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Lluvia de estrellas por NovenaCampanada

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Notas del capitulo:

Lamento que termine forma tan aburta me surgio algo, lo continuo en el proximo

Acto III

El trinar del petirrojo y el fulgor de la estrella

Sabes, aún recuerdo tu cálida sonrisa en los días turbios, pero un recuerdo no es suficiente para mí. También recuerdo las veces que te hice llorar y aun así tú me perdonaste. Después de todo, incluso tu final, todo fue por mi culpa, nunca te escuche quejarte o arrepentirte, si tan solo me hubieras dejado aun seguirías aquí aunque no fuse a mi lado. Dime ¿me odiarías si decido terminar con mi vida?... 

La luna refulgía con fuerza, casi parecía que solo brillaba para nosotros dos. Sujete la mano de Steven y lo mire a los ojos. Había algo que no me permita apartar la vista, no parecía molestarle la situación en lo absoluto. El a cambio me regresaba una mirada dulce estrechando mi mano con fuerza. No había notado la gran sonrisa en mi rostro hasta que me vi reflejando en la lisa superficie del lago, tan tranquila que parecía un fino espejo.

-No es que me moleste estar en este lugar, pero tengo un poco de frio y hambre- Pasaron unos segundos para que yo pudiera salir del trance de sus ojos.

-Lo siento- Era vergonzosos, había pasado por alto el hecho de donde nos encontrábamos. Algo en mi mente por fin hizo conexión -¿Cómo es que llegaste aquí?- era lógico ¿Qué hacia un chico tan lindo en medio del bosque?

-No lo sé, cuando desperté estaba en el suelo con mi amiga-

-¿Tu amiga? ¿Dónde está ella?- Pregunte mirando de un lado a otro, pero todo se difuminaba en sombras oscuras donde el bosque iniciaba. Steven saco una gran piedra blanca ovalada de su bolsillo, le dedique una mirada inquisitiva

-Lo siento, ella es Perla. Cuando desperté estaba rota así que la sane- Hizo una pausa, la luz en sus ojos se volvió opaca y dejo de sonreír por unos momentos mientras contemplaba la piedra en su mano- Quizás tome mucho tiempo antes de que la pueda ver otra vez, pero será necesario par que pueda volver sin problemas, así que tendré que esperarla-

No lo entendía ¿La piedra era su amiga? Bueno no era importante, en mi trabajo había visto cosas más raras- No te preocupes te aseguro que ella estará bien- Si es piedra era algo tan importante para él tendría que asegurarme de que no le pasara nada malo tampoco

-¡Demonios!- Exclame,  lo había olvidado a lo que había venido- Tenemos que irnos mi padre seguro me estará buscando-

-¿Tu padre?- Steven me miro sonriendo- ¿Tu padre es un hombre alto que trae un raro traje negro puesto?

-Si ¿Cómo es que lo sabes-

Steven sonrió y apunto hacia la copa de un árbol –lleva viéndonos bastante rato- Dijo sin darle importancia. ¡No podía ser verdad! ¿Qué tanto había visto? Solté la mano de Steven tan rápido que pude notar su mirada de confusión. Mi padre salto del árbol y aterrizo frente a nosotros de forma ligera, como la caída de una pluma

-¡Papa! Yo…este…Tenemos que buscar el…-

-No será necesario ya le he encontrado- Me interrumpió y luego dio una mirada a Steven, dios quisiera desaparecer en este momento- Tenemos que irnos, trae a tu amigo seguro esta hambriento-

-Es un placer conocerlo señor Wayne- Dijo Steven sonriente ¿Acaso no le molestaba la situación? O será que simplemente no lo entendía

-Es un placer, Steven. Pero creo que el placer ya has sido de mi hijo- Levanto una ceja mirándome. Demonios él lo sabía, él sabía todo. No se le puede ocultar nada a este hombre. Incline la cabeza avergonzado y lo seguí sin mirar al frente.

-Por cierto Steven ¿De dónde vienes?- Mi padre nos guiaba yendo al frente e internándose en el bosque

-De un lugar llamado ciudad playa, aunque no sé cómo termine en este bosque, ni donde están mis  amigas-

Steven inclino la cabeza y dejo de sonreír, sabía lo que mi padre estaba haciendo, lo estaba interrogando, pero era demasiado inocente para notarlo.

-No tienes que contarnos nada si eso te hace sentir mal- Dije apresurado y le dedique una mirada reprobatoria a mi padre, pero él no se dignó en voltear. Solo continúo arrastrándonos por el frio bosque. Abecés no entendía lo que pensaba mi padre, mejor dicho nunca entendía lo que pasaba por su cabeza. Oliver muchas veces dijo que se preocupaba, pero que lo ocultaba de los demás para que no pudieran encontrar debilidades en él, pienso que lo oculta tan bien que ni el mismo puede percátese de ello.

El resto del camino lo recorría con mi mirada pegada en el suelo, hasta que Steven me sujeto la mano y me sonrió. Hice un aborto, pero no solté su mano, era agradable.  Al diablo con lo que pensara mi padre yo disfrutaría cada momento que pudiera.

La mañana siguiente, todos desayunamos en el gran comedor. Mi padre se fue dejándome a solas con Steven.

-Es una linda casa, aunque la ciudad es un poco… lúgubre-  Steven mordió un trozo de pai

-No en vano se llama ciudad gotica-  Enfatice- ¿Cómo es tu hogar- De alguna manera me interesaba saber de dónde provenía un chico tan adorable

-Es un lugar donde brilla el sol casi todo el tiempo- Una luz se enciendo en sus ojos- El viento es cálido y el sonidos de las olas rompiendo en la costa es muy relajante. Todos en el pueblo son agradables, incluso Kevin es un cretino, pero me ayudo a reconciliarme con Connie-

-¿Connie?- Repite en automático. No podía ser verdad él ya tenía alguien. ¿Cómo había sido tan estúpido? Como pude creer que el estaba interesado en mí, el solo es amable. Deja caer la cuchara en la sopa y salí al jardín,  mire el cielo, estaba encapotado como de costumbre. Tome asiento un una banca die piedra pulida, estaba fría.

-¿Te ocurre algo? Hace un momento estabas bien, ahora te ves deprimido- Tomo asiento a mi lado y me miro con preocupación, era adorable. Sin duda me estaba comportando como idiota, él no tenía la culpa de nada fui yo quien confundió la situación

-No es nada, no te preocupes- Fingí una sonrisa

-Mientes- Parecía enfadado- Sé que estas triste y que fue cuando mencione a Connie-

Me miró fijamente ¿demonios cómo? Acaso podía leer la mente

-Yo estoy bien… enserio no fu…-

-¿Por qué intentas mentirme?- Me interrumpió, se levantó de la banca y me miro directo a los ojos, este chico no era para nada un idiota-Te hizo sentir mal ¿pero por qué?-

Era todo o nada, no había algo que perder-TU ME GUSTAS- dije al final, me miro y después hablo

-Tu también me gustas, somos amigos después de todo- Creo que si era un idiota

El viento soplo fuerte moviendo el rizado cabello de Steven. Lo tome de la mano y me puse en pie, era mucho más bajito que yo, tenía que levantar la mirada para verme a los ojos. Deslice mi muñeca por su mejilla y sujete su rostro con suavidad

-Tú me gusta, pero no como amigos- ¿Cómo terminaría mi oración? No sabía que tan idiota era el chico, como le dejaría en claro mis sentimientos- Me gustas como alguien que besaría en lo labios y abrazaría mientras duermo-

Sentí el calor en sus mejillas, se había sonrojada en efecto había comprendido

-¿Quieres decir?... ¿Cómo mi papa amaba a mama?- dijo vacilante, era un ejemplo tonto pero sin duda serbia

-Asi es, como ellos dos- Me incline y de forma delicada fui pasando mis labios sobre los suyos, eran suaves y carnosos, diría que hasta dulces como el mismo Steven. Respiraba agitadamente y  escuchaba su corazón con claridad. Por un instante todo fue maravilloso, de pronto una luz rosa ilumino todo, cuando me di cuenta yo estaba en el suelo y Steven se encontraba dentro de una burbuja rosa y su estómago brillaba ¿Qué demonios?

-¿Steven?- Dije confundido Me miro y luego desvió la mirada apenado

-Lo siento… es solo que… fue muy repentino- agacho la cabeza- yo no estaba listo para eso-

Si había alguna oportunidad yo lo había arruinado todo.

 

Acto IV

El brillo de la madre; el brillo del hijo

Yo no entendí la situación, no quise escuchar a los demás, pensé que sería diferente, que sería especial, pero mi impertinencia nos costó todo, te aleje de mí, sin que pudieras hacer nada para evitarlo, pero en el último momento me miraste y no te arrepentías de nada. SI tan solo yo hubiera escuchado. Dime ¿me odiarías si decido terminar con mi vida?... 

Cuando finalmente se calmó y salido de esa burbuja rosa me acerque a él y  hable despacio, con miedo a romperlo aún más. Era como un estaque tranquilo, hasta la mas mínima perturbación causaba ondas en él.

-Steven, lo siento entenderé si no me quieres hablar más- Mire el suelo, yo no tenía el valor de verlo a los ojos mentiras me rechazaba, una tibia y temblorosa mano recorrió mi mejilla y me obligo a verlo, ahí estaba sonriendo enrojecido, era lo más tierno que había visto

-Yo no te odio- Dijo, luego beso mi frente- Es solo que me tomo por sorpresa,  mi madre me había hablado del amor, oh algo así, pero nunca pensé que se sintiera de esta forma, ahora comprendo por qué tomo su decisión-

-¿Eso quiere decir?- Steven sonrió y se abalanzó sobre mí, caímos en el suelo, lo abrase sonriendo como idiota, esto era lo más feliz que me había pasado-Te juro que nunca te dejare ir- le susurre al odio

-¿Cómo era tu madre?- pregunto Steven, ¿Qué demonios le diría? Mi mama es una criminal asesina que me clono solo para generar un ejército de súper soldados, drogo a mi padre, lo violo y así nací, después tuvimos que asesinarla, sin duda un relato hermoso.

-Mi madre- Continuo Steven, pero hablaba más  bajo, como recordando algo malo- Ella es una criminal de guerra, asesino a una de las líderes de su planeta y escapo de su sistema solar y llego a la tierra donde luche durante miles de años en una guerra-

No daba crédito a lo que escuchaba, creo que explicar mi pasado nos sería tan difícil después de todo, ya teníamos algo más en común, madres criminales y asesinas, aunque dudo que la madre de Steven fuera una villana, nadie tan malo podría engendrar un hijo tan adorable y bueno. 


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