Taemin rio ante la escandalosa risa de Kibum. Estaban llamando la atención, pero les importaba poco. Normalmente sólo hablaban temas relacionados con la universidad, y si bien no les causaba tedio, salir de vez en cuando a platicar de otros tópicos, le hacía bien a su amistad.
-Debiste ver el desastre que se hizo.- Taemin aseguró, dándole un corto trago a su café.
-Me sorprende que Minho haya sido cómplice.- Kibum comentó.
-Pues…No supo de qué iba la cosa, hasta que el escándalo llamó la atención de todos.- Se encogió de hombros, aceptando su culpabilidad.
-Aigo, eres tan malo con él…- Jadeó. -¿Cómo lo hacen? Ustedes, jamás discuten, a pesar de todo.
-¿Ah? Kibum, ¿ocurre algo?- Taemin frunció el ceño al ver el extraño aura que su mejor amigo había adoptado.
-Los miró, y son tan diferentes. Me es asombroso, como pueden mantener una relación, a pesar de que ustedes…ya sabes, son opuestos.- Trató de explicar, ganándose una extraña risa por parte de Taemin.
-Oh, vamos, Kibommie. ¿Realmente crees en los textos escritos por humanos?- Su intención no era burlarse, pero le causaba demasiada risa el ver que a pesar de que Kibum era amigo de un demonio, seguía creyendo en cosas que sólo los humanos ignorantes creían. –Te equivocas, la eterna pelea entre “el bien y el mal” no es más que una competencia entre…¿distintas organizaciones?- Mordió su labio inferior, preguntándose cómo terminar de explicar esa analogía. –Mira, el creador se pasó los días de su vida creándonos, y después decidió jubilarse, dejando que dos personas muy diferentes se hicieran cargo de sus creaciones.- Explicó la base. –Y todo lo que se ha venido desde entonces, es una muy poca sana competencia de ver quién colecta más almas dentro de su bolsa. Todos quieren estar en la pared bajo el título del mejor empleado del mes, de su respectiva organización. Al final del día, es sólo una boba enemistad.
-¿Me estás diciendo que todo esto es un negocio? ¿Acaso somos mascotas en la calle a merced de dos distintos refugios de animales?- Infló las mejillas, haciendo una mueca molesta.
-Oh, no. En lo absoluto, los humanos tienen algo que las mascotas no.- La mirada de Taemin se iluminó por completo. –Ustedes deciden.- Señaló. –Mi trabajo, es que se diviertan, a cambio de que me den su alma. El trabajo de Min es evitar que se diviertan.- Se encogió de hombros. –Pero ustedes, ¡son tan llamativos! Toman decisiones, influenciadas en demasiados motivos, tantos que me es increíble cómo no todos ustedes están locos de azar.
-¿Te diviertes TaeTae?- Key exhaló, apoyándose sobre la palma de su mano. –No me debería de extrañar, por obvios motivos estudiaste una carrera en antropología.
-¡Es que son tan raros! Desde que llegué a la tierra puente, he estudiado varias veces al ser humano.- Comentó de manera apasionada. -¡Ustedes no cambian en lo absoluto! Y lo peor, es que creen que sí lo hacen.- Se burló.
-Oh vamos, ¿ustedes son diferentes, acaso?- Key resopló.
-Nuestros cambios son un poco diferentes, para mi familia, es más fácil cambiar en cuanto a técnicas de engatusar humanos.- Soltó. –En cambio, la familia de Minho…
-¿Qué hay con mi familia?- La voz grave de Minho causó que Taemin soltara un pequeño gritillo de sorpresa.
-¡Cariño!- Taemin le abrazó, besándole en la mejilla en cuanto Minho se sentó a su lado. El mayor había ido por él, después de que Taemin se lo rogara, debido a que su auto dejó de dar marcha en la mañana. –Le explicaba a Key cuánto han cambiado los tuyos, desde que llegaron a tierra puente.
-¿Pensabas decirlo desde tu punto de vista?- Minho rio. –Ah, los ángeles en el edén son seres algo abstractos. Sin embargo, al tener que descender a la tierra puente, se tuvo que usar un hechizo –parecido al de los demonios- para pasar desapercibidos entre ustedes.- Torció los labios, mirando a Taemin. –A diferencia de los demonios, que pueden pasar entre hombres y mujeres, dependiendo de la situaciones. Nosotros escogimos una figura como representación, conservando por dentro la otra. No renunciamos a nuestra parte complemento, sólo que se decidió mostrar la que era más fuerte. Debido a esto, los ángeles empezaron a juntarse, como lo hacen los humanos, creando familias, y teniendo hijos.- Rodó los ojos, al ver como Taemin se cubría la boca suprimiendo una risa. –Y es por eso que tengo un padre y una madre, quienes tienen padre y madre, y un árbol genealógico. A diferencia de ti, TaeTae.- Se mofó, usando el apodo que había escuchado Key usaba de vez en cuando.
-¡Yah! El incesto es perfectamente normal en mi familia. Ustedes son unos puritanos.- Se cruzó de brazos, alzando el rostro.
-¡Esperen! Tae, ¿has dicho incesto?- Key había escuchado con atención todo lo que le explicaban, y en vez de verse asustada, cada segundo se lograba notar más interesado.
-Sí.- Taemin le mostró la lengua en mofa a Minho, girándose rápidamente para terminar de explicarle a Kibum. –Papá tiende a tener hijos con sus propios hijos…Es algo normal, ustedes los humanos no estaban tan aterrados de ello, hasta después del 300 a.C.- Y para Taemin, la historia de su familia era algo perfectamente normal. –Los hijos de papá, con sus hijos, son demonios de segunda generación. Los hijos, de esos hijos, con papá, son de tercera generación: como yo. Y así sucesivamente; claro que también hay demonios que no son hijos de papá, sino de demonios de distintas generaciones, y ellos suelen tener un mucho menor rango, y sus especializaciones son en cosas tan insignificantes que….
-¿Sus especializaciones? ¿Dependiendo de tu rango, recolectarás un alma de distinta manera?- Key preguntó, totalmente absorto en el tema. Nunca se cansaba de escuchar las historias de Taemin. Se habían conocido cuando ambos cursaban la universidad, aunque en ese entonces Key no sabía que era la quinta vez que Taemin estudiaba en esa escuela. Ahora ambos eran maestros en la misma universidad, y eso sólo facilitaba la extraña amistad que había nacido entre ese demonio, y aquel humano.
-Algo así. Tu rango define que tan cerca estás de papá, y eso te da más poder. Es muy difícil que puedas provocar lujuria, si tu poder es bajo, y no puedes convocar una apariencia tan bella como la mía.- Se vanaglorió. –Puedes decidir tu especialización, pero conoces tus limitantes. Yo, por ejemplo, no tengo muchas. Y me gusta divertirme, así que ¿qué otra cosa podía ser más que un demonio de lujuria? Me gusta jugar con mi presa, antes de comer su alma.
-Taemin.- Minho le regañó con suavidad.
-Un segundo, TaeTae.- Key interrumpió la pelea de miradas que iba a iniciar entre el par de tórtolos. –Si eres un demonio de lujuria, ¿de qué manera te provoqué como para que te revelaras como un demonio ante mí?
-Ah, eso…- Taemin frunció los labios haciéndolos piquito. Chocó las puntas de sus dedos, sabiendo que ante esa pregunta, tendría que admitir se gusto. –Me gustan los nerds.- Y tras haberlo dicho, la franca risa de Minho lo hizo fruncir el ceño. -¡Yah! ¿De qué te ríes? Tú eres un médico muy nerd, por si no lo sabías.
-Me queda claro, amor.- Minho sonrió, satisfecho con aquella respuesta.
-Bien, ahora entiendo muchas cosas, pero Taemin…- Key volvió a cortar al par de enamorados. –Todavía no me dices cómo hacen para no discutir siempre.
Minho y Taemin intercambiaron miradas. Esa, era una pregunta muy sencilla de responder.
-Decidimos no discutir.- Respondieron al mismo tiempo.
-Omo…¿Cómo dicen?
-Minho es muy estricto, me queda claro que hay cosas que nunca cederá aunque le haga el mayor berrinche del mundo.- Taemin explicó.
-Y yo sé que Taemin jamás podrá refrenar sus impulsos de hacer una travesura. Es inherente a él. ¿De qué me serviría molestarme por cada cosa que hace y no estoy de acuerdo?- Minho concordó.
-Él hace muchas cosas por mí, a pesar de que le desagradan.- Taemin rio, recargando su cabeza en el hombro de Minho.
-Y Taemin ha dejado de hacer muchas cosas por mí.- Minho entrelazó su mano con la del demonio. –Tenemos muy en claro nuestras personalidades, y sabemos que lo que importa es nuestro amor. ¿Por qué habríamos de discutir? Si eso sólo nos haría infelices.
-Vaya, realmente envidio su relación.- Key rezongó.
-Si tan sólo envidiaras de verdad.- Taemin rodó los ojos, sabiendo que el alma de Kibum no era pecadora aún.
-¿Ah?- Y aquel comentario llamó la atención del humano.
-No envidias, Key. Tú anhelas.- Minho explicó.