados más que la mala vida y la piratería.  


Caminaron a una tienda y se probaron varios modelos de ropa. Si iban a acudir a una fiesta de gala, de gala vestirían.


-No olviden esto- repuso el vendedor de ropa. Mostrándoles un par de antifaces- será una fiesta de disfraces y mañana la boda


Ambos se miraron y asistieron.



Al entrar a ese castillo quedaron impresionados por los gruesos y largos pilares que dejaban el techo a casi diez metros de altura. Al parecer la extravagancia no era problema para los reyes. Los techos se veían decorados de pintura que hacía referencia a los demonios y las guerras. Tom miro con detalle la imagen de un demonio diferente al resto, uno de menor tamaño y piel azulada de ojos verdes que extendía su mano en dirección de un humano de cabellera rubia. No era imágenes realistas, pero aun así… creía poder verlos cual personas.


 


Extendió su mano en dirección de Brian


-Oye… ¿No crees que se parece a mí? Señalo al demonio. Brian alzo la mirada contemplado las pinturas y descubriendo al demonio extraño. Solo eran dibujos basados en geometría que asemejaban a seres humanos pero carecían de realismo.


-Si. Tu eres así… tienes los ojos cual rombos y tu nariz parece un siete- se  burlaba mientras Tom le miraba con enfado


-Vamos una fiesta nos espera. Solo por hoy dejemos de ser piratas y seamos un par de nobles adinerados- le ánimo y Tom asintió divertido poniéndose las máscaras que cubrían la mitad de sus rostros.



-¡No!- se quejaba Marflow tratando de encajar en ese vestido. Fuera de ser molesto vestir como dama, era imposible.


-Solo un poco más-repuso una de las damas de compañía peleando por apretar el corsé de la rubia


-¡Te digo que es imposible!


-Pero majestad que dirán si la ven con ese vientre, pensaran que es una mujer indigna que peca antes del matrimonio


Marflow arqueo una ceja. Mujer indigna… y porque solo ella cargaría con ese título, no era justo, Judas también debía cargar con el título de hombre indigno, pero no a él nadie le decía nada. Incluso su padre le aconsejo disimular su embarazo como si eso fuera pecado aunque supuso que daba miedo. Era un demonio aun no siendo una de sangre pura como lo era su madre, daba miedo pensar en el clase de hijo que tendría, un hibrido.



Tomaron las copas de los sirvientes degustando el dulce sabor del vino. Y es que las mejores cosechas fueron abiertas para esta ocasión.


-Sabias que Fuego tiene una de las bibliotecas más completas de todos los tiempos, supe que el reino de Zafiro le entrego toda la colección de libros cuando el rey aún vivía- repuso Tom y Nairb sintió el deseo de visitar tal sitio -¿Quieres ir a verla?


-Sí y no…-Dijo Nairb formando una especie de intriga a su hermano- quiero robar los libros de ingeniería mecánica y energía…- Tom rio divertido, conocía a su hermano y la ciencia y tecnología eran su debilidad.


-Vamos entonces…- Repuso Tom animado.


Caminaron por los pasillos esquivando a los soldados y confundiéndose con algún noble que conocía a la pareja de prometidos. Lentamente se apersonaban a su objetivo: la biblioteca


Brian miro su anillo que hasta ese momento brilla dejar de brillar se detuvo, no era momento de acudir a ese sitio. Tomo de la mano de Tom para impedirle avanzar


-Que


-Nada solo que… no creo que sea oportuno…- murmuro y Tom suspiro


-¿Entonces que hacemos ahora? ¿Irnos con las manos vacías?-Pregunto y Nairb alzo la mirada y giro en si sitio, el anillo brillo cuando decidieron ir a fuego, algo debía haber, una ligera luz se formó sorprendiendo a ambos señalando una dirección, se miraron y asintieron.


-Qué opinas de la cámara de tesoros… algo bueno pillaremos allí.


-Ok, pero- miro la entrada a la biblioteca, supuso que luego lamentaría su decisión, pero confiaba más en ese anillo que en su ambición.



Judas caminaba como loco entre los invitados sin saber que demonios hacer para convencer a Marflow de casarse, y es que con el lio del vestido la chica se cabreo y los mando a volar de su habitación. Quizás esto del embarazo de estaba afectando más de la cuenta. Suspiro mirando en todas las direcciones buscaba a Thor, el padre de Marflow y aunque cinco años ni se dedicaron palabra alguna, cuando este se mostró maduro y responsable con su imperio la chica decidió tratar con él y con el tiempo se ganó su perdón. Quizás el hombre podría hacerla entrar en razón.


-Quizás en la biblioteca- repuso uno de los soldados


Rápido, rápido se exigía Judas. Girando por una de las columnas y sin querer chocando con dos desconocidos.


-Lo siento- se disculpó Tom con Judas y Nairb le miro entrecerrando sus ojos… ¿Le conocía? Sintió que sí, pero su memoria negaba tal sentimiento.


-No, no, fue culpa mía estaba uy nerviosos y…- Judas cayo y miro el lugar, estaba desierto -Este no es lugar para las visitas- repuso mirándoles con desconfianza, en una fiesta nunca faltaba un bribón.


-Es verdad- repuso Nairb sin mostrar miedo y vacilación- terminamos perdiéndonos por eso regresamos por donde vinimos… mil disculpas- Judas abrió los ojos de par en par al oírlo, era la misma voz de Brian, por fragmentos creyó que estaba frente a su amigo, más al ver al joven con mascara no encajaba, era muy joven… Brian ahora mismo estaba muerto por 10 años, y si fuera por rareza el quien después de diez años decidiera que llevar la broma de su muerte muy lejos ya tendría 40 años.


Calmo su corazón acelerado, y miro al joven mirándole fijamente con ese semblante de desconfianza detrás del otro muchacho. Gravo lo poco que podía ver. Sus cabellos castaños… si, esos también el recordaron a Brian. Los ojos miel… sin saberlo solo elevo una manos y caminaba en dirección del joven castaño que parado detrás del otro ojos verdes le miraba frunciendo el ceño.


-Sera que…- dijo judas en susurro creyendo que quizás ese muchacho fuera algún descendiente de Brian, pues no le parecería extraño… su voz, su pelo, el color de sus ojos, esa manía de mostrarse tan tajante y frívolo con ajenos. Quizás Brian supuso que un descendiente era necesario o solo fue un desliz… quizás coincidencia pero de ese parecido a Brian… lo intrigaba más de lo que quisiera pues ese joven sería el candidato perfecto para poner fin a los problemas de Zafiro, debía llevarlo ante al espada.


Nairb rodo los ojos ese hombre parecía un idiota, tan lento. De la nada sujeto su muñeca, que pretendía quitarle el antifaz. Porque, no tenía sentido. Miro A Tom que se reía haciéndose  a un lado.


-Perdón- se disculpaba Judas dándose cuenta que la cara de pocos amigos del menor


-Jajaja- seguía riendo Tom


-Lo siento pero a mí no me van los tíos- repuso soltando al mayor y cogiendo a Toma  de la oreja- con permiso nos vamos- repuso pasando al lado de judas reprendiendo a Tom amenazando que dejara de reírse o le golpearía.


Judas giro y la nostalgia lo invadió. No pudo evitar recordar a Brian ye l de jóvenes, siempre metiéndose en cada enredo donde por colaboración podían salir. Oírlo reganar al otro jovenzuelo era como viajar en el tiempo y oírle reganarle a él.


Empuño las manos. De verdad quería dejar de sentirse vacío… dejar de extrañarle, recordarle, sentirse culpable.


-Ya estas más calmado-Pregunto toma a Nairb y este hizo al cara a un lado. Rabia sintió al ver esa cara, no sabía porque pero no el agrado para nada ese hombre.


-Vamos…- repuso serio- acabemos con esto.


Ambos jóvenes siguieron la dirección del brillo del anillo. Ambos olvidando la extravagante fiesta. Ambos llegando a un campo de tumbas simbólicas y allí al lado de una cruz enorme miraron una espada. No había duda ese anillo señalaba la espada.


Nairb miro la enorme cruz y en ella leyó una inscripción:


“Duele el que no estés a nuestro lado. Mas tu valor, tu confianza y cariño perduraran por la eternidad amigo mío…”


Nostalgia… si nostalgia y frio, eso sintió en su pecho mirando a Tom correr en dirección de esa espada.


Tom sin dudarlo corrió y tomo la espada tratando de levantarla sin éxito. Nairb camino en su dirección y con semblante serio solo se agacho y la tomo como si nada. Extraño sentimiento de nostalgia y pertenencia le invadió.


-No lo puedo creer…- susurro Tom- sabes lo que significa…- interrogo mirando a su hermano


-Nada…- repuso Nairb- no significa nada. Zafiro sin importar que está hundido en la desgracia- hablo serio- aun con un rey… nada cambiara. Nosotros somos piratas.



Con la boda realizada. Ambos acudieron a la tumba de su amigo para festejar con el su felicidad pero la cara de ambos abandono la sonrisa que portaban cuando no hallaron la espada de Brian al lado de su tumba. Se miraron mutuamente sin saber que pensar.


Los rumores corrieron por todos los reinos. Un nuevo rey de Zafiro se hacía presente y en el mismo reino de Zafiro la orden de palomas blancas esperaba su llegada. Mas este hasta la fecha no se presentaba y no le parecía extraño… muchos deseaban su muerte pues ya tenían hundido a Zafiro bajo su mando y un rey que impondría su voluntad y acabaría con su fuente de dinero y poder no era grato. 


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