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AND ALL WE NEED por Adid

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Notas del capitulo:

Hola otra vez (>u<)//

Aquí el cap 2 

Quiero aclarar que si bien esta historia es completamente de mi autoria la idea original de un Stan Amnesico conservado por Bill no me pertenece, sino que está basada en algunas cosas que encontré con este tema y que me ecantan *w* yo solo me inspire en esta idea y quise aportar un poco al tema >/w/<

Pero bueno, aclarando eso realmente espero que estén disfrutando de la historia y sobre todo quiero agradecer a las personitas que se toman la molestia de dejarme un comentario >u< no hay nada que me alegre más y me anime a seguir escribiendo que las hermosas palabras que me dedican alagando mi demencia ;//w//; 

-Cálmate, tío Stan. Todo va a estar bien. Solo tienes que confiar en nosotros.


La chica de la larga trenza castaña estaba inclinada hacia él con las manos apoyadas en sus rodillas para estar a su altura.


-¿Confiar? Cómo voy a confiar en dos extraños que me atacaron, me ataron y me trajeron a no sé dónde en contra de mi voluntad.-Gruñó


-Cualquier cosa suena mal si la dices de ese modo.


Finalmente hablaba el muchacho, sobando con su mano la parte de atrás de su cabeza. La chica le dirigió una mirada para que no dijera nada más. Stan seguía sentado en el suelo con los brazos atados por detrás de su espalda.


-Tuvimos que atarte porque estabas muy nervioso y no dejabas de forcejear contra nosotros. Pero no queremos hacerte daño.


Nuevamente era la chica la que se dirigía a él con un tono calmado, como tratando de no asustarlo.


El hombre les dirigía una mirada que claramente decía que no se fiaba de una sola de sus palabras. Iba a replicar en voz alta pero en ese momento se percató de que alguien nuevo había entrado en la habitación.  Le dirigió una mirada cargada de enojo y desconfianza al recién llegado.


Stanford se había quedado de pie, observado la escena que se desarrollaba dentro del lugar. Su respiración había quedado enganchada al percatarse de la mirada que le dirigió Stanley. Pues los ojos que a pesar del enojo, de la culpa, de las diferencias que pudiera haber entre ellos, siempre habían estado cargados de amor incondicional, ahora estaban vacíos. O más bien, cargados de algo diferente, algo que jamás creyó encontrar en aquella mirada.


-¿Quién demonios eres tú?


Escuchó que le preguntó Stan con voz ronca y enojada, haciendo que su corazón terminara de romperse.


-¡Tío Ford!


Exclamó Dipper en cuanto se percató que su tío había entrado en la habitación. Podía distinguirse cierto alivio en su tono, como si pensara que las cosas podrían arreglarse más fácilmente con él cerca. Mabel solo le dirigió la mirada seria y fría a la que ya estaba acostumbrado. Sabía que jamás le había perdonado el que hubiera dejado a su amado tío a su suerte. No la culpaba, él jamás podría perdonárselo a sí mismo tampoco.  Sabía que a su sobrino varón también le había afectado bastante su decisión, pero mientras Dipper se mostraba más comprensivo, Mabel se había mostrado mucho más emocional.


No es que Dipper fuera frío o insensible, al contrarío, pero tenía la capacidad, igual que él, de ver las cosas más fríamente, entendiendo la lógica de los sacrificios, por más dolorosos que fueran. Mabel en cambio era más ferviente, se dejaba llevar más por sus emociones y sentimientos, las cuales siempre se reflejaban en sus ojos. Le recordaba tanto a Stanley.


-¿Cómo está?


Preguntó cuando llegó a la altura de los otros tres. Stanley seguía mirándolos con enojo y desconfianza, pero al menos ya no se retorcía. Los dos chicos le dedicaban ahora toda su atención a su tío recién llegado, fue Mabel la que respondió con tono serio.


-Sigue muy inquieto. No logramos que nos reconozca a ninguno de los dos.


Stanford asintió con la cabeza. No lo sorprendía esa información.  Se acercó más hasta quedar frente a su hermano, arrodillándose para quedar a la misma altura.


-Stanley- lo llamó quedamente. - ¿Sabes quién soy?


Preguntó, aunque ya sabía la respuesta.


-Escucha anciano, como ya le dije a este par de mocosos: no tengo idea de quiénes son ustedes, o porqué ellos se empeñan en llamarme “tío”. O a dónde demonios me han traído. Y no me importa. Pero si saben lo que les conviene, lo mejor es que me dejen ir ¿acaso no saben quién soy yo?


Stanley hablaba con una voz impersonal y enojada. Era doloroso para los tres que se dirigiera a ellos como si fueran solo unos atacantes desconocidos. Que de hecho, para él, lo eran.


-Cuando Bill se entere de que me tienen aquí, no va a ser amable con ustedes.


Añadió provocando más desazón entre sus oyentes. Pensar que Stan de alguna manera pudiera confiar en ese monstruo era algo demasiado duro con lo que lidiar.


-¿Crees que haya forma de hacerlo recordar quiénes somos?


Preguntó Dipper, inclinándose para estar a la altura de sus tíos. Stanford negó lentamente con la cabeza.


-El borra-memoria hizo su trabajo. Todos sus recuerdos se han ido. …. lo mejor que podemos hacer es intentar convencerlo de que no somos enemigos y cuidar de él.


Esta información fue como un golpe para los dos muchachos. Especialmente para la chica, cuyos ojos se llenaron de lágrimas. Negó enérgicamente, como si de esta forma pudiera alejar las palabras de su tío.


-Tiene que haber una  forma de que recupere sus recuerdos.


-No la hay Mabel. Stan se ha ido.


Volvió a asegurar de manera firme pero con pesar en la voz. Mabel, sin embargo no se dejó amedrentar.


-Sé que mi tío sigue ahí en alguna parte.


Aseguró con la voz más firme que pudo. De pronto se le ocurrió una idea. Se alejó de donde estaban  sus tíos y su hermano y se dirigió a la parte trasera de la estancia, donde estaban  sus pocas pertenencias, como buscando algo. Cuando regresó con los otros, cargaba lo que parecía un libro viejo y muy maltratado de gruesas pastas de color rosa. Era el libro de recuerdos de aquel verano tan lejano que habían pasado junto a Stan. Había logrado conservarlo  durante todos esos años, siendo en ocasiones la única tabla de salvación a la que podía aferrarse para no perder la cordura.


Tanto Dipper como Ford vieron con algo de sorpresa como la chica se acercaba a Stan con el libro abierto, mostrándole su contenido.


-Tienes que recordar todas las cosas que vivimos juntos.- Dijo casi con suplica al tiempo que pasaba las maltratadas páginas del libro.


-Has un intento. Esa tarde de pesca. Ese Summerween lo pasamos juntos ¿no recuerdas nada?


Dipper se había dejado contagiar con el entusiasmo de su hermana y trataba de que su tío reconociera alguno de los momentos que habían quedado evidenciados de aquel verano. Pero Stan simplemente observaba las imágenes que le mostraban con el ceño fruncido y ninguna señal de reconocimiento.


-Esas son solo imágenes de ustedes tres. No entiendo qué tienen que ver conmigo.


Exclamó con enojo al no encontrarle sentido a las acciones de los otros frente a él. Stanford solo observaba a sus sobrinos, no tenía corazón para explicarles que seguramente eran algo inútil, además de que en el fondo tenía alguna esperanza de que pudiera funcionar. Esperanza que se vio avivada cuando la expresión de Stan cambio por un momento al observar una de las imágenes.


-Estas personas…


Comentó Stanley observando fijamente una fotografía en la que aparecían una chica pelirroja de largo cabello y un hombre muy grande con largos dientes delanteros que sobresalían y le daban un aspecto de roedor.


-Sí, ¡son Soos y Wendy! Eran tus empleados ¿los reconoces?


Exclamó Mabel llena de esperanza. La cual se vino abajo ante las siguientes palabras de su tío.


-Hielo y Signo de Pregunta. He visto sus imágenes entre los estandartes de los rebeldes en la sala del trono.


Stanley habló quedamente, parecía que lo hacía más para sí mismo que para los otros. Las respiraciones  de sus acompañantes se engancharon, recordando la horrible visión de sus amigos siendo convertidos en banderas cuando Bill los descubrió tratando de utilizar el poder de la rueda del zodiaco.


-Ustedes son parte de aquellos que quieren destruir el mundo perfecto de Bill.


Acusó Stanley, un ligero tono de temor asomó entre su tono en esta ocasión, retrocediendo hasta topar con la pared que tenía detrás sin dejar de observarlos fijamente.


-Stanley, cálmate.- Intentó tranquilizarlo Ford  


-¡NO!- Gritó Stan haciendo que los otros saltaran en su sitió. Comenzó a retorcerse de nuevo tratando de librarse de sus ataduras de manera desesperada.


-¡No sé qué es lo que pretenden pero no les va a funcionar!


-Tío Stan por favor. –Esta vez era Mabel quien trataba de tranquilizarlo con lágrimas en los ojos.


Pero Stanley ya no escuchaba a ninguno. Sin saber muy bien cómo, alcanzó a lanzar una patada que mandó lejos el libro de recuerdos de Mabel y casi alcanza a golpearla a ella. La chica solo retrocedió por reflejo, su hermano se había movido de forma instintiva para protegerla. Stanford se movió rápido, sacando una especie de arma jeringa del interior de su saco. Se apresuró a tomar uno de los brazos de Stan e inyectarle el líquido azuloso que contenía. Stan de inmediato se relajó entre sus brazos quedando profundamente dormido en cuestión de segundos. Como pudo, logró acomodarlo de manera que quedara recostado suavemente contra el duro suelo.


-¿Por qué hiciste eso?


Preguntó Mabel con la respiración agitada y tono enojado.


-No es bueno ni para él ni para nosotros que se agite de ese modo.- Explicó el hombre- Esto lo mantendrá dormido toda la noche. Estará más tranquilo cuando despierte.


Sin decir una palabra más, los dos muchachos trataban de tranquilizar su respiración, observando atentamente la figura calmada de su tío que ahora yacía inconsciente frente a ellos.


-Nosotros  también deberíamos descansar un poco. Especialmente tú Mabel, ha sido un día muy agitado para todos.


Dipper asintió casi enseguida. Mabel, que seguía observando a Stan, finalmente asintió quedamente después de un rato, pero se acercó un poco más a su tío para pasar una de sus manos por entre sus suaves cabellos.


-No te preocupes tío Stan. No voy a rendirme. Voy a traerte de vuela.


Aseguró sin dejar de acariciarlo. Los otros dos solo la observaron sin decir una palabra. En el fondo queriendo fervientemente creer en esas palabras con la misma confianza que ella.  


 


***~~~***

Notas finales:

Espero les haya gustado.

Saludos! >u< 


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