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Bitácora de un amor no correspondido por Lunatico

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Notas del capitulo: Holi. Otro capítulo, espero les guste. Aunque solo tuve 57 vistas, pero equis, no exijo porque es algo que no tiene un orden, son caps random y los subiré el día que esté listo y así.
03/noviembre/2017

No soy atractivo, en lo absoluto, tal vez mi cara sea un poco linda pero soy gordo, pesaba un poco más de 100 kilos pero ya estoy en los noventa desde que entré a trabajar, así es, mi trabajo consume mi tiempo, mis ganas de vivir y mi grasa corporal. Aunque dice mi hermana que me veo chupado, en lo personal me gusta que mis ojos se vean más grandes y no chiquitos, estirados por el exceso de carne en mi cara. Pero en fin.

¿Crees que si pesará 70 kilos me harías caso? Se supone que ese es mi peso ideal pero whatever.

No soy tu tipo, digo, tu no eres gay, ya me lo has dicho, aunque la mayoría diga lo contrario, incluso Karen dijo que lo eras cuando le dije que estaba enamorado de ti, cuando ella, la primer persona en el mundo se me confesó (a mis 21 años). Y dolió un poco, es buena chica, aunque a veces no me cae del todo bien pero siempre me ayuda, sí, me jode un poco pero me ayuda más de lo que me jode. Y sé de su lista de ex compañeros de cama y sé que tal vez solo quería eso de mi, que lo dudo porque me he visto en el espejo y sabes que no tengo problemas con las relaciones de una noche porque son las únicas que conozco pero equis. Ya me salí mucho del tema.

El viernes pasado llegué al Walmart muy feliz, porque ibas a estar solo y podríamos hablar un rato, era mi última tienda, eran las dos de la tarde, sí, lo sé, me habían explotado demasiado en Chedraui, pero no quería hablar de eso, porque siempre te reías de mí, por no ser acertivo. Se acertivo, Bob esponja, me decías.

En fin, ahí estaba yo, caminando hacia mi pasillo, pasando discretamente por el tuyo, ya sabes, caminando fingiendo de muy mala manera que tú no estás ahí, que no existes. Aunque es algo imposible para mí. Y ahí estabas. Tu y otro chico. Riendo. Porque tal vez que te vieran con él no era vergonzoso como que te vieran con tu amigo el puto. Y mi corazón se rompió. Y tuve ganas de llorar, horribles, sabes, fue feo.

Porque él, él es un chico hermoso, delgadito, con una cintura pequeña, piel clara y bella, su pelo es castaño y sus ojos grandes, es hermoso chico. El tipo de chico que siempre he envidiado y siempre he querido ser. Se veían genial juntos, y sí, sé que no eres gay, créeme mi cerebro lo procesa bien pero ¡agh! Hazle entender eso a mi corazón. Se veían hermosos. Se veían tan naturales. A puesto a que de tu y yo estar juntos sería demasiado doloroso vernos.

Huí de ahí, tal vez no con el suficiente dramatismo con el que hubiera preferido pero me fui. Mentiría si te dijera que ya no quería verte. Al contrario. Quería ir y dejar claro que yo también podía estar contigo, que yo te quería muchísimo, que quería poder tener la oportunidad de tratar de hacerte feliz, de borrarte esos malos recuerdos que te dejaron todas tus ex perras. Pero me sentía pequeñito sabes y demasiado tonto. Y es que era lógico, el chavo no tenía ni idea de mi estupidez y yo haciendo drama por eso. Ya sabes soy más dramático que una telenovela mexicana de finales de siglo.

Y sí, también odiaba mis referencias.

No tuve mucho trabajo, solo atiné a odiar un poco más al tipo que solía burlarse de mí. ¿Quién se creía ese imbécil para pelear algo que no es suyo? De por sí no me sentía muy bien y si le añadimos esto a mi humor, me sorprende no haber tenido una de esas crisis en las que he intentado matar a mi papá y a mi hermana.

Y entonces terminé mi trabajo y te juro que le di por la bodega porque no quería toparte en tu pasillo pero no esperaba toparte en la bodega. Y justo tuve que darle por dónde estabas tú porque el de bodega estaba maniobrando con el montacargas. Y ahí te vi. Tu y Alan, comiendo galletas, me diste una mirada rápida y sonreíste.

Y fue una sonrisa tan hermosa. Te lo juro, me detuvo el corazón, no me importó Alan, no me importaron las estupideces que creaba mi cerebro, solo me importaba tu jodida sonrisa. Neta, me encanta, y quiero gritarlo cada que te veo.

¡TE AMO IDIOTA! ¡DEJA DE SUFRIR POR ESAS PERRAS, YO NUNCA TE HAR… LLORAR! ¡D…JAME AMARTE!

Fue rápido. Me saludaste con un hola fugaz, tu amigo levantó la ceja simulando un saludo porque tenía la boca llena y se alejó un poco a hablar con una chica de otra marca.

-¿Quieres galletas?- me ofreciste un paquete grande.

-umm, gracias, pero me las llevo- traté de actuar lo más heterosexual posible, pero no sé me da, fingir frente a las personas me atonta, se me traba lengua y sudo.

-No creo que se pueda, las marcaron de verde, si las quieres sacar las tienen que marcar de rosa.

-Si se puede,solo damelas- solo quería irme de ahí, Alan y la otra chica tenían la vista clavada en mí y eso me ponía súper nervioso.

-Cometelas aquí adentro- tu tono de voz indiferente, que no solías usar cuando estábamos solos, solo me ponía más nervioso. Entendí que la situación también era incómoda para ti.

-No, así déjalo.De todos modos ni me gustan esas galletas- mentira y justo en ese momento me moría de hambre y solo tenía el dinero justo para llegar a casa.

-Como quieras- dijiste usando ese tono indiferente que me rompía el corazón.

-Sale nos vemos- te dije con mi semblante molesto y lo notaste pero no pareció importarte demasiado- nos vemos- me despedí con una sonrisa falsa de Alan y caminé hacia la salida. No soportaba un momento más ahí.
Contigo, con tu indiferencia y con la perfecta imagen de ti y Alan juntos, aunque sabía que era imposible el que tú y el estuvieran juntos.

Por eso odiaba como me veía. Lo detestaba, me daba asco. No quería sentirme así. Odiaba odiarme. Quería verme como Alan. Quería ser Alan. Poder hablar contigo sin fingir ser alguien más frente a los demás. Poder verme bien junto a ti. Poder amarte.


Pero ya estaba. Tendría ese jodido humor deprimente el resto de la tarde.

Giant: Tengo algo que contarte.

14: Qué pasó?

Giant: Conocí a una chica, pero quiero hablar bien, para explicarte cómo están las cosas, qué día puedes? Te llevo tus galletas.


Y eso fue lo que terminó por romper mi corazón.
Notas finales:

Bye. 


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