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What the hell is going on?! por LittleAyla

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Cuando Ritsu despertó horas más tarde y abrió los ojos, frunció el ceño al encontrarse en una habitación totalmente blanca con unas luces molestamente cegadoras. ¿Acaso estaba en un hospital? Hizo el amago de incorporarse en la cama pero el dolor que sintió en su vientre lo paralizó y lo dejó sin respiración por unos instantes. También notaba como un punzante dolor en su cabeza iba aumentando de intensidad pero no podía ni compararse al de su vientre.

Intentando mantener la calma miró a su alrededor, confirmando su teoría de que estaba en un hospital. Las paredes y el techo blanco, el suelo de azulejos, las sábanas azules de su cama junto con las almohadas blancas y la pared de su derecha de cristal se lo confirmaban. También se dio cuenta de la ventana abierta al otro lado de la habitación y, por la poca luz que entraba, dedujo que estaba amaneciendo.

Fue entonces cuando notó que no estaba solo en la habitación. Su jefe estaba dormido en la silla al lado de su cama, con el cuerpo echado hacia adelante y la cabeza y los brazos apoyados en la cama.

- ¿Qué hace él aquí? - murmuró para sí mismo pero al parecer no habló lo suficientemente bajo, despertando así a Takano.

- ¿Ritsu? - el aludido no pudo evitar sorprenderse al oírlo usar su nombre - Oh, gracias a Dios que has despertado - murmuró más para sí mismo que para Onodera - Enseguida vuelvo, voy a avisar al doctor que ya te has despertado - dijo al mismo tiempo que se levantaba y salía de la habitación.

Apenas dos minutos después Masamune volvió a entrar esta vez acompañado por el doctor, que resultó ser su médico de toda la vida.

- Akiyama-san - murmuró Ritsu sorprendido.

- Oh Ritsu, me alegro que ya hayas despertado - dijo amablemente - Hace apenas media hora que me avisaron que estabas aquí así que he decidido hacerme cargo de tu caso.

- B-Bien...

- No te preocupes niño, - lo tranquilizó con una sonrisa - tan solo has tenido apendicitis y ya está todo solucionado - le informó al doctor, haciendo que Ritsu suspirara aliviado - Pero... - miró con duda hacia Takano y este al parecer se dio cuenta ya que, a regañadientes por supuesto, salió de la habitación dándoles privacidad.

- ¿Qué sucede Akiyama-san? ¿Hay algo mal?

- El caso es que te hicimos unos análisis de sangre, para verificar que todo estuviera bien - Ritsu resopló, ya sabía lo que venía, ahora le diría que tenía anemia, como tantas otras veces, y lo regañaría por su mala alimentación - Y, además de anemia - lo miró acusadoramente y Ritsu rodó los ojos - hemos encontrado otros resultados algo... extraños - Onodera frunció el ceño y lo miró interrogativo - Niño, ¿estás tomando hormonas femeninas?

- ¿¡EEEHH?! - el gritó de exclamación de Ritsu se oyó incluso en la otra punta del hospital - ¿¡Pero qué dice?! ¡Por supuesto que no!

¿A qué mierda venía esa estúpida pregunta? ¡Por supuesto que no tomaba hormonas! Como si quisiera convertirse en mujer...

- Ritsu, está bien si lo haces, no debes avergonzarte de ello - presionó el doctor.

- ¡Akiyama-san! ¡De verdad que no lo hago! - repitió el menor.

El hombre lo miró con duda pero tras soltar un suspiro, apuntó algo en la carpeta que traía en brazos y volvió a mirarlo.

- Entonces lo que haremos será lo siguiente - Onodera lo miró expectante - Estarás ingresado en el hospital durante cinco días con la excusa del postoperatorio - dijo haciendo referencia a la apendicitis - Y pasado este tiempo repetiremos tus análisis de sangre.

- ¿¡Qué?! ¡Eso es imposible! ¡No puedo faltar al trabajo tantos días y mucho menos ahora! - y es que estaban a finales de ciclo, sería una completa locura faltar tantos días - Es que, Akiyama-san, estamos a finales de ciclo en la editorial y el plazo para entregar los manuscritos a la imprenta termina pasado mañana, es un suicidio faltar al trabajo justo ahora. Además yo soy el encargado de hablar con la imprenta, ¡no puedo quedarme aquí! Además probablemente deberemos pedir más tiempo porque Takano-san no parece tener aún el manuscrito o al menos no me lo ha dicho y Mutou-sensei está en un momento de crisis y demasiado agobiada porque se ha quedado sin inspiración y cada vez que trato de hablar con ella me cuelga el teléfono porque está muy agobiada y cree que cuando la llamo lo único que haré será regañarla y pedirle que cambie más cosas... - llegados a ese punto Ritsu ya había empezado a murmurar pasa sí mismo de manera psicótica llegando incluso a asustar al doctor.

- Ritsu, tranquilízate. Vamos chico, es lo que te toca ahora mismo, realmente lo siento pero no puedo hacer nada más - el ojiverde lo miró suplicante - No es posible chico, esto se trata de tu salud y es mucho más importante que el trabajo.

- Pero...

- No hay más peros, tengo entendido que el hombre que te trajo aquí es tu jefe así que le informaré que debes quedarte aquí por el postoperatorio o de lo contrario y conociéndote - volvió a mirarlo acusadoramente - tu herida se abrirá y se infectará.

Y dando el tema por zanjado, el doctor salió de la habitación en busca de Takano-san, dejando a Ritsu totalmente perplejo y en shock.

¿Hormonas femeninas? ¿De qué diablos hablaba el doctor? Y encima le decía que debía quedarse ingresado en el hospital por cuatro días, ¡y a final de ciclo! Era una completa locura. Para empezar era más que obvio que había un error con los análisis, es decir, él no fabricaba hormonas femeninas y mucho menos se las tomaba. Todo era una completa locura. Y a ver como se lo tomaba Takano-san.

Ritsu estaba completamente seguro de que Takano no lo echaría por eso pero no quería ni pensar en la bronca que le daría, además del trabajo extra. Y, hablando del Rey de Roma, este apareció por la puerta. Pero muy al contrario de lo que pensaba Onodera, este no parecía molesto ni enfadado, al contrario, más bien parecía aliviado.

- Takano-san... ¿no está enfadado? - preguntó temeroso.

- Por supuesto que no, no es tu culpa haber tenido apendicitis, a cualquiera podría pasarle, y comprendo que ahora lo que debes hacer es reposo. No te preocupes por tu mangaka, yo me ocuparé de ella - Ritsu abrió los ojos como platos.

- ¿¡Usted?! - Takano lo miró divertido y con una ceja alzada - P-Pero usted va muy atrasado con Ichinose-sensei y...

- Eso no es cierto, de hecho ya estamos haciendo los últimos retoques - contestó divertido.

- ¿¡EEEHHH?! - Ritsu no creía lo que oía - E-Entonces... ¿p-por qué no...? - Takano lo interrumpió antes de que acabara de formular la pregunta.

- Debiste haberme preguntado como hiciste con Kisa o Hattori pero como te niegas a hablarme des de hace tres meses siempre nos pasa lo mismo a final de ciclo - Takano se encogió de hombros - Así que no habrá problema alguno para que me encargue de tu mangaka.

- P-Pero...

- Y ahora el doctor me ha dicho que debes seguir durmiendo así que, vamos, cierra los ojos - le sonrió cálidamente y Ritsu se dio cuenta que hacía tiempo que no le sonreía de esa manera - Volveré mañana a verte, si necesitas cualquier cosa puedes llamarme.

Ritsu, el cual estaba sin palabras, ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando los labios de Takano ya estaban sobre su frente, haciendo que se sonrojara a niveles extremos.

- Pero lo que deberás hacer igualmente será hablar con la imprenta - dijo para el terror de Ritsu - Y decirles que Chiharu-san se ha roto un dedo, así que necesitamos más tiempo.

- ¿¡Qué?! ¿¡Cómo que se ha roto un dedo?! ¡Pero así no puede dibujar...! - Ritsu sentía como su corazón estaba a punto de explotar.

- Sí puede pero no a la misma velocidad - Takano se encogió de hombros - así que ya sabes, habla con la imprenta en cuanto antes.

Y tras esas palabras salió de la habitación, dejando a un Ritsu totalmente aterrado.


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