Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dulce Viktor por vitalife

[Reviews - 118]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 


¡Hola!


Pensar que la mitad del cap ya estaba listo la semana pasada, hasta hoy pude continuarlo, parece que mi jefa tiene un sexto sentido cuando quiero escribir xD he tenido mucho trabajo que no parece tener fin, pero pude terminar ésta parte.


Agradecimientos especiales a:


 


Anonimo


Aracelly


Ciel-Sakura 


 


Sin más, el fic.


 

 


 


Vapor y humedad le envuelven, el sonido del agua, al igual que goteos esporádicos resuenan con eco en aquel lugar, se deja abrazar por la calidez del momento, ansioso por la extraña velada que acaba de acontecer, su esposo se ha mantenido serio, distraído, parece meditar en algo, cosa de la que es excluido, pues niega que algo ocurra, eso le ofusca, después de todo, prometieron no guardar secretos, pero parece empecinado en ello. No sabe qué hacer, está confundido, la pequeña discusión con su cuñado no parecía la gran cosa en comparación, ya que Viktor siempre se mostraba entusiasta ande sus atenciones y mimos, hecho que mágicamente pasó a segundo plano.


Ahora han tomado baños separados, muy alejado de lo que creía, el ambiente carece de tono, sabe que no pasará nada esa noche, así como los posteriores días de su “aniversario”, trabajos, estudios, responsabilidades, es la rutina normal del Nikiforov, apenas tienen tiempo juntos, éste duerme o retoza, sin ánimos de hacer más nada, pasan la tarde en casa, salen a pequeñas citas al supermercado o comen biscochos en una cafetería cercana, nada realmente significativo, aunque debe admitir que ver como se esfuerza por complacerlo y sonreír, le causa cosquillas en el pecho, conmovido pero a la vez preocupado por que cargue con todo él solo.


Se incorpora de la tina, todavía curioso de que aquella habitación de invitados la tenga, sus músculos se han relajado un poco, causándole alivio al estrés de aquel sábado, seca su cuerpo con suavidad, limpia el espejo empañado y observa las marcas en su cuello, la mordida en el hombro se está desvaneciendo, suspira, desea enlazarse, pero no puede permitirse provocar más presión al cuerpo del alfa, es un gran paso, además, todavía tienen muchas cosas por aclarar, tanta intriga y reticencia de contar su pasado, crea un cumulo de sentimientos difusos.


Sale del cuarto de baño, encontrando a Viktor con pijama puesta y su celular en mano, ni siquiera se gira a verlo, una tensión implícita le impide mencionar palabra alguna, ¿Qué está pasando exactamente? Muerde sus labios, tímido, sube a la cama, baja la mirada, titubeante de romper el silencio, optando por simplemente imitarlo, tomando el móvil del buró, abre la galería de imágenes, trata de perder tiempo entre una aplicación y otra.


 


 


-Yuuri –le llama, dirigiéndole su atención.


-¿Sí? –se sobresalta.


-¿Por qué actuaste de esa manera? –su gesto refleja decepción.


-¿Cómo?


-Discutir con Yuri, es un cachorro, además revelaste cosas de nuestra intimidad.


-¿Qué? El comenzó, además Antoine me preguntó –se excusa.


-No, no me refiero a papá, Yerik habló contigo, Yuri está en una situación delicada, actuaste de manera infantil con él, sabes que todo esto le afecta y te dedicaste a ingeniar un ataque contra un niño –señala con seriedad.


-Viktor, él no ha dejado de molestarme –defiende su punto-, desde un principio fue él quien me amenazó e insultó, ni siquiera me ha pedido disculpas.


-Pero eres mayor que él por casi cuatro años, no puedo creerlo Yuuri –suspira.


-¿Y qué? ¿Dejo que me humille? –se cruza de brazos, sus feromonas chispean con enfado.


-No se trata de eso…


-¡¿Entonces?! Entiendo que sea tu hermano menor, pero creo que se está sobrepasando, he tratado de llevarme bien con él a pesar de que ha sido grosero –muerde sus labios, firme en su postura.


-Deberías comprenderlo, también pasaste por el cambio, no es tan fácil controlarse, siempre me ha tenido para él solo y tu llegada le ha intimidado, es normal, no digo que sea lo correcto, pero no insistas en provocarle, causarás más enfrentamientos con él, ignora sus rabietas, por favor –pide suplicante.


-Viktor –toma aire como una manera de sosegarse-… claro que sé lo que es el cambio, en casa no tuve la necesidad de aferrarme a ningún alfa, porque no los había y tampoco me interesaban demasiado, eso no me importa –expone-…  lo que no puedo tolerar, es que alguien más venga a burlarse de mí, presumiendo que te conoce mejor que yo y –su olor se marchita-… tenga razón.


-Yuuri –inmediatamente se incorpora-, claro que me conoce bien, es mi hermano, crecimos juntos, pero tú sabes otras cosas que él no –busca la forma de amortiguar la situación.


-Claro –sonríe con ironía-, aparte de lo que pasa en nuestra relación ¿Qué más? –sus ojos castaños se clavan en los azulinos- ¿Tú comida favorita? ¿Las clases de arte? ¿Tus lunares y cicatrices? Él sabe de todo eso, incluso más allá de lo que se puede notar a simple vista, él no tiene que esperar a una respuesta de ti, porque lo vivió a tu lado, dime Viktor ¿Por qué tanto recelo de contar tu pasado? ¿Tan poco confías en mí? ¿Tan poco crees que es el amor que te tengo? Ni siquiera puedes responderme a una simple pregunta de la época de tu secundaria o preparatoria, hasta hoy me enteré que sabes francés.


-Lo siento Yuuri –baja la cabeza.


-Basta de pedir disculpas, quiero que me hables de ti, que compartas conmigo lo que te preocupa, que no cargues solo con los problemas, cada día llegas cansado, te esfuerzas demasiado por complacerme y tener tiempo juntos, pero yo no deseo eso, no debes actuar como un alfa, sino como mi esposo –suelta, por fin, las inseguridades que guarda en su pecho.


-Yuri es un cachorro, acaba de cumplir los quince, tiene una descompensación hormonal como yo, aunque quiera, no sabe retener su lado omega, siempre fue un niño muy gentil, yo empecé a distanciarme de mis hermanos en la universidad, aun así, trataba de visitarlos por lo menos una vez al mes, después de visitarte en Japón, mi cuerpo sufrió algunos cambios, me era imposible viajar, hasta nuestra boda no había visto a papá –relata de pronto, sin disimular su tristeza.


-¿Qué es lo que tienen? Parece algo hereditario –se aventura a indagar ante el inusual develamiento.


-Tendría que contarte una larga historia, una un tanto delicada, pero básicamente papá es “especial”, no es un omega como la mayoría, su presencia es muy fuerte, él lleva un tratamiento de supresores diarios para mantener a raya sus feromonas, las cámaras de seguridad, su retiro de las pasarelas y los guardaespaldas, no son simple precaución, aun marcado, en el pasado por mi madre o actualmente con Yerik, ha sufrido de ataques por parte de otros alfas, su olor natural es intenso y sofocante, incluso para mí que soy su hijo –revela.


-Ahora entiendo algunas cosas –recuerda  lo que llamó su atención al llegar a la casa de su suegro y como no existían revistas recientes donde apareciera éste, entre otros detalles.


-Aún no sabemos si Yuri será igual a papá, aunque el caso es distinto, mi hermano está desarrollando algunos síntomas con respecto a la segregación hormonal y no sabemos cómo reaccione a su gamma siendo tan joven, pero eso no es lo más alarmante –suspira, revolviéndose el flequillo-, hace poco recibió una solicitud de pareja delta, el chico quiere conocerlo, ha estado en lista de espera desde que falleció su gamma, Yuri es quien mayor porcentaje de compatibilidad presenta, han aceptado encontrarse con él –cubre su rostro con las manos-… estoy preocupado, el chico es mayor de edad, puede presionarlo para que acepte una relación y pedir su custodia.


-No creo que tu hermano se deje influenciar, su carácter es imponente –asegura, sintiéndose un poco culpable por reñirle.


-Sé que no es lo mismo –sale de su escondite- pero ¿Recuerdas cuando nos conocimos? Cuándo lograste entrar en contacto con mis feromonas.


-Sí –sus mejillas se ruborizan-, me sentí extraño, estaba muy nervioso.


-Yo también, me costaba demasiado mantenerme quieto, mientras más tiempo pasaba contigo, mi instinto me obligaba a querer tomarte –admite.


-Pero en ningún momento me hiciste nada –comenta, sorprendido.


-Te besé… no tienes una idea de lo mucho que me contuve, fue una suerte que mi cuerpo reaccionara de aquella forma y me desmayara –toca el puente de su nariz-, el punto es…  yo logré retener a mi parte alfa porque mi ética así me lo dicta, yo te quería muchísimo como para pensar siquiera en lastimarte o propiciar otro tipo de “encuentro”, dime Yuuri ¿Tú no sentías esa “necesidad”?


-… -asiente con rapidez, su rostro está, en su totalidad, encendido.


-Yuri es más joven y su control es prácticamente nulo, imagina lo  podría pasar si ese chico es un alfa conservador, aunque la ley protege a los omegas… pero si lo embaraza –una fragancia ahumada se desprende de él, sus colmillos se asoman.


-¡¡Viktor!! –agarra su antebrazo, trayéndolo a la realidad- te estás precipitando.


-¡No puedo permitirlo, Yuuri! –gruñe.


-Te estás comportando como tu hermano –suspira-, alguien tendrá que acompañarlo, no irá solo con un desconocido.


-Tienes razón, papá asistirá, pero como se encuentra, no podrá defender a Yuri si el tipo se sobrepasa, nosotros lo acompañaremos –sentencia.


-¡¿Cómo?! ¿Y Yerik? ¿Y los guardaespaldas? –se apresura a sugerir.


-La cita tiene que ser discreta, Yerik aún no está enterado de la situación, es demasiado territorial, ahorcaría al chico antes de que siquiera pueda verle los tobillos a Yuri, acudiremos a esa reunión y le dejaré claras algunas cosas –resopla, masajeando su cuero cabelludo.


-No quiero imaginarte si alguno de nuestros cachorros es omega –sonríe un tanto más divertido.


-Nuestros cachorros –repite, meditando la profundidad de aquellas palabras-… ¡¿Estás embarazado?! –conecta sus miradas entre el horror y la emoción.


-¡No! –repentinamente se siente avergonzado- s-sólo te imaginaba como un padre sobreprotector.


-¿Es así? –de repente se nota desilusionado- si bien, no es el mejor momento… sería lindo.


-Estás loco –responde, todavía con el bochorno en la cara, incluso tirita un poco ante la ansiedad-, esas cosas se deben planear.


-Bueno, eso díselo a tu alter ego en los días de celo, prácticamente me violaste, Yuuri –pica para molestarlo.


-¡Me he cuidado! –refiere.


-Yo trato de cuidarte también, pero no quieres usar condón ¿Qué tal si el parche pierde su efecto? –le recuerda.


-Lo cambio cada mes, un día o dos antes de que se termine, además los parches para omegas son más efectivos que para una beta  -se cruza de brazos haciendo una pataleta.


-¿Cuándo tendremos cachorros? –su voz suena inesperadamente seria.


-Ya lo habíamos dicho, al terminar mi universidad –se descoloca.


-Lo sé, pero ¿Cuándo? Quieres ejercer tu carrera, supongo.


-Sí, bueno, no lo sé… quizás podríamos buscar una casa más grande, con un jardín y más espacio para entonces, no quiero ser un ama de casa, trabajaré y los cuidaremos.


-¿Cuántos cachorros? –sus pómulos se pintan de rosado.


-¿Dos?


-¡¿Sólo dos?! –infla sus mejillas.


-¡¿Es en serio?! ¡¿Cuántos quieres?! –se exalta.


-Unos tres o cuatro… como mínimo.


-Definitivamente no –manifiesta rotundo.


-¡¿Por qué?!


-No eres tu quien los va a parir ¡¿Has visto lo doloso que es?! –enfrenta- te doy dos y me estoy arriesgando.


-Eres malo –refunfuña, haciendo pucheros todavía.


-El día que te conviertas en un omega, te hago los hijos que quieras –ríe.


-… -tensa su cuerpo, actuando como alguien recién evidenciado- y si…


-¡No, Viktor! ¡No! ¡Eso todavía no es posible científicamente! –detiene las retorcidas maquinaciones de su esposo.


-Lo intenté –se encoje de hombros con una extraña sonrisa en su rostro.


-Ya es bastante tarde, vamos a dormir –le tira una almohada, arropándose enseguida.


-Yuuri~ -le asecha por la espalda, abrazándolo- ¿Y si tenemos cachorros antes?


-¡Tonto! ¡Aléjate! –se revuelve, ignorando la creciente excitación en su interior.


-No, hasta que aceptes mis cuatro hijos –bromea.


-¡Duérmete! –farfulla, con el corazón acelerado.


-Yuuri~ -frota su cuerpo, ronroneando en su oído-, quiero cachorros.


-¡¿J-justo ahora?! –su entrada se humedece sin poderlo evitar- ¿E-estás en celo?


-No, pero me gusta incomodarte –retrocede con lentitud, dándole espacio.


-¡No puedo creerlo! –se hace bolita, tapando su rostro con un cojín.


-¿Qué sucede? –sonríe malicioso- ¿Ya quieres tener cachorros?


-¡Tonto! –gruñe.


-Oh… espera –un olor particular llega a su nariz-… ¿De verdad te has excitado? –no encuentra palabras, apenándose con lo que provocó.


-¿Tu qué crees? –le observa sobre el hombro, con la cara colorada y los ojos colmados de lágrimas.


-L-lo siento… realmente no quería…


-¡¡Idiota!! –arroja el almohadón  a su objetivo- ¡No puedes dejarme así!


-¿Có-cómo? –logró esquivar el mullido misil- ¿Aquí? Es la casa de papá.


-Tú lo iniciaste, Nikiforov –toma asiento en el colchón, frunciendo las cejas con enojo.


-También eres Nikiforov ahora –trata de evadir el tema.


-¡Viktor! –golpea la cama con sus puños- ¿Querías cachorros? Debemos de practicar como hacerlos –gatea sobre las sabanas.


-Yu-Yuuri, no aquí –se aleja, huyendo de su predador, pero es inútil, al final es cazado.


-Eso lo hubieses pensado mejor hace diez minutos –reprende, sin ninguna piedad, sentándose en su regazo.


-Discúlpame, Yuuri, no lo haré de nuevo –sonríe ansioso.


-Oh, claro que no volverá a pasar –recuesta por completo su torso encima del otro-, la próxima vez –le toca los labios con su índice-… te tomaré la palabra.


 


 


El ruso alcanza a tragar en seco antes de ser devorado, nota mental para Viktor: no jugar con el cuerpo de Yuuri, sino quería responder al ambicioso instinto de éste. Después de todo, el japonés es muy sensible todavía al contacto corporal entre ambos, su fisiología responde, rápida, desesperada, a la más mínima insinuación, nublándole en cierto grado, la lucidez de su razonamiento; reclama, sin ningún reparo, a su pareja.


Besos y caricias, frases cursis, promesas, la habitación se llena con ambas esencias, delatando la unión natural entre un alfa y un omega, sus partes más sensibles logran la tan ansiada conexión, electrizante, saboreando el elixir que fluye  a través de sus bocas, pulen la técnica de sus lenguas al danzar, como siempre, la pasión del menor derrite el autocontrol del ruso, dejándose llevar por los rítmicos movimientos pélvicos, suspiran ante cada oleada de placer, con voces temblorosas y gemidos quedos, tratando de no ser escuchados, guardan el intimo secreto entre ellos, siendo confidentes ante aquel deseo culposo que se adhiere a las paredes, es caso perdido negarlo, prontamente en la mañana todos en aquella casa sabrán lo que pasó a puerta cerrada, pero en ese momento, nada les importa, sólo sentirse uno.


Despiertan temprano, con un extraño sentimiento entre ambos, algo había cambiado, la anterior noche no se había sentido como simple sexo, pues denotaba un toque delicado, emocional. Yuuri rememora, comportándose extremadamente tímido con su pareja al incorporarse de la cama, está desnudo, pegajoso, con sus músculos relajados, comprende lo que ha pasado, avergonzándose ante su instinto que actúa acomedido cuando Viktor se abre de aquella manera con él, se pregunta ¿Por qué? ¿Qué le ocurre a su cuerpo? ¿Por qué no puede controlar la felicidad que emana de sus poros? Lo ve en su esposo, él se siente igual, sin embargo, éste no esconde el rubor en sus mejillas, ni trata de evadirlo, “¿Qué es esto?” grita en su interior, mientras cubre su cara con los brazos, tiritando, aun inmóvil a dos pasos del lecho que hasta hace unos momentos compartían.


 


 


-Yuuri, ven aquí –invita, con su mano extendida.


-N-no –tartamudea, abrumado.


-No ocurrirá nada, ven –palmea el colchón.


-¡¿Qué está pasando?! –exclama, impaciente.


-Siéntate, hablemos un poco –le sonríe, comprensivo.


-¡Viktor! –reniega, con exagerado bochorno, pisoteando el suelo, resiste la dolorosa atracción hacia el mayor, pero sucumbe al final, tomando asiento en la cama en la posición que sólo un japonés se acomodaría en el tatami, sus manos tiemblan en puño sobre sus rodillas.


-¿Estás bien? –detiene una caricia en el aire cuando el omega se exalta- lo siento, la rocé sin querer.


-¿De qué hablas? –abre sus ojos, nervioso.


-Tu nuca… con mis colmillos.


-¡¿Qué?! ¡¿Cómo?! ¡Entonces nosotros…!


-No, no es un lazo como tal, no llegué a morderte, anoche fui bastante sentimental –rehúye la mirada, con pena-… cuando nos recostamos, yo… olfateé un poco sin marearme, pero mi parte alfa no pudo contenerse y… sólo iba a lamer un poco, pero mis colmillos –su rostro se tiñe de carmín-… lo siento.


-Quiere decir, que lo que siento ahora, es sólo una pequeña fracción de un verdadero lazo –su mente se coloca en blanco, en shock.


-Sí, bueno… también que aún no estamos preparados –sus feromonas revolotean en un coctel de emociones.


-¿Cómo? –su cabeza trabaja a marchas forzadas, pero le es imposible comprender las palabras, ya que el omega interior le hace ronronear, buscando un nuevo contacto con su marido.


-No podemos enlazarnos todavía –confiesa con amargura.


-¿Qué? –su voz sale apagada, como si hubiese recibido una grave noticia.


-Nuestros cuerpos están sufriendo un gran estrés y sólo es un rasguño, si te marcara en éste momento, no sé cómo reaccionará el instinto de cada uno, mi vientre arde –aprieta las sabanas sobre su abdomen-, mis colmillos duelen y tu olor me invita a cubrirlo con el mío, Yuuri –le observa con las pupilas dilatadas-, yo te amo.


-Y yo a ti –un suspiro de su parte es arrancado por el llamado del alfa, gatea hasta acortar la distancia con él, lo rodea con sus brazos, respira profundamente, inundando sus pulmones con el ahora más nítido aroma del roble, el cual provoca el dulce gorgoreo de su garganta-, estoy feliz.


-Me siento igual –responde al abrazo con necesidad-, perdóname –frota sus cabellos con los contrarios- no soy un buen alfa, no puedo responder adecuadamente como esposo.


-No te preocupes, lo hemos dicho ayer, no cargues con esto solo, somos una pareja.


-Yuuri, no soy normal, estuve en un internado a partir de la secundaria, durante la preparatoria yo… hice cosas muy vergonzosas, mi etapa del cambio fue terrible, no quiero que conozcas esa parte de mí –su voz sale temblorosa- moriría si te alejas.


-Todos tenemos cosas vergonzosas que ocultar de la adolescencia, no me alejaré por algo tan sencillo ¿Eras un alfa prepotente? –ríe- ¿Tuviste una época de rebeldía?


-Ambas… mi primer celo se presentó con fuerza, ataque a mis compañeros, fui expulsado inmediatamente, madre estaba muy decepcionada, me mandó con papá hasta que se calmaran las cosas, él sugirió que terminara mis estudios en Francia -resume.


-¿Sólo es eso? –apoya su frente en la del ruso-, sé que no es algo tan normal, pero no parece tan grave, hablas con quien fue suspendido en dos ocasiones por comportamiento inadecuado, aunque yo sólo me defendía –aclara con orgullo.


-No es lo mismo Yuuri, yo fui el agresor, hice cosas terribles, no me di cuenta hasta el final, estuve a punto de someter a mi mejor amigo, incluso golpeé algunos profesores que trataron de contenerme, fue terrible –su respiración se acelera.


-¿Viktor? ¿Estás bien? –sostiene con ambas manos el rostro del mayor, quien se encuentra palideciendo.


-Yuuri… no soy bueno… perdón –sus labios tiemblan-… no siempre fui como tú crees… no te alejes de mí… no te vayas también.


-¿Viktor? ¡Viktor! –le ve cerrar los ojos y aflojar el cuerpo.


-¡¡Idiota!! ¡¡Abre la puerta!! –golpea la madera desde el otro lado- ¡¿Qué le hiciste?!


-¡¿Eres Yuri?! –pregunta alterado, con su esposo inconsciente en los brazos.


-¡¿Quién más?! ¡¡Abre la jodida puerta antes de que mamá se entere!! –insiste.


-¡Está bien! –salta apresurado, colocándose la ropa interior y la camisa del pijama de camino a la entrada de la habitación.


-¡Ya era hora! –sisea, erizado como un felino- apestan –cubre su nariz- ¿Lo violaste o qué pasó aquí? –se aproxima a la cama donde Viktor descansa tapado con la sabana.


-S-se desmayó… estábamos hablando y de repente… -no sabe porque la presencia del otro omega le intimida tanto en ese momento.


-¡Agh! Esto va alterar a mamá –le ve con los ojos enfurecidos- ¿De qué hablaron?


-Bueno… ¿Por qué debería responderte? –frunce el entrecejo.


-Te lo voy a explicar –respira profundo en su vano intento de calmarse-, Viktor sufre de ataques de pánico desde que era un cachorro, pero existen ciertos temas que le provocan especial malestar, mamá se ha negado a llevarle con el psiquiatra desde que fue medicado erróneamente hace tiempo, por lo que se evita mencionarlo, te vuelvo a preguntar ¿De qué hablaron?


-De su expulsión de la preparatoria.


-¡¿Eres idiota?! –rechina los dientes- olvídalo, lo revisaré –se gira en dirección de su hermano, tomándole el pulso y cerciorándose de que esté respirando-, todo estará bien, nunca ha pasado a mayores, pero es mejor cerciorarse –suspira con alivio-, y tu –le ve con desprecio sobre el hombro- ¿Cómo puedes ser tan desconsiderado?


-¿Yo? ¿De qué hablas? No sabía que le causara tanto estrés hablar de ello –se defiende-, rara vez habla de sí mismo.


-¡Y por algo será! –se incorpora con las manos hechas puño a sus costados.


-Soy su esposo, es necesario que lo conozca –recalca.


-Por supuesto –se jacta con aires petulantes-, pero deberías aprender a leer el ambiente, sino quiere hablar del tema, no lo debes forzar, eso sólo demuestra que eres un egoísta y caprichoso.


-¿Yo o tú? que tan egoístamente quieres alejarlo de mi –le ataca.


-Es mi hermano y sólo llegaste a descontrolarlo, él estuvo estable hasta que te conoció –le apunta con el dedo índice, al borde de lanzársele encima.


-Pues es mi esposo –enseña su sortija- y se quedará conmigo el resto de su vida.


-¡– —–—— —––—! –amenaza caminando embravecido hacia japonés. 


-¡¡¿Qué está pasando aquí?!! –la voz firme de Antonie les detiene- ¿Podrían explicar? –sonríe con un aura siniestra, aun ataviado en una ligera y adorable bata hasta las rodillas, calzando esponjosas pantuflas.


 


 


Después de un breve esclarecimiento, ambos jóvenes omega, fueron sermoneados hasta el cansancio por el mayor, quien, con maestría, regulaba sus feromonas para traer de vuelta de la inconciencia a su primogénito, mismo que despertó para encontrarse en medio de una reunión de toda la familia en la habitación, mientras aún seguía desnudo bajo las cobijas y recostado en las piernas del francés. Yuuri por su parte, conoció el lado más oscuro de su cándido suegro, quien podía llegar a ser extremadamente temible, incluso más perturbador que las feromonas territoriales de Elena, ese choque entre la dulce voz y rostro, en comparativa con la pesada esencia, intimidaban a cualquiera.


 


 


-¿Papá? –se levanta unos cuantos centímetros de su lecho.


-Descansa Vitya –le regresa a su lugar-, hoy por la tarde tendrán que viajar en avión, así que hay que disfrutar el día, llevemos a Yuuri a conocer Moscú –sus labios forman un corazón-, Yerikovich se encargará de enseñarle ¿De acuerdo?


 


 

Notas finales:

 


A decir verdad, quería hacerlo todavía más largo, explicando un poco más la última parte y concluir el "arco" por decirlo de alguna manera, pero lo dejo al criterio de ustedes, ya saben, es como los juegos de citas, acá las decisiones tienen consecuencias en la trama xD de cierta manera me inspiran a rediseñar el rumbo de la historia, así que diganme ¿Quieren ver a Yuuri y Yurio tratando de no matarse? o simplemente lo paso de largo, como el lemon de éste cap xDD (Luego les escribiré una cursi unión, de verdad, pero primero deben madurar éstos chicos).


La trama poco a poco va dando señales de su profundidad, ciertos temas se irán aclarando y mientras más escribo, más largo se me hace éste fanfic XD que ésto sería de 15 caps y vean ahora, ni siquiera voy en la cuarta parte, la entrada de Yuuri a la universidad es eterna xD para los cachorros todavía falta un poquito, pero menos de lo que muchas creen, que casi juran que éstos llegaran así hasta los 30 xD No les diré para cuando el enlace porque es spoiler xD pero sé que a muchas personitas no les gustará la situación, al igual que el destino de Yurio, ahí habrá bastante polémica, pero aun así quiero ponerlo, es uno de los demás ejemplos que plantee en las notas de ésta historia, no todo será bonito y recuerden muuuuy bien el eslogan de éste fic "Nada es lo que parece".


Ahora las preguntas:


 


Principalmente ¿Les gustó el cap? ¿Tienen alguna sugerencia? 


¿Cómo les pareció la actitud de Viktor con respecto a su hermano?


¿Será un padre sobreprotector?


¿Cuántos cachorros tendrá éste par?


¿Creen que Yurio caiga ante su Delta?


¿El final pareció una pelea de gatas?


¿Creen que la situación de Viktor es sana?


¿Cuál es la condición de Antoine? (a quien le atine le doy un mini spoiler en privado xD)


 


¡Muchas gracias por leer!


Contestaré sus comentarios en el transcurso del fin de semana n.n


Nos seguiremos leyendo como siempre ;) 


Matta nee~


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).