-Harry ¿Me estás escuchando?- preguntó Neville a Harry, el cual se había quedado mirando a un punto fijo de la habitación, embobando se. Cuando Harry oyó la voz de su amigo, salió del trance y le miró.
-Perdón, me embobé- se disculpó Harry. -Te escucho
-Te estaba contando, que cuando te fuiste del comedor, Hermione y Ron tuvieron una extraña conversación. Algo de que alguien les había dicho que se hicieran tus amigos.
-...¿Estás seguro Neville?- Neville asintió, haciendo que Harry se entristeciera un poco por la revelación. Ellos no se hicieron amigos de él porque querían, si no porque alguien externo se lo había pedido.
-Los demás han bajado a desayunar ya… deberíamos irnos- La intención de Neville era distraer un poco a Harry del tema, pero no surtió el efecto deseado. A desgana, Harry se aseó y se cambió del pijama al uniforme. Luego, Harry y Neville bajaron juntos al comedor para tomar el desayuno.
La comida ya estaba sobre la mesa, y varios alumnos habían acabado de desayunar, pero ellos seguían allí, hablando con sus amigos. Harry y Neville se sentaron juntos y en silencio comenzaron a desayunar.
Entonces, un montón de lechuzas de distintas razas empezaron a entrar al gran comedor. Era la hora del correo y todos los alumnos del comedor se emocionaron, esperando que hubiera un correo para ellos. Una de las lechuzas pardas que había, se acercó a Harry con un pequeño paquete en sus patas. Esta dejo el paquete enfrente de Harry, el cual miro curioso el pequeño paquete que había delante de él, sospechando quién podría ser la persona que le enviaba el paquete, la única persona que le enviaba cartas o paquete era su padrino Sirius Black. Abrió el paquete y efectivamente su padrino lo había enviado, el contenido del paquete eran solo dos cartas. Abrió y empezó a leer la que ponía el nombre de Sirius.
Hola querido Harry:
He encontrado un montón de cartas que a lo mejor te interesaría leer, alguién se las envió a tu padre. Solo te he podido enviar una porque cada una está protegida con un hechizo de protección diferente. Solo he conseguido deshechizar esta.
Poco a poco te iré enviando las cartas.
PD: Yo ya he leído esta carta, te vas a sorprender tanto como yo, seguro. Yo no consigo recordar los sucesos que pone en la carta, investigaré.
Tu padrino, Sirius
Después de leer eso, Harry cogió la otra carta con una mezcla de distintos sentimientos, desde nerviosismo hasta emoción. Neville le miró curioso, el trío dorado nunca le contaban nada, así que esperaba que esta vez Harry le dijera algo.
Harry abrió la carta, el remitente era un tal T.R. Antes de leer intentó pensar si él conocía a algún T.R. pero nadie llegó a su mente. Después del fracaso de intentar averiguar quién era el remitente, Harry empezó a leer la otra carta.
Hola James,
¿Cómo estás? Yo aquí, escondiéndome como siempre desde hace cuatro meses. Hemos tenido que cambiar de escondite de nuevo, él nos encontró otra vez. Menos mal que esta vez nadie salió herido. La última vez murió uno de los padres de los pocos “seguidores” que tengo.
Te echo de menos James, extraño tus ojos, tus manos, tus labios, tu cara, tu pelo, extraño todo de tí. Hasta esa extraña manera que tenías de expresarte.
¿Esta Lily está bien? Me han dicho que ella te va ayudar a que él no sospeche de ti ni de la vida que crece en tu interior…. nuestro hijo… me encantaría verle nacer, ¿Ya decidiste nombre? Seguro que es hermoso. Me encantaría que sacara tu pelo, y los ojos verdes de mi madre.
Me parece buena idea que Sirius sea el padrino, y es genial que ya le hayas contado todo lo que ocurrió ese día. ¿Qué te parece que Bellatrix o alguna de mi círculo interno sea la madrina?
Espero que todo esto pase pronto y nos veamos. Te amo.
Tu amor, T.R.
Mientras que Harry leía, este se estaba tomando un jugo de calabaza. Pero al llegar a la mitad el vaso se cayó al suelo, sorprendiendo a los leones que estaban cerca de él. Entre ellos a los cuatro weasleys y a Hermione. La cual se le acercó.
-¿Estas bien Harry? ¿Qué es lo que has recibido?- Rápidamente Harry guardó la carta y recordó lo que Neville le había contado.
-Si- contestó con sequedad- Tengo que ir a por los libros de pociones, dejame solo.- Él se levantó después de decir eso, sin terminar de desayunar. Volvió a su cuarto. Por el camino fue reflexionando sobre lo que había leído.
-¿Cómo es posible? - pensó Harry. -¿Cómo es posible que sea mi padre el que estaba embarazado de mi y mi madre no sea mi madre?- Si la carta la hubiera recibido de otra persona, habría pensado que solo era una broma y que era falsa. Pero la carta se la envió Sirius, el cual quería como a un padre y Sirius le quería como a su hijo.
Cuando llegó a su cuarto, Harry guardó su carta en el baúl y cogió sus materiales para clase de pociones y el libro de esta misma clase y con paso lento se dirigió a las mazmorras. Aún quedaba cuarto de hora para que la primera clase de este curso empezara. Cuando llegó, quedaban tres minutos, y él había sido el primero en llegar, Harry pensó que al menos el profesor Snape no le quitaría puntos por llegar tarde. Pero para su mala o buena suerte, el segundo en llegar fue Hydrus Malfoy y toda su pandilla. Las miradas de odio no tardaron en llegar entre Harry y el grupo.
-Potter- mencionó Hydrus con odio en su voz. Todos en su grupo le miraron de arriba a abajo.
-Ahora no estoy para tus comentarios, Malfoy- Contestó Harry sin ganas, había tenido una mañana llena de sorpresas desagradables. Sus amigos no eran sus amigos porque querían si no porque alguien se lo dijeron y se había enterado de que toda su vida había sido una mentira.
-¿Y te crees que eso me importa a mi?- Preguntó con sarcasmo Hydrus, y sin esperar respuesta añadió- Yo no soy como tu San Potter
-Malfoy, deja a Harry en paz