Visión
Quinto día en el que el Capitán sigue ausente, y el androide (Nota: no sé si visión es un androide siempre me confundo, pero si estoy errónea, háganmelo saber) a veces se la pasaba explorando el mundo pero jamás se separaba de Stark (no literal) siempre estaba ahí para él, sin embargo el pobre de Visión todavía no entendía del todo las emociones humanas y mucho menos otro tipo de cosas.
El androide se encontraba descansando en la sala, leyendo una revista que no lograba comprender muy bien, “¿Para qué los humanos necesitan esto?” era lo único en que pensaba, siguió recorriendo las secciones de la revista, pasando por los chismes, noticias, entre otras cosas. No fue hasta donde llegó a una “Parte media extraña” de la sección de ventas.
El poseedor de la gema observaba con atención cada artículo que estaba en venta, algunos eran muy extraños pues no les hallaba la forma o el cómo se utilizaban, en determinado momento encontró un objeto llamado “consolador” y lo primero que se le vino a la mente fue que servía para consolar a las personas en determinada situación.
Siguió observando con determinación dicho objeto en la revista, “¿Me pregunto si el señor Stark se podrá consolar con esto cuando el Capitán no esté?” pensó, después de todo hasta Visión sabía de la relación amorosa que esos dos vengadores mantienen y también conocía como el genio se ponía cuando Rogers se iba por varios días, no lo dudó más y con ayuda de V.I.E.R.N.E.S. pidió dicho objeto, sin duda el millonario estaría muy feliz con su regalo nuevo.
Fury
El Director de SHIELD se encontraba en una oficina dentro de la base, estaba revisando varios documentos mientras esperaba a Stark para saber cómo iban las cosas dentro del complejo, después de todo los vengadores habían pasado muchas cosas.
Pasado unos 30 minutos después de la hora acordada, el millonario entró por la puerta junto con el Soldado de Invierno, ambos venían charlando sobre cosas que a Fury no le importaban.
-Stark, Sargento Barnes. –saludó el hombre del parche.
-Pirata… -saludó el castaño menor.
-Buenos días. –correspondió el soldado.
-Stark, te dije que vinieras solo. –mencionó el moreno.
-Bueno si, pero cuando me llego tu mensaje estaba comiendo hamburguesas con el mapache. –se encogió de hombros.
-Si quiere Director Fury, lo espero en el pasillo. –comentó Barnes.
-No es necesario Sargento. –se sobó el puente de su nariz. -¿Cómo van las cosas con tus compañeros Tony?
-Yo diría que van bien, a veces comemos juntos, jugamos o vemos películas. –se giró para ver a su compañero. -¿No es así James?
-Si.
El hombre del parche suspiró. –De acuerdo, es todo lo que necesitaba saber. –comenzó a caminar hacia la salida.
-Espera pirata. –habló el menor. –¿Para esto me hiciste venir?
-Si.
-¿No te bastaba con preguntármelo por teléfono?
-Necesitaba que me lo dijeras personalmente y saber si me estabas mintiendo. –abrió la puerta. –Parece que todo está bien. Ahora, si me permiten, tengo cosas que hacer. –finalizó y salió de la oficina.
-¿Siempre es así? –preguntó James.
-Así lo verás…
Fue entonces cuando Visión hizo aparición atravesando una de las paredes. –Señor Stark, conque aquí estaba.
-Aquí me tienes mi adorado hijo.
-Señor le traigo un regalo, espero que le sirva.
-¿Para mí? Que amable Vis. –el menor sonrió tiernamente.
-¿A mí no me trajiste nada Visión? –preguntó el soldado.
-Lo siento. –dijo el androide, se dio media vuelta. –Adiós señor Stark, nos vemos después. –salió por donde vino.
-Bye… -se despidió el castaño menor.
Fuera de la oficina, Fury iba de regreso para sacarlos de ahí porque se estaban tardando demasiado, justo cuando iba a abrir la puerta se detuvo, ya que los dos hombres que estaban adentro estaban conversando, tal vez podría sacar información demás.
-¿Qué es? –preguntó curioso Bucky. -¿Me lo puedes compartir?
-Espérame, deja lo abro. –El menor comenzó a quitar la envoltura y en cuanto sacó la caja se quedó en shock.
-¿Qué pasa? –el mayor no entendía porque de la nada el genio se había quedado sin decir nada, se acercó hacia él y tomó de sus manos el regalo, y comenzó a leerlo en voz alta. –“Consolador”
Del otro lado de la puerta Fury no sabía cómo reaccionar, asique se quedó escuchando más lo que ambos se traían entre manos.
El mayor sacó de su empaque el “consolador” y comenzó a inspeccionarlo, hasta que descubrió un botón y lo presionó. -¡Mira! ¡También vibra! Y tiene diferentes tipos de velocidades.
-No lo entiendo… -por fin comenzó a hablar el filántropo.
-¿Qué no entiendes? –James se confundió.
-¿Por qué Visión me regalaría algo así?
-Pues para que lo usemos… -dijo obvio el soldado a lo que el menor solo se ruborizó a nivel Dios por lo que mencionó su amigo. -¿O me equivoco?
-Cállate Mapache… -finalizó el genio.
-¿Qué tal si lo usamos en este momento? –preguntó con una sonrisa el soldado.
-James, ¿Acaso no sabes pa…?
De repente la puerta se abrió de un portazo interrumpiendo al millonario, dejando ver así, aun Fury muy, pero muy enojado, que veía ambos muy fríamente.
-¡No me interesa lo que hagan en sus vidas privadas, pero no vayan a hacer cosas sucias dentro de las instalaciones! –claramente estaba enojado. -¡Ahora largo de aquí!
Debido a la conmoción del momento, los dos castaños solo asintieron y se retiraron rápidamente del lugar sin saber por qué el moreno había actuado así, tal vez no era su día.
-Por el amor de Dios. –suspiro irritado el hombre del parche en el ojo, después de todo él también estaba enterado sobre la relación amorosa que el Capitán América y Iron Man mantienen. –Este no es mi asunto, que ellos lo resuelvan, tarde o temprano uno se entera de todo… –finalizó y salió de la oficina para continuar con sus labores diarios, apenas era el día número 6 que el Capitán estaba fuera, faltaba poco para que regresara y vaya sorpresa que se iba llevar cuando regresara.