A Holmes no le dio mucho gusto volver a encontrarse en aquel aburrido Londres, con aquellas aburridas personas... Con aquella mujer respirando el mismo aire que Watson y que él.
-vaya-fue lo que atinó a decir Rhody, bastante sorprendido por lo que veía.
Era de noche, con el muelle vacio a sus espaldas. Ellos cuatro eran los únicos presentes en el lugar.
-aquí han pasado dos semanas y media, me parecio que así seria más creible lo de su viaje a Norteamérica- les comentó Tony, aunque sabiendo que sus palabras estaban demás.
Holmes no había abierto la boca para nada y Watson menos aún. Pero podia verse una sonrisa adornar su rostro.
Tony hizo una mueca de dolor, Holmes de seguro ya había deducido que parte de la alegria del doctor era por la familia que estaba por formar.
-gracias por... Traernos de vuelta y por esas relajantes vacaciones-dijo Holmes, notando la tensión que de pronto se sentía.
-supongo que.. Los voy a extrañar-les dijo Tony-no mucho pero se que de vez en cuando me acordare de ustedes-
-hasta luego Anthony- se despidió Holmes tendiendole la mano-posiblemente nos volvamos a encontrar, coronel, un placer haberlo conocido-
-esperen, casi lo olvidaba-los detuvo Tony. Salio de su armadura de forma rápida, mientras sacaba algo de uno de los bolsillos de su saco-un pequeño regalo que se que les servirá de mucho- dijo mientras le entregaba un frasquito a Watson.
-¿lubricante?-pregunto bastante confundido.
-solo lean las instrucciones-les indicó, volviendo rápidamente a su armadura, sin deseos de seguir ahí para cuando Holmes y Watson desubriran la función de aquel líquido.
-¿qué es?- preguntó el detective mientras tomaba el frasco.
-gracias por el regalo Anthony-le dijo Watson, mientras cargaba las dos maletas que traían consigo, empujando levemente a Holmes para que esté empezara a caminar, ya que se encontraba bastante ocupado tratando de entender para que servía el contenido del frasco.
-adios-les dijo Tony.
-¿por qué les diste eso?- le preguntó Rhody.
-por nada, pero sera mejor que nos vayamos-lo apresuro Tony.
-¿de verdad te quedaste aquí una semana?-fue lo último que alcanzo a escucharse antes de que la luz volviera y ambos hombres con armaduras desaparecieran.
Fue justo en el momento en que Holmes se giraba bastante indignado. Había leido las instrucciones y estaba por gritarle un par de cosas a su bisnieto.
-¿qué paso ahora Holmes?- le preguntó Watson.
-nada, solo que Stark ahora si cruzó la línea-le dijo con un leve rastro de carmesí en su rostro.
Watson leyo lo que sí compañero le señalaba bastante confundido, más al entender a que se refería, no supo si alegrarse o sentirse avergonzado por el hecho.
Las instrucciones daban demaciados detalles respecto a donde debía vaciarse, garantizando un disfrute mayor en el acto sexual.
El doctor arranco la etiqueta, lanzando el papel hecho bolita a algun lugar de la calle. Que les encontraran un frasco con aquellas especificaciones solo les traeria problemas.
Comenzaron a caminar de vuelta a Baker Street, ya que al ser de noche, les había parecido más sensato quedarse ahí. Watson regresaria a su casa por la mañana.
Pero por ahora, querían disfrutar una última noche juntos antes de que tuvieran que permanecer separados por un tiempo indeterminado.
* * *
-y así fue como paso-termino de contarle Tony, habiéndome contado a su amigo todos los detalles de su aventura.
-un maniatico acosador va tras de ti y no nos dijiste nada-lo regaño Rhody-espero que también vayas a contarles eso a los demás-
-Pepper aun no lo sabe-le confesó el castaño-y ellos creen que Sanders o como sea que se llama en realidad escapó, después de que detuvieran y encarcelaran a parte de su grupo, así que posiblemente no sepamos nada de él en un buen tiempo-
-¿y al menos son buenos detectives?-
-tengo que admitirlo, lo son-le contesto Tony. Habían dejado ambas armaduras sobre la azotea después de regresar, bajando las escaleras hasta el piso donde Sherlock y John los esperaban.
-¿cuándo les diras?-
-apenas volvamos, lo prometo-le dijo el castaño, sabiendo de sobra que realmente ya era hora de decirlo todo.
El asunto se le habia salido de las manos, al punto de que ya varias personas estaban enteradas de su situación, más de las que le hubiera gustado tener en un principio.
Apenas iban a entrar en la sala cuando Sherlock salio, tomando de inmediato a Tony del brazo, jalandolo hacia la salida.
-pongase cómodo coronel, debo llevarme unos momentos a mi primo para poder hablar con él, la señora Hudson le servira té y John le hara compañía- le dijo Sherlock de inmediato, sin esperar para recibir alguna respuesta de confirmación.
Rodhy miro al hombre que aún permanecia en la sala, parecia estar igual de confundido que él.
Mientras que fuera de la casa, Tony y Sherlock subían a un vehículo negro bastante lujoso.
Eso solo podia significar una charla con Microft.
-¿qué fue lo que le diste?- le pregunte el detective de pronto.
Tony se giro a verlo confundido, sin saber de que hablaba.
-metiste algo en su saco ¿qué era? un arfacto estoy seguro-
-para emergencias, un dispositivo que cree para viajar en el tiempo tamaño bolsillo-
-es peligroso-le soltó Sherlock.
-lo se ¿quieres uno?-le pregunta Tony, mostrandole otro control de bolsillo.
-esta bien- acepta el detective tomandolo y guardandolo en una de las bolsas de su saco.
-¿y de que tema quiere hablar ahora tú hermano?-
-de nada, solo de un programa que llego a deducir que ya habías terminado-Tony se giro sorprendido, sin saber como se había enterado.
Había una probabilidad de que fuera por sus dotes deductivos, pero su hermano parecia ser bastante cuidadoso con esos temas.
-fue a dar una visita a Holmes y a Watson, nuestro...antepasado logro deducir que había hablado contigo-explicó el pelinegro-pero me temo que lo que no logro deducir es que yo ya estaba involucrado también con referencia a esa llamada-
Con aquellas palabras, todo tuvo sentido para Tony, que no supo como reaccionar.
-un maniaco homicida que quiere destruirte ¿y que haces? Tú y tu hermano deciden dejarlo libre aunque podría matarte-le recriminó Tony, por experiencia propia sabía que esa seria lo último que él haria.
-yo sabre como lidiar con Moriarty, todo es por un bien mayor, ahora bajemos que Microft se pone bastante insoportable con las impuntualidades-dijo Sherlock de forma tajante.
Ya era suficiente para él tener que recurrir al transporte que su hermano le había asignado.
-no hara mal que nos espere un poco, soy conocido por siempre llegar tarde y esta no sera la excepción- le dijo el castaño mientras se recargaba comodamente en el asiento del coche.
Sherlock bajo del auto, cerrando su puerta y dirigiendose a abrir la del otro lado, en la que se encontraba Tony.
-ahora-le ordenó.
-obligame-le dijo el millonario con toda tranquilidad, pasando ambas manos detrás de su cabeza, poniendose cómodo.
-eres bastante infantil-le espetó el detective, tomandolo del saco y obligandolo a salir.
-¡oye! Con amor-
-el amor es un desperdicio de tiempo y energías-
-pobre John, eso lo decepcionara-se burlo Tony, acomodandose el saco que su primo había osado a arrugar, caminando detrás de él al ver que se alejaba.
-callate-
-¿seguro que no me lleve al Holmes equivocado? Porque sonaste igualito a él-
El detective solo gruño con molestia, pero sin detener sus pasos ni voltear a ver al castaño. castaño. Tony sonrió por aquella pequeña victoria, decidiendose entre seguir molestando a su primo ingles o no.
-¿y qué tal está John? ¿no siente deseos de seguir los pasos de aquellos viejos?-
-insoportable-fue lo único que contestó el pelinegro.
Microft los esperaba con impaciencia, notando su ligero retraso por varios minutos. Se encontraba en su oficina, sentado frente a lo que sería su escritorio.
Por fin las puertas se abrieron dejando pasar a aquél par. Sherlock entro bastante callado, levantando ligeramente la cabeza, mientras que Tony dejaba de hablar, al notar la tensión que se habia formado.