La oscuridad caía poco a poco cambiando el color anaranjado del cielo por uno completamente negro. En la carretera, un hermoso Chevy Impala del 67 de color negro brillante avanzaba de manera continua, las luces de tan bello auto se encendieron mostrando con las sombras a sus tres pasajeros. Dean Winchester, rubio de ojos verdes, siempre de jeans y chaqueta de cuero, situado en el asiento del conductor, a su lado en el asiento del copiloto estaba Sam Winchester, cabello castaño y ojos azules, mas alto que su hermano y también vestido en mezclilla. Desde el espejo retrovisor Dean observaba al tercer ocupante, en el asiento trasero se hallaba un rubio platinado, y ojos grises, vestido de negro, pantalón de mezclilla y camisa de tela blanda con su inseparable chaqueta de mezclilla, entre sus manos paseaba una pequeña daga de plata mientras observaba por la ventana.
—Dray — Dean llamo suave para solo llamar su atención cosa que logro al ver las cuencas grises posarse en su reflejo del espejo retrovisor - ¿que te atormenta?
— Nada, no me atormenta nada — dijo sereno pero con tono de preocupación en la voz .
—Draco -Sam tomo la palabra —hace días que estas raro ¿Que pasa? — menciono mientras se giraba en el asiento para verlo directamente.
— ¿No les parece extraño? — el rubio platino suspiro mientras volvía su vista a la ventana
— ¿El qué? — a pesar de tener la concentración en la carretera Dean ponía total atención el lo que el mas joven decía
— ¿ Como que el que? —regreso su vista a los mayores pero noto la cara de confusión que estos pusieron — llevamos cerca de tres meses con misiones extrañas, el comportamiento de las criaturas no es normal
— Draco son bestias esas cosas solo piensan en matar — Dean le quito importancia.
— Eso no es cierto Dean los estudios de Draco resaltan un comportamiento animal instintivo —-Sam miro a su hermano.
— Sammy sabes que no entiendo su lenguaje de geniesitos — el entrecejo se frunció en el atractivo rostro.
— Es decir que su compartimiento animal se generaba por emociones humanas, si tu molestas a una cría es normal que la madre te ataque — explico el oji gris
— Aja ¿y eso que tiene que ver con nuestros casos? — el mayor de los tres no comprendía nada de lo que decía.
—Dean ¿ hombres lobo que matan a su propia manada? ¿ vampiros que casan a plena luz del día? — el joven puso ironía en sus palabras — por donde lo veas eso no es normal
— Solo son bestias — el mayor simplemente no veía el problema
—¡Es que no solo son bestias!—Draco levanto la voz — eran personas con una vida, habían cambiado su estilo por una vida normal ¿por que de repente un joven lobo ataca a la manada? Un lobo que no había ni experimentado su primera transformación.
— A la mejor la luna llena lo afecto, esas cosas pasan — el rubio mayor simplemente se encogió de hombros.
— Dean estamos a mediados de mes, y el ciclo lunar esta en luna nueva — Sam respondió analizando las palabras del menor.
— No se que los esta cambiando pero lo voy a averiguar — menciono el menor mientras palmaba una hielera que se situaba a su costado.
— Yo digo que solo son bestias — dijo Dean zanjando la conversación..
A kilómetros de ahí, en Lawrence, en uno de los pocos restaurantes del pueblo, tres jóvenes se encontraban sentados en una de la mesas del lugar.
— Bien el hechizo de búsqueda es complejo pero puedo extenderlo a kilometros de distancia — Hermione mencionaba mientras colocaba un mapa en la mesa y una playera.
— Podemos encontrarlo antes de... — las palabras de Harry fueron cortadas por la mesera que llevaba dos charolas llenas de comida.
— Aquí tienen todo el menú — dijo poniendo todo lo que llevaba en la mesa, si no hubiera sido por la rápida acción del moreno hubiera puesto encima del mapa.
— Gracias señorita — el pelirrojo sonrió con alegría mientras recibía la comida, sus dos compañeros lo miraron con enojo — ¿Que? Tengo hambre
—Siempre tienes hambre — la castaña rodó los ojos.
— Bien entonces — después de que la mesera se fuera retomaron el tema principal. — según el hechizo nos mostrara su ultima ubicación ¿no es así?
— Así es Harry — respondió la castaña — pero solo mostrara la ultima ubicación en el radio de la ciudad, aparecerá su nombre y la dirección
— Así como en el mapa del merodeador— con algo de dificultad el pelirrojo hablo con la boca llena.
— Algo parecido — mencionó el moreno — ¿y después?
— Buscaremos pistas ahí, es lo único que podemos hacer — suspira era todo lo que tenían — si encontramos otra cosa con la esencia de Malfoy podemos dar con el.
No mencionaron mas, se dedicaron a cenar y de ahí se dirigieron al hotel en el que se hospedaban. A la mañana siguiente se levantaron temprano y a pesar de que nos les gustara, se vistieron con ropa muggle, Harry llevaba un pantalón de mezclilla azul rey, una camisa blanca de mangas tres cuartos, y una chaqueta de color negro, por su parte Ron vestía un pantalón de mezclilla negra, una camisa de color rojo y su chaqueta color caqui, la única chica del grupo, Hermione, vestía un pantalón a la cadera de color hueso, una blusa rosa y una chaqueta roja. Desayunaron y se dispusieron a partir, la noche anterior habían llevado acabo el hechizo, el cual los llevaba a una de las zonas mas tranquilas de la ciudad. Tomaron el auto que les proporcionaron los del ministerio, con Ron al volante, Harry de copiloto y Hermione en el asiento trasero llegaron a la dirección de una hermosa casa de dos pisos, de color azul, con hermosos jardines frontales, ideal para una familia, que al parecer tenia niños por los juguetes regados por el pasto. Se estacionaron enfrente y bajaron del auto, con cuidado y a paso seguro se acercaron a la hermosa puerta de madera blanca y tocaron, no esperaron mucho para que les abrieran, una hermosa rubia de ojos miel, enfundada en lo que parecía una pijama de pantalón deportivo y sudadera ambas de color rosa, se asomaba en el marco de la puerta.
— ¿Si? — una sonrisa fue dirigida a los jóvenes.
— Bu...Buenos días, lamentamos molestarla — el moreno vacilo un poco pero aun así correspondió la sonrisa.
—Buenos días — la mujer los miro confundida pero aun sonriendo — ¿en que puedo ayudarles?
— Bueno vera... — el pelirrojo hablo pero fue interrumpido por la castaña.
— Venimos buscando a un amigo — la castaña sonrió al tener a los ojos mieles sobre su persona — hace tiempo que no sabemos de el y esta es la ultima dirección que tenemos, no se si usted sepa algo señorita... — dejo la frase al aire.
— Jenny — dijo la rubia aun extrañada — no se si les sea de ayuda pero yo llevo viviendo aquí mas de 10 años.
— Oh ¿enserio? — la cara de la castaña mostró una extraña mueca que la rubia no supo descifrar, mientras los otros jóvenes solo se mantenían a raya.
— Comprendemos — Harry tomo la palabra — mire, se que es algo extraño pero ¿podría mostrarle una foto de el y decirme si lo a visto por aquí?
— Claro, pero no se si les ayude — comento Jenny aun sonriendo, Harry saco una fotografía de un joven rubio, habían utilizado magia para tomar una foto antigua y darle la apariencia de como creen que se ve Draco actualmente, al momento de que la rubia observo la imagen los chicos notaron un brillo de reconocimiento en sus claros ojos. — Oh por...
— ¿Lo ha visto? — de inmediato el pelirrojo soltó la pregunta.
— Si... — la mujer los miro ahora con sospecha — ¿De donde dicen que lo conocen?
— Somos amigos del colegio, — rápidamente Harry tomo la palabra — por favor señorita nos urge encontrarlo, si usted sabe donde esta por favor diganoslo — la angustia de la voy del moreno no paso desapercibida por ninguno de los presentes. La rubia lo miro detenidamente de arriba a abajo, enfrente esta un moreno atlético, alto, sumamente atractivo, y con una preocupación y angustia latente.
— Pasen por favor — se hizo aun lado dándoles el acceso a su casa, los invito a tomar asiento en la sala .— su amigo...
— Draco, se llama Draco — el moreno interrumpió a la dueña de la casa.
— Draco — un tono alegre salio de la rubia a pronunciar su nombre — entonces es su amigo — los chicos solo asintieron — tiene meses que no lo veo
— ¿Sabe donde se encuentra? — Harry se veía impaciente algo que hizo sonreír a la rubia.
— Draco es importante para ti ¿Verdad? — una risita se instalo en los labios rosas de la rubia al ver el pequeño sonrojo del moreno. Los otros dos chicos solo mantuvieron silencio ellos sabían de los sentimientos de Harry para el rubio, lo habían descubierto hace ya cinco años.
— Mas de lo que puede imaginar — aun con su pequeño bochorno contesto seguro — por eso si puede... — la voz de la rubia le interrumpió.
— Como dije hace meses que no lo veo, vino para el cumpleaños de mi hija — les miro con algo de pena — pero si hablan con su hermano el les pueda dar su ubicación, aunque dejen me decirles que esos tres viajan mucho así que les sera difícil dar con ellos.
— Espere ...— el pelirrojo decidió hablar al escuchar la palabra "hermano" — que yo sepa Malfoy no tiene hermanos — lo dijo mirando a sus dos amigos.
— ¿Malfoy? — la rubia levantó una ceja
— El apellido de Draco es Malfoy, Draco Malfoy — explico la castaña.
— ¿ Ah? Tal vez en el pasado — la mujer tomo la imagen que le habían extendido minutos atrás y se estiro para tomar un porta retratos que se encontraba en la mesita a lado del sillón cerca de una lámpara. — este — extendió amabas fotos — es Draco Winchester — señalo el porta retratos donde salia un rubio platinado de cabello largo hasta los hombros sujetado en una coleta baja vestido de gala se notaba en la fiesta del fondo, a su lado se encontraban dos hombres de igual vestidos en traje negro, elegantes. — y ellos son sus hermanos Dean y Sam Winchester. — Los tres chicos pusieron cara de asombro al escuchar las palabras de la dueña de esa casa, esta al ver el mutismo siguió hablando — los hermanos Winchester me salvaron la vida hace unos años, no los volví a ver hasta hace unos cuatro años me parece y cuando lo hice me lleve la sorpresa de que eran tres hermanos y no dos — decía con una sonrisa — si ustedes conocen a Dray desde el colegio entonces supieron que lo dieron en adopción ¿no? Después de todo estaba en una casa hogar— no dejo que ni si quiera contestaran — fue una suerte que Sam y Dean lo adoptarán, son una familia especial — una risita salio al termino de sus palabras.
— Disculpe ¿ cree que me pueda quedar con esto? — pregunto el moreno después de un momento de silencio.
— Claro, como pueden apreciar tengo mas — sonrió mientras señalaba al rededor, siguiendo el movimiento de la rubia los jóvenes observaron y notaron las múltiples fotografías del rubio y los otros hombres esparcidas por toda la sala.
— Ellos solían vivir aquí así que los incluí en las fotos familiares — sonrió con un cariño que se reflejo en su rostro.
— Muchas muchas gracias — dijo el moreno con una sonrisa, levantándose del asiento.
— No hay de que — correspondió la sonrisa e imito su gesto — tomen — dijo al momento de guiarlos a la salida, de uno de sus bolsillos saco su cartera y de la misma saco una tarjeta — este es el numero de Dean — les extendió la tarjeta
— Gracias es muy amable — la castaña tomo el papel con una sonrisa .
— No tienen nada que agradecer espero puedan encontrarlos — la rubia sonreía encantada se veía que el rubio era apreciado mas por el moreno que por los otros. Ella conocía parte del pasado del rubio, aunque no era del todo cierto, y esperaba que con la vista de sus amigos la sombra que se reflejara en sus grises ojos desapareciera.
— Lo haremos y perdone por las molestias — comentó el moreno mientras disimulada mente sacaba su varita.
— No es... — las palabras de la rubia murieron al ser consciente de un pequeño resplandor que salia del palito de madera que el moreno le había puesto enfrente. —¿ Disculpen puedo ayudarlos? — algo desorientada pregunto.
— Oh no señora creo que nos equivocamos de casa, disculpe — el moreno sonrió , había utilizado un Obliviate.
Los tres jóvenes se dieron la vuelta no sin antes despedirse de la señora que desorientada les decía adiós mientras poco a poco cerraba la puerta de su hogar.
En otro lugar, donde la luz no llega y ni se sabe si esta en el plano terrenal, dentro de una cueva alumbrada con velas y antorchas, una peli negra se encontraba arrodillada frente a lo que parecía una cortina negra donde solo se puede distinguir una figura sentada en un trono.
— Como usted demande... — con la cabeza agachada una rodilla apoyada en el suelo y la otra a la altura de su pecho solo miraba por el rabillo del ojo la figura detrás de la cortina — mi príncipe.
Una risa marcaba el momento en el que las sombras comienzan a moverse.