Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bruto Corazón por AniBecker

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Muchas gracias a los que han pasado a leerlo y a Seiiji kazuhiko - mariknb - Anómino y Kurenaix1 por comentar el capítulo. ¡Muchas gracias, en serio! 

Aquí traigo el segundo capítulo, al final me ha quedado un pelín más largo que el primero, siempre procuro que sean más o menos de las mismas palabras o cercanas xD. 

¡Espero les guste!

 

Capítulo II: Empezando

Kagami, después de dejar en su casa y despedirse de Kuroko, regresó a la suya, sin parar de pensar en el momento que pasó con el peli celeste. Estaba enojado con su padre, por concretarle una cita sin él estar de acuerdo y decidir así en su vida metiéndolo por medio de sus negocios, pero tenía que reconocer que el chico le había parecido interesante y atractivo.

Se alegró que la comida con él hubiera ido bien y además, concretar otra cita más, volviéndose así verse el sábado.

Llegó a su casa, dejando su auto en el garaje, y agradeciendo que su padre aún estuviera en su empresa trabajando, se dirigió con total tranquilidad hacia la cocina para servirse un vaso de zumo.

—Hey, Bro, ¿qué tal la cita a ciegas? Me imagino que mal —oyó la voz de su hermanastro, sobresaltándolo.

—Tatsuya, me has asustado, me creía solo en la casa —respondió cogiendo el vaso de jugo—, y no, no ha ido mal.

—¿No? ¿Es que acaso te ha gustado? ¿Un tío? Bro, no conocía esas preferencias tuyas —bromeó.

—¿Y qué si es otro hombre el que me gusta? ¿Es tan malo? Perdona no ser cómo tú, un mujeriego nato —bufó sentándose en la isla de la cocina, enfrente de su hermano.

—Oh, vamos, sabes que no me meto con tus preferencias, sólo bromeaba, lo sé de sobra. Pero ahora fuera de bromas, ¿entonces era guapo?

—Pues sí, para qué mentir. Es muy tierno y se ve un chico interesante. Tengo que confesar que al final no me ha disgustado tanto que papá me buscara una cita obligada.

—Vaya, veo que ha sido amor a primera vista —le sonrió —, ¿vas a volver a quedar con él? Sin que papá interfiera, me refiero.

—Por supuesto, ya hemos quedado para el sábado.

—Oh, sí, qué rápido. Pero que sepas que cómo os sigáis frecuentando, papá acabará por obligarte a casarte dentro de poco, y si no, al tiempo.

—Sabiendo cómo es papá… no me extrañaría… pero no voy a permitir que maneje mi vida ni mi posible futura relación —contestó muy seguro.

—Suerte entonces. Bueno, yo me marcho —dijo mirando su reloj y levantándose de su lugar —, dile a papá que no me espere para cenar.

—¿A dónde vas? Sabes cómo se pondrá papá.

—No me importa, me voy un rato por ahí, necesito un poco de fiesta. No me esperes despierto, bro.

—No tienes remedio, al menos pórtate bien y no seas malo con las chicas —le medio regañó, mientras su hermano se despedía con la mano de él.

.

Himuro salió de su casa, con destino a cualquier establecimiento dónde poder divertirse esa noche. Llego a un bar que parecía que no había entrado nunca, por lo que le llamó la atención y entró.

El lugar no era muy amplio, pero se veía acogedor, la tenue luz le daba un toque interesante. Buscó con la mirada quién sería su presa de esa noche, pero se llevó la sorpresa de que en el establecimiento no se encontraba ninguna mujer.

Cayó en cuenta que se trataba de un pub homosexual cuando vio como varios clientes, con sus parejas, coqueteaban. Suspiró ofuscado, él iba buscando entretenerse y ahí, no lo iba a hacer.

Estaba por volverse sobre sus pasos dispuesto a marcharse cuando sus ojos se toparon con uno de los camareros que se encontraban en la barra. Era un chico peli negro, de piel clara, un poco más bajo que él, de buen cuerpo y, juraría que si su vista no le engañaba debido a la distancia que se encontraba, unos ojos grises oscuros.

Se sorprendió a sí mismo mirando fijamente a aquel chico. ¿Desde cuando posaba sus ojos en otro hombre, por muy atractivo que fuera? A él sólo le interesaban las mujeres, ¿no? Así siempre había sido, pero algo en ese chico, hizo que le llamara la atención.

Sin entender muy bien por qué lo hacía, se acercó hasta la barra, dispuesto a tomarse al menos una copa. Total, ya que estaba allí…

Tan pronto cómo se sentó en uno de los taburetes, el camarero se acercó a él.

—Buenas noches, ¿qué te pongo?

—Lo que tú quieras, guapo —no tardó en coquetearle. Pero, ¿por qué lo hacía?

—Disculpe, creo que se confunde —respondió secante el camarero.

—Vamos, sólo era un piropo, no te pongas así. Ponme un whisky —el chico asintió y en seguida le sirvió—. Gracias —lo dijo con un tono sensual—, ¿cómo te llamas?

—Creo que para tomarse una copa no es necesario saber el nombre del camarero, señor.

—¿Señor? Oh, vamos, si por tu aspecto seguro que tienes la misma edad que yo. ¿Cuántos años tienes?

—Vuelvo a decirle que no tiene por qué saber cosas de los camareros para tomarse algo.

—Uhm, vale, está bien, entonces para poder hablar contigo tendré que esperar a que termines de trabajar —comentó sonriéndole.

—Mi turno acaba bastante tarde, además, no me conoce para preguntarme cosas personales —respondió nervioso.

—Por eso te estoy preguntando cosas, para conocerte. Está bien, te diré mi nombre; soy Himuro Tatsuya, ¿ahora me dices el tuyo?

—Izuki…Izuki Shun.

—Vaya, un nombre muy bonito y sensual, cómo el dueño —el comentario hizo que el peli negro se sonrojara —. Así sonrojado te ves muy hermoso.

—Por favor, deje de decir esas cosas —dijo avergonzado.

—¿Por qué? Es la verdad.

—Es vergonzoso. Además, estoy en mi trabajo, mi jefe se puede molestar si sigo hablando con usted—se excusó desviando la mirada hacia el vaso que estaba secando con un trapo.

—Oh, lo siento. ¿Y a qué hora acabas tu turno?

—A las una.

—Está bien —miró su reloj de muñeca—, quedan aún dos horas, así que ponme otra copa, para matar el tiempo —le sonrió. Izuki sólo asintió y le sirvió otra copa del mismo contenido de antes.

Como el establecimiento estaba cerrando, los camareros le pidieron el favor que si estaba esperando a que alguien terminara, que fuera en calle, mientras ellos terminaban, por lo que Himuro esperó a Izuki sentado en unas escaleras de un callejón.

El peli negro estaba tardando un poco, por lo que pensó la posibilidad de que hubiera salido por la otra puerta del local, dejándolo ahí plantado. Sus pensamientos fueron interrumpidos por una voz enfrente de él.

—Perdón… Tuvimos más cosas que terminar hoy en el bar —dijo en apenas un susurro.

—No te preocupes, hace buena noche para estar esperando mirando las estrellas —respondió sonriéndole. Izuki, miró hacia el cielo.

—Pero si no se ve ninguna por la contaminación lumínica.

—Bueno, rectifico, intentando ver estrellas. Bien, es bastante tarde para ir a algún lugar, así que, ¿qué te parece ir a un hotel?

—¿Un hotel? —preguntó nervioso —. Yo no… Yo no pensaba que…

—Es sólo para conversar, no pienses mal, sólo es para conocernos, tú mismo no me dejaste que habláramos en el bar porque estabas trabajando, por eso, y cómo es muy tarde, podríamos hablar en un hotel.

—No lo veo muy correcto… Uhm… si quieres podemos ir a mi apartamento, no queda muy lejos de aquí…

—Está bien, como ya dije, sólo vamos a conversar y conocernos —se levantó de los escalones del callejón, acercándose a él, hasta cerca de su oído —, tranquilo, no te voy a tocar a menos que tú lo pidas.

Empezó a caminar por el lado contrario por dónde llegó Izuki, quién aún seguía parado al oír lo que dijo el otro pelinegro.  Al percatarse que no era seguido, se giró hacia él.

—¿No te mueves de ahí? ¿Pasa algo?

—Eh… ah, no, nada. Pero por ahí no es, es por esta dirección —Tatsuya sonrió y caminó a la par de él.

Llegaron hasta un pequeño edificio de apartamentos, que se veía que era una construcción un poco antigua y algo deteriorada.  Subieron hasta la segunda planta, entrando en una estancia un poco pequeña, apenas tenía una pequeña cocina, que daba a la sala, una habitación y un baño, pero se veía muy limpia y ordenada.

—Perdona el lugar, es que vivo solo.

—No te preocupes, se ve que lo tienes muy ordenado.

—¿Quieres algo de tomar?

—Después de tomarme tres whiskys, si puede ser un té te lo agradecería.

—Claro, en seguida lo preparo —una vez listo, le sirvió una taza, sentándose en frente de él —. ¿Tú vives solo?

—No, vivo con mi padre y mi hermano. Pero estoy cómo loco poder independizarme, sólo que mi padre controla demasiado.

—Ya veo.

—Y tú me dijiste que sí vives sólo. ¿Y eso? —notó que el pelinegro agachó su cabeza —. Eh… no tienes que decírmelo, perdón, no debí preguntar.

—No te preocupes, sólo me echaron de la casa, hace cuatro años, llevo desde preparatoria viviendo solo, por eso tengo ese trabajo en el bar, para poder pagar al menos esto.

—Lo siento, no debí preguntar si eso te entristece.

—Tranquilo, no es algo que tampoco tenga que ocultar.

—¿Y por qué te echaron? Si quieres puedo ayudarte.

—Para que te cuente eso, al menos tengo que conocerte más —le sonrió tímidamente, aunque nervioso.

—No le veo el problema, para eso estamos hablando —apoyó ambas manos en la mesa de madera —, ¿qué edad tienes?

—Veintidós, estoy estudiando el último año de diseño gráfico.

—Vaya, tienes la misma edad que yo. Y esos estudios se ven geniales. Yo estoy en el último año de Dirección de Empresas, aunque no es algo que me gusta, pero por obligación de mi padre, tengo que hacerlo. Él tiene una Promotora de Construcción, y quiere que yo me encargue con él de la empresa y mi hermano sea arquitecto.

—¿Te hubiera gustado elegir otros estudios por tu cuenta?

—Bueno, la verdad que no tenía en mente algún otro estudio, pero he de confesar que no me disgusta estar estudiando esto, al final me gusta. Aunque yo no soy tan manejable por mi padre como mi hermano.

—¿Tu hermano es mayor que tú?

—No, es un año menor que yo. Pero es muy simpático, si quieres un día te lo presento —volvió a sonreír, pero él quería saber cosas más importantes que los estudios —, y dime, alguien tan lindo cómo tú debe tener novia, ¿no?

—No tengo novia.

—¿Y novio?

—Tampoco.

—Vaya, eso se ve muy interesante.

Estuvieron hasta bien entrada la madrugada conversando, hasta que Himuro se marchó, no sin antes pedirle el número de teléfono para verse en más ocasiones, y robarle un beso que le dejó sin respiración al pelinegro.

Himuro llegó a su casa bastante de madrugada, sin hacer ruido y procurando no despertar a nadie, tenía que despertarse a las siete y media, aún le quedaban casi tres horas, así que se marchó rápido para intentar dormir algo.

El sonido insistente del despertador no lo oyó hasta que no se despertó de golpe al oír unos fuertes golpes sobre su puerta, y a su padre gruñéndole detrás de esta.

—¡Tatsuya, sal ahora mismo! ¿Qué horas son estas de seguir durmiendo? ¡Te quiero abajo desayunando en menos de diez minutos!

Himuro miró su reloj, saliendo rápidamente de la cama, metiéndose en el baño para darse una ducha fugaz y bajar al comedor a desayunar, tendría bronca de su padre, no se libraría.

—¿Se puede saber a qué viene dormirse? —preguntó su padre mientras leía el periódico y tomaba su taza de café —, te recuerdo que tienes clases y después debes venir a la empresa.

—Perdón padre, sólo se me pegaron las sábanas.

—Estoy cansado de tus salidas nocturnas. Compórtate cómo el adulto que debes ser, Tatsuya.

—Lo siento, padre, pero aún estoy en la edad de pasármelo bien, lo que haga con mi vida no debe interferir.

—Sí si puede afectar a mi empresa. Te vuelvo a repetir que no quiero que nadie se aparezca por aquí diciendo que espera un hijo tuyo, porque no voy a aceptar ningún bastardo que sólo perjudique a nuestra reputación.

—Por eso no tienes por qué preocuparte, padre.

—A ver si te enderezas de una vez. Tenemos hoy una reunión a las cinco, espero y más te vale, no llegar tarde.

—Buenos días a los dos —dijo el pelirrojo mayor levantándose de su lugar, dejando a ambos hermanos solos.

—Podrías haberme cubierto un poco, bro.

—Lo siento, pero no me dio tiempo, él mismo se dio cuenta demasiado rápido. ¿Con quién pasaste la noche esta vez?

—No pasé la noche con nadie, vine en la madrugada.

—Lo bares no cierran tan tarde, ¿dónde estuviste?

—¿Ahora eres igual a papá o qué?

—Sólo me preocupo por ti, de que estés las noches por ahí, puede ser peligroso —lo dijo con tono preocupado.

—Tranquilo, no me pasará nada. ¿sabes? Anoche encontré a una persona interesante.

—¿Ah, sí? ¿Y es o será chica de una noche o algo más?

—Pues no ha sido de una noche porque no hice nada con él, sólo conversamos hasta tarde, se ve muy interesante —comentó sonriendo.

—Espera, espera, ¿acabas de decir él? ¿Es un chico? —se quedó completamente sorprendido. Su hermano asintió —. Pero si a ti no te gustan los tíos, sólo las chicas. ¿A qué viene ese cambio de gustos?

—Es cierto, nunca antes me había interesado un hombre, pero anoche entré en un bar que no me fijé hasta estar dentro que era frecuentado por clientela homosexual, allí lo vi en la barra, y con sólo verlo, me encantó —explicó con un tono de ilusión en su voz.

—¿Y no será sólo una simple curiosidad de estar con un hombre? Si vas a jugar a los experimentos, será mejor que dejes a ese chico antes de hacerle daño —le advirtió serio.

—Tranquilo, te puedo jurar que no siento que quiera experimentar con él. Me llamó mucho la atención, y quiero seguir viéndole —confesó.

—Primero aclárate qué es lo que te gusta, y después, busca si quieres a ese chico, no le vayas a lastimar ni jugar con él.

—Que sí, papá, no haré nada malo —resopló por la insistencia de su hermano —. No haré eso, cómo si no me conocieras.

—Por eso mismo, porque te conozco. Es raro esto que me dices que vengas de la noche a la mañana diciendo que siempre, que te han gustado las chicas vienes diciéndome que ahora te gustan los hombres.

—Eh, no. No me gustan los hombres, no soy homosexual, sólo me ha gustado ese chico.

—Aunque sea sólo ese chico el que te guste, si es un chico, eres homosexual.

—Bueno, se me hace tarde, me tengo que ir.

—Ten cuidadito con tus actos —le gritó desde el comedor a su hermano, que se volvió a asomar en el lugar.

—¿Quién es el mayor aquí para estar diciendo eso?

—Mientras no centres la cabeza, asumiré yo el papel de hermano mayor.

—Hasta la noche, bro —se despidió de él, suspirando.

Le había gustado ese chico, no lo podía negar, pero no entendía cómo era que si a él siempre le había gustado el sexo opuesto, cómo era que por ver a aquel muchacho, le gustara tanto. Pero lo que tenía seguro, era que volvería a buscar y ver a ese chico.

.

Kuroko se preparó y se marchó a la universidad. Allí se volvió a encontrar a sus amigos, como todas las mañanas, que no tardaron en preguntarle por su cita fatal del día anterior.

—¡Oh, Kuro-chan, es genial! Entonces fue todo lo contrario a lo que te esperabas, ¡me lo tienes que presentar! —exclamó con su típica alegría un chico pelinegro.

—Takao, compórtate, por favor —le regañó un peliverde mientras se ajustaba sus gafas.

—¿Y no estudia en esta universidad? —preguntó Akashi.

—No, está estudiando su último año de arquitectura pero en otra universidad.

—Entonces él es el dueño de la Empresa de tu padrastro, ¿no? —volvió a preguntar el pelirrojo. Kuroko asintió —, mi padre lo conoce, tiene unos asuntos con él.

—¿Y has quedado con él otra vez, Kuro-chan?

—Pues… sí, el sábado —respondió avergonzado.

—¡Esto va para adelante, qué genial!

—Creo yo que es demasiado precipitado quedar con él de nuevo, ni siquiera lo conoces —dijo de mala gana Aomine.

Todos miraron al moreno un poco extrañados por su comentario, pero cada cuál siguió caminando hasta su correspondiente edificio. Cuando llegó la hora que finalizaban las clases, volvieron a reunirse para volver juntos a sus casas, para sorpresa del peliceleste, se encontró con que Kagami lo estaba esperando en la puerta de la universidad.

—Kagami-kun, no esperaba verte por aquí —dijo extrañado.

—Bueno, terminé mis clases por hoy, y cómo ayer me dijiste en qué universidad estudiabas, vine a invitarte a comer, ¿qué te parece?

—¿A comer? Claro, no le veo el problema —sonrió y se giró hacia sus amigos —. Chicos, venid, os presento a Kagami-kun. Ellos son Takao-kun, Midorima-kun, Akashi-kun, Murasakibara-kun y Aomine-kun.

—Encantado, es un placer —les saludó —, espero seamos buenos amigos.

Takao respondió con mucha energía, Midorima de una manera calmada, Akashi de forma educada, Murasakibara algo desinteresado y Aomine un poco enojado.

—Parece que no sólo nos veremos porque frecuentes a Tetsuya, sino también por ser el hijo de Kagami-san.

—¡Oh, vaya cabeza la mía! Eres el hijo de Akashi-san —le estrechó la mano —, exacto, mi padre está negociando algunas cosas con el tuyo.

—¿Llevas los negocios de tu padre?

—Sólo diseño y doy el visto bueno a planos, el que se encarga más bien de eso es mi hermano junto con mi padre.

—No sabía que el señor Kagami-san tenía dos hijos.

—Bueno, él es mi hermanastro, pero estamos muy unidos y es como un hijo para mi padre.  

—Ya veo. Espero que los negocios entre nuestros padres lleguen a buen término, por el bien de nuestras empresas.

—Espero lo mismo.

—Bueno chicos, yo me marcho con Kagami-kun, volved camino a casa sin mí, nos vemos mañana —se despidió de ellos dirigiéndose al auto negro del pelirrojo mientras éste le abría la puerta con cortesía.

—Espero seamos buenos amigos —recochineó Aomine imitando la voz de Kagami —Pero este tío que se ha creído.

—Cálmate, Daiki, sólo estaba siendo amable.

—Mine-chin parece celoso.

—Cualquiera diría que te gusta Kuro-chan —comentó Takao. De repente, se paró en seco, al ver que no había respuesta del peli azul —. Espera, ¿te gusta Kuro-chan? —preguntó sorprendido.

—¿Qué? Por favor, claro que no, sólo que ese tío no me cayó bien.

—No mientas, Daiki, que sé de sobra que te gusta desde que estábamos en Teiko.

—¿Tanto tiempo y Mine-chin no le ha dicho nunca nada? —dijo el peli morado mientras se metía en la boca uno de sus dulces.

—Dije que no me gusta.

—¿Por qué no le dijiste nunca nada? —preguntó Takao sentándose en el mismo banco dónde el moreno se había sentado.

—Está bien… ¿para qué decírselo? Sólo somos amigos.

—Pero siempre teníais una relación especial —intervino Midorima, dejando a los demás asombrados —, ¿qué? Hasta eso lo podía notar yo.

—Ese tipo de relación era sólo en baloncesto, yo era su luz y él mi sombra.

—Pero Aomine-chan, si te gusta Kuro-chan deberías decírselo, mira que ahora está siendo frecuentado por ese chico.

—Dejadme ya de tonterías, me marcho, tengo el tiempo justo de llegar a mi casa, comer e irme a la academia de policía —se levantó rápido para evitar que sus amigos, siguieran hablándole.

—Daiki está siendo un poco idiota.

—Claro, por eso es Ahomine —rio Takao, al ver que nadie le seguía su broma, volvió a hablar —. ¿Y si hacemos una encerrona con Kuro-chan para que se declare?

—No digas tontería, Bakao, Kuroko está frecuentando ahora a ese chico, han vuelto a quedar, seguirán quedando y acabarán juntos —dijo Midorima volviéndose a ajustar sus gafas.

—Además, si su padrastro está por medio, lo acabará presionando hasta conseguir que se case con él.

.

Pasaron unas semanas, en las que Kagami visitaba a Kuroko, y éste, no ponía objeción, hasta que acabaron siendo novios formales. Al ver eso, el señor Kagami se le ocurrió que sería bueno que ambas familias comieran juntas. Para que su hijo no se opusiera, dijo que era porque tenía que aclarar un negocio y se aprovechaba la ocasión para que ellos también estuvieran presentes.

—Adelante, mi padre está dentro —los recibió Kagami.

—Muchas gracias —le estrechó la mano —, espero la velada sea agradable.

—Así será, adelante, por favor.

Una vez dentro, el pelirrojo mayor junto con Tatsuya los recibió en la gran sala de estar.

—Hola, Takumi, bienvenido, gracias por venir —le saludó el hombre.

—A usted por invitarnos, Kagami-sama.

Las presentaciones llegaron a su fin y todos se marcharon a almorzar al gran jardín.

—Bueno, pues me parece que mi hijo ha tenido buen gusto a la hora de elegir pareja.

—Muchas gracias, Kagami-san.

—Me puedes llamar Taisuke, por favor, que pronto seremos familia, ¿no? —miró a todos mientras seguía hablando —, porque tienen pensado casarse pronto, ¿verdad?

—Padre, por favor, es demasiado pronto para pensar en matrimonio, apenas llevamos unos meses de noviazgo.

—Cierto, padre, Taiga lleva razón, ya tendrán tiempo de casarse, ahora lo que deben hacer es conocerse mejor —intervino Himuro al ver cómo su hermano lo buscaba con la mirada en busca de ayuda.

—Bueno, por suerte tienen tiempo para conocerse y pensar en ello —sucumbió con una leve sonrisa la madre de Kuroko.

La comida transcurrió bien, y después de la velada ambos hombres se fueron a una sala a charlar de negocios, mientras que Kagami, Kuroko y Himuro, se quedaron en el jardín, al saber que ambos eran seguidores del tan amado baloncesto, se entretuvieron en la cancha que tenían los Kagami en el jardín.

Con los dos hombres…

—¿Sabes? Yo pensaba que nuestros chicos se casarían pronto —dijo encendiéndose un puro.

—No se preocupe, Kagami-sama, pronto lo harán, se les ven muy bien y hacen una pareja muy bonita. Como dijo su hijo, ya tendrán tiempo más adelante.

—Verás, es que tengo pensado una nueva inversión con la Corporación Akashi, de la cual hay muchos millones en juego, y tenía pensado que tú, Takumi, formaras parte de esta inversión.

—¿En serio señor? Sería un gran orgullo para mí que piense en mí para esta inversión tan importante, no le fallaré.

—Eso espero, y lo primero que quiero que hagas es que tu hijastro, se case lo más pronto posible con mi hijo.

—Sin ánimo de meterme dónde no me llaman, ¿Qué tiene que ver la boda de su hijo con esta inversión? — preguntó ante tal insistencia de su jefe por la boda.

—La verdad es que ninguna. Sólo quiero meterte presión para que convenzas a tu hijastro para que acepte a mi hijo en matrimonio. Si hay matrimonio, participarás en esta inversión.

—Pero señor, yo no puedo intervenir en el hijo de mi esposa, eso es cosa de ella, no mía.

—Ya te lo dije Takumi, yo quiero ver a mi hijo casado ya de una vez, y lo he intentado por todos los medios, pero nunca quería con nadie que se le presentaba, y eso que ha tenido muchos pretendientes, tanto bellas mujeres como lindos donceles, pero ninguno llegó a ocupar el corazón de mi hijo.

—¿Y Tetsuya sí es el indicado? —preguntó Ken.

—Exacto —se levantó de su asiento y se acercó a la ventana —. Desde que tuvo su primera cita con él no paraba de hablarme de ese chico que había hecho que cambiara tanto. Mi hijo será el heredero de mi empresa, al igual que mi otro hijo, de toda mi fortuna, y no quiero que ninguno de los dos la compartan con alguien cualquiera. – se acercó a Ken, que se levantó también de su asiento —. Prefiero que mi fortuna la tenga alguien conocido, y qué mejor que el hijastro de mi mano derecha.

—¿En serio pensó así? No sé cómo agradecerle —le agradeció mientras el señor Kagami le daba un golpecito en la espalda.

—Por supuesto, y más con esta inversión tan importante. No quiero que mi fortuna se desperdicie.

—Pues en ese caso señor, no se preocupe, yo hablaré personalmente con Tetsuya y le hablaré fenomenal de su hijo y la intentaré convencer de que la boda sea lo más pronto posible.

—Así me gusta, gente así de eficaz es la que yo siempre quiero para mi empresa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Este capi ha salido mi querido Himuro, y es que lo amo demasiado xD 

Mi pobre negro por ser un poco Aho se quedará sin Kuroko? xD 

Y anda que los padres no lo tienen ya todo ideado xDD 

Espero les haya gustado, ¡saluditos! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).