Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fin del mundo y más allá por Ghost princess Perona

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste

“¿Estás bien?” me preguntó Tobirama cuando estuvimos en el piso superior de nuevo. Estaba muy cansado, seguramente había estado ayudando con la limpieza y a deshacerse de los cadáveres, pero todavía tenía tiempo para preocuparse por mí. Eso era lindo.

“Sí, no me mordieron ni nada” le mostré, acomodando las carpetas en las que intentaríamos dormir. Se podían escuchar los gemidos de los muertos afuera, caminando por los pasillos o intentando salir por las partes bloqueadas. Los que lo intentaban eran menos que ayer, otros vagaban por todas partes.

“No lo digo por eso, Madara dijo que te encontraste con una de tus compañeras…”

“Ahh, sí, Kamizada-san” recordé a la chica, cuyo cuerpo desnudo habían tirado por una de las ventanas, atrayendo a los muertos. Los otros se la comieron rápidamente, con una voracidad digna de pirañas. “No te preocupes, no éramos muy cercanos.”

“No lo eres con nadie… al menos no en la escuela” se echó en la cama improvisada que logré crear para nosotros dos. Por todo el lugar se escuchaban sonidos de nuestros compañeros preparándose para irse a la cama, incluso algunos arrancando las cortinas de sus sitios para cubrirse. “Tendremos que tapar esas ventanas con algo a primera hora.”

“Quizás deberíamos hacerlo en este momento, la noche puede ponerse fría” los vidrios rotos no iban a hacernos ningún favor para conservar el calor. Casi como respondiendo a mis pensamientos, una ráfaga de aire frío entró por la ventana y los dos tiritamos. “Me pondré a hacerlo, tú cúbrete”

“¿Hay algo con qué taparlo?” rebuscó en los cajones. “No te preocupes ayudaré como pueda” sacó cinta adhesiva del cajón. “Podemos usar cualquier papel por el momento, luego habrá que poner un aislante…” paró cuando vio que la luz que se proyectaba al exterior captaba la atención de los zombies. “Apaga”

“Sí” lo hice, al igual que muchos de nuestros vecinos. “Supongo que tendremos que trabajar con la luz de los pasillos”

“O encontrar una manera de no delatarnos” agarró uno de los papeles de los maestros y lo pegó en una esquina. Trabajamos en eso en silencio un rato. “Aniya… me preocupa lo que vaya a pasar más tarde.”

“Tranquilo, no hay nada que temer” le palmeé la cabeza. “Nos rescatarán pronto. Si ahorramos energía y comida podremos sobrevivir aquí hasta que eso pase.”

“No… no estoy tan seguro de que eso… suceda… no pronto” lo miré. “Antes… puse la radio un rato. No captaba muchas estaciones… pero las ciudades están teniendo muchos problemas. Las bases militares… la mayoría de sus fuerzas han sido enviadas a las más grandes para impedir una catástrofe…” se cubrió la cara. “Lamento decir que estamos muy abajo en su lista de prioridades.”

“No deberías estar escuchando esas cosas a tu edad” le di un pequeño golpe en la cabeza. “Si lo sigues haciendo vas a convertirte en alguien sombrío y pesimista”

“Sólo soy realista. Alguien tiene que serlo” terminó de poner una cinta entre dos papelografos. “¿Y bien? Dudo que por bien que administremos las cosas que tenemos duremos el tiempo suficiente como para que nos saquen de aquí”

“Pues… un paso a la vez” terminé de sellar una sección. “conquistaremos el piso de abajo y luego toda la escuela hasta llegar a la cafetería. Ya verás, en unos días todo este lugar será seguro, tanto que cuando las fuerzas de autodefensas vengan por nosotros, tendrán una gran pista de aterrizaje en el patio.”

“¿Estás bromeando, no?” de repente estaba enfadado. “Hablas de conquistar el piso de abajo como si fuera coser y cantar” apretó los puños, no entendía por qué. “El primer piso no es como los otros. Tiene muchas apreturas y puertas de cristal que para este momento deben ser agujeros” arrancó con los dientes otro pedazo de cinta. “Las entradas de servicio, los zombies que hemos ido arrimando… ¡no hay manera de que puedas asegurarlo en un solo día! ¡Menos si son sólo dos personas! ¡Morirán ahí!”

“No grites” lo abracé. “Encontraré la manera” comencé a acariciarlo en la cabeza, un movimiento que le funcionaba muy bien a mamá para calmarlo. “Te lo prometo, haré de este un lugar seguro en donde podamos quedarnos hasta que nos salven.”

“¿Y cómo lo vas a hacer, idiota? Demonios, no he conocido a nadie más tonto que tú en mi vida. Terminaré cuidándote yo a ti” apretó su espada, que aún llevaba en el cinturón. “Encima prometes cosas que no puedes cumplir”

“Lo lograré” estábamos en medio de eso cuando alguien tocó la puerta. Pensé que era Madara, así que abrí, sólo para encontrarme con uno de los gemelos Hyuuga. “¿Qué… qué pasa? ¿Acaso el salón que les dimos no…?”

“Tranquilo, es más que suficiente para nosotros dos” me respondió, muy serio. “Yo… tengo que agradecerlo por lo que hicieron ahí abajo. Si nos hubiéramos quedado ahí nos habrían atrapado en poco tiempo”

“No fue nada…”

“Aparte… tengo que hacerle una petición. De parte de Hideyori y mía” apretó los puños. “Nosotros… aprendimos artes marciales y normalmente servirían muy bien para protegernos… pero el mundo ya no es normal” se mordió los labios. “Así que… ¿podría enseñarnos a mi hermano y a mí a utilizar la espada? Queremos poder…”

“Es que…”

“Acepta” Tobirama dijo detrás de mí. “Y si no lo haces, yo lo haré. Tienen que aprender a protegerse. Además, tener a otros capaces de pelear va a ser muy útil a la hora de conquistar el primer piso.”

“Tobi…” esperé a que Hideyoshi se hubiera marchado, dándome las gracias por acceder a darle algunas clases. “¿Por qué hiciste eso? Hay que…”

“No puedes salvar a todos, aniya. Ellos tienen que cuidar de sí mismos también” mi hermanito se echó en las carpetas, haciendo terminado con tapar las ventanas. Seguro que tendríamos que reemplazar ese material con algo térmico, pero por ahora… “Buenas noches”

“Buenas noches” me recosté a su costado, cerrando los ojos… tuve pesadillas, así que los abrí de nuevo. Apenas había luz, así que prendí una de mis linternas y comencé a escribir este diario para entretenerme. No sé si alguien alguna vez lo leerá, sólo quiero que por lo que pasamos y mis promesas queden escritas aquí… para que en el futuro, si es posible, las personas sepan por lo que pasamos.

(“¡Apresúrate, usuratonkachi! Sólo da vuelta a la página”

“Ya voy, teme, ya voy” un sonido acompañó a sus acciones. “Rayos, qué molesto eres-ttebayo”)

“Buenos días” la voz de mi hermanito y el olor de huevos fritos me despertó. No era uno de mis desayunos favoritos, pero no podía quejarme. En la situación por la que pasábamos era un milagro que pudiéramos comer algo así. “La sensei… Namikaze-sensei ha preparado el desayuno. Yuhi-sensei la está ayudando.”

“¿Sí?” bostecé, tratando de olvidar lo incómodo que estaba. Miré por una pequeña apertura en la pared de papel que impedía la entrada del aire. Durante la noche se habían despegado algunas partes, tendría que repararlo más tarde. Todavía habían zombies en el patio, demasiados. Debíamos actuar rápido. “Vamos a desyunar”

“Hay… hay algo de lo que querían hablar. Creo que Yuhi-sensei encontró un plano del edificio en la sala de profesores, donde ellos durmieron…”

“Genial, así sabremos cómo hacernos con el primer…”

“Ese no es el problema por ahora” me guio a una de las esquinas despegadas. Mis ojos se ampliaron con miedo cuando vi el panorama, pero recordé que debía controlarme. “Supongo que pasó durante la noche. Debemos ser el único lugar donde queda algo ruido en muchas cuadras.”

“Diablos” me mordí el labio. No podía pensar en una manera de librarme de ellos por mí mismo.

“Aniya… vamos a desayunar”

“¿Ahhh? Sí” recordé que mi hermanito posiblemente tenía hambre, también yo la tenía. Salimos de nuestra improvisada habitación, sólo para encontrarnos con más chicos que recién se levantaban.

“Buenos días” Rina me saludó amablemente con un bulto de ropa en las manos. “Ya secaron algunas cosas, así que… toma” me entregó dos uniformes. “Lamento no tener nada de la talla de Tobirama-chan, pero creo que ese le sentará bien.”

“¿Chan?” me reí del comentario de Tobi.

“Tranquila, seguro que le sirve. Se cambiará tras el desayuno” lo empujé, dejando en una de las carpetas los uniformes. Mientras más nos acercábamos al salón, más veíamos chicos con sendos platos de comida en las manos. Las raciones no eran muy grandes, pero espantarían el hambre por un tiempo. “Tenemos que llegar a la cafetería…”

“Buenos días” una de las chicas lo saludó al pasar. Era rubia… claro, la presidenta del club de horticultura. “Soy Inori Yamanaka, creo que nos conocimos hace poco…”

“Sí, lo recuerdo” sentí una mirada enojada en mi espalda, aunque no sabía por qué. Cerca de ella habían otros chicos, uno de ellos solía holgazanear mucho en el techo… el capitán del equipo de shogi. Y el otro… era del club de cocina. “¿son tus amigos?”

“Sí, estamos juntos prácticamente desde la infancia” ella asintió. “Estaban… estaban en el techo conmigo, ayudándome con los tomates cuando pasó. Usualmente los regañaría, pero… ahora me alegro de eso” los señaló. “Se llaman Shikaru Nara y Chouki Akimichi.” Ella se apartó. “Seguro que quieres comer, así que no te quito más tiempo. Nos vemos.”

“Parece que eres muy popular” alguien habló desde atrás, prácticamente tirándome encima un plato de comida. “De repente todos quieren ser tus amigos.”

“¿S… sí?” Madara me lanzó una mirada envenenada, continuando con su interrumpido desayuno acompañado por Izuna. El Uchiha menor le entregó su plato también a mi hermanito antes de seguirlo, también mirándome mal. “¿Qué les pasa?”

“¿Me preguntas a mí? Soy menor que tú” estaba a punto de seguir cuando…

“¡Exijo que me sirva más!” ese idiota tan insufrible atacó de nuevo. Quería una porción más grande que la que le servían a los demás a pesar de que se la pasaba quejándose y dejando que los otros hicieran prácticamente todo el trabajo. Me acerqué a él lo más silenciosamente posible. “Sírveme en este momento más…”

“¿Por qué mejor no te callas?” lo golpeé, casi tirándolo al suelo. “Todos tienen que comer y la comida tiene que durarnos un tiempo, así que no molestes.”

“¿Por qué quieren hacerla durar? No vamos a estar aquí mucho tiempo.”

“No cuentes con eso” Tobirama se adelantó. “Para que todos sepan, la radio anunció que esta plaga está afectando todo el país. Las fuerzas armadas han enviado a sus unidades a combatirla en las principales ciudades, así que no cuenten con un rescate rápido. Tendremos que resistir un tiempo, así que nadie se queje y cómanse su comida.”

“Hummm” el fastidioso ese siguió con la cabeza muy en alto, pero comenzó a comer. Ni siquiera él quería quedarse sin comida en medio de ese desastre. “Supongo que puedo soportar esto por la semana que estaremos atrapados aquí.”

“Cállate” volvimos a nuestra habitación, donde me quité el uniforme. Estaba sucio y lleno de sangre coagulada, no quería tenerlo puesto más de lo necesario. Tomé uno de los que Rina me había dado. “Cámbiate tú también.”

“No sé si debería…”

“Tómalo como una graduación anticipada de primaria. Ahora estamos en una secundaria, ¿recuerdas?” logré hacer que se pusiera el uniforme, blanco de tanta lejía que le habían puesto para eliminar posibles bacterias. “Te queda genial”

“Sí, no puedo quejarme” Madara tocó la puerta en ese momento.

“Si han terminado de tontear, necesito tu ayuda para algo” me llamó. Lo miré confuso, más de todas maneras lo seguí. Me llevó al techo, donde Inori y sus amigos estaban recolectando tomates. “Aquí hay algunas semillas, ponlas en el piso debajo de estas cajas” pusimos las trampas y en seguida me di cuenta de por qué lo estábamos haciendo. Aún así… “Tranquilo, es para una buena causa.”

“¿Qué tramas?” tiró de un hilo y una paloma quedó atrapada en su trampa. Pronto tuvimos suficientes. Me obligó a coger unas mientras ataba sus patas con cuerdas finas, formando parejas. Finalmente sacó una caja de celulares y ató unos a las patas de cada pareja.

“Listo” se limpió el sudor con la mano. “No teníamos globos o helio y eran demasiado pequeñas para cargarlos individualmente, así que tuve que ponerme creativo” soltó a la primera pareja. Cuando estuvo un a unos cuantos metros de nosotros comenzó a sonar ruidosamente, captando la atención de los zombies. Y como se alejaban… “¿Ya lo ves? Así los mantendremos lejos… por ahora”

“Eres muy ingenioso.”

“Alguien tiene que serlo” nos sonreímos. Su rostro sonriente era… era algo que no iba a olvidar nunca y no sólo porque era mi mejor amigo. “Ahora vamos, hay que planear la conquista del primer piso.”

“Cla… claro” entonces recordé algo. “Oye… he prometido entrenar a algunos chicos en la espada para que puedan ayudarnos. Crees que… ¿podrías hacerlo conmigo?” me miró extrañado. “Tus habilidades para ser silencioso pueden ser de mucha utilidad, sobre todo para mantenerlos lejos.”

“Sí… por supuesto” entramos. Encontramos a los profesores inclinados sobre una mesa, observando el plano de la escuela que encontraron. Tras hablar unos minutos, Namikaze-sensei señaló una pequeña puerta.

“Esta es la entrada de servicio más cercana a la escalera” informó ella. “Es pequeña y está cerca de los armarios. Si podemos distraerlos por unos minutos, la cerrarán sin problemas” nos sonrió. “Creo que será mejor cerrar una puerta por día, hay demasiadas para hacerlo todo en uno solo”

“Bien” mi amigo se levantó. “Hay que ser cuidadosos. Cuando hayamos bajado llamen la atención de los más cercanos y usen las espadas para deshacerse de ellos” lo miré con preocupación. “Estoy pensando en todos, algunos necesitan ropa nueva.”

“Lo… lo entiendo” me paré también. “Ya que vamos a bajar será mejor coger algunas cosas también…”

“Sí” se mordió el labio. No iba a ser lo más peligroso que habíamos hecho hasta el momento, pero superaba con creces a lo que habíamos hecho desde que nos acuartelamos en los pisos superiores. Tras un breve momento con nuestros hermanos y otro señuelo sónico activado, saltamos la barrera y corrimos escaleras abajo. Cuando bajamos me di cuenta de que estaba actuando muy descuidado, enfrentándose cara a cara con esas cosas como si no le importara nada. Llegamos a nuestro destino y lo aparté a la fuerza de uno de ellos.

“¿Qué crees que haces?”

“No… no lo entenderías” lo metí en la habitación del conserje y nos encerré ahí para escapar de los muertos que nos rodeaban. Todavía teníamos que sellar la puerta, aunque en ese momento no me importaba. Tenía que ayudar a una de las personas más importantes que me quedaban en ese momento.

“Pruébame”

“El general… Tajima Uchiha… sí me comuniqué con él… anoche” se dejó resbalar por la pared. “Nos… nos abandonó…” sonrió sin humor. “¿Qué digo? No se puede abandonar algo con lo que nunca estuviste en primer lugar.”

“¿A qué te refieres?” yo también tenía una familia complicada y un padre que no me prestaba atención, pero nunca hablaría así.

“Por eso no lo entenderías” se frotó el cabello con desesperación. “El general… su esposa y sus hijos están a salvo en la base. Él simplemente nos dejó aquí, como la basura que dice que somos” mi confusión habló por mí. “Izuna y yo… somos hijos de una amante que tuvo por un corto periodo de tiempo. Se vio obligado a darnos el apellido y una pensión gracias a una prueba de ADN que nos hizo mamá. Sólo lo he visto cuando nos enseñaba a ser ninjas… o más bien cuando él y nuestros tres medios hermanos mayores nos apaleaban.”

“No estoy seguro de creer que hay alguien que pudiera vencerte”

“Eso es porque para proteger a Izuna tuve que hacerme fuerte” se frotó los brazos. “Me hice muchos que ellos en eso a fuerza de entrenar hasta casi desfallecer. Tenía que hacerlo” unas lágrimas asomaron por sus ojos. “Mamá siempre me ayudaba… hasta que murió… y el general al menos me daba dinero para cuidar de mi hermanito. Pero ahora que he sido completamente abandonado, que no voy a recibir ayuda alguna… no sé si pueda seguir… haciéndolo.”

“¿Vas a darte por vencido?” lo tomé de la camisa, levantándolo del piso. “¿Sólo porque tienes un padre de mierda que te ha dejado completamente sólo en el apocalipsis? ¿Simplemente vas a dejarte morir y a tu hermano contigo?”

“No… yo… alguien más… puede cuidarlo mejor que… mejor que yo”

“¡Izuna no va a aceptar eso! ¡Y yo tampoco!” lo sacudí en el aire. “¡No voy a aceptarlo! ¡Si quieres darte por vencido sólo hazlo, pero de ninguna manera voy a dejarte morir! ¡¿Me escuchaste?! ¡Eres mi primer y mejor amigo, de ninguna manera voy a dejarte morir!” lo solté. “Así que por tu hermano y por mí, manda a la mierda a ese maldito y sobrevive.”

“Yo… sí” se mantuvo en silencio el resto del tiempo que estuvimos trabajando. Regresamos justo a tiempo para evitar la avalancha de muertos que entró cuando comenzó a llover.

“Bienvenidos” Tobirama nos recibió, tendiéndonos botellas de agua. Ya era casi de noche y la llovizna de abajo no parecía hacerse menos fuerte. Por seguridad la comida se hizo rápidamente y todos volvimos al tercer piso. Los gemidos de los muertos eran más que audibles mientras intentaban romper la barrera. Estaba pensando en eso cuando alguien depositó con fuerza un paquete de pastelillos delante de mí.

“Gracias” dijo Madara cuando levanté la vista.

“¿Por qué?”

“Por hacerme recordar que todavía tengo muchas razones para seguir viviendo… a pesar de lo que todos digan de mí… y de lo que me haya pasado en la vida”

Notas finales:

¿Qué les pareció? Review!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).