Ya dentro de la sala decidieron dividirse para recorrer más terreno y poder encontrar antes el espejo. Pero había un problema, había un gran riesgo de perderse en esa sala y no salir nunca más. Por suerte, Hydrus tenía un hechizo que encontraba las salidas de las habitaciones por más grandes que sean, Ostium Invenire. Harry y Neville se pusieron a practicarlo pero Neville teniendo la varita de su padre no le salió y para no arriesgarse a que se perdiera decidieron que lo mejor era que buscara cerca de la entrada teniendo esta siempre a la vista.
Harry e Hydrus se fueron cada uno por su lado, Harry fue por la derecha adentrándose dentro de aquella sala extraña, sintiendo un pequeño pulso que le atraía hacia las profundidades. Cuando quiso darse cuenta ya no podía ver la salida.
-¿Hydrus?- Llamó Harry viendo a ver si su compañero podía oírle, pero no recibió respuesta alguna. Harry miró a su alrededor intentando ver por donde había venido aunque lo único que podía ver era montañas y montañas de trastos inútiles. Harry suspiró y se puso a buscar el espejo. Buscó dentro de un extraño armario, debajo de cacharros potencialmente peligrosos, entre ropa colgada que parecía de hace cinco siglos. Pero entonces, sintió que algo le atraía, algo que estaba dentro de una caja medio deshecha por la humedad. Harry se acercó y con cuidado la abrió, dentro había una pequeña diadema de plata con forma de águila y tres gemas azules. Harry sintió el pulso que esa joya emitía y algo dentro de su interior se removió de felicidad, y Harry decidió quedarse con esa diadema así que la guardó en su mochila.
Después de una hora de rebuscar entres cachivaches, por toda la habitación se oyó un Sonorus de Hydrus avisando que ya había encontrado el espejo. Así que usando el hechizo se encontraron en la entrada de la sala de los Menesteres.
-Toma Harry.- Hydrus encogió un espejo de plata con un águila tallada en el mango y detalles azules alrededor de cristal, dándoselo a Harry.
-¿Cuánto tiempo hemos estado ahí dentro?- preguntó Neville, Hydrus hizo un tempus para poder ver la hora.
-Pues ha pasado una hora.- respondió Hydrus.
-Bien, nos hemos saltado adivinación, juro que odio esa asignatura.- comentó Harry
-Normal, en un principio solo estaba hecha para aquellos que tienen el tercer ojo. - explicó Hydrus. -Había antes otras optativas para todo el mundo, por ejemplo había clases de la magia de la música, también había clases especializadas en magia blanca, gris y negra.
-Pero si la magia negra es malvada.- se extrañó Harry.
-Claro, tu no lo sabes porque fuiste criado por muggles, pero la magia es magia, todo depende de las intenciones del mago.- explicó Neville.
-Como bien ha dicho Neville, la magia solo es magia, no es ni buena ni mala, no hace falta un hechizo oscuro para matar, con un leviosa se puede hacer.- continuó Hydrus.- Esa división está hecha por el núcleo del mago. La magia negra depende más de los sentimientos que la magia blanca y eso asusta al ministerio.
-Eso tiene sentido, ¿por qué no lo explican? Eso haría que muchos complejos que se tienen contra los slytherin se perdiera.- comentó Harry
-Antes se hacía, se explicaba en las primeras semanas con teoría de la magia y a finales del cuarto año cuando el núcleo del alumno se ha desarrollado se hace una prueba para que el alumno sepa cómo es su núcleo y pueda elegir al siguiente año si coger magia blanca, negra o gris. Pero por culpa de Dumbledore ya no se hace.
-¿Y vuestros núcleos? ¿Sabeis como son?- pregunto Harry curioso.
-Si, mi abuela me lo hizo este verano, es gris claro.
-El mio es gris oscuro, lo bueno es que el profesor Snape nos da clase los domingos por la tarde de teoría y práctica de magia oscura.
-¡Ala que guay!- exclamó Harry. -Me gustaría hacer la prueba a mi también.
-Puedo intentar hablarlo con el profesor Snape para que te lo haga.
-Por favor.
Ellos comenzaron a andar mientras le explicaban más cosas de esas a Harry mientras se dirigían a una clase vacía para continuar charlando. Cuando llegaron se sentaron y dieron la conversación sobre la magia terminada.
-Vale, ¿cuales son los ingredientes que nos faltan?- preguntó Neville.
-Pues quedan que lleguen el agua del río, el polvo de oro y la escama de dragón. -contestó Harry.
-Y no te puedes olvidar de lo que te dije Harry, del lugar especial.
-¿Te refieres a una sala especial creada para realizar rituales antiguos?- preguntó Hydrus.
-Si esa misma, aunque muy pocas familias tienen una de esas salas activas.- comentó Hydrus con un tono triste, pero se sorprendió cuando Hydrus comenzó a reírse.
-Pero si yo tengo una de esas en mi casa.
-¡¿En serio?!- exclamaron sorprendidos Neville y Harry.
-Claro, por algo soy de la antigua y noble casa de los Malfoy.- contestó orgulloso Hydrus.- Además, como vienes a mi casa en Navidad podemos hacerlo en esa época, Harry. ¿Por cierto, te vienes tú también Neville? A pasar las navidades en mi casa, por que a la fiesta obvio que vienes.
-¡Claro! Y si al final resulta que sí que es tu hermano asi lo pueden ver tus padres- Exclamó Neville.
-Además creo que es muy probable que sea, porque lo he visto.
-¡¿Lo has visto?!- Harry asintió con una sonrisa de diversión en su boca. - ¡¿Y por qué no me lo has dicho antes?!
-He tenido mucho lío.
-¿Como és?
La expresión facial de Harry comenzó a endulzarse al pensar en su Suho Cheonsa y comenzó a describirlo con una voz soñadora. Neville se rió por lo bajo y le susurro a Hydrus “está enamorado” y los dos miraron a Harry sugerentemente. Cuando terminó de describir le Harry se dió cuenta de la manera la cual le estaban mirando.
-¡¿Qué?!
-Estas enamorado.- canturrearon los dos sangre pura.
-No lo estoy, no soy gay, solo me parece una persona hermosa… bueno ángel, no espera… Suho Cheonsa. - Los dos amigos de Harry se rieron hasta que Neville se dió cuenta de algo.
-Chicos, ¡Los deberes!
-¡Mierda! Con todo el lío se nos había olvidado.- exclamó Harry mientras se levantaban los tres.
-Vamos a la biblioteca a hacerlos.- sugirió Hydrus, a lo que los dos amigos asintieron y comenzaron su trayecto hacia la biblioteca. Por el camino, una lechuza pasó por encima de su cabeza y tiró dos cartas a las manos de Harry.