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Mi ángel de platino por VaxeFujoshi

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Notas del capitulo:

Hola! Esta vez he tardado muy poco en zctualizar (estoy aprovechando algunas clases para escribir jeje ^^) Pero bueno, por todo el apoyo que se le está dando a la serie tanto aquí como en Wattpad, he decidido hacer este capítulo el doble de largo, más de 2000 palabras. Espero que lo disfruteis, está lleno de chicha.

Harry se acercó al misterioso chico traslúcido, al estar más cerca de él, el chico se hizo un poco más nítido. Harry pudo notar que tenía el pelo rubio platino y unos ojos tan brillantes como la plata, sus alas blancas como los crisantemos que allí se encontraban tenían pequeñas plumas plateadas que, junto con sus facciones afiladas y aristócratas, le daban un aire celestial, casi etéreo. Su piel, era blanca como la porcelana y su mirada estaba llena de cariño hacia Harry.

 

Neville miraba la escena a lo lejos. Él pudo ver como Harry se encontraba embelesado mirando lo que parecía la cascada. Cómo vió que no salía de su embobe, Neville se acercó y le tocó el hombro. Pero Harry ni se inmutó, así que le agitó mientras gritaba su nombre. Harry fijó su vista en Neville, mirando de reojo hacia donde estaba mirando antes.

 

-¿Qué pasa Neville, no ves a ese chico con alas?- preguntó a Neville, un poco extrañado de que no estuviera mirando donde el chico estaba.

 

-¿Qué chico Harry?- Neville no entendía a quién se refería Harry, pues él no veía a nadie. Hasta que se le ocurrió una idea de quién podía ser. -Y si… ¿ese que ves es tu Suho Cheonsa?

 

-¿Eso crees?- Harry miró a Neville incrédulo, ¿Podría ser que ese hermoso ser fuera su Suho Cheonsa? Harry fijó su mirada en el misterioso chico y vio que este asentía con una dulce sonrisa en la cara. -Pero… si es mi Suho Cheonsa ¿Por qué no le he visto nunca antes?

 

-Recuerda Harry que te estuvieron dando una poción que le bloqueaba, debe de estar recuperando fuerzas todavía.- Le recordó Neville a Harry. Este miraba al Suho Cheonsa el cual había pasado de una sonrisa dulce a una cara de tristeza. 

 

El Suho Cheonsa se levantó y se acercó a Harry, le acarició la mejilla con toda la dulzura y delicadeza del mundo, pero su mirada estaba llena de pena y arrepentimiento. Harry puso su mano sobre la del Suho Cheonsa, aunque la atravesó y lo que tocó fue su mejilla. Aun así, Harry le sonrió al Suho Cheonsa, imaginando por qué tenía esa cara.

 

-No te arrepientes por no haberme ayudado todos estos años, no fue tu culpa que estuviera bajo la poción de bloqueo. Así que alegra esa cara, ¿Sí?- El Suho Cheonsa sonrió dulcemente a Harry, sintiendo felicidad por ser el encargado de cuidar y proteger a ese adolescente tan puro y de buen corazón. El Suho Cheonsa abrazó a su pequeño protegido.

 

-”Gracias, espero que acabes el ritual pronto”- oyó Harry en su cabeza antes de que el Suho Cheonsa desapareciera quedando un pequeño rastro de luz justo donde estaba antes.

 

-Ya se ha ido…- comentó Harry a Neville. -Vamos, cojamos las raíces de crisantemo.- Harry se acercó al grupo de crisantemos blancos y comenzó a trabajar en la recolección de sus raíces, Neville le miró preocupado mientras se ponía a ayudar en la recolección. Harry tenía una cara neutra, Neville no era capaz de saber qué era lo que estaba pensando Harry y eso le preocupaba, pues acababa de ver a su Suho Cheonsa por primera vez. -Es hermoso.- Harry dijo de repente haciendo que Neville le mirara curioso. -Mi Suho Cheonsa, es hermoso. 

 

-¿Cómo es él?

 

-Es un chico de pelo rubio casi blanco, con unas alas hermosísimas con alguna que otra pluma color platino. Sus ojos son de color plata y te hipnotiza con la mirada. Su piel es blanca como si de porcelana se tratase. Es completamente hermoso…-explicó mientras soltaba un suspiro.

 

-O dios mío… ¡estás enamorado!

 

-¡¿Qué?! ¡No! Que un chico me parezca guapo no significa que esté enamorado. - contestó Harry sonrojado por la afirmación de Neville. -Además no me siento atraído por los hombres.- añadió pero Neville pudo oír a Harry susurrar un “creo”. Neville se rió un poco para terminar de coger las raíces necesarias.

 

-Ya está, anda volvamos a Hogwarts.- Los dos chicos se levantaron y miraron a su alrededor sin saber por donde volver. -Genial, ahora nos hemos perdido.

 

-No te preocupes, para el torneo de los tres magos aprendí un hechizo que hace que la varita apunte al norte.- Harry sacó la varita y la colocó plana en su otra mano.- Point me.- La varita comenzó a flotar en la mano de Harry y giró completamente apuntando hacia el interior del bosque. -Ese es el norte, sabemos que Hogwarts se encuentra al oeste, así que vamos.

 

Los dos jóvenes comenzaron a andar hacia el oeste, mirando de vez en cuando la varita de Harry por si se desviaban. Durante el camino, Harry escuchó unos susurros que decían “La cría está haciendo un ritual, debo informar al amo.” y cuando miró a ver quien lo dijo pudo ver  el final de una serpiente que se estaba metiendo por el hueco de un árbol. Al cabo de una hora y media andando por fin vieron las almenas del castillo. Emocionados, los dos comenzaron a correr colina arriba, hasta que llegaron a la entrada de Hogwarts. Sonriendo, se pararon un momento a recuperar el aliento, sobre todo Neville, porque subir corriendo la colina les había cansado. 

 

Harry lanzó un tempus para saber cuánto tiempo habían estado recogiendo plantas  y vió que habían tardado tres horas, saltándose Historia de la magia, Adivinación y una hora libre, la gente ya estaba cenando en el Gran Comedor. En vez de ir a comer decidieron que lo mejor sería volver a la sala común antes, para ducharse quitarse el olor a barro y a bosque. 

 

Cuando llegaron al cuarto, nada parecía estar fuera de su lugar, hasta que Neville entró en la ducha y Harry se sentó en su cama pudiendo notar que había un sobre. Lo cogió y lo único que venía escrito en el sobre era T.R. Lo examinó por todas partes por si tenía algún hechizo peligroso, pero no había nada, solo estaban las iniciales. Con un poco de miedo pero con más expectación abrió el sobre y sacó la carta que había dentro.

 

-¿Qué es eso?- preguntó mientras salía del cuarto de baño, secándose con una toalla.

 

-Una carta de mi supuesto padre… Creo.- contestó Harry mientras comenzaba a abrir el sobre. -Ya comprobé si tiene hechizos, está limpia.- Harry sacó la carta y comenzó a leerla.

 

Querido hijo:

Sé que no sabes quién soy, pero quería decirte que estoy muy felíz de que por fín estés conociendo la verdad. Siento mucho no haber estado para tí antes… lo intente, intente rescataros a ti y a James, pero no llegué a tiempo para salvarle a él. Al menos a ti te pude poner un escudo de mi invención que te salvó de la maldición asesina. 

En yule estaré en casa de los Malfoy, espero verte allí para poder conocerte y ser la familia que no nos dejaron ser.

P.d: Te quiero, mi pequeño. Por favor cuidate.

Tu padre, T.R.

 

Harry notó humedad en su mejilla y con su mano vio a ver que era, estaba llorando. Neville se acercó preocupado a Harry, apoyó su mano sobre el hombro de Harry haciendo que este saliera del shock. Neville le sonrió y Harry le abrazó apoyando su cabeza en el hombro de Neville, el cual se puso a acariciarle la espalda haciendo círculos, dándole consuelo.

 

-Venga, Harry, ya pasó. Duchate y vamos a cenar.

 

Al día siguiente, Harry se levantó un poco emocionado, pues quedaba menos para que llegara Navidad, o como los magos lo llamaban Yule, era dos de noviembre. Fue al baño a cambiarse y hacer sus necesidades y fue a despertar a Neville para poder ir a desayunar. Cuando estuvieron los dos listos, bajaron a desayunar. En el Gran Comedor había solo unas cuantas personas pues todavía era muy pronto. 

 

Se sentaron en la mesa de Gryffindor y comenzaron a comer un poco de todo de lo que había, todo estaba tranquilo hasta que Harry vio a Hermione entrar al Gran Comedor poniéndose tenso. Hermione se sentó a cinco asientos de Harry y comenzó a mirarle con una mezcla de arrepentimiento y no saber qué hacer. Harry vió esto, pero pensó que se estaba imaginando cosas pues Granger no le miraría así y decidió ignorarla y continuar comiendo con Neville, el cual le miró  extrañado.

 

Al rato entró Ginebra seguido de Ronald, los dos Weasley se sentaron al lado de Hermione y Harry pudo ver por el rabillo del ojo como esta dejo de mirarle rápidamente y se ponía a leer un libro. Entonces, se pudo oír un aleteo y un montón de lechuzas entraron al Gran Comedor con el correo. Una lechuza común, que ya reconocía como la de Sirius, se acercó a Harry dejándole dos cartas, una de su querido padrino y otra de ese tal T.R. Harry pensó que debía ser una de las cartas que su supuesto padre le envió a su padre, ¿o le tendría que llamar madre ahora? 

 

Un sentimiento de cariño le llenó cuando pensó en su padre, tenía familia viva, no tendría que vivir con los Dursley de nuevo. Harry estaba muy emocionado, no quería esperar hasta Navidad para conocer quién era, así que decidió que buscaría en la biblioteca familias de sangre pura que empiecen por la R, pues si ese T.R. era amigo de los Malfoys y de esa tal Bellatrix significa que tendría que ser un sangre pura. Mañana sería el día que buscara porque en este día no tendría tiempo, no tenía horas libres y mañana tenía Historia de la magia que se podía saltar.

 

Terminó de comer rápido y se fue al cuarto a leer las cartas no sin antes decirle a Neville que iba a leer las cartas en privado y que le vería en defensa contra las artes oscuras. Salió del Gran Comedor, ignorando al grupo de pelirrojos y comelibros traicioneros, llendo, casi corriendo, a la sala común. Subió las escaleras de dos en dos y entró al cuarto corriendo, se sentó en la cama y abrió primero la carta de Canuto.

 

Querido Harry:

¡Tengo buenas noticias! Cissi, mi prima ha contactado conmigo para conseguirme un juicio y ser por fín un hombre libre y poder salir por la calle, (menos mal que he podido escaparme de Grimmauld Place, que es donde está la sede de la orden del fénix, no habría aguantado mucho en esa casa, ¡La odio!). Bueno, aunque sus intenciones sean un poco egoístas (quiere que me vuelva Lord Black y recupere el honor de los Black), no me voy a quejar, quiero ser libre de una vez. En unas semanas me dicen la fecha del juicio.

P.d: La carta de T.R. te va a sorprender bastante

Tu padrino, Sirius Orion Black

 

Después de leer la carta, Harry se emocionó mucho, por fin su padrino tendría el juicio que se merecía. Decidió escribirle una carta antes de leer la de T.R. para contarle todo lo que había pasado, el ritual y la posibilidad de ver a su padre en Navidad, para mantenerlo informado de las novedades. Cuando la terminó de escribir, se la guardó y decidió enviarsela antes de ir a defensa contra las artes oscura. 

 

Hizo un tempus para ver cuánto tiempo le quedaba antes de que tuviera que irse corriendo a clase y vió que le quedaban unos quince minutos. Así que con prisas, pues no quería llegar tarde a la clase de su padrino honorífico, abrió la carta de T.R. y la comenzó a leer emocionado.

 

Querido Cornamenta:

Os echo muchísimo de menos, mi querido marido y mi hermoso y pequeño príncipe. Así que decidí que voy a ir a celebrar Samahí con vosotros, estoy harto de tener que esconderme y si viene Dumbledore a atacarnos pues nos defenderemos con uñas y dientes. Estoy deseando veros. Nos vemos este 31 de octubre, cariño.

P.d: Después de este día os vais a venir conmigo, estoy harto de estar separado de vosotros.

Tu amoroso marido y padre de tu hijo. 

T.R

 

Harry se quedó impactado, ya estaba sospechando de que Dumbledore no fuera tan bueno como aparentaba, pero no esperaba que hubiera intentado matar a sus padre y a él. Entonces Harry se dió cuenta de algo ¿Y si fue Dumbledore el que mató a su padre y el que intentó matarle en vez de Voldemort? Pero… Él había visto revivir a Voldemort el año pasado, y este intentó matarle. Algo no cuadraba y Harry estaba dispuesto a descubrir que era.

 

Notas finales:

Espero que os haya gustado!


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