Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fin del mundo y más allá por Ghost princess Perona

[Reviews - 76]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Espero que les guste

“No fue nada”

“Como digas” se sentó delante de mí, con Izuna tan cerca que prácticamente parecían pegados. Tobirama levantó la ceja, pero se abstuvo de hacer comentarios. “Ven, otouto, acomódate. Entre más mejor, ¿no?”

“¿Realmente quieres mi opinión?” de cualquier manera se sentó. La cena de hoy estaba particularmente apetitosa, espagueti a la bolognesa. No tenía mucha carne, en el congelador del salón de economía doméstica no había, pero los tomates de Inori le daban un sabor muy especial.

“Está rico” comenté.

“Claro” el pequeño pelinegro dijo, sacándose el tenedor de la boca, mirándome como si hubiera dicho algo obvio. “Nii-san es el mejor cocinero del mundo”

“¿Tú lo preparaste?” miré a Madara, que se sonrojó un poco. “¿en serio?”

“La señora Namikaze no se sentía bien y debíamos comer antes de que muchos de ellos entraran” se metió un poco de comida en la boca. “Además estoy acostumbrado a hacer las labores de la casa” tragó antes de continuar. “Mi madre murió hace unos años y desde entonces yo me encargo de todo.”

“¿Y tu padre?” le di un codazo a mi hermano por preguntar. “¡Au!”

“El general fue quien la mató”

“¡Izuna!”

“¿Qué? ¡Tú también lo crees!” el pequeño lo fulminó con la mirada, retador por primera vez desde que llegó. “Es muy sospechoso que cuando ella iba a denunciarlo por acoso fuera atropellada y el carro de él estuviera mellado al día siguiente.”

“Es…”

“No es nada” Madara volteó la cara, empujando su plato de pasta hacia su hermano. “Termínate el mío, ya no tengo mucha hambre.”

“Come tú, necesitas la comida” mi amigo no le respondió, pero volvió a comer más rápido. No seguimos conversando, cuando se fueron me acerqué a la ventana. Otra vez los muertos poblaban las calles a nuestro alrededor, como buscando un lugar donde guarnecerse. “¿Crees que escucharán si conectamos la radio?”

“¿Tú escuchas lo que pasa ahí fuera?” Tobirama se cruzó de brazos. “Siempre que mantengas la voz baja no van a escuchar nada” conecté la radio que encontramos la otra vez. Estaba aún más llena de estática, incluso en estaciones que habían funcionado ayer. Escuchamos a alguien hablar acerca de los problemas en las ciudades grandes, que las cosas no estaban yendo bien… “¿Qué piensas?”

“Parece que tendremos que resistir más de lo esperado” le dije, volteándome en mi incómoda cama. Pensé en todo lo que estaba pasando, en el invierno que vendría pronto… “Si tenemos que pasar meses aquí, ¿nos alcanzará con la cafetería?”

“Quizás, en verano las acondicionan para poder alimentar a cientos de niños, como ahora somos tan pocos… depende de cuánto quede”

“Ojalá sea suficiente”

“No lo será, estaremos aquí hasta el invierno y lo que tenemos a mano” le señaló su ropa. “Es demasiado delgado. Alguien va a tener que salir a conseguir más cosas” se echó a mi costado. “¿De verdad vas a hacerlo?”

“Claro, no hay razón para dudar de mí, ¿no?”

(“Me aburrí, teme”

“Pero yo no, así que sigue leyendo y no me hagas esperar” Sasuke se puso las manos en la cintura. “¿O quieres tener que pasar abstinencia forzada?”

“¿Qué te parece si llegamos a un convenio-ttebayo?” propuso Naruto, que no quería que su novio le hiciera la ley del hielo ahora que estaba tan acostumbrado a satisfacer sus necesidades. “Voy directamente al día de la conquista del primer piso”

“Bien, supongo que no puedo pedir mucho de ti cuando se trata de estudiar, usuratonkachi” accedió el Uchiha después de pensarlo)

“Buenos días” dije, bostezando. Hoy era el día, teníamos que cerrar la entrada principal de la escuela. Era una autentica suerte que hubiéramos entrenado a los Hyuuga, sin ellos no hubiéramos podido salir vivos de ahí, ni yo ni Madara. Incluso Tobi había tenido que participar una vez para que escapáramos todos. “Entonces…”

“Aniya, no es necesario que…”

“Hay que, ya quedan pocos ingredientes en el salón de economía doméstica” me puse el uniforme escolar blanqueado que era mi única muda. “Hoy el clima está bueno, así que no vendrán en grupo. Además ya casi hemos conseguido llegar al exterior. Sólo queda bloquear las puertas de la calle.”

“Los autobuses servirán para eso” nos acercamos a la barrera, todos los que podíamos pelear lo hicimos. Izuna y Tobirama, al ser los menores, se quedarían en la barrera y la protegerían. Nuestra clase de lucha, la que dábamos Madara y yo a quien fuera que estuviera interesado o dispuesto a aprender, se colocó detrás de nosotros. Últimamente abarcaba casi todo el grupo, así que éramos un grupo grande. “Suerte”

“No la necesitamos” en absoluto silencio nos movimos. Por precaución mi amigo llevaba en el bolsillo una llave de uno de los autos de los profesores. Entonces los vimos… muchos deambulaban por el pasillo. “Demonios”

“Vine preparado” señaló la salida. “Tendremos que hacer un cambio de planes” miró su reloj. “Iré al patio y atraeré a todos los que pueda. Correré a los autos y los atropellaré. Ustedes acaben con los que se quedan”

“No voy a dejarte solo”

“Gracias, pero no pienso morir hoy. Voy yo sólo, tú cúbreme” salió corriendo por el patio. Lo realmente raro es que no captó la atención de ni uno sólo de los muertos, como si no estuviera ahí.

“Diablos, tiene que enseñarme cómo hacer eso” dije, sacando mi espada. El estruendo en el pasillo no se hizo esperar, atrayendo a los zombies. Nos abalanzamos sobre los grupos desde atrás, golpeando sus cabezas lo más fuerte que podíamos. Tuvimos suerte, cayeron fácilmente. “Salgan por esa puerta y espérenme en los autobuses” les ordené, subiendo de regreso las escaleras. “¡Tobi!”

“Aniya, ¿qué…?”

“Dame las llaves de los autobuses, de prisa” le ordené, poniéndome en guardia por si alguno de los cadáveres me seguía. Él seguía sin entender. “Hay un cambio de planes, entran demasiados por las salidas del patio para cerrar eficientemente el primer piso. Tenemos que sellar las entradas ahora”

“Como digas” corrió y cuando las tuve en las manos despegué, saliendo como una bala y cargándome a un par de monstruos en el camino. Finalmente llegué a la zona donde estaban los autobuses, encontrándome con mi grupo felizmente a salvo.

“Dos en cada vehículo, ¡ya!” obedecieron inmediatamente. Habíamos repasado el plano muchas veces sabíamos dónde estaban las puertas. Fuimos juntos hasta ellas, torpemente por sólo haber practicado con los simuladores que artesanalmente hicimos los profesores y nosotros. “Aquí vamos” me estacioné delante de la primera puerta, atropellando a los que podía y cerrándoles el paso a los otros. “¡La siguiente!”

“¡Sí!” los Hyuuga siguieron con el plan y pronto estuvimos encerrados en un círculo de ladrillos, concreto y metal.

“Por ahora servirá” dije, escuchando la señal de que todos estaban en posición. De repente una camioneta se estacionó delante de mí.

“¡¿Qué esperan, una invitación?! ¡Adentro!” claro, Madara tenía que elegir el carro más grande y más llamativo que había. La parte delantera estaba manchada de rojo, seguro que había atropellado a muchos. “En mi bolsa hay celulares, necesito que pongas algunas trampas para que podamos ir hacia los demás.”

“Entendido” puse las ratoneras. En seguida salieron zombies lentamente de todas partes, acercándose a ella. “Queda un autobús. Recogemos a los demás y los llevamos a él. Con esa clase de poder los exterminaremos a todos.”

“¿Las llaves?” las saqué del bolsillo. “Muy bien, hagámoslo” siguiendo mi plan, recogimos a nuestros chicos y nos estacionamos delante del bus. “Agárrense, que vamos a toda velocidad”

“Espera… ¿Qué?” un alarido fue lo siguiente que salió de mi garganta cuando aceleró a fondo, estrellándonos contra el primer grupo. Seguimos así hasta que el patio estuvo nuevamente cubierto de carmín. “Se… ¿será suficiente?”

“Sólo hay una manera de averiguarlo” volvimos a la seguridad del edificio y él liberó a las palomas que teníamos reservadas para ese día. Lentamente, nuestra gran congruencia de zombies alrededor de la escuela comenzó a seguirlas, sacando a algunos más de algunos sitios de la escuela. “Creo que todavía no es seguro, el colegio tiene muchos recovecos.”

“Pues tenemos que llegar a la cafetería ahora mismo, gracias al idiota se han acabado los ingredientes” rodó los ojos Tobirama, entrando. “Izuna y yo los cubrimos, tendrá que ser rápida si queremos vivir.”

“Muy bien, vamos” tenía el corazón en la boca por la presencia de mi hermanito en la misión, pero necesitábamos todas las manos disponibles. Corrimos por el pasillo con algunas mochilas al hombro, dirigiéndonos a la cafetería. “Ahí” señalé a las señoras del almuerzo que caminaban como… bueno, ya me entienden. “Hay seis. No dispongan de ellas a menos que sea completamente necesario…”

“Sí, ya entiendo” entramos rápidamente y cerramos la puerta. Por desgracia, esta hizo ruido y los zombies se percataron de nuestra presencia. Tuvimos que pelear, derribándolas y rematándolas con las hojas de las espadas.

“Hay que conseguirnos unas de esas” señaló Hideryori, quitándose el sudor de la frente. Continuamos hasta entrar en la cocina, donde estaban los restos de los almuerzos de ese día. “Aquí hay harina…”

“Simplemente ponla en tu mochila, estamos demasiado cansados como para pelear de nuevo” Hideyoshi dijo, metiendo en su bolsa más cosas. Con cuidado, abrí la puerta de uno de los cuartos cuando…

“¡Kya!” un grito me puso en guardia. “No… no nos lastimen… nosotros…”

“¿Ehhhh?”

“¿Son de los clubes deportivos?” Inori, que se había sumado a nuestra clase hace una semana, apareció detrás de mí. Y sí, parecían miembros de distintos clubes deportivos que habían hecho de ese armario de alimentos su refugio. Eran como diez personas.

“Ustedes… ¿vienen de la escuela?”

“Sí, logramos acuartelarnos en el tercer y segundo piso, pero no creo que…” miré las cosas. Maldición, las provisiones de la escuela se estaban agotando. Seguro, había para algunas semanas y con la cantidad que éramos podíamos hacerlas durar, más… “¿Hay más cosas? Las necesitamos para vivir”

“No, el camión que debía llegar con provisiones estaba programado para la próxima semana” contestó una de las chicas. “Soy… Yachiko Namiashi, presidenta del club de atletismo. Y ella” arrastró a otra. “Es Reiko Tatami, del club de futbol. Nosotras…” gemidos pudieron ser escuchados. “Ahhhh…”

“Tranquilas, los llevaremos a todos a un lugar seguro” metí a toda prisa lo que pude encontrar en mi mochila. Salimos a toda prisa de la cafetería y nos metimos en el autobús. Los nuevos estaban muy asustados, seguro que nunca habían pensado que saldrían de su pequeño refugio. “Arranca”

“Como digas” condujo en reversa hasta la entrada, desde la cual tuvimos que correr hasta el segundo piso. Cargué a toda prisa a Tobirama para que pasara primero. Pensé que no lograría asirse, más unas pequeñas manos del otro lado le prestaron ayuda. Pasamos por los pelos, porque unos cuantos zombies se estrellaron contra la muralla.

“Gracias…”

“Aniya, él es mi amigo Sasuke, ¿no lo recuerdas?” Tobi se encontraba bebiendo un poco de agua. “Sasuke Sarutobi, estuvo en nuestra casa hace poco.”

“Sí, lo… lo recuerdo” le di un gran trago a la botella que me ofrecían, cansado como el primer día que esta pesadilla comenzó. “Hay que… que eliminar a todos los que…”

“Ya estoy en ello” Inori, que había sido lo suficientemente lista como para coger unos cuchillos en la cocina, se creó una lanza artesanal y comenzó con la tarea. “Hashirama-kun… no sé cómo vamos a sobrevivir sin víveres. Y con Namikaze-sensei embarazada…”

“Se nos ocurrirá algo” resoplé. Llevábamos ahí medio mes y las cosas ya se estaban volviendo aún peores. “¿Por qué me lo preguntan a mí?” Yamashiro Souken y Hatake Yue me miraron con confusión, como si fuera obvio el por qué. “De veras, díganme”

“Es obvio, porque tú eres nuestro líder” dijo ella sin pestañear.

“¡¿Qué?!”

“Que por decisión unánime eres nuestro líder”

“¿Yo?” de repente sentí que todo el edificio se me caía encima. Esto no estaba bien, no estaba nada bien. “No. No. No… ustedes no pueden hacerme esto… yo no… sólo soy un chico… no sé nada sobre ser un líder… yo… no puedo ser… alguno de los sensei…”

“Ellos también te apoyan” señaló Tobirama. “De entre todas las personas aquí tú has sido junto con tu amiguito el que ha hecho más por el bien de esta comunidad, así que te hemos nombrado el líder.”

“Madara… Madara sería un mejor…”

“Incluso él te apoyó como líder, lo que me hace pensar que todavía hay una esperanza para él” Tobirama cruzó los brazos. “Habían muchos rumores extraños sobre él circulando, y no sólo en la secundaria. Todos decían que se metía en problemas muy seguido, problemas graves…” frunció el ceño. “Incluso admitió una vez que tenía problemas.”

“Sí, me lo… me lo contó”

“Pero eso no importa ahora” otros se acercaron. “Por mayoría de votos eres el nuevo líder de nuestra pequeña comunidad. Así que… gambate”

“Hummm…” me sentía cansado y no quería ni pensar en la responsabilidad que tendría que afrontar por ser el nuevo líder de ese pequeño bastión de sobrevivientes entre todos los muertos. Para relajarme un poco fui a la biblioteca, donde encontré a alguien más, leyendo unos mangas que alguien seguro había escondido antes de que el mundo se fuera al diablo. “No pensé que estarías aquí”

“Yo también necesito descansar” bajó la revista. “¿Sabes ya que eres el líder?” asentí. “Supongo que debería felicitarte entonces, me ganaste.”

“¿Estás seguro de querer apoyarme?” me senté a su costado. “Digo… yo personalmente pienso que tú serías mucho mejor líder que yo. Eres honesto, responsable… ¡incluso sabes cocinar! Podrías cuidarlos mucho mejor que yo.”

“Quizás… aunque mis problemas mentales me lo impedirían. Le tengo demasiada rabia a la gente y esto hace que casi me deje morir sólo porque un imbécil me abandonó” volteó para verme, muy serio. “Una vez dijiste… que no me dejarías morir. Eso sonó a que… querías cuidar de mí” asentí, sintiendo que se me subían los colores. “Pues sólo eso necesitas. Cuida de ellos así como cuidas de mí o de tu hermano. Estarán bien con eso”

“Tiene que ser más complicado”

“¡Y por eso vamos a ayudarte!” se levantó alegremente, dirigiéndose al pequeño balcón de la biblioteca. Por ahí se podía ver a los muertos que paseaban por el patio, definitivamente menor que ayer. “No tienes por qué hacerlo todo sólo, vamos a estar ahí para compartir el peso cuando lo necesites”

“Gracias” nos quedamos mirando.

“Es curioso”

“¿Qué?”

“Nada, es que yo…” se revolvió un poco incómodo. “Es que el manga que estaba leyendo también es sobre una plaga zombi. Habían cuatro niñas que se refugian en su escuela y… bueno, ellas se llamaban a sí mismas el Club de la Vida Escolar”

“¿Club de la vida escolar? Tienes razón es curioso” me estiré. “Aunque un nombre no nos caería nada mal, ayudaría a fomentar el espíritu de equipo. Pero por favor, que no sea club de la vida escolar, ya tenemos suficiente con estar encerrados aquí para que un nombre nos lo recuerde constantemente.”

“Hummm” una hoja aterrizó cerca de su mano y la miró. “¿Qué te parece… Konoha?”

“¿Konoha? Pero si no estamos rodeados de hojas, ni siquiera hay suficientes árboles alrededor para considerar ese nombre.”

“Lamento querer darle un significado profundo”

“No fue profundo, simplemente dijiste lo primero que te vino a la cabeza cuando esa hoja aterrizó junto a tu mano” nos vimos el uno al otro retadoramente. “Aunque… no se me ocurre nada mejor. Hummmm, supongo que está bien”

“¿De verdad?”

“Sí… a partir de ahora nuestro nombre será Konoha”

Notas finales:

¿Qué les pareció? Review!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).