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Dulce Viktor por vitalife

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Notas del capitulo:

 

¡Hola!

Pues como les prometí acá les traigo otra parte, debido a el pedido de varias personitas habrá capítulo doble, aunque de momento subiré uno pues el otro todavía está en proceso, espero actualizarlo entre mañana y el sábado por lo que no esperarán mucho ¿Ok? ;) 

Agradecimientos para:

Patty Tzn

elena

Mari

Ciel-Sakura

 

Ahora el fic n.n

 

 


 


El ser humano es una criatura que busca tener el control, sea en base al conocimiento, la fuerza, agilidad, belleza, dinero, entre muchas otras cosas, trata de ser inigualable para sobresalir, es una conducta natural, primitiva, presente incluso en animales menos sofisticados, pues “ser el mejor” es parte del instinto esencial de sobrevivir. Sólo que la humanidad lo ha llevado a otro nivel, creando complejas sociedades, lenguaje, cultura, una amplia ramificación de conductas que en un principio representaban vivir o morir. Actualmente mucho de aquello ha quedado obsoleto, sin embargo, las absurdas leyes y costumbres de una forma u otra siguen presentes como una sombra pesada, dirigiendo lo que es “políticamente correcto” y lo que no.


Ya que un alfa es fuerte, ágil, inteligente y protector, es quien por supuesto velará por el bien de la familia, de la mujer o el omega con quien comparta lecho y que incluso, si su poderío es tan basto puede crecer el número de concubinas y vástagos a su cargo. Por el contrario un omega debe ser sumiso, complaciente, un buen amante y adorar a su pareja devotamente, proporcionándole los hijos que conformen a la virilidad de su pareja, sea como sea, él o ella sólo dedicarán la vida a su gamma en un contrato perpetuo e inquebrantable. Sólo alfas y omegas pueden estar juntos, no cabe lugar para un beta o una aberración peor.


Eso había escuchado Yuuri cuando era un niño y no comprendía la profundidad de aquellas palabras, una anciana fue a la posada de sus padres con gran cólera, le había despreciado con la mirada al igual que a su hermana, gritándole un sinfín de insultos hirientes a su madre, quien firme aguantó hasta que la mujer tuvo suficiente y se marcó. Hiroko lloró escondida aquella noche, pensando que sus hijos no oirían sus quedos sollozos, como si el lazo maternal no les alertara que algo malo ocurría, sobretodo en el más pequeño de los Katsuki que tenía una especialmente fuerte conexión con ella.


Los sucesos después de ello no fueron en especial relevantes, pero una espina en su interior se colocó, transformándose en una dolorosa aflicción cuando el primer celo arrebató su inocencia. Creció odiando a los alfas junto aquellos omegas que los adoraban, negándose a creer en lo dicho por la vieja mujer que lastimó a su madre, él no sería así, nunca se doblegaría a un maldito alfa. Pero la vida saboreó con cautela el momento para abofetearle con la realidad. Cuando conoció a Viktor supo que aquello sería difícil de llevar, pero por suerte el ruso parecía ser una excepción a la regla, torpe, romántico y dulce, características completamente opuestas a su género, más propias de un omega soñador que de un alfa en sus veintes, cayó estúpidamente enamorado a sus encantos. Quizás la naturaleza se había equivocado de cuerpo pero el destino se encargó de búscalos, encajando como dos piezas de rompecabezas.


Pero no todo resulta ser tan maravilloso siempre, una vez comenzaron a compartir el mismo techo descubrió que su Viktor no era tan perfecto a sus ojos, después de todo nació como un alfa en una cuna privilegiada, cuenta con manías y frases propias de su tipo, pero le perdona porque sabe que aún son inmaduros, tienen muchas cosas de las que hablar, sabe que a él le cuesta abrirse, intenta mucho comunicarse lo más claro posible, por ello gusta de molestarlo con frases un tanto agresivas, pero también es consiente que su instinto siempre tratará de satisfacerlo y no se equivocó en creer en ello, durante su último celo algo cambió.


No se han enlazado, la desesperación de su omega interno le domina más de la cuenta, la naturaleza le dicta cumplir con su objetivo, encontrar la manera de que su destinado le reclame. Habían discutido esa noche, rechazó tanto a Viktor que su instinto le cegó por completo en temor de ser abandonado, no es normal que un omega desafíe a su alfa, por lo menos no a su gamma. Cuando despertó supo que su dignidad había sido pisoteada y se odió al momento que su corazón se derritió con el delicado trato de su amado, su cuerpo dolía, el peso de la nuca le vencía mientras sus genitales punzaban debido al escozor caliente del celo. Lloró cada vez que el mayor dormía, no quiso preocuparlo, suficiente ya cargaba con bastantes cosas, lo sabía porque en ocasiones despertaba fingiendo dormir para escuchar sus interminables suplicas y promesas.


Piensa en darse por vencido para él. No importa ya nada más que ser marcado, darle los hijos que quiera y hacer con su vida lo que mejor le plazca a Viktor. Pero más que conseguir la hermosa sonrisa de corazón que tanto amaba, los ojos azules perdieron brillo, su olor se marchitó al igual que el suyo, el apetito de ambos disminuyó, no querían salir de la alcoba, siendo Yakov quien terminó por encargarse de los perros que también parecían sufrir al verles.


La doctora en psicoterapia familiar con parejas de género verse, diagnosticó: Depresión compartida por deficiencia en la conexión psíquica gamma. Un trastorno que sólo presentaban normalmente en los pares enlazadas ante una pérdida importante, como un cachorro o familiar cercano. Eso significaba dos cosas: una que el canal psíquico se encuentra listo y sincronizado para la marca, pero la otra demostraba que necesitan externar sus emociones o sólo podrían enviar sentimientos negativos al otro, pues se rechazan por menospreciarse a sí mismos de manera independiente, reforzados por la información hormonal del otro genera en ellos un bucle sin fi.


Se programó una sesión estrictamente para desahogarse, los síntomas disminuyeron de manera considerable, pero la catarsis no era por sí solo el tratamiento, debían cambiar sus hábitos, si bien estaban avanzando a grandes zancadas, aún faltaba corregir conductas arraigadas de cada cual, unas que parecían ser la raíz del problema. Yuuri llevaría terapia individual para tratar su ansiedad que le incita actuar a la defensiva ante la mínima amenaza, mientras Viktor al mismo tiempo lucharía contra la dependencia emocional que de a poco le provoca compunciones peligrosamente patológicas.


En betas éste tipo de problemas serían relativamente más llevaderos, sin embargo los dos restantes géneros cuentan con un sistema nervioso diferente, más susceptibles a la información exterior de sus semejantes ya que cuentan con neuronas, sensores y glándulas adicionales mucho más desarrolladas, sus cerebros son un tanto más sofisticados y sensibles, por lo que en una pareja alfa-omega con una fuerte conexión puede propiciar con suma facilidad una caída sin retorno.


Varias semanas pasaron hasta que el estado de ánimo entre ellos se estabilizó, lo justo para asistir a la graduación de Viktor donde a pesar de todo sobresalió con honores, el japonés no podía contener su alegría, tan orgulloso de su pareja por completar lo que le había tomado especial esfuerzo los últimos meses, seguido de Antoine y Elena, le abrazó tan fuerte que más que una felicitación parecía un reencuentro y pensándolo bien tal vez sí lo era.


 


 


-¡Felicidades Viktor! –exclamó aun en el hueco del hombro del mayor.


-Gracias amor –pronuncia con gran ternura, separándose lo indispensable para compartir un beso suave sobre los labios.


 


 


Flashes especialmente cerca interrumpieron el dulce contacto, uno de ellos pertenecía al celular de Antoine que no paraba de dispersar sus feromonas por el júbilo, pronto el intenso aroma de las gardenias alejó a varios de los presentes, pero lo que más llamó su atención y casi le causa un mini infarto fue reconocer a cierto chico de la facultad de periodismo aproximarse a ellos con una gran sonrisa y cámara en mano.


 


 


-¿Una fotografía para el blog universitario? –su expresión es sumamente cordial siendo solamente delatado por su radiante fragancia.


-Por supuesto –concede el ruso mientras acomoda su postura, retiene al japonés de las caderas.


-No creo que sea buena idea, Viktor –susurra con vergüenza, desea con todas sus fuerzas desaparecer, sobre todo cuando el moreno frente a ellos le guiña un ojo.


-No seas tímido, mi Yuuri –le planta un sonoro beso en la mejilla logrando cohibirlo aún más.


-Oh, se resbaló mi dedo –miente descarado al capturar el momento.


-No puede ser –murmura cubriendo el rostro con las manos.


-Bien ¿Listos? –acomoda la lente con cuidado.


-Yuuri ¿De verdad no quieres? –pregunta súbitamente preocupado, da la espalda al camarógrafo y oculta a su destinado entre sus brazos envueltos en la túnica ceremonial- si es así no te obligaré.


-Viktor –suspira sintiéndose culpable- lo estás haciendo otra vez –susurra para que sólo él escuche-, eres sobreprotector de nuevo –estira sus piernas colocándose de puntillas, acaricia con cuidado la acicalada cabellera platina-, además no sé si sea correcto que todos se enteren que estamos casados.


-¿Por qué? –el semblante cambia a la seriedad absoluta.


-Aah, ese olor –ríe-, sea lo que estés pensando no es nada de eso, tonto, es porque he escuchado rumores de ti en la universidad y no quiero toparme con alguna loca fan tuya.


-¿Alguien te ha molestado?


-Viktor…


-Si es así yo…


-¡Viktor! –reprende- en la sesión de ésta semana tendremos que hablar al respecto –aplasta la nariz de su esposo con el dedo índice.


-Lo siento –sus mejillas se ruborizan.


-Ejem –finge aclarar la garganta- ¿No se habrán olvidado de mi verdad? ¿Están listos?


-Bueno ¿Qué más da? –suelta con resignación.


-Disculpa –voltea con una sonrisa bien ensayada- pero llevamos algo de prisa, en otra ocasión será, lamentamos entretenerte –dice sin más, arrastrando al japonés con él.


-Oh, está bien –su nerviosismo se hace notar y no es para menos, una aura amenazante emana del mayor.


-¡Viktor! –protesta despacio mientras se deja guiar- acabas de marcar territorio –bufa- ¿Qué te ha picado hoy?


-Yuuri, me ha picado Yuuri –bromea-, hoy empiezan mis vacaciones~


 


 


Al llegar con los demás, quienes se habían apartado un tanto para darles espacio, Yakov palmeó la espalda del Nikiforov para dejarse abrazar poco después, mientras él comenzó una charla con un Antonie a punto de reventar con su barriga de casi nueve meses, sus ojos viajaron con timidez hacia Elena la cual no había hablado demasiado, pero algo le extrañó en ella pues llevaba una sonrisilla difícil de descifrar ¿Alegría? ¿Orgullo? No, definitivamente era algo más, sobretodo porque iba dirigida a su primogénito.


 


 


-¡Adelante Yuuri, puedes tocar! –llevó las manos del menor a su vientre- ¿Lo notas? Esta niña seguro será una alfa –ríe-, no para de moverse.


-Es verdad –abre los parpados con impresión- ¿Qué es esto? –percibe una protuberancia.


-Seguramente sea su pie –responde.


-¿Cuándo es la fecha?


-Dos semanas como mucho, no tengo permitido viajar por eso –descansa su índice sobre los labios-, no le digas a mi obstetra, suficiente fue convencer a Yerik de venir –suspira.


-He escuchado que los alfas se vuelven sobreprotectores en el embarazo, pero de verdad te has pasado una recomendación del médico –le observa de la misma manera con la que regañaba a su esposo, al parecer la terquedad es hereditaria.


-Yuuri, no quiero escuchar eso de ti –hace pucheros-, además Yerik siempre fue un dolor de cabeza, desde antes de enlazarnos ya era sobreprotector, bueno, eso ocurre con todos los alfas.


-¿Desde antes? –pregunta dudoso.


-Supongo que ya lo sabes ¿Verdad? –sonríe con tristeza- conocí a Yerik en Moscú un mes antes de que ocurriera el incidente, sabía quién era él pero decidí ignorarlo, tomé tantos supresores aquella vez –suspira-, no esperaba que me persiguiera hasta San Petersburgo y de repente mi celo simplemente pasó.


-Yo no quería… –titubea con vergüenza.


-Está bien, ya han pasado casi dieciséis años de eso –resta importancia-, pero ten mucho cuidado Yuuri, un alfa listo para enlazarse puede hacerte un cachorro si se lo propone –su vista se enfoca en el platinado para luego regresar a él-, ¡Deberías usar anticonceptivos inyectables! –sus labios forman un corazón- son los más efectivos.


-¿Por qué tan de repente? –está confundido y algo nervioso.


-Bueno, ya sabes, ambos estarán de vacaciones, podrán tener al fin su luna de miel –le guiña un ojo.


 


 


Los colores se le subieron al rostro, incapaz de contestar más nada simplemente asintió, caminaron hasta los coches que les llevarían al restaurante en uno de los hoteles a cargo de la Nikiforova, allí ya les esperaban algunos de los sirvientes de la mansión pero en esta vez como invitados, así como Yerik y Yuri, los cuales mantenían un aire tenso a su alrededor. Era una festividad muy pequeña e íntima, duraron casi dos horas en el lugar antes de separarse cada quien a sus actividades cotidianas.


 


 


-Yuko pronto tendrá su cesárea también –piensa en voz alta sentado en el sofá de la sala.


-¿Tu amiga? –se deja caer a su lado- al fin puedo descansar –suspira aplastándole con su peso.


-¡Oye! ¡Quítate de encima! –reniega.


-Yuuri es aburrido –se mueve dramáticamente hacia el extremo contrario del sillón.


-Hoy Antoine tuvo una plática seria conmigo, me dio muchos consejos también –comenta.


-Madre también lo hiso conmigo –se acomoda mejor-, quiere que nos enlacemos antes del mes entrante.


-¿Por qué? –levanta una ceja- Apenas consultaríamos con la terapeuta.


-Me darán la subdirección de uno de los hoteles nuevos, yo no estoy de acuerdo, creo que es demasiada responsabilidad para un novato, no quiero tener problemas con los empleados por “favoritismos”, pero madre está terca en que un Nikiforov no puede empezar por abajo, le insistí por lo menos con ser supervisor de relaciones exteriores pero no la vi muy convencida.


-¿Y eso que tiene que ver con el enlace?


-Se hará otra reunión con los inversionistas y son unos viejos conservadores, llevarte a la reunión sin marca generaría críticas subestimándome como alfa –frota el puente de su nariz-, por lo que madre no ha parado de presionarme, con la “luna de miel” ya no tengo excusas para evadirla.


-¿Le comentaste lo de nuestra situación? –le observa inseguro.


-Sí, pero no le importa mucho, ella no es que haya sido muy considerada con papá al principio, aprovechó su primer celo para marcarlo aunque después él rechazara el lazo –se encoge de hombros-, por eso papá la odió tanto el primer año de casados.


-Vaya, eso no lo sabía, debió ser duro para ambos, un lazo roto…


-Sí, aunque técnicamente no fue uno como tal porque no la aceptaba como su alfa, en aquellos tiempos era distinto, papá sólo la rechazaba pero después se lo ganó y reafirmo la marca, lo demás ya lo sabes –sonríe.


-Entonces… ¿Has planeado ir a un lugar? –se muerde los labios, removiéndose con timidez en su sitio.


-No –sus mejillas se vuelven rojizas-, quedamos en confirmarlo con la terapeuta ¿O no? –le ve de reojo.


-Independientemente de eso tenemos una luna de miel pendiente –justifica su punto, haciéndose el desentendido con el rostro ruborizado.


-Yuuri es codicioso –suelta una risilla burlona.


-Pues Viktor es frígido –sus ojos decían “guerra”.


-¡Yo no soy frígido! –ahora sí que estaba ofendido.


 -Lo eres –se cruza de brazos-, soy yo quien te tiene que estar buscando y tu pareces evadir el tema.


-No lo hago, simplemente es diferente para mí –retrocede un poco de su exaltación.


-Tu lado alfa es defectuoso supongo o quizás en realidad no le guste.


-¡Claro que le gustas, de hecho demasiado! –se cubre la cara al notar lo que acaba de decir.


-¿Ah sí? –corta la distancia entre ambos- ¿Cuánto dijiste?


-Yuuri –se asoma entre sus dedos.


-Demuéstralo sino puedes hablar, vamos~  -pero son interrumpidos por el ladrido de Makkachin seguido del de Vicchan que corrieron al recibidor.


-¿Quién será? –se observan mutuamente cuando el timbre suena- iré.


-Justo cuando comenzabas a dudar –invade por completo el sofá con su cuerpo, estirándose a sus anchas.


-Sí, diga –enciende la pantalla del intercomunicador- ¡¿Yuri?! ¿Qué haces aquí?


-Sólo abre la jodida puerta –su cara como siempre es de pocos amigos.


 


 


Le dejó pasar manteniendo un silencio tenso, le invitó una bebida y los tres tomaron asiento en la sala, el rubio no parecía querer soltar palabra, veía con recelo al japonés pero más que su carácter huraño y rebelde se notaba un tanto más vulnerable, esto alertó a Viktor através de su lazo fraternal, poniéndole nervioso y por consecuencia a su pareja también.


 


 


-¿Y bien? –alienta.


-¿Podría no estar el cerdo?


-Yuri –su tono de voz le advierte que no está para juegos.


-Tuve una pelea con mamá y papá ¿Contento? –se hunde en el sillón de una plaza, evadiendo el contacto visual.


-Escapaste –suspira.


-Por supuesto –se cruza de brazos.


-¿Los guardaespaldas?


-Son fáciles de engañar –se encoge de hombros.


-¿Yakov no te vio entrar?


-Estaba tomando una siesta –dibuja una sonrisa burlona-, ya está bastante viejo, debería retirarse.


-¿Papá sabe que estás aquí?


-¡¿Es esto un interrogatorio?! –por fin le mira.


-Sólo responde –pronuncia con paciencia.


-No, mamá no sabe que estoy aquí –rueda los ojos.


-Sabes que pronto dará a luz, no puedes hacer esto, lo preocuparás –intenta hacerle entender.


-No es mi culpa –azota sus manos contra los reposabrazos a cada costado- ¡Estoy harto! ¡Desde que me encontré con ese tipo no hacen más que vigilarme! Papá armó toda una escena cuando él sugirió conocernos, el tipo no se esperaba que fuera un chico –rio con sarcasmo- ¡Debiste verle la cara!


-Sólo están preocupados de que tu omega reaccione al chico –le explica.


-Pues no sentí nada –presume orgulloso-, tanto rollo con el asunto para nada, no sé si quiera volver a verlo, el tampoco parecía muy convencido, así que me da igual.


-¿De verdad? –está escéptico.


-Así es –sonríe altivo.


-Le avisaré a papá que estás conmigo –saca su teléfono del bolsillo.


-¡No! –se crispa.


-Es para que esté tranquilo y tú puedas bajar tu mal humor, ni siquiera Yuuri era así en la preparatoria –bromea.


-¡Oye! –protesta por su agresiva incorporación al tema.


-No me interesa lo que “Yuuri” haya sido, cuando llegue a la preparatoria seré él manda más –sube las piernas al mueble.


-Por cierto, no me has dicho para cual aplicaste el examen –recuerda de repente.


-A la misma con internado a la que asististe –se regodea ante la cara ansiosa de su hermano.


-¿Qué? ¿Por qué? –logra atrapar el móvil que por poco cae al suelo.


-¿La misma? Supongo que serán campus separados –cabila pensativo el de ojos castaños.


-¡Ja! ¡No puedo creerlo! –se cubre el rostro sin contener sus carcajadas mientras patalea de la risa- ¿De verdad Viktor? –parece disfrutarlo- ¿No le has dicho nada?


-¿Qué es tan gracioso? –busca respuestas en su esposo que tiembla con los puños apretados.


-Yuri ¿Podrías callarte? Es algo serio –es evidente cuanto intenta relajarse.


-Está bien, está bien –se muerde los labios en un baño intento por no reírse-, pero tanto que hablabas del amor infinito de las parejas gamma, un amor que lo puede todo y no le has dicho algo tan importante.  


-Mis decisiones no son de tu incumbencia, cuando encuentres…


-“Cuando encuentres a tu gamma lo sabrás” –completa aburrido.


-¿Qué es tan importante? –presiona con firmeza.


-Yuuri –lo medita unos segundos-… creo que es hora de hablar.


-Oh, esto quiero verlo –acomoda mejor su postura.


-Tú te irás con papá –digita el atajo en su celular para llamarle.


-¡¿Qué?! ¡No!


 


 


Una vez Yakov arribó al departamento para llevarse al joven acuestas en el hombro y entregarlo a sus guardaespaldas junto a un furioso Yerik, el omega japonés esperó paciente a que su esposo se mentalizara para lo que revelaría, se veía preocupado y dubitativo, frotando sus manos con ansiedad por lo que instintivo las envolvió con las suyas para tranquilizarlo, le sonrió regalándole suaves caricias en ellas.


 


 


-Yuuri, antes de hablarte de mí tengo que explicarte la condición de papá –sus ojos brillan con sentimientos contenidos.


-Adelante –anima sin esperar la magnitud de lo que escucharía.


 


 


 

Notas finales:

 


En cuanto a la historia, se tocaron algunas dudas especificas, sobretodo del proceso terapéutico donde me inventé algunas cosillas para explicar la conexión Gamma o la conocida "telepatía" entre enlazados, aunque ellos todavía no lo están se encuentran en el punto exacto para hacerlo, parece ser que Antoine y Elena se dieron cuenta pues al ser sus padres tienen un lazo parental con él, aunque ellos como pareja no estén juntos.


Por otra parte se viene lo bueno, Yurio les tuvo que dar una ayudadita para destapar el ultimo secreto de Viktor, tuve que saltarme una escena aquí aunque no es tan importante creo que estuvo bien, ya más adelante la mostraré supongo si es que se acomoda, sino ya podré hacer algo así como un preguntas y respuestas para aclararlo xD Pero si tienen alguna duda que no amerite spoiler, adelante, pueden dejarla por aquí y les responderé en tiempo real xD


Ahora las preguntas n.n


 


¿Cómo ven el cuadro psicológico de estos dos? 


¿Por qué Viktor se ha vuelto tan sobreprotector?


¿Que insinuó Antoine en su charla con Yuuri?


¿Qué nombre les gustaría para la nueva hermanita de Viktor?


¿Qué planea Elena?


¿Yurio botará a su delta?


¿Qué es eso tan importante que Viktor le contará de él y que tiene que ver Antoine?


¿Y cómo creen que reaccione Yuuri?


 


Muchas de esas preguntas se contestarán en le proximo capitulo, pero quiero conocer sus puntos de vista y quien sabe... quizás me gusta alguna de sus teorías xD


¡Muchas gracias por el apoyo!


Me encanta leerles y contestar sus locos y lindos comentarios n.n


Actualizaré pronto~


Matta nee~


 


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