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Mi ángel de platino por VaxeFujoshi

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Notas del capitulo:

Muchas gracias a todos!! y siento la espera, acabo de entrar a 2 de bach y nos tienen de exámenes hasta arriba. ¡Espero que os guste este capítulo <3!

-¿La poción Amortentia?- ante la pregunta de Hydrus, Harry asintió. -Es una poción que hace que la persona que la beba tenga una gran obsesión hacia la persona que hizo la poción. Obsesión, no amor.- Esta explicación dejó a Harry patidifuso, Ginny intentaba drogarle con esa poción, ¿Y para qué? ¿Para que él fuera su novio? Eso no iba a pasar.

 

-Muchas gracias por decirmelo Hydrus.

 

-De nada, pero ¿Para qué querías saberlo?

 

-Al parecer Ginny quiere darme la poción…

 

-¿La comadreja menos? ¡¿Pero que se ha creído esa?! ¡Se supone que ella pertenece al bando de la luz! Que hipócritas son por favor.- dijo con asco en su voz -Te dije que había familias mejores que otras, tendrías que haber aceptado mi mano en ese entonces.

 

-¡¿Te crees que no lo se?! Se suponía que eran mis amigos y van y me apuñalan por la espalda, traicionándome en el proceso. ¡¿Acaso sabes lo que duele, tú el príncipe de Slytherin?!

 

-Precisamente por eso lo sé, la mayoría de la gente que se me acerca solo lo hace porque soy un Malfoy, por mi dinero, por mi poder…

 

-Pero tú te aprovechas luego de ellos.

 

-Claro, soy de Slytherin, aprendí a hacer eso antes de caminar. Tu en cambio eres un Gryffindor, sois demasiado confiados con la gente, demasiado… heroico…

 

-Pues el sombrero me quería poner en Slytherin.

 

-Mejor me lo pones, se te ha pegado la gilipollez Gryffindor, es como un virus.- dijo con asco al final. 

 

-¡Oye! - se quejó Harry. -no todos somos gilipollas.

 

-sí… claro… - respondió con sarcasmo, después, los dos se quedaron callados mirándose fijamente para segundos después comenzar a reírse a la vez. 

 

-Muchas gracias Hydrus.- agradeció Harry cuando pudo volver a respirar después de ese ataque de risa.

 

-De nada Harry- contestó Hydrus. - y si necesitas algo, recuerda que estoy aquí.- Harry asintió haciendo entender a Hydrus que se acordará. -Bueno… yo debería irme a clase. 

 

-Claro, yo también.

 

-Salgo yo primero y después sales tú, vale?- indicó a Harry antes de salir. Harry esperó unos minutos para después salir también y se dirigió a la sala común de Gryffindor, sin saber que alguien había visto salir tanto a Hydrus como a él de la misma clase abandonada.

 

Cuando llegó a la sala común, se encontró con Neville esperando le con sus libros y los de él. Neville se encontraba apoyado en la pared mirando hacia el hueco del cuadro esperando a que Harry llegara. Cuando Harry entró dentro, Neville se acercó a él dándole sus libros.

 

-Toma, ya todos los demás se han ido a Historia de la magia, quedan cinco minutos, tendríamos que darnos prisa.

 

-Antes quiero comentarte una cosa.- dijo mientras le agarraba del brazo llevándolo al cuarto para poder hablar en privado. -Necesito tu ayuda.

 

-¿En serio?- comentó sorprendido, nunca nadie quería la ayuda de un patoso como él.

 

-Sí, eres el más indicado.- le explicó mientras le agarraba de los hombros. -Para hacer el ritual para contactar con el Suho Cheonsa necesito dos plantas y eres de los mejores de la clase de herbología y además eres la persona en la que más confío.- Le abraza.

 

-Claro que te ayudaré Harry. ¿Cuales son las plantas que necesitas? - Harry sacó la lista y se la dió. - ¿Clavel blanco y Crisantemo blanco? Tienes suerte, el Clavel solo se puede conseguir por primavera y verano, además de que son más frecuentes en la península ibérica que aquí, pero el año pasado encontré un lugar donde están creciendo, cerca del bosque prohibido. Además el crisantemo crece en otoño y se puede encontrar por todo Europa y China.

 

-¡Perfecto! Tenemos ahora adivinación, luego tenemos hora libre y después historia de la magia, podemos saltarnos esas clases para buscar las.

 

-¿Seguro Harry?- Deja los libros sobre su cama.

 

-¡Sí, vamos!- Harry agarró el brazo de Neville y salió corriendo de la habitación, arrastrando a su amigo con él. Pasó por el hueco del cuadro y se dirigió hacia fuera.

 

-¡Harry por favor suéltame puedo andar yo solo!- pidió Neville, Harry paró en secó y soltó el brazo de su amigo.

 

-Perdón, ¡vamos!

 

Salieron por la gran puerta y se dirigieron al límite del bosque y Neville comenzó a guiar a Harry por el límite, se tiraron media hora andando hasta que llegaron a un claro, en medio del bosque, lleno de claveles blancos, parecía que había nevado. Harry y Neville comenzaron a recolectar pétalos de estos hasta que Harry creyó que tenían suficientes.

 

-Creo que ya está, necesitamos encontrar Crisantemos blancos ahora.- comentó Harry y Neville y él comenzaron a buscar por los alrededores por si se alejaban mucho y se perdían. Por desgracia no encontraron nada.

 

-¿Ha habido suerte, Neville?- este negó y Harry suspiró. Entonces vió una pequeña luz blanca por el rabillo del ojo y cuando se giró ahí había una línea de luz blanca, un camino.- ¿Ves también eso?- le preguntó a Neville.

 

-¿Ver el qué?

 

-Hay un como un camino de luz, como guiandonos.- Harry comenzó a seguir la línea de luz blanca dejando atrás a Neville.

 

-¡Espera Harry! no creo que sea buena idea seguir una línea de luz que no sabes de donde aparece y solo tu puedes ver ¡¿Y si es una trampa de Quien-tu-sabes?!

 

-¡Vamos Nev, no te quedes atrás!

 

Neville aumentó el ritmo para seguir a Harry, mirando cada dos por tres al suelo para no tropezarse con ninguna raíz suelta. Los dos chicos ingresaron a las profundidades del bosque, y a cada segundo que pasaba y ruído que oían Neville se iba arrepintiendo cada vez más de haber entrado y no haber cogído el brazo de Harry y salir de allí. Pero ahora era demasiado tarde, Neville no sabía cómo salir de ahí.

 

-Harry… Creo que nos hemos perdido..

 

-No te preocupes Neville, solo tenemos que seguir la línea.

 

Al final llegaron a un pequeño claro en medio del bosque, la luz se filtraba por las copas de los árboles haciendo que haya brillos en la pequeña cascada que daba a un lago. En la orilla se encontraba un grupo de crisantemos y sentado sobre una roca, hacia donde la línea de luz se dirigía, había un chico traslúcido con unas alas blancas en la espalda.

 


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