Dos días después de su llegada al pueblo de Bend, se habían dedicado en la investigación del caso de “cazaría” del rubio, habían encontrado varias pistas, y ahora se encontraban en ese cuarto de motel que habían agrandado con el hechizo de espaciado, cuando la puerta se escuchó con un fuerte y certero golpe. Harry vio tensarse a Draco, el cual se aproximó a abrir la puerta. Todo paso tan rápido a ojos de los aurores y cuando menos lo esperaban un golpe fuerte impacto en el pálido rostro del rubio, haciendo que trastabillara y cayera al suelo. Dean entro en la habitación luego de haber impactado su puño en el rostro del menor.
— ¿Se puede saber en qué diablos estás pensando? – el enojo en Dean era notado en su rostro. —¡oh espera, no estabas pensando!
— ¡Te dije que no me quedaría encerrado! — rápidamente Draco se levantó del suelo para enfrentar a su hermano.
— ¡¿Y vienes a ponerte en peligro?! – la mirada de furia se posaba en los ojos platas.
— ¡Aun no sé si estoy en peligro! – debatió a los ojos verdes.
— ¡Aunque no lo estés, debes hacer lo que te diga! – palabras duras que dejaron un tanto en shock a Sam y a los demás.
— ¡Oh no, no, no me vengas con eso! – Draco comenzó a caminar de un lado a otro. – ¡no pase una vida de sumisión y obediencia, para que vengas a decir esto! ¡no tú!
— Draco… – El mayor había sentido un deje de culpa, al rubio menor se le estaban cristalizando los ojos.
— No Dean, no pase 17 años bajo las órdenes de mi padre, para que me hagas esto – el rubio se detuvo frente al otro aun con los ojos cristalizados, Sam rápidamente abrazo al menor— no sufrí bajo las órdenes de un maniático ¡para que vengas y me des ordenes tú!
— Dean… -- Sam miraba a su hermano con los “ojos de cachorro”, esos ojos que las personas no le pueden decir que no.
— ¡Pero puedes estar en peligro!
— Y créeme que lo comprendo, pero no puedo esconderme – Draco aún estaba entre los brazos del castaño. – dime ¿no fuiste tú el que me dijo que enfrentáramos todo lo que se nos viniera y se nos pusiera enfrente?
— Odio que usen mis palabras contra mí –el rubio mayor miro a sus hermanos los cuales lo miraban con la misma expresión – pero ambos son mis perras
— Eres un idiota – tanto Draco como Sam dijeron al unísono.
— Si, si yo también los quiero – dijo con frustración—necesito un trago, y saber qué es lo que tenemos.
Draco se separó de Sam para darle un ligero abrazo a Dean y susurrarle un “gracias” porque a pesar de las duras palabras, sabía que tanto Sam como Dean lo comprendían más de lo que se pudiera imaginar, poco después y sintiendo las miradas de incredulidad de los aurores, (puesto que al haber pasado unas semanas con ellos y saber cómo era el rubio menor, ver excesivo cariño era extraño) procedió a explicar lo que habían averiguado.
— Bien, ¿que descubrimos? – pregunto con una ligera sonrisa Sam.
— Jack Cornelio, niño de 14 años, buen estudiante y a palabras de los padres un buen hijo. Desapareció hace una semana en una excursión no lo volvieron a ver hasta el día de la asamblea – para sorpresa de los mayores Hermione fue la que contesto. Draco les había dado un curso express de cómo se trabajaba.
— De hecho, la asamblea era para realizar una búsqueda por él y 10 niños que también se perdieron. – el que continuo fue Ron
— Actualmente 26 niños se han perdido en todo el estado, y al menos 15 de ellos ya explotaron las escuelas en las que eran estudiantes. – Draco se acercó al mapa que se encontraba pegado en la pared – mínimo 5 niños regresaron a casa, pero no recordaban nada. Todo esto en un plazo de 6 años.
— ¿Ósea que los niños se pierden, regresan como bombas humanas y después se van a casa sin recordar nada? – Dean resumió la información.
— ¿Ya revisaron las casas? ¿alguna presento puntos fríos? ¿buscaron talismanes o maleficios? ¿no vieron algo extraño? —comenzó con el interrogatorio Sam.
— Si, si y si --respondió el rubio menor— no hay puntos fríos, no hay lecturas de frecuencias, nada de maleficios, talismanes, etc.
— Lo que sí es extraño es que todos los niños presentan una pequeña cicatriz en el ojo derecho. – Hermione extendió un dibujo de una marca, la cual consistía en una línea recta y cerca de la mitad se unían otras dos líneas mostrando un triángulo.
— ¿Y? – el mayor tomo el dibujo que le extendían—¿qué significa?
— En eso estábamos cuando llegaron. – por fin se había dignado a hablar, Harry solo se había dedicado a observar.
— Pues ¿Qué esperamos? a buscar – fue todo lo que dijo Sam para ponerse a buscar junto con los demás.
Después de unas horas descubrieron que el símbolo era “la runa de Thurisaz” la cual simboliza la destrucción, era ocupada en la época de los vikingos como “buena fortuna” y que indicaba que llegarían a lado del aquel entonces “dios Thor” una vez muriera, pero esta runa solo causaba control mental que era el causante de las múltiples guerras entre ellos. En los días posteriores se dedicaron a indagar más y buscar el que o el quien que pusiera esa marca en los pequeños.
— Creo que tengo algo – había dicho Harry en el momento que revisaba uno de los tantos panfletos que tenían en la habitación.
— ¿De qué se trata Potter? – cuestiono Draco un poco frustrado habían estado en un callejón sin salida. Y actualmente solo él y el moreno se encontraban en la habitación.
— El lugar de las desapariciones – menciono al momento que se levantaba ya que estaba sentado en uno de los sillones— esta cerca de un antiguo templo que en la época medieval se utilizaba para marcar a los guerreros – mientras hablaba se acercaba al rubio quien estaba frente al computador en una de las mesas.
— ¿y crees que los niños pudieron llegar hasta él? – el rubio miro los papeles que el otro le ofrecía.
— A pocos metros de los museos o atracciones que se encontraban visitando, hay un sendero que lleva a la reserva natural, y en medio de esta…
— Se encuentra el templo – a completo el rubio con una sonrisa en los labios—bien hecho Potter –dijo mientras se levantaba—veo que esos años de entrenamiento para aurores le sirvió a tu diminuto cerebro
— …-- el moreno no pudo responder ya que una parte de el había extrañado lo odioso que podía ser y otra quería golpearlo.
— Bien, andando – dijo mientras se ponía la chaqueta y una pequeña bolsa.
— Pero no deberíamos esperar…-- las palabras del moreno habían sido interrumpidas por el rubio.
— No me digas, ¿el gran Harry Potter le teme a una aventura? ¿no eras tu el que se lanzaba al peligro en la primera oportunidad? – la sonrisa burlona que adornaba el pálido rostro le crispo los nervios.
— Vámonos – el entre cejo fruncido del moreno amplio la sonrisa del rubio, que antes de salir mando un corto mensaje.
El trayecto fue corto, se encontraban a unos kilómetros de la zona natural, el rubio había decidido en que irían al modo muggle así que no les tomo mas de una hora en llegar. La zona era como un bosque de grandes y espesos árboles, pero a diferencia de los grandes bosques es que este, tenía más senderos y claros entre un conjunto de árboles. Caminaron por uno de los caminos mas apartados de las pocas edificaciones que se encontraban alrededor, siendo estas museos o exposiciones de origen cultural. Siguieron caminando adentrándose más.
— ¡ya cállate Potter! – el rubio tenía el entre cejo fruncido durante todo el camino Harry hacia la misma pregunta ¿Por qué no regresamos a la comunidad mágica? — ¿no te cansas de repetir eso una y otra vez?
— Solo quiero entender el por que no te quieres ir de aquí, a un lugar seguro, como la comunidad mágica – desde el momento en que se encontraron el moreno le hacia esa pregunta una y otra vez y como era de suponerse la respuesta era la misma
— No existe un lugar seguro…
— En eso tienes razón, guapo – de entre las sombras una hermosa pelirroja de ojos hipnotizante mente azules se acercaba a paso lento.
— Quien…-- la pregunta del moreno quedo en el aire al ser aventado por una ráfaga de energía.
— Estorbo, no es contigo con quien hablo. —la pelirroja se acerco a un rubio que dio tres pasos hacia atrás tomando distancia y sacando una Desert Eagle 9mm.
— ¿Quién eres? – menciono mientras apuntaba.
— No debes preocuparte por pequeñeces, solo ven conmigo – extendió una mano hacia el platinado cuando un disparo le dio directo en el brazo.
— Èl no ira a ningún lado – Dean se encontraba a unos metros de la escena justo del lado donde Harry se incorporaba del golpe que había sufrido.
— Como siempre, disparas primero y preguntas después Dean Winchester – la pelirroja observo a la compañía que había llegado entre ellos los dos hermanos Winchester y los dos jóvenes a su lado—vaya, vaya así que es cierto que tienen nueva compañía
— Eso no te incumbe – repelo Sam quien ayudaba al moreno.
— Oh mi amor, claro que me incumbe, ella lo quiere y estoy dispuesta a entregárselo – sonrió macabramente
— Ruby…-- Sam había reconocido ese tono, aunque el demonio cambiara de cuerpo siempre la reconocería.
— Veo que me recuerdas, grandote, pero no es contigo con quien tengo asuntos – dijo al momento de desaparecer y aparecer detrás de Draco, el menor reacciono a tiempo y se precipito hacia tras dando un giro de 180 grados, para poder esquivar el agarre que seguramente la pelirroja le proporcionaría.
— No te atrevas a tocarlo – Dean disparo una ráfaga de balas mientras que los aurores sacaban sus varitas dispuestos a hechizar.
— Hare eso y mucho más – cuando Ruby se disponía atacar se escuchó una explosión en la cercanía – ¡lo encontraron! – no trato de ocultar su emoción-- no te preocupes guapo – dijo dirigiéndose a Draco – regresaremos por ti – y así desapareció.
— Pero que… -- Ron no pudo terminar su pregunta al ver que la explosión que se escuchara había provocado un incendio.
— No hay tiempo de eso, -- menciono Sam—hay que apagar el fuego..
Varias horas después
Salieron del bosque ilesos, el fuego había sido contenido con éxito, la ayuda de los tres aurores había sido fundamental, y ahora el fuego estaba casi extinguido, los servicios de auxilio habían llegado no hace mucho, y con ayuda de sus placas falsas se habían enterado de que la explosión había sido en el templo de los antiguos vikingos, el cual estaba completamente destruido. Draco se encontraba sentado en el capote del impala observando a sus hermanos hablar con la policía, supuestamente el templo guardaba grandes tesoros antiguos, que según los oficiales se habían destruido, pero eso no le constaba, ella venia buscando algo, y lo habían encontrado pero la pregunta era ¿Qué? ¿Qué se encontraba en ese templo y para un demonio lo necesitaba? Las respuestas a esa pregunta solo la tenia una persona, una sola persona que lo conocía mejor que nadie, y aunque no supiera, no le costaba nada preguntarle.
Algún lugar de New York
Una hermosa rubia se encontraba en uno de los café-internet escribiendo en su computadora cuando de repente escucho un aleteo, levanto su mirada de color cielo y observo al hombre con gabardina que le miraba.
— Ya están aquí – no pregunto, afirmo, el pelinegro solo asintió dándole la razón. Ella se quitó sus lentes, los cuales siempre portaba para escribir, se froto el puente de la nariz y miro a su acompañante directamente a los ojos.
Simplemente suspiro y dio su autorización, después de todo tendría que volver a verlo, solo esperaba que esta vez fuera recibida con alegría y no con una bala en el trasero, aunque viendo las palabras escritas en la pantalla estaba segura de que sería esta ultima su bienvenida. Sintió la mano del ángel sobre la suya y de un momento a otro ambos habían desaparecido.