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Lo que anhela un niño por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Portada

Actualizaciones: Cuando se pueda, sin fecha clara.

Aviso: No es shota ni mpreg.

La explosión se escuchó en toda la villa. Los ninjas mantenían a los enemigos fuera de la gran muralla, tratando de proteger a todos los aldeanos que corrían siguiendo el protocolo hacia los refugios, sin embargo, los escuadrones de élite estaban fuera, luchando por proteger Konoha.


Como Hokage, era su responsabilidad proteger la villa y sus ANBU estaban a su lado, protegiéndole a él. Naruto miró a su lado derecho, observando a ese último ANBU que le seguía a todos lados, que mantenía el mismo ritmo que él, que jamás se separaba lo más mínimo y sonrió. Sasuke siempre sería ese ninja en el que podría confiar pese a sus errores del pasado.


Un grupo de ninjas enemigos se acercaba de frente, lo que hizo sonreír aún más a Naruto. Tanto tiempo había estado encerrado en esa oficina que un poco de acción la echaba de menos. En su mano, apareció el Rasengan pero cuando se lanzó al ataque, lo único que atravesó fue el aire, Sasuke se le había anticipado como siempre, acabando el ataque incluso antes de empezar, derrotando a todos los enemigos en un pestañeo.


Naruto chasqueó los labios al ver cómo Sasuke aceleraba y se ponía al frente, protegiéndole, porque él siempre sería así, porque ése era su trabajo y no dejaría jamás que nadie le hiciera daño.


- Maldita sea – se quejó en susurro.


Continuaron avanzando pese a que Naruto veía el rostro de disgusto en el resto de ninjas de su escuadrón. Sasuke no volvería a ser aceptado y lo sabía, para todos era sólo un traidor, por eso se había negado durante tanto tiempo a vivir en la villa, por eso se mantenía a distancia y sólo acudía a trabajar, tan sólo como su ANBU personal. Seguramente tras terminar esta misión volvería a desaparecer en los bosques de Konoha hasta la siguiente misión. Era su mejor ninja, lo mejor que tendría Konoha, pero ellos no volverían a aceptarle.


La gente le odiaba, le consideraban un asesino, un traidor, alguien en quien no podían confiar pese que para él, Sasuke siempre sería el único en el que realmente confiaría ciegamente. Fue su rival en la academia y se convirtió en su mejor amigo.


- Están unos metros más adelante – exclamó Sasuke con el sharingan activado – puedo verles.


- Ve – dio la orden Naruto con una sonrisa, ganándose otra sonrisa de vuelta de ese orgulloso Uchiha antes de que su pie golpease la última rama y cogiera más velocidad, desapareciendo casi al instante.


Era una guerra, una que Naruto no estaba seguro de poder ganar y que sus tropas no comprendían. Muchos ninjas buscaban a Sasuke, muchos querían verle muerto por los crímenes cometidos, pero él le había dado un refugio pese a las dificultades que estaba teniendo en la aldea. Quizá por eso había decidido vivir fuera de ella, vivir solo y alejado, decir a todos que estaba de “penitencia” cuando la realidad era muy diferente. ¡De nuevo solo! Como cuando era un niño, él siempre estaba solo.


- Rodearemos al enemigo – comentó Naruto.


- Pero, señor...


- Es una orden – dijo Naruto con un tono mucho más serio.


- Sí, Hokage – comentó el ninja aunque no muy convencido de tener que abandonar su puesto de defensa del Hokage.


- ¿Por qué todos me cuestionan últimamente? – preguntó Naruto a Kakashi a su lado.


- Porque no entienden el motivo por el que te estás exhibiendo de este modo ante el enemigo. Podrías dejar a los ninjas a tu cargo para que libren estas batallas, sólo quieren protegerte.


- Yo no soy como los otros Hokage, yo no voy a esconderme detrás de mis ninjas. Mi padre no lo hacía y yo no lo haré. Lucharé junto a ellos, lucharé por ellos y seguiré los pasos de mi padre.


- Intenta no morir en el intento como él.


- Él se enfrentaba a un demonio, yo a humanos – sonrió Naruto – y además… tengo a Sasuke de mi lado.


-nSasuke va por libre, como siempre.


- Sí, pero siempre me protegerá, confío en él y sabe cuál es su trabajo.


Apenas tuvo tiempo de seguir hablando cuando tuvo al enemigo en su campo de visión. Allí se encontraba Sasuke, en medio de la gran explanada, blandiendo su espada con la derecha y haciendo unos sellos con su mano izquierda. ¿Cuánto le había costado convencerle para que Tsunade se ocupase de su brazo? ¡Demasiado tiempo! Tres años, tres largos años donde Sasuke sólo pronunciaba negativas a recuperar ese brazo y ahora… por fin volvía a tenerlo, completamente vendado, igual que el de Naruto, símbolo de todo lo que ambos habían vivido, una señal que les unía. Quizá la gente sólo veía vendas, ellos veían mucho más que eso. Fueron y seguirían siendo compañeros de armas, tendrían esa confianza que no muchos lograban tener el uno por el otro.


Los enemigos caían uno tras otro y para cuando Naruto llegó al campo, Sasuke ya se había ocupado de todos ellos. Eso le enfadó, él buscaba algo de acción fuera de su oficina y Sasuke acababa arrebatándosela.


- ¿No podías dejarme alguno? – preguntó Naruto.


- Eres el Hokage y yo tu ANBU – comentó Sasuke – acostúmbrate a que otros hagan el trabajo de campo, tú dedícate a poner firmas en los documentos.


- SASUKE – gritó enfadado con él, pero sólo consiguió que ese moreno sacase una sonrisa de medio lado, una de prepotencia como cuando eran niños.


Para Kakashi aquello era evidente que iniciaría en una pelea entre ambos, discutirían, se insultarían y acabarían en el Ichiraku Ramen comiendo como todos los días. Era algo que ya no le sorprendía. Los había tenido desde los doce años, siempre actuaban de igual forma el uno con el otro.


La discusión de ambos se detuvo al instante cuando aquel humo blanco apareció, cuando el aire sopló como un huracán llevándose unas cuantas ramas de los árboles cercanos y levantando el gran polvo captando la atención de todos, incluida la de Naruto y Sasuke. ¡Una invocación! Ambos sabían muy bien que se trataba de eso, alguien había invocado una gran serpiente.


- Ésa es toda tuya – le dijo Naruto – tú eres el encantador de serpientes.


- Invoco serpientes, no las seduzco – comentó divertido Sasuke.


- Como sea… haz uno de esos truquitos tuyos y dile que se siente.


- Es una serpiente, no un perro – se quejó Sasuke – encontremos al invocador y derrotémosle, será mucho más rápido.


- De acuerdo, tú por la derecha, yo por la izquierda.


- De eso nada, Kakashi irá por la derecha y yo iré contigo por la izquierda.


- ¿Te crees que no sé defenderme? – se quejó Naruto.


- No lo sé, llevas muchos años en la oficina – sonrió Sasuke retando a Naruto – es mejor que te acompañe, gatito asustadizo.


- Deja de llamarme así, ya no soy ese niño, crecí.


- Y sigues necesitándome – sonrió de nuevo Sasuke iniciando la carrera hacia la izquierda y Kakashi iba en dirección a la derecha rodeando la gran serpiente que se movía con violencia por el bosque.


- Ey, imbécil, no me dejes atrás – se quejó una vez más Naruto corriendo tras ese moreno que parecía llevarle ventaja.


Todos los ninjas trataban de enfrentarse a esa gran invocación como mejor podían, sin embargo, los heridos estaban siendo numerosos. Eso hizo que Naruto chasquease los labios frustrado y enfadado por la situación, pero al observar a Sasuke tan sereno como siempre y sin detener la carrera, continuó tras él buscando a ese invocador.


Pronto una luz resplandeciente se vislumbró entre los árboles, una luz que indicaba claramente que allí se encontraba el invocador. Ni siquiera le dio tiempo a hablar cuando observó cómo Sasuke cambiaba la dirección con un rápido movimiento de su tobillo sobre la última rama y se dirigía entre los árboles hacia ese punto.


- Maldita sea – se quejó Naruto de ese maldito sharingan que todo lo veía y le hacía adelantarse a él.


Naruto cambió también la dirección en cuanto pudo, siguiendo a Sasuke que se alejaba cada vez más de él. Sabía de sobra lo que pretendía Sasuke, ocuparse de todo él solo como hacía siempre y así mantenerle a salvo a él como Hokage.


- Serás desgraciado – se quejó Naruto, sin embargo, un par de ninjas aparecieron cortándole el paso.


Tan sólo un gesto de sus manos y las réplicas salieron entre el humo encargándose de aquellos enemigos, pasando a través de ellos para continuar la carrera tras Sasuke. Aún se interpusieron más ninjas en su camino, sin embargo, Naruto fue abriéndose paso uno tras otro, siguiendo a su compañero que no parecía percatarse de él, quizá porque sabía que aquellos ninjas no supondrían un problema para el Hokage. Puede que Sasuke jamás lo admitiese, pero estaba reconociendo su fuerza al dejarle apañarse sólo con aquellos enemigos.


Para cuando Naruto llegó hasta el invocador, éste ya se encontraba en el suelo en un charco de sangre. Sasuke se había ocupado de todo y la serpiente se tambaleaba hasta caer al suelo, derribando una gran cantidad de árboles a su paso, pero deteniendo la masacre de sus hombres. En una gran humareda, la serpiente desapareció.


Ni siquiera podía ver a su compañero, tan sólo deseaba que cesase aquello para poder ver a Sasuke. Necesitaba saber que su compañero estaba bien.


- SASUKE – gritó Naruto entre el humo, tosiendo ligeramente mientras se movía ciegamente entre el humo, tratando de encontrar a Sasuke.


Tan sólo un empujón, eso es lo que sintió, un empujón antes de caer al suelo y ver a Sasuke encima de él empapado. Seguramente por culpa de aquella serpiente que le habría escupido algo. Sintió un poco de asco, la misma repulsión que sentía Sasuke, quien no dejaba de quejarse de aquello.


- Menudo asco – se quejó Sasuke.


Naruto sonrió al ver que estaba a salvo, es más… le había empujado tan sólo para evitar una extraña habilidad que había lanzado con su último aliento aquel invocador, una habilidad que Sasuke había parado poniéndose en medio y que había golpeado su brazo sin ningún efecto aparente.


- ¿Estás bien? – preguntó Naruto preocupado.


- Sí… es extraño, creí que era un ataque contra ti pero… no ha hecho nada. Ni siquiera me duele – comentó Sasuke extrañado.


- Seguramente no tendría chakra suficiente para lanzar la habilidad.


- Eso será – sonrió Sasuke.


- Y deja de empujarme y ponerte en medio, no tienes que preocuparte tanto por mí.


- ¿Cómo que no? Es mi trabajo – sonrió Sasuke – soy tu ANBU, mi deber es protegerte.


- Yo puedo cuidar de ti también.


- Naruto… mi trabajo es protegerte, no que tú me protejas a mí – sonrió una vez más Sasuke guardando el arma.


Todo parecía volver a la normalidad. El humo se disipaba y pudo ver claramente la mano de Sasuke frente a él, sugiriéndole que la cogiera para ayudarle a levantarse. Con una sonrisa, Naruto cogió su mano y se impulsó para ponerse en pie.


Por un segundo, notó que algo iba mal. La sonrisa de Sasuke había cesado y a medida que él subía, su agarre perdía fuerza y su cuerpo se desplomaba. Aquello preocupó a Naruto, quien cogió a Sasuke antes de que cayese al suelo. Quizá esa habilidad sí había hecho algo, algo que no entendía, algo que ni Sasuke había podido prever.


- SASUKE – gritó Naruto a todo pulmón, preocupado al ver cómo su mejor amigo convulsionaba en sus brazos.


***


Abrió los ojos con pesadez. No recordaba haberse quedado dormido pero algo le vino a la cabeza, algo que le hizo incorporarse de golpe. ¡Tenía que ir a la academia! Incorporarse con esa rapidez hizo que su cabeza diera vueltas. Se cogió la frente un segundo con su mano, agachó el rostro y cerró los ojos intentando que todo a su alrededor se estabilizase nuevamente. Una voz llegó a sus oídos, había al menos dos personas hablando tras aquella puerta. Abrió los ojos y observó la puerta antes de ponerse en pie y tratar de acercarse a ella.


- No lo sé, Naruto – decía Sakura con nerviosismo – jamás me he enfrentado a algo como esto.


- Algo tienes que saber, eres médico.


- Nunca había visto esa habilidad. Tendrás que explicarme lo que viste.


- No vi nada – gritaba Naruto angustiado – él se tiró encima de mí. El ataque iba para mí y él se metió en medio, lo recibió por mi culpa. Tienes que hacer algo.


- Pero no sé el qué, no sé qué habilidad puede hacer algo como esto – le dijo Sakura.


Sakura se quedó helada al ver a ese chiquillo en la puerta, observando con sorpresa a sus dos compañeros de equipo. Eran mayores y no entendía el motivo. Miró la sala hasta que encontró un espejo al fondo donde poder mirarse. Él era un niño y sus compañeros deberían ser unos niños como él, ¿por qué no lo eran?


- ¿Por qué sois adultos? – preguntó Sasuke preocupado y sorprendido.


- Sasuke… ¿Recuerdas lo que ha ocurrido? – preguntó Naruto.


- ¿Lo que ha ocurrido?


- ¿Qué es lo último que recuerdas? – preguntó Sakura.


- Yo… ayer tuvimos un examen y Naruto suspendió, como siempre. Iruka le echó una bronca por eso.


- Es peor de lo que imaginaba – dijo Sakura cogiendo del brazo a Naruto y alejándole de Sasuke para hablar entre susurros – no es sólo que haya vuelto a ser un niño, es como si no hubiera vivido nada de su madurez, ha vuelto a ser un niño completamente, hasta su memoria, sólo recuerda lo que recordaba a esa edad.


- Está en peligro, la gente que quiere verlo muerto tiene ahora una gran oportunidad.


- Y no puede defenderse – dijo Sakura – si es cierto… sólo conocerá las técnicas que conocía entonces a esa edad.


- Joder… tenemos un gran problema.


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