Después de caminar algunas cuadras al paso de Tony pues no querían acelerarlo ya que desde que se enteraron de la enfermedad del más bajo lo único que querían era protegerlo y cuidarlo. Finalmente habían llegado a un edificio de apartamentos en una zona decente de la ciudad.
-Llegamos. –habló Tony caminando hacia la entrada del edificio acompañado por los dos fortachones.
Una vez que entraron al edificio los ojos de los fortachones comenzaron a ver el lugar, nada fuera de lo normal. –Chicos. –les llamó Tony. –Vamos, es por aquí. –lo siguieron.
-¿En qué piso es? –preguntó Steve.
-En el 14. –respondió el menor.
-¿Cuántos pisos tiene este edificio? –preguntó el castaño mayor viendo a una viejita que no le quitaba los ojos de encima.
-25. –contestó Stark.
-Oye Anthoska.
-¿Hm?
-Esa señora no deja de verme… -dijo James bajito.
-Esa es la señora Lira. –el menor se encogió de hombros. –Debe ser porque jamás los había visto por aquí. –de inmediato miró a la viejita para gritarle. –¡Buenas tardes señora Lira! –le saludó y rápidamente la viejecita le correspondió el saludo con una sonrisa.
-¿Te conoce? –preguntó el rubio.
-Vengo mucho por aquí. –comentó Stark.
Los tres chicos caminaron hacia el elevador y por desgracia estaba en mantenimiento. –Bueno… por las escaleras será. –dijo alegre Tony.
-¿Seguro Tony? –se preocupó Rogers. –Son 14 pisos. –más que nada le preocupaba la salud del menor.
-No pasa nada. –sonrió el castaño menor. –Ya lo he hecho antes.
-De acuerdo pero si te cansas dínoslo. –mencionó Bucky.
Y así los tres se fueron en dirección a las escaleras, subieron el primer piso sin problemas y a buen paso, el segundo piso todavía iban a buen ritmo, en el tercer piso Tony alentó el paso pero no se quiso quedar atrás por lo que mantuvo el ritmo sin decir nada, subiendo por el cuarto piso Tony comenzó a tener problemas para respirar y a toser, eso de inmediato atrajo la atención de Steve y Bucky.
-¿Estas bien Anthoska? –se preocupó el castaño mayor.
-S… si… -contestó Tony entre respiraciones. –Cada vez es más difícil… -se quitó la mochila y en ella buscó algo. –Necesito mi inhalador… -cuando lo sacó de su mochila se sentó en las escaleras y comenzó a usarlo mientras que los otros dos lo miraban preocupados. –Mucho mejor. –terminó de utilizarlo y posteriormente lo guardó en su mochila de nuevo, después vio como sus amigos lo miraban. –No se preocupen, mi papá fabricó mi inhalador para cuando tuviera problemas para respirar.
-No es eso lo que nos preocupa Tony… -dijo el rubio. –Me preocupas tú.
Esas palabras sin dudas avergonzaron al menor. –Gra-gracias…
-Por cierto… -interrumpió James. –Todavía nos faltan como 10 pisos, así que Tony yo te cargaré hasta allá.
-¿Qué? –se confundió el menor. –No es necesario. –se puso de pie.
-En ese caso mejor lo cargo yo. –atacó Steve.
De repente el ambiente se tensó y Tony se preguntaba lo que estaba ocurriendo. –Chicos… no es necesario que lo hagan, de veras.
-Claro que lo es Tony. –dijo el rubio. –No dejaremos que te pase algo. –y de inmediato el castaño se avergonzó.
-Te protegernos Anthoska. –comentó el Castaño mayor, y de la misma forma Tony se avergonzó más y su corazón se aceleró por aquellos dos.
-E-está bien. –dijo avergonzado el menor desviando la mirada que eso a la vista de ambos fortachones fue tierno.
-Te propongo algo Bucky.
-Te escucho. –contestó el castaño mayor.
-Nos quedan 10 pisos ¿Qué te parece si cada uno lo carga por 5 pisos? –propuso el rubio.
-… -el menor no creía lo que estaba escuchando pero si lo creía real pues Rhodey y Thor ya lo había cargado antes en situaciones similares.
-Trato. –confirmó James, se media vuelta y levantó a Tony al estilo princesa. –Pero yo voy primero. –avergonzó al castaño menor.
-Y-yo creí que me iban a cargar de caballito. –dijo Stark tímidamente.
-No es complicado Anthoska, no pesas nada. –mencionó Barnes algo preocupado. –Creo que debo alimentarte.
Steve se agachó y agarró la mochila de Tony, mientras Bucky cargaba al menor él llevaría la mochila. –En es ese caso yo te daré de comer Tony, porque si estoy seguro de que si comes la comida de Buck morirás de indigestión. –se burló.
-¡Oye! He mejorado, al menos ya no incendio la cocina. –se defendió.
-En ese caso me gustaría probar tú comida Steve. –el menor le dedicó una sonrisa sincera. –Porque no quiero morir de indigestión. –se rio.
-¿Tú también Anthoska? –dijo falsamente dolido.
-Cuando quieras Tony, te puedo preparar lo que quieras.
-Me gustaría… -finalizó Tony.
Después de aquella plática tan tranquila por fin comenzaron a subir por las escaleras conversando sobre cualquier cosa, hasta que por fin terminaron los 5 pisos en donde Bucky cargó al menor.
-Es mi turno. –habló Steve que de la misma forma cargó a Tony al estilo nupcial. –Bucky tiene razón eres muy ligero.
Y así subieron el resto de los pisos hasta que por fin llegaron al 14, Tony se bajó del rubio y comenzó a caminar por los pasillos del piso hasta llegar al departamento. –Llegamos. –tocó el timbre.
Pasaron algunos segundos hasta que por fin la puerta se abrió dejando ver a una señora en sus posibles 30’s que de inmediato al ver al castaño menor sonrió y lo abrazó como un muñeco.
-¡Mírate Tony! Cuanto haz crecido. –lo estrujó. –Hace mucho que no te veo.
-Tía May… también me da gusto verte, pero la última vez que vine fue hace una semana. –se separaron.
La mujer se dio cuenta que Tony venía acompañado de otros dos chicos. –¿Y estos muchachones? –a lo que los fortachones solo se rieron por lo que dijo la dama.
-Ah sí, te presento a Steve. –señaló al rubio y después señaló al castaño. –Y él es James.
-Mucho gusto. –saludaron los nombrados.
-Espero no le moleste que hayan venido, pero también les voy a ayudar a estudiar.
-Ay mi niño siempre tan cortés. –lo volvió a abrazar. –Claro que no importa, pueden venir cuando quieran.
Cuando se separaron Tony miró al fondo del departamento. –¿Y peter?
-Está en su habitación, ha estado muy emocionado desde que se enteró que ibas a venir a ayudarle con su proyecto de ciencias. –sonrió, se hizo a un lado. –Vamos, vamos, pasen. –se metieron al departamento los tres chicos.
-Con su permiso Tía May. –habló Tony comenzando a caminar hacia la habitación de Peter. –Vamos chicos. –Steve y James lo siguieron.
-En un momento les llevaré pastel, chicos. –avisó la mujer.
Llegaron a la habitación de Peter y éste tenía la puerta abierta, los más grandes veían el departamento; tenían varias masetas en las esquinas, varios estantes y uno que otro librero, unos cuantos muebles y una televisión, podía decirse que vivían cómodamente.
Tony se asomó por la puerta y localizó a Peter sobre su cama mientras escribía en una libreta, el cuarto de Peter no era ni muy grande ni muy chico, tenía una ventana, un librero, una cama individual, un computador y una caja de plástico para guardar diversas cosas.
-Hola Peter. –saludó Stark.
Al instante Peter volteó y una enorme sonrisa se posó en su rostro, se levantó de su cama dejando atrás sus apuntes y se abalanzó sobre Tony propinándole un fuerte abrazo. ¡Viniste!
Los dos fortachones se quedaron viendo a Peter, por un momento lo creyeron un potencial enemigo pero cuando lo vieron descartaron esa idea pues al parecer Peter es un niño de aproximadamente 10 años, era imposible que su Tony se metiera con un menor, un momento… ¿Qué acaso ellos no estaban haciendo eso?
El castañito notó que otras dos personas ajenas estaban con ellos. –¿Quiénes son?
-Son Steve y James, nos acompañaran hoy. –le acarició la cabeza. –¿Quieren estudiar en el cuarto o en la sala?
-En mi cuarto.
-Donde sea está bien, Anthoska.
-Te seguiré a donde vayas.
-¿Está bien? –se extrañó el castaño.
Todos se metieron al cuarto de Peter dejando la puerta abierta puesto que a la Tía May no le agradaba que esté cerrada, los cuatro se sentaron en el piso junto a la mesita que se encontraba ahí.
-Bien, Steve y James busquen qué es lo que no entienden mientras ayudo a Peter ¿De acuerdo? –ordenó Stark.
-No hay problema. –dijeron los fortachones y se pusieron a hacer lo que su Tony les había dicho.
-Muy bien Peter ¿Cómo vas con tú trabajo? –preguntó Tony mientras veía el proyecto del castañito.
-Ya voy a la mitad, pero no logro que la mezcla se separe. –dijo serio el niño.
-De acuerdo, pongámonos a trabajar. –de la misma forma comentó Tony.
Finalmente se habían puesto a trabajar y cuando Rogers y Barnes ya habían ordenado todo lo que no habían entendido le preguntaron a Tony, a lo que éste se dirigió con ellos para orientarlos.
-Deben usar la fórmula de permutaciones para poder resolverlo, se equivocaron porque creyeron que se trataba de una combinación. –se los señaló con el lápiz. –Recuerden que cuando es combinación el orden no importa y cuando es permutación el orden sí importa. –tachó un resultado que estaba mal. –Steve olvidaste poner el factorial y tú James no seguiste la jerarquía de operaciones por eso tienen el resultado mal, miren, primero tienen que… -fue interrumpido por Peter.
-Tony ¿Me ayudas? Me trabé con esto. –preguntó Peter con supuesta inocencia.
-Déjenme ayudar a Peter primero. –se levantó de su lugar y caminó hacia Peter.
Cuando se sentó al lado del castañito, Tony se encontraba de espaldas a los dos grandotes, sin embargo tanto ellos como el castañito hicieron contacto visual fue entonces que Peter les sonrió sínicamente a los más grandes, como queriendo mostrar que Stark es de su territorio. “Mocoso” pensó Bucky. “Niño precoz” pensó Rogers.
Y así duraron buen rato, cada vez que Steve o Bucky pedían la atención de Tony, Peter rápidamente la tenía de regreso con un simple “Tony ¿Me ayudas?”, “no entiendo”, “Tony mira lo que hice”. Cosa que a los más altos no les comenzaba a gustar pues estaban teniendo competencia con un niño de 10 años.
-Tony. –se abrió la puerta de repente pues solamente estaba emparejada, sin siquiera tocar. –Tú papá está al teléfono y quiere hablar contigo.
-Gracias Tía May. –se levantó de su lugar y caminó hacia la puerta. –Ahorita regreso. –salió de la habitación Stark.
Todo se quedó en silencio, el ambiente se había tensado un poco, por Dios se trata de un niño. –Así que… -empezó Peter. –¿Quiénes son ustedes?
-¿A qué te refieres? –se confundió el Capitán.
-Quiero decir, ¿Qué son ustedes de Tony? –Peter preguntó serio.
-Su amigo y próximamente su novio. –contestaron al mismo tiempo Rogers y Barnes, cosa que no les agradó a ninguno pues se comenzaron a fulminar con la mirada.
-Me niego. –afirmó el niño.
-Mocoso… ¿No necesito tú opinión para eso? –comentó James con un tic en el ojo.
-Eso no te corresponde a ti niño. –dijo serio el rubio.
-No voy a permitir que Tony salga con unos descerebrados como ustedes. –se enojó el menor.
-Hijo de toda tu…
-Lenguaje Buck. –regañó Steve. –Lo quieras o no eso no te corresponde a ti Peter, sino a Tony. –lo observó con unos ojos serios.
-No puedo creer que esté teniendo una discusión con un mocoso de 10 años. –se fastidió Barnes, no dejaría que nadie se interpusiera en su camino para amar a su Anthoska.
-¿A sí? –preguntó Peter sonriendo. –Si yo quiero puedo hacer que Tony los odie. –les retó.
-¿Qué? –se confundió el Capitán.
-Quiero ver que lo intentes. –retó Bucky al niño.
-Buck, cálmate. –intentó el rubio que en este momento parecía el más sensato. –Te estás poniendo uno a uno con un niño.
De repente vieron como Peter tomaba el avance del prototipo de su proyecto y lo lanzaba al piso para después pisarlo, no tardó mucho cuando puso carita de niño regañado y de sus grandes ojos salían gruesas lágrimas, ese niño sin duda es un buen actor.
-¿¡Qué estás haciendo!? –gritó en voz baja el capitán del equipo de futbol americano.
-Ya lo rompiste… -añadió el castaño mayor.
-¿Qué está pasando? Preguntó Tony que acababa de llegar, analizó toda la situación, después vio el prototipo del proyecto arruinado y a un Peter llorando.
Al momento el castañito se lanzó contra Tony y lo abrazó mientras lloraba. –James rompió mi prototipo. –y para el colmo, el castañito decidió que en esta ocasión se iría contra Barnes puesto que fue el que más lo molestó y atacó.
Tanto Steve como Bucky estaban sorprendidos por lo que ese niño había hecho, Tony solo acarició la cabecita de Peter y se puso de cuclillas para abrazarlo. –Ya no llores, James no quería hacerlo, fue un accidente… -lo consoló. –¿Verdad? –miró a Barnes.
-¿Eh? Ah sí… -se rascó la nuca el castaño mayor. –Fue un accidente… no me fije. –finalizó Barnes, “Me las vas a pagar mocoso” nadie se metía entre él y su Anthoska.
-¿Lo ves? Fue un accidente ¿Qué te parece si comemos el pastel que Tía May nos preparó y luego arreglamos esto? –dijo dulcemente Stark. –Ustedes también chicos. –miró a Steve y a James. –Les va a gustar el pastel de chocolate que hizo. –sonrió.
-Está bien… -mencionó Barnes mirando seriamente a Peter.
En ese momento Rogers entendió que tenía que tener cuidado con ese niño puesto que ahora él podría ser la víctima, pero lo que no logró comprender es qué tipo de relación quiere Peter con su Tony. –Me parece bien. –finalizó.