Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bruto Corazón por AniBecker

[Reviews - 13]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Aquí traigo un nuevo capítulo. Aunque lo tenía casi terminado (osea, editado, he tenido que cambiarle muchas cosas a este capitulo con respecto al original), no lo he podido terminar hasta hoy. 

Muchas gracias a todos los que me han dejado sus comentarios, me encanta saber que lo siguen y leen y les gusta :) ¡gracias!

Capítulo III: Se acaba el tiempo

Los chicos, después de un buen rato de baloncesto en la cancha del jardín, fueron hasta  el despacho del señor Kagami, quiénes este primero y Takumi, seguían hablando sobre sus negocios.

—Qué bueno que llegaron —dijo el pelirrojo mayor al verlos llegar —, sería buena idea empezar a hablar sobre la boda, ¿No creen?

—¿Qué boda? Que yo sepa no hay ninguna boda en pie —respondió Kagami —. ¿Otra vez con lo mismo?

—Aún es pronto —se animó a decir el peli celeste —. Lo mejor es ir conociéndose poco a poco.

—Exacto. Hablar de boda es demasiado precipitado —intervino esta vez Himuro, quién se llevó una mirada de reproche de su padre, por meterse en asuntos que no le incumbían.

—Tenéis razón. Mejor esperar un poco. La boda podría ser dentro de tres meses, ¿no? —dijo Takumi más bien en una sentencia, en vez de una sugerencia.

—¡Perfecto! Tres meses es más que suficiente. —los dos chicos se miraron con caras afligidas. Estaba claro que ninguno de los dos quería casarse, y mucho menos tan pronto.

Después de tanto discutir si era o no demasiada precipitada la boda, la familia invitada se marchó a su casa, Kuroko, entre medio enojado y abrumado, fue a encontrarse con su amigo Izuki.

El pelinegro lo recibió y le dejó pasara su apartamento, dónde le sirvió un té al ver que su cara típica inexpresiva, se tornaba enojada.

—Creo que está de más que pregunte cómo fue la reunión, ¿no?

—No te equivocas. Tanto mi padrastro como el padre de Kagami-kun, quieren que nuestra boda sea en tres meses. Y no ha quedado en una plena sugerencia, sino una confirmación.

—¿Felicidades?

—No estoy para bromas, Izuki-sempai —suspiró con desgana.

—¿Y qué pensáis hacer? Vosotros sois los implicados, podéis negaros si no estáis de acuerdo, no dejéis que controlen así sus vidas.

—Y eso queremos, pero no sé cómo acaban consiguiendo hacer lo que se les vengan en gana…

—¿A ti te gusta ese Kagami-kun? Quiero decir, como marido, casarte con él.

—Bueno… gustarme me gusta, pero pensar aún en boda… lo veo muy tempranero. No niego que es muy lindo, atento y amable conmigo.

—¿Y si al casarte con él no es lo que esperabas?

—Espero que todo salga bien —volvió a suspirar —. De todas formas, espero que en este tiempo Kagami-kun y yo podamos convencerlos. ¿Y tú qué tanto miras tu móvil? —le preguntó al ver cómo sonreía mientras observaba la pantalla.

—Ah, nada, sólo recibí un mensaje —respondió soltándolo en la mesa de madera, con la pantalla hacia abajo.

—¿De quién? ¿Algún pretendiente?

—Bueno… Sólo llevo hablando con un chico un tiempo.

—Oh, ¿quién, es de la universidad? —el pelinegro negó —, ¿lo conozco? ¿cómo lo conociste?

—No creo que lo conozcas, lo conocí en mi trabajo, entró una noche y no paró de preguntarme cosas, hasta que me preguntó cuándo salía y vinimos a mi casa.

—¿Estuviste con él? —se asombró de que su amigo estuviera con un desconocido —, ¿y lo trajiste aquí a tu casa? Eso pudo ser peligroso, sempai.

—Claro que no, sólo estuvimos conversando y conociéndonos, no hicimos nada. Después se marchó e intercambiamos los números. Hablamos casi todos los días, pero aún no nos hemos vuelto a ver —respondió desanimado.

—¿Y por qué no le pides de verse en algún sitio? ¿No tendrá pareja?

—Él me dijo que era soltero. Pero no sé, lo veo un poco hetero… no sé si es que está experimentando, está siendo él mismo, o le van las dos cosas.

—Dices que hablas con él, siempre puedes preguntarle, aunque también si quedarais en algunas ocasiones podéis conocerse mejor.

—Sí, creo que sería bueno —sonrió.

—Mañana, cómo es festivo, quedé con mis amigos para jugar al básket, bueno, tú ya los conoces, así que puedes venirte sin problemas e invitarlo. Kagami-kun también vendrá, y así te lo presento. ¿Le gusta el baloncesto?

—Sí le gusta, de las veces que hablamos, compartimos ese gusto. Sería buena idea, gracias, Kuroko-kun.

—De nada, Izuki-sempai, nos vemos mañana en la tarde en la cancha de detrás del parque, ¿de acuerdo? —se levantó, imitándolo el pelinegro —. Debo volver ya a casa, hasta mañana.

—Claro, gracias, hasta mañana.

En cuanto se marchó Kuroko, Izuki no dudó en mandarle un mensaje a Himuro invitándolo mañana a jugar baloncesto, y sonrió como un idiota al recibir una respuesta afirmativa por la parte del otro chico.

.

Al día siguiente, todos se reunieron en la cancha de baloncesto de siempre, a la espera que llegaran los últimos por aparecer.

—Oye, Ao-chan, ¿hablaste con Kuro-chan? —preguntó Takao mientras jugueteaba con la pelota entre sus manos.

—¿Hablar por qué? —dijo con desgana.

—Sobre lo que sientes por él —volvió a insistir con el tema del otro día —, hoy sería buena oportunidad, mira que antes de qe el noviazgo de ellos siga por buen camino, deberías decirle tus sentimientos, sois amigos desde la secundaria, puede que él sienta algo por ti y por temor tampoco haya querido decirte nada.  

—Hey, Midorima, ata en corto a tu perrito faldero y enséñale de una vez que no se meta en asuntos ajenos —escupió con desprecio.

—Aomine, no te permito que le hables así a Takao, si estás enojado, es tu problema.

—Mine-chin, desde que Kuro-chin está con su nuevo novio estás más malhumorado que de costumbre que ni mis dulces podrán quitarte ese carácter amargo que tienes —comentó el titán peli lila abriendo un paquete de patatas fritas.

—Ellos tienen razón, Daiki, mira que te dijimos que te declararas a Tetsuya, pero tú no quisiste, ahora no te pongas de mal humor ni la pagues con los demás —respondió Akashi cruzado de brazos sentado en un banco.

—¿Tú también, Akashi?

—Tampoco tenías que ser tan borde conmigo, yo sólo quería ayudar —protestó indignado el peli negro —, yo sólo quería animarte para que hoy te le confesaras antes de que te arrepientas y lo pierdas.

—No necesitaba de tu ayuda, que yo sepa no la he pedido.

—No sabía que Mine-chin fuera un cobarde que no se atrevía a confesarse.

En ese momento, Izuki llegó hasta dónde se encontraban, saludando tímidamente con la mano cuando se acercó a todos. Al ver a todos mirarle, se sintió un poco cohibido; los conocía, pero no tenía la misma amistad que tenía Kuroko con ellos.

—¿Izu-chan, también vienes a jugar? —preguntó Takao al verle vestir ropa deportiva y traer consigo su bolsa de deporte.

—Hola… eh… Kuroko-kun me invitó, espero no sea un inconveniente.

—No te preocupes, siempre cuanto más, mejor —sonrió Akashi, dándole la bienvenida.

—Oye, Izu-chan, tú te llevas bien con Kuro-chan, ¿verdad? —el mencionado asintió —. ¿A ti te ha dicho si le va bien en su relación con Kagami o si en verdad quiere a otra persona? —la pregunta le pareció sin venir a cuento, pero respondió.

—Bueno… lo único que sé es que ayer fue a una reunión a casa de él, dónde ambos padres les dijeron que se casaran en tres meses.

—¿Tres meses? ¿boda? —todos se sorprendieron con tal respuesta.

—Bueno… eso me dijo, pero ninguno de los dos quiere que sea tan pronto. ¿Por qué la pregunta? —el peli azul miró con ojos reprochadores a todos sus amigos, esperando que no dijeran nada, pero Akashi lo ignoró y habló.

—Lo que ocurre es que a Daiki le gusta Tetsuya, y estamos insistiéndole que se declare y que, por no hacerlo antes, ahora está pasando lo que está pasando.

—Vale… eso no me lo esperaba —murmuró Izuki —. ¿Y no piensas decirle?

—¿Para qué, no se va a casar con el otro? ¿De qué serviría?

—Bueno, sí, pero… no sé, lo de la boda no es confirmada, y pues si no lo intenta no sales de dudas.

—¿Es que tú sabes algo que nosotros no sabemos, Izu-chan?

—Uhm, no… ¿tendría que saber algo? —ninguno respondió, porque una vocecita los sacó de la conversación; Kuroko llegaba en compañía de Kagami y de otro chico.

—¿Himuro? —se sorprendió el pelinegro al verlo llegar junto con los otros dos.

—¿No me digas que resulta que eres amigo de Kuroko? Cuando me pediste de venir, no me esperaba que fuera porque conocías a Kuroko.

—¿Entonces Izuki-sempai, Himuro-san es el chico con el que hablas? Vaya, sí que es pequeño todo.

—Veo que tenemos caras nuevas —carraspeó el pelirrojo de menor estatura, haciéndose notar él y el resto del grupo que sólo se mantenía al margen.

—Cierto, perdón, Akashi-kun, haré las presentaciones. A Kagami-kun ya lo conocéis, él es Himuro-san, el hermano mayor de Kagami-kun. Ellos son mis amigos, Akashi-kun y Murasakibara-kun, Midorima-kun y Takao-kun y Aomine-kun. A Izuki-sempai ya lo conocen.

—Perdón por presentarme así, Izuki me invitó, y Kuroko también pensando que no conocía a Izuki —se disculpó el azabache.

—No hay problema, siempre es mejor jugar al básket con mucha gente —respondió un alegre Takao.

—Bien, pues como somos impares, podemos hacer equipos de tres.

—Te equivocas —intervino Aomine —, sois pares y podéis jugar cuatro vs cuatro, yo me piro.

—¿Aomine-kun, por qué te vas? —preguntó sin entender el peli celeste.

—Recibí un mensaje, debo ir a la academia de policía, adiós —no les dio tiempo a sus amigos de despedirse de él, porque cogió su mochila y se dispuso a marcharse.

—Kagami-kun, ahora vuelvo, me extrañó un poco su reacción —el pelirrojo asintió y Kuroko fue tras su amigo.

—Aomine-kun, ¿qué te ocurre? Se me hace muy raro que no quieras jugar básket, tú nunca dices no a un partido —el moreno se paró al escucharlo detrás de él.

—Recibí un mensaje de que tengo que ir a la academia, ya lo dije, por eso me marcho.

—No creo que eso sea el motivo, es más, ni que eso sea cierto. ¿Es por mí? ¿Te molesta mi presencia? ¿O la de Kagami-kun o su hermano? Porque has reaccionado así cuando llegamos.

—Tranquilo, claro que no es por ti, ya dije el motivo. Nos vemos, Tetsu —no le dio tiempo a su pequeño a migo a replicar o despedirse de él, porque terminó yéndose rápido.

Kuroko volvió junto al resto de sus amigos, que le preguntaron por Aomine, pero él dijo exactamente lo mismo que él les había dicho. Se pusieron a jugar y después de una buena tarde, cada pareja se marchó por su camino.

.

Pasó un mes, en el que tanto Midorima como Takao tenían que compaginar las clases de la universidad con las arduas prácticas en un hospital. El peli verde estudiaba medicina mientras que el peli negro estudiaba enfermería.

Entre exámenes finales y el hospital, se sentían completamente estresados y eso, sus cuerpos, acabaron por notarlo.

Takao llevaba unos informes de un paciente hacia el despacho del médico que tenía a Midorima de residente, por lo que iba por los pasillos del hospital, un poco desorientado debido a que se encontraba mareado.

Una de las enfermeras, lo vio apoyarse un poco en la pared, mientras mantenía sus ojos cerrados, acercándose a él preocupada.

—Takao-kun, ¿se encuentra bien?

—Sí, no se preocupe Rina-san, estoy bien —intentó sonreírle con su típica sonrisa, pero se sentía completamente mareado —, nada de lo que preocuparse.

—¿Cómo que no es nada? Si apenas puede mantenerse en pie, ven siéntese aquí —lo ayudó para que descansara un poco en una de las sillas de la sala de espera.

—Sólo es demasiado estrés, en cuanto pasen los exámenes finales y los proyectos, todo volverá a como antes.

—Puede ser de eso, pero también, se ve demasiado pálido y está sudando frío.

—Ya dije que… —no terminó la frase, porque si no llega a ser porque la enfermera se encontraba frente a él, hubiera caído de cara al suelo al desmayarse.

—¡Takao-kun! —gritó la mujer al verle caer a plomo. Empezó a llamar para que unos celadores o cualquier médico o enfermero que pasara por ese pasillo pudieran ayudarla. En ese momento, Midorima pasaba por ahí, buscando al pelinegro, harto de esperar por aquellos informes de su paciente —, Midorima-san, ayúdeme.

—Takao, eh, Takao, respóndeme, ¿qué te pasa? ¿por qué se ha desmayado? ¿ha pasado algo?

—No, sólo lo vi mareado apoyado en la pared, está sudando frío, muy pálido, le dije que se sentara y de pronto se desmayó.

—Llevémoslo para que lo examinen —pidieron ayuda a unos celadores, y lo llevaron para que fuera revisado. El mismo médico del que Midorima era su residente, lo examinó.

El peliverde estaba nervioso, no entendía qué podría pasarle a su pareja. Después de varios minutos que para él fueron interminables, el médico salió para informarle, aunque por el rostro que traía, más bien de temer por lo que podría tener Takao, sentía como si estuviera algo enojado, cómo si algo le hubiera molestado.

—Sawada-sensei, ¿cómo se encuentra Takao?

—Tiene la tensión baja, ha estado sometido a un estrés que ha hecho que al final, colapsara, pero aparte, le vamos a realizar otra prueba, porque tengo una leve sospecha.

—¿Qué sospecha? ¿es algo malo?

—Dependiendo de cómo lo recibáis. Le he tomado sangre para analizarla, creo que eso, más un posible embarazo, han sido el detonante —explicó con un tono un poco seco.

—¿Qué? ¿em…embarazo? ¿él lo sabe?

—Si no ha sospechado ya, no lo sabe aún. Iré a llevar la muestra al laboratorio para que esté lo antes posible —Midorima se quedó en la puerta de la habitación, completamente temblando. Si aún estaban estudiando… ¿cómo podía pasarles eso? ¿qué pensaría Takao?

Con un leve temblor, y nervioso, entró a paso lento entró a la habitación, encontrándose a un mareado pelinegro.

—Shin-chan, ¿qué es lo que pasa? Tengo algo malo, ¿verdad? No me mientas.

—Bueno… lo que pasa es que… es que… —se sentó en el borde de la cama, sujetándole ambas manos.

—Shin-chan, por favor.

—Estás embarazado —dijo con rapidez. El de ojos azul plata los abrió ampliamente, completamente sorprendido.

—¿Qué qué? Es una broma, ¿verdad? Yo no puedo… tú, yo… aún… —Midorima lo abrazó.

—Es cierto que es demasiado precipitado, pero yo te apoyaré en todo y estaré junto a ti.

—Pero, ¿y los estudios? ¿tus padres, los míos? Ya que estamos para terminar… Y ellos no lo aceptarán y…

—Tranquilo, todo saldrá bien, afrontaremos esto juntos —lo atrajo más a él —, podremos seguir estudiando, y seguro que nuestros padres nos apoyan en esto. Y en el caso de que no fuera así, nosotros podremos juntos.

—Shin-chan —se dejó abrazar por su pareja. Por primera vez, sentía miedo.

.

Himuro se encontraba delante de la puerta del despacho de su padre en su casa. Estaba buscando las palabras exactas para contarle a su padre que había empezado una relación con Shun.

—¿Se puede saber qué haces de un lado a otro como idiota? —preguntó Kagami, sacándolo de sus pensamientos —. ¿Has peleado con papá o qué?

—No, sólo que quiero contarle una cosa, pero no sé cómo reaccione, ya sabes cómo es él.

—¿Le vas a decir que estás tonteando con el amigo de Kuroko? Verte sentar la cabeza seguro que le alegra el día —rio el pelirrojo.

—No estoy tonteando, estoy saliendo. Y no sé cómo reaccione, pero quiero decírselo.

—Pues adelante, valiente —llamó el a la puerta, oyendo desde dentro cómo daban permiso para pasar —, suerte, bro.

—¿Tatsuya? ¿querías algo? —preguntó el hombre mientras miraba unos papeles —, si vienes a traerme los informes de ventas, te lo agradecería.

—Eh… no, aún no terminé los informes, venía a comentarte algo.

—Pues podrías terminarlo, tienes que cumplir con tu trabajo. ¿Qué es eso que me quieres comentar?

—Verás, padre… yo… hace un tiempo conocí a una persona y estoy empezando una relación con ella y… —el pelirrojo se levantó de su gran sillón negro.

—¿Tienes novia? ¡No me lo puedo creer! Pero si eso es una noticia fantástica, por fin sientas cabeza. ¿Y quién es la afortunada? No me digas más, es la hija de la Corporativa Takahashi, ¿verdad?

—No es ella, padre, y te confundes, no es un ella, si no un él —dijo en apenas un susurro.

—¿Cómo? ¿desde cuándo te gustan los hombres?

—Pues desde que lo conocí. Y bueno, quería decírtelo y pedirte para presentártelo un día y lo conozcas.

—Está bien, me parece bien, es lógico que si estás en serio con ese chico quieras presentarlo. Dime cómo se llama, para que busque a su padre en la agenda y concertemos una cita, igual y todo, esa relación hace buenas juntas con una de las empresas colaboradoras.

—Izuki Shun, y no es el hijo de ninguno de tus conocidos.

—Izuki… no me suena, espera, ¿qué? ¿entonces de quién es hijo?

—Y yo qué sé, no conozco a su familia. Pero qué pasa, ¿Qué tiene que ser hijo de alguno de tus amiguitos peces gordos para que tenga una relación con él, o qué? —exclamó enojado.

—¡Por supuesto! Mis hijos tienen que tener una pareja que sea de una familia conocida e importante, no un don nadie

—De eso nada. Estás haciendo lo que quieres con Taiga, obligándole a él y a Kuroko con una boda tempranera que ninguno de los dos quiere aún, pero a mí no me manejas así a tu antojo —lo encaró colocando con fuerza ambas manos en el escritorio de su padre.

—Tatsuya no me desafíes que sales perdiendo. ¡Y te prohíbo que salgas con ese tipo! Con todos los hijos, ya sean donceles o mujeres bellas, de todos los ejecutivos más importantes del país, ¿por qué te has ido a fijar en una persona insignificante?

—A mí no me prohíbes con quién salir o no, porque no me interesan ninguna de esas personas que tú quieres presentarme, yo decido con quién salgo, y quiero salir con Shun —el hombre sonrió irónicamente, mientras se volvía a sentar en su sillón.

—Muy bien, ¿esa es tu última palabra, Tatsuya?

—Por supuesto que lo es.

—Pues muy bien, quiero que recojas ahora mismo todas tus cosas y te largues de esta casa. Nunca estaré de acuerdo con tu supuesta relación, así que, hasta que no cortes con ese chico, te prohíbo que sigas viviendo en mi casa. Y olvídate de volver a la empresa, a ver si, sin mi manutención y mi negocio, dime cómo vas a vivir.

—¿Me estás echando de la casa? Muy bien, cómo quieras, no necesito tu estúpido dinero, que encima es conseguido de malas maneras. Puedo buscarme perfectamente la vida, un trabajo y dónde vivir, porque mi pareja, es más importante que el dinero. Adiós, padre.

Himuro salió como alma que lleva el diablo del despacho de su padre, dispuesto a irse de esa casa y no permitir que su padre, manejara su vida a su antojo.

—Tatsuya, recapacita, ¿a dónde piensas ir? Habla las cosas con papá, seguro que llegáis a un acuerdo.

—¿Un acuerdo? ¿con él? El único acuerdo que se puede llegar es que yo haga lo que él quiere, y por ahí no paso —respondió mientras metía su ropa de mala manera en las maletas.

—Pero bro, ¿dónde vas a ir? Al menos hoy, no tienes dónde pasar la noche, no te vayas, si quieres hablo yo con él —insistía el pelirrojo, preocupado por su hermano.

—De momento, iré a casa de Shun, le mandé un mensaje y me dijo que podía pasar la noche en su apartamento, mañana ya buscaré algo.

—Pero…

—Pero nada, bro, no te preocupes por mí, todo saldrá bien. Este día llegaría tarde o temprano, porque yo no permito que controle mi vida de esa manera, y tú no deberías permitir que controle la tuya con respecto a tu boda. Tranquilo, nos seguiremos viendo siempre, sólo cambio de casa —ambos se dieron un abrazo.

—Avísame con cualquier cosa, y si necesitas dinero yo…

—Tengo suficiente ahorrado por el momento, no necesito ayuda, de verdad, gracias —se volvieron a dar un abrazo y Himuro, abandonó la casa de su padre.

.

Volvieron a pasar tres meses, y el tiempo a Aomine o se le estaba acabando o se le acabó por completo, porque faltaban apenas unas horas para la boda de Kuroko y Kagami.  

Taiga, presionado por su padre, le pidió matrimonio, y el peli celeste, en cierto modo feliz y contento, aunque también un poco indeciso por la rapidez con la que iban las cosas, aceptó.

No es que ambos chicos no se quisieran casar, pero sí era verdad que los dos lo seguían viendo demasiado pronto. Apenas y llevaban casi menos de medio año de relación y ya se iban a hacer la promesa de darse el sí quiero.

Midorima y Takao le dieron la noticia de que iban a tener un bebé a sus padres, quiénes se lo tomaron muy bien y les desearon lo mejor y que los ayudarían con todo lo que necesitaran. En los estudios consiguieron terminar los exámenes finales y proyectos, quedándoles únicamente el último curso, aunque para Kazunari, tenía la posibilidad de realizar sus estudios online.

Himuro e Izuki empezaron viviendo juntos, debido a la pelea entre el azabache y su padre. Ambos terminaron sus estudios y Tatsuya buscó empleo en una empresa de publicidad, mientras que Shun seguía en el bar, para mala suerte de Tatsuya, dónde estaba trabajando, mientras buscaba empleo sobre los estudios que acababa de concluir.

Akashi y Murasakibara seguían teniendo su relación, de la que el padre del pelirrojo tampoco estaba de acuerdo, pero estaba dispuesto a desobedecerlo por tal de ser feliz con la persona que amaba; ambos llevaban desde la secundaria Teiko juntos y así tenían claro seguir, aunque sabían que, en el fondo, al ver que el señor Akashi no había intervenido desde hacía un tiempo, que algo estaba tramando, porque tanta tranquilidad, a veces trae algo malo…

Aomine se metió en la ducha. Había tenido un largo y duro entrenamiento en la academia. Por fin había entrado al cuerpo de policía, pero de momento, siendo un becario al que le tocaba hacer muchas guardias, papeles de oficina y patrullas nocturnas. Aunque quizá no estaba cansado, sino triste. Abrió el agua caliente y se apoyó en la pared, dejando que el agua corriera por su cuerpo.

Se le acabó el tiempo. Primero tuvo desde la secundaria para confesarle sus sentimientos, y después, seis meses más de prórroga, para volverlo a intentar. Pero no se atrevió. Nunca dijo nada. Se maldecía a sí mismo, por haber sido tan cobarde y dejar que el tiempo pasara, por un miedo absurdo a salir derrotado, cuando ahora estaba más derrotado que nunca.

Después de media hora bajo el agua, salió y se vistió. No quería estar en su casa, pensaría más aún, y era justo lo que no quería. Iba a salir de su habitación, cuando se le ocurrió una cosa mejor. Estaba en el tiempo de descuento, pero todavía el partido no había terminado, ¿No?

.

Se encontraba apoyado en una farola, mirando al horizonte. Hacía mucho calor incluso a esas horas. Jugueteaba con una piedra, hasta que consiguió alejarla por completo de él. Por momentos, pensó que sería una auténtica locura, y que debería irse para su casa.

—¿Y bien? ¿Me puedes explicar por qué esta llamada a las once de la noche? —lo sacó de sus pensamientos una voz detrás de él.

—Gracias por venir —fue lo único que respondió.

—De nada. Pero no me contestaste por qué me hiciste venir. Aunque, la verdad que llevas extraño un tiempo. ¿Tiene algo que ver con esta llamada?

—Sí. ¿Te apetece caminar un rato?  —propuso quitándose de la farola.

—¿Me hiciste venir para caminar a las once de la noche? La verdad que no es un plan muy coherente, pero vale, acepto. —ambos empezaron a caminar.

—Estos días no me dejé mucho ver —empezó a decir mirando al suelo.

—Ya lo vi. ¿Por qué? Llegué a pensar incluso que ya no querías ser más mi amigo. Bueno, ni el de nadie, porque ni las llamadas nos respondías.

—Tienes razón, lo siento. Pero no tiene nada que ver con nuestra amistad. Pero sí con otro asunto.

—¿Y me podrías decir ese asunto? —habían llegado a una cancha de baloncesto, que se notaba un poco deteriorada que se encontraba al lado de un puente —Vaya, aquí fue dónde entrenábamos, ¿recuerdas? —sonrió.

—Así es —respondió mirando hacia la cancha.

—Mira que eras, bueno, sigues siendo, malo en los tiros a canasta.

—Yo lo intento, pero se nota que se me dan mejor los pases —ahora posó su mirada al puente y río que pasaba por debajo de este —. Y ahí, fuiste demasiado grosero conmigo, yo intenté que volvieras a sonreír jugando al baloncesto, pero no quisiste escucharme.

-En eso te doy la razón. No fui demasiado simpático por mi parte. —respondió apoyándose en el poste de la canasta.

—Pero dudo que me hayas llamado para hablar del pasado, ¿no?  

—La verdad es que no. Quería decirte algo muy importante. —se puso enfrente tomando aire —. Estoy enamorado de ti.

—¿Qué? ¿Qué estás diciendo Aomine-kun?

—Llevo enamorado de ti desde la secundaria.  

—¿Desde hace tanto tiempo? Aomine-kun, ¿Eres consciente de que me estás diciendo esto justamente hoy?

—¡Claro que lo sé! Pero nunca me atreví a decírtelo. Aunque sé que ya es un poco tarde.

—¿Por qué has tardado tanto? ¡Dímelo! ¿Por qué?  —le reclamó empujándolo —. ¿Y por qué vienes justamente la noche antes de mi boda?

—Ya me siento bastante estúpido. ¿Sabes? Sé que debería haberlo dicho antes, pero me daba miedo.

—¿Miedo a qué? ¡Por favor Aomine-kun! Todo es por tu culpa —le reclamaba —. Te… te estuve esperando, siempre te quise, ¿Y qué hacías tú? Tratarme como tu amigo, sólo cómo tu sombra en la cancha. Yo siempre me guardé mis sentimientos, porque tú siempre sólo hacías hablar de chicas con pechos grandes.

—¿Cómo? — sus ojos se abrieron como platos.

—Lo que oíste Aomine-kun. Esto es totalmente absurdo, la verdad. —él sin decir nada se le acercó y lo besó. Era el primer beso que le daba, aunque quizá iba a ser el último, ya que dentro de unas horas, se iba a casar con otro. Después de un largo rato besándose, Kuroko se separó —Aomine-kun…para.

—¿Por qué? Si te estaba gustando.

—Sí, pero esto no está bien. Mañana me caso.

—Pues no te cases. Por favor, no te cases —le pidió.

-No puedo. Tengo que casarme.

—Tú a él no le quieres, no te cases. No estás obligado.

—En parte sí. Kagami-kun es un hombre encantador. Además, tú no puedes pedirme esto. Es más, no sé por qué me haces esto justamente ahora.

—Porque he sido un auténtico cobarde y después de conseguir el valor suficiente no podía permitir que te casaras sin decirte esto antes. Yo te amo, Tetsu.  

—Aomine-kun, llegas tarde. Demasiado tarde. Lo siento —le acarició la mejilla y se dispuso a marcharse, pero él lo sujetó de un brazo, dándole la vuelta y volviéndolo a besar. El beso siguió a más, y ambos acabaron tumbados en el césped, debajo del puente de al lado de la cancha de baloncesto.

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno... sólo tengo que decir, ¡no me maten! para mí me costó escribir esto que Kuroko acaba de hacer antes de la boda con Kagami, yo no quiero hacerle esto a mi tigre, de verdad. 

Con respecto a que en el sumario pone que la otra pareja protagonista es el Aokise, de momento, no está saliendo, y es porque aún nada más estoy empezando el fic, así que, por las personas que lo leen por el Aokise, tranquis, ya mismo saldrá :p 

Espero les haya gustado, y no me maten mucho, de verdad xD

Y bueno, tengo en mente otros dos fics más, uno de ellos Aokaga y otro HimuIzu, que espero que salgan a la luz xD

¡Saludos! 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).