Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fin del mundo y más allá por Ghost princess Perona

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les gusten...

“¿Después de tres años me botas así no más? ¿Y para colmo me vas a hacer compartir habitación con los demonios Uchiha?” el ceño de Tobirama era el más profundo que había visto en toda mi vida. “¿Sólo porque él se embarazó?” señaló a Madara, que estaba arreglando su colchón junto al mío, donde iba a dormir a partir de ahora. “Me hieres, hermano. Me hieres mucho.”

“Es sólo porque no quiero molestarte” traté de explicarle. “O a alguien más, porque a partir de ahora voy a tener que cuidar de Madara y del bebé cuando esté aquí” él siguió con esa cara de pocos amigos. “Bien, si quieres quedarte, hazlo, pero tendrás que ayudarnos con el bebé.”

“No, gracias” como cualquier joven saludable, mi otouto era alérgico a levantarse en medio de la noche por los llantos de un bebé. “Prefiero tener que soportar a los idiotas que a ti… además a partir de ahora tomaré el turno nocturno en la muralla, necesitan más guardias. Ayer hubo una pequeña infiltración… nada importante, sólo pasaron la mano por una pequeña apertura y tuvimos que cortarla para que no hicieran más daño.”

“Genial, pero asegúrate de dormir bien en el día” dije ausentemente mientras íbamos a mi oficina. Había algo que debíamos tratar… la siguiente expedición estaba programa para dentro de un mes y no sabía quién iba a dirigirla. Por su delicado estado, Madara no podía salir de las murallas. “A ver, tenemos que reacomodar algunas…”

“Estás preocupado por las nuevas expediciones, puedo sentirlo” él se sentó, cruzando los brazos. Le gusta mucho ser teatral, aunque es más inteligente que yo. “Pon a Izuna, Setsuna y Hikaku a cargo. Si algo puedo decir de Madara es que entrena buenos líderes de escuadrón. Sabrán manejarlo.”

“Tobirama, no es que no te crea, pero…”

“Tú sólo hazlo, son buenos” acaricié mis dedos, inseguro. “Por otra parte, creo que deberíamos hacer otra repartición de la población. Creo que algunos de los edificios de apartamentos más altos serían un buen lugar para vivir.”

“Sólo si los acondicionamos. Puertas de metal, refugios reforzados… huertos en lo alto para que puedan sobrevivir en caso de invasión… y aún si tuviéramos todos los recursos para hacerlo tendríamos que movernos con cuidado. La gente, por muy enclaustrada que esté, no va a aceptar tan fácilmente dejar un sitio que creen seguro.”

“No podemos pasarnos el resto de nuestra vida aquí adentro, saliendo sólo en momentos para cosechar” apreté las manos. “Tarde o temprano tendremos que expandirnos de nuevo” saqué el mapa de la ciudad, donde un círculo rojo señalaba el lugar que habíamos reclamado. “Yo… no sé si duremos mucho todos juntos. Uno pesca un resfriado y todos nos contagiamos. Hay que separarnos un poco.”

“Si lo planteas así… hablaré con los demás para que ayuden con la mudanza de algunos… no, primero tengo que prepararlo todo. Últimamente el metal abunda gracias a tus recolecciones o algo así. Supongo que podremos preparar algunas medidas de seguridad, Takumi-san estará encantado de forjar algunas puertas.”

“Hay algo que está mal” me froté la frente. “Los edificios pueden ser un poco inestables, especialmente por la corrosión. Además no ofrecen buenos refugios… tendrían que ser subterráneos de preferencia.”

“¿Subterráneos?”

“Sí”

“¿Por qué repites mis palabras?”

“Porque… creo que he encontrado una solución” sacó un cuaderno, comenzando a dibujar algo con un lápiz. “Los que cuidan de los animales o las cosechas pasan más tiempo fuera que adentro de la escuela. Seguro que puedo convencerlos de mudarse a una de las casas cercanas al parque, todos en grupo. Así podrán realizar sus labores incluso en la noche, lo que ha sido un problema. Inori o Shikara han tenido que salir en medio de la noche para atender alguna cosa.”

“¿Aceptarán reubicarse?”

“Siempre que sus niños estén a salvo, lo que sucederá si implementamos algunas medidas básicas” suspiró, pasándose una mano por su cabello. “Necesitamos algunas cosas, pero podremos garantizarlo” agarró su katana, poniéndola sobre la mesa. “¿Se van a casar? Tú y Madara, quiero decir”

“Sí, le regalé el collar de mamá para pedírselo” señalé mi cuello. “Ya lo sé, debería haberle conseguido un anillo, pero la joyería más cercana está lejos del cerco y me reñirían por ir sin una buena razón.”

“Nadie tiene un anillo de compromiso hoy en día” bostezó. “¿Querrás una luna de miel también? Porque puedo prepararte una en la zona hotelera.”

“No tienes que hacer nada, menos si es ser sarcástico” negué con la cabeza, caminando hacia la ventana. “Tenemos que preparar algunas cosas para el bebé, supongo que tendré que salir a buscar una cuna o algo así… si es que todavía queda alguna que podamos usar” maldije al paso del tiempo. “Y la ropa…”

“Van a tejer ropa nueva con la lana de las ovejas que trajeron, no te preocupes por eso. Repartirán los trajecitos de bebé entre los que los necesiten” puso algo sobre la mesa, era una chalina muy grande. “La encontré en una tienda de lujo hace poco, todavía estaba en buen estado. Puedes usarla como manta”

“Gracias por tu obsequio”

“De nada, ese bebé es mi sobrino después de todo” me miró fijamente a los ojos. “Sólo dime que no estás cometiendo un error, ¿de acuerdo?”

“No, estoy seguro de esto”

“¿Ya le han puesto un nombre?”

“Sí, lo discutimos en la noche” sonreí. Había sido prácticamente una pelea, ninguno se ponía de acuerdo en los nombres que les querían dar a su hijo. También discutimos acerca de la necesidad de que se tomara las cosas con calma durante un tiempo, pero él quería ser útil. “Se llamará Seiya si es niño, Chizuru si es niña”

“Espero que lo hayas convencido de descansar durante el embarazo” gruñó, justo la pregunta que no quería que me hiciera. “Ajá, conque ese idiota no tiene sensatez ni con una vida dependiendo de él. Debería hacerlo…”

“No vas a tocarlo”

“Quizás… pero si fuera por él se llevaría a tu bebé al campo para pelear con los zombies con él a la espalda” los dos estábamos de acuerdo en eso.

(“Blah, blah, blah… no pasa nada en medio del embarazo” Naruto rodó los ojos. “Ni en los años siguientes… no, miento, el nacimiento del bebé sí que es una cosa digna de mencionar” sonrió. “Y vaya que fue digna de mención, debería ser un antecedente a lo mío ttebayo.”

“Claro, tú eres descendiente de Seiya, ¿no?” Sasuke continuó con su trabajo, finalmente comprendiendo cómo las cosas funcionaban ahí dentro. Repasó los otros manuales de mecánica, dando las gracias porque las generaciones pasadas hubieran considerado importante enseñarles a leer.

“No es por eso dattebayo” se mordió los labios. “No estoy seguro de cuál de ellos soy descendiente, Hashirama y Madara tuvieron al menos seis hijos juntos, cuatro niños y dos niñas. Y uno de ellos no era heterosexual… sí, creo que era ese. Se llamaba Sakuya Senju, según creo.”

“Ajá…” sacó una bujía del auto, admirando el fino trabajo de los artesanos en replicar piezas de antaño con el poco material que tenían. “Interesante.”

“Oye, teme, nunca te he preguntado, ¿Cuál es tu historia familiar?” dejó el libro de lado, acercándose poco a poco a su novio, que se puso un poco rígido. “En serio, quiero escucharla”

“No… no creo conveniente que…”

“Por favor, el nivel de consanguinidad es muy alto en este lugar, todos estamos emparentados” el rubio rodó los ojos. “Según lo que Iruka-sensei nos explicó, había tres chicos que transmitieron el apellido Uchiha, ¿de cuál de ellos desciendes? ¿Hikaku, Setsuna o Izuna? Vamos, dime”

“Bueno… Izuna” finalmente dejó el auto donde estaba. “También de Hikaku, pero eso vino después. Tobirama Senju y él tuvieron al menos cuatro hijos antes de morir en un gran ataque de zombies. El primero fue Kagami Uchiha.”

“Y supongo que él es tu bisabuelo o algo así”

“Algo así” él se volteó, regresando al auto. “Kagami también escribió un libro, según creo. Un libro de recuerdos, tenía una memoria prodigiosa y eso le ayudaba a mantenerse cuerdo después de todo lo que vio. Espero que pueda leerlo un día”

“Voy a ver si lo encuentro dattebayo” pasó las páginas de nuevo. “¿Quieres escuchar la historia de Seiya? Nació en medio de una horda como yo.”

“¿En serio? ¿Cómo fue?”)

“Madara…” Hashirama estaba muy preocupado, sosteniendo la mano a su novio, que se revolvía de dolor hasta que se desmayó. El embarazo había sido normal, Madara había sido cuidadoso y finamente escuchado los concejos de Shirohebi-sensei y las amenazas de Tobirama para descansar en lugar de hacerse útil, pero el parto estaba presentando complicaciones.  El Uchiha… bueno, ya era su esposo, aunque se negaba a dejar atrás su apellido… estaba bastante adolorido. Y eso no era lo único malo que estaba pasando. “Hay que hacer algo, los nuestros…”

“Hashirama-kun, tienes que concentrarte” el médico parecía demasiado preocupado, casi temblando por el estrés. “Creo que tendremos que operar.”

“¿Operar?”

“Una cesárea de emergencia. Aquí no tenemos el material y con la situación”

“¡VAYANCE! ¡NO ENTREN!” gritaba alguien desde el patio me estremecí al recordar la invasión que estábamos sufriendo a pesar de nuestras medidas de seguridad. La población de Konoha estaba escondida en los distintos puntos fortificados, como guaridas subterráneas con puertas de hierro o detrás de las barricadas… o al menos eso esperaba. Los guerreros estaban haciendo lo posible por contenerlos, pero…

“¡BAJA LA VOZ!” esta vez era Tobirama, que seguro ya había acabado con muchos. La escuela seguía siendo segura. Gracias al cielo, porque los niños estaban aquí. Quería con todas mis fuerzas ir a ayudarlos, pero tenía que estar ahí con Madara. Era el único aparte de Shirohebi-sensei con conocimientos de medicina.

“De… de acuerdo… A… ¿ayudo con la operación?” estaba temblando. El doctor asintió y yo tomé aire. Iba a ser prácticamente un infierno, más tenía que ser así para salvar al amor de mi vida y a nuestro hijo. Los gritos de abajo me tenían al borde de salir corriendo cuando el doctor esterilizó los materiales con agua caliente. Ya había operado con él en esas condiciones y no podía quejarme… salvábamos a más de los que esperaba.

“Necesito que te prepares para contener la sangre en cualquier emergencia, ¿está bien?” yo sólo podía ver el escalpelo acercándose a la piel de mi amor. “¡Hashirama! ¡Concéntrate! ¡Tienes que estar bien por todos! ¡Si algo me pasa tú serás el único médico aquí, salvarlos será su responsabilidad! ¡Madara y tu hijo te necesitan! ¡Haz lo mejor por ellos!”

“S… ¡sí!” agarré la pinza que me ofrecían y lo ayudé a cortar. Los dos estábamos sudando, pero yo estaba de lo más asustado. La sangre salía a borbotones y yo luchaba contra la hemorragia, tratando de no tener un colapso nervioso. Finalmente, Shirohebi-sensei pudo llegar al sitio indicado y lo siguiente que escuché fue un llanto agudo. El llanto de un recién nacido. No tuve tiempo de quedarme obnubilado con mi primer hijo, tenía que trabajar rápido para salvar a su madre.

“Ayúdame aquí” siguió cerrando las heridas y tratando de reparar el daño con sus pocos recursos. Luego cosimos juntos la herida cerrada, inyectando un poco de antibiótico para prevenir la infección. Era una de las pocas botellas que le quedaban. “Ahora hay que esperar lo mejor.”

“Sí” vi al pequeño bebé revolviéndose en una manta sobre una mesa. Por fin tuve ocasión de ver completamente a mi hijito. Lo tomé entre mis brazos, limpiando su carita de la sangre seca que lo cubría. Tomó mi dedo cuando me acerqué a sus manitas, causándome una gran ternura. “Veo que eres un varoncito… hola, Seiya-chan…”

“Qué lindo, ya te hayas hecho una idea de ser padre”

“Lo hice desde hace mucho” continué limpiando la sangre, aunque aparté la mirada de mi niño para ver a través de la ventana. “Están teniendo muchos problemas”

“Ve con ellos, yo termino de limpiar a Seiya-chan por ti” se ofreció él, alargando las manos. Yo asentí, tocando por última vez la mano de Madara para luego salir corriendo hacia el patio, tomando mi katana en el proceso. Cuando estuve fuera pedí un reporte de la situación. Al parecer Konoha estaba completamente invadida por una horda que logró penetrar por una de las casas en la barrera. Hummm, había que reforzar eso.

“De acuerdo… esto es lo que vamos a hacer” me vieron con un poco de asombro. Creo que no pensaban que iba a estar ahí. “Izuna, encárgate de una dispersión de emergencia, hay que sacar la mayor cantidad posible.”

“A la orden”

“Tobirama, pon los arqueros en los sitios más despejados posibles, pero que los mantengan a salvo. Saquen a esos malditos del juego, los más posibles” me puse unos guantes de cuero, desearía que fueran más gruesos, pero el tiempo los había desgastado. “Yo me encargaré de sellar esa maldita grieta.”

“Aniya, cómo…”

“Eso es cosa mía, pero no voy a volver mordido, te lo aseguro” salté sobre la barrera, con un objetivo en mente. Las cosas esas chasqueaban los dientes, tratando de morderme. Incluso reconocí a algunos de ellos, frescos. Al menos no eran tantos. Entonces las aves salieron del tejado, haciendo ruidos y sacando a esas cosas. Caminaron directamente a la barrera, donde los acribillaron de flechas. “Bien… es hora de aplastarlos.”

“Aniya, piensa en tu bebé, tienes que cuidar de ese…” me puso una mano en el hombro, tratando de detenerme. “Por favor”

“Es un niño, se llama Seiya” le aparté la mano. “Y pienso volver a por él” Y yo, Hashirama Senju, padre primerizo, salí corriendo hacia una muerte segura. Me moví a través de los cadáveres como Madara me había enseñado, rompiéndoles la cabeza sólo a algunos de ellos. Paso por paso, esquivando las flechas y las mordidas… “Diablos”

“¡Aniya!”

“¡Baja la voz!”

“Ummm” por mi amado y por mi hijo seguí corriendo. Logré llegar a uno de los camiones, al cual me subí. Los chicos continuaban tirando flechas. Yo arranqué el auto, avanzando con hacia la horda, los aplasté a todos con el auto y lo estacioné frente a la casa del problema. Rápidamente hice lo mismo con otro camión, sellando la apertura. Me bajé sudando como un cerdo. “Dios, eso fue intenso”

“Fue prácticamente un ataque cardiaco, idiota” Tobirama se acercó a mí hecho una furia, dándome un gran golpe en la cabeza antes de continuar. Se fijó en la casa, de donde asomaban brazos. “Tenemos que tapar eso”

“Será desde adentro” señalé. “Hay que encargar planchas de metal para que hagan el trabajo.” Otra lluvia de flechas se encargó de los que aún quedaban vivos. Al parecer no íbamos a ser capaces de salir por un tiempo. “Viviremos de comida guardada por un tiempo” el paisaje entero estaba ensangrentado. “Y tendremos que limpiar todo esto de alguna manera.”

“No va a ser sencillo… aunque todavía es tiempo de lluvia, si lloviera se podría limpiar sin menguar nuestras reservas de agua”

 “Destruiremos algunas casas para conseguir ladrillos.”

“Supongo que eso también” suspiró cansado. “¿No vas a volver por tu hijo?”

“Ah, sí… y Madara está muy mal” de repente toda la adrenalina desapareció, haciendo que me queden las piernas como mantequilla. De alguna manera conseguí ponerme en pie y correr hacia mi familia. Mi amado estaba echado en la cama, todavía respirando. Me senté a su lado, tocando su cabello, acariciándolo suavemente. Shirohebi-sensei vino en ese momento con el pequeño en sus brazos. Este parecía incómodo.

“Todavía no puedo dar un diagnostico efectivo, pero creo que estos dos van a vivir” me entregó al bebé. No podía creer que hubiera una criatura tan perfecta. “Aunque tiene mucha hambre”

“Lo ayudaré a comer” lo acerqué a su madre antes de que rompiera a llorar, no queriendo que los posibles cadáveres de afuera lo escucharan. “Menudo día, ¿no, amigo? Elegiste nacer en medio de una situación complicada” comenté mientras él se adhería al pezón y empezaba a comer. “Sin duda te van a recordar”

“Ya lo estás manejando bien” el doctor se fue, dejándome con mi hijo. El bebé se soltó cuando se llenó. Hace poco Tobirama me trajo una cuna, creo que voy a acostarlo ahí, será lo mejor mientras Madara se recupera.

Hola, queridos lectores, ha pasado mucho tiempo desde mi última entrada. Ha sido más que nada porque tuve que encargarme de Seiya en lo que Madara despertaba, pero el pequeño está bien. Y él está bien, despertó luego de una semana. Tuvo que guardar cama por más tiempo, pero ya nos turnamos con el bebé. Le encanta llevarlo consigo a todas partes mientras trabaja con la reconstrucción. A veces me preocupo por eso, ellos no parecen tener cuidado.  

Notas finales:

Hola!!! Espero que les haya gustado!! Review!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).