"Y es aquí, donde las mentiras tomaron cuerpo y acariciaron tu alma, donde yo te libero de mi engaño; así libera tu mi cadena para que partamos a la vida que ambos nos negamos"
Fueron días maravillosos después de aquella confección por parte del oji-violeta, la tranquilidad que le brindaba al pequeño peliazul era un hermoso sueño que el mas bajo siempre quiso vivir, sin una madre neurótica que le disfrazara de chica, un padre cobarde que lo había abandonado y un amor no correspondido dirigido a su mejor amigo...
Pero solo era un sueño y el sabia que pronto debería despertar, aunque no quedó diera hacerlo.
Fue durante una velada en Viena, cuando el trabajo de gran empresario de Gakushuu los llevo hasta Austria, donde Nagisa decidió entregar su cuerpo antes que su corazón, lastimando con una sola bala los sentimientos de los dos.
Habían bebido ese día, pero ambos estaban sobrios, habían estado bastante tiempo bajo el sol, pero sus cabezas estaban frías.
Todo paso de forma lenta e irreal, la llegada a su hotel, el juego de besos en el elevador (juego que comenzó Asano y Nagisa siguió al meter sus pequeñas manos debajo de la camisa del mayor), entraron a tropezones en su habitación, chocaron con el mueble de la entrada, tiraron la lampara que estaba al costado de un sofá y cayeron en el sillón mas grande para seguir con la apasionada lucha entre sus lenguas.
Asano de forma inconsciente se había colado entre las piernas del mas bajo mientras este ya había desabotonado la camisa del mas alto y delineaba con sus finos dedos cada músculo.
Por su parte, el mas alto deslizaba el pantalón del mas bajo hasta quitárselo y poder tocar directamente los muslos del peliazul que suspiraba entre besos y se estremecía al contactó.
-Creo... Que... Debemos parar...- dijo el rubio-fresa cortando el beso y viendo directo a los ojos de Nagisa.
-P-por qué? - cuestiono el mas bajo - Hice... Hice algo mal? - preguntó pensando que tal vez Asano no estaba conforme con sus caricias.
-No es eso, al contrario, todo lo que tu haces conmigo es hermoso, sensual y perfecto- le dijo Gakushuu tomando su rostro con suavidad - es solo que... Si seguimos, podría hacerte algo que tal vez tu no quieras hacer - confesó con un tono rojizo en el rostro y una creciente molestia en la entrepierna.
-Yo... Yo quiero - dijo bajito Nagisa mientras sujetaba con fuerza la camisa del mas alto.
-Estas seguro? - pregunto Asano feliz por las palabras de su pequeño, porque si, para Asano Nagisa era suyo, aunque el supiera que solo en cuerpo, ya que a pesar de que el peliazul lo negara, sus sentimientos seguían siendo dirigidos solo a ese molesto pelirrojo - No es necesario que te fuerces a hacer esto...-
-No, yo quiero hacerlo... Quiero hacer el amor contigo - afirmo Nagisa mandando toda la fuerza de voluntad del mayor al carajo.
-Nagisa... Mi Nagisa...- decía el mas alto besando el rostro de Nagisa con benevolencia - Te amo... Te amo realmente...- afirmo descendiendo a besos por el cuello del mas bajo hasta llegar a su pecho y comenzar a dar atención en los pezones rosados.
-Tôi yêu bạn* - respondió el mas bajo entre gemidos, lo dijo en un idioma desconocido para no decir aquellas palabras que de su garganta se negaban a salir, lo dijo así para no herir los sentimientos del otro.
Lo dijo así por que en realidad no lo sentía.
Asano acariciaba cada centímetro del cuerpo bajo el suyo, dibujando en su mente un mapa con besos, lamia las cicatrices que adornaban la piel clara, trataba de dejar un tatuaje invisible de el en el cuerpo y corazón de Nagisa, aun a sabiendas de que su aguja se quebraba en cada intento.
-Ngh~ hmmm~ argh~ - gimió el mas bajo al sentir un intruso colándose en su parte baja, suspiro por la incomodidad, se retorció un poco y clavo sus uñas en la espalda del oji-violeta, quien preocupado lo miro.
-Duele mucho? Puedo parar si así lo deseas...- hablo con tranquilidad besando la mejilla de Nagisa.
-No... Solo... Es extraño... Si-sigue...- indico el peliazul forzando una sonrisa para calmar los nervios de Asano.
-si el dolor es mucho, dime para parar...- ordeno el rubio-fresa para seguir con los movimientos circulares dentro del mas bajo, cuando sintió que la estrecha cavidad de Nagisa se había humedecido lo suficiente, metió otro dedo de la forma mas cuidadosa mientras besaba los labios rosas de Nagisa.
El peliazul ahogo un quejido en la boca de Asano al sentir el segundo intruso en su cavidad anal, pero ya no era tan molesto como antes, levanto las caderas un poco para darle mayor libertad de movimiento al otro, que sonrió lascivamente ante ese acto.
-No sabes... No sabes cuanto he soñado con esto...- se sincero el mayor tomando el miembro casi despierto del mas bajo con su mano - desde que te vi en la academia... Cuando te encontré nuevamente... Y ahora que estoy contigo todos los días...- le dijo besando con pasión su labios.
-Asano... Mngh... Yo... Ngh...- las palabras del peliazul habían quedado totalmente mudas debido a la abrumadora sensación que se apoderaba de su cuerpo lentamente.
La cara del peliazul se encontraba bañada en sudor y lágrimas de pasión, su respiración arrítmica provocaba que su pecho subiera y bajara de forma veloz, tenia un poco de saliva descendiendo por su boca que soltaba sonidos poco decentes y excitaban mas al que se encontraba sobre el.
-Creo... Creo que ya te prepare bastante - aclaro Asano frenando los movimientos de sus dedos dentro de Nagisa para poder sacarlos - Yo... Necesito estar dentro de ti...-
-yo... Yo también... También te necesito - respondió el otro jadeante mientras abría sus piernas para comodidad del mas alto, que sin pensarlo dos veces, entro de forma cuidadosa al interior de Nagisa.
El peliazul reprimió un grito de dolor al sentir el miembro caliente y palpitante abrirse paso por entre sus paredes rectales, clavo sus uñas en la espalda del oji-violeta que estaba ligeramente recostado sobre su pecho mientras le abrazaba.
Asano gruño complacido al sentir como esa pequeña cavidad le envolvía su miembro totalmente y le apretaban un poco.
-Eres perfecto - repitió Asano en el oído del peliazul, lo repitio con una voz cargada de pasión, deseo y amor a partes iguales - Te amo - dijo sintiendo que el corazón se le iba en cada palabra - Eres lo mejor que en mi vida me ha pasado - le declaro comenzando a moverse con cuidado, tratando de dar todo el placer que podía a su pequeña joya.
-Ngh~ Ah~ Oh~ Ngh~ Asa... Ngh~ - gemía Nagisa perdiendo toda conciencia a causa de la excitación, y cuando Asano golpeo aquel punto sensible, su cordura salto por la borda para dejar a la locura dominar - oh~ si... Ahí... Ngh~ - gritaba ahora importándole un bledo que alguien mas le escuchara.
El calor inundo el lugar, el olor a sexo podía sentirse por cada rincón de aquella habitación, el sonido del chapoteo y cuerpos chocando entre si se levantaba haciendo eco en los oídos de ambos, los gemidos agudos del mas bajo y los grabes del mayor creaban una sinfonía perfecta al compás de cada estocada.
-Nag... Nagisa... yo... Terminare pronto... En tu interior...- le anuncio Asano dando golpes mas profundos en el interior de este.
-Si... Si... Hazlo...- gimió el otro sujetándose con brazos y piernas al cuerpo del rubio-fresa.
Los dos llegaron al clímax de su cuerpo al mismo tiempo, Asano eyaculó dentro del peliazul dejando en su interior toda su escénica mientras gritaba el nombre del pequeño chico entre sus brazos, Nagisa por su lado, culmino regando entre sus vientres aqueo liquido blanquesino y viscoso, culmino y fulmino el corazón que le habían entregado con devoción.
Termino gritando el nombre equivocado.
Termino mostrando sus verdaderos sentimientos.
Termino llamando al pelirrojo que reinaba sobre sus pensamientos y su corazón.
-Karma!!!-