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PETITE por hokagay

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Notas del capitulo:

capitulo sin editar, sujeto a correciones 

 

 

{1}

Marco trabaja para una compañía de seguros, no es el trabajo más emocionante del mundo ni con lo que soñó ser cuando era un adolescente pero la paga es buena y tiene como compañeros de trabajo a sus mejores amigos. Generalmente todos se reúnen para almorzar en la misma mesa y conversar de cosas triviales, ya sea sobre el último capítulo de algún programa de TV, el ultimo chisme que ronda alrededor de la oficina o los planes que tienen para el fin de semana, pero en cambio ahora Marco se encuentra escuchando no muy atentamente a Ace quien no deja de balbucear a cien palabras por minuto sobre su adorable menor que vendrá a vivir a la ciudad dentro de dos semanas y lo emocionado que esta de verlo después de cuatro años.

– ¿Cuántos años tiene tu hermano, Ace? – pregunta Izo, sosteniendo el tenedor listo para llevarlo a su boca – ¿Hablaras con el jefe para que le de empleo aquí?

Ace niega con la cabeza, la mueca de felicidad que ocupaba hasta hace unos momentos cambia por una complicada de molestia y resignación, eso definitivamente llama la atención de Marco.  

– 19 y ya tiene trabajo. Él gana más dinero en un día de trabajo que lo que yo gano en tres meses – Responde Ace y sus amigos lo observan con incredulidad–

– ¿Es traficante de drogas? – Pregunta Thatch con curiosidad – Porque si es así dale mis datos, haría cualquier cosa por ganar ese montón de billetes en un día.

– No, aunque a veces preferiría que fuera un narco – suspira Ace, el joven alfa parece derrotado con el tema – No es un trabajo como para una persona como él

– ¿En qué trabaja? – Pregunta Marco, curioso por saber en que trabaja el hermanito pequeño de Ace para que su mejor amigo este tan en contra de su decisión –

– No puedo decirlo – Responde Ace, tajante, golpeando la mesa con su puño – Porque si lo digo y alguno de ustedes lo reconoce tendré que sacarles los ojos 

– Mamá, Ace me da miedo – dice Thatch, aferrándose al brazo de Izo con fingido miedo –

– Thatch, ¿qué te dije que iba a pasar la próxima vez que me dijeras mamá? – pregunta Izo, luciendo realmente aterrador para ser un pacífico beta –

– Que me ibas a meter mi propio pie en la boca y que ibas a hacer que me ahogara con el – repite Thatch de manera automática – ¡pero mamá…!

Mientras ambos hombres siguen discutiendo y ganándose un par de risas de las personas sentadas en las mesas cercanas, Marco observa a su mejor amigo y lo golpea de manera amigable con su codo en las costillas para llamar su atención.

– Cambia esa cara – dice Marco – Independiente de cual sea su trabajo es el hermano menor del cual nos has hablado hasta el cansancio y ninguno de nosotros se atrevería a juzgarlo sin conocerlo primero.

– Lo sé, Marco – responde Ace, jugando con la poca comida que queda en su plato y ese solo hecho es sorprendente porque Ace es un glotón que no deja nada en su plato – pero tengo miedo de que su trabajo interfiera con sus relaciones a futuro. Cualquiera seria afortunado de tener a mi hermanito como pareja pero con su trabajo actual verán solo eso y no al chico agradable que ayuda a los ancianos a cruzar la calle.

– Debe ser un trabajo bastante complicado para que digas eso – murmura Marco, llevándose la lata de gaseosa a los labios para darle un trago –

– No tienes ni idea – responde Ace, moviendo su mano para restarle importancia y cambiar de tema – ¿Qué harás el fin de semana?

– Encerrarme en mi departamento – responde Marco – Es mi último celo del año y tengo que hacerme cargo

– Eugh, Marco está hablando en la mesa sobre su marco jr – dice Thatch, haciendo una mueca de asco y haciendo reír a Ace –

– “Marco jr”, ¿Cuántos años tienes, Thatch? – se burla Izo para luego observar a Marco– ¿No saldrás a buscar a nadie con quien pasar tu celo, Marco? Eres un hombre apuesto, no creo que tengas problemas para encontrar a alguien dispuesto a pasarlo contigo.

– No me gustan los clubes y me es difícil fingir tener el interés suficiente en alguien como para llevarlo a la cama si estoy sobrio – responde Marco totalmente serio e imperturbado de hablar tan abiertamente de su falta de libido, algo realmente abundante en los alfas sobre todo cuando están cerca de su celo – prefiero lidiar con eso rápido y solo.

– Eugh, Mamá dile a Marco que no olvide lavarse las manos después de tocarse – Dice Thatch, intentando aferrarse al brazo de Izo pero el beta lo golpea en la cabeza –

– Eres tan infantil – regaña Izo – además Marco no solo ocupa su mano, tiene juguetes para esas ocasiones

– ¡Izo! – Grita Marco avergonzado, girándose de un lado a otro y disculpándose rápidamente con quienes lo miran debido al ruido que causa su mesa – No se supone que supieras eso, es privado.  

 – No hay nada de lo que avergonzarse – dice Izo, quien realmente se divierte haciendo que otras personas se sientan incomodas al hablar de algo tan normal en la vida de un adulto como un juguete sexual – Lo vi sin querer en tu cómoda cuando buscaba una camiseta esa vez que me quede en tu departamento hace un par de meses atrás. ¿Sabes cómo limpiarlo después de ocuparlo, verdad? Hay mucha gente que no sabe y compra uno tras otro.

– Si sé limpiarlo, Izo – responde Marco, con ambas manos cubriendo su rostro porque sus amigos realmente son lo peor y lo hacen sentir avergonzado – ahora por favor, hablemos de otra cosa antes de que quiera morir y lanzarme por esa ventana

– Entonces aparte de Marco quien pasara un fin de semana romántico con su juguete, ¿Qué harán ustedes? – Pregunta Ace, quien se gana un codazo en las costillas por parte del rubio alfa y las risas de sus amigos quienes también cuentan sus planes para el fin de semana –

Marco se presentó como alfa a los 14 años, bastante joven según el promedio que descubre su sexo secundario en los últimos años de la adolescencia entre los 16 y 17 años. Comenzó a tomar inhibidores a los 18 años, esas pequeñas pastillas de color amarillo que impiden que las feromonas que exudan los omegas lo afecten y a la vez reducen la producción de sus propias feromonas de alfa. Aunque siendo sincero, Marco nunca ha tenido problema alguno para resistir a las feromonas que exudan los omegas, a pesar de que todos tienen aromas diferentes ninguno le resulta mínimamente tentador o provoca algo en su alfa. Utiliza los inhibidores más que nada para que sus feromonas no afecten a los omegas con los que trabaja, y porque le parece tedioso tener que lidiar con su biología como alfa y sufrir de un celo cada 3 meses.

Este es su último celo del año, debido al efecto de las pastillas no debe durar más que un par de horas a diferencia del celo que tienen los alfas sin control contraconceptivo que duran 2 días o más. Ha reunido todo lo que necesitara durante las próximas horas: lubricante, los juguetes masturbadores para alfas, toallitas de papel para limpiarse y el laptop sobre la cama. Marco se deshace de su ropa, quedando completamente desnudo para sentarse sobre la cama y tipear el nombre del joven omega que descubrió hace un par de meses. Marco baja por el navegador hasta llegar al final de la página, haciendo clic sobre el recuadro que muestra lo que parece ser la espalda de Luffy.

La escena cambia del fondo negro de los créditos a una sala de clases, el sonido del timbre hace que todos los estudiantes se retiren quedando solo el profesor y un estudiante que se inclina tímidamente sobre el escritorio sin que se le pida. El profesor quien se ha puesto de pie es alto y delgado pero claramente musculoso, él tiene el cabello negro largo y ondulado, y una perilla cuidadosamente afeitada, esta vestido con un pantalón negro y una camisa amarilla. Es un hombre que parece estar en sus 30 y el joven omega que Marco conoció hace unos meses a través de otro video parece haber cumplido hace poco los 18 años. Marco cree que es posible que sea una de sus primeras películas para adultos cuando recién entraba en la industria.

Luffy está vestido con el clásico uniforme escolar femenino de color azul marino con detalles blancos, la falda es plegada, tan corta que solo cubre su trasero y las medias azules llegan hasta sus rodillas. El joven omega está inclinado sobre el escritorio, sus adictivos ojos color chocolate observan hacia atrás al alfa que desliza sus manos de manera reverente por su cuerpo hasta llegar a su redondo trasero desnudo y estrujarlo sin delicadeza entre sus manos.

– Solías ser un estudiante modelo y ahora mírate – dice el profesor contra el oído de Luffy, sus manos deslizándose bajo la camiseta y jalando los pezones sensibles, haciendo que el omega sisee por el dolor – Nada más que un omega que solo puede pensar en tener semen dentro.

Marco toma el juguete, abre el lubricante y deja caer un poco sobre el agujero que asemeja a la entrada dilatada de un omega antes de ponerlo sobre la punta de su erección y deslizarlo sobre su longitud que se ve rápidamente envuelta por las distintas texturas que el interior del juguete posee.

– ¿No vas a decir nada para defenderte? – pregunta el profesor, abriendo la bragueta de su pantalón, bajando su ropa interior lo suficiente como para liberar su erección y ocupando los glúteos del joven para masturbarse entre ellos. Luffy mueve sus caderas contra él, suspirando en satisfacción cuando los movimientos de las caderas del docente comienzan a volverse más insistentes y labios hambrientos besan su cuello – ¿No puedes pensar en nada que no sea mi pene dentro de ti, verdad?

El omega voltea su rostro lo más que le es humanamente posible, la cámara capta un primer plano de su rostro sonrojado, de sus adictivos ojos color chocolate que observan al alfa detrás de él con deseo, de sus labios que brillan por su saliva y estos se separan formando una frase.  

– Por favor, alfa, fóllame – pide Luffy en lo que parece un jadeo y alfa interno de Marco parece rugir en aprobación mientras mueve rápidamente el juguete sobre su miembro. Luffy es la digna imagen de un omega sumiso que solo desea complacer a su alfa con su cuerpo.

El profesor acata su pedido, su miembro está cubierto por el lubricante natural que el omega genera y presiona contra el cuerpo más pequeño hasta que las paredes internas del omega lo envuelven en su calidez, sus caderas se mueven de inmediato sin darle tiempo a Luffy a que se adapte a su longitud. Una mano toma a Luffy por el cabello mientras otra lo sujeta por la cadera, las embestidas del hombre mayor son brutales y el primer plano que se hace al rostro del omega muestra las lágrimas que se deslizan por sus mejillas.

Sin desearlo ese momento es en el que alcanza su clímax, Marco siente los espasmos recorrer de manera placentera los músculos de su espalda y la breve tensión de sus testículos mientras se corre dentro del juguete. Su nudo es succionado por el juguete, haciéndolo jadear al sentir como cada gota de su semen es derramada dentro del artefacto y al bajar de aquella pequeña neblina de placer que inundaba su cerebro. Algunos minutos pasan hasta que su nudo se deshincha y pueda separarse del juguete, suspira ante la desagradable sensación del semen frio alrededor de su miembro y toma algunas toallitas de papel para limpiarse. Su miembro endurece en tiempo record al mirar los pequeños recuadros de los videos que muestran a Luffy en distintas situaciones y hace clic en el siguiente video que le llama la atención.

 

{2}

Una de las cualidades destacables de Ace es su puntualidad y compromiso con el trabajo. Siempre llega a la hora y no falta ni un solo día, ni siquiera cuando está enfermo y todo el mundo quiere que se vaya para que no deje sus gérmenes por todos lados de la oficina, por eso fue una sorpresa para Marco llegar al trabajo y no encontrar a su amigo ya instalado en su escritorio. Las horas pasaron y fue evidente que Ace no llegaría, su jefe estaba igual de confundido que él ya que Ace ni siquiera se molestó en llamarlo para justificar su ausencia y cada vez que Marco llamo al teléfono de Ace se encontró con el buzón de voz recibiendo su mensaje. Así que al salir del trabajo Marco decidió visitar el apartamento de su amigo, después de todo queda solo a unas cuadras de su propio apartamento y se aseguraría que Ace aún está vivo. Al llegar al cuarto piso y poner un pie fuera del ascensor camina hacia la derecha y golpea fuertemente la puerta del departamento numero #402.

– Marco – dice Ace en voz baja, sin abrir la puerta por completo – No es un buen momento ahora

– ¿Quién es, Ace? – Pregunta alguien desde dentro del departamento, la voz se le hace familiar al rubio alfa pero de inmediato descarta la idea – ¿Es el repartidor?

– No es nadie – responde Ace, con una sonrisa mientras intenta cerrarle la puerta en la cara a Marco– Esta persona simplemente se equivocó de departamento

– ¿Qué diablos, Ace? – Se queja Marco en voz alta, empujando contra la puerta para que esta no se cierre y poniendo un pie dentro del departamento –

– ¿Tanta vergüenza te doy? – pregunta la persona dentro del departamento y la reacción de Ace es inmediata.

– Claro que no, Lu – dice Ace, apartándose de la puerta para ir junto a él y dándole paso a Marco – Solo estoy siendo idiota, lo siento. Nunca me sentiría avergonzado de ti.

Cuando Marco entra al departamento encuentra a Ace abrazando fuertemente a un chico más bajo que él, quien se ríe y devuelve el abrazo con la misma intensidad. Cuando se separan Marco puede ver su rostro, cree que va a morir ahí mismo porque conoce a esa persona y el seductor cuerpo que esconde debajo de su ropa. Marco ahora entiende porque Ace era tan reticente de decir en que trabajaba su hermano.

– Marco, este es mi hermanito, Luffy – dice Ace, pasando un brazo por el hombro del joven quien apoya su cabeza contra el pecho del pecoso– 

– Tú eres ese hermanito del que Ace habla todo el tiempo – dice Marco, dándose mentalmente palmaditas en la espalda al haber mantenido una actitud relajada y amigable, no es como si hubiera visto todas las películas porno en las que el chico apareció y que tanto encantaron a su alfa, sobre todo durante su último celo hace dos semanas – Ahora por fin puedo poner un rostro a las historias del hermanito menor que siempre se estaba metiendo en problemas. Encantado de conocerte, Luffy.

– Hola Marco, mi hermano siempre habla de ti y sus demás amigos cuando llama por teléfono – dice Luffy, moviendo su mano en forma de saludo e intentando alejarse del agarre de su hermano – gracias por cuidar de él

– Entrega – dice el repartidor golpeando la puerta aún abierta –

 – ¿Te quedas a comer con nosotros, Marco? – pregunta Luffy, emocionado de poder conocer a uno de los amigos de Ace. Marco asiente y Ace lucha con el deseo de golpearse la frente porque no deseaba que nadie interrumpiera su tiempo con Luffy–

– Iré a recibir la comida – refunfuña Ace, caminando a la entrada del departamento, Luffy le pide a Marco que tome asiento mientras él va a buscar los vasos y cubiertos –

– ¿Y cómo se conocieron Ace y tú, Marco? – Pregunta el joven omega, sorbiendo los fideos de su segundo plato con deleite – Me dijo que en el instituto pero no especifico como

– oh, es una historia interesante – dice el rubio, mientras con ojos suplicantes Ace mueve su cabeza en negativa para que no cuente esa vergonzosa historia– ¿Quieres oírla?

– Si, si – dice Luffy asintiendo con la cabeza –

– Fue en la segunda semana de nuestro último año de instituto. Tu hermano era el estudiante transferido que no tenía interés en hacer amistad con nadie o al menos eso infería la mayoría a partir de su actitud. Yo entre a la cafetería para poder comprar mi almuerzo y escuche el alboroto que se había formado alrededor de una mesa, no puedo negar que me entro curiosidad y me acerque para saber que rayos pasaba – relata Marco, manteniendo toda la atención de Luffy sobre él y recibiendo una mirada de odio por parte de su mejor amigo al haberlo traicionado –  mi amigo Thatch que estaba ahí me conto que alguien había muerto mientras comía su almuerzo, mire en la dirección donde se suponía estaba el cadáver y vi junto a aquella persona un bolso que me parecía familiar, lo reconocí como el bolso del tipo nuevo con pecas y me acerque para asegurarme de que era él, toque su hombro intentando voltearlo para ver su rostro… en eso tu hermano despierta de sobresalto al ser tocado y yo lo golpeo en el rostro como acto reflejo creyendo que era un zombi vengativo que intentaría morderme.  

Luffy comienza a reír, su risa escala rápidamente de pequeñas risitas a una carcajada ahogada, el joven se sostiene el estómago con una mano y apunta a su hermano mayor con la otra.

– Ya sabes ese dicho, que las grandes amistades se forman después de un golpe en la nariz y una visita a la enfermería – dice Marco, consiguiendo que Luffy ria aún más fuerte – 

– ¡Ese dicho no existe! – gruñe Ace, haciendo que su hermanito y su mejor amigo intercambien miradas para seguir riendo por su molestia –

– Es tan gracioso, Ace – dice Luffy, calmando su respiración y sosteniendo su pecho que duele después de reír tanto – Es la mejor historia que he oído, no sé por qué no me la habías contado antes.

– Solo tu pensarías eso, idiota – bufa Ace, cruzándose de brazos en molestia – me rompió la nariz y tuve suerte de que no me desviara el tabique.

– Que dramático – suspira Marco – Ese fue el primer paso a nuestra amistad y ahora estamos aquí, ya nadie se sorprende de tus ataques narcolepticos 

– ¿Qué haces aquí, Marco? – Pregunta Ace – Es extraño que me visites

– Estaba preocupado, no avisaste a nadie que faltarías – responde el rubio – ni siquiera al jefe

– Se me olvido completamente – responde Ace, y por la expresión en su rostro Marco sabe que ni siquiera había recordado sus deberes en el trabajo – ¿Estaba el jefe muy enojado?

– Estaba tan sorprendido como el resto de nosotros y preocupado de que te hubiera pasado algo durante el fin de semana – explica Marco – dudo que vayas a meterte en problemas

– Voy al baño – avisa Luffy, poniéndose de pie y sonriendo a ambos alfas. Ace espera que su hermano desaparezca por el pasillo antes de tomar a Marco por el cuello de su camisa y mirarlo directamente a los ojos –

– ¿Qué fue eso de hace un rato? – pregunta Ace de manera criptica y no pasa desapercibido para Marco el borde agresivo que sus ojos han adquirido –

– ¿Qué demonios, Ace? – Cuestiona Marco, tomando a Ace por las muñecas y haciendo que deshaga el agarre en su camisa – Explícate bien, idiota.

– Tu olor – dice Ace – Cuando viste a Luffy tus feromonas se dispararon por todo el departamento intentando aplacar mi olor para que él solo pudiera olerte a ti. Solo duro breves segundos y dudo que mi hermano se haya dado cuenta, pero yo te conozco y sé que nunca antes habías reaccionado así; los inhibidores que tomas hacen que todo el mundo tenga la misma esencia base-neutra para ti.

– Tal vez solo fue una reacción natural de mi cuerpo – responde Marco, porque no tiene una verdadera respuesta que dar, creyó que había tenido todo este asunto de conocer al joven omega bajo control – Sabes que hace poco estuve en celo y que mi cuerpo se demora en acostumbrarse nuevamente a sus niveles normales de hormonas.

– Eso no explica demasiado – dice Ace, sin dejar que Marco evada el tema – Luffy debería oler para ti como cualquier otra persona y no a omega, sin mencionar que yo nunca he hablado del sexo secundario de mí hermano con ustedes.

– Yo tampoco entiendo, Ace – dice Marco – Es la primera vez que veo a tu hermano

– ¿De verdad es la primera vez? – pregunta Ace, visiblemente más calmado por su respuesta –

– Claro que si – miente Marco, sintiéndose terrible por mentirle a su mejor amigo pero está seguro que su sincera respuesta no hubiera agradado demasiado al pecoso – Ni siquiera quisiste mostrarnos fotos de él cuando te lo pedimos

– ¿Crees que les iba a mostrar la foto de mi adorable hermanito a un grupo de hormonales alfas? – pregunta Ace, con el ceño fruncido –

– Izo es beta – responde Marco –

– Es igual de peligroso – gruñe Ace en frustración–

– ¿Por qué están hablando en susurros? – pregunta Luffy, entrando en la habitación y sentándose junto a Ace –

– Nada importante, Lu – responde Ace, sonriendo de manera encantadora mientras revuelve el cabello de su hermano menor y por un momento Marco cree que no es posible que sea la misma persona que hace un par de segundos lo estaba interrogando y amenazando –

– ¿Y por qué decidiste venir a vivir aquí, Luffy? – Pregunta Marco, intentando generar conversación – ¿Extrañabas a tu hermano?

– Por supuesto que extrañaba a Ace pero en realidad vine por mi trabajo – responde Luffy con naturalidad y su hermano mayor parece tenso–

– Eso es bueno – dice Marco aunque en realidad no sabe que decir y decide que es momento de huir – Muchas gracias por invitarme a cenar a pesar de que vine sin invitación, ya es hora de irme

– ¿Te vas tan pronto? – Pregunta Luffy, un pequeño puchero en sus labios –  Creí que te quedarías a contarme más historias vergonzosas de Ace     

– Tal vez otro día – responde Marco – Fue un día largo y solo quiero llegar a casa a dormir

– Entiendo, fue un gusto conocerte – dice Luffy, dedicándole una pequeña sonrisa –  Espero verte pronto

– Igualmente – responde Marco, estrechando la mano que Luffy le ha extendido en despedida –

– Vas a romper su mano si sigues apretándola tan fuerte, Marco – advierte Ace, Marco rápidamente retrae su mano –

– Ace solo está bromeando – dice Luffy – Soy bastante fuerte, ¿sabes?

Marco ríe incómodamente antes de volver a despedirse moviendo su mano y cerrando la puerta del departamento detrás de si cuando sale. Una vez dentro de la seguridad del ascensor cubre su rostro con ambas manos porque no puede creer que todo lo que acaba de ocurrir en la última hora sea real.

Luffy, el omega que su alfa tanto añora es el hermano menor de su mejor amigo.

Su mejor amigo quien tiene un nada secreto complejo de hermano.

Marco puede decirle adiós a sus intentos por conquistar a Luffy.

 

{3}

Marco creyó que ese sería su único encuentro con Luffy, después de todo Ace dejó muy claro que no quería a ninguno de sus amigos cerca de su hermano y el mismo Luffy admitió que estaba en la ciudad por temas de trabajo; así que con toda esa información Marco dio por hecho que ese sería su único encuentro…y estaba malditamente equivocado. Solo una semana después el mismo chico se encontraba en el trabajo de Marco y llamando alegremente el nombre de su hermano mayor mientras camina por los pasillos de la oficina como si el lugar le perteneciera.

– ¿Disculpa, qué haces aquí? – Pregunta Thatch, poniéndose de pie y haciendo que Luffy detenga su caminar para observarlo–

– Estoy buscando a mi hermano – responde Luffy animadamente – olvido su almuerzo en casa y decidí traerlo para él 

– Tal vez pueda ayudarte – dice Thatch, siempre débil ante gestos desinteresados de cariño– ¿Cómo se llama tu hermano?

– Ace – dice Luffy –

– ¿Portgas Ace? – Pregunta Thatch emocionado y Luffy asiente– ¡Lo conozco! ¡Mi nombre es Thatch, encantado de conocerte!

– ¡Tú eres el chico del copete, el que una vez se metió en una pelea para ayudar a Ace! – Dice Luffy, recordando las conversaciones que tuvo con su hermano por teléfono hace un par de años cuando recién llegaba a vivir a la ciudad – Gracias por ayudarlo

– Ace es mi amigo, no tienes por qué agradecerme eso – responde Thatch – Te ayudare a buscar a tu hermano, debe estar en algún lado por aquí

– Ace fue a comprar su almuerzo – interviene Marco, sabe que Thatch es capaz de recorrer todo el edificio si es necesario buscando a Ace – Se dio cuenta que lo dejo en casa y no es capaz de sobrevivir sin comer

– ¡Hola Marco! – saluda Luffy moviendo su mano con entusiasmo –

– Hola Luffy – contesta Marco, con una pequeña sonrisa –

– ¡Esto es tan injusto! – se queja Thatch, alzando sus brazos en indignación – Ya conocías al hermanito de Ace y no me habías contado

– Es porque tendré que matarlos si intentan coquetear con mi hermanito – dice Ace, entrando en la oficina sin mirar realmente alrededor; demasiado enfocado en revisar las bolsas con su comida –

– ¿Oh, entonces esa es la razón por la que Marco huyo de tu departamento el otro día? – Pregunta Luffy e intenta no reír al ver la reacción de Ace, que fue ponerse completamente rígido – ¿Sabes que no es tu decisión con quien yo quiera salir, verdad?

– Solo intento protegerte de potenciales depredadores – explica el pecoso –

– ¡Me hieres, Ace! – dice Thatch, llevándose una mano al pecho en un gesto dramático – ¡Yo respeto profundamente el código del amigo!

– ¿Qué es el código del amigo? – pregunta Luffy a Ace –

– Es un código estúpido que crearon los chicos blancos, son un montón de reglas de lo que un amigo debería y no debería hacer – explica Ace – Entre las reglas se encuentra nunca salir ni dormir con la hermana o hermano de un amigo.

– “Chicos blancos” – bufa Thatch – Es un código sagrado que trasciende todas las esferas sociales y raciales

– Alguien debería recordarle a Thatch esa vez que intento coquetear con la hermana de Jozu– dice Marco, para recibir un dedo medio por parte de Thatch –

– ¡Marco, juraste que nunca se lo dirías a nadie! – se queja Thatch –

– ¿Qué haces aquí, Luffy? – pregunta Ace, tomando asiento tras su escritorio –

– Vi que olvidaste tu almuerzo en casa y decidí traerlo – responde Luffy, con una sonrisa enorme en los labios – Sé que Ace tiende a tener más episodios narcolepticos cuando no come.

– ¡Ah, es un ángel! – Exclama Thatch, conmovido – ¿Te quedaras a almorzar con estos pobres trabajadores, Luffy?

– Entonces yo me comeré el almuerzo que traje para Ace, shishishi – dice Luffy, siguiendo al hombre de largo cabello castaño que se dirige al ascensor para ir al comedor –

– ¡Un momento, aun faltamos nosotros! – dice Ace, señalándose a sí mismo y a Marco – ¡Mantén tus manos donde pueda verlas, Thatch!

– Oh, vamos, Ace, no le haría nada a este inocente ángel – dice Thatch, casualmente pasando su brazo alrededor de los hombros de Luffy, mientras el joven omega ríe – He escuchado tanto sobre él que es como mi hermanito pequeño también

– Apresúrate Marco – exige Ace, tomando la bolsa con su comida y caminando hasta donde Luffy y Thatch se encuentran, intentando separar a su amigo de su hermanito –

– Tu cabello es muy lindo, Izo – dice Luffy luego de haber sido introducido al tercer miembro del grupo de amigos de Ace –

– ¡Eres un ángel, Luffy! – exclama Izo – ninguno de estos brutos aprecia  el cuidado que tengo con mi cabello

– Los alfas no suelen fijarse en esas cosas – dice Luffy – Cuando tenía 13 años me deje crecer el cabello hasta los hombros y Ace nunca se dio cuenta.

– Ya te he pedido disculpas por eso muchas veces – se queja Ace, masticando su comida –

– Es bueno tener aquí, Luffy – dice Izo – Hemos oído mucho de ti, Ace pasaba horas hablando de su adorable hermanito menor y a veces ebrio lloraba por lo mucho que te extrañaba

– ¡Izo! – Refunfuña Ace – No le digas eso, es vergonzoso.

– Aunque es verdad – corrobora Marco, divertido al ver a Ace tan avergonzado – Debes recordar que una vez dejo un mensaje en tu buzón de voz diciendo lo mucho que te extrañaba, cómo antes eras tan pequeño y dependías solo de él.

– ¡Lo recuerdo! – Dice Luffy, chasqueando los dedos de su mano libre – Dadan se rio por días con ese mensaje

– ¿En que trabajas, Luffy? – Pregunta Thatch, y no pasa desapercibido para Marco como la postura de Ace se volvió tensa – Tu hermano solo nos dijo que ganas mucho dinero

– Soy actor – Responde Luffy de manera sencilla, mirando en la dirección de Ace quién parece suspirar en alivio –  

– ¡Eso es genial! – Dice Thatch, emocionado – ¿Conoces a algún actor famoso?

– Rob Lucci – comenta Luffy. Marco recuerda el nombre, Rob Lucci debuto hace un mes en una película de romance pero algo que pocos saben es que solía ser un actor porno; Marco vio una de las películas que el alfa grabo con Luffy donde el joven omega era un inocente estudiante – Su acento italiano es encantador, pero es bastante duro y no para hasta que te hace llorar.

Marco no pudo evitar atorarse con el trozo de comida que tenía en la boca, la impresión ante el innuendo que Luffy hizo realmente lo afecto. 

– ¿Estas bien, Marco? – pregunta Izo, dándole palmaditas en la espalda –

– Estoy bien– murmura Marco, aclarando su garganta. Sus ojos se encuentran con los de Luffy, quien le dirige una mirada divertida antes de seguir conversando con Thatch.


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